ESADEgeo POSITION PAPER 28.1 ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy Primera parte: Tecnología y economía, Causa y consecuencia Marie Vandendriessche Investigadora ESADEgeo Center for Global Economy and Geopolitics NOVIEMBRE DE 2012 ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia Marie Vandendriessche Investigadora ESADEgeo Center for Global Economy and Geopolitics Noviembre de 2012 Introducción Mucho revuelo se ha generado recientemente en torno a lo que se ha denominado “la revolución del gas de esquisto”: el boom de la producción de gas no convencional en los Estados Unidos impulsado, en gran parte, por el progreso tecnológico. Los avances casuales en el sector de la energía se han discutido profusamente en los medios de comunicación, no solo por las perspectivas prometedoras para una nación que algunos habían etiquetado como en decadencia, sino también por su potencial para lograr cambios profundos en el escenario geopolítico. Esta serie de documentos breves pretende ser una guía para ayudar a contextualizar algunas de las categóricas afirmaciones realizadas en los medios de comunicación sobre la actual revolución del gas de esquisto y en la que se ofrecen diversos factores a tener en cuenta para pintar un panorama más multidimensional de las prospecciones. De este modo, se abordarán tanto los efectos positivos como los negativos de la revolución energética. La Primera Parte de la serie facilita información contextual decisiva y ofrece percepciones sobre la gama de fuentes de energía en la revolución, la tecnología que hay detrás de su extracción y los factores económicos que han impulsado el boom energético y que podrían presentar riesgos por sí mismos. La Segunda Parte presenta la vertiente geopolítica de la historia, con una mirada detallada a varios países y regiones (Estados Unidos, China, Rusia y Europa) que ayuda a identificar consecuencias potenciales de la revolución energética. La Tercera Parte, que completa la serie, examina los efectos medioambientales del boom energético a escala local y global. Este trabajo es la Primera Parte de esta serie de documentos y abarca elementos de contexto esenciales para la presente revolución de la energía –que no está impulsada únicamente por el gas de esquisto–. El documento ofrece primero una perspectiva de las diversas fuentes no convencionales usadas hoy para producir energía y de las reservas ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 2 recuperables en diferentes países y regiones. A continuación, se vuelve la atención hacia la tecnología que hay detrás de su extracción y se ofrecen indicios sobre las oportunidades y los riesgos de la revolución energética. La siguiente sección se basa en estos antecedentes técnicos y en ella se formula la pregunta de qué elementos tecnológicos, económicos y regulatorios han estimulado el boom de la energía en los Estados Unidos. La Primera Parte concluye con los beneficios económicos y los riesgos del auge en la producción norteamericana y proporciona pistas para las perspectivas geopolíticas presentadas en la Segunda Parte. ¿Cuáles son los tipos de energía que hay detrás del boom y dónde están? Los espectaculares cambios que están teniendo lugar en el panorama energético han sido designados con el título impresionante de “la revolución del gas de esquisto”. Sin embargo, este puede ser un nombre poco apropiado. Si bien el marcado aumento de la producción energética en América del Norte se debe en gran parte a un crecimiento explosivo en la producción de gas de esquisto, se están explotando también cada vez más otras fuentes de hidrocarburos no convencionales: desde el petróleo de aguas profundas en el Golfo de México al tight oil (petróleo de formaciones compactas) atrapado en las mismas formaciones rocosas que el gas de esquisto, y del metano en capas de carbón (CBM) al bitumen extraído de las arenas bituminosas (sobre todo canadienses). De hecho, la revolución reside principalmente en el aumento proporcional de la producción de fuentes de hidrocarburos no convencionales 1 en lugar de petróleo y gas convencionales, más que en el incremento de una única fuente de energía (gas de esquisto). En la lista siguiente, se relacionan varias de las fuentes convencionales y no convencionales más importantes que están alimentando el boom energético: Fuentes convencionales y no convencionales que contribuyen a la revolución energética actual Gas natural atrapado en los poros de capas rocosas de pizarra, generalmente extendido a lo largo de una gran área. La creciente aplicación de tecnologías Gas de esquisto mejoradas de perforación horizontal y fracturación hidráulica ha permitido recientemente un boom de la extracción. Gas en arenas compactas (tight gas) Gas natural atrapado en formaciones rocosas duras no porosas y relativamente impermeables, formaciones areniscas o calizas. Extraído mediante las mismas tecnologías que el gas de esquisto (perforación horizontal y fracturación hidráulica). 1 Obsérvese que gas “no convencional” es un término ambiguo, pues la “convencionalidad” de un recurso es un concepto variable. La Agencia Internacional de Energía (AIE) define los “gases no convencionales” como “parte de una base de recursos de gas que tradicionalmente se han considerado difícil o costosos de producir”. ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 3 Metano en capas de carbón Metano en un estado casi líquido, atrapado en las matrices interiores de las vetas de carbón. Con frecuencia mantenido en su lugar por la presión del agua en las vetas; extraído mediante drenaje de forma que el gas pueda ascender a la superficie para su captación. Algunas veces se acelera la extracción mediante perforación horizontal y fracturación hidráulica. También llamado: CBM, metano en capas de carbón, gas dulce, gas de veta de carbón (en Australia) Petróleo en arenas compactas (tight oil) Crudo ligero atrapado en las mismas pizarras que el gas de esquisto y extraído a través de las mismas tecnologías (perforación horizontal y fracturación hidráulica). También llamado: light tight oil. Arenas petrolíferas (oil sands) Arena suelta o material rocoso saturado con bitumen (alquitrán), un tipo de petróleo muy viscoso y pesado. Extraído mediante técnicas de minería de superficie / a cielo abierto o técnicas in situ: inyectando vapor en el subsuelo para separar el bitumen de las arenas. También llamado: arenas de alquitrán, arenas bituminosas Yacimientos en aguas profundas Petróleo y gas en depósitos situados en aguas profundas (algunas veces llenos de hielo). Anteriormente no se explotaban por las dificultades existentes en su extracción, como la configuración geológica, los costes de explotación y los riesgos para el medio ambiente. Es importante destacar que las cantidades, situación y distribución de las reservas mundiales no convencionales se hallan todavía en exploración 2. Sin embargo, en su informe especial sobre gas no convencional publicado este mismo año, la Agencia Internacional de Energía (AIE) calculaba que los recursos técnicamente recuperables de gas no convencional a escala mundial se aproximan en volumen a los recursos convencionales que aún restan, que se sitúan en 420 billones de metros cúbicos (bmc). La distribución del lado no convencional de esta ecuación se estimó como sigue: Tipo de gas no convencional Gas de esquisto Metano en capas de carbón Tight gas Reservas técnicamente recuperables estimadas, en billones de metros cúbicos (bmc) 208 47 76 Según el mismo informe, a finales de 2011: La mitad de los recursos recuperables de gas natural de EE.UU. eran no convencionales, representando los recursos totales de gas en torno a 110 años de producción a las tasas de 2011. Los depósitos están distribuidos por todo el país, aunque los recursos de metano en capas de carbón se encuentran principalmente a lo largo de las Montañas Rocosas. Algunas de las principales reservas de pizarra son Marcellus Shale en el noreste (Nueva York, Pensilvania, Virginia y Ohio), la formación Haynesville en el sur (Luisiana, Arkansas y Texas), y la Bakken Shale, que cruza la frontera canadiense. La distribución entre las diversas fuentes no convencionales es: 2 Téngase en cuenta también que los cálculos de los recursos recuperables varían ampliamente. Para una descripción detallada de estas diferentes estimaciones y las razones de tales diferencias, véase el informe Unconventional Gas: Potential Energy Market Impacts in the European Union (2012), del Centro Común de Investigación de la Unión Europea (JRC, por sus siglas en inglés). ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 4 Tipo de gas no convencional Gas de esquisto Metano en capas de carbón Tight gas Reservas técnicamente recuperables estimadas, en billones de metros cúbicos (bmc) 24 3 10 Los recursos de gas no convencional de China se encontraban aún bastante inexplorados, si bien son “indudablemente grandes”. Los recursos de gas no convencional que restan (casi 50 bmc) multiplican por 13 los recursos que quedan de gas convencional. Geográficamente, los recursos no convencionales se concentran sobre todo en el extremo noroeste (cuenca de Zungaria) y en el centro (cuencas de Ordos y Sichuan), con cierta presencia en el noreste. La distribución es la siguiente: Tipo de gas no convencional Reservas técnicamente recuperables estimadas, en billones de metros cúbicos (bmc) Gas de esquisto 36 Metano en capas de carbón Tight gas 9 3 3 En Europa, se estima que son Polonia y Francia las naciones con mayores reservas de gas de esquisto, seguidas de Noruega, Ucrania, Suecia, Dinamarca y el Reino Unido. También están presentes recursos de metano en capas de carbón, principalmente en Ucrania, el Reino Unido, Alemania, Polonia y Turquía. Para los países europeos de la OCDE, a finales de 2011, la AIE cifraba del siguiente modo la distribución de las reservas de gas no convencional: Tipo de gas no convencional Gas de esquisto Metano en capas de carbón Tight gas Reservas técnicamente recuperables estimadas, en billones de metros cúbicos (bmc) 16 2 3 ¿Cómo se extraen los hidrocarburos no convencionales? Como se ha mencionado anteriormente, los avances tecnológicos son uno de los principales factores que explican esta tan reciente revolución energética. El gas de esquisto no es un recurso descubierto últimamente: su existencia ha sido conocida durante décadas, pero su extracción no ha sido viable desde el punto de vista económico ni tampoco desde el técnico hasta muy recientemente. Como este gas “no convencional” está atrapado en poros densos diseminados a través de la capa rocosa de pizarra, los pozos perforados en vertical usados para extraer hidrocarburos convencionales sólo podían liberar un porcentaje muy limitado de los gases subterráneos. Sin embargo, la combinación de las tecnologías de perforación horizontal y fracturación hidráulica (fracking) —que no son nuevas, pero que han mejorado enormemente— ha cambiado de forma radical los 3 However, note that official Chinese figures published in March indicated recoverable shale gas reserves to be at 25 tcm. ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 5 volúmenes y las perspectivas de extracción. En consecuencia, estas tecnologías han despegado de verdad: mientras, en el año 2000, tan solo el 10% de los pozos estadounidenses eran horizontales, en la actualidad esa proporción se sitúa en el 80%. Los pozos de gas de esquisto actuales se ponen en marcha perforando en vertical hacia abajo hasta la capa de pizarra 4. A continuación, la perforación pasa a una fase horizontal, con las secciones horizontales que se extienden hasta varios kilómetros cada una. La fracturación hidráulica, la segunda tecnología revolucionaria, se aplica una vez la fase de perforación ha concluido. Se bombea en el interior del pozo a alta presión un líquido denominado fluido de fracturación 5 para “romper” la roca, abriendo fisuras o fracturas que irradian desde el pozo perforado a decenas o centenares de metros: estos canales permiten que se Las tecnologías usadas en la extracción del gas de esquisto* escape el gas atrapado en el interior de la roca. Tras la fracturación inicial (que se puede aplicar en una sola etapa o en múltiples etapas), el pozo empieza a producir una mezcla de agua de reflujo y gas. Al principio, el porcentaje de hidrocarburos en esta producción es bajo, pero se incrementa con rapidez cuando el volumen del agua de reflujo desciende. Durante esta fase, a menudo se ventila en la atmósfera una gran cantidad de gas (metano en su mayor parte); como alternativa, este gas se inflama (es decir, el contenido de hidrocarburos del gas se quema de forma controlada). El venteo y la quema figuran entre las principales causas de los altos niveles de gases de efecto invernadero emitidos durante la producción de hidrocarburos no convencionales. Una vez concluido el período de reflujo (que puede durar varios días o semanas), el contenido de hidrocarburos de la producción aumenta bruscamente y la captación y producción alcanzan su máximo. Sin embargo, la brusca emergencia de esta producción valiosa y altamente concentrada suele durar solo un año o dos, tras los cuales tiene lugar una fuerte caída y una producción muy limitada durante el resto de la vida del pozo 6. A pesar de los avances tecnológicos y las economías de escala, la producción de gas de esquisto sigue siendo cara en comparación con la de gas convencional. Un pozo 7 típico 4 Cada explanada de perforación puede albergar uno o varios pozos, lo que incrementa el rendimiento potencial. El líquido de fracturación existe en diversas composiciones, pero suele estar formado por una elevada proporción de agua combinada con una compleja mezcla de productos químicos, así como por partículas (arena, granos de cerámica u otros) que quedan alojados en las fisuras para impedir que estas se desmoronen tras la inyección inicial. Otros tipos de líquidos de fracturación son los fluidos espumosos y fluidos basados en hidrocarburos. 6 Basándose en la experiencia en la operación Barnett Shale, Paul Stevens escribió en un Informe realizado en 2010 para Chatham House que los pozos de esquisto solo podrían tener una vida de entre 8 y 12 años, frente a los 30–40 años de existencia productiva de un pozo de gas convencional. 7 El pozo de esquisto típico en el presente documento es el que toma como referencia la AIE en su Informe Golden Rules. * Diseño gráfico: © Katrien Vandendriessche 5 ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 6 de gas de esquisto cuesta en torno a los 8 millones de dólares, mientras que un pozo vertical de gas convencional en la misma zona geográfica costaría tan sólo 3 millones de dólares. La diferencia de precio reside principalmente en el coste de finalización del pozo (la etapa o etapas de fracturación hidráulica), que representa aproximadamente el 60% del coste total en un pozo de esquisto horizontal con una larga sección lateral, frente al 15% en un pozo de gas convencional. Obsérvese también que los costes de producción del gas de esquisto varían sobremanera en función de factores geológicos como la profundidad de las reservas y la presión. Estos factores son altamente favorables en el caso de los EE.UU; en contraste, continentes como Europa no son tan afortunados desde el punto de vista geológico. En la actualidad, los EE.UU. gozan de una fuerte ventaja de costes debido a la combinación de, entre otras cosas, características geológicas, economías de escala y concentración de know-how técnico. ¿Qué factores contribuyeron al boom americano? Según la Energy Information Administration norteamericana (EIA), la producción de gas de esquisto prácticamente no existía en el año 2000 – en 2012, la producción superó a los 225 mil millones de metros cúbicos. Este boom repentino, bautizado como “la revolución del gas de esquisto”, fue causado por un cúmulo de factores geológicos, tecnológicos, económicos y regulatorios que se examinan más adelante. La fuerte ventaja de costes norteamericana descrita en el apartado anterior es uno de los elementos que subyacen tras la “revolución”, pero esta no surgió en el vacío. Por ejemplo, los avances tecnológicos que hicieron económicamente viable la producción de gas de esquisto (y del gas y el petróleo en arenas compactas) obedecieron tanto a factores determinantes de mercado como geopolíticos, como los elevados precios del petróleo a escala mundial y el intento de acabar con la dependencia de fuentes exteriores. Otro factor, que ha sido sin duda fundamental, es la bendición que supone la configuración geológica natural del territorio de los Estados Unidos, como también el tamaño de sus reservas recuperables y la profundidad y presión de sus pozos. La maximización de estos beneficios naturales ha sido posible, en parte, por características como la baja densidad de población en determinadas formaciones de pizarra (como la Bakken Shale de Dakota del Norte) y la densa y desarrollada infraestructura preexistente de la red de gasoductos estadounidense. También están en juego factores económicos y regulatorios: la inversión de capital privado de alto riesgo, por ejemplo, podría decirse que ha sido instrumental en la nueva ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 7 exploración y desarrollo de las reservas de gas de esquisto. Esta inversión de capital de alto riesgo se ve facilitada por las normativas federal y estatal de derechos sobre la tierra vigentes en los Estados Unidos: porque los propietarios privados de las tierras poseen los derechos sobre el petróleo y el gas existente bajo ellas, pueden arrendarlas de forma privada (y lucrativa) a empresas de perforación. Es importante destacar que este cúmulo de factores ha servido para producir más beneficios que la revolución del gas de esquisto por sí sola. Si bien la cobertura reciente de los medios de comunicación se ha centrado principalmente en el gas de esquisto, el boom energético en todo el continente de América del Norte es en realidad polifacético, con importantes aportaciones del bitumen de las arenas de alquitrán (sobre todo en Canadá) y del petróleo en arenas compactas (tight oil) y el extraído en aguas profundas. En un contexto de caída de los precios del gas natural (descrito en la siguiente sección), la atención se ha ido desplazando de la mera producción de gas de esquisto. Esto ha llevado, por ejemplo, a un aumento del interés por los yacimientos pizarrosos con un mayor porcentaje de hidrocarburos (que mantienen un valor de mercado más elevado). La necesaria diversificación de las fuentes se ha acelerado mediante la aplicación de la doble tecnología de la perforación horizontal y la fracturación hidráulica —inicialmente usadas principalmente para la extracción de gas de esquisto— a la extracción de gas y petróleo en arenas compactas, que se ha convertido también en mucho más viable. De hecho, el caso de referencia usado por la EIA en su Annual Energy Outlook (AEO) 2012 constata fuertes incrementos tanto en la producción de gas natural 8 como en la producción nacional de petróleo y otros líquidos 9, incluyendo los biocombustibles. ¿Cuáles son las oportunidades y los riesgos económicos? Un aumento tan repentino de la energía relativamente barata (tras más de una década de incrementos, los precios reales del gas natural vienen cayendo fuertemente desde 2009 y ahora se acercan a los niveles de 1980) podría tener profundos efectos sobre las perspectivas de fabricación en los Estados Unidos. La competitividad de las exportaciones empieza a mejorar de un modo considerable; incluso está en circulación el término “reindustrialización”. Un análisis de Citigroup publicado en marzo afirmaba que el boom de la energía podría crear de 2,7 a 3,6 millones de puestos de trabajos netos y sumar entre un 2 y un 3% al PIB real para el año 2020. La actividad en el sector petroquímico e industrias relacionadas podría aumentar por la entrada de grandes volúmenes de Inversión 8 Crecimiento estimado del 1% anual, que permitirá a los Estados Unidos convertirse en exportador neto de gas en 2022. El gas de esquisto representará casi la mitad de esta producción en 2035, frente al 23% en 2010. 9 Está previsto un aumento de 3,1 millones de barriles diarios desde 2010 a 2035. ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 8 Directa Extranjera (IDE), pues muchos inversores pueden argumentar que las prospecciones son más seguras en Norteamérica que en el volátil Oriente Medio. Sin embargo, la euforia puede hacer pasar por alto algunos problemas potenciales a tener en cuenta. En primer lugar, en lo referente a la producción, es evidente que los costes de extracción del gas de esquisto no pueden seguir cayendo indefinidamente. Con una caída vertiginosa de los precios del gas natural en paralelo a una ralentización de la disminución de los costes de producción, el margen de beneficio del gas de esquisto —cuya producción sigue siendo mucho más costosa que la de fuentes convencionales—está disminuyendo. Esto puede afectar a la viabilidad comercial de esta fuente de energía. Los cambios en la regulación (medioambiental), que se halla aún bajo revisión o incluso en proceso de elaboración, pueden causar nuevos incrementos de costes. En segundo lugar, el gas de esquisto presenta varias dificultades relacionadas con el consumo y su exportación. Por una parte, el gas natural no es totalmente fungible: las aplicaciones en el sector del transporte, por ejemplo, son escasas en la actualidad. Además, como el gas no se puede transportar de una forma fácil, segura y económica en su estado gaseoso, las posibilidades de exportación dependen en gran medida de la capacidad de licuefacción. Otro peligro señalado por algunos analistas es la posibilidad de que esté creciendo una burbuja del esquisto. En los últimos años, se ha producido un cierto “acaparamiento de tierras” en zonas energéticamente valiosas del territorio norteamericano: por ejemplo, en la formación rocosa de pizarra de Eagle Ford (Texas), el coste de los derechos de perforación pasó de ser inferior a los 4.000 dólares por acre a principios de 2010 a los más de 20.000 dólares por acre en noviembre de ese mismo año 10. La inversión en derechos de perforación y concesiones de explotación del gas, tanto por operadores nacionales como internacionales, ha sido enorme. Sin embargo, la rentabilidad de muchos de los emplazamientos de perforación adquiridos es altamente incierta y, algunas veces, se halla infraestudiada. Las idiosincrasias geológicas, las tasas variables de recuperación de los pozos y la caída de los precios del gas nacional, entre otros factores, confieren un alto nivel de riesgo a estas inversiones. Así pues, puede que no siempre estén justificados 11 precios tan elevados para los derechos de perforación. 10 Según un análisis de datos de transacciones realizado por IHS, un grupo de investigación, citado en The Financial Times. 11 Además, analistas legales han advertido de los importantes peligros de concesiones gasísticas en terrenos hipotecados: no solo los propietarios de viviendas normalmente no son conscientes de su responsabilidad en caso de daño medioambiental causado por la extracción de recursos en sus tierras, a menudo infraasegurada y arriesgada, sino que también existe un grave riesgo para el mercado hipotecario secundario e incluso para la recuperación económica estadounidense. En la edición de noviembre/diciembre 2012 de la New York State Bar Association Journal, Elisabeth N. Radow describe en detalle cómo los daños reales o potenciales causados por una perforación podrían llevar a impagos de hipotecas (incluso el mero acto de la firma, por el propietario de una vivienda, de una concesión de gas para una propiedad hipotecada –que suele suceder sin el consentimiento previo de la entidad hipotecaria– puede proporcionar motivo suficiente para la terminación de la concesión y, por ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 9 Conclusión La Primera Parte de este documento ha esbozado un panorama tecnológico y económico de la actual revolución energética. Cada uno de los factores presentados alberga pistas en lo referente a los riesgos y al potencial de esta tendencia actual. Uno de los elementos principales a tener en cuenta es que, a pesar de la etiqueta usada con frecuencia de “revolución del gas de esquisto”, el boom actual de la producción de energía en los Estados Unidos no se debe únicamente al gas de esquisto. Las tecnologías que respaldan la exploración del gas de esquisto han abierto caminos para otros hidrocarburos no convencionales como el petróleo y el gas en arenas compactas (tight oil y tight gas) que, de hecho, podrían acabar siendo más rentables que el propio gas de esquisto. La perforación en aguas profundas en busca de petróleo crudo y la extracción de alquitrán de las arenas petrolíferas de Canadá contribuyen aún más al boom energético. Las reservas mundiales de hidrocarburos no convencionales están aún siendo objeto de exploración. No obstante, la AIE calcula que la magnitud de los recursos técnicamente recuperables de gas no convencional a escala mundial se acerca al tamaño de los recursos convencionales que aún restan, lo que representa una verdadera transformación de las perspectivas energéticas del planeta. Las reservas del continente americano se han explorado de una forma más completa y los resultados han revelado volúmenes elevados de gas de esquisto y tight gas, mientras que las reservas en otros países son menos conocidas. Sin embargo, incluso en el caso de que todos los recursos fuesen explorados, las perspectivas de su extracción no lo serían. La revolución en la producción de energía se concentra actualmente en los Estados Unidos porque existe allí un cúmulo único de factores impulsores y ventajas que garantiza que la revolución energética no será fácilmente replicable, al menos a corto plazo, en otros países y continentes. Las profundas mejoras realizadas en las tecnologías de perforación horizontal y fracturación hidráulica han sido decisivas para el éxito norteamericano, pero las ventajosas condiciones geológicas, la regulación de estas actividades, los incentivos económicos y la inversión de alto riesgo también han desempeñado un papel muy importante. Todas estas condiciones se han unido para proporcionar inmensos beneficios económicos a los Estados Unidos, lo que incluye las perspectivas de “reindustrialización” ende, el impago potencial). Como las empresas perforadoras también están infraaseguradas, los costes de dichos impagos podrían ascender al mercado hipotecario secundario norteamericano, que alcanza un volumen de 6,7 billones de dólares, lo que podría acabar repercutiendo en los contribuyentes. Esto plantea también un serio riesgo para la recuperación económica norteamericana, porque su medición se basa, en parte, en indicadores como el inicio de nuevas construcciones y los préstamos hipotecarios de nueva suscripción, que podrían verse gravemente afectados por el fenómeno antes descrito. ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 10 impulsadas por los precios baratos de la energía, una entrada potencial de inversión directa extranjera y una floreciente industria petroquímica. El júbilo desatado por estas perspectivas, sin embargo, debería ser moderado a la vista de una serie de riesgos que se avecinan, como los márgenes de beneficio cada vez más reducidos y, por lo tanto, la disminución de la viabilidad comercial del gas de esquisto. También es importante recordar que el gas natural no es todavía un sustituto para un sector del transporte dependiente del petróleo y sediento de energía. Además, las tan pregonadas oportunidades de exportación de gas no convencional no están ni mucho menos garantizadas, pues quedan pendientes la aprobación gubernamental de las exportaciones y las mejoras en la capacidad de licuefacción y las condiciones necesarias para la exportación. Por último, la inversión de alto riesgo que ayudó a alimentar el boom también puede estar creando una burbuja inmobiliaria potencialmente peligrosa. En la Segunda Parte de esta serie de documentos, las oportunidades y riesgos económicos antes descritos formarán la base para una mirada a las posibles implicaciones geopolíticas de la revolución en la producción de energía. Se examinarán, uno por uno, los casos de Estados Unidos, China, Rusia y Europa. Por último, la serie concluirá con un examen del impacto ambiental del gas natural, tanto a nivel local como global, para completar esta visión panorámica y multifacética de la revolución energética actual. ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 11 Para más información sobre los Position Papers de ESADEgeo, puede contactar con: Marie Vandendriessche Center for Global Economy and Geopolitics (ESADEgeo) Av. Pedralbes, 60-62, 08034 Barcelona, España +34 934 952 146 marie.vandendriessche@esade.edu www.esadegeo.com ¿Punto y aparte? Las múltiples facetas de la revolución energética de hoy? http://twitter.com/ESADEgeo Primera parte: Tecnología y economía, causa y consecuencia 12