MANUAL DE FOMENTO DE LA LACTANCIA MATERNA PREPARACION Y MOTIVACION A LA MADRE Datos Generales: Tradicionalmente la mujer ha sido el eje de la vida familiar. Sobre ella recae la mayor responsabilidad del cuidado de los niños y de la interacción familiar. Las razones para ello no estriban en su “naturaleza femenina” ni en su “instinto maternal”, sino que obedecen a modelos culturales y sociales que atribuyen roles de género a hombres y mujeres para justificar la división sexual del trabajo con lo cual se pretende destinar a la mujer al espacio de lo doméstico y al hombre al mundo de lo público. Esta es una división falsa e injusta, que ha subordinado a la mujer y obstaculizado su desarrollo en otros campos de la vida y ha negado a los hombres la dimensión de los afectos, la ética del cuidado y la expresión de sus sentimientos. Sin embargo, se pueden comenzar a cambiar los roles de género, vinculando al esposo o compañero en la corresponsabilidad del hogar y la crianza con lo cual se procura a la mujer, el descanso necesario y la alimentación que ella necesita para su propio bienestar y el de su hijo o hija recién nacido y se incrementan el amor y la solidaridad en el seno del hogar. La gestación constituye el mayor esfuerzo fisiológico al que está sometida la mujer en el curso de su vida. Sin embargo, con frecuencia se ha olvidado el derecho de la mujer a una buena alimentación, nutrición y salud durante esta etapa. En Colombia una gran proporción de las mujeres gestantes son adolescentes, tienen exceso de trabajo físico, anemia, alimentación inadecuada, insuficiente peso y talla al inicio de la gestación y/o escasa ganancia de peso durante la misma. Bajo estas condiciones, cada nueva gestación significa un mayor deterioro del estado de salud y nutrición de la mujer y un mayor riesgo para la vida del niño o niña que va a nacer. Una de las principales consecuencias del mal estado nutricional de la mujer antes y durante la gestación es el bajo peso de sus hijos al nacer (menos de 2.500 gramos), lo que aumenta el riesgo de que el niño o la niña mueran antes de cumplir el primer año de vida. Se calcula que, en América Latina, entre 8% y el 13% de los nacidos vivos pesan menos de 2.500 gramos y un alto porcentaje muere antes de cumplir el primer mes de vida; en Colombia esta cifra es de 7% y para el 2010 se espera reducirla en una tercera parte. Acciones destinadas a resolver el problema del bajo peso al nacer deben llevarse a cabo antes de la gestación, desde la niñez misma y deben considerar los factores culturales, entre ellos los roles de género, que como se dijo antes pueden afectar la nutrición de las mujeres. Por esto se debe prestar atención especial a la adecuada alimentación de la niña desde su nacimiento, incluyendo la lactancia prolongada, la oportuna atención de su salud y la satisfacción de sus elevadas necesidades nutricionales durante la adolescencia, para contribuir significativamente a romper el círculo vicioso de la desnutrición materna que engendra niños y niñas desnutridos con bajo peso al nacer. A continuación se presentan cinco aspectos básicos que ayudarán a la mujer gestante, a su familia y a la comunidad a comprender mejor la importancia de una buena alimentación en este período de la vida. Ponerlos en práctica significará el reconocimiento del derecho natural a la salud y al bienestar de la madre, las niñas y niños. 1. Necesidades nutricionales de la madre gestante: Durante la gestación, la mujer necesita aumentar la cantidad y variedad de alimentos que consume diariamente, para proteger su estado de salud y nutrición. Las necesidades nutricionales de la gestante aumentan, ya que a sus propias necesidades se agregan las del feto en formación. Por esto, la mujer gestante debe consumir diariamente una comida más de las que consumía antes, para que no se agoten sus reservas nutricionales. Toda mujer gestante, a menos que se presente exceso de peso, debe aumentar la cantidad de alimentos que consume diariamente; esto es aún más importante si es adolescente, delgada o de baja estatura. La gestante necesita incluir en su alimentación y, dentro de sus posibilidades, alimentos como leche y sus derivados, carnes, leguminosas secas, frutas y verduras. También puede mejorar el valor nutritivo de su alimentación, consumiendo en un mismo tiempo de comida, leguminosas secas, cereales, verduras y frutas. Si durante la gestación la mujer presenta vómitos excesivos, tolerará mejor los alimentos si los divide en un mayor número de comidas. Es importante que no disminuya la cantidad de alimentos que debe consumir diariamente. Todos los miembros de la familia son igualmente importantes. Por consiguiente, la gestante debe tener la misma oportunidad de satisfacer sus necesidades nutricionales con los alimentos disponibles para todos los miembros de la familia, para proteger su estado nutricional y asegurar el crecimiento del niño en formación. El espaciamiento de los nacimientos de por los menos 24 meses entre cada embarazo y una buena alimentación, aseguran en la madre un mejor estado de salud y nutrición, y le facilitan el amamantamiento y el cuidado de los niños y niñas. 2. Necesidades nutricionales del bebé durante el periodo de gestación: La mujer gestante debe mejorar su alimentación, para asegurar el crecimiento del niño o la niña en formación y proteger su nutrición antes y después del nacimiento. Durante el período de gestación, el feto obtiene de la madre, a través de la placenta, todas las sustancias nutritivas que requiere para su crecimiento y desarrollo. Si la alimentación de la gestante es insuficiente, el niño o la niña obtiene las sustancias nutritivas a expensas de las reservas maternas, agravando con ello la situación nutricional de la madre. La mujer gestante debe comer para ella y para su bebé en formación. Cuando una mujer inicia la gestación y se encuentra muy delgada, es decir con bajas reservas nutricionales y no recibe la alimentación necesaria para que mejore su estado nutricional, tiene mayor riesgo de presentar problemas de salud durante la gestación y el parto como también que su hijo o hija nazca con bajo peso (menos de 2.500 gramos), lo que aumentará la posibilidad de que los niños se enfermen o mueran antes del primer año de vida. En algunos sitios existe la falsa creencia de que si la madre aumenta el consumo de alimentos, el niño crecerá grande y el parto será difícil. Por el contrario, un mayor consumo de alimentos asegura el normal desarrollo del niño o la niña y mejores condiciones de la madre en el momento del parto. Sin embargo, no se recomienda una ganancia exagerada de peso durante el embarazo. La relación entre el peso y la estatura de la madre antes de la gestación es de mayor importancia para predecir el crecimiento fetal, que la ganancia de peso durante la gestación. Esto debe llamar la atención a procurar la buena alimentación de las niñas para que alcancen el crecimiento correcto en la edad adulta y puedan emprender una gestación en óptimas condiciones. La familia gestante, incluido en primer lugar el esposo o compañero y la mujer misma, tienen la responsabilidad de velar por su buena alimentación y asegurar así el nacimiento de un niño o niña en condiciones óptimas de salud y nutrición. Durante la gestación, la mujer tiene mayores necesidades de hierro y ácido fólico, que debe satisfacer consumiendo alimentos ricos en estas sustancias nutritivas y suplementos de hierro en tabletas o en forma líquida. La gestante debe consumir alimentos ricos en hierro y ácido fólico, tales como carnes, vísceras rojas, leguminosas secas, verduras de color verde intenso y frutas. Además, es fundamental que reciba suplementación con hierro (En Colombia está reglamentada por ley para ser entregada por el Plan Obligatorio de Salud) y así satisfacer sus elevadas necesidades de esta sustancia nutritiva. 3. Señales de alarma durante la gestación: La mujer gestante, su familia y la comunidad, deben conocer las señales de alarma que pueden presentarse durante la gestación, entre ellas las que están relacionadas con una alimentación inadecuada, así como la conducta que se debe seguir en cada caso. Falta de aumento de peso: Si una mujer inicia la gestación con un estado nutricional adecuado, se espera que aumente de 10 a 12 kilogramos durante los 9 meses y en ningún caso menos de 6 kilos. Si la mujer es delgada, el aumento de peso debe ser mayor. La falta de aumento de peso indica que la cantidad de alimentos que la mujer está consumiendo es insuficiente y que debe comenzar de inmediato a consumir mayor cantidad de alimentos. Palidez extrema interna en el interior de los párpados, la lengua o las uñas: éstos deben tener un color rojo o rosado intenso; cuando se ven pálidos o blancos indica que la gestante presenta anemia nutricional y necesita aumentar el consumo de hierro. Anemia: En América Latina la anemia es un problema nutricional frecuente en la mayoría de las mujeres y se agrava aún más durante el embarazo. En Colombia el 42% de las gestantes sufren de anemia por falta de hierro. 4. Seguimiento médico durante la gestación: Toda mujer gestante debe consultar lo más pronto posible a un servicio de salud para vigilar el desarrollo de su gestación y su ganancia de peso y para participar en los programas que protegen la salud de la madre y del niño o niña. Tan pronto la mujer crea estar en embarazo o gestación, debe acudir al servicio de salud para confirmar el diagnóstico e iniciar el control prenatal. El control prenatal es de beneficio para la gestante y para el niño o niña, ya que a través de este control, la mujer vigila su estado general de salud, su ganancia de peso y la posible aparición de signos de riesgo. Es importante que la gestante se inscriba y participe en los programas de atención de salud materno infantil que ofrecen los servicios de salud y reciba orientación sobre cómo alimentarse mejor para que el niño o la niña en formación crezcan bien y ella se prepare para el parto y la lactancia. Así mismo debe iniciar los exámenes médicos y de laboratorio que le aseguren una buena salud integral. 5. Contraindicaciones para la madre gestante: El consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillos o drogas de poder adictivo durante la gestación, representa un riesgo para la salud de la madre y la vida del niño o de la niña. El consumo de bebidas alcohólicas durante la gestación afecta la salud de la madre y el crecimiento intrauterino, ocasionando bajo peso al nacer. Fumar cigarrillo o tabaco durante la gestación aumenta el riesgo de bajo peso al nacer y puede producir nacimientos prematuros y abortos. El consumo de drogas de poder adictivo, tales como: marihuana, cocaína y derivados, durante la gestación representa un riesgo para la salud de la madre y el niño o niña y afecta el peso al nacer. Durante la gestación, la mujer no debe consumir ninguna de estas sustancias, para proteger su salud y la de su hijo o hija. ¿Cómo se prepara y se motiva a la madre durante el periodo de lactancia? La preparación y motivación de la madre durante el periodo de la lactancia se realiza por medio de charlas informativas donde se indaga acerca de sus experiencias y conocimientos con respecto al tema y se les guía al momento de enfrentar cualquier tipo de inconveniente que se pueda presentar. De igual forma, en el Jardín se asesora a las madres nutricional, física y psicológicamente frente a las ventajas y beneficios que trae la lactancia materna para los bebes y para ellas mismas. ¿Cuál es la importancia de la lactancia materna? Como recomendación de salud pública mundial, durante los seis primeros meses de vida los lactantes deberían ser alimentados exclusivamente con leche materna para lograr un crecimiento, un desarrollo y una salud óptimos. A partir de ese momento, a fin de satisfacer sus requisitos nutricionales en evolución, los lactantes deberían recibir alimentos complementarios adecuados e inocuos desde el punto de vista nutricional, sin abandonar la lactancia natural hasta los dos años de edad, o más tarde. La lactancia natural exclusiva puede practicarse desde el nacimiento, salvo el caso de algunas afecciones médicas, y si se practica sin limitaciones, propicia una abundante producción de leche. Aunque es un acto natural, la lactancia natural también es un comportamiento aprendido. Prácticamente todas las madres pueden amamantar siempre y cuando dispongan de información exacta, así como de apoyo dentro de sus familias y comunidades y del sistema de atención sanitaria. También deberían tener acceso a la asistencia práctica especializada, por ejemplo de agentes de salud cualificados, de asesores especializados y no especializados, y de consultores en lactancia acreditados, que aumenten la confianza de las madres, mejoren las técnicas de alimentación y prevengan o solucionen los problemas de amamantamiento. Es posible ayudar a las mujeres que tienen un empleo remunerado para que sigan amamantando facilitándoles unas condiciones mínimas, por ejemplo una licencia de maternidad remunerada, arreglos de trabajo a tiempo parcial, guarderías en el lugar de trabajo, instalaciones para extraer y almacenar la leche materna y pausas para el amamantamiento. ¿Cuáles son las ventajas de la lactancia materna para el bebé? El calostro es la primera leche que produce la madre después del parto, actúa como un laxante natural para el recién nacido y es la que lo protege contra infecciones y enfermedades. Garantiza el crecimiento, desarrollo e inteligencia del niño y fortalece su vínculo afectivo con la madre. Protege al niño de alergias, enfermedades de la piel, desnutrición, obesidad, diabetes juvenil y deficiencia de micronutrientes. ¿Cuáles son las ventajas de la lactancia materna para la madre? Disminuye la hemorragia posparto, la anemia y la mortalidad materna. Disminuye el riesgo de cáncer en el seno o en los ovarios. La lactancia incrementa el amor entre la madre, el hijo y la familia. ¿Cuáles son las ventajas de la lactancia materna para la familia? Disminuye el riesgo de enfermedad de los niños y las niñas. Es la solución más económica puesto que no hay que incurrir en gastos como el de la compra de la leche en polvo o los teteros. promueve el amor familiar. ¿Cuáles son las ventajas de la lactancia materna para el país? Disminuye los gastos en salud. Las madres que amamantan, contribuyen a que el país tenga niños más sanos, inteligentes y seguros de sí mismos. A través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) se promueven planes nacionales de alimentación y nutrición para capacitar a las madres acerca de la importancia de la lactancia materna en el desarrollo del bebe hasta los dos años. ¿Cómo debe ser la alimentación de la madre durante el periodo de lactancia? La mujer que amamanta a su hijo o hija, necesita consumir mayor cantidad de alimentos y líquidos para satisfacer sus propias necesidades y para garantizar una producción de leche en cantidad y calidad adecuada a las necesidades del niño o de la niña. Una mujer bien alimentada durante la gestación, acumula parte de las reservas necesarias para iniciar la lactancia. Pero una mujer desnutrida, con reservas nutricionales escasas y alimentación insuficiente, produce la leche a expensas de sus propias reservas, lo cual resulta injusto porque ocasiona su desgaste físico y el deterioro de su estado de salud y nutrición. Esta situación se agrava aún más cuando se dan ciclos continuos de gestación y lactancia, es decir cuando el intervalo entre dos embarazos es menor de dos años. La familia de la madre lactante, así como la comunidad en general, deben estar conscientes de que la mujer amamantará mejor a su hijo o hija si recibe una alimentación adecuada, apoyo emocional que le brinde seguridad y confianza en su capacidad de amamantar y ayuda efectiva en las tareas del hogar y la crianza de los otros niños. Características de la alimentación de la madre durante el periodo de lactancia: Un buen estado de salud y nutrición en la madre lactante es fundamental para garantizar la crianza del niño o de la niña y el bienestar del grupo familiar. Para ello, es necesario espaciar los nacimientos, asegurar a la madre una alimentación adecuada y corresponsabilizarse en las tareas del hogar y la crianza a fin de que la madre lactante tenga el descanso necesario y la disponibilidad para alimentar y atender a su hijo o hija recién nacido. La madre puede comer toda clase de alimentos, sin restricciones, incluso en el primer mes después del parto. La producción de leche implica un gasto extraordinario de energía, que la madre debe cubrir con alimentos, con el fin de evitar el deterioro de su estado de salud y nutrición. La madre en período de lactancia, necesita comer mayor cantidad de alimentos que los que consumió durante la gestación. El padre del niño o la niña, así como la familia de una madre lactante, deben velar porque ésta reciba por lo menos un alimento más en cada comida. Para que la madre pueda cubrir sus necesidades nutricionales de calcio y de hierro, es importante que en su alimentación incluya alimentos como leche, carnes, vísceras rojas, leguminosas secas, frutas y verduras. La madre lactante puede mejorar el valor nutritivo de su alimentación, consumiendo, en una misma comida leguminosas secas, cereales, verduras y frutas La madre necesita tomar líquidos para mantenerse hidratada de modo que pueda mantener la cantidad suficiente de leche; el mejor indicador de la cantidad de líquidos que la mujer requiere es la sed; por esto es importante que consuma agua, leche o jugos cada vez que sienta sed y es importante que la calme tomando agua, jugos o leche, pero sin olvidar que la producción de la leche se garantiza por la succión del bebé. En diferentes culturas se utilizan mezclas de hierbas en infusión o alimentos para aumentar la producción de leche materna. Estas no hacen daño al niño o niña. En la madre produce un efecto benéfico, dándole confianza de poder amamantar y en algunos casos, por su valor nutritivo, complementan su alimentación. El hinojo (en infusión) ha demostrado su propiedad de aumentar la producción de leche. El éxito de la lactancia materna no sólo depende de la alimentación consumida por la madre, sino también de otros factores como el apoyo afectivo y efectivo del padre del niño y la familia, así como de la confianza de la madre en su capacidad de amamantar ¿Cómo debe ser la alimentación complementaria del bebé durante el periodo de lactancia? Los lactantes son particularmente vulnerables durante el periodo de transición en el que comienza la alimentación complementaria. Por lo tanto, para asegurarse de que se satisfacen sus necesidades nutricionales, los alimentos complementarios tienen que cumplir los requisitos siguientes: han de ser oportunos, es decir, se deben introducir cuando las necesidades de energía y de nutrientes sobrepasan lo que puede proporcionarse mediante la lactancia natural exclusiva y frecuente; han de ser adecuados, es decir, deben proporcionan energía, proteínas y micronutrientes suficientes para satisfacer las necesidades nutricionales de un niño en crecimiento; han de ser inocuos, es decir, se deben preparar y almacenar de forma higiénica y hay que darlos con las manos limpias y utilizando utensilios limpios, y no biberones y tetinas; han de darse de forma adecuada, es decir, se deben dar atendiendo a las señales de apetito y de saciedad del niño, y la frecuencia de las comidas y el método de alimentación (alentar activamente al niño a que, incluso cuando está enfermo, consuma alimentos suficientes utilizando los dedos, una cuchara o alimentándose por sí mismo) deben ser adecuados para su edad. La alimentación complementaria adecuada depende de una información precisa y de un apoyo competente de la familia, la comunidad y el sistema de atención sanitaria. Con frecuencia, el conocimiento inadecuado de los alimentos y de las prácticas apropiadas de alimentación es un factor determinante de malnutrición más importante que la falta de alimentos. Además, es necesario diversificar los enfoques, para velar por que el acceso a los alimentos corresponda de forma adecuada a las necesidades energéticas y de nutrientes del crecimiento de los niños, por ejemplo haciendo uso de técnicas caseras y comunitarias para aumentar la densidad de nutrientes, la biodisponibilidad y el contenido de micronutrientes de los alimentos locales. Si se facilita a las madres de niños pequeños un asesoramiento nutricional que sea sólido y conforme a los valores culturales y en el que se recomiende la utilización más amplia posible de alimentos autóctonos, se contribuirá a que en el hogar se preparen y administren sin ningún peligro alimentos locales. El sector agropecuario tiene un papel particularmente importante que desempeñar en la producción, la accesibilidad y la asequibilidad de alimentos idóneos para la alimentación complementaria. Además, los alimentos complementarios de bajo costo, preparados con ingredientes localmente disponibles utilizando tecnologías apropiadas de producción en pequeña escala en la comunidad, pueden ayudar a satisfacer las necesidades nutricionales de lactantes de más edad y otros niños pequeños. Los alimentos complementarios procesados industrialmente también ofrecen una opción a algunas madres que tienen medios para comprarlos y conocimientos e instalaciones para prepararlos y administrarlos sin peligro. Los productos alimenticios elaborados para lactantes y niños pequeños, si están destinados a la venta u otra forma de distribución deben satisfacer las normas aplicables recomendadas. Enriquecer los alimentos o utilizar suplementos de nutrientes, universales o específicos también puede contribuir a que los lactantes y los niños pequeños reciban cantidades adecuadas de micronutrientes. ¿Que puede hacer una madre cuando no puede darle de lactar al bebé? La gran mayoría de las madres pueden y deberían amamantar a sus hijos, del mismo modo que la gran mayoría de los lactantes pueden y deberían ser amamantados. Sólo en circunstancias excepcionales puede considerarse inadecuada para un lactante la leche de su madre. En esas escasas situaciones sanitarias en que los lactantes no pueden, o no deben, ser amamantados, la elección de la mejor alternativa - leche materna extraída de la propia madre del lactante, leche materna de una nodriza sana o de un banco de leche humana, o un sucedáneo de la leche materna ofrecido en una taza, que es un método más seguro que el biberón y la tetina depende de cada circunstancia. Sólo los trabajadores de salud o, en caso necesario, otros trabajadores de la comunidad, podrán hacer demostraciones sobre la alimentación de los lactantes que no reciben leche materna con sucedáneos de ésta, por ejemplo una leche de fórmula para lactante o preparada de conformidad con las normas aplicables o una leche de fórmula preparada en el hogar con suplementos de micronutrientes. Dichas demostraciones deben dirigirse exclusivamente a las madres y otros miembros de la familia que necesiten utilizar esos sucedáneos; la información suministrada debe abarcar instrucciones adecuadas para la preparación apropiada y advertencias sobre los riesgos que pueden acarrear para la salud una preparación y una utilización incorrectas. Los lactantes no amamantados al pecho, por cualquier razón, deben recibir una atención especial del sistema de salud y bienestar social ya que constituyen un grupo de riesgo.