Segunda parte: Atención logopédica de las demencias: del énfasis en la rehabilitación del trastorno al énfasis en la ralentización de sus efectos. Los resultados de los estudios desarrollados en los últimos años han definido una nueva dirección en la atención logopédica de la persona con demencia (Malagón et. al., 2005; Bayles y Tomoeda, 2007; Jaramillo, 2010; Valles 2013; entre otros). De esta forma, la actuación del logopeda se ha visto enfrentada a exigencias diversas. La principal es tener que planificar una intervención dirigida a ralentizar los efectos del deterioro cognitivo sobre tres grandes aspectos: la actuación lingüística de la persona con demencia, sus habilidades lingüísticas-cognitivas y las funciones de masticación y deglución. De allí que el objetivo de la atención logopédica en las demencias no es rehabilitar, nuestro esfuerzo debe dirigirse a la preservación de las funciones o habilidades ya señaladas, durante el mayor tiempo posible, y además en buscar nuevas alternativas para establecer una comunicación efectiva a pesar de los cambios y pérdidas que el deterioro cognitivo provoca. Para poder enfrentar este cúmulo de tareas es necesario desarrollar nuestro trabajo en diversos contextos e influir en diferentes personas, en primer lugar en nuestros pacientes, pero además sobre los cuidadores y familiares y sobre los diferentes profesionales que conforman el equipo de atención, para lo cual se hace necesario incluir en su foco de atención al cuidador, a la familia y a los demás especialistas que lo atienden, poniendo el acento en la posibilidad de realizar intercambios de información exitosos utilizando diversas estrategias, ajustadas a las posibilidades de cada paciente. La Asociación Americana de Especialista en Audición y Lenguaje (ASHA) elaboró un documento en el cual se recogen una serie de recomendaciones para elaborar propuestas de diagnóstico y atención ajustadas a las necesidades de esta población, específicamente apuntan a que la persona con demencia presenta un trastorno cognitivo-comunicativo y a partir de este hecho, el logopeda debe ajustar su actuación profesional. Las ideas principales de este documento pueden resumirse en: 1) La demencia afecta inexorablemente la habilidad comprender y producir información lingüística 2) Los problemas conductuales provocados por la demencia interfieren con la posibilidad de comunicarse eficientemente 3) La persona con demencia presenta fallas importantes para poder seguir o mantener una conversación (ASHA, 2005) Los programas logopédicos pueden ser incluidos en las llamadas Terapias No Farmacológicas (TNF), término que se refiere al conjunto de estrategias utilizadas por diferentes profesionales (fisioterapeutas, músicoterapeutas, psicólogos, logopedas, médicos) con el objetivo de ofrecer una mejor calidad de vida al paciente a través de la estimulación de diversas funciones: movilidad corporal, evocación de eventos pasados, comunicación, canto o baile. Las TNF han demostrado ser efectivas en mantener el nivel de funcionamiento global o retardar el deterioro en los pacientes con demencia, además en el tratamiento de algunos síntomas tales como problemas del lenguaje, confusión, agresión y depresión (Maestre 2007; Gaona et. al., 2012). Horner y Ripich (2004) afirman que el trabajo del logopeda es relevante en dos grandes áreas: el diagnóstico y la atención directa. Estos autores insisten en la necesidad de incorporar nuevos conocimientos en la práctica logopédica para poder ofrecer un servicio de calidad a pacientes, familiares y cuidadores. Destacan además, la imperiosa necesidad de realizar diagnósticos tempranos e iniciar el tratamiento lo antes posible, pues solo así se puede asegurar el beneficio del uso de técnicas novedosas que puedan ayudar a aumentar o mantener la comunicación a lo largo de la enfermedad y garantizar una mejor calidad de vida para todos. Al diseñar el plan de atención lingüística de la persona con demencia el logopeda debe tener presente que su trabajo debe orientarse a mejorar diferentes aspectos: 1. Comunicación, para lograr intercambios de información exitosos utilizando diversas estrategias, ajustadas a las posibilidades de cada paciente y al avance de la demencia, 2. Habilidades lingüísticas-cognitivas de base esenciales para poder establecer relaciones semánticas, mejorar el acceso al léxico y mantener un mejor desempeño en atención, concentración y memoria 3. Masticación y deglución, aspecto relevante para garantizar una adecuada alimentación, prevenir la disfagia en la medida de lo posible y contrarrestar la malnutrición. Los logopedas debemos diseñar los planes de atención teniendo en cuenta las necesidades reales de nuestros pacientes. Algunos programas elaborados específicamente para esta población pueden ser de utilidad, como los de Harley et. al., (2008) y Young et. al., (2010); o de algunos recursos diseñados originalmente para ser empleados en pacientes con afasia. Entre las investigaciones en el área de la afasia destacan las realizadas por Moreno (2010), Pietrosemoli (2007), Gallardo Paúls (2005), y Tinti y Marogna (2000). La información aportada por estos estudios señala la necesidad de analizar diferentes aspectos de la comunicación y enfocarse en las características de la conversación. El uso de estos datos puede ser útil para analizar de forma más estructurada y objetiva la comunicación de la persona con demencia. Sin embargo, las necesidades de un caso con demencia difieren de una persona a otra y de un contexto familiar a otro, lo que complica el análisis de los síntomas y la toma de decisiones en torno a la atención, por esta razón siempre se tendrá que tener como norte la necesidad de valorar cada caso como particular y único, y tener en cuenta la multiplicidad de síntomas cognitivos, emocionales y motores que ya se señalaron. Referencias American Speech-Language-Hearing Association. (2005). “Roles of SpeechLanguage Pathologists in the Identification, Diagnosis, and Treatment of Individuals with Cognitive-Communication Disorders: Position Statement”. Rockville, MD: Author. Bayles, K y Tomoeda, Ch. (2007). Cognitive-Comunication Disorders of Dementia. Estados Unidos: Plural Publishing, Inc. Gallardo Paúls B. (2005). Afasia y Conversación. Valencia: Tirant lo Blanch. Gaona, C; Suárez, M y Valles, B. (2012). La comunicación en Parkinson y demencia: ¿qué hacer? Gaona, C; Suárez, M y Valles, B. Universidad de Los Andes. Facultad de Humanidades y Educación. Centro de Investigación y Atención Lingüística (CIAL). Harley T, Jessiman L, MacAndrew S y Astell A. (2008). I don´t know what I know: evidence of preserved semantic knowledge but impaired metalinguistic knowledge in adults with probable Alzheimer’s disease. Aphasiology, 22 (3), 321-335. Maestre GE. (2007). Descubriendo los rostros del Alzheimer: una ventana a la identidad perdida. Maracaibo: Colección Textos Universitarios de la Universidad del Zulia. Malagón C, Rodríguez J, Hernández J y Pardo R. (2005). Análisis del desempeño del lenguaje en sujetos con demencia tipo Alzheimer. Revista Facultad de Medicina 2005; 53: 3-9. Moreno, V. (2010). L¨Avaluació Pragmática em Afàsia. Estudios de Lingüística Clínica. Valencia: Università de València. Pietrosemoli L. (2005). Análisis del discurso en poblaciones especiales. En “Análisis del discurso”. Adriana Bolívar Editora. Publicaciones de la Universidad Central de Venezuela. Tinti A y Marogna M (2000). Reabilitare l´afasia: una questione di parole?. www.aphasiaforum.com/Gengll.htm Valles, B. (2013). Aplicaciones de la lingüística clínica al análisis de la conversación de la persona con demencia y sus interlocutores sanos. Revista de Investigación en Logopedia Universidad de Castilla La Mancha. Vol. 3, No 2. Young, T; Manthorp, C y Howells, D. (2010). Comunicación y Demencia. Nuevas Perspectivas, Nuevos Enfoques. España: Editorial UOC.