Vascularización de las áreas límbicas mediante ténicas de imagen de última generación. Poster no.: S-0805 Congreso: SERAM 2014 Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa Autores: 1 2 A. Sanchez Martin , A. Framiñan de Miguel , J. A. Juanes 2 3 3 1 Mendez , C. Calvo Corbella , B. García Castaño ; Móstoles 2 3 (Madrid)/ES, Salamanca/ES, Madrid/ES Palabras clave: Neurorradiología cerebro, Vascular, RM, RM-Angiografía, TC-Angiografía, Aplicaciones informáticas-3D, Aneurismas, Malformaciones arteriovenosas DOI: 10.1594/seram2014/S-0805 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. 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Tenga en cuenta: Los enlaces a películas, presentaciones ppt y cualquier otros archivos multimedia no están disponibles en la versión en PDF de las presentaciones. Página 1 de 13 Objetivo docente Realizar un estudio exhaustivo de la vascularización del Sistema Límbico mediante angio-TC y angio-RM. Revisión del tema El sistema límbico comprende estructuras que reciben estímulos de diversas áreas del neuroeje y participa en conductas complejas e interrelacionadas como la memoria, el aprendizaje y las interacciones sociales. Así, las lesiones que afectan al sistema límbico producen generalmente una amplia gama de alteraciones, siendo muchas de estas lesiones debidas a problemas vasculares; por ello, una buena identificación anatómica de los vasos que irrigan este sistema permitirá llevar a cabo una mejor identificación de los cuadros patológicos que de las lesiones vasculares se derivan. La irrigación del sistema límbico procede de diversas fuentes. Los principales vasos que irrigan gran parte del sistema límbico son las arterias cerebrales anterior (ACA) y posterior (ACP), la arteria coroidea anterior (ACdA) y ramas que se originan del polígono de Willis (Fig 1). La ACA es la menor de las dos ramas terminales de la arteria carótida interna (ACI) y tiene varios segmentos principales, todos ellos con importantes ramas. En concreto el segmento A2 corresponde a la parte de la ACA que va desde su unión con la arteria comunicante anterior (ACoA) hasta su bifurcación en las arterias pericallosa y callosa marginal. El segmento A2 discurre hacia adelante en la cisterna de la lámina terminal y se incurva alrededor de la rodilla del cuerpo calloso. A continuación discurre hacia arriba dentro de la fisura longitudinal del cerebro (interhemisférica) y se bifurca cerca de la rodilla del cuerpo calloso en sus dos ramas terminales principales, las arterias pericallosa y callosomarginal. Así el área subcallosa y las porciones rostrales del giro cingular están irrigadas por ramas de la arteria cerebral anterior cuando rodea la rodilla del cuerpo calloso. La mayor parte del giro cingular y su istmo reciben irrigación por medio de la arteria pericallosa (fig 2 y 3). Los vasos que irrigan los núcleos hipotalámicos funcionalmente asociados al sistema límbico se originan del polígono de Willis. En general, las áreas rostrales del hipotálamo están irrigadas por ramas procedentes de la ACoA y de la ACA; la ACoA forma Página 2 de 13 técnicamente parte del Polígono de Willis, y no es una verdadera rama de la ACA. Sin embargo la mayoría de los investigadores tratan a la ACA y la ACoA como un único complejo. Las ramas perforantes de la ACoA están casi invariablemente presentes. Estos diminutos pero sin embargo importantes vasos pueden irrigar partes de la lámina terminal y el hipotálamo, la comisura anterior, el fórnix, el septum pelúcido, la circunvolución paraolfatoria, la circunvolución subcallosa y la parte anterior de la circunvolución del cíngulo. A veces estas ramas pueden incluso irrigar la parte interna del hemisferio mas allá de la rodilla del cuerpo calloso (Fig 3 y 4). La arteria coroidea anterior (ACdA) suele originarse de la arteria carótida interna, unos pocos milímetros por encima de la ACoP. A veces sus orígenes están invertidos. Inicialmente discurre por dentro de la cisterna supraselar, por debajo del tracto óptico (cintilla óptica) y en posición posteromedial alrededor del uncus o gancho del lóbulo temporal. Inmediatamente antes de alcanzar el cuerpo geniculado lateral, la ACdA hace un ángulo cerrado hacia fuera y penetra en la fisura coroidea del asta o cuerno temporal. El segmento intraventricular de la ACdA envía ramas a la fisura coroidea del asta temporal irrigando el plexo coroideo del ventrículo lateral. La pared propiamente dicha del ventrículo no suele estar irrigada por la ACdA. La ACdA tiene una irrigación recíproca con las arterias coroideas posteriores lateral (ACdPL) y medial (ACdPM). En el patrón habitual, la ACdA irriga el plexo coroideo del asta temporal y parte del trígono colateral (atrio). Ramas de la ACdA irrigan el tracto óptico, el pedúnculo cerebral, las circunvoluciones del uncus y del hipocampo (parahipocampal) del lóbulo temporal, partes del complejo amigdalino y estructuras adyacentes tales como la cola del núcleo caudado y la estría terminal. Las ramas perforantes de la ACdA pueden irrigar también parte del tálamo y las porciones sublenticular y retrolenticular de la cápsula interna. Aunque existen múltiples anastomosis entre los diferentes segmentos de la ACdA , así como con la ACdPL y ACdPM, son muy variables. Las áreas posteriores están irrigadas por ramas de la (ACoP) y de la porción proximal de la arteria cerebral posterior (ACP). En la mayoría de los casos las ACP se originan en la bifurcación de la arteria basilar. El segmento precomunicante (P1 o peduncular) es un segmento corto que se extiende desde su origen en la bifurcación basilar hasta su unión con la ACoP (Fig 6 y 7). El núcleo anterior del tálamo, estación sináptica importante del sistema límbico, está irrigado por las arterias talamoperforantes que se originan de la bifurcación basilar y del segmento P1 de la arteria cerebral posterior. Las ramas temporales de la ACP irrigan el giro parahipocampal. En concreto naciendo del segmento cuadrigémino (P3) de la ACP las arterias temporales inferiores irrigan la superficie inferior del lóbulo temporal, en relación recíproca con las ramas temporales de la ACM. Así, aunque el uncus puede recibir algunas ramas pequeñas de la arteria cerebral posterior, está irrigado principalmente por las arterias del uncus, que proceden del segmento M1 o segmento horizontal de la arteria cerebral media (Fig 9 y 10). Este segmento se extiende externamente desde su origen en la bifurcación de la ACI hasta su bifurcación o trifurcación en el surco lateral (Cisura de Silvio). Página 3 de 13 El drenaje venoso se realiza principalmente a través del sistema profundo drenando a las venas cerebrales internas VCI, las cuales reciben importantes venas tributarias de los lóbulos temporales medios, las venas basales de Rosenthal. Éstas cursan en dirección posterosuperior hasta las cisternas ambiens y, junto con la VCI, forman la vena cerebral magna (Vena de Galeno) que es un conducto venoso prominente que se incurva hacia atrás por debajo del esplenio del cuerpo calloso. La vena cerebral magna y el seno sagital inferior se unen para formar el seno recto y alcanzar finalmente la confluencia de senos o Tórcula de Herófilo para drenar al seno transverso (Fig 10, 11 y 12) Images for this section: Fig. 1: Angio RM del Polígono de Willis. Imágenes axial y coronal indicando sus ramas principales. Página 4 de 13 Fig. 2: Reconstrución volumétrica de angioTC en plano sagital oblícuo mostrando las arterias cerebrales anteriores y sus ramas pericallosa y calloso marginal. Página 5 de 13 Fig. 3: AngioRM del Polígno de Willis. Imagen sagital mostrando las arterias cerebrales anteriores y sus ramas pericallosa y calloso marginal. Fig. 4: Reconstrucción volumétrica de angioRM del polígono de Willis representando en proyección coronal oblícua y sagital la ACA y sus ramas, visualizándose también la ACoA. Página 6 de 13 Fig. 5: Reconstrución volumétrica de angioTC en plano axial oblícuo mostrando la ACA y la ACoA. Página 7 de 13 Fig. 6: Reconstrución volumétrica de angioTC en plano axial oblícuo mostrando el inicio del sistema vertebrobasilar, visualizándose la arteria basilar y el inicio de la ACP (segmento P1) Página 8 de 13 Fig. 7: AngioRM del Polígono de Willis mostrando de circulación vertebrobasilar, visualizándose la arteria basilar y la ACP (segmento A1). Página 9 de 13 Fig. 8: AngioRM del Polígono de Willis mostrando la ACM y su rama temporal anterior saliendo del segmento M1. Fig. 9: Reconstrucción volumétrica de angioTC en coronal y axial mostrando el segmento M1 de la ACM con su rama temporal anterior. Página 10 de 13 Fig. 10: AngioTc de senos venosos en proyección sagital oblícua mostrando las venas cerebrales internas recibiendo venas tributarias de los lóbulos temporales medios a través de las venas basales de Rosenthal. Fig. 11: Angiorm de senos venosos mostrando las venas cerebrales internas recibiendo venas tributarias de los lóbulos temporales medios a través de las venas basales de Rosenthal. Página 11 de 13 Fig. 12: Angiorm de senos venosos mostrando las venas cerebrales internas recibiendo venas tributarias de los lóbulos temporales medios a través de las venas basales de Rosenthal. Página 12 de 13 Conclusiones El conocimiento anatómico y de la vascularización del Sistema Límbico en la práctica clínica es de gran importancia debido al gran y variado espectro de alteraciones clínicas que se derivan de la patología vascular que puede afectar a estas áreas. Las técnicas de imagen actuales nos permiten valorar tanto las anomalías vasculares como las posibles lesiones cerebrales asociadas. Bibliografía Anne g. Osborn (2000) Angiografía cerebral. 2º ed. Marban. Anne g. Osborn y col. (2004) Diagnóstic imaginng brain. Amirsys. H Ric. Harnsberger y col. (2006) Diagnostic and surgical imaging anatomy. 1º ed. Amirsys. Duane E Haines y col. (2014) Principios de neurociencia. Aplicaciones básicas y clínicas. 4º ed. Elsiever. Página 13 de 13