1 TEMA 13. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y CAMBIOS SOCIALES EN EL SIGLO XIX. 13.1. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS. PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS. LAS PECULIARIDADES DE LA INCORPORACIÓN DE ESPAÑA A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. MODERNIZACIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS: EL IMPACTO DEL FERROCARRIL. 13.1.1. PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS A partir de 1834, se implantan definitivamente las normas capitalistas en el campo: libertad de cercamiento de las fincas y de comercio de granos, abolición del mayorazgo, el régimen señorial y los diezmos. Hay que destacar las desamortizaciones: eclesiástica (Mendizábal, 18361837) y civil (Madoz, 1855). La primera afectó a los bienes de la Iglesia y la segunda a los del Estado y los municipios. Sus consecuencias más destacadas fueron: a) Benefició básicamente a la burguesía poseedora de títulos de la deuda pública (puesto que se podía pagar con ésta o en metálico) o a la burguesía rica de provincias. b) Consolidó la estructura de la propiedad de la tierra existente, sobre todo el latifundismo. Aunque las grandes propiedades se dividieron en lotes que se vendían por separado, la habilidad de los terratenientes, que utilizaron testaferros, frustró el pretendido intento de crear una amplia masa de medianos propietarios. c) Contribuyó a solucionar el problema de la deuda pública. d) Vinculó al régimen liberal a la burguesía compradora y permitió vencer al bando isabelino en la guerra civil. Para la agricultura, sus efectos fueron los siguientes: a) Aumentó la superficie cultivada y, por tanto, la producción (sobre todo, de cereales y vid destinados a la exportación). b) Permitió abastecer a la creciente población española, formándose un mercado nacional (relacionado también con la construcción de la red ferroviaria). c) Los rendimientos medios no aumentaron, en general, por los persistentes factores de atraso. Por lo demás, hay grandes diferencias regionales: en Cataluña, por ejemplo, encontramos una agricultura especializada, muy comercializada y con predominio de la pequeña y mediana propiedad; por el contrario, en Castilla y Andalucía los caracteres son latifundismo, monocultivo triguero, escasa comercialización y superávit de jornaleros. 2 13.1.2. LAS PECULIARIDADES DE LA INCORPORACIÓN DE ESPAÑA A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL a) Caracteres generales: a) Carencia de capitales suficientes procedentes de la agricultura y el comercio, por lo que hay una dependencia del capital extranjero y la ayuda estatal. b) Limitado crecimiento demográfico y predominio de la explotación agrícola tradicional, por lo que la mayor parte de la población activa se dedica a la agricultura (62,8 % en 1860). c) Elevados costes del transporte terrestre, por lo que los productos nacionales son poco competitivos. d) Insuficiencia de los recursos energéticos (el carbón asturiano es de explotación difícil y de baja calidad), por lo que hay una dependencia exterior (importación de carbón inglés). e) Bajo nivel cultural (80 % de analfabetos en 1860). b) El papel del ferrocarril: a) La red radial y sus problemas. b) Ancho mayor que el europeo (1,67 m). c) La Ley de Ferrocarriles (1855): apoyo y subvenciones del Estado, exención de aranceles para la importación de material; por ello, invasión de capital extranjero y no fomento de la industria nacional. d) Los capitales extranjeros invertidos en este sector: franceses (Péreire) y británicos (Rothschild). También capitales catalanes. La especulación financiera en este sector provocó la quiebra de compañías ferroviarias y bancos. e) Las ventajas del ferrocarril: mayor movilidad de la población, abaratamiento del comercio interior, integración del mercado nacional. c) El sector minero: a) Explotación controlada por capitales extranjeros, que la destinan a la exportación. b) Los sectores industriales: hullero, siderúrgico-metalúrgico (núcleo andaluz, cornisa cantábrica, Cataluña y Madrid) y algodonero catalán. d) El sistema bancario: Se desarrolla a partir de la ley de 1854 y se caracteriza por la concentración en Madrid, el escaso número de bancos y las inversiones centradas en la red ferroviaria y la deuda pública. e) El papel del Estado y la política económica: a) Sistema fiscal basado en los impuestos indirectos. b) Déficit presupuestario crónico. c) La responsabilidad de los gobiernos: ausencia de una política económica adecuada; el problema de la deuda pública. d) Concentración de recursos en la red ferroviaria y marginación de la industria. 3 13.2. TRANSFORMACIONES SOCIALES. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES. GÉNESIS Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA. 13.2.1. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO La población española creció de forma lenta pero continua: en 1850 había 15 millones de habitantes; 18,6 en 1900; 23,5 en 1930. La caída de la tasa de mortalidad, basada en las mejoras en higiene y alimentación, fue la razón fundamental de este crecimiento. Se elevó la esperanza de vida (50 años en 1930) y se redujo la natalidad, por el control sobre ella y la urbanización; asimismo, descendió el analfabetismo. Sin embargo, la elevada mortalidad infantil era prueba del atraso relativo del país. La mayor catástrofe sanitaria fue la epidemia de gripe de 19181919, que causó la muerte a 230.000 personas, de un total de ocho millones de enfermos. Junto a la emigración interior del campo a las ciudades, que llevó a una creciente urbanización del país (el 50% de la población total era urbana en 1930), destaca la emigración exterior, con más de un millón de españoles que partieron para América Latina (Cuba, Argentina...), sobre todo antes de la I Guerra Mundial. 13.2.2. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES. El principal rasgo de este período es la paulatina desaparición de la sociedad estamental y su sustitución por una sociedad de clases, basada en el derecho de propiedad y en la igualdad ante la ley. Esta nueva sociedad permitió mucha mayor movilidad social: por el éxito en los negocios, por la carrera administrativa y --sobre todo-- militar. Se configuró un nuevo grupo social dominante formado por la alta burguesía (empresarios textiles catalanes, financieros madrileños y vascos...), la oligarquía terrateniente propietaria de grandes latifundios (especialmente en la España meridional) y los altos cargos del Estado y el Ejército. Por debajo emergieron unas clases medias urbanas no demasiado numerosas (pequeños propietarios rurales y urbanos, oficiales del ejército, funcionarios, médicos, profesores...). La población campesina configuraba la mayoría de la población del país y era bastante heterogénea: propietarios, arrendatarios y jornaleros sin tierra, que eran más de la mitad de la población rural. Por último, ligado a la débil industrialización, se configuró un pequeño grupo de obreros industriales. 4 13.2.3. GÉNESIS Y DESARROLLO DEL M OVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA a) los orígenes La débil y muy localizada industrialización española explica la debilidad del movimiento obrero hasta el Sexenio Democrático. Se calcula que en 1860 había en torno a ciento cincuenta mil obreros industriales en el país, más de la mitad de los cuales vivía en Cataluña. No obstante, ya desde la década de 1830 nacieron algunas asociaciones, como las “sociedades de auxilio mutuo”(para la ayuda asistencial en caso de enfermedad, desempleo o accidente), muchas de las cuales se transformarían en sociedades de resistencia dedicadas a la defensa de las condiciones de trabajo. También se produjeron algunas protestas de carácter luddita, como los conflictos en 1835 en la fábrica “El Vapor” en Barcelona. A partir del Bienio Progresista la conflictividad social se incrementó: en Cataluña contra las “selfactinas” (máquinas hiladoras); en Madrid entre los obreros de la construcción y de la imprenta; en Andalucía... En julio de 1855 se produjo la primera huelga general de los obreros textiles catalanes. En 1861 se produjo en Loja (Granada) la primera sublevación campesina importante, durísimamente reprimida por la Guardia Civil y el Ejército. b) el Sexenio democrático El reconocimiento de los derechos de reunión y asociación permitió la creación de la Sección Española de la A.I.T., gracias al impulso del anarquista italiano Giuseppe Fanelli. Desde un principio en los "internacionalistas" españoles hubo claro predominio de la ideología anarquista, inspirada en el pensamiento de Bakunin, que arraigó notablemente en Cataluña. Por otro lado, Paul Lafargue, yerno de Marx, vino a propagar las ideas del marxismo, creando en 1872 un pequeño grupo de adeptos. c) la Restauración Después de la represión generalizada del movimiento obrero que se desencadena en Europa a raíz del fracaso de la Comuna de París (1871), que tiene su correspondiente reflejo en España, en los años 80 resurge la conflictividad social (huelgas en Barcelona, Madrid, las minas de Riotinto y de Vizcaya). La Ley de Asociaciones de 1887 supuso la legalización de las sociedades obreras y en 1890 se celebró el Primero de Mayo. El anarquismo resurgió en 1881 con la fundación de la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), con fuerza en Andalucía y Cataluña. No obstante, se produjeron las primeras divisiones internas entre los que defendían la lucha pacífica (centrada en las reivindicaciones laborales y la participación en movilizaciones generales) y los colectivos ácratas (que defendían la organización clandestina, la pureza doctrinal y las 5 represalias violentas --propaganda por el hecho--); estos últimos protagonizaron acciones como el atentado contra el general Martínez Campos y la bomba en el Liceo de Barcelona(1893), el asesinato de Cánovas del Castillo (1897)...acciones justificadas según ellos como “autodefensa” frente a la durísima represión de la que fue siempre objeto el anarquismo (sucesos relacionados con la Mano Negra, 1883; detenciones y procesos a raíz del asalto campesino a Jerez de la Frontera, 1892), con torturas y condenas de inocentes que hicieron tristemente célebre la Cárcel de Montjuic, en Barcelona. Por otra parte, es necesario subrayar la extraordinaria importancia que para el movimiento libertario tuvieron siempre la educación y la cultura, desarrolladas a través de la prensa, las escuelas racionalistas, los ateneos, los círculos culturales, etc., donde se impartían diversos cursos y se alfabetizaba a los adultos, se enseñaba el esperanto, se representaban obras de teatro “revolucionario”, había recitales de poesía, conferencias, debates... Por su parte, el grupo de tipógrafos de la Asociación General del Arte de Imprimir creó en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Pablo Iglesias y cuyas aspiraciones eran la emancipación de la clase trabajadora, la transformación de la propiedad y la conquista del poder. En 1886 se fundó el periódico El Socialista y en 1888 el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT). No obstante, la corriente socialista tuvo escaso empuje y arraigo hasta los comienzos del siglo XX, cuando la alianza con los republicanos permitió la elección de Pablo Iglesias como diputado por Madrid en 1910. 13.3.TRANSFORMACIONES CULTURALES. CAMBIO EN LAS MENTALIDADES. LA EDUCACIÓN Y LA PRENSA. a) La educación Tras el Sexenio Democrático, un período en el que había existido una amplia libertad de cátedra en las universidades, la Restauración significó el establecimiento de una rígida censura contra cualquier manifestación contra la monarquía y el dogma católico. El choque con parte del profesorado universitario fue inmediato: algunos dimitieron de sus cargos, otros fueron cesados. Giner de los Ríos, uno de estos catedráticos, fundó la Institución Libre de Enseñanza en 1876, como centro privado y laico. La ILE, heredera de los postulados del krausismo, introdujo en España una pedagogía de vanguardia que buscaba la formación integral del individuo en plena libertad y mediante el fomento de la curiosidad científica, el antidogmatismo y la actitud crítica. Pero la ILE fue una excepción. Lo que predominó durante la Restauración fue la enseñanza tradicional, basada en métodos anticuados y poco críticos, y sometida a la vigilancia de la Iglesia Católica. Más de 50.000 religiosos y religiosas se dedicaban a la enseñanza, sobre todo en la educación primaria, donde apenas intervenía el Estado. La enseñanza secundaria se circunscribía a 50 institutos en toda España, destinados a los hijos de las familias más ricas. 6 Esta situación del sistema educativo provocó un gran atraso en el desarrollo científico y la investigación. A la falta de apoyos materiales de las instituciones públicas y privadas se vino a añadir una mentalidad atrasada y tradicional en las clases dirigentes del país. Un buen ejemplo fue la polémica creada ante las teorías de Darwin y su condena por parte de la Iglesia.