COMUNICACIONES ORALES XXXI CNEM: SESIÓN CIRUGÍA LA CIRUGÍA DEL CISTOCELE CON MALLA. APRENDIENDO A TRAVÉS DE LA DISECCIÓN EN CADÁVER. Autores: Ferraro L, Varó Seva A. (Estudiantes 5º curso Universidad Miguel Hernández de Elche). Tutor: Romero Maroto J. (Jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario Sant Joan d’Alacant) Introducción El prolapso de órganos pelvianos afecta a millones de mujeres en todo el mundo. La prevalencia en mujeres mayores de 50 años está entre el 30 y 50%. (1,7) El cistocele se define como el prolapso de la vejiga urinaria a través de la pared vaginal anterior por alteración de los mecanismos de sostén del suelo pélvico (Figuras 1 y 2). Éste se puede dividir en tres niveles, condicionados por diferentes estructuras como el diafragma pélvico, la fascia endopélvica y la vagina (Figuras 3 y 4). (2, 3) Podemos encontrar varios grados de cistocele, y su correcta clasificación es importante a la hora de decidir el tratamiento conservador o quirúrgico del mismo (Tabla 1). La colporrafia anterior es la técnica quirúrgica de reparación más común. Debido a que la tasa de recurrencia es del 40% o más con este procedimiento, ha habido un gran interés por otro tipo de técnicas quirúrgicas que mejoren los resultados de la reparación del cistocele. La mayoría de los estudios consultados en la revisión bibliográfica sugieren que el uso de una malla sintética en la reparación del cistocele disminuye el riesgo de recurrencia, por ello, es una de las técnicas innovadoras más extendidas hasta la fecha. (4) La técnica más común es a través de mallas de cuatro brazos, cuya sujeción se hace a los ligamentos sacroespinosos y arcos tendíneos. Este procedimiento es ciego, lo que hace su aprendizaje muy difícil. Nuestro objetivo con este trabajo es obtener un mejor entendimiento a través de un video explicativo de cómo se practica la cirugía del cistocele con malla tras haber realizado una búsqueda bibliográfica comparando la colporrafia anterior con el tratamiento con malla de polipropileno. Material y métodos Se ha realizado una búsqueda bibliográfica a través de Pubmed con la finalidad de demostrar que hay mejores resultados en el tratamiento del cistocele utilizando cirugía con malla en comparación con la técnica de colporrafia anterior. Tras obtener los resultados de la revisión planteamos las dificultades en el aprendizaje de la técnica con malla y vimos interesante colaborar en la producción de un vídeo en el que se combina la cirugía in vivo con la disección de cadáver. Resultados La colporrafia anterior se asocia con un mayor prolapso del compartimento anterior que con cualquiera de las mallas no absorbibles de polipropileno. A su vez, la operación con malla reduce el riesgo de síntomas en mujeres tratadas por prolapsos recurrentes. (5) Sin embargo, las complicaciones son mayores en la cirugía con malla. Éstas pueden ser hemorragia, mayor duración de la operación, perforación de la vejiga durante la cirugía, incontinencia de estrés postquirúrgica (4), erosión de la malla y síntomas como dolor, flujo vaginal excesivo y/o dispareunia. (6,7) Se ha creado un vídeo educacional que aclara la cirugía del cistocele con malla, permitiendo un mejor aprendizaje del procedimiento. Mostramos algunas imágenes del vídeo (Figuras 5-19). Discusión A pesar de que las complicaciones son mayores en la cirugía con malla, se evidencia una tasa de éxito mayor, que se basa en resultados tanto objetivos como subjetivos. Por ello, recalcamos la necesidad de una mejor formación por parte del cirujano a la hora de insertar la malla, dado que es un procedimiento ciego y muy difícil de aprender. El vídeo comienza con la cirugía in vivo, diseccionando la vejiga de la pared vaginal y revelando la fascia endopélvica. A continuación se perfora la misma. Seguidamente se realiza la misma operación con el cadáver observando la secuencia dentro de la cavidad pélvica a través de una incisión suprapúbica. Esto nos permite observar y aprender directamente todas las maniobras ciegas: cómo el ligamento sacroespinoso se separa del músculo coccígeo; cómo se retira hacia un lado el ligamento sacroespinoso; dónde está localizado el nervio pudendo, así como el riesgo de lesión del mismo; cómo se busca el arco tendinoso; o cómo la malla refuerza el suelo pélvico y sostiene la vejiga. Conclusión Las tasas de éxito de la cirugía con malla son más altas que la colporrafia anterior. Para solventar las posibles complicaciones derivadas de la misma por ser una cirugía ciega y difícil de practicar, promovemos un vídeo docente para un mejor entendimiento de la técnica quirúrgica. Bibliografía (1) Samuelsson EC, Victor FT, Tibblin G, Svardsudd KF (1999) Signs of genital prolapse in a Swedish population of women 20 to 59 years of age and possible related factors. Am J Obstet Gynecol 180:299–305. (2) DeLancey JOL. Anatomía y biomecánica del prolapso genital. Clínicas Obstétricas y ginecológicas, 1993; 4: 845-55. (3) Braun H, Rojas I, González F, Fernández M, Ortiz JA. Prolapso genital severo: consideraciones clínicas, fisiopatológicas y de técnica quirúrgica al momento de su corrección. Rev Chil Obstet Ginecol, 2004; 69(2): 149-156. (4) Altman D, Väyrynen T, Engh ME, Axelsen S, Falconer C. Anterior Colporrhaphy versus Transvaginal Mesh for Pelvic-Organ Prolapse. N ENGL J MED, 2011; 364; 19. (5) Maher C, Feiner B, Baessler K, Schmid C. Surgical management of pelvic organ prolapse in women. Cochrane Database of Systematic Reviews 2013, Issue 4. Art. No.: CD004014. DOI: 10.1002/14651858.CD004014.pub5. (6) Skala C, Renezeder K, Albrich S, Puhl A, Laterza RM, Naumann G et al (2011) The IUGA/ICS classification of complications of prosthesis and graft insertion: a comparative experience in incontinence and prolapse surgery. Int Urogynecol J 22:1429–1435. (7) Nüssler EK, Greisen S, Kesmodel US, Löfgren M, Bek KM, Glavind-Kristensen M. Operation for recurrent cystocele with anterior colporrhaphy or non-absorbable mesh: patient reported outcomes. Int Urogynecol J, DOI 10.1007/s00192-013-2110-2. ANEXO Figura 1. Esquema de un cistocele en Figura 2. Prolapso mostrando la visión sagital. proyección de la vejiga urinaria a través de la pared vaginal. Figura 3. Dibujo de la vagina y las estructuras de sostén a partir de la disección de un cadáver de una mujer de 56 años luego de una histerectomía. Se extrajo la vejiga por encima del cuello vesical. El paracolpio se extiende a lo largo de la pared lateral de la vagina. Figura 4. En el nive I, el paracolpio suspende la vagina desde las paredes laterales de la pelvis. En el nivel II, la vagina está fijada al arco tendinoso de la fascia pelviana y a la fascia superior de los músculos elevadores del ano. Tabla 1 Grados de cistocele según la Sociedad Internacional de Continencia de acuerdo al punto máximo de descenso Los estadios se otorgan de acuerdo al punto que presenta mayor prolapso con relación al himen ESTADIO 0 No hay prolapso, los puntos anteriores y posteriores están en -3 cm ESTADIO I El punto de mayor prolapso está a 1 cm por arriba del himen (-1 cm) El punto de mayor prolapso está entre 1 cm por arriba y 1 cm por ESTADIO II debajo del himen (entre -1 y +1 cm) El punto de mayor prolapso se localiza a más de 1 cm por debajo del ESTADIO III himen, pero no es mayor que la longitud total de vagina -2 cm El punto de mayor prolapso, protuye al menos la longitud total de ESTADIO IV vagina -2 cm. Figuras 5 y 6. CIRUGÍA IN VIVO (CIV): Apertura de la pared vaginal anterior y liberación vesical. Figura 7. CIV: Perforación de la fascia endopelviana izquierda, realizándose posteriormente el mismo procedimiento en el lado derecho. Figura 8. CIRUGÍA EN CADÁVER (CEC): Realizamos el mismo paso pero esta vez observamos desde la cavidad pelviana a través de una incisión suprapúbica. Figura 9. CIV: Localización de la espina ciática y liberación del ligamento sacroespinoso. Figura 10. CEC: mismo procedimiento observado a través de la incisión suprapúbica. Figura 11. CEC: Mostramos la localización del nervio pudendo y su cercana relación con el ligamento sacroespinoso. Existe un alto riesgo de lesión del nervio pudendo durante la cirugía ciega. Figura 12. CIV: Paso del capio a la cavidad pelviana. Figura 13. CEC: mismo procedimiento visualizado a través de la incisión suprapúbica realizada. Figura 14. CIV: Fijación de la rama posterior de la malla de polipropileno al ligamento supraespinoso. Figura 15. CEC: El hilo conductor se ha pasado por el ligamento supraespinoso y vemos en la imagen cómo se está pasando la malla. Figura 16. CEC: Localizamos el arco tendíneo, donde fijamos la rama anterior de la malla. Figura 17. CEC: Tensamos las ramas posicionando la malla. Figura 18. CEC: Vemos desde una posición craneal y oblicua cómo la malla está en su situación final reforzando el suelo pelviano, dando soporte a la vejiga. Figura 19. CIV: Visión final de la malla finalizando la cirugía. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS LESIONES DE MAMA NO PALPABLES Tutorizado por el Dr. Díez Miralles (Servicio de Cirugía General del Hospital de San Juan de Alicante) Clara Gil Rojo y Eva Ibeas Martínez DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS LESIONES NO PALPABLES DE MAMA: Introducción: El uso generalizado de la mamografía en las últimas décadas ha disparado el número de lesiones radiológicas diagnosticadas y ha despertado el interés sobre las lesiones no palpables de mama. El diagnóstico de estas lesiones es siempre mediante pruebas de imagen, entre las que destaca la mamografía y la ecografía mamaria. Las ventajas del diagnóstico precoz son claras y conocidas, con lo cual, cada vez es más frecuente la realización de mamografías sistemáticas a mujeres asintomáticas. No obstante, se plantea una cuestión muy relevante: ¿qué hacer ante una lesión no palpable? Materia y métodos: Se realizó una revisión bibliográficasobre el diagnóstico y posterior tratamiento de las lesiones no palpables de mama. Para ello se realizó un seguimiento de varias pacientes diagnosticadas e intervenidas en el Hospital Universitario de San Juan durante el mes de julio de 2013, coincidiendo con nuestras prácticas en el Servicio de Cirugía. Igualmente se obtuvo información a partir de la base de datos MedLine y revistas biomédicas que se expondrán en la bibliografía. Resultados: Una lesión no palpable (LNP) mamaria se define como aquella que por su tamaño, localización o consistencia no es palpable. Las LNP pueden ser microcalcificaciones, nódulos, imágenes estrelladas, desestructuraciones del parénquima, asimetrías o lesiones mixtas, principalmente. Dado que la exploración mamaria es anodina, el diagnóstico debe ser radiológico. La mamografía suele ser el estudio de elección que permite describir una lesión, localizarla con exactitud, valorar el grado de sospecha para cáncer y recomendar la actitud para la confirmación diagnóstica. Su sensibilidad es del 75-90% en mujeres mayores de 40-50 años, pero inferior en mujeres más jóvenes. Nos apoyamos en la clasificación BI-RADS de lesiones mamarias. La mamografía puede ser suficiente para el diagnóstico o requerir la realización de otras pruebas, como la ecografía mamaria, galactografía, resonancia magnética o tomografía por emisión de positrones. Una vez confirmada la lesión pre-clínica será necesario volver a explorar clínicamente la zona de la lesión mamográfica, realizar un nuevo estudio radiológico 1 desde diferentes ángulos, mamografías ampliadas y localizadas que permitan observar la totalidad de la lesión. Tras una primera aproximación diagnóstica, podemos eliminar los quistes y la patología presumiblemente benigna; en cambio, ante la posibilidad de 1 En el caso de que se tratase de una opacidad, el estudio ecográfico es de elección para descartar un posible quiste. malignidad es necesario descartarla mediante citopunción 2 y/o microbiopsia guiadas por ecografía o esterotaxia. Basándose en los resultados citológicos y/o histológicos y radiológicos previos, se determinará la actitud terapéutica a seguir con la paciente. En caso de tratarse de patología maligna, el tratamiento será quirúrgico, requiriéndose la localización preoperatoria de la LNP. Para ello existen diversas técnicas como son la colocación de arpón o agujas (guiada por ecografía o esterotaxia), ecografía intraoperatoria, semillas radiactivas, partículas de carbón y radiocirugía. La cirugía se realizará bajo anestesia general, intentando realizar una resección local amplia con márgenes libres. El procedimiento más frecuentemente realizado en el Hospital de San Juan es la macrobiopsia con arpón. Consiste en la colocación de un fino alambre con un arpón en la punta, cerrado en el momento de la introducción, que se despliega cuando está ubicado en la lesión que queremos extirpar. Ello permitirá la localización intraoperatoria de la LNP, la cual será extirpada; se comprueba con radiología de la pieza que la lesión radiológica sospechosa está incluida y es analizada posteriormente: lesión benigna o cáncer. En el caso de que los márgenes de la pieza no estén libres de células malignas, se deberá reintervenir a la paciente y ampliar los márgenes quirúrgicos. Conclusión: Los programas de screening han incrementado el número de diagnósticos de LNP de mama. Ante una LNP hemos de contrastar las pruebas de imagen y realizar un estudio anatomopatológico para filiarla. Esto es un arma de doble filo: por un lado, permite extirpar lesiones en fase pre-clínica y, con ello, suponemos que podría disminuir la mortalidad por cáncer mamario al detectar las lesiones en una fase pre-clínica; mientras que por otro, existe una situación de “sobrediagnóstico 3”. El diagnóstico y tratamiento de las LNP de mama son complejos no sólo a nivel clínico, sino también a niveles psicosociales, ya que para la paciente representa una nueva situación cargada de incertidumbre, miedo y angustia. Aunque no cabe duda de que el diagnóstico anatomopatológico final devuelve la certidumbre a la paciente. 2 En cuanto a la punción-aspiración con aguja fina (PAAF), presenta la limitación de la negatividad de la muestra remitida por escasa celularidad debida a una técnica defectuosa o a una lesión poco celular. 3 ¿Incremento de biopsias y radiación? ¿Aumento del coste sanitario? Bibliografía: I. Monti S, Galimberti V, Giuseppe T. OccultBreastLesionLocalization plus SentinelNodeBiopsy (SNOLL): Experiencewith 959 Patients at theEuropeanInstitute of Oncology. Annals of SurgicalOncology 14(10):2928–2931. II. Postma EL, Verkooijen HM, van Esser S, Hobbelink MG, et al. Efficacy of ‘radioguidedoccultlesionlocalisation’ (ROLL) versus ‘wire-guidedlocalisation’ (WGL) in breastconservingsurgeryfor non-palpable breastcancer: a randomisedcontrolledmulticentre trial. BreastCancer Res Treat (2012) 136:469–478. III. Martínez-Gálveza M, Aguilarb J, Andrésb B, Torresa S, et al. Biopsia guiada por arpón de lesiones de mama no palpables y no ecovisibles: una modificación técnica. CirEsp 2004;76(1):35-9. Vaquero-Péreza MA, Pérez-Robledob JP, Corripioc R, Granado de la Fuented JM.Supervivencia del cáncer de mama diagnosticado como lesión mamaria no palpable. CirEsp 2002;72(1):10-3. Pina L, Apesteguía L, de Luis E, Sáenz Bañuelos J, et al. Técnicas de biopsia para el diagnóstico de lesiones mamarias no palpables. Un SanitNavarSist. 2004 Sepdiciembre; 27 (3) :345-58. IV. V. VI. Regueira FM, Vivas I, Rodríguez Spiteri N, Olea JM, et al. Non-palpable breastlesions: initialexperiencewiththeautomatedstereotaxicbiopsy. Revista de Senología y Patología Mamaria.Vol. 16. Núm. 01. Enero 2003. VII. Rubio-Marín D, Muñoz JM, J Rubio-Martínez J, de la Fuente-Pérez P, et al. Non palpable breastlesions: radiopathologicalcorrelation. Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia. Vol. 31. Núm. 03. Marzo 2004 Título del trabajo: Satisfacción estética y alimentaria gastrectomía vertical laparoscópica Autores: Bozhychko M. , Del Campo J. M Tutor responsable: Ruiz-Tovar J. Introducción: La alimentación desequilibrada, unida a otros factores, ha desencadenado un aumento de la prevalencia de obesidad mórbida (IMC>40) en más del 200% en la población española, lo que constituye un creciente problema en la salud, ya que se relaciona con un incremento del riesgo cardiovascular y de otras enfermedades. El tratamiento de esta entidad se basa en: programas de pérdida de peso; dietas y terapias con medicación y procedimientos quirúrgicos bariátricos. Este estudio tiene como objetivos : evaluar la mejora en la calidad de la alimentación tras la intervención; valorar si los pacientes realizaban, post y pre cirugía, dieta mediterranea, y si estos dos puntos se relacionan con una mayor pérdida de peso; por último, evaluar la autoclasificación de la imagen corporal y la preocupación por el sobrepeso. Material y métodos: Estudio descriptivo transversal de una serie de pacientes operados de Obesidad Mórbida, mediante grastrectomia vertical laparoscópica, entre los años 2009 y 2013 en el Hospital General Universitario de Elche. Se incluyeron 42 pacientes con las características demográficas que se muestran en la tabla 1. Se realizaron cuatro encuestas vía telefónica: en primer lugar se valoró la calidad de alimentación de los pacientes mediante un cuestionario descrito por Suter et al. y traducido al castellano; a continuación se estimó la adherencia a la dieta mediterranea a través del Test KIDMED; por otro lado se evaluó la frecuencia de ingesta de diversos alimentos mediante un cuestionario desarrollado por el Departamento de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Elche, el cual simpificó en 22 items que comprendia los principales grupos alimenticios y distribuidos en cuatro grupos de frecuencia; por último se valoró la satisfacción estética de acuerdo con el MBSRQ AS34 (Cash,2000), en este test sólo se evaluó a las mujeres (n=30) ya que el numero de hombres era muy pequeño (n=5). Todos los análisis estadísticos se realizaron utilizando el programa Statistical Package for the Social Science (SPSS). Resultados: Los resultados obtenidos en el cuestionario sobre la calidad e la alimentación muestran una mejora subjetiva en la satifacción post-ingesta, ya que previa intervención alrededor del 50% la consideraban entre aceptable-pobre y después más de 80% la clasifica entre buena-excelente. En relación al número de ingestas un 50% de los pacientes solía realizar 3 comidas diarias, hecho que cambia a 5 (56,1%) post-cirugía. Por otro lado, la mayoria de los operados dejan de picar entre horas (antes 90,5%; después 26,8%). Tras en procedimiento quirúrgico se observa que un 53,7% de los pacientes toleran la ingesta de todo tipo de alimentos frente a un 46,3% que presentan alguna dificultad. Además, un 46,3% tienen vómitos raramente lo que se ha correlacionado con el tiempo después de la cirugía, de manera que hay menor incidencia de vómitos y regurgitaciones cuanto mayor es el tiempo transcurrido desde la operación (p=0,034). En el test KIDMED se ha visto que la puntuación media (Tabla 2 y 3) previa al procedimiento quirúrgico se encuentra entorno al 4,6 lo que la sitúa en el grupo B (4-7 puntos) (61,9%), lo cual significa que hay necesidad de mejorar el patrón alimentario para ajustarlo al modelo mediterraneo. La media del cuestionario posterior a la cirugía es de 6,7 pero el grupo sigue siendo el mismo (61,5), pero hay un incremento en el número de personas grupo A (dieta mediterranea óptima) y decremento en el grupo C (dieta de muy baja calidad). Todo esto muestra que a pesar de estar en el mismo grupo, se ha producido una mejora en la alimentación. El análisis de la frecuencia de ingesta de alimentos ha mostrado que existe un descenso estadisticamente significativo de la toma de productos lácteos (p=0,017), embutidos (p<0,001), pescado frito (p<0,001), marisco (p=0,012), precocinados(p<0,001), patatas fritas, arróz y pastas(P<0,001), dulces y pasteles, refrescos con gas y zumos de frutas envasados(p<0,001) posterior al procedimiento quirúrgico. Por otro lado, los productos básicos como huevos, pollo y otras carnes, pescado no frito no han sufrido variaciones significativas. También se evidenció un aumento notable en la ingesta de verduras y legumbres (p=0,017), aunque no se observan diferencias en la ingesta de frutas, y se encontró tendencia a la significación estadística en el descenso de la ingesta de frutos secos (p=0,085). El descenso en el consumo de pastas y arroces tiende a correlacionarse con un mayor porcentaje de pérdida de peso (p=0,062), es decir, que a menor consumo mayor pérdida de peso, mientras que el decremento de ingesta de dulces, alcohol y bebidas gaseosas sí se correlaciona (p<0,001). Por último, la evaluación del cuestionario MBSRQ (tabla 5) evidencia que estas pacientes se sienten: menos atractivas y descontentas con su apariencia física que la población femenina general (Evaluación de la apariencia); a su vez se aspecto no es muy importante para ellas y no invierten tanto tiempo en imagen corporal (Orientación a la apariencia); sin embargo están ligeramente más contentas con la mayoría de las partes del cuerpo que el resto de la población (Escala de satisfacción con las areas corporales); aunque sienten mayor ansiedad ante la gordura, llevan una estricta vigilancia del peso, mayor uso de dietas y de restricción de alimentos (Preocupación por el sobrepeso); en contra de la población general, que autoclasifica su peso entre normal o ligeramente elevado, estas pacientes tienden a autovalorarse como personas con sobrepeso (Autoclasificación del peso). Discusión: Con este estudio podemos concluir que hay una mejora en el patrón alimentario, aunque esta no se relacione con una mayor pérdida de peso, pero si con una mayor satisfacción estética y nutricional del paciente. A lo largo del proceso se han abierto nuevos interrogantes que podrían ser investigados como: una mayor frecuencia de vómitos y regurgitaciones, cuanto menor es el tiempo postquirúrgico, en relación a con el edema de tubo gástrico sufrido durante la intervención y evaluar la relación entre el porcentaje de pérdida de peso y la cantidad de alimento ingerida por día. La mayor limitación se ha presentado en el bajo número de pacientes y en la dificultad de contacto con ellos. Conclusiones: Una de las posibles aplicaciones consistiría en restringir más la toma de aquellos alimenos que se ha observado que su reducción en la ingesta esta relacionado con un mayor porcentaje de peso pérdido. Por otro lado, el excesivo control del peso puede conllevar problemas psicológicos y estos pacientes tienden a tener una sobrepreocupación acerca del sobrepeso, con lo que el médico o el gabinete psicológico postcirugía deben estar alerta. Bibliografía: 1. Basterra-Gortari FJ, Beunza JJ, Bes-Rastrollo M, Toledo E, Garcı.a-Lopez M., Martínez-González MA, Increasing Trend in the Prevalence of Morbid Obesity in Spain: From 1.8 to 6.1 per Thousand in 14 Years Rev Esp Cardiol. 2011;64(5):424–426 2. Fisher BL, Schauer P Medical and surgical options in the treatment of severe obesity. AM J Surg. 2002 Dec;184(6B):9S-16S. 3. J. Manuel Ramón, C. Gustavo González, D. Dorcaratto, A. Goday, D. Benaiges, S. González, M. Pera, L. Grande Calidad de la ingesta alimentaria tras la cirugía bariátrica: gastrectomía vertical vs bypass gástrico Cirugía Española, Volume 90, Issue 2, Pages 95-101 4. Serra Majem L, Ribas Barba L, Ngo de la Cruz J, Ortega Anta RM, Perez Rodrigo C, Aranceta Bartrina J. Alimentacion, jovenes y dieta mediterranea enEspana. Desarrollo del KIDMED, indice de calidad de la dieta mediterraena en la infancia y la adolescencia. In: Serra Majem L, Aranceta Bartrina J, editores. Alimentacion infantil y juvenil. Masson; 2004(reimpresion). p. 51-59 5. Oria HE, Moorehead MK Updated Bariatric Analysis and Reporting Outcome System (BAROS) Surg Obes Relat Dis. 2009 Jan-Feb;5(1):60-6. doi: 10.1016/j.soard.2008.10.004. Epub 2008 Nov 1. Anexo de tablas: Tabla 1 - Características de los pacientes (n=42) Media 44,6 Edad (años) 37/5 Sexo (mujer/hombre) 26,42 Meses postcirugía 48,9 IMC previo (kg/m2) 79,6 % de peso perdido Tabla 2- Puntuación KidMed (n=42) Pre Post 4,64 6,72 Media 0,00 2,00 Minimo 11,00 10,00 Máximo Tabla 3- Grupo KidMed (n=42) % pre 9,5 A (> o =7) 61,9 B (4-7) 28,5 C (< 0 =3) Rango (mínimo-máximo) 23,00-66,00 ----1,00-66,00 39,89-64,00 46,8-98,7 % post 35,9 61,5 2,6 Tabla 4- Frecuencia de consumo de alimentos (n=42) Nunca o < 1 Varias veces al Varias veces a al mes mes la semana % % % pre % % pre % pre post post post 21,4 31,6 23,8 42,1 33,3 10,5 1.Lácteos 7,1 5,1 28,6 46,2 61,9 48,7 2.Huevos 0,0 0,0 16,7 25,6 81,0 71,8 3.Pollo 4,8 15,4 47,6 61,5 47,6 23,1 4.Otras carnes 50,0 52,4 47,6 43,6 2,4 0,0 5.Casquería 4,8 51,3 47,6 46,2 38,1 2,6 6.Embutidos 16,7 12,8 47,6 53,8 33,3 30,8 7. Pescados 38,1 69,2 38,1 30,8 23,8 0,0 8. Pescado frito 33,3 59,0 61,9 38,5 4,8 2,6 9. Marisco 11,9 2,6 47,6 46,2 31,0 35,9 10. Verduras y legumbres 14,3 5,3 16,7 13,2 40,5 47,4 11. Frutas 38,1 31,6 14,3 2,6 12. Frutos secos 35,7 57,9 0,0 5,3 2,4 2,6 11,9 34,2 13. Pan 42,9 36,8 35,7 0,0 14. Patatas fritas 11,9 63,2 0,0 5,3 50,0 81,6 47,6 13,2 15. Arróz y pasta 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 16. Aceite de oliva Varias veces al día % pre % post 21,4 15,8 2,4 0,0 2,4 2,6 0,0 0,0 0,0 0,0 9,5 0,0 2,4 2,6 0,0 0,0 0,0 0,0 9,5 15,4 28,6 11,9 85,7 9,5 2,4 34,2 7,9 57,9 0,0 0,0 100,0 100,0 17. Matequilla/ manteca 18. Dulces y pasteles 19. Vino 20. Cerveza 21. Refrescos y zumos 22. Precocinados 69,0 84,6 14,3 10,3 9,5 2,6 7,1 2,6 35,7 78,9 28,6 15,8 16,7 5,3 19,0 0,0 71,4 59,5 16,7 76,3 78,9 55,3 21,4 21,4 21,4 15,8 15,8 18,4 4,8 16,7 26,2 7,9 5,3 18,4 2,4 2,4 35,7 0,0 0,0 7,9 19,0 84,2 54,8 15,8 21,4 0,0 4,8 0,0 Tabla 5- Resultados MBSRQ (mujeres) n=30 Evaluació Orientació Escala de n de la n a la satisfacció apariencia apariencia n con areas corporales 3,17 3,28 3,33 Media estudio 3,36 3,91 3,23 Media normalida d 0,68 0,51 Desviación 0,86 estandar estudio 0,60 0,74 Desviación 0,87 estandar normalida d Preocupació n por el sobrepeso Autoclasificació n del peso 3,36 3,83 3,3 3,7 0,80 0,67 0,96 0,73