En «misa de gallo» se oró para que llueva 1 Porque los pobres viven de la agricultura HUANCAYO R.C. CORREO ¡Qué llueva! ¡Qué llueval, porque los pobres viven de la tierra y de la lluvia, porque los pobres viven de Dios, fue la oración común que ae elevó en la misa de Navidad en la iglesia Catedral y en los templos de la Arquidiócesis de Huancayo. Ante una persistente sequía que afecta a los miles de agricultores del valle del Mantaro y de la zona altina, los sacerdotes se vieron precisados a elevar su plegaria al recién nacido para que derrame sus bendiciones a los hombres del campo. En el primer templo de nuestra ciudad, monseñor José Ríos Reynoso manifestó que hay un clamor que vie- ne del campo, donde se cierne el peligro de la hambruna, asimismo, señaló que es necesario que esta Navidad del 2000 nos ponga en el camino del nuevo milenio para una convivencia social más humana, donde los privilegiados sean los que menos tienen. Se refirió a la difícil situación por la que atraviesan los vocados por el consumo del licor, especialmente a los ocurridos a una pareja de esposos y al choque en San Jerónimo, los que dejaron niños en la orfandad.