PÚBLICA Los peligros del COT José Ángel Piquero Fernández Maestro de Educación Infantil y Primaria El pasado 21 de febrero, asistí a una jornada para Coordinadores de Nuevas Tecnologías en los centros educativos organizada por la Consejería de Educación en el IES “Corredoria” de Oviedo. Uno de los principales puntos de a tratar era el “Cuaderno de Orientación y Tutoría” (más conocido por su acrónimo COT). PUES BIEN, no se trata de un cuaderno propiamente, ni de papel ni virtual, sino de una aplicación informática, aún en fase de desarrollo, impulsada por la Consejería de Educación de Asturias. Buen indicador de la voluntad de ponerla en pie es el hecho de que ya se estén en marcha cursos con la finalidad de capacitar al profesorado en su manejo. Hasta tiene ya su lugar en Internet dentro de Educastur (http://www28.asturias.es/cot/ pages/login.jsp) Según nos dicen explícitamente los responsables de su desarrollo, el COT tiene como finalidad ayudar a los docentes en su tarea educativa como profesionales que trabajan en equipo, que programan sus actuaciones y que las evalúan. Hacen hincapié en que además será "voluntario" y no obligatorio.Además el COT y Sauce no se fusionan sino que funcionan en paralelo y sin conexión. Con la experiencia de Sauce muy presente, se me pusieron los ojos como platos al oír las explicaciones de lo que pretenden que sea el COT. Parecen olvidar que dotar a una iniciativa de buena intención no la libra de los posibles abusos inherentes a su realidad material concreta. Pero antes de pasar a los peligros y posibles problemas expondré sucintamente los contenidos del COT. Teóricamente la aplicación informática COO, que se alojará en Internet (en un servidor de la Consejería), permitirá el acceso diferenciado a docentes, alumnos/as y familias. Facilitará “a los docentes que voluntariamente lo deseen” la gestión de las asignaturas, la elaboración y exposición de la Programación didáctica, la 4 evaluación de materias con la fijación de indicadores con su peso correspondiente y el acceso diferenciado a los documentos por parte de la comunidad educativa. Teóricamente permitirá a los docentes que voluntariamente lo deseen la gestión de las clases, la asignación de Unidades didácticas, lacreación/evaluación de tareas, controles e indicadores, el acceso a la ficha del alumno o alumna, las observaciones de los profesores/as, el seguimiento individualizado y los Informes tutoriales. Estará dotado de una mensajería interna para comunicación entre los diferentes docentes de un grupo de alumnos/as con accesos diferenciados y tiene una funcionalidad para lagestión de reuniones. Ya en la propia jornada de febrero se pusieron de manifiesto algunos inconvenientes en distintas intervenciones: Temor a que “los padres nos controlasen demasiado con el COT”, preocupación “por el tiempo que supondría llevar a cabo todas esas cuestiones en un entorno virtual novedoso”, etc. Pero a mi juicio, los peligros fundamentalesde la aplicación COT están ligados a la materialidad concreta de su diseño y no desaparecen con la buena voluntad de sus creadores. Si añadimos a su materialidad algunas ideas comunes (“Si el sistema es bueno por qué no generalizarlo. Hay que rentabilizar el gasto realizado”, “es preciso sistematizar el control de la labor docente”) un justificado temor hace su aparición. Veamos algunos elementos del COT que aconsejan ese temor. La Voluntariedad. Hay que ser muy cándido para creer que la utilización del COT será voluntario en el futuro. Si el diseño expuesto se desarrolla, con seguridad, no será voluntario. Es como la idea de edificar casas en la zona de avenida de los ríos esperando que no llueva. Y vaya si va a llover. Con seguridad unas futuras instrucciones de principio de curso trocarán la voluntariedad del COT en obligación. Ahí están la obligación real de meter las faltas o las notas en Sauce, por ejemplo. El registro informático de datos en la Consejería. La utilidad de con- fección de programaciones del COT, en lugar de limitarse a su elaboración y a entregar al usuario una copia, lo que hace es archivar, clasificándolos, todos los elementos de la programación, incluido el autor, en una base de datos centralizada de la Consejería. La mera existencia de una base de datos de actuaciones del profesorado (programaciones, unidades didácticas, guiones de clase, reuniones de coordinación, comunicaciones, valoraciones Dotar a una iniciativa de buena intención no la libra de los posibles abusos inherentes a su realidad material concreta PÚBLICA de alumnos/as, etc.) está pidiendo, Inspección mediante, su generalización como obligatoria, para alegría de tecnócratas controladores y uniformadores. Sin mejora de la labor docente. La exposición pública. En principio solo figurarían en el COT los datos de aquellos profesores que voluntariamente deseen utilizarlo. Pero el acceso por parte de la comunidad educativa a los datos del COT llevará a reclamar que figuren más contenidos a los que acceder o “¿por qué están los de ese profesor/grupo de alumnos y no están los del mío?” Y esa presión justificará la imposición de la obligatoriedad para “informar” sin discriminación a las familias.Sin mejora de la labor docente. Evolución reciente de la pobreza infantil en España La crisis del empleo es también la de la pobreza infantil La duplicación y obstaculización del trabajo. El COT, como pasó con Sauce, recoge tareas que ya hace el profesorado pero lleva a duplicarlas, a uniformarlas, y a hacer más gravoso el trabajo al condicionarlo innecesariamente a circunstancias tan poco educativas como el estado de la conexión a internet o los entornos virtuales de difícil comprensión (mal diseñados, que fallan inexplicablemente y que complican y dificultan la más sencilla de las tareas). Sin mejora de la labor docente. Es pues preciso estar en guardia contra el desarrollo de esta iniciativa que bajo pretexto de la ayuda pueda representar prepara una alteración de la jornada laboral y un empeoramiento de las condiciones de trabajo y de la labor docente. Concluyo coincidiendo con la valoración de la Junta de Personal Docente que califica el COT como “una pretendida herramienta “al servicio del profesorado”, un auténtico caballo de Troya que, bajo una apariencia inocente (“servir de instrumento de relación y comunicación entre el alumnado, profesorado y familias para las etapas de primaria y secundaria”), supone una alteración de la jornada laboral y acentúa las abusivas tareas burocráticas a las que se somete al profesorado, Además se trata de una herramienta redundante para la que ya existen instrumentos más eficaces y voluntariamente usados por el profesorado”. Adelia Castañón Suárez Secretarías de Acción Sindical, Empleo y Mujer La pobreza es un fenómeno directamente vinculado a la crisis, de la que se alimenta y nutre. Los colectivos más débiles y vulnerables de la sociedad –menores, mujeres y personas mayores– son los afectados en mayor medida por el crecimiento traumático del desempleo, los recortes en políticas sociales y el agotamiento de unos sistemas de cobertura y protección social que no estaban diseñados para esta situación. NO SE PUEDE analizar de manera completa sin comprender el contexto general en el que ocurre, el del aumento general de la pobreza y sus cambios recientes. En la actualidad, hay más menores pobres. Los mecanismos de protección frente a la pobreza infantil no han funcionado. Los niños entre 6 y 11 años que están en riesgo de pobreza son el 32,1%, y entre 12 y 16 años llegan al 34,5%. En los últimos meses estos datos no hacen sino confirmar una tendencia aún más negativa. (Riesgo de pobreza o exclusión social en España 2004-2011. Fuente: Eurostat). Los ingresos medios de los hogares en España han disminuido y, en paralelo, se reduce el umbral de ingresos que se considera para medir el riesgo de pobreza. La intensidad de la pobreza (o en qué medida y cuántos se encuentran por debajo del mencionado umbral) también es muy alta, y está creciendo al haberse reducido los ingresos medios de los hogares en España. Así, para una familia de 2 adultos con dos menores, el umbral de pobreza ha pasado de 16.684 euros, en 2009, a 15.820, en 2011. Desde la perspectiva europea, se confirma que el porcentaje de niños en hogares con un nivel de ‘pobreza alta’ en 2010 fue del 13.7%, cifra que se va incrementando a lo largo de 2011 cuando alcanza un 14,4%. Este dato representa la tasa pobreza infantil más alta registrada para el conjunto de los veintisiete países de la Unión Europea, solo por debajo de Rumania y Bulgaria y esta información nos obliga a una profunda reflexión acerca de las razones y motivos de esta situación. La situación de la familia –el hogar o la unidad de convivencia- influye fuertemente en los menores, pero esta relación se encuentra de forma especial en el caso español, a diferencia del resto de países europeos, debido a que las políticas de protección familiar han sido y son cada vez más escasas. 5