Diálogo entre abortista y no-abortista: Bernard: abortista James: no abortista Bernard y James son dos científicos y doctores amigos. Desde muy jóvenes han compartido su pasión por la vida humana y por la naturaleza en general. Juntos estudiaron medicina en una gran universidad y se graduaron con notas destacadas. Hoy son profesionales y siguen siendo amigos (nadie más lo entiende en su pasión tan ‘nerd’ y obsesiva por la ciencia…..). Un día, saliendo de la consulta Bernard llamó a James para ir a tomar un café y conversar: había algo que lo había dejado muy pensante y muy aproblemado después de una consulta con una mujer de embarazo no deseado. Ella recurría a él para que la ayudara a resolver su ‘problema’ del embarazo (para ayudarla a abortar). Bernard (sin que James lo supiera) había hecho abortos cientos de veces, pero esta vez la señorita que entró a su consulta hizo que le surgiera una duda y cuestionara muy fuertemente sus principios. Le hizo una intervención para palpar al feto, y había vivido una experiencia fuertísima que le había quitado la paz por completo….. Bernard: Gracias por acompañarme hoy, de verdad necesito hablar, James. Sé que tienes mucho trabajo al igual que yo, por eso valoro tanto que hayas aceptado mi invitación. James: No es nada, Bern, no te preocupes. Me ha sucedido muchas veces que necesito desconectarme del trabajo y siempre me alivia poder recurrir a un amigo, alguien externo a tu familia, que te escuche. Y bueno, para eso estamos los amigos, ¿no? Cuéntame, ¿qué te aproblema? Bernard: Bueno, sucede que hoy tuve una consulta muy particular, una mujer embarazada que no quería estarlo (había sido violada). Me contó su dramática historia, me conmoví profundamente y empaticé mucho con su necesidad de deshacerse de su embarazo para…… James: ¡Espera! No me querrás decir que compartiste su decisión de abortar, ¿¡¿¡¿¡no?!?!?! Supongo que no piensas así… (pero al ver la cara de Bernard, James supo de inmediato lo que preguntaba no era nada descabellado para su amigo, se dio cuenta de que éste efectivamente quería y pretendía abortar esa vida humana) ¿O eso es lo que piensas, Bernard? Bern: Bueno, James, el mundo ha cambiado…Estamos en la era moderna…, y la verdad es que la ética de antaño está vieja y ya no nos sirve a nuestros tiempos. Hoy la gente aborta y eso ha dejado de ser visto como algo malo. Ya no es un asesinato, en ningún caso, es simplemente una ayuda a la madre que se ve aproblemada con su embarazo: quien cargando con ese ‘problema’ no puede continuar su profesión, se siente mal y atacada por el embrión, no logra conciliar el sueño, es socialmente rechazada por estar embarazada sin una pareja estable y sin haberlo planeado. James: Sí, Bern, pero sucede que todos esos argumentos no valen NADA al lado del argumento de una ¡¡VIDA HUMANA!! La mujer tiene derechos, eso es algo completamente cierto que esta época ha descubierto con especial lucidez, pero ¡¡no se compara con el derecho a la vida!! Eso es ridículo, sería como justificar que alguien me mate por haberle arañado el brazo sin querer en una fila de supermercado...¿Te parece proporcionado acaso? ¿No ves lo absurdo que es? Bern: Claro que si lo pones así suena absurdo, pero no es un caso comparable. Es malo tu ejemplo porque la vida de una persona (de aquella que espera en la fila de supermercado) no se compara con la vida de un mero feto humano (un pedazo de células que a lo más forma una mórula), ¡pero que está lejos de ser persona! James: ¿O sea que dices que el feto humano no es persona? ¿Y qué te hace pensar eso? Bern: Pues que lo que define a una persona es su autoconciencia y racionalidad actual: tener conciencia de que existo, de que soy Yo, con una cierta identidad y personalidad. Y por otro lado, tener razón para pensar, capacidad para argumentar, calcular, resolver problemas lógicamente, comunicarme, realizar inventos y descubrimientos. Tú y yo pensamos y sabemos quienes somos, Jimmy, pero un feto no tiene idea ¡¡¡POR FAVOR!!! James: Es verdad que los fetos no tienen todavía esos rasgos, pero esa es la clave amigo: que no los tienen TO-DAVI-A, pero podemos estar seguros de que los fetos sanos los tendrán sí o sí cuando crezcan y se desarrollen. Bern: Bueno, pero que los VAYAN A TENER en un futuro no los hace personas ahora, no mientras no los tienen, ¡sería una injusticia o una patudez de su parte creerse personas porque VAN A SER racionales en el futuro! ¿No crees como yo, Jimmy? James: ¡Aah! Veo tu punto: o sea dices algo así como que todavía no pueden tener esos derechos que les damos a las personas (racionales y autoconcientes), porque todavía no tienen esas características superiores. Mmm, en cierta forma tiene sentido tu punto… (James se quedó muy pensativo hasta que Bern interrumpió su reflexión moral). Bern: Claro, es justamente eso. El príncipe va a ser rey en un futuro, ¿cierto? Es un rey en potencia. James: Pues claro. Bern: Pero, ¿por el hecho de llegar a ser rey en el futuro, crees que debe tener los derechos del rey? ¿Tomar las decisiones de la ciudadanía, tener siervos y esclavos a su obediencia, ser el máximo poder de una monarquía, etc.? ¡Obviamente piensas que no y que eso sería injusto! No puede tener los derechos del rey mientras no lo sea, ¿entiendes? Lo mismo con el feto, no puede tener derechos de persona si todavía no es persona, si todavía no es racional ni auto-conciente. ¡La POTENCIALIDAD no da derechos! James: Ya, pero hay algo que me parece raro en todo eso Bern: ¿cuándo comenzaría a ser persona? ¿En qué momento preciso pasaría a tener racionalidad y autoconciencia y la podríamos llamar persona? Además, ¿cómo podemos saberlo con certeza? ¿Cómo saber con precisión CUÁNDO darle derechos? Pues basta analizar su desarrollo para darse cuenta de que nunca sufre un quiebre, una transformación radical que nos permita saberlo. No veo un límite claro en su desarrollo que nos permita afirmar que de pronto ha pasado a ser persona. Me parece raro que creas que se pasa a ser persona sólo cuando se activan esas capacidades de pensar y ser autoconsciente, además que eso no ocurre en un sólo instante sino poco a poco. Los dos conocemos como funciona el cuerpo humano, Bern, y está archi-demostrado que su desarrollo es GRADUAL Y PROGRESIVO. Todas las capacidades se van adquiriendo DE A POCO, con el tiempo, y no en un instante preciso. ¡Eso no existe en el desarrollo vital! Bern: Sí, es verdad que es progresivo, y que es MUY difícil saber cuando un bebé deja de serlo y pasa a ser persona… James: ¡Y NO SÓLO ESO, BERN! Tu acabas de decir que se es persona cuando se es ACTUALMENTE RACIONAL y AUTOCONCIENTE, ¡y NO se es eso hasta la adultez! Los niños no son del todo racionales, la psiquiatría lo ha demostrado, ni tampoco plenamente conscientes de su identidad. Es decir, según tu argumento tampoco los niños son personas y puede matárselos cuando y como se quiera (se quedo pensando un poco y se acordó de su padre, que estaba ya muy anciano y en la clínica conectado a maquinas porque había tenido un paro cardíaco) ¡NI TAMPOCO LOS ANCIANOS o PERSONAS EN COMA serían personas! Y para qué decir los discapacitados mentales… Por Dios, Bernard, ¡qué barbaridad estás diciendo con tu argumento! No sólo es inhumano sino que es ABSURDO… Bern: Sí, es un poco extraño, pero es que no puedo decir que un ser racional ‘en potencia’ es persona. Si el feto es persona y se merece derechos porque VA A SER racional y autoconsciente en su adultez, ¿entonces tendríamos que afirmar los espermios también lo van a ser y merecen derechos por eso? ¡Eso es aún más ridículo! James: Haber, haber, haber…: aquí hay no sólo una sino dos cosas extrañas, Bern. Partamos por la primera: 1. Dices que sólo quien es racional y autoconsciente en ESTE momento es persona. Es decir, sólo el ser humano ADULTO NORMAL es persona, pero antes no lo fue y dejará de serlo en la vejez. En otras palabras, tú dices que la categoría de ‘PERSONA’ es como una etapa más del desarrollo humano, como decir feto-niño-persona-ancianoveterano…. Pero no como el carácter de ese ser en todas las etapas de su desarrollo. Obviamente el feto NO es un adulto normal, en eso estamos de acuerdo, pero sí es PERSONA. Bern: Entonces ¿qué define a la persona según tú, James? ¿No crees que su racionalidad y autoconsciencia? James: Sí, eso la CARACTERIZA y la hace UN SER SUPERIOR, pero no lo que le da carácter de persona. Persona es todo ser humano que FORMA PARTE de una especie cuyos adultos sanos son racionales y autoconscientes. Si aún no lo es, dejó de serlo, o nunca lo será es tema aparte… Es cierto que la potencialidad no es el acto, y que el espermio NO ES el feto aunque pueda llegar a serlo, ni tampoco el árbol es papel o mesa, aunque pueda llegar a convertirse en eso, pero ese argumento no vale para este caso porque: - El espermio es potencialmente feto, pero no tiene por qué llegar a serlo: su curso natural de desarrollo no es el feto, se necesita ALGO EXTERNO para que lo sea (óvulo). Al igual que el árbol-mesa: el árbol solo con su crecimiento no llegará a ser mesa, necesita de un taladro y de un carpintero. En el ser mismo del espermio y el árbol NO está contenido el feto ni la mesa. Mientras que el feto tiene EN SU SER TODO para llegar a ser adulto normal y racional, sólo le falta tiempo y crecimiento. No necesita NADA externo. Al igual que la semilla para ser árbol. Sólo hay que ‘dejarlos ser’ y llegaran a ser árbol y adultos racionales, no necesitan de una intervención externa o de OTRA COSA para pasar de la potencia al acto. Por eso se puede decir que aunque NO LO SON TODAVÍA, LO SON en cierta forma porque contienen en su interior TODO el material para serlo, YA TIENEN el poder, sólo falta que se ACTIVE. ¿Entiendes lo que digo, Bernard? Bern: Sí, es la diferencia que llaman POTENCIALIDAD INTRINSECA y POTENCIALIDAD EXTRINSECA, ¿no? James: Así es. Bern: pero aún no me convence del todo que: porque el feto tiene una potencialidad intrínseca para ser racional, ya pueda llamárselo persona cuando es feto, y respetárselo como tal. O porque la semilla tiene todo para ser roble, por ejemplo, pueda ser llamada roble. James: es difícil, pero piénsalo así: imagina que compras una semilla de roble (bellota) para plantar en tu jardín, le pones un nombre y la plantas. Imagina que le pusiste ALEJANDRA a la semilla. Que dirás cuando Alejandra esté grande y se haya vuelto un gran roble? ¿Dirás acaso “¡Miren!, esa era la semilla Alejandra, que ahora se convirtió en Roble”? o dirás “¡Miren qué grande está Alejandra! ¡Por fin creció!” Obviamente dirás lo segundo, porque aunque ahora es roble y antes solo era bellota, ES LA MISMA IDENTIDAD, es lo que se llama un SUBSISTENTE, algo que pasó por diversas etapas pero que siempre fue el mismo ser. Lo mismo sucede con el feto, tu puedes decir: “el feto llegó a ser ADULTO o cambió de etapa, pero no llegó a ser PERSONA, la persona es lo que lleva el nombre: el subsistente, y eso NO CAMBIA con el tiempo. Cuando yo miro una foto de mi ecografía no digo: “¡Miren, esa era la que iba a ser yo!” sino que digo “¡Miren, esa soy yo cuando estaba en la guata de mi mamá!” Somos la misma persona desde que nos conciben hasta que morimos, Bernard. Sólo vamos desarrollándonos y van evolucionando nuestras capacidades, pero no hay ninguna diferencia entre lo que ERAS en el útero de tu madre y lo que ERES ahora: sólo pasó el tiempo, tú siempre fuiste ser humano, siempre fuiste persona, siempre fuiste el mismo Bernard: ya CONTENÍAS TODO EN TÍ, tus genes, tu color de ojos, pelo, altura, personalidad. Sólo DESPLEGASTE eso que YA ERAS, tu esencia. Por lo tanto, Bern, creo que no puedes abortar ese embrión. Es un asesinato a una persona humana, aunque tenga dos días, ocho meses o noventa años. Bernard no se movía. Estaba estupefacto y se veía muy angustiado. Entonces James decidió preguntarle: James: Bern, por que si estabas tan decidido a hacerle una aborto a esa mujer no lo hiciste? ¿Qué fue eso que te conmovió tanto y te impidió hacérselo? ¿Qué fue eso que te llevo a venir a hablar conmigo? Bernard: James, que estaba palpando el feto para saber cual era su condición y así saber cómo era más fácil matarlo, cuando de pronto……..(Bernard se detuvo y simultáneamente comenzó a llorar con fuertes sollozos, sin detenerse, angustiado desde lo mas profundo de su ser. Luego de un rato, prosiguió con la voz entrecortada….) ¡¡¡ME TOMÓ EL DEDO Y LO APRETÓ, James!!! ¡El feto me tomo el dedo para defenderse! James: Bueno, Bern. Como toda persona humana, creo que te quería decir (sin poder hacerlo con palabras) que quería vivir y lo merecía…. Bern se secó los ojos y abrazÓ a su amigo. Desde allí en adelante se prometió a sí mismo no volver a cometer un aborto nunca más en su vida.