ANALÍTICA INTERNACIONAL Coppan 2050 AC Marzo 23, 2011 Mujeres en Medio Oriente En medio oriente son pocos los países que han otorgado a las mujeres derechos políticos, uno de ellos es Túnez, país que ha experimentado cambios sustanciales desde el logro de su independencia en 1956 cuando las mujeres tenían un estatus de ciudadanos de segunda y su vida quedaba limitada a la dependencia económica, al cuidado de los hijos y en su mayoría eran analfabetas. Túnez se ha convertido en un faro para otras sociedades musulmanas: el código laboral del país permite la plena participación femenina en la economía y ahora la educación está abierta por igual a niños y niñas. Existen programas de planificación familiar, con lo que se han logrado importantes avances en materia de salud, se ha reducido considerablemente la tasa de natalidad y se ha aumentado la esperanza de vida promedio de las mujeres. El crecimiento económico del país es ahora cinco veces mayor que la tasa de crecimiento de su población. Las medidas que tomó el gobierno para empoderar a las mujeres han beneficiado no sólo a sus ciudadanas sino también a la sociedad tunecina en su conjunto, pues esto ha llevado a cambios significativos en las actitudes de los hombres frente a las mujeres en materia de derechos, de igualdad y los roles femeninos en la sociedad. Esta realidad no la comparten la mayoría de los países árabes. El Programa de Medio Oriente del Centro Woodrow Wilson, con apoyo del Congreso Islámico Americano1 (AIC) -por sus siglas en inglés-, publicó un informe titulado A Modern Narrative for Muslim Women in the Middle East: Forging a New Future.2 Este informe destaca los triunfos pasados y presentes de las mujeres, así como las dificultades -económicas, jurídicas, políticas, religiosas y sociales- de los derechos de las mujeres en toda la región. Para examinar la situación de las mujeres en Arabia Saudita y Jordania, el programa se basó en el informe elaborado por la AIC. Con respecto a Arabia Saudita, se pudo observar que las mujeres siguen siendo consideradas ciudadanos de segunda clase pues en la mayor parte de los casos no son tomadas en cuenta como ciudadanas por parte de las instituciones políticas, religiosas, económicas y sociales. En Arabia Saudita las mujeres prácticamente no tienen representación ni participan en la vida política. Si las mujeres desean tener algún tipo de actividad fuera del hogar, por lo general se acota al ámbito educativo (profesoras) o de salud (enfermeras). En materia judicial la atención a las mujeres es bastante precaria. Es común que los hombres puedan divorciarse Para mayor información acerca de los trabajos del http://www.aicongress.org/ 2 Para revisar el informe completo realizado por http://www.aicongress.org/prog/Women/WomenMain.html 1 AIC la puede AIC visitar visitar la la página página de de Internet Internet 2 Analítica Internacional de sus esposas sin notificación alguna, pero no lo contrario. Más aún para que las mujeres puedan realizar algún viaje, deben contar con el permiso de su tutor (el esposo o el padre) independientemente de su edad. Las mujeres siguen siendo tratadas como menores de edad en este aspecto. Actualmente la ONU presentó una recomendación al gobierno de Arabia Saudita para tomar medidas a fin de terminar con el sistema de tutela de los hombres sobre las mujeres y dar así plena identidad jurídica a las mujeres sauditas, lo que llevaría a terminar con la discriminación de género. La situación en Arabia Saudita -y en otros muchos países árabes– se explica en buena medida por la rápida transformación de sus sociedades que de ser estructuras tribales y hasta nómadas basadas en usos y costumbres ancestrales, por la magia del petróleo entraron en interacción con el mundo y sufrieron grandes transformaciones, que en muchos casos aún no llegan a trastocar los valores tradicionales característicos de sociedades premodernas. En el caso de Jordania se ha logrado un avance más significativo que en Arabia Saudita a partir de que se introdujo un sistema de cuotas a las mujeres, lo que les permite participar en las elecciones y en la administración pública.3 Los crímenes de honor, que hace unas décadas eran considerados pauta general, actualmente son escasos dado que el gobierno Jordano ha instituido un tribunal especializado para atender este tipo de casos y que puso fin a las sentencias indulgentes.4 Sin embargo, aún siguen existiendo lagunas en cuanto a los derechos de las jordanas; por ejemplo, las mujeres que se casen con hombres que no sean jordanos, no podrán pasar su nacionalidad a su esposo y a sus hijos. Abordar el tema de los derechos de las mujeres en Medio Oriente seguirá siendo un tema complicado y polémico, ya que las condiciones varían de un país a otro. Sin embargo, primero el petróleo, después la globalización y los medios de comunicación, han provocado que sociedades que durante siglos vivieron relativamente aislados y acotados sus valores tradicionales, descubran ahora nuevas formas de vida y de valores sociales y culturales que pueden resultar más afines a su evolución y desarrollo. Como lo demuestra el tema de las mujeres, esta nueva perspectiva va más allá del debate entre valores orientales y occidentales, musulmanes o cristianos. Se ubica en un contexto en el que los valores se convierten en derechos y los derechos en modos de vida distintos que, particularmente en el caso de las mujeres, pueden hacer una enorme diferencia en su desarrollo potencial como seres humanos y como agentes económicos y sociales, sin perder su papel central como el eje de la familia. *Con la colaboración especial de Lourdes García. Actualmente el gobierno de Jordania cuenta con 50 juezas –aproximadamente- y 4 mujeres dentro del equipo gubernamental del Rey Abdala II. 4 Los crímenes de honor designan el castigo a una mujer, por parte de miembros de su familia o miembros de la comunidad que consideran que la víctima en algún momento los deshonró. Entre los principales móviles se encuentra el rechazo de un matrimonio concertado, el haber sido víctima de una agresión sexual, buscar el divorcio, cometer adulterio o ser homosexual. 3