UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO RESUMEN El presente trabajo tiene como objetivo brindar un aporte para enriquecer el conocimiento del Derecho Mercantil y Comercial, así como de las leyes afines a la materia que hoy rigen en el Ecuador, con lo que se espera poder llegar a un más eficaz y dinámico desarrollo de las actividades comerciales, que indudablemente constituyen un pilar fundamental en el desarrollo de un país y su población, la misma que tiene la obligación de respetar y hacer respetar de una manera honesta las normas legales establecidas para el efecto en todas las sociedades civilizadas de nuestro tiempo. RAFAEL ESPINOZA 1 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO INDICE INTRODUCCION………………………………………………………………………..8 CAPITULO I El Acto de Comercio, Generalidades 1.1 El acto de comercio, antecedentes históricos………………..……………….10 1.2 La teoría del acto de comercio………………………………..…………………27 1.3 Los actos de comercio y su función delimitadora……………………………...31 1.4 Determinación de los actos de comercio……………………………………….36 1.5 Clasificación por la forma de los actos de comercio: (contratos, empresas, títulos, valores, hechos que producen obligación), estudio de los diferentes grupos…………………………………………………………………………………..38 CAPITULO II El Comerciante 2.1Sujetos de la relación mercantil…………………………………………………..66 2.2 Importancia del comerciante como sujeto de la Legislación mercantil……………………………………………………………………………..…68 2.3 Características del comerciante…………………………………………………69 2.4 Definición legal de comerciante individual………………….……………….….70 2.5 Prueba del estado de comerciante………………….…………………………..78 2.6 Pérdida del estado de comerciante……………………………………………..80 2.7 Clasificación del comerciante………………………………………………..…..82 2.8 Comerciantes nacionales y extranjeros…………………………………….…..86 CAPITULO III Los Comerciantes Sociales 3.1 Las personas jurídicas: concepto y elementos Constitutivos………………..89 3.2 Clasificación, Constitución e inscripción de las personas Jurídicas……..….93 RAFAEL ESPINOZA 2 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 3.3 Capacidad de las personas jurídicas…………………………………………...97 3.4 El sistema de la libre empresa como base del capitalismo…………………102 3.5 La libre competencia y el comportamiento ilícito……………………………..108 3.6 Protección en el Ecuador contra la competencia desleal en el comercio……………………………………………...……………………………….117 CAPITULO IV El Contrato 4.1 Concepto del contrato……………………………………………………….…119 4.2 Concepto legal……………………………………………………………….…121 4.3 Elementos del contrato……………………………………………………...…122 4.4 Los términos del contrato……………………………………………………...123 4.5 La buena fe en el contrato…………………………………………………..…125 4.6 Tipos de contratos……………………………...………………………………128 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES……………………………………159 FUENTES BIBLIOGRAFICAS…………………………………………………….162 RAFAEL ESPINOZA 3 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO EL ACTO DE COMERCIO EN LA LEGISLACIÓN ECUATORIANA Tesis previa a la obtención del Titulo de Doctor en Jurisprudencia Y Abogado de los Tribunales de Justicia de la República del Ecuador. AUTOR Rafael Fernando Espinoza Egas DIRECTOR Dr. Blasco Alvarado Vintimilla. CUENCA 2005 RAFAEL ESPINOZA 4 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Las ideas, opiniones y sugerencias emitidas en el presente trabajo son de exclusiva responsabilidad de su autor. RAFAEL ESPINOZA 5 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO DEDICATORIA A mi esposa Priscila, a mis hijos, María Emilia y Martín, a mis hermanos, y de manera especial, a mis queridos padres, Rafael y Dora, quienes han confiado en mí y me han brindado su apoyo incondicional durante toda mi vida, mostrándome siempre el camino más correcto. RAFAEL ESPINOZA 6 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO AGRADECIMIENTO A Dios, que ha sido mi luz y guía, a mis padres por su paciencia y dedicación, por todo su cariño y su apoyo aún en mis más duros momentos, a mis compañeros y amigos, con quienes he compartido triunfos y fracasos; a todos los profesores de la Facultad, que con sus enseñanzas han formado profesionales dignos y ciudadanos útiles a la sociedad; por último, mi agradecimiento al Dr. Blasco Alvarado Vintimilla, Director de esta tesis, quien con acertada colaboración hizo posible la realización de este trabajo. RAFAEL ESPINOZA 7 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES ESCUELA DE DERECHO INTRODUCCION El aporte que con este trabajo se puede hacer para enriquecer el conocimiento dentro del campo del Derecho Mercantil Ecuatoriano, constituye el principal objetivo en el desarrollo del mismo. El acto de comercio, como a lo largo del contenido de esta tesis, se demuestra que es esencial en el Derecho Mercantil, por ello, es sumamente importante desglosar los distintos caracteres, formas, mecanismos o interpretaciones de los que es objeto, para mediante una cabal aplicación en el desarrollo de las actividades comerciales, respetando las normas de Derecho establecidas obtener un mayor desarrollo y crecimiento en cada una de las actividades vinculadas a esa principal, y gran actividad en la cual se hallan enmarcadas, como lo es el comercio. El desarrollo histórico respecto a lo que hoy conocemos como Derecho Mercantil es amplio, por ello que habiendo enfocado en este trabajo el estudio del Acto de Comercio, de hecho quedan elementos que la historia de la actividad comercial, y la experiencia jurisdiccional deben aportar para poder hacer realidad un más eficaz y dinámico RAFAEL ESPINOZA UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO desarrollo en las tan diversas actividades comerciales que a diario se realizan. El comercio, no puede ser o constituir un elemento aislado dentro del proceso de desarrollo de una nación, por lo que siendo el ciudadano común además del comerciante calificado quienes de una u otra forma están día a día realizando actividades comerciales, se encuentran necesariamente en la obligación de respetar y hacer respetar con total transparencia y honestidad las normas para el efecto establecidas dentro de la ley, como las afines dentro de los diversos cuerpos legales que guardan relación, ayudando de esta manera al desarrollo de la actividad comercial, industrial y mercantil en nuestro país. En este trabajo, se realizará un análisis conexo de todos los elementos constitutivos de la actividad mercantil y comercial que seguro posibilitará un mejor conocimiento y entendimiento de todo lo relacionado a esta actividad, como su campo de acción y desarrollo, para un mejor control e idónea administración de la justicia en todo lo relacionado al ámbito comercial que con el desarrollo a nivel mundial hoy por hoy es tan discutido. RAFAEL ESPINOZA 9 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO CAPITULO I EL ACTO DE COMERCIO, GENERALIDADES. 1.1 El acto de comercio, antecedentes históricos.- El comercio, como fenómeno económico y social, se presenta en todas las épocas y lugares. Por ello, aún en los pueblos más antiguos pueden encontrarse normas aplicables al comercio, o más bien a algunas de las relaciones e instituciones a que aquella actividad da origen. Así sucede en los sistemas jurídicos de Babilonia, Egipto, Grecia, Fenicia, Cartago, etc. Sin embargo, en esos sistemas jurídicos no existió un Derecho especial o autónomo, propio de la materia mercantil. Es decir, no existió un Derecho mercantil como hoy lo entendemos, sino tan sólo algunas normas aisladas relativas a determinados actos o relaciones comerciales. Entre esas normas los autores hacen esencial mención de las llamadas leyes rodias (de la isla de Rodas), que en realidad constituyeron un conjunto de usos sobre el comercio marítimo. Esas “leyes” han RAFAEL ESPINOZA 10 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO alcanzado fama a través de su incorporación al Derecho romano. Derecho romano.- Tampoco puede hablarse de la existencia de un Derecho mercantil especial o autónomo en el sistema jurídico de Roma. De acuerdo con la opinión más autorizada, la perfección, flexibilidad y adaptabilidad del Derecho privado romano, merced al ius praetorium u honorarium, hacía satisfactoria su aplicación a todas las relaciones privadas y, por ende, también a las nacidas del comercio. Roma no conoció un Derecho mercantil como rama distinta y separada en el tronco único del Derecho privado (ius civile), entre otras razones, porque a través de la actividad del pretor fue posible adaptar ese Derecho a las necesidades del tráfico comercial. Sin embargo, dentro del Derecho romano encontramos desde luego algunas normas especiales sobre el comercio. Así, las que regulan la responsabilidad del patrón de barco, del posadero o del establero, en cuanto a sus obligaciones de custodiar y devolver las mercancías, RAFAEL ESPINOZA 11 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO equipajes, caballos, etc., dejados a su cuidado; las acciones exercitoria, institoria y tributoria, respecto a la responsabilidad del pater y del amo en relación con los actos ejecutados por el filius o por el esclavo en el ejercicio del comercio; De lege Roída de jactu, incluida en el Digesto, que reguló la echazón de una parte del cargamento de los buques para evitar un peligro inminente; el préstamo a la gruesa (foenus nauticum) y otras. Nacimiento del Derecho mercantil en la Edad Media. Los gremios. Estatutos de las ciudades comerciales. Las ferias.- El Derecho mercantil, como Derecho especial y distinto del común, regulador de la materia comercial, nace en la Edad Media, y es de origen consuetudinario. El auge del comercio en esa época, el gran desarrollo del cambio y del crédito, fueron entre otras las causas que originaron la multiplicación de las relaciones mercantiles, que el Derecho común era incapaz de regular en las condiciones exigidas por las nuevas situaciones y necesidades del comercio. RAFAEL ESPINOZA 12 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO “El nacimiento del Derecho mercantil está ligado íntimamente a la actividad de los gremios o corporaciones de mercaderes que se organizan en las ciudades comerciales medievales para la mejor defensa de los intereses comunes de clase”. Las corporaciones perfectamente organizadas, no sólo estaban regidas por sus estatutos escritos, que en su mayor parte recogían prácticas mercantiles, sino que además instituyeron tribunales de mercaderes (jurisdicción consular), que resolvían las cuestiones surgidas entre los asociados, administrando justicia según usos o costumbres del comercio. Efectivamente, en el seno de los gremios y corporaciones, principalmente en las florecientes ciudades italianas, va creándose un conjunto de normas sobre el comercio y los comerciantes, tendientes a dirimir las controversias mercantiles, normas de origen consuetudinario, que son aplicadas por los cónsules, órganos de decisión de aquellos gremios o corporaciones. Estas normas consuetudinarias, y las decisiones mismas de los tribunales consulares, fueron recopiladas en forma más o menos sistemática, RAFAEL ESPINOZA 13 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO constituyendo verdaderos ordenamientos mercantiles de la época. Por su importancia, debemos citar entre esas recopilaciones las siguientes: el Consulado del Mar, de origen catalán, aplicado por largos años en los puertos del Mediterráneo occidental: los Rooles de Olerón, que recogieron las decisiones sobre comercio marítimo en la costa atlántica francesa; las leyes de Wisby (de la isla de Gothland), que son una adaptación o traducción de los Rooles; las Capitulare nauticum, de Venecia (1225), el Código de las costumbres de Torlosa; el Guidón de la mer, compuesto en Ruán que contiene reglas sobre el seguro marítimo, y algunas otras. También se encuentran normas de carácter mercantil en los Estatutos de las ciudades medievales, entre las que destacan aquellas que regulaban aspectos del tráfico marítimo. Entre esos Estatutos merecen especial mención las Consuetudines de Génova (1056), el Constitutum irsus de Pisa (1161), el Liber consuetudinum de Milán (1216), la Tabla amalfitana (Siglos XII y XIV) y los de las ciudades que integraban la Liga hanseática. RAFAEL ESPINOZA 14 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO No debe olvidarse tampoco la importancia de las ferias medievales en la formación y fijación de los usos o costumbres mercantiles. Codificación del Derecho Mercantil. Las ordenanzas francesas y españolas. El Código de comercio de Napoleón. España, Italia, Alemania.- La constitución de los grandes Estados europeos, con el consiguiente fortalecimiento del poder público, originó que la función legislativa, antes abandonada al poder de corporaciones de carácter privado, revierta al Estado. Aparecen así las grandes Ordenanzas de Colbert, en Francia, sobre el comercio terrestre (1673) y sobre el comercio marítimo (1681), y las Ordenanzas españolas de Burgos (1495, 1538), Sevilla (1554) y Bilbao (1531, 1560 y 1737). Con la promulgación del Código de comercio francés (Code Napoleón) de 1807, se inicia la época llamada de la codificación del Derecho mercantil. Este Código francés cambia radicalmente el sistema del Derecho mercantil ya que, inspirado en los principios del liberalismo, lo concibe no como un Derecho de una clase determinada, la de los RAFAEL ESPINOZA 15 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO comerciantes, sino como un Derecho regulador de una categoría especial de actos: los actos de comercio. Esto es, ese ordenamiento pretende dar al Derecho mercantil una base objetiva, que deriva de la naturaleza comercial intrínseca de los actos a los que se aplica. A imagen y semejanza del Código francés, los demás Estados europeos promulgaron sus respectivos Códigos de comercio, también con base objetiva. Fue, como dice Asquini, un ¨código de exportación¨, como todas las leyes napoleónicas. En Francia continúa en vigor el Código de comercio de 1807 (en vigor a partir del 1ero de enero de 1808), con diversas reformas y leyes complementarias. Desde 1947 existe una Comisión encargada de redactar un nuevo Código, en la que se ha manifestado una marcada tendencia a la unificación con el Derecho civil. Debe hacerse referencia especial a la nueva Ley sobre sociedades mercantiles, de 24 de julio de 1966, en vigor a partir del 1ero de febrero de 1967. En España, el Código de 1829, obra de Pedro Sainz de Andino, fue sustituido por el de 1885 en vigor, RAFAEL ESPINOZA 16 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO complementado éste por diversas leyes, entre las que destacan las relativas a las sociedades anónimas (1951) y de responsabilidad limitada (1953). En Italia, el Código albertino de 1829 fue sustituido por el de 1865, y éste por el de 1882, derogado por el actualmente en vigor Código civil de 1942, que consagra la unificación del Derecho privado italiano. Existen además leyes especiales sobre letra de cambio, pagaré y cheque, y sobre quiebras. En Alemania, al Código de comercio de 1861 sigue el de 1900, que vuelve en cierta forma al sistema subjetivo, para configurar nuevamente al Derecho mercantil tomando como base al comerciante. Es importante la Ley de sociedades por acciones de 1937. Por último, merece citarse el Código de las obligaciones suizo (1881, 1911), que regula conjuntamente las materias civil y mercantil. Ecuador.- Al obtener su independencia de España, Ecuador mantuvo sin embargo la legislación de aquella; pero cuando se separó de la Gran Colombia de la que formaba parte, se decidió aplicar en el país el Código Español de 1829 y al efecto se decidió por Ley RAFAEL ESPINOZA 17 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO del 8 de noviembre de 1831 que se reconociera dicho texto, al cual se le suprimió sin embargo el Libro V relativo a la “Administración de Justicia en los negocios de comercio”. Su Art. 3ro disponía que los Consulados de Comercio deberían informar al Poder Legislativo sobre las mejoras e innovaciones que, a su juicio, deberían hacerse al texto recién aprobado. Durante muchos años no se introdujeron cambios en la legislación ecuatoriana excepto que en el año 1860, después de algunas incidencias, se adoptó en el país el Código Civil Chileno de 1855. El de Comercio Español quedaba ya trasladado para las necesidades nacionales y por eso la Convención Nacional celebrada en la ciudad de Ambato decidió adoptar uno nuevo. Tal cosa se hizo el 27 d abril de 1878, pero aunque el Presidente General Veintimilla ordenó ejecutarlo el 29 del mismo mes y año, el Art. 1119 del mismo Código prevenía que se haría una edición por la Corte Suprema y un decreto especial expedido por el Poder Ejecutivo señalaría el tiempo en que debería comenzar a regir, quedando desde entonces derogadas, aun en la parte en que no fueren contrarias, las leyes RAFAEL ESPINOZA 18 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO preexistentes sobre todas las materias allí tratadas. Tal cosa ocurrió por el Decreto del 1ero de marzo de 1882. Las fuentes en que se inspiró el Código de Comercio Ecuatoriano de 1878 no han sido debidamente examinadas por los autores nacionales o extranjeros que se ha referido a ellas. De su estudio aparece que dicho Código es una reproducción con modificaciones y también reducciones sustanciales del Código de Comercio Chileno de 1865 mezclándose algunas de las instituciones de éste con leyes españolas y reglas supervivientes del Código de 1831 que, como lo hemos dicho antes, era una reproducción del Español. Se agregó, además, un libro V, que el Código Chileno no tenía, en el que se reprodujo la Ley de Procedimientos y Tribunales de Comercio de 1863. El Código de 1878 resultó notoriamente inferior a las legislaciones que tomó como modelo, provocando con su aparición encontradas reacciones. No tardaron en hacerse oír las aspiraciones para su reforma y modificación. Más que para atenderlas, por un prurito de renovación, el 30de julio de 1906 el Presidente General Eloy Alfaro promulgó un nuevo Código de Comercio el que de acuerdo con su Art. 1120 RAFAEL ESPINOZA 19 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO empezaría a regir el 1ero de septiembre del mismo año, derogando toda la legislación anterior sobre las materias contenidas en él. Para la elaboración de su texto el Presidente Alfaro nombró al miembro de la Corte Suprema Dr. Belisario Albán Mestanza como encargado de hacer la revisión del Código anterior. El encargado resultó ser inferior a su comisión y su trabajo de revisión fue más aparatoso que efectivo porque el nuevo Código fue el mismo anterior con más graves defectos, si cabe, y las reformas se concretaron a agregar unos cuantos artículos sobre sociedades anónimas, en total once, agregar tres artículos (1076 a 1078) en forma de Título XII “De la suspensión de pagos” al Libro IV que trata de “Las Quiebras”, a alterar la redacción del Código anterior generalmente en forma poco feliz y a modificar el Libro V en forma tan poco útil que tres años después hubo de ser suprimido entero. Como es natural, la opinión de los entendidos no se dejó engañar por el mero hecho de dictarse un nuevo Código y las críticas que se le hicieron por no introducir ningún mejoramiento y envolver en el hecho un retroceso en la evolución jurídica ecuatoriana no le han sido escatimadas. RAFAEL ESPINOZA 20 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Con todo, el Código de Comercio de 1906 continúa aun en vigencia, pero desde entonces se le han introducido tales modificaciones y enmiendas y se ha dictado tanta legislación sobre materias que él no contemplaba, que un autor ha podido decir, exagerando un poco, que sólo el Título Preliminar “Disposiciones Generales”, tomado del Código Chileno, resta más o menos intocado. El número y calidad de estas reformas ha sido tal que el Gobierno ha debido hacerlas recopilar y publicaciones universitarias se han preocupado de ordenarlas. Las principales que pueden mencionarse hasta ahora son el Reglamento de las operaciones con martillo, Decreto número 24, de 6 de marzo de 1936, modificado por Decreto número 56, de 13 de junio de 1936; la Ley número 5, de 5 de enero de 1938, sobre Cámaras de Comercio; la Ley número 130, de 31 de diciembre de 1937, sobre inspección y control de seguros; la Ley número 625, de 14 de agosto de 1936, sobre contrato de prenda agrícola e industrial; la Ley de Monedas, de 30 de diciembre de 1937; el Decreto de 27 de noviembre de 1913, sobre corredores; varias leyes y decretos sobre instrumentos negociables, varias leyes y decretos relativos a RAFAEL ESPINOZA 21 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO sociedades anónimas y compañías mercantiles; el Decreto número 145, de 14 de marzo de 1935, sobre establecimiento de Bolsas de Comercio, reformado por Decreto número 117, de 25 de septiembre de 1935; el Decreto número 228, de 15 de mayo de 1936, sobre el ejercicio de la profesión de comerciante; el Decreto número 255, de 9 de agosto de 1937, que derogó numerosas disposiciones del Código, entre otras todos los Títulos, menos el último, del libro IV, sobre quiebras, teniendo presente que el Título restante, o sea el XII, ya había sido modificado; varios decretos que han ido alzando sucesivamente la tasa del interés convencional, la Ley de Régimen Monetario y Anexos, de 13 de marzo de 1948, la Ley General de Bancos, Reg. Of. De 9 de agosto de 1948, el Decreto número 8, de 17 de junio de 1948, sobre Reglamento de Agentes y corredores de seguros y el Decreto – Ley de 4 de noviembre de 1948, sobre modificaciones a la Ley sobre control de cambios. Las patentes de invención están regidas por la Ley de 17 de julio de 1928, con las modificaciones de la Ley de 7 de abril de 1936. Las marcas de fábrica por la Ley de 21 de septiembre de 1928 con las modificaciones del 10 de diciembre del RAFAEL ESPINOZA 22 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO mismo año. Sobre compañías extranjeras rigen el Decreto Legislativo de 15 de octubre de 1909 y el Decreto Supremo de 22 de abril de 1936. El Código de Derecho Internacional Privado, llamado de Bustamante, fue ratificado por Ecuador el 11 de noviembre de 1932. Sobre instrumentos negociables se han dictado en el Ecuador normas que han sustituido las antiguas reglas del Código de Comercio de 1878, mantenidas intactas en el de 1906. La primera innovación se efectuó en virtud de la Ley número 130, de 5 de diciembre de 1925 que sustituyó los Títulos VIII y IX del Libro II del Código, sobre letras de cambio y pagarés, derogando en su Art. 81 los Arts. 399 a 499 del mismo y disponiendo en el Art. 82 que comenzaría a regir el 1ero de enero de 1919 y que la Academia de Abogados haría una nueva edición del Código introduciendo las reformas, numerando los artículos correspondientes y corrigiendo la cita de éstos. Como este Art. 82 hacía regir la ley desde seis años antes de su propia promulgación y la ley contenía un considerando en que se dejaba constancia que ella no había terminado su trayectoria constitucional cuando RAFAEL ESPINOZA 23 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO fue promulgada, por Ley número 18, de 18 de enero de 1926, se ordenó suprimir tanto ese considerando como el mencionado Art. 82 y efectuar por el Ministerio de Hacienda una nueva edición de la ley. No paró aquí la trayectoria de las modificaciones pues por Decreto-Ley número 235, de 16 de mayo de 1936, se ordenó rectificar la ley, ahora en su Art. 79, que se publicó de nuevo. Poco antes de promulgarse la reforma cambiaria, se había encomendado al Dr. José A. Baquero la nueva codificación de los Títulos que se modificaron. El comisionado redactó un Proyecto en que se mezclaban el antiguo sistema del Código y el de la Convención de La Haya de 1912, proyecto que finalmente no prevaleció pues la verdad es que significaba un retroceso. De la misma manera, un intento posterior para introducir en la legislación ecuatoriana una traducción de la ley de Instrumentos Negociables de los Estados Unidos de Norteamérica fue desestimada, atendidos los informes desfavorables que evacuaron, con fecha 25 de enero de 1927, los Dres. Pablo M. Borja y Alejandro Ponce Borja, quienes en sustancia opinaron que su adopción sin hacer nuestro al propio RAFAEL ESPINOZA 24 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO tiempo el Common Law, significaría algo como una ley referente sin la referida, una ley especial sin la general, una parte sin el todo de que depende. Por esto es que la reformo ecuatoriana reproduce simplemente el Proyecto de Reglamento Uniforme aprobado en La Haya en 1912 en la forma que lo había enunciado el Primer Congreso Financiero Panamericano de Washington de 1916 y formulado el Consejo Central Ejecutivo de la Comisión Interamericana, los que no difieren sustancialmente del original. En cuanto a los cheques, materia de la que los Códigos ecuatorianos no se habían preocupado, fueron regulados primeramente por la Ley de 15 de septiembre de 1892 cuyas disposiciones eran elementales en grado sumo, ley que fue derogada por Decreto-Ley de 18 de noviembre de 1927, el que, de acuerdo con su Art. 38, empezaría a regir el 1ero de enero de 1928. Su texto fue ordenado codificar por ley de 30 de octubre de 1931, expresión cuyo alcance y sentido ignoramos pues no se le dio una ubicación en el Código mediante la numeración adecuada. La ley de Cheques de 1928 está inspirada en diversas fuentes, especialmente las respuestas hechas al cuestionario RAFAEL ESPINOZA 25 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO hecho por los Países Bajos sobre la materia, formulado a raíz de la Conferencia de La Haya, pero con las particularidades innovadoras, no siempre afortunadas, que le introdujeron sus autores Dres. Pablo María Borja y Alejandro Ponce Borja. Con reformas insignificantes su texto se ha mantenido hasta ahora. Por último, las cartas órdenes de crédito (Título X del Libro II), instrumentos tomados con algunas modificaciones del Código de Comercio chileno (Arts. 782 y siguientes) no han sufrido ninguna alteración. Salvo dos o tres artículos referentes a letras de cambio y pagarés, publicados en Revistas Jurídicas del Ecuador, no hay texto alguno en este país que se refiera específicamente a estos documentos. La situación de dispersión producida en la legislación ecuatoriana que trae aparejadas dificultades de cita y de consulta para autores nacionales y extranjeros provoca protestas airadas de sus juristas quienes proclaman la necesidad de abordar la solución de un problema que, a nuestro juicio, se ha debido principalmente a que al Código de Comercio se le han introducido muchas enmiendas que no corresponden a disposiciones RAFAEL ESPINOZA sustantivas sino de carácter 26 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO administrativo y a veces hasta relacionadas con impuestos. Sobre la materia jurídico-comercial no hubo en el pasado ni hay en el presente mucha literatura en el Ecuador, lo que quizás se deba precisamente a las características de su legislación, no obstante sobre la materia hay pocas obras capitales de consideración aparecidas hace no mucho tiempo y se advierte entusiasmo y capacidad para profundizar los problemas de esta disciplina. 1.2 La teoría del acto de comercio.- La exposición de este tema implica una precisión previa, ya que el acto de comercio ha sido concebido de distintos modos: para el comerciante medieval, acto de comercio era el realizado por un comerciante; hoy hay quien sostiene que actos de comercio son los realizados por la empresa organizada. Como se advierte, ninguna de ambas expresiones proporciona una descripción de lo que es un acto de comercio en sí mismo. Agréguese también que la noción económica de comercio no coincide con lo que jurídicamente se RAFAEL ESPINOZA 27 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO considera comercio, lo que da lugar a la reiterada denuncia del divorcio entre el comercio y derecho mercantil; para proporcionar un concepto que delimite lo que se considera acto de comercio, se han desarrollado distintas teorías: a) Creación del legislador: Delamarre y Le Poitevin adoptan una postura simplista; en opinión de estos autores no hay criterio alguno para la determinación de cuando un acto es comercial, al margen de la mera voluntad del legislador que así lo declara. El criterio ha sido muy criticado y aparece inaceptable, porque el legislador no puede obrar caprichosamente, y cuando lo ha hecho, el resultado fue la derogación del precepto por el desuso, como ha acontecido, por ejemplo, con la factura conformada entre otros institutos. Del mismo modo, fácil es advertir que si el legislador declarara comerciales algunos actos que claramente no lo son, su precepto no sería socialmente aceptable (ejemplo, el matrimonio). b) El lucro: Obarrio atribuye al espíritu de lucro la eficiencia de determinante de la comercialidad de los RAFAEL ESPINOZA 28 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO actos, aplicando un criterio que es propio de la concepción comercio según la economía; en su idea, acto de comercio es “la compro de bienes para revenderlos con el ánimo de lucro”. Pero en realidad la postura no es correcta, ya que limita innecesariamente el concepto al referirse tan sólo a la compra venta, que si bien es un importante acto de comercio, no lo son todos; el espíritu o ánimo de lucro, si bien es un elemento natural del comercio, no es esencial para la existencia de acto de comercio; además, no es razonable hacer depender la calidad de un acto de lo que son intenciones que se mantienen en el ámbito interno de la persona humana, además de resultar claro que no es el seguido por la ley. c) Circulación de la riqueza: En opinión de Thaller, acto de comercio es aquel “que interfiere en la circulación de la riqueza”; el concepto no es del todo inexacto pero peca de ser demasiado comprensivo, ya que incluye, por ejemplo, la sucesión mortis causae, que evidentemente no es comercial. d) Reiteración de actos: En consideración de otros autores como Vidari y Thól, el fundamento de la comercialidad está dado por la reiteración de los actos, RAFAEL ESPINOZA 29 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO sin que haya diferencia intrínseca entre los actos civiles y los comerciales. Es la expresión de los actos celebrados en masa. Esto importa tanto como desconocer la existencia del acto aislado, y torna ineficiente al criterio en sí mismo porque de hecho implica desconocer un fundamento cierto para la distinción. e) El intercambio: Acto de comercio es “todo acto de intermediación entre la oferta y la demanda, para promover y facilitar los cambios y obtener una ganancia calculada sobre la diferencia de valores de cambio”, sostuvieron acertadamente Segovia y Siburu aunque incluyeran la idea de ganancia, que no es un elemento esencial. La idea de lucro, que puede estar o no presente, es natural del acto pero no determinante de su existencia, y de hecho hay muchos actos de intermediación que no son por ello comerciales, como enseña Siburu; de allí que la postura satisface pero no completamente, porque sigue presentando imprecisiones al margen de reiterar que existen actos que la ley regula y que no son comerciales ni de intermediación, los que han sido incluidos políticamente. A pesar de todo, esta posición es RAFAEL ESPINOZA 30 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO importantísima porque aporta una estructura de comercialidad basada en la intermediación como criterio uniforme para calificar la comercialidad de los actos (Bolaffio, Manara y otros). Frente a los problemas de indefinición, que subsisten al menos parcialmente, una parte de la doctrina aconseja atenerse a las expresiones del legislador, sin perjuicio de encontrar un criterio uniforme en la presencia del elemento “intermediación” en los actos de comercio (Vivante). Partiendo de estas ideas, y en la búsqueda de un concepto unitario o un criterio definitorio del porqué de la inclusión de actos en el ordenamiento comercial, Rocco propuso que en vez de buscar un concepto uniforme, sería más conveniente adentrarse en procura de introducir una clasificación de los actos de comercio, antes que una definición de ellos. 1.3 Los actos de comercio y su función delimitadora.- Los actos de comercio son la frontera que separa al Derecho Mercantil del Civil, acotan el campo del primero. Pero no absorben todo el Derecho Mercantil, solamente establecen sus límites. Dentro de éstos, sin RAFAEL ESPINOZA 31 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO constituir actos de comercio, encontramos el estatuto del comerciante, la organización interna de las compañías, la reglamentación de instituciones auxiliares del comerciante, como las Bolsas, la suspensión de pagos y en muchos códigos la quiebra. En otras palabras, no sólo los actos de comercio integran el Derecho mercantil. Los actos se perfilan nítidamente con oportunidad de la Codificación efectuada por Napoleón, pero empiezan a distinguirse como linderos de lo mercantil en los estatutos de las corporaciones. Como puede suponerse, el Derecho Mercantil, nacido de los gremios, comienza por reglamentar a los comerciantes, a los que hacen de los negocios su profesión; pero ni este momento se lo aplica en consideración solamente a la persona, es imposible prescindir de la naturaleza del acto ejecutado para saber si penetra en la jurisdicción del tribunal consular. De otro lado, la comercialidad del asunto hizo que muchos no comerciantes quedaran sujetos a la jurisdicción comercial. En las corporaciones, al distinguir entre las normas sobre ejercicio de la RAFAEL ESPINOZA 32 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO profesión de comerciante y el concepto de contienda comercial, al llevar los límites de la jurisdicción hasta enmarcar a las personas que sin ser comerciantes (eclesiásticos, militares, nobles) ejecutaban las que tradicionalmente se consideraban operaciones de comercio y a quienes se consideró, gracias al recurso de simulación, como comerciantes eventuales, se creó el Derecho Mercantil, por eso puede sostenerse que este derecho al igual que otros debe mucho al procesal. La especialidad procesal desemboca, de este modo en una especialidad sustantiva o material. Más, el momento decisivo de la desprofesionalización del Derecho Mercantil se produce cuando la Revolución Francesa de 1789 impone la libertad de profesión. Para dedicarse al comercio ya no es necesario estar asociado a una corporación; por esto, los redactores del Código de 1807 se encontraron ante la difícil tarea de conservar el derecho autónomo de los comerciantes y aceptar que todos puedan ejercer el comercio. Para cumplirla dijeron que se es comerciante cuando se hace del comercio una profesión habitual (Art. 1), quedando sometido desde que se la adquiere a las obligaciones particulares de los comerciantes. Y más RAFAEL ESPINOZA 33 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO adelante (Art.631) declararon que se puede ejecutar operaciones tenidas por la gente como comerciales sin ser comerciante y sin introducirse en la jurisdicción comercial correspondiente sólo a los profesionales, salvo en los casos mencionados en el Art. 632 y siguientes, o sea cuando el negocio consta entre los llamados actos de comercio. Así, sin marginar el concepto subjetivo de Derecho mercantil (basado en la actividad profesional habitual de una persona), dieron un fundamento objetivo a la competencia de la jurisdicción basada en el acto, con abstracción de la persona al conformar una lista de los actos que debían considerarse comerciales (Art. 632). Si se tiene en cuenta, que en el Art. 1ero, el comerciante está definido con relación al acto de comercio (ejercicio profesional y habitual de actos mercantiles), en el artículo 632 el acto de comercio habría tenido que ser definido con relación al comerciante, pero, para evitar el círculo vicioso, los redactores elaboraron la lista de actos de comercio con lo cual evitaron decidirse por un concepto de Derecho subjetivo u objetivo, aún cuando pusieron una nota de RAFAEL ESPINOZA 34 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO ambigüedad en el sistema, pues siendo un derecho para los comerciantes, comprende también a los no comerciantes en lo tocante a la jurisdicción. Sin embargo, principalmente para el Código seguirá profesionales; fueron siendo sus glosadores coetáneos los que audazmente sentaron la interpretación de que el acto objetivo habría hecho del Código italiano de 1882, una de las grandes matrices de los Códigos latinos, se recoge plenamente la tesis de PARDESIUS y su escuela de comentadores (desprofesionalización). La falla del Código francés se repite en todos los llamados objetivos, y es que un cuerpo de leyes originado en las necesidades de una profesión, mal puede querer desentenderse de ella, para con abstracción del sujeto reglamentar por igual el acto aislado y las operaciones en serie o masa. Por eso actualmente se percibe en el intento de conceptuar al Derecho Mercantil como Derecho de Empresa, un retorno al criterio subjetivo o profesional. Del Código francés nacieron el español de 1829 y el italiano de 1882, fuentes mediatas del ecuatoriano, a través del venezolano de 1904 y del chileno de 1865. RAFAEL ESPINOZA 35 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 1.4 Determinación de los actos de comercio.- En el Derecho Comparado existen tres sistemas: a) El de la definición: adoptado por unos pocos países: Guatemala, Brasil, Portugal; como ejemplo, el Art. 2 del Código de Comercio de Guatemala dice: “Son caracteres de los negocios comerciales y servirán para resolver las dudas que ocurran respecto a la calificación de éstos: 1) Que haya especulación; 2) Que ésta sea a título oneroso; y 3) Que recaiga sobre muebles”. Como es natural, todos los actos que encajan en la definición deben considerarse mercantiles. Este sistema se basa en una característica del acto de comercio, pero como se ha manifestado, no hay un elemento común en los actos de comercio contenidos en las legislaciones nacionales, por ejemplo: la especulación aparece en muchos actos del ecuatoriano, pero falta en los ejecutados por las empresas públicas. RAFAEL ESPINOZA 36 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO b) El de la enumeración: seguido por la mayoría de los países, y que consiste en la formación de un catálogo de hipótesis que el legislador considera mercantiles, así el Código francés establece 4 casos, el mexicano 24, el colombiano 19 y el ecuatoriano 16. Pero, como es posible que entre cada país la lista pueda variar en el número de ordinales tan grandemente. En primer lugar, hay redacciones más amplias que otras, como sucede en el francés, donde una fracción abarca varias de ecuatoriano; y, en segundo, porque el catálogo no obedece a ningún criterio doctrinal, sino a la voluntad del legislador; y, c) El ecléptico: sostenido por el español y celebrado por sus comentadores como original, y que, sería, una modalidad del sistema de enumeración: “Serán reputados actos de comercio los comprendidos en este código, y cualesquiera otros de naturaleza análoga”. Este precepto ha sido adoptado por el Código del Perú, en su Art. 2, inciso segundo. RAFAEL ESPINOZA 37 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 1.5 Clasificación por la forma de los actos de comercio: (contratos, empresas, títulos, valores, hechos que producen obligación), estudio de los diferentes grupos.- En la doctrina se han dado muchos esfuerzos por clasificar los actos de comercio y las clasificaciones varían prácticamente de un autor a otro. Como no hay acuerdo en lo que es acto de comercio, como no se ha elaborado un concepto que englobe a todos los actos de comercio, pues ya sabemos que son actividades económicas enlistadas solamente por el querer del legislador, clasificarlos es tarea difícil porque para clasificar tiene que hallarse un elemente común que permita agrupar las cosas homogéneas. Al estudiar las diferentes fracciones del Art. 3 del Código de Comercio tenemos: 1. Contratos a) La Compraventa.- La fracción primera del artículo 3 contiene dos hipótesis: primero considera la compra o permuta, es decir, la adquisición con ánimo de RAFAEL ESPINOZA 38 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO revender o permutar; y en segundo lugar, la venta que los agricultores hacen de sus cosechas o ganados. Además contiene una aclaración sobre linderos al establecer que lo que compran los comerciantes para su consumo y el de su familia no corresponde al Derecho Mercantil. Una atenta observación de este artículo nos lleva a la conclusión de que lo que lo vuelve mercantil al acto es la intención con que se efectúa la compra o la permuta. Si esa intención es la de enajenar posteriormente lo adquirido, estamos en presencia de una compra o de una permuta mercantil; no importa que esa intención no culmine, no se concrete, basta que haya existido al comienzo de la operación para que el acto sea mercantil. Pero no sólo la intención tiene importancia, también debe considerarse que ella es el lazo de unión entre los dos términos simples de la operación compleja que se llama compra-venta, resultado de dos contratos relacionados entre sí. La compra es el factor genético con el que se comienza la operación, y que da lugar a la reventa; de manera que es la intención la que une los extremos de ella. En síntesis, la finalidad RAFAEL ESPINOZA 39 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO mediadora domina la compraventa. La intención es lo que le da el colorido de mercantil a un acto. El que lo adquirido se enajene después de una transformación o sin ella es indiferente para la mercantilizad. No es la transformación lo que hace mercantil al acto; la mercantilidad, se origina en la intención de enajenar lo adquirido, de ponerlo en circulación. La compraventa puede ser igualmente civil o comercial según la intención con que se la haga, hay compraventas cuya mercantilidad es dictada por la ley con prescindencia de cualquier otra circunstancia (compraventas objetivas). Así tenemos, en primer lugar: “la compra y venta de un establecimiento de comercio, y de las acciones de una sociedad mercantil” (Art. 3 No. 2). Esta disposición se justifica si se considera que la adquisición o transferencia de un establecimiento de comercio (bienes destinados a la operación de una empresa) están vinculadas con el comercio; y lo mismo sucede con las acciones de una compañía mercantil. En segundo lugar, las compras y ventas de valores en las Bolsas de Comercio (Art. 3 No. 11). Estos actos son absolutamente mercantiles. RAFAEL ESPINOZA 40 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Conviene manifestar que las operaciones de bolsa se agrupan en torno a dos contratos fundamentales: compra-venta y comisión, aunque a veces se pactan otros, como fletamento, transporte, etc. La diferencia específica está establecida por el lugar donde se conciertan y cumplen los indicados contratos. Y, en tercer lugar, la compraventa de naves (Art. 3 No. 12), así como la de pertrechos, vituallas y otros objetos de armamento para la navegación, mercantilidad y provenientes de la tradición, que ha tenido siempre por comercial los contratos y hechos náuticos. Estos actos son absolutamente mercantiles. Conforme a la fracción 1: “pertenecen también a la jurisdicción mercantil las acciones contra los agricultores y creadores, por la venta de los frutos de sus cosechas y ganados”. Esta disposición no tiene antecedentes en la historia de la legislación ecuatoriana, ni en sus fuentes, más bien, se sabe que el Código de Comercio de 1882 comenzaba el mismo párrafo con la palabra NO. Será que se equivocaron los autores del actual al transcribir RAFAEL ESPINOZA 41 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO el texto, o suprimieron el adverbio deliberadamente para darle a la oración un sentido opuesto. b) El contrato de comisión.- El Código Civil define al mandato como “…un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera” (Art. 2047); y el Código de Comercio define al comisionista como: “…el que ejerce actos de comercio, en su propio nombre, por cuenta de un comitente”(Art. 374). Deriva de la comparación de ambas definiciones que el contrato de comisión encaja en el concepto de mandato. En efecto, el comisionista es un mandatario que actúa a nombre del representarlo, comitente, pero sin por ante terceros eso, poder para aparece procediendo a su propio nombre, sin comprometer al mandante. Luego, el mandato es el género y la comisión es la especie; la diferencia específica está dada por el poder de representación que puede existir o no en el mandato, pero que falta en la comisión. RAFAEL ESPINOZA 42 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO El mandato es un contrato en cuya virtud el mandatario se compromete a hacer algo por cuenta del mandante, adquiriendo la facultad de hacerlo pero no en nombre de éste. La representación es un acto unilateral del poderdante en cuya virtud el apoderado sin obligarse compromete al poderdante. Por lo general, el mandato conlleva el poder de obligar al mandante de representarlo; más el mismo Código Civil en su (Art. 2082) aclara que esto no es de la esencia, porque el mandatario puede obrar a nombre propio, y entonces los efectos se producen en el mandatario. De otro lado, el tercero puede saber o no saber que contrata con un mandatario. En el Código de Comercio hay ejemplos de ambas figuras: Art. 120, y el comisionista, Art. 374. En consecuencia, el comisionista siempre es comerciante, porque él realiza a su propio nombre la comisión y responde ante un tercero. El mandatario con representación, por el contrario, nunca es comerciante, siempre actúa a nombre de su mandante comprometiéndolo directamente, caso del factor y del dependiente, y en muchos casos está RAFAEL ESPINOZA 43 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO además, por el mandato comercial; vinculado a su mandante paralelamente por relaciones laborales (origen del mandato), verbigracia: el dependiente, hipótesis a la que se refiere el Art. 289 del Código del Trabajo, sin perjuicio de que sea mandatario especial para asuntos de comercio (Art. 126 del Código de Comercio). De todo lo anterior, la expresión “comisión o mandato comercial” debe interpretarse sobre la base de que el Código citó como sinónimos un elemento específico y otro genérico con el propósito de destacar que la comisión es una clase de mandato; luego, la fracción no abarca todas las formas de mandato comercial sino simplemente la comisión. c) El contrato de cambio (Art. 3 No. 8).- En 1925, Diciembre 25, (R.O. No. 160 de Enero 21, 1926) la Junta de Gobierno derogó el Título VIII del Código de Comercio sustituyéndolo por la Ley sobre Letras de Cambio y Pagarés a la Orden, patrocinada por la Convención Internacional de La Haya. El propósito de esta ley era separar la letra del contrato, y refundir en aquella la libranza. Antes no se podía crear una letra si no existía un contrato de cambio, pues se la habría RAFAEL ESPINOZA 44 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO tenido como sin causa; ahora la letra no necesita causa, ella misma es su causa. Pero como la reforma no tuvo el propósito de eliminar el contrato de cambio, la fracción 6 del Art. 3 continuó mencionándolo, aún cuando lo dejó sin regulaciones particulares, por lo que debemos considerarlo sujeto a las reglas generales. En la práctica, la independencia de la letra de cambio, hay que reconocerlo, deja sin utilidad el contrato. Nuestra legislación al igual que otras, inicialmente distinguía la letra de cambio de la libranza. La primera debía ser girada en un lugar y cobrada en otro; la libranza, en cambio, debía ser girada y pagada en el mismo lugar. d) El depósito de mercaderías (Art. 3 No. 6).- Este ha sido declarado mercantil en virtud de ser un contrato conexo con actos considerados por el legislador como mercantiles, verbigracia: compraventa y transporte, pues el depósito de otra clase es civil. Como sabemos, mercadería es “todo bien corporal mueble que sea objeto de actos de comercio”, RAFAEL ESPINOZA 45 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO (Art. 3 de la Ley de Impuestos a las Transacciones Mercantiles y a la Prestación de Servicios; R.O. 152, Diciembre 31, 1981). La fracción se refiere al acto aislado. Por eso, otros códigos hablan de “el depósito de mercaderías por causa de comercio”; el patrio sólo se refiere a “el depósito de mercaderías”; aún cuando se hace depender su mercantilidad de dos condiciones: a) que se celebre entre comerciantes, y b) por causa mercantil (Art. 564, Código de Comercio); luego el sistema es el mismo. El segundo requisito es pertinente y está de acuerdo con lo que se ha manifestado, sobre la justificación de la mercantilidad del depósito; pero el primero, a más de ser injustamente restrictivo, contraría la técnica objetiva del Código al hacer depender la comercialidad de un elemento subjetivo: que ambas partes sean comerciantes. Por lo demás, si se admite en el (Art. 3 No. 6) que el depósito de mercaderías constituye en sí un acto comercial, no tenía por qué exigirse, para considerarlo contrato comercial, que sea concertado entre comerciantes. RAFAEL ESPINOZA 46 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO e) El contrato de correduría (Art. 3 No. 10).- El Código de Comercio dice que corredores: “…son los agentes reconocidos por la ley para dispensar su mediación a los comerciantes y facilitarles la conclusión de sus contratos”. (Art. 74). En términos generales puede decirse que el corredor realiza actos de corretaje, y que el corretaje es acto de intermediación entre la oferta y la demanda de bienes o servicios. El corredor no es parte contratante; su misión es solamente acercar a las partes. La doctrina reconoce al corredor dos características notorias: a) la independencia y b) la imparcialidad en su tarea. El Código ecuatoriano se esfuerza por mantener estas condiciones mediante requisitos y prohibiciones. El corredor es un verdadero mediador lo cual, nos hace creer que, hasta para dar siempre a sus actos carácter mercantil, sin que haya que fijarse en la naturaleza de la operación encomendada. El Código venezolano claramente dice que son comerciales “las operaciones de corretaje en materia mercantil” (Art. 2 No. 15), pero el legislador ecuatoriano eliminó al transcribirlo las tres últimas RAFAEL ESPINOZA 47 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO palabras restrictivas, apartándose así deliberadamente de la concepción venezolana. Así pues, nuestra jurisprudencia, vacila entre la tesis de que el corretaje adquiere la misma naturaleza comercial o civil del contrato final (suponiendo que el corretaje es un contrato accesorio); y la solución que parece haber sido consagrada por la ley: que todo acto de corretaje, cualquiera que sea su finalidad, es un acto de naturaleza comercial. f) Los contratos relativos a la navegación (Art. 3 No. 12, 14, 15).- Del comercio que se hace por mar se preocupan las leyes antes de el que se efectúa por tierra. En sus orígenes el Derecho mercantil es principalmente Derecho de navegación, por esta causa histórica, aún en nuestros tiempos los códigos de comercio reglamentan lo relativo a contratos marítimos, sin perjuicio de la tendencia doctrinal que declara al derecho de la navegación como un sistema autónomo. Para el Código de Comercio ecuatoriano los contratos de construcción y carena de naves; los de compra y venta de éstas y de los aparejos y vituallas, los fletamentos, préstamos a la gruesa y “más contratos RAFAEL ESPINOZA 48 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO concernientes al comercio marítimo” son siempre comerciales. En todos los enumerados el acto es mercantil para ambas partes y la comercialidad depende del bien que se compra (nave) o del destino que se dará a la cosa materia del contrato (aparejos, vituallas, etc. o por su conexión con la navegación, préstamos a la gruesa, fletamentos, etc.). 2. La empresa El Código de Comercio ecuatoriano a través de varios apartados del Art. 3, considera a los actos ejecutados por “empresa” como mercantiles. O dicho de otra manera, muchos actos que podrían ser civiles pasan a ser considerados comerciales por originarse en una empresa. Quizá en un principio fue el criterio de intermediación el que motivó al legislador a referirse a la empresa, pero, de acuerdo con el texto, la actividad que está reglamentada es la actividad empresarial y la mediación casi se ha perdido de vista. De este modo el principio económico de la mediación entre productores y consumidores se ampliaba a tal grado, que casi se RAFAEL ESPINOZA 49 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO perdía de vista, y sin plena conciencia de lo que se hacía, se actuaba una profunda reforma: la comercialización de la industria desde el punto de vista jurídico. Tanto que hoy, al interpretar el código y determinar el concepto de empresa, podemos prescindir absolutamente del principio económico de la interposición. “La empresa es el organismo que actúa la coordinación de los factores económicos de la producción. La naturaleza mercantil deriva de la entidad económica de la empresa, del volumen considerable de los negocios que produce, de la asimilación por su parte de todos los elementos técnicos del fondo mercantil. El paralelismo entre el fondo de comercio y el fondo industrial constituye el fundamento de la comercialidad del segundo”. “Al declarar que son mercantiles diversas categorías de empresas, la ley nos da a entender que mercantiles son todos los actos que de la empresa emanan: hasta los actos ilícitos y las obligaciones consiguientes, con ella relacionadas. La empresa es una figura de contenido eminentemente económico, pero con un elemento jurídico particular: organización RAFAEL ESPINOZA 50 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO del trabajo ajeno. El Art. 205 del Código de Comercio, nos ofrece un concepto de empresa a través de la definición de empresario de transporte: “El que ejerce la industria de hacer transportar personas o mercaderías, por sus dependientes o asalariados y en vehículos propios, o que se hallen a su servicio, se llama empresario de transporte, aunque algunas veces ejecute el transporte por sí mismo”. El concepto jurídico de empresa difiere del económico, siendo aquel más restringido que éste. La ley ecuatoriana ayuda al juzgador estableciendo límites visibles entre la empresa artesanal y la industria. Basándose en el número de trabajadores dependientes y en el capital empleado los encasilla en la respectiva clasificación. La razón por la cual se tiene como mercantil a la empresa es porque constituye una organización económica que aprovecha el trabajo ajeno para producir bienes o servicios encaminados a satisfacer el mercado. Cuando hay organización de los factores de producción, si se producen bienes o servicios para el mercado, aprovechando el trabajo ajeno, hay empresa RAFAEL ESPINOZA 51 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO mercantil. Por antítesis, serán civiles las que no tengan propósito de producir para el mercado, como las fundaciones, corporaciones y asociaciones de propietarios existentes según la Ley de Propiedad Horizontal, las artesanales, excluidas por la ley, y aquellas en las que el trabajo del empresario domine en cantidad y calidad la obra. Las únicas veces que la ley ecuatoriana considera a la empresa como universalidad de derecho y objeto de obligaciones, es cuando declara que si cambiare de dueño el sucesor será responsable con su antecesor por el pago del fondo de reserva (Art. 200 del Código de Trabajo), y cuando se refiere al embargo de empresas con motivo de ejecución coactiva (Art. 169 del Código Tributario). Finalmente conviene citar que la voz “empresa” es usada en el sistema legal ecuatoriano con diverso significados; en ocasiones como organización (Código de Comercio Art. 205, Código de Trabajo Art. 455), en oportunidades como “establecimiento”, y en determinados casos para referirse al empresario (Ley RAFAEL ESPINOZA 52 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO de Fomento Industrial, Art. 64, importación de maquinaria). 3. Títulos Valores (Art. 3 No. 8) En esta fracción se considera: a) todo lo concerniente a la letra de cambio, pagarés a la orden aún entre no comerciantes; b) la remesa de dinero de una plaza a otra hecha en virtud de un contrato de cambio; y c) todo lo concerniente a libranzas. En todo lo concerniente a letras de cambio o pagarés a la orden aún entre no comerciantes, la consideración es absoluta, basta que se trate de una letra de cambio o de un pagaré a la orden para que sea acto mercantil. Que la emisión de la letra de cambio fue hecha por el señor Arzobispo de Guayaquil o por un General de la República o por comerciante cualquiera, no importa, con abstracción de la persona que emite la letra de cambio que avala la letra de cambio o que endose la letra de cambio, todo lo concerniente a la letra de cambio, pagaré a la orden es mercantil. RAFAEL ESPINOZA 53 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 4. Hechos que producen obligación Aquí se incluye como acto de comercio obligaciones nacidas de un hecho en los casos de avería, naufragio y salvamento, en el caso de las obligaciones que nacen de hechos marítimos (Art. 3 No. 16). Existe naufragio cuando un buque queda totalmente sumergido en el agua, o cuando a pesar de estar flotando, se halla en tan malas condiciones que carece de navegabilidad. Del naufragio pueden derivarse sanciones penales o indemnizaciones civiles. Ahora bien, el salvamento es una institución del Derecho de la navegación que se origina en el naufragio. Supone el auxilio prestado por un buque a otro; hay autores que cuando hablan de auxilio a un buque en peligro pero a flote usan el término “asistencia” y cuando se refieren al socorro de un buque hundido, emplean “salvamento”; pero actualmente se aceptó “salvamento para ambas situaciones”. En el acto de salvamento marítimo deberá verse una institución propia de la navegación y surgida de la RAFAEL ESPINOZA 54 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO solidaridad que impone el mar a las personas. Como enseña RIPERT, ni puede clasificárselo como contrato ni como cuasicontrato, pues unas veces es impuesto por la ley y otras por acuerdo de los interesados. Por “avería” se entiende todo daño o pérdida sufrida por la nave o la mercadería. Es esta otra institución propia del Derecho de navegación que tampoco puede enmarcarse en las categorías civiles. El naufragio, salvamento y averías, originan como se ha visto obligaciones de pagar ayuda, de ayudar o de reparar perjuicios. 1.5.1Los actos mixtos y el Código de Comercio Ecuatoriano.- Es frecuente que un acto sea mercantil para una parte y civil para otra; así ocurre con las ventas en los supermercados, éstos revenden cosméticos, arroz y otros mil productos y al hacerlo ejecutan un acto mercantil; quienes, como sucede con la mayoría de los compradores, compran para satisfacer las necesidades de un hogar, realizan un acto civil. RAFAEL ESPINOZA 55 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Un contrato de compra venta que para una parte es comercial y para otra civil, debe ser juzgado con arreglo a la Ley Mercantil o con arreglo a la Ley Civil, o con arreglo a ambas. Cada una de estas posibilidades tiene defensores, pero la doctrina que sostiene la aplicación de la ley mercantil a las dos partes, va consiguiendo más partidarios; los códigos modernos generalmente acogen esta solución, así el HGB, alemán, en su Art. 345, italiano Art. 54, colombiano Art. 22 y boliviano Art. 7. La principal dificultad se halla en que los códigos no solucionan los casos en que una parte, sin ser comerciante, ejecute un acto de comercio, teniendo como contraparte a un no comerciante. A decir de GARRIGUEZ, para resolver el conflicto habrá que acudir a un criterio absoluto, aplicando la Ley Mercantil o la Civil si no queremos partir en dos mitades cada acto de comercio, lo que parece antitécnico. Si nos pronunciamos por el Derecho Civil, el Mercantil quedará reducido a un derecho de clase, regulador de las relaciones entre comerciantes, o sea, lo contrario de lo que ha querido el legislador al RAFAEL ESPINOZA 56 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO proclamar que el Derecho Mercantil es el de los actos de comercio con abstención de las personas. Si nos pronunciamos por el Derecho Mercantil, su sustantividad como Derecho especial de una clase de actos, los actos de comercio se salva. Pero estas dudas se originan en leyes extranjeras. En nuestro país se realizan también actos mixtos, pero con la particularidad de que no hay problema sobre la legislación aplicable, porque todos los actos mercantiles son absoluta y totalmente mercantiles, sean actos propiamente objetivos, que se califican como mercantiles por el solo hecho de estar regulados por el Código; sean actos subjetivos, que exigen la participación de un comerciante, y, por tanto, se rigen por las disposiciones contenidas en las leyes mercantiles. Así lo manda el artículo 1º, cuyo texto es el siguiente: “El Código de Comercio rige las obligaciones de los comerciantes en sus operaciones mercantiles y los actos y contratos de comercio, aunque sean ejecutados por no comerciantes”. Por otra parte, el primer inciso del Art. 3 dice: “que son actos de comercio los que se encuentran en la enumeración que hace a continuación, ya de parte RAFAEL ESPINOZA 57 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO de todos los contratantes, ya de parte de uno de ellos solamente. De modo que no hay actos o contratos mixtos, que son en parte civiles y en parte mercantiles; o son lo uno o lo otro”. 1.5.2Cuasicontratos y actos ilícitos.- Algunos autores discuten si el concepto de acto de comercio abarca los cuasicontratos y lo ilícito. 1. Cuasicontratos El cuasicontrato no es un tipo de fuente de obligaciones homogéneo como sí lo es el contrato donde caben diversos contenidos, por ejemplo: arrendamiento, venta, etc. pero con un sólo elemento: acuerdo de voluntades. El cuasicontrato es un nombre que cobija varios hechos jurídicos heterogéneos, cuya única nota común es la de ser actos lícitos no contractuales, cuyos efectos jurídicos se producen ex-lege, por disposición de la ley. RAFAEL ESPINOZA 58 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO El Código Civil en su artículo 2211 destaca imperfectamente las características del cuasicontrato (obligación que nace por voluntad de la ley), pero evita definirlo, probablemente porque el señor Bello consideró imposible dar una noción que englobe tan distintos hechos generadores de obligaciones por mandato de la ley. De paso anotó, que el Código bajo el epígrafe “De los Cuasicontratos” (Título XXXII, Libro IV) sólo menciona tres hechos: agencia oficiosa, pago de lo no debido y comunidad; sin embargo, hay otros en el mismo Código, pero en distintos Libros, que para muchos autores tienen igual característica: aceptación de la herencia, la gestión de tutela, etc. En cuanto al cobro de lo indebido y la gestión de negocios parece que la doctrina considera que entran en el concepto de actos de comercio. En el cobro de lo indebido la obligación de restituir que tiene el acreedor se colorea de lo civil o mercantil según sea la naturaleza de la obligación que haya pagado el deudor, si se solucionó una obligación mercantil, la obligación de restituir será de tal calidad. RAFAEL ESPINOZA 59 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO En la gestión de negocios el criterio mejor será el de comprobar si cabe el caso concreto en las reglas de la comisión mercantil. Para la doctrina, la comunidad es mercantil si la relación o el conjunto de relaciones en que aparecen como sujetos varias personas se originan en una cosa mercantil, verbigracia: un buque, los propietarios de éste conforman una comunidad mercantil; pero si lo que se tiene en común es un edificio, la comunidad es civil, pues los inmuebles no son cosas mercantiles. Sin embargo, parece que los cuasicontratos son siempre civiles en el Derecho positivo ecuatoriano debido a que la lista de actos que contiene el Código de Comercio es taxativa en su enumeración aún cuando genérico cada apartado, y no puede ampliarse por analogía y menos por conexión. 2. Ilícitos Acto ilícito es todo comportamiento que injustamente cause perjuicio a otro. El tercero se perjudica tanto porque quien, siendo su contraparte en un contrato no lo cumple (ilícito contractual); tanto porque quien, fuera de todo vínculo contractual, viole el RAFAEL ESPINOZA 60 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO principio general que prohíbe causar daño a otro (ilícito extra-contractual), concretado en el Art. 2241 del Código Civil. Cuando se trate de un hecho ilícito contractual no hay duda que si era mercantil la obligación precedente, mercantil será la obligación (resarcimiento del daño) derivado de su infracción. “La obligación contractual primitiva no se extingue, sino que se perpetua cambiando solamente su objeto; antes era la prestación, ahora es el resarcimiento…”. El mismo Código de Comercio acepta el ilícito contractual como asunto mercantil en varias disposiciones, ejemplo: Art. 1009 No. 1, al declarar que se extingue la acción para reclamar por los daños si las mercaderías fueren recibidas sin protesta. O sea que hay derecho a pedir indemnización por los daños si se reclama al momento de la recepción. Mucho se discute sobre el ilícito extra-contractual, para GARRIGUEZ, por ejemplo, no es nunca comercial; no cree que pueda considerarse que existe conexión entre una conducta ilícita y una actividad comercial profesional. Para BRUNETTI, “el hecho ilícito RAFAEL ESPINOZA 61 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO por haber ocurrido durante la actividad mercantil, no puede pertenecer a la esfera d la comercialidad”. Tal tesis se funda en la incompatibilidad existente entre la noción de delito y la de acto de comercio; y además, en que aún cuando el ilícito no conforma un delito según la tipología penal, engendraría una obligación de reparar basada en la equidad natural, y consecuentemente, propia del Derecho Civil. Pero en la mayor parte de la doctrina y jurisprudencia moderna prevalece el criterio que si el hecho ilícito ha sido ejecutado por un comerciante en ejercicio de su comercio, las obligaciones que surgen de esa circunstancia se colorean de la actividad del sujeto, en virtud de la presunción admitida en los Códigos de que los actos de los comerciantes en ejercicio de su comercio se consideran mercantiles. Comerciales son pues las obligaciones patrimoniales nacidas del hecho ilícito perpetrado por un comerciante, pero, desde luego, no es comercial el hecho ilícito. Ejemplos: Las nacidas de la competencia desleal, las de reparar la pérdida dolosa de mercaderías entregadas a una compañía de transporte. RAFAEL ESPINOZA 62 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO El mismo Código de Comercio contempla la responsabilidad por delitos y cuasidelitos en varios preceptos, por ejemplo; corredores, cuando infrinjan la ley responden por daños y perjuicios, factores y dependientes son responsables ante su principal por violaciones de la ley; responsabilidad del porteador por pérdidas, averías y desfalcos. El hecho ilícito de un no comerciante al realizar ocasionalmente un acto de comercio también crea una obligación mercantil, la razón está en su conexión con el acto de comercio, clara está que no se presume como en el caso del artículo 140 del Código, sino que el afectado tendrá que probar plenamente que el no comerciante ejecutó un acto de comercio. Luego, el cuasidelito, aún cuando nazca de una actividad comercial, no es para la Corte Suprema asunto comercial. 1.5.3Los Actos accesorios de comercio por presunción.- El artículo 140 del Código de Comercio, presume comerciales los contratos realizados por el comerciante matriculado; y lo supone, no porque los RAFAEL ESPINOZA 63 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO ejecute un comerciante, sino porque las adquisiciones que realiza o los trabajos que contrata tienen un nexo y relación inseparables con el ejercicio profesional y habitual de su comercio. Luego, no es la calidad de la persona la que transforma ese acto de civil en comercial sino que es la actividad de éste la que hace presumir que todos los actos que tienden al desarrollo de esa actividad se presuman mercantiles (criterio objetivo). El fundamento de la presunción es hacer más segura la posición tanto del que contrata con el comerciante como la de éste. La presunción no puede jugar en relación a actos que por su naturaleza no son comerciales, por ejemplo: venta de inmuebles o adopción. Quien impugna la mercantilidad del acto presumiblemente comercial, es quien debe suministrar la prueba de que tal acto es civil, pues el artículo 140 establece una presunción legal que por su naturaleza admite prueba en contrario. Sin razón, la ley limita la presunción a los comerciantes matriculados. RAFAEL ESPINOZA 64 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO La Corte Suprema con mucha claridad ha fijado los límites del Art. 140 en la siguiente sentencia, publicada en el Diccionario de Jurisprudencia del Dr. Galo Espinosa, Tomo I, pág. 157: “En verdad que el Art. 140 del citado Código dispone que el contrato es mercantil desde el momento en que se celebre con un comerciante matriculado; empero, la recta interpretación del mismo no alcanza a englobar en su disposición sino a los contratos reglados por el indicado Cuerpo de Leyes, puesto que el Art. 1º claramente estatuye que el Código de Comercio rige las obligaciones y de los comerciantes en sus operaciones mercantiles y los actos y contratos de comercio aunque sean ejecutados por no comerciantes. Así pues, no todo contrato celebrado con un comerciante matriculado es mercantil; basta recordar, en la inmensa variedad de las relaciones de vida, los contratos de matrimonio, los de obra o trabajo, la representación para juicio, para afirmar que la calidad de contrato mercantil comprende solamente aquellos realizados por un comerciante matriculado, en sus operaciones mercantiles y los actos de comercio determinados en el Art. 3º”. RAFAEL ESPINOZA 65 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO CAPITULO II EL COMERCIANTE 2.1 Sujetos de la relación mercantil.- Las relaciones jurídicas se establecen entre seres humanos; sin embargo para facilitar el desarrollo comercial y luego social, el hombre ha creado entidades jurídicas capaces de ser también sujetos de relación jurídica y particularmente de relación jurídica mercantil: son las personas naturales y las personas jurídicas; y se dice que son sujetos porque cualquiera de ellas puede ejecutar actos de comercia; más la ejecución de uno o varios actos de esta clase no hace del sujeto un comerciante. Comerciante es solamente aquel que profesional y habitualmente ejecuta actos de comercio. Fluye de lo anterior que tenemos los siguientes sujetos de la relación mercantil: a) Personas naturales no comerciantes: por ejemplo, el médico que emite una letra de cambio, el sacerdote que suscribe un pagaré. RAFAEL ESPINOZA 66 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO b) Personas naturales comerciantes: El individuo que ejecuta profesional y habitualmente actos de comercio: el mercader. c) Personas jurídicas no comerciantes: Las corporaciones y fundaciones establecidas con arreglo al Código Civil, pero que en determinado momento ejecutan un acto mercantil, verbigracia: cuando la Beneficencia de Señoras gira un cheque. d) Personas jurídicas privadas comerciantes: Estamos en presencia de una persona jurídica que tiene la calidad de comerciante en el caso tradicional de las sociedades comerciales, desde el momento en que son inscritos sus estatutos por el Registrador mercantil, o sea que, no necesitan ejecutar actos mercantiles para adquirir su estado, basta que en su constitución y estatuto conste su objeto comercial. e) Personas jurídicas públicas comerciantes: Las entidades creadas por el Estado, los Municipios y las propias personas jurídicas públicas cuando actúan en función de determinadas actividades comerciales, por ejemplo, una persona pública cuyo objetivo es intervenir en la comercialización de productos, compra para revender, y, por tanto es persona jurídica RAFAEL ESPINOZA 67 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO comerciante, pero que dada su naturaleza pública se la clasifica siguiendo una corriente doctrinal como “comerciante público”. 2.2 Importancia del comerciante como sujeto de la Legislación mercantil.- Cualquiera que sea el sistema legal, el comerciante es sujeto principalísimo dentro de la organización jurídica; si como en Italia se considera fundamentalmente el profesionalismo y se piensa que el Derecho Mercantil debe ser solamente un derecho para gobernar las empresas, el comerciante tiene un papel preponderante; si por el contrario estamos ante un código de tendencia objetiva como el ecuatoriano, también debemos concluir que el comerciante es sujeto principalísimo, y tanto que la mercantilidad de algunos contratos depende de que ocurra a su celebración un comerciante, ejemplo; el de depósito. Por otro lado, a los comerciantes se les impone la obligación de registrarse, la de obtener matrícula y la de llevar contabilidad; y, pueden beneficiarse con la suspensión de pagos, o perjudicarse si quiebran. Es decir, se RAFAEL ESPINOZA 68 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO legisla para ellos; pero dado el desarrollo de la industria, el comerciante, esencialmente un intermediario, es llamado ahora empresario. 2.3 Características del comerciante.- El concepto de comerciante es un concepto único, podemos decir que es comerciante como decimos de una persona que es casado o soltero; en realidad, es un estado social que se goza y padece plenamente; así como no se puede ser casado a medias tampoco puede haber comerciante a medias. Además el estado es originario, no se puede ser comerciante por derivación o transmisión, como no se puede adquirir el estado civil de casado por herencia. Se es comerciante por ejercer originalmente y de manera profesional y habitual actividades mercantiles, o por, en caso de una persona jurídica, haber sido constituido para realizar actos de comercio. RAFAEL ESPINOZA 69 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 2.4 Definición legal de comerciante individual.- En la legislación ecuatoriana el comerciante individual se define por una nota de carácter real o material, como ya dice: el ejercicio del comercio, tal como lo prescribe el (Art. 2), que, pese a su carácter general, no es aplicable a los comerciantes sociales, públicos o privados, quienes adquieren esa condición desde que quedan legalmente creados. El citado artículo 2, del Código ecuatoriano, tiene el siguiente texto: “Son comerciantes los que teniendo capacidad para contratar hacen del comercio su profesión habitual”. En el Art. 10 del Código venezolano, matriz del Art. 2 del código ecuatoriano, contiene junto a la definición que citamos, la oración: “..y las sociedades comerciales”, o sea, que en el artículo fuente se aprecia que la definición, con sus elementos, capacidad, profesionalismo y habitualidad, se refiere a las personas naturales, ya que el legislador se preocupó en una segunda parte de mencionar que RAFAEL ESPINOZA 70 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO también son comerciantes las personas jurídicas; pero eso no sucede en el nacional. Al margen, el Código de Comercio del Ecuador en el Art. 22, inciso 2, implícitamente acepta a las personas sociales como comerciantes, al referirse a la matrícula de comercio. La definición de comerciante que nos proporciona el Código adolece de graves defectos: a) No conviene sólo a lo definido, hay personas que tienen capacidad legal para ejercer el comercio, y que lo ejercen efectivamente, pero sin embargo no son comerciantes sino auxiliares de un comerciante, verbigracia: los factores; y b) Excluye a personas que sí son comerciantes, aun cuando carecen de “capacidad de ejercicio”, como el menor propietario de un bazar, por lo que están representados por un curador, situación que no les impide ser comerciantes, puesto que en virtud de la capacidad de goce” son propietarios y asumen los riesgos económicos del negocio. La misma definición admite esta posibilidad cuando se refiere a los que “…hacen del comercio su profesión habitual”. Aquí “hacer” no significa realizar materialmente actos, sino RAFAEL ESPINOZA 71 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO asunción por el comerciante o titular de la empresa de una responsabilidad ilimitada por los actos de comercio realizados personalmente o a su nombre. En otras palabras, la definición es incompleta porque da el concepto económico indiferenciado de la actividad profesional del comerciante, en lugar del concepto jurídico diferenciado: actividad jurídicamente responsable, lo que se hubiera conseguido mediante inclusión del elemento “ejercicio del comercio a nombre propio”, pues comerciante es quien goza y padece las contingencias del comercio. Empero aún cuando el texto no lo menciona expresamente, admito que puede considerarse que está implícita la indicada adición, porque la naturaleza del acto de comercio es especulativa, y engendra, en consecuencia, provecho y riesgo, lo que supone libertad en las decisiones y carencia de subordinación. Además, el acto aislado de comercio no debe configurar el concepto de comerciante, que debe circunscribirse a la actividad profesional organizada; pero si se quiere conservar la figura tradicional del comerciante individual bien podría sustituirse el actual RAFAEL ESPINOZA 72 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO texto por el Art. 10 del moderno Código colombiano, con ligera reforma, a saber: “Son comerciantes las personas que profesional y habitualmente se ocupan de las actividades que la ley considera mercantiles. La calidad de comerciante se adquiere aunque la actividad mercantil se ejerza por medio de apoderado, intermediario o interpuesta persona”. La reforma consiste en haber insertado la palabra HABITUALMENTE. Al estudiar el Art. 2, a simple vista se perciben los elementos considerados por el redactor como fundamentales: a) capacidad y b) profesión habitual; pero un estudio más profundo descubrirá que “habitualidad” no es lo mismo que “profesión”, en vista de lo cual debemos concluir que son tres las características exigidas por la ley para considerar a una persona comerciante: a) capacidad; b) profesionalismo; y c) habitualidad. a) Capacidad: es la aptitud que tiene una persona para ejercer derechos y contraer obligaciones. Todo ser humano tiene capacidad; de una manera general todo ser humano puede ser titular de derechos, aún cuando RAFAEL ESPINOZA 73 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO no todos pueden ejercer esos derechos; por ejemplo, el infante y el adulto pueden recibir una herencia, pueden ser beneficiarios de ella, sin embargo, solamente el adulto puede ejercer directamente los derechos originados en esa herencia. Esto significa que ante la ley existen dos clase de capacidad, la capacidad que se llama de “goce” y la capacidad de “ejercicio”. La capacidad de “ejercicio”, es capacidad de contratar, quien la tiene puede celebrar válidamente contratos. La capacidad de “goce” es simplemente facultad de ser titular, pero sin poder ejercer directamente ese derecho, es una capacidad limitada. Según el Art. 2, el código exige capacidad de ejercicio, lo que es incorrecto, pues a lo más debió pedir capacidad de goce. La mención de la capacidad en la definición de comerciante parece antitécnica; presupuesto para adquisición del estado la no debe ser de comerciante, porque el incapaz no necesita explotar personalmente una actividad mercantil, le basta hacerlo por su representante legar para ser comerciante. RAFAEL ESPINOZA 74 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Incapacidad es la antinomia de capacidad; al incapaz le falta capacidad de ejercicio, carece de aptitud para contratar. La incapacidad es la excepción. Para el Código de Comercio: “Toda persona que según las disposiciones del Código Civil tiene capacidad para contratar la tiene igualmente para ejercer el comercio” (Art. 6). Regla que repite innecesariamente en el Art. 8, pero enunciándola en forma negativa. “Las personas que por las leyes comunes no tiene capacidad para contratar, tampoco la tienen para ejecutar actos de comercio, salvo las modificaciones que establecen los artículos siguientes”. b) Profesionalismo: La palabra “profesión” sugiere la idea de una repetición de actos de la misma especie o naturaleza, sentido que también tiene “habitualidad”. Esta semejanza es causa de que los autores discutan si el legislador incurrió o no en un pleonasmo al hablar de “profesión habitual”. De todas formas la inclusión del indicado término está justificada porque la profesión es algo más que la “habitualidad”, constituye un género de vida, una actividad organizada, dirigida a determinada finalidad. RAFAEL ESPINOZA 75 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Según enseña GARRIGUEZ: “La profesión tiene de común con la habitualidad la repetición de actos. Mas el concepto de profesión se compone además, de otros tres elementos: una explotación conforme a un plan, un propósito de que el lucro constituya un medio de vida (principal o único) y una exteriorización”. Y es que no debe olvidarse que profesión proviene de “porfiteor”, confesar públicamente, darse a conocer. En otro sentido, “profesión” es una aptitud derivada de la posesión de ciertos conocimientos o habilidades, por lo que puede existir en forma potencial, verbigracia: una persona estudia abogacía y se gradúa, está en aptitud para ejercer esa profesión, pero por cualquier circunstancia nunca la ejerce, y, en cambio, se dedica a la agricultura; su profesión es agricultor. En el caso particular del comerciante, la profesión tiene que ser ejercida efectivamente en la realidad de los hechos. Se requiere el cumplimiento repetido y habitual de ciertos actos, y se requiere que se trate de un ejercicio en forma profesional, luego los dos conceptos RAFAEL ESPINOZA contribuyen a precisar mejor las 76 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO características de la actividad de quien desea ser comerciante. c) Habitualidad: no basta la sola profesión en el sentido de estar preparado en potencia para actuar como comerciante: es indispensable su ejercicio continuado y activo, esta necesidad quiere resaltar el legislador al utilizar la palabra “habitual”. La calidad de comerciante no depende sólo de que se haga del ejercicio del comercio una “profesión”, sino de que se ejercite esa profesión. Por tanto la exigencia de habitualidad consignada en el texto, lejos de ser una redundancia sirve para demostrar que el obtener matrícula de comerciante y alquilar un local para el negocio no son suficientes para adquirir la profesión de comerciante; es indispensable la reiteración, el hábito, sin perjuicio de que los indicados actos constituyen presunciones de que una persona ejerce el comercio. El adjetivo habitual no excluye la acumulación de profesiones. En resumen, la palabra habitual sirve para advertir que la profesión de comerciante debe ser efectiva y RAFAEL ESPINOZA 77 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO realmente ejercida, mediante la realización de sucesivos actos de comercio. 2.5 Prueba del estado de comerciante.- En el sistema antiformalista o material acogido por el Código ecuatoriano es difícil probar el estado de comerciante. La calidad de comerciante tiene que probarse por el que la alega para invocar derechos u obligaciones que a ella van anexos según la regla general de Derecho procesal, cuando se trata de probar un hecho la carga de la prueba se impone al que alega, cuando es contrario al estado normal o habitual de las cosas, y como lo normal es que las personas no sean comerciantes, quien afirme tendrá que probar. Para la prueba puede acudirse a toda clase de medios admisibles en derecho. La prueba de confesión perjudica a aquel cuya condición de comerciante se quiere probar, cuando se le hace reconocer como cierto lo que es. Pero, claro está, que no puede aceptarse la confesión como prueba si es el mismo que se dice RAFAEL ESPINOZA 78 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO comerciante quien trata de probar esta cualidad mediante su propia confesión. Hay, sin embargo, un caso en que se tiene por base esa afirmación. Es el de comerciante que solicita su propia quiebra, por estimarse que la legislación de la quiebra es lo suficientemente severa para presumir que el que solicita ser declarado en quiebra, lo hace por estar comprendido en aquella. “Pero es de observar, en cuanto a la matrícula, que ella, no es prueba privilegiada, ya que la condición de comerciante puede acreditarse por cualquier otro medio. Solo hace presumir la condición de comerciante y esa presunción puede ser destruida por la prueba de que, pese a la matrícula, la persona en cuestión no ejerció profesionalmente actividades comerciales, y en cuanto a la patente, es de señalar, a su vez, que la circunstancia de que el Fisco considere comerciales las actividades de una persona a los efectos del pago de una patente, tampoco implica que debe aceptarse necesariamente, cuando en juicio se discute si esa persona es o no comerciante, esa calidad”. RAFAEL ESPINOZA 79 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Sin embargo, tienen esos actos eficacia como presunciones, y como tales pueden servir para un juzgamiento. “Cuando se trata de probar la condición de comerciante de un menor no bastará suministrar pruebas de que ejerce profesionalmente el comercio, sino que habrá que probar que lo ejerce con autorización”. 2.6 Pérdida del estado de comerciante.- Se puede perder la calidad de comerciante individual por motivos que afecten al titular de la empresa, (subjetivos), ya a la empresa misma (objetivos). 1) Motivos subjetivos: Del artículo 2, se viene en conocimiento que los motivos subjetivos pueden derivarse del requisito de a) capacidad o b) de la exigencia de ejercer el comercio. La capacidad como causa para dejar de ser comerciante puede ser afectada por la muerte del comerciante, RAFAEL ESPINOZA pues si bien puede existir una 80 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO incapacidad sobrevenida al comerciante, que lo someta a curaduría, es también cierto que conservaría su capacidad de goce, perdería solamente la de obrar y consecuentemente continuaría siendo comerciante aún cuando ejerciera el comercio por intermedio de un representante legal. La capacidad condicionada de la mujer por la autorización marital o judicial del marido ha sido eliminada en el Ecuador, donde la mujer actualmente tiene plena capacidad. Motivos subjetivos relacionados con la empresa y que hacen perder la condición de comerciante son la enajenación, la prenda y usufructo del establecimiento mercantil, pues el comerciante se queda sin la base material para ejercer el comercio. Si Juan tiene una zapatería y la vende a Pedro, evidentemente deja de ejercer el comercio de zapatos. 2) Motivos objetivos: Pueden resumirse en dos; a) realización del objeto de la empresa, y b) pérdida del carácter mercantil. Si se establece una fonda para dar de comer a los trabajadores que construyen una represa lejos de RAFAEL ESPINOZA 81 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO cualquier ciudad, cuando concluye la obra se ha realizado el objeto de la fonda, y, por tanto, deja de existir esa empresa, y, lógicamente, el ejercicio del comercio. Puede perderse la calidad de comerciante si el comerciante transforma su actividad mercantil en civil, como cuando el dueño de una finca decide terminar con la venta de sus productos agrícolas a terceros y limitarse a producir para el consumo familiar. Conviene advertir que la declaración de quiebra no implica necesariamente pérdida de la calidad de comerciante o extinción de la empresa mercantil, pues el síndico puede continuar las operaciones (Art. 7 No. 3, Código de Comercio). 2.7 Clasificación del comerciante.- El sistema legal ecuatoriano al igual que en los demás países capitalistas admite la existencia del comerciante individual, persona natural y el colectivo, persona moral comerciante. El Código de Comercio en sus artículos 2 y 22 inciso 2 establece esta RAFAEL ESPINOZA 82 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO calificación, la cual queda ratificada por la Ley de Cámaras de Comercio, en su artículo 8. Existe en nuestro Derecho una clasificación de secundaria importancia: “comerciante por mayor” y “comerciante por menor”, al respecto el Código de Comercio en su artículo 44 declara que: “Se consideran comerciantes por menor los que habitualmente sólo venden al detalle, directamente al consumidor”. De la indicada definición aparece claramente como elemento caracterizador de esta clasificación: vender al detalle, o sea directamente al consumidor. Así, en grandes tiendas como TIA se vende al por menor, pues allí puede cualquier consumidor adquirir un vaso, un plato, etc. Al contrario, “comerciante por mayor” es el que vende a intermediario, que a su vez se encargan de poner la mercadería al alcance del consumidor, definición ésta que no tiene mayor trascendencia. El artículo 2446 del Código Civil agrega a las anteriores una nueva clasificación al hablar de los mercaderes “que despachan al menudeo”, lo que significa RAFAEL ESPINOZA que según el legislador puede haber 83 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO “comerciantes por menor” que sin embargo vendan por unidad. La Corte Suprema chilena explica muy bien el asunto con las siguientes palabras: “Si bien es verdad que el Art. 30 del Código de Comercio califica de “comerciante por menor” al que vende directamente y habitualmente al consumidor, esto es, al que vende sin intermediarios y para el consumo directo o inmediato, sin considerar la cuantía y monto de la mercadería vendida, de tal definición no puede inferirse que todas la ventas que se hagan directa y habitualmente al consumidor sean “ventas al menudeo”, porque lo que caracteriza a éstas, no es la función económica que desempeña el comerciante vendedor y el modo como lo cumple, sino la escasa o mínima cantidad de la mercadería que el mercader o proveedor despacha en cada operación de venta. El término comercio que da origen al sustantivo comerciante, tiene un sentido más amplio en el lenguaje jurídico que en el del economista. En realidad, conserva en la jurisprudencia su forma etimológica. La expresión Commercium comprendía en Roma al conjunto de actividades referentes a bienes materiales, que podrían ser objeto de operaciones RAFAEL ESPINOZA 84 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO jurídicas; por eso, a las actividades profesionales se las denominaba in comercio y a las otras extra comercium. Las operaciones de compraventa, así como las de producción entraban en el primer grupo. Luego, en el sentido jurídico de la palabra, el industrial es un comerciante; inclusive, en el artículo 3 de nuestro Código de Comercio se declaran como actos de comercio muchas actividades industriales (Art. 3 No. 12); la Ley de Impuesto a las Transacciones Mercantiles y a la Prestación de Servicios, en su Art. 8 considera que los industriales están comprendidos en el vocablo comercio. Sin embargo, debido a consideraciones económicas las leyes tributarias, gremiales y aún el mismo Código de Comercio distinguen entre el comercio y la industria. Pero esta distinción es respecto de beneficios tributarios u obligaciones concomitantes o gremiales, pero no llega a ser excluyente. Por esto en gravísimo error incurre el Tribunal Fiscal cuando sostiene que el propietario de una industria de estampado textil no es comerciante, aún cuando posea matrícula de comercio, si del propio texto de la inscripción aparece que su actividad es industrial RAFAEL ESPINOZA 85 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO (Jurisprudencia Tributario Ecuatoriana, Tomo III, Dres. García Mancheno y Montero Maldonado; página 276, Juicio No. 223). 2.8 Comerciantes nacionales y extranjeros.- En el mundo antiguo la discriminación era muy explicable. Cada familia y cada ciudad tenía su Dios particular. El hombre de otra familia o ciudad era un extraño, casi un enemigo religioso. Perder la guerra significaba pasar al dominio de un nuevo Dios con la trascendencia terrenal y sobrenatural que eso significaba. Cupo al cristianismo revelar un Dios universal, de gentiles y judíos, y ese fue, en términos humanos, principalmente aporte de San Pablo. Como derivación, desde esa época, el extranjero dejó de ser tenido como enemigo, es un hermano en Cristo. Pese a ese legado espiritual, en tiempos recientes, se observa, en muchos países una posición de estrecho egoísmo nacional, proveniente de resentimientos frente a injustos comportamientos de los países RAFAEL ESPINOZA desarrollados, y en ocasiones, del 86 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO enfrentamiento entre los sistemas capitalista y socialista. En nuestro país, el señor Bello estampó en el Código Civil (Art. 43 del ecuatoriano) el principio de que nacionales y extranjeros tenían iguales derechos; Art. 43, Código Civil: “La ley no reconoce diferencia entre el ecuatoriano y el extranjero, en cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla este Código”. El Derecho Constitucional lo ha producido tradicionalmente; la reciente Constitución Política lo recoge también aunque con algunas reservas, en los siguientes artículos: Art. 13 “Los extranjeros gozan de los mismos derechos que los ecuatorianos, con las limitaciones establecidas en la Constitución y la Ley”. Los extranjeros están excluidos del ejercicio de los derechos políticos. Art. 15 “Las personas naturales o jurídicas extranjeras no podrán adquirir, a ningún título, con fines de explotación económica, tierras o concesiones en zonas de seguridad nacional”. RAFAEL ESPINOZA 87 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO La ley de Pesca, en su Art. 23, expresa: “La pesca artesanal está reservada exclusivamente a los pescadores nacionales”. RAFAEL ESPINOZA 88 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO CAPITULO III LOS COMERCIANTES SOCIALES 3.1 Las personas jurídicas: concepto y elementos Constitutivos.- A lado, y no en oposición de las personas naturales, podemos fácilmente observar en el mundo del Derecho unas entidades a las que se designan con nombres diferentes (personas morales, entes colectivos, personas jurídicas, personas sociales, etc.), pero cuya condición de sujetos de derecho es universalmente aceptada. Concepto: “Una persona jurídica es un organismo unitario dotado de capacidad jurídica propia independiente de las personas físicas que lo forman y reconocido por la ley como sujeto de derechos. Presupone una conjunción de elementos humanos y materiales, para obtener fines difícilmente alcanzables por una persona natural”. La capacidad de las personas jurídicas es más restringida que la de las personas naturales, ya por su RAFAEL ESPINOZA 89 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO propia naturaleza (no pueden realizar, por ejemplo, actos relacionados con el Derecho de familia), ya porque su capacidad está limitada a los fines que el Estado les reconoce (las autoridades portuarias, por ejemplo, sólo pueden contratar válidamente edificaciones portuarias, no pueden según sus actuales estatutos contratar la ejecución de ferrocarriles interprovinciales. Mucho se ha discutido, y aunque con menor intensidad todavía se controvierte sobre la naturaleza de las personas jurídicas. Según un primer grupo de doctrinas solamente el hombre es persona; las jurídicas son creación del Derecho, creadas con el fin de lograr objetos que trascienden las posibilidades del individuo (teoría de la ficción). Para un segundo grupo, las personas jurídicas son una realidad que el Derecho reconoce, casi se pueden ver y palpar; por lo demás, la asociación es un fenómeno natural pues el hombre aislado no existe sino como abstracción (teoría de la realidad). En una zona intermedia se hallan los autores para los cuales la persona jurídica es un patrimonio RAFAEL ESPINOZA 90 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO consagrado a ciertos fines y reconocido como autónomo (teoría del patrimonio de la afectación) Finalmente, reaccionando un contra cuarto las grupo de exigencias tratadistas de los propugnadores de la teoría de la realidad que llegan a creer que las personas morales son análogas a las físicas, sostiene que las personas jurídicas son una realidad, no una ficción; pero una realidad de nuestro mundo jurídico, no de nuestra vida sensible. Las personas jurídicas no se ven no se tocan, sin embargo, son institutos jurídicos reales, como son reales la herencia o el contrato. Por eso, se las considera modernamente como aparatos técnicos de unificación de las relaciones que en otro caso serían múltiples, como múltiples son las personas individuales que integran la sociedad. Luego, cuando el legislador concede personalidad jurídica únicamente dota a ciertas agrupaciones humanas de recursos técnicos que faciliten la actividad de esas asociaciones en la vida de relación. Elementos constitutivos: La persona jurídica se compone: RAFAEL ESPINOZA 91 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO a. De una base sustancial (personas físicas, bienes, finalidad); y b. De una atribución formal (reconocimiento por el orden jurídico) sin la cual jamás podría ser tenida como sujeto de derecho. En resumen podríamos decir que a la persona jurídica la constituyen los siguientes elementos: 1. No pueden faltar en su creación los seres humanos, como tampoco el interés de éstos por asociarse. Aquellos participan como sujetos que forman la voluntad de la persona jurídica, ejemplo: integrando la Junta General de Socios o como destinatarios de su actividad, ejemplo: recibiendo el dividendo que les corresponde por sus acciones en una compañía anónima. 2. Es indispensable la existencia de un conjunto de bienes (patrimonio), porque la actividad de las personas para lograr el fin social que se han propuesto recae sobre bienes. 3. El fin perseguido constituye el elemento que relaciona personas y bienes. Pero los citados elementos si bien son esenciales para configurar una persona jurídica no son suficientes RAFAEL ESPINOZA 92 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO para que exista una persona moral con patrimonio separado y personalidad propia, a ellos debe agregarse el reconocimiento del Estado. 3.2 Clasificación, Constitución e inscripción de las personas Jurídicas.- Clasificación: La legislación ecuatoriana admite diferentes clases de personas jurídicas: a) Personas jurídicas que no tienen por objeto el lucro de sus asociados: corporaciones y fundaciones de beneficencia pública; las primeras están formadas por un cierto número de individuos asociados para conseguir un fin común, ejemplos: Guayaquil Tenis Club, Asociación de Empleados, etc.; las segundas, tienen por objeto realizar un fin lícito de interés general por medio de bienes determinados afectados permanentemente con ese propósito, ejemplo: Asilo de Ancianos Sotomayor y Luna; persona establecida en Guayaquil sobre un legado de inmuebles, con el objeto proclamado en su nombre. RAFAEL ESPINOZA 93 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO b) Sociedades civiles, reguladas por el Título XXVI del Libro IV del Código Civil. c) Compañías mercantiles, reguladas por la Ley de Compañías. d) Cooperativas, reguladas por la Ley de Cooperativas. e) Sindicatos y Comités de Empresa, regulados por el Código de Trabajo, en su Título V. f) Comunas, Ley de Organización y Régimen de las Comunas; por tal se denomina a todo centro poblado que se conocido como caserío, anejos, parcialidad, etc. g) Cámaras o asociaciones gremiales, (Cámaras de Comercio, Agricultura, Industria y Construcción, reconocidas por leyes especiales). h) Colegios profesionales (Ejemplo: Colegio de Abogados). i) Debemos mencionar a la iglesia Católica y las personas eclesiásticas cuya personalidad les ha sido reconocida por Decreto 212 de 21 de julio de 1937; y cuya actividad está regida por el MODUS VIVENDI celebrado con la Santa Sede el 24 de julio y la Convención Adicional. Es importante observar que el Decreto212 no habla de personalidad jurídica, RAFAEL ESPINOZA 94 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO aparentemente parte del supuesto de que ella existe, debiéndose consecuentemente reglamentar su gestión. j) También las clasifica la ley en públicas y privadas (Constitución Política, Art. 125) según la finalidad y características del ente. Como su nombre lo proclama, las primeras tienen un fin que afecta a los intereses del Estado; las segundas, al interés privado. En aquellas encontramos manifestaciones de voluntad que prevalecen respecto de los sujetos de derecho con los que pueden relacionarse (ejemplo: el Municipio frente a los vecinos del cantón); en éstas, hay una posición de igualdad (ejemplo: la compañía frente a sus accionistas). k) Por el fin se diferencian también en eclesiásticas (ejemplo: la iglesia) y civiles (ejemplo: las fundaciones y corporaciones, incluso las religiosas). l) Finalmente es de gran importancia agruparlas en nacionales y extranjeras para efectos jurisdiccionales y tributarios y varias exigencias legales. RAFAEL ESPINOZA 95 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Constitución e inscripción de las personas jurídicas: Todas las asociaciones adquieren personalidad mediante el reconocimiento, el cual, como se dijo, tiene valor constitutivo: su eficacia es ex nunc. El reconocimiento se manifiesta por una ley (caso de las personas públicas) o por un acto administrativo (cuando se trata de personas privadas). Sin embargo, el Art. 158 de la Ley de Compañías, apartándose de la doctrina hace depender la existencia, y consecuentemente la personalidad de la inscripción en el Registro Mercantil; probablemente lo que quiso el legislador fue que el contrato de sociedad no produzca eficacia sino después de registrado. Como es natural, constituye excepción la persona pública ESTADO, ya que sería absurdo que se reconociese a sí mismo, pues su realidad sociológica, su organización y su derecho positivo son suficientes. Las mismas reflexiones son aplicables a la Iglesia. RAFAEL ESPINOZA 96 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 3.3 Capacidad de las personas jurídicas.- La capacidad de la persona jurídica es semejante a la de la física, pero dentro del ámbito enmarcado por sus fines, fuera de éstos limites no puede actuar eficazmente; deben evitarse las interpretaciones restrictivas. De otro lado, la naturaleza de estas personas restringe su capacidad en comparación con un ser humano, por ejemplo: no pueden ser sujetos del Derecho de Familia; y también la ley les impone restricciones, así: el Art. 1295 del Código Civil obliga a los representantes de personas jurídicas a aceptar herencias o legados, con beneficio de inventario; y el Art. 802 del mismo Código limita la duración del usufructo a 30 años, cuando el usufructuario es una corporación o fundación. La personalidad jurídica es extraterritorial por lo cual una sociedad constituida en un Estado puede ejercer sus actividades en el exterior, salvo prohibición legal. La Ley de Compañías del Ecuador reconoce la extraterritorialidad al permitir la domiciliación y el nombramiento de apoderados. RAFAEL ESPINOZA 97 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Esta clase de personas expresa su voluntad valiéndose de personas físicas, las cuales sin obligarse a sí mismo, obligan al ente moral. La relación que existe entre la persona jurídica y el ser humano que actúa por ella, constituye una forma especial de representación. Normalmente, la representación es consecuencia de la coincidencia de dos voluntades representado), (la del mientras representante que en la y la figura del que estudiamos, la voluntad del ente es la misma de la persona física que actúa por él. A este fenómeno, por el que la voluntad de un hombre constituye el elemento activo de otra personalidad, se le llama representación institucional u orgánica, para expresar que hay una cierta compenetración entre persona jurídica y órgano y no separación, como la que hay entre mandante y mandatario, caso en el cual cada persona tiene su propia voluntad y libertad. Su constitución según el criterio expuesto la lleva a tener mandatarios que la representen, que ejecuten la voluntad social. GIL FLORES trata de justificar el empleo de la palabra “mandatario” en la definición de compañía que da la ley ecuatoriana, con las siguientes RAFAEL ESPINOZA 98 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO palabras: “La facultad de administrar dada a los mandatarios debe ser entendida como un poder que les convierte en órganos de acción de la compañía sin más limites que las disposiciones legales o las decisiones de las asambleas. Los administradores tienen la representación de la empresa frente a terceros y accionistas”. En cambio, la Ley de Sociedades Anónimas española, por ejemplo, matriz de la ecuatoriana, recogiendo las modernas directivas doctrinales, desecha el concepto de mandato y se decide por el órgano. 3.3.1Criterio del domicilio social.- Es el criterio más extendido. Por domicilio no ha de entenderse un domicilio de los socios, sino el lugar donde la sociedad tiene su centro administrativo donde residen sus órganos de gobierno y dirección y en el que van a reunirse los resultados de los negocios que la sociedad ha emprendido. Es, en una palabra el punto donde reside lo que se llama el “cerebro” de la sociedad. Esta es la tesis adoptada por el Código RAFAEL ESPINOZA 99 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Internacional de Derecho Privado Sánchez de Bustamante, Art. 19, ante el silencio de los Estatutos de la compañía. Claro que a veces se trata de un domicilio ficticio, en cuyo caso los terceros pueden demostrar que el domicilio real es distinto. 3.3.2Criterio del lugar de Constitución.- Esta tendencia doctrinal tiene cierta analogía con el ius soli de las personas naturales. Tiene como ventaja la precisión, pues no cabe duda sobre este lugar, pero como defecto puede dar oportunidad a fraudes a la ley: constituir una sociedad en un país y operar en otro. 3.3.3Criterio del control de la sociedad.- Este criterio viene a sustituir al del domicilio social en las épocas de guerra y de post-guerra. Surge como respuesta a la necesidad de determinar que sociedades han de tratarse como amigas, y cuales como enemigas para la aplicación de las normas del RAFAEL ESPINOZA 100 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO derecho de guerra para los extranjeros. Los países de grupo Andino lo han adoptado como defensa contra lo que consideran una inversión extranjera sin control ni interés para los miembros del Pacto de Cartagena. Las realidades del tráfico en el período inmediato a la primera guerra europea (1914-1918) demostraron la insuficiencia del criterio del domicilio de la sociedad, que en aquella época era el preferido. Los súbditos de Alemania no podían comerciar con súbditos de los países aliados ni en el territorio de estos países. Más para evadir la prohibición les bastaba constituir una sociedad mercantil y domiciliarla en cualquier país de los llamados aliados (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, etc.) para que la sociedad tuviese la nacionalidad de este país y pudiera lícitamente realizar actos de comercio. Ante esta realidad, la jurisprudencia francesa intentó poner obstáculo a esta maniobra buscando en cada caso quienes eran los verdaderos dueños de la empresa y cual era la personalidad interpuesta. De aquí que, para poder determinar la verdadera nacionalidad de las sociedades, en los países aliados se implantó el criterio de control. RAFAEL ESPINOZA 101 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 3.4 El sistema de la libre empresa como base del capitalismo.- Cuando ADAM SMITH, dijo que “al buscar su propio interés el particular favorece el de la sociedad mucho más eficazmente que si lo hiciese a propósito, sentó una verdad que explica el funcionamiento del sistema económico conocido como “libre empresa privada” o “competencia capitalista”. En el sistema de la libre empresa privada hay, como decía el ilustre creador de economía moderna, “una mano invisible” que establece un orden económico. Echando mano de un ejemplo famoso, y adaptándolo al país, pensemos en la ciudad de Guayaquil con su movimiento portuario: mercancías que se importan y exportan; supongamos que un día se paralizara, en pocas semanas afrontaría el hambre. Sin embargo, todo el complicado proceso comercial que culmina en la entrada o salida de productos (magnitud de las compras y reventas, créditos, garantías bancarias, fletes, seguros, etc.) se lleva a cabo sin coacción o planificación centralizada. Esto comprueba RAFAEL ESPINOZA 102 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO que el sistema actúa y funciona aún cuando sea imperfectamente mediante un complicado mecanismo que lleva a cabo una coordinación inconsciente, sirviéndose de un sistema de precios y mercados. Nadie lo proyectó, se desarrolló naturalmente, y lo mismo que el cuerpo humano soporta cambios, se adapta y sobrevive. Ni la circunstancia de que se impugnara a la libre empresa antes de que rigiera a plenitud el criterio que se concreta en el axioma “laissez faire” (dejar hacer), o sea, la completa abstención del Estado en el economía, ni la comprobación que desde el siglo XIX se aprecia un aumento del intervencionismo estatal hasta llegar a la época actual en que se habla de “el sistema mixto de empresa capitalista”, destruyen las tesis de que existe un sistema basado fundamentalmente en la empresa privada, que es el adoptado por el Ecuador. Pero para existir y desarrollarse, la empresa privada requirió un orden jurídico que garantizara la libre iniciativa, la propiedad privada y la libre competencia en el mercado, y los países le dieron ese marco jurídico. Sin libertad de excogitar actividad, RAFAEL ESPINOZA 103 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO profesión u oficio la capacidad individual se restringe, la aptitud es consustancial con el individuo; sin el derecho al fruto de su esfuerzo, el hombre perdería el aliciente principal que tiene en este sistema para trabajar; y sin derecho a vender sus productos aun cuando sea en concurrencia con otros, tampoco se esforzaría al máximo. La Ley Mercantil en los países capitalistas, parte del supuesto que la propiedad privada y la libre iniciativa están garantizadas por el Estado, y dedica su atención a precautelar la libre concurrencia a los mercados para que seleccione el consumidor. La competencia es el principal mecanismo regulador de la economía capitalista. Debido a la libertad de competencia el abastecimiento y demanda es decidido por muchos vendedores y compradores, los cuales con su resolución determinan inconcientemente los precios del mercado. Pero estos hombres que son individualmente productores pueden influir sobre los deseos de los compradores a través del sistema de precios mediante pactos colegiados, pérdidas y eventuales quiebras son corolario de esta deformación RAFAEL ESPINOZA del mercado. En una concurrencia 104 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO perfecta los compradores son jefes, el mercado es su agente y los comerciantes sus servidores; pero el monopolio y las prácticas desleales alteran esa situación ideal e imponen una acción estatal correctora en defensa, precisamente, de la libre competencia, medio por el cual en el capitalismo se regulan los precios. Durante mucho tiempo se protegió solamente la lealtad de la competencia, pensando únicamente en el interés individual de los comerciantes. Posteriormente se dictaron las leyes “antitrust”, pero se la entendió como un instrumento de política económica para el buen funcionamiento del mercado. Tuvo que pasar largo tiempo para que se aceptara que ambas disciplinas conforman el Derecho de competencia, siendo el fundamento común que les confiere unidad sistemática “la identidad de los objetos de tutela”. Las ideas básicas de esta concepción pragmática son: RAFAEL ESPINOZA 105 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO a) Los intereses tutelados por ambas disciplinas son los mismos: intereses de competidores y consumidores, y los del Estado que busca un mercado libre de deformaciones. b) El objeto es el mismo: la institución de la competencia. c) La explicación dogmática del ilícito concurrencial y del antitrust es idéntico: no consiste en la lesión de un derecho ajeno, sino en un abuso de la libertad económica y de la propia competencia. La concurrencia al mercado ha sido definida como una competición o lucha entre varias personas para adquirir un bien que existe limitadamente en relación con su demanda; entendiéndose por bien toda entidad material o inmaterial que satisface una necesidad. Supone una rivalidad de empresarios que se empeñan en prosperar en sus negocios. La concurrencia común ofrece dos características: a) Se puede ejercitar en cualquier campo de la actividad humana y entre los miembros de cualquier categoría que opere en ella. RAFAEL ESPINOZA 106 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO b) Es una tendencia irreprimible de la naturaleza humana que puede ser restringida o disciplinad, pero no eliminada. La concurrencia económica está integrada por los siguientes elementos: a) una pluralidad de comerciantes; b) éstos, operan contemporáneamente, es decir, más o menos al mismo tiempo; c) ofrecen productos iguales o sucedáneos (que satisfacen las mismas necesidades) en el mismo mercado; y, d) todos los oferentes tienen el deseo de atraer para sí la clientela. La libre concurrencia, mecanismo para el establecimiento de precios en el capitalismo puede ser deformada en perjuicio del consumidor mediante prácticas colusorias, prácticas abusivas y comportamiento ilícito o desleal. Para evitar o para remediar esa situación, la ley puede limitar la libre competencia. RAFAEL ESPINOZA 107 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 3.5 La libre competencia y el comportamiento ilícito.- En la doctrina se prohíben de un modo general, aunque admitiendo excepciones, las prácticas realizadas previo acuerdo de varios empresarios para restringir o falsear la libre competencia (prácticas colusorias). Así mismo, se impiden los abusos de empresas que han logrado dominar un mercado (prácticas abusivas). 3.5.1Prácticas colusorias y prácticas abusivas.- Las prácticas colusorias son las surgidas de convenios, decisiones o conductas conscientemente paralelas que tengan por objeto o produzcan el efecto de impedir, falsear o limitar la competencia en todo o en parte, del mercado nacional. El adjetivo colusorio expresa la idea de un pacto celebrado entre dos personas en perjuicio de un tercero (consumidores) o de conductas paralelas inspiradas en el mismo fin. El principal ejemplo de prácticas colusorias nos los proporciona el “cartel” que según la clásica RAFAEL ESPINOZA 108 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO definición de LIEFMAN es: “uniones entre empresas independientes de la misma especie, con el fin de influir monopolísticamente sobre el mercado”. Caracterizan a los carteles dos notas: a) tienen una naturaleza contractual, y b) sus integrantes conservan su independencia. Mediante esta unión evitan los contratantes una competencia entre sí, que pudiera ser ruinosa, pero dañan al consumidor cuando hacen muy remota la posibilidad de que el comprador pueda escoger lo más barato y mejor, ya que los miembros del cartel ofrecen iguales productos y a los mismos precios. Las prácticas abusivas por su parte, se originan en el monopolio o en el oligopolio, situación de preponderancia de una o varias empresas que elimina la competencia, de ahí que la Ley lo combata. El monopolio es el caso extremo de la competencia imperfecta, UN SOLO VENDEDOR goza del poder monopolista. Monopolista proviene del griego Monopolion, que significa un solo vendedor; puede tratarse también, y generalmente se trata, de un solo productor. Cuando el monopolio desplaza a la competencia, los monopolistas pueden influenciar o RAFAEL ESPINOZA 109 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO gobernar el mercado según sus propios intereses, y en esta capacidad controlar la producción, crear artificialmente una escasez de mercaderías y alzar los precios, todo en directo conflicto con los intereses de los consumidores. El oligopolio es más frecuente, viene como el anterior del griego, y significa UNOS POCOS VENDEDORES. Podemos distinguir dos formas de oligopolio. En primer lugar, tenemos el caso de unos pocos vendedores que producen un mismo o parecido producto. Su posición no es la del monopolista: si el empresario A sube el precio, puede perder su clientela, debido a que el B lo ha mantenido estático; pero forzoso sería reconocer que cada uno de ellos influye grandemente en el mercado, ejemplo: las empresas productoras de cigarrillos, restringiendo la competencia. Una segunda forma se da cuando existen unos pocos vendedores que venden productos diferenciados, no es un único producto el de cada vendedor, ejemplo típico lo dan los tres grandes de la industria RAFAEL ESPINOZA automovilística, FORD, CHEVROLET y 110 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO CRYSLER, pero cada uno de ellos influye grandemente en el mercado. 3.5.2Violaciones contractuales y competencia desleal.- Para el sistema capitalista es esencial la libre competencia, de ahí la represión de carteles y monopolios; pero el que se favorezca la concurrencia no significa que se acepte una competencia anárquica, caótica, de jungla. El Estado la protege con la condición de que se desenvuelva en el marco legal establecido para asegurar su limpieza y corrección, así pues, la competencia debe ser lícita, para poder gozar de garantías. Y diremos que es ilícita en dos casos: primero, cuando viola restricciones legales o contractuales; y segundo, cuando utiliza procedimientos criticables en la búsqueda de la clientela (competencia desleal). El Estado para cumplir sus fines dicta normas de policía y control (sobre empresas bancarias, de seguros, medicinas, etc.); etc.); de salubridad sociales (sobre (precios alimentos, oficiales); de solvencia (sobre empresas de comunicaciones, armas, RAFAEL ESPINOZA 111 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO etc.); de protección del patrimonio nacional (sobre empresas petroleras, pesqueras, etc.). Quien concurre al mercado ecuatoriano soslayando la reglamentación pertinente, incurre en competencia ilícita, así, una persona cualquiera no puede usar la palabra “Banco”, como rótulo de su establecimiento, y efectuar operaciones bancarias sin sujetarse a las regulaciones propias de los Bancos, cuyo establecimiento y funcionamiento está controlado por la Superintendencia de Bancos. El Código Penal y las leyes especiales sancionan esta clase de conducta. 1. Violaciones contractuales.- El contrato es ley para los contratantes; en consecuencia, un contrato válido obliga a quienes lo han suscrito. Como se sabe, la validez tiene que ser de fondo y de forma; un contrato que se ajusta en lo formal a los requisitos legales, pero que contraríe en su fondo un precepto de orden público o de Derecho Público es nulo. Un ejemplo de conducta ilícita por violación contractual de fondo, sería establecer una fuente de RAFAEL ESPINOZA 112 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO soda muy cerca de la fuente que se vendió con el compromiso de no instalar cerca otro negocio idéntico. 2.Competencia desleal.- La dimensión, solidez y futuro de la empresa descansa en la clientela, que constituye por consiguiente un valor económico y moral. En un sistema de libre competencia es permitido que cada comerciante busque atraer para sí una clientela. Esta lucha favorece al consumidor, ya en precios, ya en calidad; y, no sería razonable que porque un comerciante pierda en el combate clientela intervenga el Estado para evitar su derrota. Pero cuando se emplean en la batalla medios engañosos o desleales, ahí si se justifica la intervención. La competencia desleal es pues conducta ilícita originada en una actividad lícita. No es suficiente el desvío de la clientela, sino que es necesario el uso de medios incorrectos para configurar como ilícita una competencia. En efecto, una llamada tradicionalmente “competencia ilícita” es la contraria al derecho, la prohibida; RAFAEL ESPINOZA más, la competencia “desleal” halla 113 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO explicación en su contenido moral, fraude, maquinaciones dañosas y engaño; sin deslealtad sería ilícita. Podríamos decir así, según DARRAS, que competencia desleal es: “el acto practicado con mala fe a los efectos de producir una confusión entre los productos de los fabricantes o de dos comerciantes, o que sin provocar la confusión, descarga el descrédito sobre un establecimiento rival”. Como elementos comunes en la definición encontramos: a) un acto de concurrencia; b) que la concurrencia sea incorrecta, y c) que cause un perjuicio al competidor o sea susceptible de producirlo. El acto debe ser realizado para competir, es decir, para aumentar clientela en detrimento de otro empresario; por tanto autor y víctima deben dedicarse a la misma actividad; no cabe competencia en una empresa productora de refrescos y una de pinturas, podrá existir en esta hipótesis difamación, pero no competencia desleal. Decimos que la concurrencia es incorrecta por parte de quien realiza el acto cuando se apoya en un medio desleal. El medio es desleal: a) Para unos RAFAEL ESPINOZA 114 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO deberá ser un acto ilícito cometido con mala fe; b) para otros, no es necesario ni el dolo ni la culpa, basta que, choque con los usos honestos o lo considerado como corrección profesional, apreciación que corresponde al Juez. En resumen, el perjuicio puede ser posible o efectivo (dependiendo de la legislación positiva): así el artículo 2598 del Código Civil italiano habla simplemente del acto “idóneo para perjudicar la hacienda de otros”; y el Código francés supone la existencia de un perjuicio efectivo, (artículo 1832); existencia que acoge el ecuatoriano en su artículo 2241. Art. 2241 Código Civil: “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, está obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”. Contra este criterio ataca la doctrina mercantil moderna, pues considera que no se debe asimilar la acción de competencia desleal a la de responsabilidad civil, debido a que la noción de competencia desleal no requiere necesariamente de culpa o de perjuicio efectivo. RAFAEL ESPINOZA 115 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Pero la doctrina y la jurisprudencia francesa han organizado con éxito un régimen represivo de la competencia desleal sin apoyo en ley especial alguna, basándose únicamente en el Art. 1832, anteriormente citado, y fundamentándose en la teoría del abuso del derecho, que se extiende al caso en que este es ejercido “de un modo imprudente o negligente o incluso simplemente sin un motivo serio o legítimo”. Señalan que no es preciso ni posible sostener que el abuso de un derecho exige “la intención de causar daño”, sino que así como en el Derecho público se considera que hay desviación de poder cuando su ejercicio se aparta de su finalidad y función, el derecho a competir debe ser utilizado conforme al interés público y su desviación de ese fin constituirá un abuso. La competencia desleal supone también un uso excesivo de la libertad; y muy frecuentemente mala fe, fraude intención de causar daño a otro. Estos conceptos sociales y morales proporcionan en Francia el punto donde se sostiene el sistema disuasivo y sancionador de la competencia desleal. La moderna doctrina sostiene que también se protege a los consumidores al evitar las confusiones. RAFAEL ESPINOZA 116 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 3.6 Protección en el Ecuador contra la competencia desleal en el comercio.- En el Ecuador la protección contra la competencia ilícita se construye a base de los siguientes elementos: 1. La declaración general de responsabilidad por los hechos ilícitos contenida en el anteriormente citado artículo 2241 del Código Civil, compuesta de dos ideas: a) obrar ilícitamente, y b) causar daños a otros; y el ordenamiento civil se preocupa justamente del resarcimiento de este daño; 2. La doctrina del abuso del derecho perceptible en el artículo 2041 del Código Civil, nadie puede usar de su derecho en perjuicio de otro, y así lo reconoce el citado artículo al anular la renuncia que hace el socio colectivo de mala fe o intempestivamente; por tanto, el derecho a competir queda restringido por el de otros comerciantes a conservar su clientela mientras en competencia lícita no la pierda. 3. Protección civil y penal contra ciertos actos de competencia desleal, previstos en la Ley de Marcas de Fábrica (Arts. 3, 4, 10, 11, 19, 36, 38, 39, 44, 46), Ley de Patentes de Invención (Arts. 3, 21, 33, 40, 52 RAFAEL ESPINOZA 117 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO No. 1 y 2, 65, 67); Ley de Compañías (Arts. 16, 85, 148); y, Ley de Fomento Industrial (Arts. 42, 43 No. 3 y 74). 4. Protección en contra de algunos casos de análoga naturaleza mediante normas del Código Penal: Arts. 361, 367, 419, 425, 433, 549 y 566. RAFAEL ESPINOZA 118 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO CAPITULO IV EL CONTRATO 4.1 Concepto del contrato.- Al referirnos al contrato, podemos decir que es “una convención jurídica manifestada en forma legar por virtud de la cual una o varias personas se obligan a favor de otra u otras al cumplimiento de una prestación de dar, hacer o no hacer algo”; el contrato se diferencia de la convención en que ésta es cualquier acuerdo de voluntades, mientras que aquél es sólo el que produce obligaciones patrimoniales. El contrato es perfecto cuando tiene todos los requisitos para su plena eficacia jurídica. El contrato trino, es la combinación antigua y simulada de los contratos de compañía, cesión o compraventa y seguro, que envolvía un préstamo y se celebraba para burlar las leyes sobre usura y tasa de interés. El contrato puede desempeñar funciones muy complejas y dar lugar a diferentes situaciones jurídicas: puede RAFAEL ESPINOZA crear, modificar o extinguir relaciones 119 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO obligatorias o crediticias; crear un derecho real al mismo tiempo que la relación obligatoria (casos de la hipoteca y la prenda); producir una transmisión patrimonial (la compraventa al contado); vincular para la celebración de un futuro contrato que, por el momento, no se quiere o no se puede estipular (contrato preliminar o precontrato); etc. El contrato en principio estaba y está regido por el principio de la autonomía de la voluntad; en virtud de las modernas tendencias político-sociales, el estado interviene cada vez más en esta institución, estableciendo las normas generales de la contratación (capacidad, objeto lícito, forma, etc.), especialmente en virtud de los nuevos contratos que el desarrollo social y económico ha hecho nacer o ha concedido una importancia creciente y que han sido regulados por leyes especiales que incluso llegan a prohibir los pactos voluntarios si están en contra de lo legislado (leyes de contrato de trabajo, de arrendamientos rústicos y urbanos, etc.). Además, el dogma de la voluntad ha quedado también modernamente restringido por las nuevas categorías contractuales surgidas en nuestro tiempo, caracterizadas por un particular mecanismo de la RAFAEL ESPINOZA 120 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO formación contractual y por la debilitación de la sustancia consensual, que llega, en muchos casos, a anular casi de hecho la libertad de los contratantes. 4.2 Concepto legal.- Para tratar de aclarar el tema, en cuanto a la definición de lo que se conoce como contrato, nos remitiremos a lo que nos dice el Código Civil al respecto, en su artículo 1481; “Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas”. El Código de Comercio por su parte nos dice: Art. 140. “El contrato es mercantil desde el momento que se celebre con un comerciante matriculado”. Perderá esta prerrogativa, si el comerciante no ha sido matriculado en el tiempo determinado por el Código de Comercio. Art. 141. Para que la propuesta verbal de un negocio de un negocio obligue a un proponente, RAFAEL ESPINOZA 121 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO debe ser aceptada inmediatamente por la persona a quien se dirige. En defecto de esa aceptación, el proponente queda libre. Art. 142. La propuesta hecha por escrito debe ser aceptada o desechada dentro de veinticuatro horas, si las partes residieren en la misma plaza y, si en distintas, a vuelta del primer correo que salga después de las veinticuatro horas de recibida la propuesta. Vencidos estos plazos, la proposición se tendrá por no hecha, y si la aceptación llegare extemporáneamente a noticia del proponente, éste deberá dar aviso al aceptante de la insubsistencia de su proposición. 4.3 Elementos del contrato.- Los elementos del contrato pueden ser: 1) Esenciales: cuando sin ellos el contrato no puede darse, y son de tres clases según sean comunes a todos los contratos (consentimiento, objeto y causa), a un grupo o clase (la entrega de la cosa en los reales, la firma en los solemnes, etc.), o a un contrato determinado (el precio en la compraventa, etc.). RAFAEL ESPINOZA 122 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 2) Naturales: los que no siendo esenciales en él, le acompañan normalmente, sin necesidad de una cláusula especial. Pueden ser excluidos por voluntad de las partes (la gratuidad en el mandato, la garantía en la compraventa). 3) las partes Accidentales: los que sólo existen cuando los agregan expresamente por medio de cláusulas especiales (plazo, condición, modo). 4.4 Los términos del contrato.- Las partes contratantes, previa suscripción del documento que los obliga a la prestación de la obligación motivo de la contratación deben verificar que los términos del contrato sean claros, reales, posibles de realizar, y con apego a las normas legales vigentes al momento de la celebración del contrato. El consentimiento es el concurso de la oferta y de la aceptación, en la cosa y en la causa que han de constituir el contrato. Puede ser expreso o tácito. Sus requisitos son: a) pluralidad de los sujetos; b) RAFAEL ESPINOZA 123 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO capacidad. No son capaces para contratar: los menores no emancipados, los locos o dementes, los sordomudos que no sepan escribir, y las mujeres casadas en los casos expresados por la ley. Aunque sean capaces la ley prohíbe a veces celebrar contratos a determinadas personas (los cónyuges para las donaciones entre sí, etc.); c) voluntad. Su falta determina la existencia de vicios de la voluntad (error, dolo, violencia, intimidación y lesión); d) declaración de esta voluntad expresa o tácitamente; e) concordancia entre la voluntad interna y la declarada. El objeto del contrato son las cosas o servicios que son materia de las obligaciones de dar, de hacer, o de no hacer que encierra el contrato. Los requisitos con los que debe cumplir el contrato son: a) que sea real o posible; b) que sea lícito; c) que sea determinado o susceptible de determinación. La causa en el contrato es la razón inmediata, directa, que impulsa a obligarse, y que siempre es la RAFAEL ESPINOZA 124 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO misma en cada contrato (la prestación o promesa de una cosa o servicio, en los contratos onerosos; la liberalidad del bienhechor en los de pura beneficencia, etc.). En cuanto a la forma de los contratos, la regla general suele ser el principio de la libertad de forma para la celebración válida de los contratos, se exige empero una forma especial para muchos de ellos. En cuanto a los efectos del contrato, los generales se reducen a la producción del vínculo obligatorio; los efectos particulares de los contratos se derivan de la especial naturaleza de cada uno de ellos y del concreto contenido de la voluntad de las partes. 4.5 La buena fe en el contrato.- La buena fe es un concepto esencialmente ético, de antiquísima aparición, que ilustra instituciones filosóficas, morales y jurídicas, y que se halla en permanente evolución. RAFAEL ESPINOZA 125 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Es un concepto dinámico y no estático; aunque mantiene su idiosincrasia como base, ello no le impide actualizarse conforme a la evolución que experimentan los cambios políticos y sociales de los pueblos. Dos aspectos importantes podemos señalar en este postulado: un valor sobrentendido, que lo encontramos comprendido en normas jurídicas que tienden a regular los intereses de las partes en sus relaciones vinculantes; y un criterio inspirador de instituciones jurídicas, las cuales se van acomodando en los ordenamientos jurídicos, tales como el abuso del derecho, el enriquecimiento sin causa, la teoría de la imprevisión, la responsabilidad precontractual, etc. Ya en el campo del derecho positivo, encontramos dos adaptaciones diferentes del criterio. La primera se presenta en materia posesoria, “como una actitud de la conciencia consistente en la ignorancia de lesionar un interés ajeno tutelado por el derecho”, es lo que se ha dado en llamar por la doctrina la buena fe creencia, que no es otra que “la firme persuasión sobre la legitimidad con que se adquiere y mantiene una determinada situación jurídica”. En esta concepción, la buena fe es un estado psicológico. La segunda es más bien una RAFAEL ESPINOZA 126 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO conducta de obrar, un proceder con rectitud sin tratar de engañar o perjudicar a alguien. En esta concepción, la buena fe es más bien un comportamiento que se exige al sujeto en sus relaciones con los demás; esta segunda concepción del criterio de la buena fe, es la que se presenta en materia contractual, es la que propiamente nos interesa y la doctrina le da la especial denominación de buena fe probidad. Como estado individual que es, la buena fe, goza del favor del derecho, la presume como un estado de rectitud en el obrar. Quien pretende alegar la mala fe deberá probarla. Está entonces a cargo de quien niega la buena fe, probar su afirmación. Quien alegue la mala fe o la culpa de una persona, o afirme que éste conoció o debió conocer determinado hecho, deberá probarlo. Los efectos de la buena y la mala fe sobre los contratos mercantiles presentan un fenómeno curioso: en tanto que la mala fe no influye en la validez de ciertos contratos, como la compraventa en otros, como en los seguros, la buena fe absoluta y nítida es esencial, y aún la simple reticencia puede anular los efectos del contrato, por lo que tradicionalmente se ha RAFAEL ESPINOZA 127 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO dicho que el contrato de seguro es de exquisita buena fe, según una tradicional expresión del derecho inglés. Debe entenderse, en términos generales, que siendo el tráfico mercantil esencialmente especulativo, debe haber cierta tolerancia aún en el engaño sobre calidades de mercancías y sobre otros elementos determinantes del precio de las mismas. Esto explica el conocido fenómeno del regateo. 4.6 Tipos de contratos.- Aunque los tipos y las nomenclaturas son muy variadas principales y todavía figuras poco el fijos, contrato destacan de como adhesión (transporte, suministro de fluidos, contratos bancarios, etc.), los contratos normados (contrato de trabajo, arrendamientos rústicos y urbanos), y los normativos, que se dividen en contrato colectivo (el concordato de una quiebra, la convención colectiva de trabajo, la de la masa de propietarios en las casas divididas por pisos, etc.) y contratos tipo (seguros marítimos y seguros de daños, en las relaciones entre autores y editores, etc.). Los contratos pueden ser: unilaterales y bilaterales RAFAEL ESPINOZA 128 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO o sinalagmáticos (según se obligue una, o ambas partes recíprocamente), onerosos y gratuitos (según se haya o contrapartida), no estipulado causales y una prestación abstractos en (según contengan o excluyan del contenido de la declaración de voluntad todo lo relativo a las relaciones causales), consensuales, reales, y solemnes (según tengan su origen en el simple acuerdo de las partes, de la entrega de la cosa, o del cumplimiento de determinadas formalidades), preparatorios, principales y accesorios (según creen un estado necesario para celebrar otros contratos, o cumplan por sí mismos un fin contractual propio, o existan como consecuencia o en relación con otros contratos anteriores), nominados o innominados ( según que la ley los designe o no, bajo una denominación especial), aleatorios y conmutativos (los onerosos según dependan de un acontecimiento incierto o esté determinado el valor de la prestación). RAFAEL ESPINOZA 129 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 4.6.1Los contratos mercantiles.- Como el contrato mercantil es un acto de comercio, constituye una categoría jurídica formal: serán mercantiles, los contratos a los que la ley atribuya mercantilidad. Y conviene repetir lo que expresamos a propósito del acto de comercio: en la mayoría de los casos, el legislador atribuye la mercantilidad a los contratos cuando recaen sobre cosas mercantiles. La actividad mercantil es un fenómeno circulatorio. El comercio consiste en la intermediación en el proceso de la circulación de los bienes y de los servicios, con destino al mercado general. El proceso circulatorio puede asumir tres formas, según expresa Uría con claridad: “Hay circulación, tanto si el titular de un bien traspasa definitivamente el goce de éste a otra persona (cambio), como en el caso de que la cesión del goce sea simplemente temporal (crédito), o en el supuesto de que ese bien pase a ser gozado conjuntamente por dos o más personas (asociación). Cambio, crédito y asociación son las tres manifestaciones capitales del fenómeno circulatorio”. RAFAEL ESPINOZA 130 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 4.6.2Compraventa mercantil y contratos afines.- Con razón se ha dicho que “de todos los contratos mercantiles la venta es el más antiguamente practicado, el más frecuente y el más importante”. El comercio y el comerciante se ha definido tradicionalmente a través de la compraventa. Ya en el Código de específicamente Manú encontramos aplicables a las disposiciones compraventas comerciales. Pero la compraventa, tan esencial para el comercio, no tiene diferencia estructural o de fondo respecto de la institución regulada en el derecho civil, y por ello, nos referiremos sólo a aquellos aspectos o modalidades de la compraventa que sean típicas del derecho comercial o de singular aplicación en el campo del comercio. La compraventa es consensual, y el traslado de la propiedad de las cosas vendidas opera entre las partes por el simple consentimiento, salvo las situaciones particulares que se presentan en algunas ventas especiales. RAFAEL ESPINOZA 131 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO a) Compraventas en establecimientos comerciales.- tradicionalmente, las ventas que se hacen en establecimientos comerciales abiertos al público (tiendas, almacenes, mercados y ferias) han tenido una regulación especial, aunque no expresada en la ley, sí regulada por la costumbre. La compraventa se perfecciona por el trato entre el comprador y el dependiente, que actúa a nombre de su principal o patrono. Si eventualmente se vendiesen cosas ajenas, el propietario no podría reivindicarlas, salvo mala fe del comprador. Estas ventas se presumen hechas al contado. b) Compraventa sobre muestras o calidades.- es usual en el comercio la venta de mercancías ajustada a muestras o calidades conocidas en el mercado. Se vende, por ejemplo, arroz jojutla de primera, de tal año, o azúcar refinada de cierta marca, o trigo de calidad y cosecha determinadas. Si al hacerse la entrega el comprador objetare la calidad o adujera la no correspondencia con las muestras, se someterá la discrepancia a juicio de peritos, que serán un comerciante nombrado por RAFAEL ESPINOZA 132 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO cada una de las partes y un tercero nombrado por los comerciantes peritos. c) Compraventa de cosas sujetas a prueba.- se acostumbra en el tráfico comercial convenir que el presunto vendedor envíe al presunto comprador las cosas que le ofrece en venta, y se reserve al comprador la facultad de probar o gustar las cosas para resolver si las adquiere o las devuelve. d) Compraventa de cosa futura y compraventa de esperanza.- suelen celebrarse compraventas de cosas futuras, o sea, de cosas que no existen en el momento de la celebración del contrato. Cabe distinguir, en esa clase de ventas, la de mercancía determinada en especie y cantidad (como cuando se vende un buque que el vendedor se obliga a construir) y la compraventa de frutos, cuya existencia dependerá, no sólo de la actividad del vendedor, sino de eventualidades imprevisibles (heladas, sequías, etc.). A esta última, cuando la calidad de los frutos y su calidad específica no pueden determinarse, se la llama compraventa de esperanza. RAFAEL ESPINOZA 133 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO e) Compraventa a plazos y con reserva de dominio.- muy usual es, en la práctica comercial, la compraventa a plazos, mediante abonos periódicos. Así se venden, en gran proporción, los artículos domésticos, los automóviles y la maquinaria. La compraventa a plazos suele combinarse con la modalidad de la reserva de dominio, por la que se pacta que el traslado de la propiedad no se opere a favor del comprador, hasta que el precio haya quedado totalmente pagado. f) Compraventas de plaza a plaza y combinadas.por su volumen y por ser medio eficaz de la circulación de mercancías, las compraventas de plaza a plaza tienen importancia primordial. Además, son la base del comercio internacional. Las ventas de plaza a plaza son, generalmente, combinadas con transporte y con seguro. Fue en el derecho marítimo inglés donde estos tipos de ventas fueron inventadas, y de donde se ha extendido a todo el tráfico comercial. Reguladas primero por la costumbre, se han ido tipificando en RAFAEL ESPINOZA 134 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO los códigos modernos y en convenciones internacionales. g) Las compraventas bursátiles.- las bolsas de valores son organizaciones auxiliares de crédito, regidas por la Ley General de Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares, y constituidas en forma de sociedades anónimas, de las cuales son socios los agentes de bolsa. Sólo podrán constituirse con la autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Las operaciones de bolsa podrán hacerse sólo por conducto de los agentes bursátiles, que serán, socios de la bolsa respectiva. h) Los llamados contratos afines a la compraventa.- los tratadistas suelen enseñar que son contratos afines a la compraventa el contrato estimatorio, el suministro, la permuta y la cesión de créditos. 1) El contrato consignación en estimatorio.- llamado de nuestra práctica mercantil, según el Código de Comercio de Guatemala, en su Art. 713, el contrato estimatorio es: “el contrato por el cual una parte entrega a la otra una o varias RAFAEL ESPINOZA 135 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO cosas muebles para que le pague un precio o bien le devuelva las cosas dentro de un plazo. La costumbre, ha construido una institución cuyos efectos no son aplicables por la compraventa clásica. Es, por tanto, el contrato estimatorio, un contrato de tipo especial, aunque afín a la compraventa, o mejor dicho: una compraventa de tipo especial. 2) El suministro.- el Código de Comercio de Guatemala, recogiendo una vieja costumbre, lo perfila como el contrato por el cual “una parte se obliga mediante un precio, a realizar a favor de la otra, prestaciones periódicas o continuadas de cosas muebles o servicios” (Art. 707). Servicios públicos como el agua, la electricidad y el gas para usos domésticos, se prestan bajo la forma de contratos de suministro. Cuando los comerciantes necesitan surtir periódicamente a su clientela y cuando los industriales necesitan oportunamente sus materias primas, para abastecerse celebran contratos de suministros de mercancías. El principal problema que ha surgido en la práctica es el relativo al precio de las prestaciones RAFAEL ESPINOZA 136 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO periódicas, cuando varían fundamentalmente las condiciones del mercado y el cumplimiento del contrato resulta ruinoso para el suministrante. Respecto a la naturaleza del contrato, se ha discutido si se trata de un contrato específico, distinto de la compraventa, o si se trata de un contrato preparatorio de ésta. Al parecer, se trata de una simple modalidad del contrato de compraventa, cuando se trata de mercancías muebles, y de una modalidad del contrato de prestación de servicios, cuando de servicios se trate. 3) La permuta.- este contrato se da cuando se cambian, unas por otras, mercancías. El Código de Comercio, se limita únicamente a decir en su Art. 203 “la permuta mercantil se rige por las mismas reglas que gobiernan la compraventa, en cuanto no se opongan a la naturaleza de aquel contrato”. Consecuentemente, será mercantil la permuta cuando se celebre “con el objeto directo y preferente de traficar”, esto es, cuando se incruste en el tráfico comercial. RAFAEL ESPINOZA 137 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 4) La cesión de créditos.- a semejanza del Código de Comercio español, nuestro Código reglamenta la cesión de créditos a continuación inmediata de la compraventa y de la permuta, nos dice nuestro código en su Art. 204. “La cesión o transmisión de derechos y de documentos se hará, si están a la orden del beneficiario, por el endoso y en la forma y con los efectos establecidos en éste Código; si a favor, por la cesión notificada a la parte obligada, y si al portador, respectivo”. por la Se mera trata entrega del título entonces de una compraventa de derechos ya que, pueden ser objeto de compraventa no sólo los bienes corporales, sino los derechos. 4.6.3El contrato de comisión.- La utilización de este contrato no aparece en la época del imperio romano, en la cual no se necesitaba de esta figura contractual. El comerciante romano se servía de sus esclavos y de sus hijos para la realización de sus RAFAEL ESPINOZA 138 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO negocios. Los antecedentes históricos del contrato de comisión aparecen en la Edad Media, durante los siglos XIII y XIV, épocas en las cuales el comercio comenzó a trasladarse de las plazas y de las fronteras territoriales para buscar mercados en otros países. Las dificultades en las comunicaciones no aconsejaban que fueran negocios directamente realizados por los interesados, ni tampoco apoderados radicados en esos lugares. Surge la idea de un comerciante independiente que se encargue de vender los productos o de comprar los requeridos por el comitente, pero obrando a nombre propio; aparece así el contrato de comisión. La comisión comienza a utilizarse como una institución que marcha a lado del mandato, con la diferencia fundamental que el comisionista actúa siempre en su propio nombre y recibe una contraprestación por su gestión. Con estas notas características frente al mandato en su época, se comenzará a perfilar como una subespecie del mismo. Sin embargo, en concepto de MEZZERA, no hubo al principio una distinción clara entre el mandato comercial y la comisión. Tanto es así, que en Francia e Italia se identificaban al mandato comercial y la RAFAEL ESPINOZA 139 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO comisión; un viejo autor francés, SAVARY, identificaba ambas cosas; y aún modernamente en Francia, se encuentran opiniones de autores que definen la comisión como el mandato comercial, es decir, el mandato que tiene como objeto actos de comercio. La doctrina española también asimila la comisión al mandato mercantil. Para el profesor GARRIGUES “se reputará comisión mercantil el mandato cuando tenga por objeto un acto u operación de comercio”. El Código de Comercio del Ecuador en su artículo 374, nos dice sobre el comisionista: “Comisionista es el que ejerce actos de comercio, en su propio nombre, por cuenta de un comitente”. La legislación comercial colombiana consagra la comisión como una especie de mandato. El artículo 1287 del código de comercio colombiano define así este contrato: “La comisión es una especie de mandato por el cual se encomienda a una persona que se dedica profesionalmente a ello, la ejecución de uno o varios negocios, en nombre propio pero por cuenta ajena”. De la anterior definición podemos señalar las características más significativas: RAFAEL ESPINOZA 140 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO a. En Colombia, la comisión puede ser para comprar o vender, de transporte, de bolsa y en general para la ejecución de todo tipo de negocios específicos. En otras legislaciones, como la italiana y alemana, solamente puede ser objeto del contrato de comisión, la compraventa de mercancías. En efecto, el artículo 1731 del Código Civil italiano define así la comisión: “el contrato de comisión es el mandato que tiene por objeto la adquisición o venta de bienes por cuenta del comitente y en nombre del comisionista”. b. La comisión es un subtipo calificado del mandato. Subsiste este contrato en forma independiente del mandato, cuando aparecen los elementos de calificación del subtipo que son; Un mandato no representativo, un mandato especial y un mandatario profesional. 4.6.4Obligaciones y derechos del comisionista.- Obligaciones.- En el período precontractual, la comisión como contrato RAFAEL ESPINOZA 141 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO se perfecciona por el mutuo acuerdo de voluntades, sin que sea preciso expresar el consentimiento por alguna forma especial. La consensualidad se manifiesta todavía más, porque en forma tácita se presume el consentimiento del comisionista, cuando públicamente ostente el carácter del tal, y no rehuse el encargo dentro de los tres días siguientes a aquel en que recibieron la propuesta respectiva. Si el comisionista omite avisar que rehusa la comisión o deja de cumplir la comisión tácitamente aceptada, se hace responsable de todos los daños que sobrevengan al proponente de la comisión. La obligación primordial del comisionista es la de cumplir con el encargo que le ha sido encomendado. El comisionista está obligado a concretar y ejecutar el negocio gestorio. Debe realizar por tanto, todos los actos que sean necesarios para el cabal cumplimiento del encargo. El comisionista está obligado frente a su comitente a una actividad determinada, que es precisamente cumplir con el negocio confiado. No se obliga el comisionista a un resultado concreto, sino, a poner toda su diligencia y cuidado en concretar y ejecutar el encargo encomendado. La comisión es por RAFAEL ESPINOZA 142 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO naturaleza indelegable, el comisionista está obligado a efectuar personalmente la comisión; precisamente por considerarse un contrato de confianza, se le imprime el carácter de “intuitus personae”, a menos que el comitente autorice de antemano la delegación. Está además el comisionista en la obligación de conservar las cosas que tenga en su poder en razón de la comisión, será responsable de la pérdida de dichas cosas, y solamente se libera de responsabilidad, cuando la pérdida o el deterioro se haya dado por fuerza mayor o caso fortuito o por vicio inherente a las mismas mercaderías; el comisionista debe atender de manera precisa las instrucciones dadas por el comitente. El comisionista está también en la obligación de comunicarse con el comitente para cumplir con el deber de informar a éste sobre la marcha del negocio gestorio; debe defender los intereses del comitente; llevar y rendir cuentas de su gestión, de conformidad con sus asientos contables, de todos los efectos confiados. El comisionista está obligado también a guardar secreto, aunque se lo mira más que como una obligación, un derecho del comisionista, mismo que RAFAEL ESPINOZA 143 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO debe actuar en su propio nombre, y en consecuencia, el secreto se impone aunque nada se advierta en la comisión. Como el comisionista está actuando en cumplimiento de la comisión en su propio nombre, es él quien recibirá los efectos del negocio jurídico cumplido, por lo que tiene la obligación de trasladar al comitente los efectos del negocio a él encomendado, por ejemplo, los dineros producto de una venta por el comisionista realizada de un bien del comitente. Derechos.- Los privilegios del comisionista los podemos observar en las siguientes facultades: El comisionista puede retener las mercancías consignadas o su producto, las cuales quedan afectadas al pago de sus anticipaciones, costos y comisión. El derecho de retención significa, que mientras el comisionista no sea reembolsado en los gastos que sufragó con ocasión de la comisión y le sea pagado el importe de la comisión, no podrá ser desposeído de los efectos que tiene por cuenta del comitente. Además RAFAEL ESPINOZA 144 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO tiene el comisionista un derecho de preferencia, que consiste en que el pago de su crédito se realizará con preferencia de los demás acreedores del comitente, tanto personales como reales, pues la ley no distingue, con lo cual sitúa los créditos del comisionista en la primera clase de créditos. El comisionista goza de su privilegio, siempre que concurran las siguientes circunstancias: 1. Que las mercancías le hayan sido remitidas de una plaza a otra. 2. Que las mercancías se encuentren en poder del comisionista, es decir que, le hayan sido entregadas real o virtualmente. El empleo de estos recursos privilegiados facilita grandemente la ejecución de los contratos de comisión sin necesidad de que el comisionista estuviera constantemente reclamando fondos del comitente para atender a los gastos de transporte o de aduanas, o de conservación, o de depósito de las mercancías, o incluso, para atender al pago del precio de la mercancía en la comisión de compra. RAFAEL ESPINOZA 145 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO 4.6.5El contrato de edición.- El contrato de edición se da cuando el titular de una obra intelectual se obliga a entregarla a un editor, y éste a difundirla, venderla y reproducirla; concebido de esta forma, el contrato de edición se aplica cualquiera que sea la forma de la reproducción o publicación que se utilice, con lo que la ley proporciona un amplio margen de protección. Entre sus principales caracteres podemos decir, que es un contrato meramente consensual que se perfecciona por el mero acuerdo de las partes; bilateral, que genera obligaciones para ambas partes; y formal, pues el contrato debe ser inscrito, cualquiera que sea su contenido, para lo cual es menester que sea otorgado por escrito; oneroso: salvo prueba en contrario, la onerosidad del contrato se presume, ya que entre otros ítems el contrato debe definir la retribución del autor por su obra; intuitus personae: dicen algunos autores, por cuanto la calidad de personal del autor no es indiferente para el editor; lo cual no parece ser así, ya que lo más importante no es RAFAEL ESPINOZA 146 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO el autor sino la obra en sí misma que el editor ha evaluado y, por ende, ha decidido editar. Por su naturaleza jurídica, el contenido del contrato de edición puede variar enormemente, siempre y cuando sean lícitos y posibles; si bien la actividad del autor no puede concebirse como un acto de comercio, a no dudarlo que el contrato de edición es de carácter comercial, en cuanto implica una clara actividad intermediada de parte del editor. En orden a su naturaleza y la forma como se percibe la remuneración por parte del autor de la obra, han surgido distintas interpretaciones: se ha dicho, así, que se trata de una forma de locación de obra, etc.; pero el contrato presenta numerosas particularidades y formas distintas, en especial en cuanto a su contenido, de donde, a similitud de la sociedad, el contrato de edición se presenta como una estructura. De allí que el contrato tiene naturaleza propia. En este tipo de contrato, el autor tiene la obligación de entregar la obra al editor y garantizarle la posesión y goce para que pueda editarla, en tanto el editor debe hacer la publicación en la forma convenida, cuidar su difusión y distribución asegurando la comercialización; tiene a su RAFAEL ESPINOZA 147 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO cargo también normalmente el pago de los derechos de autor. Por último, podemos indicar que existen otros contratos que presuponen la existencia del derecho de autor y se vinculan a la edición sin confundirse con éste, como por ejemplo el contrato de representación, cuyo concepto es muy cercano a la edición, aunque no se refiere a obras escritas sino a la reproducción pública de obras que fueron producidas de cualquier forma, para ser reproducidas o representadas públicamente. Se trata de un contrato típicamente mercantil que tiene por objeto siempre la ejecución o reproducción de una obra de arte susceptible de un espectáculo público en el cual el editor no se halla presente, mas si el empresario, que tendrá a su cargo la obligación de pagar los importes que correspondan por las reproducciones. 4.6.6El contrato de asociación en participación.- El contrato de asociación en participación, es el antecedente histórico de la sociedad, con la que no debe confundirse, ya que en la simple asociación RAFAEL ESPINOZA 148 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO jamás nace una persona jurídica distinta de los asociados. Se le han atribuido diversos nombres, como contrato de participación, contrato de cuentas en participación, etc. En la Ley General de Sociedades Mercantiles lo encontramos tipificado bajo el nombre de asociación en participación. La ley mexicana lo define: “la asociación en participación es un contrato por el cual una persona concede a otras que le aportan bienes o servicios una participación en las utilidades y en las pérdidas de una negociación mercantil o de una o varias operaciones de comercio” (Salta a la vista el error de la ley al decir que una persona concede a otras una participación, pues el asociado puede ser también singular, como el asociante.) Por ejemplo: un comerciante en granos ha contratado la compra de la cosecha de una región, y como no tiene dinero para cubrir el importe total, invita a una o más personas que aporten el faltante y compartan las utilidades y, en su caso las pérdidas. En cuanto a la forma, el contrato de asociación en participación debe constar por escrito y no estará RAFAEL ESPINOZA 149 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO sujeto a registro”. La forma, se prescribe sólo ad probationem causam; pero su falta no invalidará al contrato, dada la naturaleza del mismo. Los elementos personales que participan en este contrato son el asociante y el asociado. El asociante es el comerciante titular de la empresa mercantil en relación con la cual se celebra el contrato de asociación en participación, y es asociado el que, trayendo una aportación, entra a participar en el negocio o los negocios relativos a la asociación. El asociante será siempre un comerciante; pero no necesariamente tendrá tal calidad el asociado. Podrá darse el caso en que ambas partes sean, mutuamente, asociantes-asociados. La asociación en participación puede ser singular, o de un solo negocio, y plural, o sea de varios negocios. La asociación plural podrá ser parcial, cuando sea de algunos de los negocios de la empresa asociante, o total, cuando los comprenda todos, o sea cuando el asociante comparta con el asociado la empresa en su totalidad. Si no se hubiere pactado forma especial para repartir las utilidades y las pérdidas, el reparto se hará RAFAEL ESPINOZA 150 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO en proporción a lo que cada participante haya aportado en el negocio correspondiente; pero las pérdidas del asociado no podrán ser superiores al valor de su aportación. El contrato podrá establecer la forma como la asociación habrá de funcionar y, en su caso, como terminará y como será liquidada; pero si el contrato fuere omiso, se aplicarán las reglas de la sociedad en nombre colectivo. 4.6.7El contrato de transporte.- Se trata de uno de los contratos de mayor importancia para la economía de un país. La movilización de los bienes y de las personas se realiza generalmente utilizando esta figura contractual. En sus inicios el derecho mercantil se elabora en función del comercio y precisamente se puede indicar que éste consiste en trasladar en el tiempo y en el espacio o en ambos, un bien, desde su productor hasta su consumidor. En esta manera de concebir el comercio claramente se presentan con singular importancia los contratos de RAFAEL ESPINOZA 151 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO compraventa y transporte como los instrumentos fundamentales de tal actividad. Incluso, los inicios del transporte de personas están íntimamente ligados a la necesidad que tenían los comerciantes de trasladarse de un lugar a otro para realizar sus operaciones. La historia del derecho comercial está ligada al transporte en todas sus épocas. En el derecho clásico romano, las instituciones que perfilan el derecho mercantil se edifican en relación al transporte marítimo. También en la Edad Media, todas las instituciones mercantiles giran en torno al trasporte marítimo. La revolución industrial trae consigo la aplicación de la máquina de vapor a la actividad transportista; aparecen los ferrocarriles que serán el preludio del gran desarrollo capitalista, facilitarán la inversión extranjera y la formación de los grandes monopolios. La regulación de la actividad de transporte también ha evolucionado en la historia. En un principio el derecho romano la sitúa en uno de los conceptos de arrendamiento: la Locatio Conductio; según esta institución, el que reciba una cosa para transportarla de otro lugar, era llamado conductor, porque llevaba RAFAEL ESPINOZA 152 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO consigo la cosa; el que la entregaba para su transporte era llamado Locutor, porque colocaba la cosa en poder del porteador. En la actualidad debido a la enorme importancia del transporte, su regulación ha adquirido autonomía; la intervención del estado en la materia le otorga un matiz de orden público a su regulación, los códigos de comercio modernos se ocupan de la figura tratando de racionalizar el régimen jurídico de las diferentes modalidades del transporte. La presencia de grandes empresas explotando la actividad hace que se precisen modernas concepciones sobre los riesgos del transporte y la responsabilidad del transportador. La permanente evolución de la actividad precisa su regulación más sistemática y unificada. Será necesario encausar los esfuerzos para una unificación de la legislación internacional y adecuar los sistemas jurídicos nacionales de gran flexibilidad para regular nuevas situaciones, nuevos medios de transporte que pueden aparecer como lo exige una materias en constante evolución. RAFAEL ESPINOZA 153 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Para definir al contrato de transporte, podemos decir, que es un convenio por el cual, una persona llamada transportador o transportista se obliga, a cambio de un precio, que se denomina flete o porte, a conducir de un lugar a otro, personas o cosas. El Código de Comercio del Ecuador en su Art. 205 lo conceptúa así: “El transporte es un contrato en virtud del cual uno se obliga, por cierto precio, a conducir de un lugar a otro, personas que ejerzan el comercio o viajen por alguna operación de tráfico, o mercaderías ajenas, y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas. Llámase porteador el que contrae la obligación de conducir. El que hace la conducción por agua toma el nombre de patrón o barquero. Denomínase cargador, remitente o consignante el que, por cuenta propia o ajena, encarga la conducción. Se llama consignatario la persona a quien se envían las mercaderías. Una misma persona puede ser, a la vez, cargador y consignatario. La cantidad que el cargador se obliga a pagar por la conducción, se llama porte. RAFAEL ESPINOZA 154 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO El que ejerce la industria de hacer transportar personas o mercaderías, por sus dependientes asalariados y en vehículos propios, o que se hallen a su servicio, se llama empresario de transporte, aunque algunas veces ejecute el transporte por sí mismo”. Los sujetos del contrato de transporte, se observan claramente en la definición: transportador y pasajero, si es transporte de personas; transportador, remitente y destinatario si se trata de cosas. El transporte puede clasificarse de varias maneras y atendiendo a diferentes criterios: a) Considerando el camino utilizado para el transporte, podemos referirnos al transporte terrestre, marítimo y aéreo. b) Atendiendo a lo que debe transportar se clasifica en transporte de cosas y de personas. También se presenta en transporte mixto cuando el pasajero lleva su equipaje. c) Por los transportadores que intervienen, hay transporte individual cuando interviene un solo transportador y hay transporte pluripersonal cuando intervienen varios transportadores en la conducción de las personas o cosas. d) Considerando el ámbito geográfico en el cual se desarrolla el transporte se puede hacer referencia al RAFAEL ESPINOZA 155 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO transporte nacional, cuando se ejecuta entre lugares del territorio ecuatoriano; e internacional cuando se conducen las personas o cosas de un lugar en un país a otro lugar en otro país. En lo concerniente a su naturaleza jurídica, podemos decir que como contrato comercial, el transporte tiene una naturaleza jurídica propia y autónoma; goza de una individualidad acusada en el código de comercio que lo distingue de las demás figuras contractuales. Como principales características del contrato de transporte, las mismas que le dan una fisonomía propia y lo distinguen de otras figuras contractuales, podemos citar las siguientes: a) Consensual: El contrato de transporte se perfecciona con el acuerdo de las partes que intervienen, desde el momento en que estas expresan su voluntad. b) Bilateral: Se dice que es bilateral, porque al momento de su perfeccionamiento surgen obligaciones para las partes intervinientes: para el transportador, conducir de un lugar a otro personas RAFAEL ESPINOZA 156 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO o cosas y para el pasajero o remitente, pagar los fletes del transporte. c) Oneroso: El contrato de transporte es un contrato oneroso, una parte se obliga, a cambio de un precio, a conducir personas o cosas de un lugar a otro. d) De tracto sucesivo: Se trata de un contrato de duración o de ejecución continuada. No es un contrato instantáneo, porque las partes no pueden despedirse en el momento en que se celebra, sus prestaciones siguen surgiendo mientras el transporte se lleva a término. e) Es Nominado y Típico: El transporte, en sus múltiples modalidades tiene una individualidad acusada en el código de comercio. La ley le otorga un nombre jurídico o denominación específica que lo identifica. El contrato de transporte, como contrato consensual que es, para su perfeccionamiento no precisa de solemnidad alguna y tampoco las requiere para su prueba. Pero a veces aparece la carta de porte que es un documento privado, al que, la ley lo considera como un título valor, en que las partes RAFAEL ESPINOZA 157 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO consignan las estipulaciones más importantes que se refieren al transporte contratado. La carta de porte, es un documento que expide el transportador, y cuando así sucede, no solamente sirve como prueba del contrato, sino que además, los derechos reconocidas por la ley a favor del remitente o destinatario, solamente podrán ser ejercitados por el tenedor legítimo de la carta de porte. La carta de porte que expide el transportador, en su original, es entregada al remitente, quien puede negociarla libremente y por ser un título valor representativo de mercaderías, solamente podrá reclamar los efectos trasportados, quien sea el tenedor legítimo de la misma y la entregue debidamente cancelada al transportador. El transportador podrá guardar para sí un duplicado de la Carta de porte, el cual no será negociable. El transportador no está obligado a expedir carta de porte, sino cuando expresamente lo exija el remitente, pero el gobierno tiene la facultad de exigir por vía legal que el transportador expida siempre carta de porte. RAFAEL ESPINOZA 158 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Las normas legales que rigen las diferentes actividades en el Ecuador tienen muchas deficiencias, vacíos, errores, por lo que la administración de justicia en nuestro país adolece de una falta de agilidad enorme; algo que no marcha de acuerdo a las necesidades y exigencias de las sociedades actuales y su desarrollo social, económico y político. Los Códigos vigentes en nuestro país exigen reformas, que permitan modernizar nuestras leyes; especialmente, en relación a la materia que hemos estudiado, en nuestro Código de Comercio deberían ser reformados ciertos artículos que no son claros y objetivos y por tanto no brindan la agilidad que se necesita en nuestros días para una buena administración de justicia dirigida a una rama tan importante del desarrollo nacional como lo es el comercio y todo lo relacionado a la actividad mercantil. Existen algunos actos que la ley considera de comercio, por el hecho de ser realizados por comerciantes, cuando la propia ley otorga la calidad de RAFAEL ESPINOZA 159 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO actos de comercio a aquellos realizados incluso por no comerciantes, dándose una contradicción. Podemos decir que no existe uniformidad con respecto al acto de comercio en los diferentes cuerpos legales a los que nos hemos remitido, pues para unos un acto puede ser considerado de comercio, mientras que para otros puede no serlo; por ejemplo, para una de las partes el mismo acto puede ser mercantil y para otra civil, provocándose un desorden en la administración de justicia. Nuestra legislación, al referirse a la empresa, se limita únicamente a enunciar diversos tipos de empresas, sin que se establezca una auténtica regulación de las mismas en nuestro Código de Comercio, siendo las mismas pilares muy importantes en el ámbito mercantil del país. Como conclusión final, opino que las leyes en nuestro país no son creadas para regir, respetarse y ponerse en práctica de una forma imparcial, asunto que no excluye nuestras leyes de comercio, pues en RAFAEL ESPINOZA 160 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO ocasiones es claro que se favorece a ciertos grupos de poder, quienes ostentan los medios de producción, creándose así, monopolios tan poderosos que han hecho quebrar a dedicados y buenos pequeños comerciantes, así como el abuso e imposiciones en los precios de los productos ofertados por los mismos a las grandes compañías exportadoras, hoy explotadoras, que en muchas ocasiones no respetan ni las leyes tributarias, obligatorias a su actividad, todo lo cual va en perjuicio del país, por lo que pienso que se deberían revisar ciertas leyes y reformarlas de ser necesario de manera que las oportunidades en el desarrollo de la actividad comercial sean más equitativas y así también propender a un desarrollo social y económico más equilibrado para el bien y el desarrollo de todo el Ecuador. RAFAEL ESPINOZA 161 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO FUENTES BIBLIOGRAFICAS Arrubla P. Jaime Alberto CONTRATOS MERCANTILES. 3ra. Edición. Biblioteca Jurídica, Medellín, Colombia 1989. Balarezo P. Facundo Cervantes Ahumada, Raúl DERECHO MERCANTIL. Editorial Porrúa, México 2000. Cervantes Ahumada, Raúl DERECHO MERCANTIL Editorial Herrero, S.A., México 1980. Cevallos Vázquez, Victor COMPENDIO DE DERECHO SOCIETARIO ECUATORIANO. Editorial Jurídica del Ecuador, Quito 1992. Macías Hurtado, Miguel Garrigues, Joaquín CURSO DE DERECHO MERCANTIL. Editorial Porrúa, México 1987. RAFAEL ESPINOZA 162 UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE JURISPRUDENCIA ESCUELA DE DERECHO Monsalve Pozo, Luis DERECHO MERCANTIL ECUATORIANO. Universidad de Cuenca, Cuenca 1978. Palomar de Miguel, Juan DICCIONARIO PARA JURISTAS. Editorial Mayo, México 1981. Pallares, Jacinto DERECHO MERCANTIL MEXICANO. Dirección General de Publicidad. UNAM, México 1987. 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