Lunes, 21 de abril de 2014. Palabras del señor licenciado Sebastián Lerdo de Tejada, director general del ISSSTE. LICENCIADO SEBASTIÁN LERDO DE TEJADA: Con su permiso, señor Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, senador Raúl Cervantes Andrade; señor Presidente de la Comisión de Seguridad Social, senador Fernando Mayans Canabal. Saludo con mucho aprecio y respeto, también, al senador Joel Ayala Almeida; al señor senador David Penchina, con el aprecio de siempre. Saludo a nuestro amigo, el señor Subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, al doctor Eduardo González Pier, saludo también, con mucho aprecio, al doctor Armando Ahued Ortega, secretario de Salud del Gobierno del Distrito Federal. Amigas y amigos, es para un servidor, un privilegio estar en la inauguración de esta Semana de Seguridad Social en el Senado de la República; aprecio mucho la convocatoria que nos ha hecho el Senado de la República, por conducto del Presidente de la Comisión de Seguridad Social. Me parece que las interrogantes que ha planteado el senador Mayans, esas y seguramente muchas más se habrán de discutir, de comentar a lo largo de la semana, un poco más tarde en el transcurso de este día tendré la oportunidad de participar en la primera mesa, junto con los compañeros que la integraremos; para hacer reflexiones de fondo en torno a las interrogantes que aquí se han hecho. Me quedo con una reflexión que me parece de la mayor relevancia y que ha hecho el senador Mayans: la seguridad social, evidentemente tiene que ver con los temas de la salud; pero no solamente son los temas de la salud, es un componente básico, es un componente central de la seguridad social, pero si queremos discutir y actualizar los marcos normativos y la atención integral de la seguridad social del siglo XXI; tendremos que partir precisamente de los principios que se han discutido en foros internacionales, pero que en la realidad mexicana han acreditado avances sensibles. México fue pionero en el siglo XX, en materia de seguridad social con la creación de instituciones entrañables, como el IMSS y como el ISSSTE; se dio un fenómeno de discusión incluso internacional, alrededor del perfil de la seguridad social que el Gobierno mexicano planteó fundamentalmente a inicios de la segunda mitad del siglo XX. Es así como en diciembre de 1959, el presidente López Mateos firma el decreto de creación del ISSSTE, que entra en vigor el 1 de enero de 1960; con una visión integradora de los servicios a favor de los trabajadores del Estado mexicano, con una visión en donde se transforma la vieja dirección de pensiones del Gobierno de la República, en un instituto de seguridad y servicios sociales para los trabajadores del Estado mexicano. Me parece que esta visión que le dio el presidente López Mateos, al concluir la primera década de la segunda mitad del siglo XX; dio pie para una discusión no sólo en América Latina, yo diría –y me atrevo a afirmarlo– en el mundo entero. Esta integración de servicios que van desde los temas de vivienda, de pensiones, de abasto, que incluyen también evidentemente los de seguridad en el acceso a la salud del trabajador y sus familias; pero también la parte crediticia y de certidumbre laboral; se traduciría –me parece– en este siglo XXI, iniciando ya la segunda década del siglo XXI, en el México incluyente y próspero al que nos ha invitado el Presidente de la República, el licenciado Enrique Peña Nieto. ¿Cómo darle actualidad a estos principios básicos de integración de los servicios de la seguridad social?, y actualizarlos con dos premisas centrales: primero, el acceso a la seguridad social no es solamente un derecho laboral –como lo ha dicho el Presidente de la República–; es un derecho humano. Me parece que lo que define el artículo 1º constitucional y lo que reconoce el artículo 4º constitucional, nos dan la integración plena de derechos intrínsecos al ser humano, que el Estado mexicano tiene que garantizar de manera permanente. Y el segundo es la viabilidad financiera. Un tema de este calado, de esta profunda raigambre social, implica también una discusión responsable para darle certeza en el tiempo y viabilidad financiera en el transcurso de la aplicación de cada una de estas prestaciones, seguros y servicios a los que tienen derecho. Me parece que es una buena semana, senador Mayans, senador Cervantes, senador Joel Ayala, senador Penchina, para hacer una reflexión profunda en el Senado de la República, en torno a estos y a otros muchos temas. Es para un servidor, un privilegio participar en esta semana. Evidentemente contarán con el ISSSTE. Nos han invitado, y lo hacemos con gusto, a instalar un conjunto de módulos en el patio del Senado de la República; como también nos invitaron a hacerlo en la Cámara de Diputados, para que trabajadores del Senado de la República, visitantes del Senado de la República y de la Cámara de Diputados, puedan conocer en detalle los seguros, prestaciones y servicios que otorgan estas instituciones. Y evidentemente estaremos abiertos a la reflexión profunda, del brazo del Congreso de la Unión, y con respeto absoluto a la división de poderes y a la participación entre los diversos órdenes de gobierno. Me parece que es una muy buena noticia que esté aquí el señor Secretario de Salud del Gobierno del Distrito Federal, porque la discusión tiene que ser una discusión que incluya, sí, a los Poderes de la Unión, pero también a los órdenes de gobierno; porque lo que necesitamos poner al servicio de los mexicanos es la capacidad instalada del Estado mexicano. Y de eso se trata precisamente la integración, de poner la capacidad del Estado mexicano en su conjunto, al servicio de todos los mexicanos; reconociendo el derecho que les da la Constitución a través del 1º y del 4º constitucional. Esa sería la primera reflexión, evidentemente habrá tiempo de profundizar en la reflexión de fondo, en las mesas en las que acudiremos en el transcurso del día. Por lo pronto, señor Presidente del Senado, mi gratitud por su presencia; señor Presidente de la Comisión de Seguridad Social, mi gratitud por su invitación; y evidentemente, a la disposición del Senado de la República. Muchas gracias.