LA EVALUACIÓN ESCOLAR Y SUS IMPLICACIONES SOCIALES

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LA EVALUACIÓN ESCOLAR Y SUS
IMPLICACIONES SOCIALES
Frida Griselda Ortiz Uribe*
Martha Leyva Castillo**
*
**
Maestra en Innovaciones Educativas por la Universidad La Salle. Profesora-Investigadora en la UPIICSA-IPN.
Maestra en Educación por la FES-ARAGÓN-UNAM. Profesora-Investigadora en la UPIICSA-IPN.
UPIICSA, XIX, VII, 55-56-57
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La evaluación escolar y sus implicaciones sociales
RESUMEN
La evaluación escolar
y sus implicaciones
sociales
UPIICSA, XIX, VII, 55-56-57
Se presenta una reflexión sobre diversos aspectos de la evaluación escolar para poner en relieve su importancia con relación directa a los
efectos que produce en la sociedad, particularmente cuando el acto educativo no reúne los requerimientos de calidad necesarios para el desempeño eficiente de sus egresados. Lejos de ser
vista a la Evaluación Educativa como el tamiz
que separa a los individuos más capaces de los
“ineptos”, para hacer frente a necesidades reales,
hemos de verla aquí como un proceso valorativo que merece toda nuestra atención, por lo que
no debemos cejar en su estudio. En este sentido
se verá cómo la sociedad en general presiona a
la escuela porque espera de ella un “producto
ideal”, capaz de dar respuestas a necesidades
reales a través de los individuos que para ese
fin fueron formados, ya que la educación por su
parte tiene un alto costo, por lo que la escuela tiene que dar sus mejores resultados a la sociedad.
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La evaluación escolar y sus implicaciones sociales
INTRODUCCIÓN
Este artículo centra su desarrollo en un
análisis reflexivo acerca de la evaluación
escolar y sobre los resultados que de la escuela espera la sociedad, no sin antes hacer
mención a las presiones que dicha sociedad
ejerce sobre las instituciones educativas, se
hace referencia a la relación que debe darse entre los objetivos que se encuentran
planteados en un programa de estudio
así mismo de cómo estos deben verse reflejados en los resultados al final del proceso y de cómo el desarrollo de los conocimientos en el mundo actual se vienen
materializando al centrase mayormente en
los avances tecnológicos y en la economía
mundial. En este trabajo se retoma la concepción más generalizada del concepto de
evaluación y la manera en que se dan dos
posturas, una a favor y otra en contra sobre la evaluación como una práctica interpretativa de los resultados de aprendizaje.
Una postura casi generalizada entre la
institución educativa y la sociedad, es que
la acumulación de conocimientos por sí sola
no tendría sentido, los conocimientos deben
tener su aplicación y desarrollado para una
mejor calidad de vida y para ser legados
a las futuras generaciones. Estas razones
justifican el por qué los docentes debemos
centrar nuestra atención con mayor énfasis y de la mejor manera en la evaluación.
El acto educativo y la transmisión de
conocimientos no pueden darse al margen de la sociedad, pues carecería de sentido, de ahí la importancia y necesidad
de poner toda nuestra atención en la educación, y muy particularmente en la evaluación del conocimiento transmitido por
las implicaciones sociales que esta reviste.
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FUNDAMENTO FILOSÓFICO
A partir de un estado de conciencia, el
hombre está vinculado a la sociedad por
una fuerza superior que le impone normas,
tanto morales como cívicas con fines específicos para la sobrevivencia. Todos llevamos
en nosotros una individualidad (yo) y una
colectividad (nosotros), por su parte la sociedad tiene una naturaleza propia y en consecuencia exigencias totalmente diferentes
de aquellas que están implícitas en nuestra
naturaleza, lo que obliga a esa superación
individual y colectiva que prospera y se desarrolla a partir de lo individual, lo educable
y susceptible de formar y de transformar.
La superación individual y colectiva tiende a buscar una educación “ideal” al tipo de
sociedad dentro del sistema correspondiente y del cual depende la escuela controlada
por el Estado, y en ocasiones también por
la Iglesia, porque como dice Paulo Freire
(2005, p.27 ) “La educación no es neutra”, no
es apolítica, por lo tanto no puede ni debe
estar ajena a la continua concientización
en torno a los poderes que sobre la escuela
ejercen otras instituciones, ya que su función tiene un alto impacto político, así como
histórico y social (Marín y Galán, 1986, p.
40). De la falta de toma de conciencia tanto
al educar como al aprender, se estaría dando paso a la domesticación en detrimento
de la libertad, la que se obtiene a partir de
la superación integral de las capacidades y
de la toma de conciencia de la función social y política de los individuos. Por estas
y otras razones la escuela ha de cumplir
una función socializante y socializadora.
La escuela no puede dejar al margen
tampoco el educar para la convivencia
como un bien común con una esencia invaluable que dignifica al hombre y engrandece a las instituciones, a esto le llamamos bienes educativos con fundamento
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moral para lograr la armonía de la vida
en sociedad (Villalpando, 1988, p. 340).
CONCEPTO DE EVALUACIÓN
EDUCATIVA
La evaluación es una tarea implícita en
casi todas las acciones de la vida, solamente que no siempre se tiene plena conciencia de que evaluamos antes de tomar
decisiones. En el campo educativo existen
diversas actividades que constantemente
son evaluadas, tanto en lo administrativo
como en lo académico. Concretamente en
lo académico se han empleado varios términos en torno a la evaluación y de ahí se
han acuñado otros tantos que han dado
origen a diferentes tipos de evaluación
educativa, entre las que podemos contar
están la diagnóstica, parcial, comparativa,
formativa, sistemática, final, etcétera, sin
embargo al parecer la idea es generalizada en cuanto a que es: aplicarle un valor
a los “resultados” del aprendizaje, sobre
esto se ha escrito demasiado y hay quienes
están en contra y quienes están a favor de
la evaluación como una práctica interpretativa de los resultados del aprendizaje.
Curiosamente hay quienes opinan que la
evaluación “es un mal necesario” el cual se
viene practicando desde hace unos cuatro
mil años, cuando a los funcionarios chinos
se les examinaba para poder ocupar un
cargo administrativo (Dubois, 1970, p. 6).
Desde el punto de vista de la psicología, se ha demostrado que la evaluación
afecta de muy diversas maneras la conducta del estudiante que es sometido
a evaluación, de ahí la controversia sobre su efectividad, puesto que modifica la conducta en su efecto cognoscitivo.
Entre tanto en nuestra realidad cotidiana como docentes, es una etapa inUPIICSA, XIX, VII, 55-56-57
soslayable que nos permite “conocer” el
resultado del aprendizaje tipificando al
estudiante como apto o no apto en base
a normas o criterios institucionales (Morán, 1981, p. 25; Ferrandez, 1994, p.505)
EVALUACIÓN EDUCATIVA Y
SUS EFECTOS SOCIALES
Esta es una relación indirecta de los procesos curriculares sujetos a investigación,
ya que no es posible entablar la relación sin
antes revisar los objetivos educacionales,
institucionales (socio-políticos) y todo lo
que estos implican. La evaluación educativa ocurre en función de objetivos, y al estar
supeditada a ellos, nos lleva a analizar rápidamente el contexto social, tomando como
punto de partida las siguientes interrogantes:
• ¿Quién determina los objetivos de
estudio, y con base en qué?
• ¿Qué se ha de enseñar?
• ¿Quién y con qué se va a enseñar?
• ¿Para qué se va a enseñar?
• ¿Dónde se va a aplicar lo aprendido?
Al tratar de dar una respuesta a los cuestionamientos anteriores, se podría esclarecer cuáles son las implicaciones de la evaluación educativa y su relación con la sociedad.
Contestando a la primer pregunta, encontramos que quienes determinan los objetivos de estudio, son por lo general los directivos y docentes de las escuelas, y que con
base en los análisis previos se desarrolla el
Plan de Estudio del cual derivan los Programas por materia, modulo o áreas y de esta
manera se determinan sus bases. El Plan de
Estudios de un determinado nivel académico, está dado en función de los requerimientos del mercado de trabajo y de las pautas
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socio-políticas predeterminadas por el tipo
de sociedad y sus tendencias de desarrollo
en las que va a quedar inserto el egresado.
Luego entonces es el contexto histórico,
social y político el que va a ir determinando las características que van a configurar
el perfil de los egresados que el mercado de trabajo está demandando en base a
sus tendencias. Quienes determinan los
objetivos de estudio, por lo tanto, deben
analizar los siguientes puntos: configuración histórica y social de la estructura
ocupacional del mercado de trabajo en el
país, relacionándolo con la formación del
profesional en cuestión; comportamiento
histórico-social del mercado de trabajo en
que se insertará el profesional; perspectivas
de desarrollo de la profesión; estructura
ocupacional y mercado de trabajo y la relación que guardan con los requerimientos
sociales prioritarios y de las condiciones
que lo afectan (Marín y Galán, 1986, p. 44).
La segunda pregunta que se refiere a lo
que se va a enseñar, son precisamente los
contenidos, los que van a determinar en
un momento determinado, si el egresado
es apto para el trabajo. Los contenidos son
la materia sujeta al proceso enseñanzaaprendizaje, es lo que se enseña y en consecuencia lo que se evalúa, son los logros
conceptuales y de habilidades y destrezas a partir de los cuales se habilita a los
individuos. El objetivo de estudio guarda una estrecha relación con las necesidades reales de la sociedad, y es a la escuela a la que corresponde su enseñanza; de
su adecuada estructuración y enseñanza dependerá el logro de su aprendizaje.
Respecto a la pregunta ¿Quién y con
qué se va a enseñar? de estas dos preguntas que están en estrecha relación, la primera se refiere a nosotros los docentes o
mediadores responsables de la enseñanza, quienes en base a nuestra preparación
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transmitiremos los conocimientos, pero
que a la vez requerimos de recursos didácticos actualizados que nos permitan hacer
más práctico y didáctico el acto de enseñar. A los recursos didácticos, se les ha denominado también tecnología educativa.
Acerca de la penúltima pregunta relativa al objetivo que se persigue al enseñar,
responderemos diciendo que es la sociedad quien en base a su estructura y tendencias, exige que los individuos reúnan
ciertas características que les permitan involucrarse en su evolución social y cultural.
Ya por último tenemos la pregunta relativa al lugar o sector donde se han de
aplicar los conocimientos adquiridos, si
tomamos como referencia inmediata la
respuesta de la pregunta anterior, prácticamente ahí encontraremos la contestación, esto es, en las estructuras productivas, sociales y culturales de la sociedad.
LA EVALUACIÓN EDUCATIVA
ANTE LA REALIDAD SOCIAL
Los procesos de evaluación educativa
en mayor o menor grado e independientemente del sistema al que correspondan,
se proponen conocer la magnitud de incidencia y la modificabilidad en cuanto
a la calidad y cantidad de conocimientos
adquiridos por los alumnos, quienes habrán de manifestarse mediante una nueva conducta frente a su realidad social.
Dentro de la sociedad, la escuela está
destinada a preparar a los individuos que
han de rendir sus frutos en su entorno,
sin embargo es muy frecuente ver cómo
se cuestiona su eficiencia. Sólo con excelencia académica se puede hacer frente de
la mejor manera a sus requerimientos. La
excelencia académica, es un elemento indispensable para lograr la calidad en la
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educación. De esta manera la escuela establece los mecanismos, métodos y sistemas de evaluación que le van a permitir
obtener esa calidad, y precisamente para
llegar a este punto, la evaluación ha de ser
el elemento que permita lograr su meta.
La sociedad en general requiere que se
dé solución a problemas reales y cotidianos
tales como alimentación, partiendo del hecho de que grandes porcentajes de la población, no ingieren los mínimos de proteína y
calorías entre la población infantil, donde
es vital en su problemática dar respuesta
inmediata; vivienda, es otro rubro que cada
día se agrava por el incremento poblacional
y que de no dársele solución traerá aparejado otro tipo de problemas de carácter social;
el empleo, subempleo y desempleo, esto ya
no es un problema privativos de los países
en desarrollo, porque con la actual crisis
económica, los países desarrollados se enfrentan también a esta problemática, hecho
que queda de manifiesto con la actual crisis financiera, cada día la competencia por
lograr ocupar una vacante se incrementa
y casi siempre los más aptos la logran, sin
embargo, los datos estadísticos en materia
de desempleo, subempleo, empleo informal y competitividad, aumentan significativamente día a día las cifras en cada uno de
estos rubros; en materia de salud, se deben
tomar en cuenta la sanidad y la desnutrición que está siendo la base de epidemias y
del retorno de enfermedades que parecían
erradicadas; seguridad ciudadana, que ante
la ola de violencia a nivel nacional y mundial se ha agravado por problemas económicos, políticos y sociales; protección social,
hacia los más desprotegidos; educación;
el analfabetismo que no disminuye debido a la crisis por la que atraviesa el sector
según lo señala la Organización de Comercio. Toda la problemática de referencia está
presente en todas las sociedades, en mayor
o menor grado o en el mejor de los casos
podría estar latente en alguno de los sectoUPIICSA, XIX, VII, 55-56-57
res que la conforman (Fullat, 1966, p. 305).
La realidad social en su conjunto demanda una serie de bienes y servicios, de ahí
que la calidad de la educación, vía la evaluación, deba contribuir a retroalimentar a
los sistemas educativos que tienen ante sí a
esa sociedad demandante, que mediante la
escuela espera obtener respuestas. Las metas o intenciones educativas aunadas a las
demandas de la realidad social, interactúan
cada una con sus elementos y que en una forma esquematiza se presentan en la Figura 1.
Figura 1.
Fuente: Fullat Genís, Octavi (1966), Reflexiones en
torno a la educación, Barcelona, Ed. Nova Terra, p. 305.
Aunque la escuela no da en forma directa
y cabal la solución a toda la problemática
social, es evidente que lo intenta cotidianamente mediante la conjugación de diversos elementos, la escuela como institución pertenece a un sistema, como tal está
inserta en una ideología política y está sujeta a patrones socio-políticos y culturales
sobre los cuales deben girar sus funciones,
los docentes por su parte actúan en torno a
los estudiantes, actúan ante ellos, trabajan
para ellos y ellos se esfuerzan para lograr
sus expectativas. Para que el alumno llegue
a la escuela y pueda estar ante el maestro,
éste debe haber superado ciertas condicionantes que podrían ser de carácter biológi2011
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co, psicológico, económico, social, político,
incluso religioso y en ocasiones hasta racial.
Una vez salvados estos escollos, el alumno por su parte podría estar ya en condiciones de entrar al salón, aprender para la vida,
mientras que el maestro deberá haber superado las etapas que al alumno correspondieron, más aquellas que le permitan instalarse
frente a un grupo con todas las implicaciones didáctico-pedagógicas de su función.
La parte medular de toda realidad social
frente a la escuela y de los individuos que la
involucran es el conocimiento. Del por qué
los individuos deben adquirir conocimientos,
es un cuestionamiento que todas las sociedades se hacen y que está sujeto a sus valores
y a su realidad económica, social y cultural.
PRESIONES DE LA SOCIEDAD
SOBRE LA ESCUELA
Es indudable que la sociedad es la que
determina lo que se ha de enseñar en las escuelas, más aún, este fenómeno ha quedado
de manifiesto recientemente con la globalización de la economía donde lo que se ha
de enseñar está enmarcado en los lineamiento que “sugieren” organismos internacionales a los países de la subestructura,
llámese Banco Mundial, Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), etcétera, lineamientos que no sólo
marcan un perfil de egreso, sino también
un nivel académico a la baja (técnico versus ingeniero). Pues bien mucho es lo que
se ha dicho al respecto, pero sin duda existen aspectos ideológicos que inciden en las
instituciones educativas y las condicionan
también a elaborar planes y programas de
estudio con base en tendencias económicas
e ideológicas (Zarzar, 2009, p. 68), no necesariamente sustentados en las necesidades
reales del aparato productivo de un país en
particular, sino más bien con enfoques ideaUPIICSA, XIX, VII, 55-56-57
listas o políticos de países hegemónicos.
Sería conveniente que se intente hacer
un análisis sobre las diversas características que presenta toda sociedad y de ahí
retomar si la escuela desarrolla el currículo de acuerdo a necesidades reales del
mercado de trabajo, o si se ha dejado llevar por el influjo de tendencias que los
diversos medios de comunicación hacen
que se vayan modificando los programas
de estudio, al punto de egresar educandos
no precisamente del prototipo descrito en
los perfiles de egreso de sus planes de estudio, pero sí de los profesionales que una
moda mediática podría haber impulsado.
Definitivamente la situación económica
es un factor determinante que impone a la
escuela el tipo de egresados que le son necesarios e incluso indispensables para el desarrollo de áreas prioritarias para el bienestar
común. De esta manera se puede ver que con
cierta frecuencia se abren nuevos planteles
para suplir la demanda de algunos tipos
de profesionales o técnicos calificados, sólo
que esto también obedece a tendencias que
se ponen de moda, y es aquí cuando el presupuesto asignado a las escuelas no necesariamente puede estar debidamente asignado, sobre todo si no se han hecho estudios
y proyecciones sobre el campo de trabajo
en que habrán de insertarse los egresados.
Por parte de los educandos, sus padres
o tutores, existe otro tipo de presiones hacia las instituciones educativas, en base al
supuesto de que sólo algunas carreras son
las que les han de redituar un amplio bienestar económico y social a sus dependiente,
actitud que tiene muy serias consecuencias:
para la institución educativa en cuanto a la
saturación de carreras; por cuanto hace a los
educandos que se matriculan en una carrera
desprovistos de vocación y de conocimiento acerca del campo de desarrollo profesional y de las áreas de aplicación, que no ne2011
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cesariamente podrían ir de acuerdo con sus
capacidades físicas y mentales, y desembocar en el fracaso, amén del gasto inútil para
el Estado y la frustración para el egresado.
En los países donde se practica y profesa
una democracia orientada hacia todos los
polos de la libertad y donde existen grandes flujos de comunicación vía el desarrollo tecnológico, las instituciones educativas están más supeditadas a las presiones
sociales: primero por la libertad de expresión; segundo por la libertad para emigrar, inmigrar, elegir carrera, posibilidad
de costearse los estudios, o las facilidades
para obtener becas, mayor conocimiento
del campo de trabajo, etcétera. Ante esta
perspectiva las instituciones educativas sobre todo las de nivel técnico y profesional,
deben estar preparadas para la absorción
de educandos que presenten una gran variedad de características; tercero porque
tratándose de países desarrollados el presupuesto para la institución está “asegurado” y con base en él deberá, preparar a
sus egresados con un buen nivel de calidad.
Hablar de la presión que ejerce una sociedad altamente desarrollada como es el
caso de Japón, en función de las conductas
observadas entre el estudiantado de diversos niveles, es un caso sobre el cual se
debe meditar profundamente, ya que en
nuestro contexto de cultura occidental no
es posible sacrificar el “ser” por el “hacer”,
y menos aún para traducir el producto intelectual totalmente a pesos, diríamos en
este punto que la esencia del hombre es
primero, que sus ideales nunca deben materializarse al extremo. Desde luego que
es muy legítimo tender a la superación, al
perfeccionamiento, siempre y cuando el
hombre disfrute el trabajo, y no que lo tenga que padecer despojándose de toda sensibilidad, así como también es perfectamente
válido el disfrutar del producto del trabajo.
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Conclusiones
El hecho de vivir en sociedad conlleva
una gran responsabilidad, tanto para las
instituciones como para los individuos que
la conforman, es por eso que la Evaluación
Escolar debe seguir siendo un medio valorativo auxiliar de lo educativo, lo cual requiere de continuar realizando estudios sobre
sus métodos, técnicas y procedimientos de
aplicación e interpretación, por las implicaciones que estas revisten, tanto para los
individuos como para la sociedad, ya que
en la medida en que egresen de las escuelas
personas más competentes para el trabajo
se estará en mejores condiciones de dar respuesta a las demandas de esa sociedad que
de diversas maneras contribuye a la realización de las aspiraciones de los educandos.
Cierto es que en cualquier sistema y
en cualquier país, el aparato productivo siempre absorberá de manera prioritaria a los profesionistas más calificados
para el trabajo, es por ello que la tendencia educativa debe continuar en la línea
de búsqueda de la eficiencia, por lo tanto
de manera directa o indirecta deberá tratar de neutralizar las presiones que sobre
la escuela ejercen los distintos actores de
la sociedad y diversos agentes externos.
Cabe señalar que la evaluación en sí misma no es garante de resultados positivos,
para llegar a ellos es menester recordar que
la evaluación es sólo uno de varios elementos del proceso educativo, el cual debe estar
acorde con otros tales como: la formación
del docente y la que se adquiera en un proceso continuo de actualización durante el
tiempo que dure su desempeño, la carrera
y condiciones para su desempeño, el apoyo
administrativo, el diseño curricular en turno,
los materiales de apoyo en cantidad y en calidad y ubicación, la disposición de las instalaciones, el equipo eléctrico y electrónico
disponible, que la inversión económica sea
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La evaluación escolar y sus implicaciones sociales
proporcional al número y necesidades de la
población que se ha de atender en las aulas,
y una acción decidida por parte de todos los
actores involucrados en el referido proceso.
Hace falta llevar a cabo una mayor discusión pública en el contexto educativo sobre
aquello que debe ser evaluado, cómo debe
ser evaluado y qué aspectos del currículo debieron haber sido enseñados a todos
los estudiantes al concluir determinados
niveles educativos, para esto se debe ir en
busca de resultados basados en metas previamente establecidas, con un referente en
estándares de aprendizaje claros. Mientras no exista claridad al respecto, tampoco existirá claridad ni para la enseñanza
ni para la evaluación. Esta tarea requiere
de un amplio debate social y de un trabajo
que sea coordinado entre las academias o
unidades que diseñan el currículo, siempre
considerando el tipo de evaluación y las
condiciones en la que habrá de ser aplicada, no perdamos de vista que si a la evaluación la llevamos hasta el punto de la estandarización podría permitirnos estar más
cerca de lo que está demandando el campo
laboral y de esta manera hacer más viable
la posibilidad de tener egresados exitosos.
Es necesario recapitular sobre los puntos
esenciales que como efectos sociales tiene la evaluación, entre los que tenemos: la
toma de conciencia de los docentes sobre la
evaluación y los efectos que esta produce
en los educandos para llevarla a cabo de la
mejor manera posible; otro de sus efectos
sociales es que al alumno se le llega a estigmatizar, se le etiqueta, pero aún puede llegar a fomentar el individualismo y la competencia entre desiguales, haciendo que la
sociedad se convierta en empleadora sólo
de aquellos que la escuela marcó como los
“mejores”. De manera colateral se producen
efectos psicológicos que van en perjuicio directo hacia el alumno, ya que la evaluación
podría producir traumas al alumno misUPIICSA, XIX, VII, 55-56-57
mas que lo irían rezagando en el proceso de
aprendizaje; se debe considerar también que
con una inadecuada aplicación de la evaluación se puede generar un sentimiento de
culpa en el alumno, al interior de la familia.
La Evaluación Educativa por parte de
los actores formativos debemos seguir considerándola como un valioso recurso que
nos permita seguir diagnosticando, conociendo, corrigiendo y modificando aquellos
aspectos que son inherentes al quehacer
mismo del maestro, dejando en claro que
el hecho de evaluar no debe ser considerado como un medio represivo y mucho
menos que se utilice con la intención de
etiquetar a los alumnos ante la sociedad.
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