Revista Latinoamericana de Psicología ISSN: 0120-0534 direccion.rlp@konradlorenz.edu.co Fundación Universitaria Konrad Lorenz Colombia Molero, C.; Candela, C.; Cortés, M. T. La conducta prosocial: una vision de conjunto Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 31, núm. 2, 1999, pp. 325-353 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80531207 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto REVISTA 1999 LATINOAMERICANA DE PSICOLOGIA 31 - N° 2 325-353 VOLUMEN LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO C. MOLERO ". C. CANDELA y M. T. CORTÉS Universidad de Valencia. España ABSTRACT This paper presents a review of the historical evolution of the prosocial behavior concept, in order to offer a current perspective regarding this topic. This study describes the most relevant viewpoints which exist today on prosocial behavior, using the research carried out by González Portal el al. (1989, 1992) as a starting point. This paper is based on the information included in the Psychological Abstracts data base. for the years 1989 to 1997 with the aim of analyzing the scientific productivity on this topic, including: The authors, the most relevant research centers, and the specific areas investigated during this period within the field of prosocial behavior. Key words: Prosocial, helping behavior, altruism, empalhy. * Correspondencia: Carmen Molero. Universidad de Valencia, Facultad de Psicología. Departamento de Psicología Básica, Ave. Blasco Ibáñez, 21-46010 - Valencia. España. E-mail: Carmen.Molero@uv.es 326 MOLERO, CANDELA Y CORTES RESUMEN En el presente trabajo se lleva a cabo una revisión de la evolución histórica que ha experimentado el concepto prosocial, intentando ofrecer una visión actualizada del mismo. Partiendo de la investigación de González Portal et al. (1989,1992), como marco de referencia, se presentan las perspectivas actuales que gozan de mayor relevancia en esta área. Con objeto de analizar el incremento en la producción científica, los autores más importantes y las líneas de investigación que sobre el comportamiento prosocial se han ido desarrollando; se utiliza el material recensionado a lo largo del período comprendido entre 1989 y 1997 en la base de datos del Psychological Abstracts. Palabras clave: Prosocial, conducta de ayuda, altruismo, empatía. INTRODUCCION En los últimos años se ha desarrollado un gran interés por la conducta prosocial; podríamos decir que como resultado de una mayor sensibilidad ante la injusticia y el trato discriminatorio de mujeres, ancianos, homosexuales, niños con problemas físicos y jóvenes con problemas sociales, así como de la existencia creciente de demostraciones crueles por parte del ser humano y del aumento de la delincuencia. El interés de los científicos se centra en estudiar de qué modo el ser humano puede socializarse para llegar a ser un miembro positivo de su comunidad. En lo que se refiere a las distintas fuentes documentales con que contamos los psicólogos, González Portal (1995) afirma que durante las últimas décadas hemos venido observando la creciente aparición, bien en la modalidad de artículos de investigación, bien los de tesis doctorales o en la de libros, de un considerable número de trabajos en los que se hace referencia a un nuevo concepto: el de conducta prosocial. Así, nos encontramos ante un tema que se ha desarrollado principalmente por dos razones: en primer lugar, por el surgimiento y la evolución histórica del propio constructo prosocial, y en segundo lugar, propiciado e instigado por las circunstancias sociales que implican a los profesionales, al solicitárseles soluciones y aplicaciones de programas específicos de prevención y/o intervención. Ver Rivera y Ardila (1983). El objetivo principal del presente trabajo es ofrecer una visión de conjunto, en versión analítico-cuantitativa y cualitativa, sobre el campo científico que abarca la conducta prosocial, su potenciación y las fuentes documentales al respecto. Para ello, partiendo del trabajo de González Portal et al. (1989), se llevará a cabo un análisis de la producción científica que aparece en el LA CONDUCTA PROS.OCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 327 Psychological Abstract sobre este tema, tomando en consideración el período temporal comprendido entre 1989 y 1997, ambos inclusive. Así pues, además de presentar los resultados cuantitativos obtenidos del análisis bibliométrico efectuado, se mostrarán los antecedentes históricos de esta área de estudio, así como la evolución de la investigación sobre conducta prosocial vista a través del análisis de las publicaciones de los autores que más han trabajado sobre el tema. ANTECEDENTES HISTORICOS Según González Portal (1995), es en los años sesenta cuando se inicia una línea de investigación sobre el comportamiento de ayuda en situaciones interpersonales. En la misma se destacaron dos autores: Darley y Latané (Tabla 1), los cuales analizaron la investigación en situaciones de emergencia, introduciendo el denominado efecto del espectador (bystander effect). Este efecto (Darley y Latané, 1968) mostraba cómo la presencia de testigos pasivos en un incidente hacía disminuir la probabilidad de una intervención individual por parte de alguno de ellos. TABLA 1 Resumen sobre los antecedentes históricos de la conducta prosocial DARLEY Y LA T ANÉ Estudiaron la intervención en emergencias: (1968) con la gran aportación del concepto de efecto del espectador .. PillA VIN, RODlN, Investigación sobre el comportamiento y PIllA VIN (1969) aplicándola al contexto de la vida cotidiana. Proponen un modelo de ayuda, fuera del laboratorio. explicativo basado en una matriz de costos-recompensas. COKE, BATSON, Presentan un modelo de dos etapas para explicar la ayuda mediada y McDA VIS (1978) por la empatía, en función de dos factores: - activación emocional (arousal), - toma de perspectiva (ponerse en el lugar del otro). SNYDER E ICKES Explican ia conducta prosocial en función de las tendencias (1985) disposicionales de los sujetos y de los factores situacionales (en función de la fuerza de los «impulsos» al comportamiento). BA TSON (1987) Consideran la conducta prosocial en función del tipo de contexto en que BATSON ET AL. (1986) se da (escape fácil vs. escape difícil): los sujetos verdaderamente altruistas ayudarán cuando el escape sea fácil. 328 MOLERO, CANDELA Y CORTES Pero, a nivel general se aprecia cómo el grupo de investigaciones iniciadas por estos autores se dirigió a la clarificación y estudio de lo que en principio se llamó el concepto de altruismo. y que ha sido reformulado posteriormente en términos de conducta prosocial de ayuda. siendo conceptualizado por González Portal como conducta prosocial de tipo asistencial (González Portal, 1995). La enorme repercusión alcanzada por Latané y Darley se debió a cuatro tipos de razones: • • • • Dieron a conocer el fenómeno de la inhibición social de ayuda; Analizaron un problema real de enorme interés público; Alcanzaron un alto nivel experimental en sus investigaciones y Propusieron un marco teórico que incluía tres tipos de procesos psicológicos: la influencia social, la inhibición de la audiencia y la difusión de la responsabilidad. Conforme se fue instaurando la investigación en este ámbito, observamos cómo los estudios efectuados sobre el comportamiento de ayuda en el contexto de situaciones críticas se centraron en el análisis de la población adulta (Frydman y Ritucci, 1988). Estos trabajos efectuados en su mayoría en laboratorios permitieron, al menos, identificar ciertas variables que favorecían la reacción de huida o de abstención, como por ejemplo la presencia de testigos o la ambigüedad de la situación. Pero, aunque se reconoce el interés de estos trabajos realizados por los psicólogos sociales estadounidenses, sí se les critica su carácter artificial, por desarrollarse en situaciones de laboratorio, a pesar de que con ello se buscaba garantizar la generalización de resultados. Con el fin de superar las deficiencias de la experimentación en laboratorio en el área de las ciencias del comportamiento, el campo de trabajo se trasladó al contexto de actividades de la vida cotidiana. Dentro de esta nueva orientación, Frydman y Ritucci (1988) aluden a un conjunto de autores, entre los que destacan Piliavin, Rodin, y Piliavin (1969). Estos analizaron el comportamiento de ayuda en situaciones externas al laboratorio (experimentos de campo). Probaron, en una situación de viaje en metro, los efectos que el tipo de víctima (enfermo o ebrio) y la apariencia étnica de la misma (blanco o negro) tenían sobre la frecuencia y rapidez del comportamiento de ayuda. Fueron analizadas alrededor de 4.450 personas, las cuales viajaron en una línea concreta del metro de Nueva York yen una semana determinada. Durante el trayecto, un equipo de estudiantes ponían en práctica un patrón de comportamiento que había aprendido. Uno de ellos (estudiante cómplice) se tumbaba en el suelo haciéndose pasar por una víctima de un ataque epiléptico y permanecía allí hasta que alguien le socorriera. Si esto no sucedía, otro estudiante del equipo intervenía para ayudarle. A lo largo de toda esta situación, otros miembros del equipo se encargaban de recoger toda LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 329 la información posible relativa a: número de sujetos presentes en el vagón, y número de ellos que intervenían en la situación, reacciones y comentarios de los testigos ... (Piliavin et al., 1969). Los resultados mostraron la existencia de diferencias significativas respecto a la intervención en una situación de laboratorio*. En el caso de que la víctima llevase bastón y tuviese apariencia enfermiza, el comportamiento de ayuda alcanzaba aproximadamente un 83%. Si la víctima parecía estar bebida, esta ayuda se reducía hasta un 50%. En otros experimentos (Piliavin y Piliavin, 1972), estos autores propusieron un modelo explicati vo del comportamiento de ayuda basado en una matriz costorecompensa. Este modelo, tal como su nombre indica, incluía tanto los costos como las recompensas que se asociaban a la ayuda y a la ausencia de la misma. Según este modelo, es menos probable que se de el comportamiento de ayuda cuando éste suponga un costo muy alto para el individuo y la abstención de la ayuda, es decir, la indiferencia ante la persona necesitada, suponga un costo bajo. En este caso, el resultado final seguramente será la abstención o indiferencia. En este tipo de situaciones es donde posiblemente juegue un papel relevante el fenómeno de la difusión de la responsabilidad, según el cual es menos probable que un sujeto intervenga en caso de estar rodeado de sujetos que no lo hacen. Según se va desarrollando la psicología cognitiva, se introducen elementos en las teorías y modelos que tratan de explicar la conducta prosocial, y en concreto el comportamiento de ayuda. De esta forma, Coke, Batson, y McDavis (1978) propusieron un modelo de dos etapas sobre este comportamiento mediado por la empatía y basado en la activación emocional y la toma de perspectiva. Estos autores rechazaban la opinión de que la empatía fuese únicamente un proceso de toma de perspectiva del otro. En su lugar, defendían que era el resultado de una respuesta emocional basada en el arousal fisiológico; aunque no le restaban importancia a la cognición en ese proceso. Además mantenían que adoptar la perspectiva de una persona necesitada tendía a incrementar la respuesta emocional empática de uno mismo, y también que la emoción empática incrementaba, a su vez, la motivación para ver reducida la necesidad de esa persona (Coke et al., p. 753). La consideración de los factores cognitivos en el proceso del comportamiento de ayuda llevó a los investigadores a estudiar la empatia como uno de los * Por ejemplo, en la investigación de laboratorio efectuada por Darley y Latané (1968), encontraron un porcentaje de ayuda del 31 % cuando el grupo experimental estaba constituido por 6 sujetos, y uno de ellos, el cómplice, simulaba un ataque epiléptico. En otra investigación realizada por Clark y Word (1972), encontraron porcentajes de ayuda similares, 30%. 330 MOLERO, CANDELA Y CORTES mediadores de dicho comportamiento. Entre los autores más relevantes podemos citar a Archer, Diaz-Loving, Gollwitzer, Davis, y Foushee (1981), quienes están de acuerdo con el modelo planteado por Coke, Batson, y McDavis (1978) aunque ampliaron el proceso descrito por aquellos incluyendo dos factores: un factor disposicional -diferencias individuales en empatíay un factor situacional evaluación potencial de los otros (demanda). Estos autores argumentaron que la empatía como factor personal y el potencial para la evaluación social como factor situacional, influían independientemente y en interacción en la disponibilidad para la ayuda. Hay una razón para creer que la empatía disposicional y la evaluación social pueden haber contribuido conjunta y directamente a los efectos de ayuda obtenidos por Coke et al. (1978) en su prueba del modelo de dos etapas, citado anteriormente. En el experimento de Archer et al. (1981), se instruía a los sujetos para que empatizaran con un estudiante que necesitaba desesperadamente voluntarios para completar su tesis de investigación. A partir de los resultados de este estudio, los autores concluyeron que la interacción entre la empatía y los aspectos evaluativos de la situación sugería que lo sujetos con mayor empatía serían más sensibles a las demandas de ayuda del experimento. Además, también concluyeron que las personas que habitualmente empatizan tendrían más probabilidades de experimentar empatía que los sujetos que no solían empatizar (Archer et al., 1981). Las fuentes de la emoción podrían ser dos: un sentimiento de interés empático -un deseo altruista, centrado en el otro- por reducir la preocupación de los demás, o, por el contrario, podría ser un sentimiento de preocupación personal-deseo egoísta, auto-interesadopor reducir la propia activación. El paralelismo entre los resultados del análisis del interés empático y los del índice de malestar personal sugirieron que las dos emociones estaban interrelacionadas. Los sujetos con puntuaciones en empatía disposicional más altas, expuestos a la manipulación de la demanda, se sentían, no sólo más interesados por la persona necesitada, sino también más interesados por sí mismos (Archer et al., 1981). Para investigar la relación entre el interés empático, la preocupación personal y la ayuda, los autores realizaron una regresión múltiple sobre la ayuda. en la que introdujeron como predictores las puntuaciones de los sujetos en los índices de interés empático y de preocupación personal. Los resultados de este análisis no coincidían con el argumento de Coke et al. (1978) de que el malestar personal no jugaba un papel mediador en la ayuda. Además, proporcionaban apoyo a la afirmación de Archer et al. (1981) de que la ayuda estaba influida por el interésempáticoy por el malestar personal, emociones que eran las más fuertes para aquellos sujetos altos en empatía disposicional, que estaban sometidos a las características de la demanda (Archer et al., 1981). LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 331 Otros estudios que surgieron en esta década se centraron en las variables de personalidad del individuo, y en la forma en que ésta interaccionaba con las demandas situacionales. Se trataba de comprobar si existía una personalidad que por sí misma fuese altruista, o si por el contrario, el comportamiento de ayuda dependía de las demandas del ambiente, o de la interacción de ambos. Según CarIo, Eisenberg, Troyer, Switzer, y Speer (1991), Snyder e Ickes (1985) sugirieron una hipótesis sobre cuándo era más probable que las disposiciones hacia la conducta prosocial se manifestasen. Argumentaron que la amplitud de la relación entre las variables de personalidad y el comportamiento variaba en función de la fuerza de «los impulsos» que motivaban el comportamiento en un contexto experimental. En un ambiente fuerte (por ejemplo, manipulaciones experimentales o demandas situacionales), los factores situacionales que influían en el comportamiento eran tan fuertes que la influencia de las tendencias disposicionales de los individuos estaba limitada e incluso podía ser ignorada por factores situacionales relevantes. En contraste, en un ambiente suave (es decir, en una situación no manipulada o en un ambiente con menos demandas), las tendencias de respuesta natural de los individuos se expresaban libremente. Así, resultaba menos probable que las medidas de las disposiciones estuviesen relacionadas significativamente con el comportamiento social en un contexto experimental que implicase una fuerte manipulación, y más probable que esta relación se diese en un contexto que implicase manipulaciones suaves (Snyder e Ickes, 1985). En la década de los ochenta hubo un considerable debate sobre si hayo no una personalidad altruista (Batson, Bolen, Cross y Neuringer-Benefiel, 1986). Entre las variables relevantes para la noción de una disposición altruista se incluyen las tendencias cognitivas y afectivas orientadas hacia la compasión (es decir, interés o ayuda orientada hacia otro), responsabi lidad social, atribución de responsabilidad, y toma de perspectiva (es decir, entendimiento del punto de vista cognitivo del otro o de la situación afectiva; Batson el al., 1986). Además, son pocos los investigadores que afirmarían que las personas con una personalidad altruista son más prosociales en todos los contextos. Aún más, de forma consistente con las perspectivas prevalentes sobre la personalidad, los que han mantenido la noción de la personalidad altruista han sugerido que hay una interacción persona-situación en cuanto a las tendencias altruistas. Sin embargo, no ha habido consenso en cuanto a las situaciones en que las tendencias altruistas son evidentes (Snyder e Ickes, 1985). Por ejemplo, Batson (1987) examinó los contextos en los que es posible que la diferenciación situacional produzca compasión a partir del malestar personal situacional (es decir, una reacción aversiva, centrada en sí mismo, ante las señales de los demás); Davis (1983) ha argumentado que es posible que las respuestas de compasión lleven a 332 MOLERO. CANDELA Y CORTES respuestas de ayuda motivada altruísticamente, mientras que la preocupación personal puede o no llevar a respuestas de ayuda motivadas egoístamente. Específicamente, cuando el escape de la situación estresante es difícil (por ejemplo, cuando no se puede evitar la situación evocador de emoción), una persona que experimenta malestar personal puede ayudar al necesitado principalmente para aliviar su propia preocupación inducida vicariamente. Sin embargo, cuando el escape es fácil (por ejemplo, cuando uno puede dejar la situación con muy pocas o ninguna consecuencia auto-impuesta o impuesta por otros), la gente que sufre preocupación personal normalmente evita la situación para aliviar su propia preocupación, mientras que los individuos que experimentan compasión es más probable que intervengan (Batson, 1987). Como puede apreciarse en la década de los ochenta se produjo una renovación en el campo de la intervención del comportamiento agresivo y de la delincuencia, con nuevas alternativas teórico-explicativas y derivaciones aplicadas (González Portal, 1995). Esta renovación se vio impulsada desde dos ámbitos: en primer lugar, desde el ámbito social, por las demandas de una sociedad insatisfecha con los sistemas tradicionales punitivos e institucionales; y eri segundo lugar, desde el ámbito profesional, por los avances logrados en la conceptualización del proceso individual de socialización. Los profesionales implicados en la prevención y tratamiento de comportamientos antisociales han ofrecido nuevos modelos teórico-explicativos y nuevos procedimientos de intervención. Con objeto de conocer cuál es la situación en que se encuentra la investigación en este momento, recurrimos al análisis cuantitativo de los trabajos aparecidos en el Psychological Abstracts desde 1989 hasta 1997, ambos inclusive. Seguidamente, presentamos el procedimiento seguido para realizar este snalisis, así como los resultados obtenidos. En un último apartado enunciaremos las principales conclusiones que podemos extraer de nuestro análisis. METODOLOOIA En este trabajo, sirviéndonos de una metodología de corte bibliométrico, se ofrece una visión de conjunto actualizada, en versión analítico-cuantitativa, sobre el campo científico que abarca la conducta prosocial, su potenciación y desarrollo y las fuentes documentales al respecto. El criterio de elección metodológico ha tenido en consideración no sólo la idoneidad del procedimiento para los fines propuestos, sino también la indiscutible utilidad del punto de vista cienciométrico (Carpintero y Peiró, 1981) y la existencia de un análisis previo dirigido al mismo objetivo (Revisión llevada a cabo por González Portal y que abarcó el período comprendido entre los años 1976 y 1988). LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 333 En nuestro estudio se revisa el período comprendido desde enero de 1989 hasta el final de 1997, aunque hay que tener en cuenta que la fecha de publicación del Psychological Abstracts no coincide con la completa inclusión de los trabajos fechados cronológicamente (en el caso de 1997 probablemente no están aún todos disponibles). Se recogieron un total de 1.061 referencias tras efectuar un vaciado con base en las entradas correspondientes a altruism (altruismo), assistance (asistencia), cooperation (cooperación), trust (confianza), prosocial behavior (conducta prosocial), charitable behavior (comportamiento caritativo), charing (compartir), helping behavior (conducta de ayuda) y empathy (empatía). La selección de tales descriptores viene justificada, por una parte, por la evolución que este concepto ha sufrido desde la década de los sesenta y por otra, porque intentamos ser lo más coherentes posible con la investigación que nos ha servido de referencia. A continuación se codificó la totalidad de las referencias por: años, autores, instituciones, revistas, líneas de investigación, etc. Se trataba con ello de localizar información específica desde las perspectivas: evolutiva, productiva, temática, geográfico-institucional y documental que nos permitiera respectivamente: objetivar la evolución histórica seguida en la investigación sobre conducta prosocial; localizar líneas de investigación desde las que se ha abordado el estudio del constructo; detectar los lugares y centros donde se han realizado los trabajos y conocer cuáles son lasfuentes documentales más relevantes en el área. De cada categoría de información se seleccionó el correspondiente subgrupo mediante el establecimiento de puntos de corte sobre los listados generales, previamente organizados según un criterio jerárquico de productividad. RESULTADOS En primer lugar, y desde una perspectiva evolutiva de análisis Iingitudinal (véase la relación cuantitativa diferencial correspondiente a cada período anual representado, que se adjunta en la Tabla 2) queda patente un fuerte incremento en la producción científica del estudio de la conducta prosocial. Este incremento es marcadamente pronunciado en los años 1989 (n = 128; 12,06%), 1990 (n = 164; 15,46%) Y 1991 (n = 222; 20,92%), experimentándose un descenso a partir de 1992, el cual se acentúa más en los últimos años recensionados, especialmente en 1996 (n = 80; 7,54%) Y 1997 (n = 18; 1,70%). El descenso tanpronunciade delcaúltimos años revisados puede explicarse por el sistema de inclusión de material-que se sigue en esta base de datos. El método de trabajo del Psychological Abstracts consiste en incorporar paulatinamente referencias de publicación previa según van apareciendo a la luz pública (y no en función de la fecha cronológica que, de hecho exhiban impresas las revistas de investigación objeto de vaciado). Por este motivo la demora en la 334 MOLERO, CANDELA Y CORTES edición de los números de las revistas se hace patente. Además es continua la inclusión de nuevas revistas, engrosando el número total de ellas que son vaciadas por esta base de datos. Cuando se inserta una nueva revista no se incluye el último año sino que se incorpora desde años atrás por lo que el material está continuamente en renovación, incluso el de años anteriores. Esta es la misma razón que puede explicar los resultados de la investigación que González Portal obtuvo en el año 1988, último año de su estudio, tan sólo 19 artículos, diferenciándose la producción de este año respecto a la de los otros años que analizó los cuales iban más en la línea de los resultados que aparecen en nuestro estudio. TABLA 2 Evolución del número de publicaciones. En una primera parte aparecen los resultados obtenidos por Gonzále; Portal (1988). Seguidamente, aparecen los que hemos obtenido en nuestro estudio Años 1980 n? trabajos Porcentajes 19:{ 19 2 1983 1984 1985 1986 1987 1988 41 60 54 51 70 116 141 120 19 4,62% 6,76% 6,08% 5,74% 7,88% 13,06% 15,88% 13,51% 2,14% TOTAL 888 100% 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 128 164 222 125 117 108 99 80 18 12,06% 15,46% 20,92% 11,78% 11,03% 10,18% 9,33% 7,54% 1,70% TOTAL \.061 100% En segundo lugar, y tras la ordenación jerárquica de la totalidad de autores aparecidos en nuestra revisión, se han seleccionado los 19 más productivos de la relación. En la Tabla 3 aparecen estos autores con su respectiva producción. Como criterio de selección hemos tomado como punto de corte el núcleo de las áreas de productividad de Bradford. Así pues, se ha considerado el que tuvieran 5 o más artículos publicados a lo largo del período 1989-1997. Destacar que por LA CONDUCfA PROSOCIAL: 335 UNA VISION DE CONJUNTO debajo de los seleccionados aparecen 16 autores con 4 artículos publicados en este período, contando la mayoría con un único artículo entre las publicaciones revisadas por nosotros. En esta misma tabla, y basándose en una perspectiva geográfico-institucional, aparecen los lugares/centros más productivos en conducta prosocial durante el período de 1989 a 1997, que como era de esperar, coinciden con los lugares de trabajo de los autores más productivos. TABLA 3 Autores más productivos y los centros de estudio de mayor interés en esta investigación Autores más productivos Localización Eisenberg, Nancy Arizona State U, Dept ofPsychology, Fabes, Richard A. Arizona State U, Dept of Family Resources & Human Developrnent, Tempe USA 17 1,6% Batson, C. Daniel U Kansas, Dept. of Psychology, Lawrence, USA 16 1,5% Kalliopuska, U Helsinki, Finland. 10 0,9% 9 0,8% 8 0,7% 7 0,7% Arizona State U West, Dept of Social and Behavioral Science, Phoenix, USA 7 0,7% Inst de Psihologie al Academiei Romane, Bucharest, Romania. 7 0,7% Mirja n° trabajos Tempe USA Ma, Hing Keung Hong Kong Baptist U, Dept ofEducations Kowloon Cario, Gustavo U Nebraska, Dept of Psychology, Lincoln, USA Marcus, S. 3,3% Studies, Lourenco, Orlando M. U Lisbon, Faculty of Psychology & Education Science, Portugal Miller, Paul A. 35 % Total Shell, Rita Arizona State U, Tempe, USA 7 0,7% Ickes, William U Texas, Dept of Psychology, Arlington, USA 6 0,6% Knight, George P. Arizona State U, Dept of Psychology, Tempe, USA 6 0,6% Strayer, Janet Simon Fraser U, Psychology Dept, Burnaby, Canadá 6 0,6% Zahn Waxler, Carolyn NIMH, Bethesda, USA 6 0,6% Denharn, Susanne A. George Mason U, Dept of Psycho1ogy, Fairfax, USA 5 0,5% Fultz. Jim Northerm Illinois U, De Kalb, USA 5 0,5% Karbon, Mariss Arizona State U, Psychology, 5 0,5% Kornorita, S. S. U Illinois, Dept of Psychology, Charnpaígn, USA 5 0,5% Weiner, Bemard Freie U Berlin, Inst fur Psychologie, Fed Rep Germany. 5 0,5% Tempe; USA 336 MOLERO, CANDELA Y CORTES En la Figura 1 puede observarse la evolución del número de publicaciones realizadas por los tres máximos productores del período analizado. Se aprecia un descenso en el año 1995, mientras que hay un incremento en el año 1996. Todo ello puede explicarse atendiendo al interés de estos autores por temas concretos tal como aparece comentado en la Tabla 4, así como a la polémica surgida durante este período. 8 '"o .o '0;' 6 ~ 4 ~ "'O e e 2 Z o ':1 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 año I ----+-- Eisenberg - ..... 111-- Fabes • Batson I Figura 1. Evolución del número de publicaciones realizadas por los tres máximos productores. La temática tratada por estos tres máximos productores queda reflejada en la Tabla 4. En la misma se aprecia como los dos máximos productores (Eisenberg y Fabes) estudian principalmente la relación de la conducta prosocial con dos temas concretos por una parte con la respuesta afectiva en las prácticas de crianza y por otra con la respuesta emocional vicaria (empatía). Asimismo. Eisenberg junto con otros investigadores distintos a Fabes también muestra gran interés por el razonamiento moral prosocial. El otro máximo productor, Batson, muestra su interés por un único tema. el de la hipótesis de la empatía-altruismo. TABLA 4 Temas tratados por los autores más productivos Autor Año Tema principal Principales resultados Trabajos relacionados con la temática Resultados de los distintos trabajos t"" Eisenberg y Fabes I 1989 La respuesta El altruismo materno y afectiva en las el razonamiento prácticas tivo estaban relaciona- crianza, de y su induc- dos negativamente (1989) Efectos de las recompensas en la motivación prosocial de los niños: Un estudio de socialización. ción inmediata, pero la reducen en.los momentos posteriores sin recompensas. > n ~ O e q > con relación cori la las reacciones de males- (1990) Correlatos conducta tar de los niños. puesta emocional vicaria de los niños. pro- • Las recompensas mejoran la ayuda en la situa- matemos de la res- social, (1993) Socialización y características relacionadas con la empatía de madres 'j adolescentes. • Las madres con más preocupación tenían hijas -e con menos afecto negativo y más felicidad ""~ ante personas necesitadas. n • La comunicación O sr. emocional positiva de las ~, madres estaba asociada con alta simpatía en > las niñas y bajo malestar en los niños. Vi -e ~ (1993) Relaciones de las emociones empáticas y las prácticas maternas con la conducta de consuelo de los niños. (1994) Socialización de larespuestaemocional vicaria y la conducta prosocial de • El uso materno de la solución de problemas y 1il tas estaba asociado con altos niveles de ayu- n O z .... da de las mismas. Z la discusión cuando sus hijas estaban moles- • Las madres acciones pueden c::: -l O ajustar sus inter- con sus hijos con base en sus u;¡ u;¡ -...) w TABLA 4 (Continuación) Temas tratados por los autores más productivos Autor Año Tema principal Principales resultados Trabajos relacionados con la temática w 00 Resultados de los distintos trabajos los niños: Relaciones con la percepción percepciones de las madres de la reactividad emocio- nales de los niños. de las tendencias ernocio- nal de sus hijos. (1996) Reacciones de las padres ante las Relación simpatía de la con la ayuda de la madre centradas en el problema tendían a estar asociadas positiva- ciones con la competencia mente social y la conducta de consuelo de los niños. 1989 • Las reacciones emociones negativas de los niños: Rela- con el funcionamiento afrontamiento del niño. La simpatía estaba rela- (1989) Relación de la simpatía y el ma- cionada positivamente lestar personal con la conducta prosocial: interesada con conducta Un estudio multimétodo. das con la intención de ayudar. la de social y el • La simpatía, la tristeza facial y la atención estaban positivamente ~ (1996) Relaciones empática los de emocionalidad, de la respuesta niños con • La simpatía estaba relacionada con los niveles la regulación y funciona- altos de regulación de emocionalidad positiva y de intensidad emocional general. miento social. Evaluación de la La respuesta de preocu- (1991) respuesta pación por los demás es- ticas emo- ~ -< relaciona- ayuda. 1990 ~ o >Z Relaciones y prácticas de las caracterísparentales con la • La compasión parental estaba relaciona positivamente con bajos niveles de malestar perso- TABLA 4 (Continuación) Temas tratados por los autores más productivos Autor Año Tema principal Principales resultados Trabajos relacionados con la temática Resultados de los distintos trabajos ro cional vicaria (empatía) y la taba relacionada con la respuesta conducta prosocial (con niños. conducta el altruismo j. La activa- prosocial ción fisiológica era ma- emocional vicaria de los » nal en los niños. Y el énfasis en las estrategias (J de afrontamiento se relacionaba positivamente O Z Ü con los índices de compasión de los niños. c: (J -l » yor en la situación de (1993) Correlaciones malestar personal que en siológicas de las reacciones de los niños emocional vicaria tenían más posibilidades de la de preocupación. ante el malestar de los demás. experimentar simpatía que malestar personal. g • Los resultados resaltan el papel de las diferen- c: conductuales y fi- (1994) Relaciones de laemocionalidad y • Los niños más capaces de regular su respuesta la regulación con la respuesta empática cias individuales temperamental regulación de la respuesta empática. y situacional. en la ernocionalidad y la '"O ;>:l O en sr:z » < ¡¡; O (1994) Relaciones de la regulación emo- • Los niños capaces de regular su activación y cional de los niños con sus respuestas de responder instrumentalmente emocionales vicarias y sus conductas de cesidades de los demás, tenían más probabili- consuelo. dades de hablar y consolar. (1996) Relación de la conducta prosocial temperamental emocionalidad, miento social. de los niños regulación Con la y funciona- ante las ne- z &l (J O z .... c: z d • Los sujetos más prosociales habilidades sociales regulación atencional, emocionalidad tenían mejores constructivas y además negativa menor. y mejor de una VJ VJ \O tJ.) TABLA 4 (Continuación) Temas tratados por los autores más productivos Autor Eisenberg y otros Año 1991 Tema prinCipal Principales resultados <!5 Trabajos relacionados con la temática Resultados de los distintos trabajos • Los resultados proporcionan evidencia de que Razonamiento El razonamiento moral (1992) Una medida objetiva del razona- moral prosocial prosocial alto estaba re- miento moral prosocial de los adolescen- las medidas de auto-informe lacionado con laconduc- tes. mente fiables y válidas para ser utilizados con ta prosocial y laempatfa, son suficiente- adolescentes. (1995) Desarrollo prosocial en la adoles- 3: • En general, se ha encontrado evidencia para las relaCiones entre el razonamiento cencia tardía: Un estudio longitudinal. moral prosocial, la conducta prosocial, la simpatía y la toma de perspectiva. .~ n ¡¡. z O ¡:J ¡¡. (1996) Estudio a través de las naCiones • Comparando niños y adolescentes brasileños sobre las relaciones entre el razonamien- y estadounidenses, to moral prosocial, las orientaciones que las diferencias de edad y género en razo- de rol de género y [as conductas prosociales, los resultados indicaban narniento moral prosociales eran similares para ambos grupos de sujetos. (1996) Relaciones del razonamiento rno- • Las respuestas emocionales de los niños esta- ral y la emoción vicaria con la conducta ban relacionadas con el razonamiento moral y prosocial de los niños.hacia los cornpañe- la ayuda de los niños. Los niveles altos de ros y adultos. razonamiento moral estaban prositivamente con la conducta prosociaL relacionados -< 8 ~ TABLA 4 (Continuación) Temas tratados por los autores más productivos Autor Año Tema principal Principales resultados 1991 La personalidad Las altruista altruismo temperamen- antecedentes temperamentales tal alto ayudaban Trabajos relacionados con la temática Resultados de los distintos trabajos r- personas con más (1994) Un modelo multiplicativo de los • Los niños que puntuaban alto en el razona- dela con- miento afectivo, comprensión y conocimien- )- n O z O ducta prosocial: Prediciendo a la mayo- to del dinero donaban considerablemente cuando podían evitar fá- ría de las personas que los niños que puntuaban más bajo en estas Q cilmente la situación. veces. variables temperamentales. "O Modelo evolutivo basa- (1992) Defensa en respuesta a la ayuda doen un modelo de ame- proveniente de un hermano. la mayoría de las más c:: » :;o O V> 1992 Reacciones ante Ia ayuda naza a la autoestima • Los hermanos eran menos defensivos en reacción a la ayuda de un hermano mayor o de una hermana. (1996) Reacciones de los niños ante la recepción de ayuda directa o indirecta. 1989 Naturaleza de la El mantener los niveles (1989) Hipótesis del alivio del estado motivación para de ayuda cuando pocos negativo y la empatía altruismo. c:: • Los chicos que recibieron ayuda directa y que entendían la noción de la consistencia de la habilidades sociales de este tipo. O menos dependencia • La tasa de ayuda entre los sujetos con alta empatía se mantenía cuando anticipaban una compañeros habían ayu- mejora del humor, en comparación con cuan- la empana dado antes indicaba la do no lo anticipaban. motivación ernpatíaayudaban altruismo) altruista, Vi ~ ~ reflejaron ayudar (hipótesis de z » < de la ayuda que los chicos que tenían menos personalidad Batson g sr:' Los sujetos con alta más que los de bajaempatía. n z ...c:: z d w +:..... Vol TABLA 4 (Continuación) Temas tratados por los autores más productivos Autor Año Tema principal Principales resultados Trabajos rel.acionados con la temática samaritanos o curas? +:-.. N Resultados de los distintos trabajos mientras que su reduc- (1990) ¿Buenos ción indicaba la moti- Utilizando a W. James como guía en el tre altruismo vación egoísta. estudio de la motivación prosocial reli- vos egoístas giosa. religiosa: • El análisis conceptual adquirir el castigo (vergüenza los premios (alabanza en- sugiere dos moti- para ayudar en la motivación (1) evitar auto-castigo de la distinción y egoísmo social y el y culpa), sociales y (2) y propios 3: O ¡;; :;l:l p n y estima). ;J> z (1991) Alegríaempática y la hipótesis de la empana altruismo. • Los resultados de los experimentos eran consistentes con la hipótesis, de la empatía altruismo, y no con la hipótesis de la empatíaalegría (motivación egoísta por compartir la cia un pluralismo de motivos prosociales. • La explicación la motivación egoísmo explicación altruismo popular yparsimoniosa de prosocial de universal en términos debe dejar pluralista y el egoísmo, que paso a la incluye -<: 8 :;l:l ~ alegría de la víctima poda mejora). (1991) Evidencia parael altruismo: Ha- ~ el TABLA 4 (Continuación) Temas tratados por los autores más productivos Autor Año Tema principal Principales resultados Trabajos relacionados con la temática Resultados de los distintos trabajos (1994) Evitación de la empatía: Antici- • Los sujetos que eran conscientes de que pron- ~ par los sentimientos las consecuencias de otro para evitar motivacionales. to tendrían que prestar una ayuda que les iba a suponer grandes costos, elegían la alternativa no empática. (1996) « Yo también he estado allí»: Efec- 8z el c: Q;l> -e • Las mujeres que tenían una experiencia simi- to que tiene la experiencia anterior en un lar durante la adolescencia apuro sobre la empana. que las mujeres que no la habían tenido; los empatizaban hombres que tenían una experiencia más similar no expresaron más empatía que los que no la tenían. ~ CIl O o ~ z c: ;l> <: Vi O z (1996) Efectos del humor en la ayuda sin • Los sujetos con baja empatía mostraron un éxito: Otra prueba de la hipótesis de la pequeño cambio de humor, mientras que los empatía altruismo. sujetos con alta ernpatía mostraron un cambio sustancial en el humor negativo. g ...c: ~ ~ t.JJ ~ t.JJ 344 MOLERO. CANDELA Y CORTES Respecto a las fuentes documentales más importantes sobre el tema prosocial, una vez detectadas las publicaciones periódicas que ofrecen mayor número de trabajos durante el período 1989-1997, fueron identificadas como revistas más inclusivas las que aparecen en la Tabla 5. Siguiendo el criterio de González Portal (1995), hemos seleccionado aquellas revistas que han incluido entre sus publicaciones 20 o más artículos sobre conducta prosocial, durante el intervalo de tiempo estudiado en nuestra revisión. Hay que hacer al respecto dos tipos de consideraciones: por una parte, consideramos significativamente suficiente el volumen de trabajos tomados en cuenta, y por otra, existe relación entre las revistas elegidas y los autores más productivos que han sido detectados, ya que se observa que las revistas incluidas en dicho grupo son aquellas en las que aparece un mayor número de publicaciones de los autores más importantes del área. TABLA 5 Revistas en las que se publica más asiduamente sobre conducta prosocial n? trabajos % total Joumal of Personality and Social Psychology 46 4,3% Psychological 41 3,9% Psychologicallnquiry 29 2,7% Depeloprnental 26 20 20 2,5% Revistas más productivas Reports Psychology Child Development Personality and Social Psychology Bulletin 1.9% 1.9% La revista más productiva resulta ser Journal of Personality and Social Psychology con 46 referencias seguida del Psychological Reports con 41, produciéndose un descenso en las cuatro restantes seleccionadas. En la Figura 2 puede apreciarse la evolución temporal del número de publicaciones aparecidas en las revistas más productivas. De nuevo aparece una elevación en el año 1991 tanto en la primera como en la tercera revista más productiva. Sin embargo, se aprecia una irregularidad en la tercera revista Psychological Inquiry ya que ocupa el tercer lugar al publicar 17 artículos en el año 1991 y 12 en el año 1996 en que vuelve a tener un fuerte incremento. LA CONDUCTA PROSOCIAL: 345 UNA VIS ION DE CONJUNTO -r-----------------16 -f------A------------18 ~ 'a' ~ 14 12 +-----1---\--------------. 1O+----1-:::I~~---------_+ 8+-- 6.-7-~f--::-:~~~--__:_====_6;~===_ 4 iI-::¡¡t;;ZI=:jJ 2~~~-=-~~~ O ~~l---lf--~-~:=::::::+_.......:::~~ 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 O Developmental psychology año • • • Joumal of Personality and social psychology Psychological Reports Psychological Inquiry • • Chid Development Personality and Social Psychology Figura 2. Evolución temporal del número de publicaciones aparecidas en las revistas más productivas. Por último, analizados todos los títulos como los resúmenes de las publicaciones extraídas por nosotros del Psychological Abstracts (19891997), Yconsideradas dentro del área prosocial, aparecieron como conceptos o temas más tratados los que se reseñan en la Tabla 6. Respecto a los temas de investigación y su categorización a partir de criterios cuantitativos, se han escogido aquellos que han aparecido 100 veces o más representados. (Nótese la diferencia con el criterio que utilizó González Portal en 1988, ya que en su caso fueron utilizados los que aparecían 10 veces o más). Hay que destacar que en la citada investigación se decidió utilizar como palabra clave para la obtención de información el título de los artículos del Psychological Abstracts, mientras que en nuestro caso decidimos ampliar la búsqueda a los campos de palabras clave y descriptores. 346 MOLERO, CANDELA Y CORTES TABLA 6 Descriptores más frecuentes Descriptor Frecuencia 550 ADULTHOOD EMPATHY 310 CHILDHOOD ASSIT ANCE-SOCIAL-BEHAVIOR 297 285 202 SCHOOL-AGE-CmLDREN 192 COOPERA nON 159 ALTRUISM 154 ADOLESCENCE 140 PRESCHOOL-AGE-CHILDREN \07 PROSOCIAL-BEHAVIOR Es interesante comprobar que aunque siguen apareciendo conceptos indicadores de líneas de investigación que hacen referencia a temas inventariados en los períodos anteriores, como empatia, prosocial, cooperación, altruismo, adolescencia, el descriptor que más veces se repite (n 550) es adulthood (edad adulta). Esto ocurre porque la mayoría de trabajos en los que aparece este descriptor versan sobre estudios relacionados con «el comportamiento de ayuda», «altruismo», «cooperación», «empatía» aplicados a muestras de adultos. Además, en los experimentos llevados a cabo con niños, son los adultos (padres y profesores) quienes informan sobre el comportamiento de éstos. = CONCLUSION Los resultados encontrados han puesto de relieve las distintas posibilidades del método cienciométrico en cuanto a sus aportes tanto para el análisis históricoevolutivo de áreas de trabajo, como para la delimitación categorial de líneas de investigación desarrolladas y para la localización de fuentes documentales de amplio espectro. A continuación comentaremos los resultados más relevantes hallados en nuestros análisis. En primer lugar, en cuanto a la productividad a través de los años, en general aparece un fuerte interés por el análisis de la conducta prosocial a partir de la mitad de los años ochenta, el cual se extiende hasta mitad de los noventa. A partir de este momento, la productividad vuelve a asemejarse a la de la década de los setenta y primera mitad de los ochenta. LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VIS ION DE CONJUNTO 347 En segundo lugar, tras analizar los índices de productividad de los autores, los que aparecían como más productivos eran N. Eisenberg y R. A. Fabes, como ya hemos visto en el apartado de resultados. El análisis de contenido de los trabajos de estos autores, analizados en conjunto -ya que todos los trabajos de Fabes- en esta área de investigación los ha realizado en colaboración con Eisenberg-, pone de relieve los tópicos examinados por estos autores y sus colaboradores en el área de la conducta prosocial. Desde esta perspectiva panorámica, se evalúan las cuestiones centrales que se han planteado. Las conclusiones que surgen representan un acercamiento a un mejor conocimiento de la conducta prosocial, además de una base que nos sirve para proponer pautas de cara a las investigaciones futuras. En concreto, las investigaciones de Eisenberg se han dirigido a los siguientes objetivos o temas de estudio: 1) Relación entre la conducta prosocial y las respuestas afectivas de los padres en la interacción (crianza) con sus hijos. Respecto a esta cuestión, los estudios llevados a cabo por la autora y colaboradores han llegado a una serie de conclusiones: (a) el malestar personal de los niños estaba negati vamente relacionado con la conducta prosocial; (b) la comunicación emocional positiva estaba relacionada positivamente con la simpatía de las niñas y los bajos niveles de malestar personal de los niños; y (e) el uso materno de la solución de problemas y la discusión con sus hijos se asociaba con altos niveles de altruismo de los mismos. 2) Relación entre la simpatía y la ayuda. Resumiendo las conclusiones alcanzadas en las investigaciones, parece que: (a) la simpatía se relacionaba positivamente con el comportamiento de ayuda; (b) la simpatía se relacionaba positivamente con la regulación emocional positiva; y (e) la simpatía, la expresión facial de tristeza y la atención interesada estaban asociadas con la intención de ayudar. 3) Relación entre la empatía (respuesta emocional vicaria) y la conducta prosocial. Por lo que se refiere a este tema, las conclusiones más destacadas son las siguientes: (a) la respuesta de preocupación por los demás se relacionaba positivamente con la conducta prosocial (en concreto, con el altruismo); (b) la activación fisiológica era menor en la situación de preocupación que en la de malestar personal, lo que permitía una respuesta más adecuada; y (e) los niños capaces de regular su respuesta emocional vicaria tenían más probabilidades de sentir simpatía que malestar personal, lo que, como ya hemos visto, favorece la conducta prosocial. 4) El razonamiento moral prosocial. Las investigaciones llevadas a cabo por Eisenberg y colaboradores sobre este tema han concluido que: (a) en general, el razonamiento moral pro social estaba positivamente relacionado con la conducta 348 MOLERO, CANDELA Y CORTES pro social y la empatía; y (b) las respuestas emocionales de los niños estaban relacionadas con el razonamiento moral y la ayuda de los mismos. 5) La personalidad altruista. Las conclusiones alcanzadas en este tema de investigación que afirmaban que: (a) las personas con una predisposición altruista (personalidad) tenían índices de ayuda mayores que las personas sin esta predisposición, incluso cuando la evitación de la situación de ayuda era fácil; es decir, cuando podían escapar fácilmente de la situación; y (b) cuando evaluaron las variables temperamentales de los niños (razonamiento afectivo, comprensión y conocimiento del dinero) en un estudio sobre donación del dinero, vieron que estas variables se relacionaban con mayores índices de donación (altruismo). 6) Las reacciones ante la ayuda. En general, los resultados parecen indicar que los niños sienten una amenaza a su auto-estima cuando alguien les ayuda, aunque esta amenaza se percibía como menor si el agente de la ayuda era un hermano mayor o una hermana. En nuestros análisis bibliométricos, el tercer autor más productivo después de Eisenberg y Fabes era C. D. Batson. A diferencia de los anteriores, este autor se ha centrado más en la polémica surgida sobre la cuestión de si la motivación para ayudar es verdaderamente altruista o egoísta. En conceto, Batson se ha dedicado a estudiar a fondo la hipótesis de la empatía-altruismo, según la cual, la emoción (empatía) sentida por el sujeto en una situación dada le puede llevar a comportarse de forma altruista. Esto es, la ayuda también se puede dar por el deseo altruista de ayudar, y no sólo por el deseo egoísta de aliviar el propio estado negativo ante una situación comprometida. A continuación se detallan los resultados más relevantes alcanzados por Batson y colaboradores: 1) los resultados de los experimentos eran consistentes con la hipótesis de la empatía altruismo, y no con la hipótesis de la empatía-alegría (motivación egoísta por compartir la alegría de la víctima por la mejora); 2) la explicación popular y parsimoniosa de la motivación prosocial en términos de egoísmo universal debe dejar paso a la explicación pluralista que incluye tanto el altruismo como el egoísmo; 3) los sujetos que eran conscientes de que pronto tendrían que prestar una ayuda que les iba a suponer grandes costos, elegían la alternativa no empática; 4) en una situación dada, las mujeres que tenían una experiencia similar durante la adolescencia empatizaban más que las mujeres que no lo habían LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VIS ION DE CONJUNTO 349 tenido; los hombres que tenían una experiencia similar no expresaron más empatía que los que no la tenían. El nivel de productividad del resto de autores representados en la Tabla 3 está por debajo del 1% del total de trabajos recensiolnados en el período analizado. Por debajo de estos autores seleccionados, la mayoría cuenta con un único artículo. Esto ratifica una vez más que en el estudio de la temática la mayoría de los autores tienen tan sólo una aportación, siendo muy pocos los que trabajan de forma continuada en esa temática. Diferenciaríamos por tanto los autores transeúntes de aquellos formales. En cuanto a las instituciones más representativas, como es lógico, los centros más productivos coinciden con los lugares de trabajo de los autores más productivos. Al igual que en la década anterior, predominan las instituciones de los Estados Unidos. Del análisis de las revistas más importantes, es decir, las que cuentan con más publicaciones en el campo de la conducta prosocial, se observa que la revista Psychologicallnquiry experimentaba un espectacular aumento de producción en dos años concretos, 1991 y 1996, como ya vimos en el apartado de resultados. Dicho aumento se debía, principalmente, a la polémica surgida por los artículos de Batson y Shaw (1991) y de Weiner (1996). En el artículo de Batson y Shaw de 1991, «Evidence for altruism: Toward a pluralism of prosocial motives» (Evidencia para el altruismo: Hacia un pluralismo de motivos prosociales) los autores revisan la hipótesis de la empatíaaltruismo, según la cual, la emoción empática produce una motivación verdaderamente altruista, con el fin último de beneficiar, no a sí mismo, sino a la persona por quien se siente empatía. Este trabajo provocó la respuesta de numerosos autores (por ejemplo, Zahn- Waxler, 1991; Staub, 1991; Rushton, 1991; Hoffman, 1991; Eisenberg, 1991). Entre las críticas al trabajo de Batson y Shaw (1991), podemos citar a ZahnWaxler (1991), quien afirma que el artículo de aquellos no enfoca directamente la cuestión de cómo operacionalizar la empatía. Este autor sugiere que sería más útil preguntarse por las condiciones del desarrollo, el temperamento, la vida fámiliar.Ia socialización y la cultura, que dan lugar a formas distintas de expresar y buscar un equilibrio entre el interés por sí mismo y el interés por los demás. Por otra parte, Homstein (1991) afirma que los datos descritos por Batson y Shaw, sobre la hipótesis de la empana-altruismo, no pueden estar en contra de la explicación de la ayuda. Según esta explicación, cuando la empatía es la causa de que el malestar de una persona se convierta en el foco de interés de otra persona, el hecho de ayudar para aliviar el malestar de la primera y el interés de la segunda supone dos metas psicológicamente inseparables. 350 MOLERO. CANDELA Y CORTES En cuanto a los comentarios, Staub (1991) aporta el estudio de los-motivos altruistas y de otro tipo que inducen a la ayuda, y la forma en que se activa la motivación y se traduce en acción. Por otra parte, Rushton (1991) afirma que, tanto en humanos como en no humanos, el altruismo se origina por una razón genética. En su artículo, este autor revisa y discute los siguientes temas: las vías entre los genes y el comportamiento, la idea de que somos altruistas con aquellos que son.similaresa nosotros, y el concepto de nepotismo étnico. Y por último, Eisenberg (1991) propone mejoras al modelo de Batson, incluyendo temas definitorios y centrándose en la cuestión de si todo el altruismo está motivado por la empatía. Tanto el artículo original de la polémica (Batson y Shaw, 1991) como la respuesta, comentarios y críticas de los autores, quedan recogidos en la revista Psychological Inquiry, de ahí su gran aumento en la productividad. La polémica surgida por este artículo también podría explicar la gran cantidad de registros encontrados en el año 1991 (222 registros, ver Tabla 2), año que se corresponde con la publicación de los trabajos concernientes al artículo de Batson y Shaw (1991). El segundo artículo que ha contribuido al aumento de la productividad de dicha revista es el que lleva por título «Searching for order in social motivation» (Buscando un orden de la motivación social), escrito porWeiner( 1996). En este trabajo, Weiner presenta su modelo de atribución-emoción-acción sobre la motivación social, aplicado al papel central que juegan los juicios de responsabilidad en el comportamiento social. Al igual que el trabajo de Batson y Shaw (1991), este segundo articulo también tuvo una amplia respuesta por parte de los investigadores del área de conducta prosocial (e.g., Staub, 1996; Batson, 1996; Ickes, 1996; Miller, 1996). Una de las críticas recibidas por el artículo de Weiner es la realizada por Batson (1996), quien afirma que Weiner no ofrece, en su artículo, una definición explícita de la motivación social, ya que su interés se centra en la motivación social como un todo, y no en los grupos de motivos que surgen como resultado de considerar las inferencias sobre las intenciones de otra persona. Además, según Batson (1996), el modelo de atribución de Weiner es demasiado limitado como para proporcionar un modelo general de la motivación social. Una segunda crítica es el trabajo de MiIler (1996) sobre la discusión del modelo atribución-emoción-acción de la motivación social de Weiner, desde la perspectiva de la psicología cultural. Según Miller, Weiner afirma la universalidad de su teoría, pero no hace referencia a la evidencia que documenta la variabilidad cultural en la atribución social, la motivación y la emoción. Así, en contaste con el modelo de Weiner, la perspectiva de la psicología cultural asume LA CONDUCfA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 351 que el proceso de atribución es inherentemente dependiente de la cultura, con significados culturales que mediatizan la comprensión individual de la experiencia. Por una parte, la investigación inter-cultural también sugiere que el modelo de Weiner no representa el rango total de categorías utilizadas en atribución en contextos culturales diferentes (MilIer, 1996). Entre los comentarios surgidos a partir del artículo de Weiner (1996), está el trabajo de Staub (1996), donde. se afirma que los juicios de controlabilidad causal o de atribución de responsabilidad no sólo sirven para aquellas funciones social y moralmente positivas, sino que lamotivación que subyace a su uso puede servir para el propio beneficio y, por lo tanto, ser inmoral. Esta parte oscura de la atribución de responsabilidad disminuye la propia responsabilidad para cuidar y ayudar a los demás. La motivación predominante en los individuos con un fuerte valor de orientación prosocial puede ser la de alcanzar una meta positiva o reducir el malestar basado en la atribución de responsabilidad de uno mismo. Por lo tanto, la percepción o atribución de responsabilidad para Unomismo y para los demás tiene importantes implicaciones para el comportamiento de ayuda y de agresión (Staub, 1996). y por último, aparece el comentario de Ickes (1996). Este autor afirma que Weiner propone que las estructuras que subyacen a la motivación social adquieren la forma de secuencias de atribución-afecto-comportamiento (AAC). Según este modelo, se presupone que estas secuencias comparten una «estructura profunda» común, la cual es similar a la propuesta por F. Heider (1958) (citado en Iekes, 1996). Sin embargo, el análisis de las emociones retributivas de Heider sugiere que las reacciones afectivas pueden ser algo más que la consecuencia automática de la atribución de responsabilidad; también pueden ser la consecuencia de algún tipo de violación de las expectativas. El análisis de Heider también sugiere que la violaci6n de las expectativas en la secuencia AAC puede variar en gran medida de una situaci6n a otra (Iekes, 1996). De los resultados analizados, se desprende que la polémica suscitada anteriormente (González Portal, 1995) sobre si debía incluir o no consideraciones motivacionales en la definici6n de la conducta prosocial ha dejado paso en la actualidad a la polémica sobre el tipo de motivación implicada en la conducta prosocial (motivación egoísta o altruista). Así mismo, se ha puesto de relieve el interés creciente sobre el papel de las emociones en la conducta pro social. Tema que a nuestro juicio será en el que habrá que profundizar en futuras investigaciones. 352 MOLERQ. CANDELA Y CORTES REFERENCIAS Archer, R. L.; Diaz-Loving, R., Gollwitzer, P. M., Davis, M. H. Y Foushee, H. C. (1981). The role of dispositional erripathy and social evaíuatíon iri lhe ernpathic mediation of helping. Journal of Personality and Social Psychology, 40,786-7%. ., . . Batson, C. D. (1987). Prosocial motivation: Is it .ever trulyaltruistic? En: L. .Berkowitz (Ed.), Advances in experimental social psychology (Pp. 65-123). New York: Academic Press. Batson, C. D. (1996). Sorne disordely thoughts about social motivation: Comment. Psychological lnquiry, 7,217-220. . . . .. Batson, C. D., Boten, M. H., Cross, J. A. y Neuringer-Benefiéld.H. E: (l986).Wm;re is the altruism in the a1truistic personality? Journal of Personality and Social PsychQlagy,6-J, 450-458: Batson, C. D., y Shaw, L. L. (1991). Evidence f?f flItrui~m;To\Vª,,~a plllP}\iSI!!0fp~s()~i~I1)1~iv~~:, Psychologicallnquiry,2, 107-122. Cario, C; Eisenberg, N., Troyer, D.: Switzer, G. y Speer, A. L (1991). fhe altiuisti¿ personality:líI what context is it apparent? Joumal of Personalityand SociaI'Psych(Jlógy,6/.·450~458)' Carpintero, H. (1981). La ciencia de la ciencia y.la investigación psicológioa en el mundo contemporáneo. En: H. Carpintero y J. M. Peiró (Eds.), Psicologíacort~rnporánea{Pp. J~23). Valencia: Alfaplus. . Clark, R. D. Y Word, L. El (1972). Why don't bystander help? Because of ambiguity? Journal of Personality and Social Psychology; 24, 392-401. Coke, J. S., Batson, C. D..y McDavis, K. (1978). Empathic rnediationofhelping: Atwo-stage model. Journal of Personality and Social Psychology, 36, 752-766. Darley, J. y Latané, B. (1968). Bystander intervention in emergencies: Diffusion of responsability. . Journal of Personality and Social Psychology, 8, 377-388. Davis, M. (1983). The effects of dispositional empathy on ernotíonal reactions and helping: A multidirnensional approach, Joumal of Personality, 51, '167-184. Eisenberg, N. (1981). Values, sympathy, and individual differences: Toward a pluralism of factors influencing altruism and emphaty. Psychological lnquíry, 2,128-131. Frydman, M: y Ritucci, G.(l988). le développment de l'attítude altruiste: expérimentation et évaluation d'un programrne centré sur le cornportement d'aide, Enfance. 41, (3-4),73-85. González Portal, M. D. (1995). Conducta prosocial: evaluación e intervención. Madrid, Momta .. González Portal, M. D., Albadalejo, O." Fustel, O, y. Bermejo, S. (1992). Criterios categoriales, dimensionales y sectoriales, en la clasificación taxonómica de conductas prosociales. Trabajo inédito. Madrid: Universidad Complutense. ,. . González Portal, M. D., Flores, M. P., Górnez, M: M. y Martín,M: D. (1989).I;"páctode la conducta prosocial en la comunidad científica. Valoración blbliométrica de su evolución en los años: 1976 a 1988. Comunicación presentada en,ellI Encuentro Ibérico de Terapia del Comportamiento, Cádiz. Hoffman, M. L. (1991). Is empathy altruistic? Psychalogical Inquiry, 2, 131-133. Hornstein, H. A. (1991); Empathic distress and altruism: Still inseparable. Psycholagical Inqiüry; 2, 1.33-135. . Ickes, W. (1996). On the deep structure of atribution-affect-behavior sequences: Comment. Psychological tnquiry, 7, 236-240. . . MiIler, 1. G. (1996). Culture as a source of order in social motivation. Comment. Psychologicai Inquiry, 7, 240-243. Piliavin, J. A. Y Piliavin,1. M. (1972). Effects ofblood on reactions to a victim. Journal of Persrmality and Social Psychology; 23, 353-361. Piliavin,1. M., Rodin, J. Y Piliavin, J. A. (1969). G~ samaritanism: Han underground phenornenon? Journal of Personality and Social Psychology, 13. 289-299. . Rivera, A. N. Y Ardila, R. (1983). Altruismo: bases biológicas. psicológicas y sociales. Bogotá: Universidad Santo Tomás. Russhton, J. P. (l991).ls a1truism innate? Psychological lnquiry, 2, 141-143. Staub, E. (1991). Altruistic and moral motivations for helping and their traslation into action. ¡ Psychological lnquiry.Z, 150-153. LA CONDUCTA PROSOCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO 353 Staub, E. (1996). Responsability, helping, aggression, and evil: Comment. Psychological Inquiry. 7.252-254. Weiner, B. (1996). Searching for order in social motivation. Psychological lnquiry; 7. 199-216. Zahn- Waxler, C. ( 1991). The case for empathy: a developmental perspective Psychologicallnquiry. 2. 155-158.