EL TERCER INFORME Sen. Genaro Borrego Me corresponde

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EL TERCER INFORME
Sen. Genaro Borrego
Me corresponde desempeñar el papel de oposición. Hoy gobierna Zacatecas
un partido diferente al que represento y por lo tanto la responsabilidad
democrática que debo asumir es la de plantear las posiciones críticas que
sirvan al mejor desempeño gubernamental. El hecho de no pretender nada
más en la política local me coloca al margen de los intereses y por lo tanto me
permite expresar con toda claridad aquellos puntos de vista que solo pretenden
contribuir al bien de Zacatecas.
El tercer informe de Gobierno es la mitad del camino de un período sexenal.
Se trata de un tiempo suficiente para conocer los elementos característicos de
un régimen gubernamental tanto en sus estrategias de conjunto como de sus
acciones específicas y las circunstancias del entorno en que se han llevado a
cabo.
Hay dos estrategias de Gobierno claramente observables, una que se efectúa
en el ámbito meramente local y otra que se despliega hacia afuera. Tenemos
un gobernador que simultáneamente actúa en dos canchas: la estatal y la
nacional. En la primera para consolidarse como el caudillo y en la segunda
para proyectarse como el esperado líder de la nueva izquierda mexicana. La
primera es la plataforma; la segunda es el objetivo.
Sin embargo, la promesa fundamental de campaña que se convirtió en
mandato ineludible después de la elección de 1998 fue “el cambio”. Es por ello
que el informe evidencia un afán por demostrar que en efecto Zacatecas ha
cambiado, teniendo como principal argumento la descalificación del pasado
más que la demostración en el presente de la supuesta transformación. Antes
todo era malo y hoy todo es bueno. Abundan en el Informe las comparaciones
cuantitativas acomodadas de tal manera para que se logre el efecto buscado:
¡Este gobierno es el mejor! Ojalá y qué bueno fuera, pero… y el cambio?
Dónde está, cuál es, en qué consistió, cómo se refleja el cambio en la vida
cotidiana de los zacatecanos y cuál es la proyección del cambio hacia el futuro
mejor que queremos para Zacatecas.
En materia política el cambio no ha sido para establecer un sistema abierto,
democrático, respetuoso de la pluralidad, incluyente, con poderes
redistribuidos, aliento a la crítica e instituciones democráticas autónomas. La
realidad es que el poder está aún más concentrado en una sola persona la cual
amedrenta, manipula, premia, castiga y utiliza todo tipo de artificios para que su
voluntad se cumpla a favor de sus propios intereses políticos personales, de
grupo y de partido. Tenemos un gobierno de corte populista autoritario
encabezado por un hábil caudillo más con ambiciones para escalar que con convicciones
para gobernar democráticamente.
En materia económica no existe un planteamiento y estrategia de fondo. El tema es
complejo y de carácter estructural. Ciertamente es imposible modificar en un solo sexenio y
menos en tres años la situación prevaleciente. No obstante son desconocidos o inexistentes
los trazos del cambio estructural. Zacatecas sigue viviendo casi exclusivamente de las
remesas de dólares que crecientemente llegan de nuestros migrantes en Estados Unidos y
del gasto público. Son marginales los recursos que tienen su origen en la producción de
bienes y servicios generados en la propia entidad.
El campo se encuentra en uno de sus peores momentos. No hay avance sino retroceso. La
industria se instala, crece y genera efectos multiplicadores en otras entidades. En Zacatecas
sigue siendo lamentablemente irrelevante. El turismo se ha degradado. Funciona casi por
inercia. El turismo cultural de altos ingresos con amplia capacidad de derrama y
diversificación de servicios, ha sido sustituido por un turismo “mochilero” de bajos recursos y
limitado potencial para la generación de beneficios económicos para la sociedad. Se carece
de una estrategia coherente y bien direccionada hacia el “nicho” de mercado turístico que
nos conviene y en el que somos competitivos. Nuestros atractivos y posibilidades son
enormes en este rubro, y no han tenido la adecuada promoción y aprovechamiento. Por
cierto, enhorabuena por el nuevo museo de arte abstracto Manuel Felguérez. Se trata de un
espacio magnífico que enriquece el patrimonio artístico y cultural de nuestra ciudad capital.
Felicidades; es un museo extraordinario a la altura de los mejores del mundo en su tipo.
Este es uno más de los atractivos que hay que promover con inteligencia y eficacia para el
tipo de turismo cultural que nos interesa.
El comercio como actividad económica no genera riqueza, sólo algunos empleos nada
desdeñables para nuestra gente. Bienvenida la promoción y realizaciones en este rubro
aunque repito, el comercio no genera riqueza para la entidad sólo para los dueños; sin
embargo hay que reconocer la contribución importante que hacen
los nuevos
establecimientos para la modernización de nuestra actividad comercial.
En materia social la situación es muy grave. La pobreza es enorme y se ha acentuado. Los
programas de apoyo a la gente con profundas carencias y necesidades son insuficientes no
tan sólo por la falta de recursos presupuestales sino sobre todo por la falta de imaginación y
de voluntad.
En resumen; el verdadero cambio es inexistente y cuando se ha dado es para atrás. Hay
más gobierno autoritario y menos gobierno democrático. La estructura económica está
intocada y los programas sociales, la salud y la educación retroceden. La Universidad
Autónoma de Zacatecas está abandonada a su suerte.
Sobra politiquería y promoción de la imagen personal. Falta estrategia para el cambio
estructural en nuestra economía, creación de empleos y gestión social. Sobran aduladores
interesados. Faltan amigos sinceros.
Ahí viene el anunciado referéndum. El voto de más del 95% de los zacatecanos incluyendo
el mío será porque siga el gobernador Monreal. ¿Quién quiere un relevo a estas alturas?
Hasta el próximo martes.
Septiembre 17 del 2001.
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