SISTEMAS ECOLÓGICOS 4. ECOSISTEMAS MARINOS 20. 1 20. COMUNIDADES BIOLÓGICAS MARINAS 20. 1 20.1. INTRODUCCIÓN Las variaciones climáticas pueden causar cambios significativos en los ecosistemas marinos, que se verán reforzados por las influencias antropogénicas. Por otra parte, la forma en que los cambios climáticos afectan a los ecosistemas, tanto en la tierra y el océano, es complejo y difícil de predecir. Los ecosistemas marinos fluctúan de forma natural en múltiples escalas de tiempo debido a una combinación de la dinámica interna de la propia población, de las interacciones predador/presa y a la competencia dinámica; pero esto también se debe al efecto de la variabilidad climática. Las variaciones climáticas son más o menos cíclicas y se sabe que afectan a las abundancias y migraciones de las poblaciones marinas, desde las comunidades de plancton hasta la de peces. El cambio climático antropógeno global tiene profundas implicaciones para los ecosistemas marinos, mucho más allá de la influencia directa de la temperatura en los organismos marinos. En la figura siguiente se muestran las principales vías de respuesta de los sistemas ecológicos al cambio climático global, modificada de Harley et al. (2006) en Occhipinti-Ambrogi, 2007. Figura 1. Principales vías de respuesta de los sistemas ecológicos al cambio climático global Fuente: Occhipinti-Ambrogi, 2007 Es conocido que los cambios en el clima tienen una gran influencia en las poblaciones y ecosistemas marinos. Al actual y debatido proceso de cambio climático, relacionado con el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero de origen antropogénico en la atmósfera, se le atribuye una importante influencia en los factores abióticos del medio marino que, a su vez, repercute de forma directa en la biodiversidad marina y en la economía relacionada con los servicios que presta. Entre los factores abióticos del medio marino que tienen incidencia en las comunidades marinas, se pueden destacar: el aumento de la temperatura del océano, variaciones en el nivel del mar, incremento en la acidificación, incremento en la radiación ultravioleta, variación de los patrones dinámicos de larga escala (como la NAO), las fluctuaciones en la zona de upwelling y por las tormentas de polvo sahariano. La incidencia de estos factores sobre los ecosistemas se ve agravada por las sinergias que se producen debido a la sobreexplotación de ciertos recursos y a otras perturbaciones de carácter antropogénico. La forma en la que el clima influye a cada organismo, población y comunidad del ecosistema marino, sigue sin estar clara. Esto se debe a la gran cantidad de forzamientos y rutas que pueden establecer conexiones entre el clima y los ecosistemas. Una población puede reaccionar directamente o con cierto retraso frente a una acción externa; en este sentido, los forzamientos generan una respuesta rápida en los niveles bajos de la cadena trófica y en los organismos con ciclos de vida cortos, pero son mayores en niveles superiores o en organismos con ciclos de vida largos. Lo que evidencia que no todos los ecosistemas marinos son igual de sensibles frente a un mismo cambio climático. La variabilidad hidrodinámica de los océanos, generada por el intercambio de energía entre este y la atmósfera, afecta a los ecosistemas marinos. 20. 2 20.2. SITUACIÓN ACTUAL EN CANARIAS Dilucidar el impacto del clima sobre los procesos ecológicos es una tarea compleja, debido a que el clima no afecta a las poblaciones a través de un solo factor individual, sino a través de una mezcla de factores de las condiciones locales. (Meiners, 2007) La valoración de los cambios ambientales en el ámbito canario y sus efectos sobre la biota no es fácil debido a varias razones (Brito, 2011): a) Falta de series largas (históricas) de datos, principalmente en el aspecto biológico pero también en el ambiental en algún caso, necesarias para interpretaciones precisas (Por ejemplo, sobre los efectos en la biodiversidad existen pocos datos publicados, particularmente en lo que se refiere a aspectos cuantitativos o a las fenologías); b) Incertidumbre sobre sinergias con procesos locales con gran poder de transformación del ecosistema (sobrepesca, contaminación); c) Falta de investigaciones bien planificadas y dirigidas al efecto (escasa financiación y poca iniciativa oficial). a. RELACIONADO CON EL INCREMENTO DE TEMPERATURA El calentamiento de los océanos está provocando un aumento de la estratificación en las aguas superficiales en regiones tropicales y templadas1. Esto tiene consecuencias importantes en el aporte de nutrientes a la zona fótica (donde al fitoplancton le llega luz para fotosintetizar), con la consecuente disminución de la producción primaria a nivel global, disminuyendo la eficiencia de la bomba biológica. Y a su vez el contenido de oxígeno disminuye con el aumento de la producción biológica, promoviendo entornos subóxicas o anaeróbicos. Esto afecta no sólo la distribución vertical de los organismos marinos, sino también la estructura y el funcionamiento de toda la cadena trófica. (Fréon et al, 2009; Aristegui, 2011) Este mismo proceso de estratificación, provoca que las especies de fitoplancton más grandes (e.g. diatomeas, cocolitofóridos), sean sustituidas por especies más pequeñas (flagelados y cianobacterias), con menos requerimientos nutritivos, pero con menor productividad. (Arístegui, 2011). Hay que señalar que en aguas Canarias, en los últimos años se han producido floraciones de dinoflagelados de afinidad tropical productores de toxinas bioacumulativas que han originado casos de ciguatera, una enfermedad hasta ahora propia de zonas tropicales producida por consumo de pescado2 3. (Brito, 2011) A nivel de comunidades planctónicas hay poca información al respecto de la influencia del calentamiento global sobre la variabilidad temporal del plancton. Recientemente, Schmoker (2010) 4 en un estudio anual (con una resolución entre semanal y quincenal) comparó la variabilidad de las comunidades planctónica en dos años cálidos (2006-2007) respecto a un año más frío (2005). Observó que diferencias de 0.5ºC por año afectan de forma importante, reduciendo la concentración final de clorofila y modificando la estructura de las comunidades planctónicas. (Arístegui, 2011) La concentración de fitoplancton global ha disminuido a lo largo del siglo pasado, y que esta disminución deberá ser considerada en futuros estudios de los ecosistemas marinos, el ciclo geoquímico, la circulación oceánica y la pesca. (Boyce et al, 2010) Se ha encontrado que la variación estacional domina la distribución de fitoplancton en toda el área macaronésica , este ciclo se adelanta en la zona de Canarias con respecto a los otros archipiélagos. En Canarias el valor máximo anual de clorofila superficial ha ido descendiendo, en la posición ESTOC entre 1999 y 2002. (Pérez – Marrero et al, 2004). Riebesell, U., A. Körtzinger, A. Oschlies. 2009. Sensitivities of marine carbon fluxes to ocean change. Proc. Natl Acad. Sci. USA 106: 20602-20609. 2 Brito, A., 2008b. Bases para la elaboración de una estrategia de identificación de los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad marina canaria. Agencia Canaria para el Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, 60 pp. 3 Boada, L. D., M. Zumbado, O. P. Luzardo, M. Almeida-González, S. M. Plakas, H. R. Granade, A. Abraham & E. L. E. Jester, 2010. Ciguatera fish poisoning on the West Africa coast: an emerging risk in the Canary Islands (Spain). Toxicon, 56: 1516-1519. 4 Schmoker, C. 2010. Planktonic community structure and variability in the Canary Islands waters: The role of microplankton. Tesis Doctoral. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 322 p 1 20. 3 También se ha constatado una disminución de la productividad en las últimas décadas en el ecosistema del afloramiento de la Corriente de Canarias5. (IEO, 2012) En general, los máximos de producción son controlados por la estacionalidad de los procesos hidroclimáticos de gran escala6 7 y acentuados por procesos de mesoescala 8. (Meiners, 2007) El aumento observado en la temperatura de las aguas de termoclina ha propiciado que los ecosistemas estén en un proceso de meridionalización, incluyendo una reducción en la producción primaria y desplazamiento al norte 9 de la distribución de especies en toda la cadena trófica (desde plancton hasta peces incluyendo bosques de algas). (IEO, 2012) Relacionado con esto, se ha detectado un cambio en la composición de los animales marinos y en sus abundancias en las costas de Portugal, donde se han cogido especies Mediterráneas y del Noroeste de África que ahí eran desconocidas10 11. (Caballero Alfonso, 2011) En Canarias la información disponible respecto a la meridionalización es también muy limitada, pero sí se ha registrado u observado un incremento poblacional de peces nativos de origen tropical, como es el caso entre otros de la Vieja, el Pejetrompeta, el Gallo azul o el Peto. En el caso de esta última especie, se constató recientemente por primera vez su desove en aguas canarias, en concreto en El Hierro en 2007. (Brito, 2011) Igualmente, se ha observado un notable incremento en las islas occidentales del alga parda Lobophora variegata, favorecida en gran medida por la regresión experimentada por las praderas de Cystoseira abies marina. Algunas de las comunidades estructuradas por las algas rojas endémicas del género Gelidium se han visto desplazadas en cierto grado por especies más competitivas como Pterocladiella capillacea (J. Afonso-Carrillo, com. pers.). (Brito, 2011) Un caso sobre el que existen muchas evidencias es el del Erizo de lima (Diadema aff. antillarum), cuyas poblaciones se han incrementado de forma alarmante debido a la disminución de sus depredadores por sobrepesca y al mayor éxito reproductivo con el aumento de la temperatura12 13, generando una importante degradación de las comunidades algales de los fondos rocosos. (Brito, 2011; IEO, 2012) En este sentido, se constató que el episodio de elevadas temperaturas superficiales del mar que se produjo en los años 2005 y 2006 causó un brote repentino de la población de erizos, al ayudar asentamiento larval14 15. Tras el estallido demográfico las densidades aumentaron en las zonas áridas en Tenerife y en la mayoría de los sitios en Lanzarote, a excepción del área protegida de La Graciosa. En El Hierro, tampoco se produjo un aumento de la Arístegui, J., E. D. Barton, X. A. Álvarez‐Salgado, A. M. P. Santos, F. G. Figueiras, S. Kifani, S. Hernández‐León, E. Mason, E. Machú, and H. Demarcq (2009), Sub‐regional ecosystem variability in the Canary Current upwelling, Progress in Oceanography, 83(1–4), 33–48, doi: 10.1016/j.pocean.2009.07.031. 6 Fung, I.Y., Meyn, S.K., Tegen, I., Doney, S.C., John, J.G., Bishop, J.K.B. 2000. Iron supply and demand in the upper ocean. Global Biogeochemical Cycles 14, 281–295 7 Abrantes, F., Meggers, H., Nave, S., Bollmann, J., Palma, S., Sprengel, C., Hendriks, J., Spies, A., Salgueiro, E., Moita, T., Neuer, S. 2002. Fluxes of micro‐organism along a productivity gradient in the Canary Islands region (29ºN): implications of paleoreconstructions. Deep Sea Research II 49, 3599‐3629. 8 Baterretxea, G. & Arístegui, J. 2000. Mesoscale variability in phytoplankton biomass distribution and photosynthetic parameters in the Canary ‐NW African coast transition zone. Marine Ecology Progress Series, 197 27‐40 9 Philippart, C.; Anadón, R.; Danovaro, R.; Dippner, J.; Drinkwater, K.; Hawkins, S.; Oguz, T.; O’Sullivan, G.; Reid, P.; 2011. Impacts of climate change on European marine ecosystems: Observations, expectations and indicators, Journal of Experimental Marine Biology and Ecology, 400, 52 – 69. 10 Cabral, H. N. (2002). On the occurrence of some rare flatfish species in south-european Atlantic waters. 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La Laguna: Servicio de Publicaciones de La Universidad de La Laguna, Ph.D. Thesis. 15 Hernández, J.C., Clemente, S., Brito, A., 2006a. Effects of seasonality and environmental variables on the reproduction, settlement and recruitment of the sea urchin Diadema aff. antillarum at the Canary Islands. In: Proceedings of the XII International Echinoderm Conference, University of New Hampshire, Durham, NH, USA. 5 20. 4 densidad de erizos, ni el aumento de blanquizales. Esto demuestra que el grado de resiliencia de los sistema a un brote depende de lo bien estructurado que este, ya que esto es un indicador de que no se ha alterado los niveles tróficos. Como se ha señalado por Sala (2006) 16 y Guidetti y Sala (2007)17, un sistema bien estructurado parece ser resiliente, ya que está protegido contra los impactos humanos y el calentamiento de agua de mar 18 . (Hernández et al, 2008) En este mismo sentido Occhipinti-Ambrogi (2007) indica que las especies invasoras tienen más dificultad para asentarse, tras variar las condiciones ligadas al cambio climático – p.e. aumento de la temperatura del mar -, si no hay nichos vacíos que ocupar, es decir si el ecosistema esta correctamente estructurado (Occhipinti-Ambrogi, 2007) Hunt y colaboradores19 también han citado cambios en los ecosistemas pelágicos, en el salmón y en poblaciones de peces bentónicos y de cangrejos. En un principio estos cambios se vincularon a un aumento en la presión que los predadores, como el abadejo (Pollachius pollachius), ejercían sobre estas especies, pero estudios recientes han demostrado que se deben a causas climáticas. Los ecosistemas pelágicos varían mucho en escalas espaciales y temporales 20 21. La respuesta biológica a la variabilidad del ambiente difiere de forma considerable entre especies. (Caballero Alfonso, 2011) Además de la expansión del área de distribución latitudinal de las especies relacionadas con cambios en las condiciones de temperatura y los efectos en la riqueza de especies y la correlación con la extinción de especies nativas, algunas invasiones pueden provocar efectos múltiples que implican el funcionamiento general del ecosistema (flujo de material entre los grupos tróficos, la producción primaria, la extensión relativa descomposición de la materia orgánica, el grado de acoplamiento pelágico-bentónico). (Occhipinti-Ambrogi, 2007) El cambio climático y otros componentes del cambio global como el aumento de la deposición de nitrógeno y contaminantes, y la alteración del hábitat por actividades humanas, pueda afectar la distribución de especies y la dinámica de los recursos en los ecosistemas terrestres y acuáticos y en consecuencia pueden interactuar con las invasiones biológicas (Dukes y Mooney, 1999; Vitousek et al, 1997). (Occhipinti-Ambrogi, 2007) El efecto del cambio climático y las especies invasoras han estado implicados en la disminución e incluso colapso de varios ecosistemas marinos (Harris y Tyrrell, 2001; Stachowicz et al, 2002;.. Frank et al, 2005) y se sabe que afectan a la presencia de patógenos (ver Drake et al., en este número). (Occhipinti-Ambrogi, 2007) El cambio climático se sabe que afecta muchas propiedades ecológicas (Walther et al, 2002.), y que también interactúa con invasiones biológicas (cuya presión de propágulos aumenta constantemente), directamente mediante la alteración de las condiciones físico-químicas (principalmente temperatura pero también relacionados con características oceanográficas), e indirectamente contribuyendo al cambio en los nuevos patrones de las comunidades. (OcchipintiAmbrogi, 2007) Estos cambios, relacionados con el aumento de la temperatura, se han producido sobre todo en las islas occidentales y centrales, pero han sido más intensos y evidentes en las islas más occidentales, las de aguas más cálidas, tanto en lo que se refiere a tropicalización (con un cierto nivel de azar en algún caso) y meridionalización como a los procesos de enrarecimiento o degradación de las especies de afinidad templada y de las comunidades estructuradas por ellas. Esto parece guardar relación con el hecho de que en dichas islas se alcanza antes el umbral de temperatura favorable para las especies termófilas y el de tolerancia térmica para las de afinidad más templada. (Brito, 2011) En definitiva, el aspecto más relevante es que los efectos del calentamiento observado en las últimas décadas en aguas canarias, que la ciencia atribuye al cambio climático, ejerce una presión importante sobre la Demarcación. Si Sala, E., 2006. Top predators provide insurance against climate change. Trends in Ecology and Evolution 21, 479–480. Guidetti, P., Sala, E., 2007. Community-wide effects of marine reserves in the Mediterranean Sea. Marine Ecology Progress Series 335, 43–56. 18 Knowlton, N., 2004. Multiple ‘‘stable” states and the conservation of marine ecosystems. Progress in Oceanography 60, 387–396. 19 Hunt Jr., G.L., Stabeno, P., Walters, G., Sinclair, E., Brodeur, R.D., Napp, J.M. and Bond, N.A. (2002). Climate change and control of the southeastern Bering Sea pelagic ecosystem. Deep-Sea Research II, 49: 5821–5853. 20 Hayward, T. L. (1997). Pacific Ocean climate change: atmospheric forcing, ocean circulation and ecosystem response. Tree, 12 (4): 150-154. 21 Ottersen, G., Kim, S., Huse, G., Polovina, J. J. and Stenseth, N. Ch. (2010). Major pathways by which climate may force marine fish populations. Journal of Marine System, 79: 343-360. 16 17 20. 5 bien no siempre es inequívoco atribuir los efectos observados en los diferentes ecosistemas al efecto exclusivo del cambio climático si se acumulan evidencias en este sentido. (IEO, 2012) b. RELACIONADO CON LA VARIACIÓN DEL NIVEL DEL MAR No se han descrito problemas relevantes en especies o ecosistemas litorales debidos a la modificación directa de línea de costa o la construcción de infraestructuras en el mar, si bien existen evidencias de que factores antropogénicos están ligados al incremento de especies vinculadas a zonas bentónicas desoladas. (IEO, 2012) c. RELACIONADO CON LA NAO Drinkwater y colaboradores22 indicaron que “en algunos casos los índices de larga escala pueden tener tanta, o más, varianza explicada de los elementos del ecosistema que los índices locales”. La ventaja de usar esos índices climáticos de larga escala es la posibilidad de vincular el clima con la dinámica inducida a los ecosistemas a distintos niveles tróficos, especies y localizaciones geográficas 23. Trabajos anteriores, desde la década de los noventa24, también resaltan la influencia de los patrones atmosféricos como el ENSO, la NAO o el desplazamiento de la ZCIT, en las poblaciones marinas. (Caballero Alfonso, 2011) Las variaciones de algunos ecosistemas marinos de plataforma y de las pesquerías más importantes del Atlántico Norte han sido correlacionadas significativamente con la NAO. Estas correlaciones han permitido sugerir hipótesis que explican mecanismos básicos de las respuestas de las poblaciones y los ecosistemas marinos a la variabilidad ambiental inducida por la NAO, pero todavía es una tarea en la cual se están dando los primeros pasos. (Meiners, 2007) Se ha observado una correlación negativa entre la NAO y la producción de fitoplancton. Con estos datos desarrollaron la hipótesis de que el acoplamiento observado de la NAO y la intensidad del viento con la abundancia regional de zooplancton representa una respuesta trófica a las fluctuaciones del fitoplancton observadas. (Boyce et al 2010) d. RELACIONADO CON LA ZONA DE UPWELLING Los cambios decenales en la intensidad del afloramiento fueron ya descritos para el ecosistema de upwelling de Canarias y sus consecuencias para las fluctuaciones en la productividad de pequeños peces pelágicos (por ejemplo, Santos et al., 200525). Esta variabilidad a gran escala en escalas decenales es de la mayor importancia para los ecosistemas marinos, ya que puede reorganizar las comunidades y las relaciones tróficas. (Relvas et al, 2009) e. RELACIONADO CON OTROS FACTORES Canarias se encuentran en una situación de vulnerabilidad debido a la existencia de importantes fuerzas locales con gran capacidad de transformación, particularmente la sobrepesca generalizada de los recursos litorales y de la parte superior del talud, que afecta a las especies claves y genera alteraciones en la estructura trófica, degradando los ecosistemas. (Brito, 2011) 20.3. EVOLUCIÓN ESPERADA Es de esperar que cuando la temperatura cambia, los individuos se vean forzados a moverse fuera de su dominio habitual de distribución. Por otro lado, especies de zonas templadas y polares pueden coexistir en sus rangos de Drinkwater, K.F., Belgrano, A., Borja, A., Conversi, A., Edwards, M., Greene, C.H., Ottersen, G., Pershing, A.J. and Walker, H. (2003). The response of marine ecosystems to climate variability associated with the North Atlantic Oscillation. In: Hurrell, J., Kushnir, Y., Ottersen, G., Visbeck, M. (Eds.). The North Atlantic Oscillation, Climatic Significance and Environmental Impact. AGU Geophysical Monograph Series, vol. 134, 211–234 pp. 23 Drinkwater, K. F., Beaugrand, G., Kaeriyama, M., Kim, S., Ottersen, G., Perry, R. I., Pörtner, H-O., Polovina, J. J. and Takasuka, A. (2010). On the processes linking climate to ecosystem changes. Journal of Marine System, 79: 374-388. 24 Ottersen, G., Planque, B., Belgrano, A., Post, E., Reid, P. C., Stenseth, N. C. (2001). Ecological effects of the North Atlantic Oscillation. Oecologia, 128: 1-14. 25 Santos, A., A. Kazmin, and A. Peliz (2005), Decadal changes in the Canary upwelling system as revealed by satellite observations: Their impact on productivity, J. Mar. Res., 63, 359– 379. 22 20. 6 distribución. En este sentido, se ha observado que con el aumento de la temperatura, las especies de aguas templadas tienden a aumentar su rango de distribución así como sus abundancias. Por otro lado, las especies polares son más estables o incluso puede que disminuyan un poco sus abundancias relativas. Así, pequeños y graduales cambios en la temperatura, producen avances y retrocesos en los límites poblacionales, pero un cambio brusco puede producir la muerte en aquellas especies sensibles a las variaciones, ya que no serán capaces de adaptarse. (Caballero Alfonso, 2011) No es fácil prever un escenario futuro para la biodiversidad marina canaria, incluso en un plazo no muy lejano, en el marco del proceso de cambio climático actual, pues todo dependerá de la fuerza y ritmo con que éste se manifieste. (Brito, 2008) De continuar las tendencias actuales, cabe suponer que se acentuarán los fenómenos descritos, seguirá incrementándose el número de especies de origen tropical, también el contingente poblacional de las nativas que tienen dicha afinidad, y las comunidades algales se organizarán entorno a las especies presentes más termófilas, pero podemos perder las menos tolerantes con las temperaturas altas y las comunidades estructuradas en base a las mismas. (Brito, 2008) Por fortuna, la existencia de un importante gradiente térmico este-oeste y la heterogeneidad norte-sur en cada isla ayudarán a paliar el proceso de pérdida, así las zonas más frías de las islas orientales servirán de refugio para muchas especies dentro de unos límites razonables de cambio, aunque es muy posible que las que tienen distribución actual limitada a dichas islas desaparezcan. (Brito, 2008) Las especies más amenazadas son sin duda las que tienen su distribución actual en Canarias limitada a las islas orientales, es decir, las más exigentes con temperaturas bajas, y particularmente si se ven afectadas por otros factores de riesgo locales. En general, el grado de vulnerabilidad es alto en las que presentan su límite meridional de distribución en Canarias o en las costas continentales algo al sur de nuestras islas. (Brito, 2008) No obstante, la mayor probabilidad de la pérdida absoluta de biodiversidad a nivel global de Canarias puede ocurrir con las especies de apetencias templadas más exigentes acantonadas en los sectores fríos de las islas orientales, particularmente si tienen interés como recurso y/o poblaciones pequeñas (caso, por ejemplo, de Patella candei o el Romero capitán); la pérdida será más grave si se trata de especies endémicas y/o la base estructural de alguna comunidad. (Brito, 2011) Un aumento de la temperatura produciría los siguientes efectos en relación con las comunidades marinas (Brito, 2011): o Cambios en la estructura y dinámica de las comunidades por efecto de la aparición de especies nuevas y las alteraciones en la dominancia. Los cambios son más importantes si se han visto afectadas especies claves, que con su actividad mantenían la organización trófica, y/o especies estructurantes. o Alteración de los niveles de productividad primaria (del fitoplancton y fitobentos) debidos a los cambios en la composición de especies y el menor aporte de nutrientes. La mayor estratificación del agua por el aumento de temperatura limita la mezcla vertical y el ascenso de nutrientes, favoreciendo a los fitoplanctobios pequeños (picoplancton, nanoplancton), además de a otros que producen toxinas y a las macroalgas bentónicas más tolerantes, disminuyendo generalmente la productividad.. Variaciones en el nivel del mar producirían los siguientes efectos en relación con las comunidades marinas (Brito, 2011): o Redistribución espacial de las especies y comunidades en las zonas intermareales y submareales más someras. o Posibilidad de desaparición de algún hábitat supralitoral en sectores llanos (por ejemplo, lagunas costeras) Un incremento en la acidificación produciría los siguientes efectos en relación con las comunidades marinas (Brito, 2011): o Efectos sobre la fertilidad y la calcificación. Evidencias experimentales muestran que la disminución del pH y de la saturación de carbonato puede inhibir la habilidad de los organismos para formar sus esqueletos, conchas y caparazones de carbonato de calcio. Esto puede tener importantes consecuencias ya que muchos 20. 7 organismos marinos con estructuras calcáreas se constituyen con su actividad fotosintética como secuestradores esenciales de CO2, como los cocolitofóridos del plancton, o bien tienen importancia ecológica y/o económica. El problema puede ser mayor en el caso de las comunidades de corales profundos, formadores de estructuras complejas en las que viven asociados muchos organismos, pues el nivel de saturación es más bajo en aguas profundas Un incremento en la radiación ultravioleta produciría los siguientes efectos en relación con las comunidades marinas (Brito, 2011): o El incremento de la radiación UV-B (280-315 nm de longitud de onda) se ha demostrado que produce alteraciones del ADN en el fitoplancton y fitobentos, además de fotoinhibición de la fotosíntesis e inhibición de la incorporación de nutrientes, favoreciendo cambios en la composición de especies y la productividad. Cambios en las pautas estacionales de temperatura puede favorecer el asentamiento de especies invasoras en un momento determinado del año, y con consecuencias duraderas al impedir el posterior reclutamiento de las especies nativas. (Occhipinti-Ambrogi, 2007) Los ecosistemas marinos son un sistema complejo con una gran capacidad de adaptación, con una característica intrínseca asociada a ellos que es la no linealidad de su dinámica, lo que implica que pequeños cambios en los patrones climáticos de larga escala (p.e.: el ENSO o la NAO) deben producir importantes efectos a distintas especies y/o niveles tróficos. (Caballero Alfonso, 2011) La entrada al medio marino de partículas minerales de origen Sahariano, que viajan como aerosoles atmosféricos, constituye un aporte notable de ciertas especies químicas como silicatos, nitratos, fosfatos y metales como Fe y Al que interesan a la productividad primaria del océano. Estas sustancias pueden influir sobre el crecimiento de las células de fitoplancton aumentando la velocidad de la fotosíntesis. (Pérez – Marrero et al, 2004) 20.4. PROBABILIDAD No hay datos disponibles. 20.5. CONSECUENCIAS Las fuerzas locales que generan efectos negativos (sobrepesca, contaminación, destrucción de hábitats, etc.) y entran en sinergia con el cambio climático juegan también a favor de la pérdida de biodiversidad. (Brito, 2008) Los efectos en la biodiversidad marina del cambio climático son importantes, pero muestran también una gran variación geográfica en relación con la intensidad de los cambios abióticos. Se ha valorado sobre todo el impacto del incremento de temperatura en muchas zonas, pero el soporte científico es mucho menos consistente en relación con el efecto de otros factores, aunque se dispone de los resultados de algunos experimentos sobre la acidificación y de planteamiento de hipótesis de afecciones futuras, en función de la intensidad prevista de los cambios ambientales. (Brito, 2011) 20.6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Arístegui, J., 2011. El océano como regulador del cambio climático: indicadores oceánicos de la perturbación antropogénica. “CAMBIO CLIMÁTICO EN CANARIAS. Conferencias de Invierno 2011” Organizadas por la Agencia Canaria de desarrollo sostenible y cambio climático, y celebradas en el Museo de la ciencia y el cosmos, de La Laguna Boyce, D.G., M.R. Lewis & B. Worm. 2010 Global Phytoplancton decline over the past century Nature, 466: 591-596 Brito, A., 2008. Influencia del calentamiento global sobre la biodiversidad marina de las islas Canarias, en Afonso-Carrillo (Ed.) Naturaleza amenazada por los cambios en el clima. Actas III Semana Científica Telesforo Bravo. Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias Brito, A., 2011. Impactos del cambio climático en la biodiversidad marina: los datos conocidos y el escenario previsible. “CAMBIO CLIMÁTICO EN CANARIAS. Conferencias de Invierno 2011” Organizadas por la Agencia Canaria de desarrollo sostenible y cambio climático, y celebradas en el Museo de la ciencia y el cosmos, de La Laguna 20. 8 Caballero Alfonso, A.M., 2011. Recent and historical climate variability effects on the population dynamics of several marine species. Tesis Doctoral. Departamento de Biología ULGC IEO. 2012. Estrategia Marina. Demarcación Marina Canaria. PARTE IV. Descriptores del buen estado ambiental .Descriptor 7: Condiciones Hidrográficas. Hernández, J.C., S. Clemente, C. Sangil & A Brito. 2008. The key role of the sea urchin Diadema aff. antillarum in controlling macroalgae assemblages throughout the Canary Islands (eastern subtropical Atlantic): An spatio-temporal approach. Marine Environmental Research 66: 259–270 Meiners Mandujano, C.G., 2007. Importancia de la variabilidad climática en las pesquerías y biología de la merluza europea Merluccius merluccius (Linnaeus, 1758) de la costa Noroccidental Africana. Tesis Doctoral. UPC Occhipinti-Ambrogi, A., 2007. Global change and marine communities: Alien species and climate change. Marine Pollution Bulletin 55, 342–352. Pérez-Marrero, J., Maroto, L. y Llinás, O., (2004) Climatología por satélite de los aerosoles saharianos y del fitoplacton en el atlántico macaronésico. Revista de Teledetección. 2004. 21: 19-23. Relvas, P., J. Luís, and A. M. P. Santos (2009), Importance of the mesoscale in the decadal changes observed in the northern Canary upwelling system, Geophys. Res. Lett., 36, L22601, doi:10.1029/2009GL040504. GAPS (FALTA DE INFORMACIÓN) - Se necesita tener una mayor comprensión de los mecanismos intermedios entre la OAN y las respuestas que se observan en los ecosistemas. (Caballero Alfonso, 2011) -> INCLUIR O RELACIONAR CON NAO (RAQUEL) - Se hace necesario diseñar y poner en marcha un programa de vigilancia ambiental y monitoreo de indicadores, seleccionados fundamentalmente entre las especies y comunidades de tipo templado y las de distribución limitada a la Macaronesia, principalmente aquellas que tienen su límite sur en Canarias o en latitudes algo más bajas sobre las costas continentales próximas. (Brito, 2008) - El planteamiento de conservación para el futuro pasa en primer lugar por prever los efectos posibles e iniciar con urgencia el monitoreo de indicadores mencionados, mediante un plan estructurado y válido desde el punto de vista científico, de forma que permita discernir entre efectos de fondo debidos al cambio climático y los relacionados con fuerzas locales transformadoras importantes. (Brito, 2008) - Debido a que muchas de las respuestas del océano al incremento de CO2 no son lineales, sino que están conectadas y sometidas a procesos de retroalimentación, la magnitud de la respuesta del océano ante el cambio climático es incierta y variable a nivel regional. Para poder entender y predecir estos cambios se necesita de un esfuerzo concertado y (sobre todo) mantenido a lo largo del tiempo, llevando a cabo estudios en “estaciones seriales” de variables físicas, biogeoquímicas y del funcionamiento del ecosistema pelágico. (Aristigue, 2011) - La falta de series largas de datos históricos cuantitativos sobre la biodiversidad marina y la sinergia con forzamientos locales de gran poder de transformación, como la sobrepesca o la contaminación, limitan mucho las interpretaciones de efectos del cambio climático. (Brito, 2011) - Se pone de manifiesto la necesidad de más investigación dirigida y financiada, centrada en el monitoreo de indicadores concretos, para delimitar las zonas de mayor resistencia y resiliencia al cambio climático, con mayor urgencia en las islas occidentales y centrales, a fin de realizar propuestas de conservación de dichos espacios. (Brito, 2011) - Es necesario un marco común para el estudio de las consecuencias de los cambios climáticos y el aumento de la concentración de CO2 en el medio marino, y el estudio de la dinámica del transporte, la colonización y la invasión de especies exóticas, para comprender las consecuencias a largo plazo sobre los ecosistemas marinos, sus productos y servicios. (Occhipinti-Ambrogi, 2007) - Tanto los cambios abióticos como las respuestas biológicas en el medio marino son complejas y merecen una gran esfuerzo de investigación con el fin de interpretar los patrones actuales y predecir los cambios futuros (Harley et al., 2006). (Occhipinti-Ambrogi, 2007) 20. 9 - El estudio de la respuesta de los ecosistemas a la variabilidad climática, ofrece una oportunidad extraordinaria de estudiar la dinámica de los ecosistemas marinos a gran escala. Si se identifica un fenómeno climático específico cuantificable, éste puede ser visto como una serie de experimentos naturales a la escala del fenómeno. Esta aproximación facilita el desarrollo de ideas generales acerca de la estructura de los ecosistemas y cómo responden a la variabilidad climática. La Oscilación del Atlántico Norte (NAO) es un fenómeno climático cuantificable útil para desarrollar estas aproximaciones, debido a que es un fenómeno responsable de una proporción importante de la variabilidad del clima del Atlántico Norte y se han desarrollado varios índices para cuantificar esta variabilidad. (Meiners, 2007) 20. 10