EL BURLADOR DE SEVILLA

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EL BURLADOR DE SEVILLA
Tirso de Molina
ARGUMENTO
Esta obra de teatro se centra en las hazañas amorosas de un caballero, don Juan Tenorio, que
valiéndose de su ingenio y su buena presencia, engaña a cuanta doncella y dama bella se le pone
al alcance y también a sus padres o pretendientes. Se narra aquí como debe huir de Nápoles por
una de sus afrentas y como en su viaje a Sevilla realiza otros engaños. En uno de ellos da
muerte al padre de la engañada y luego el padre vuelve de la tumba para vengarse y llevarse
consigo a don Juan.
RESUMEN POR CAPITULOS
PRIMERA JORNADA
Salen don Juan Tenorio y la duquesa Isabela. Ella cree que se halla en compañía del duque
Octavio, pero al darse cuenta de que se trata de la voz de otro hombre da la voz de alarma y
grita "¡Ay, del rey! ¡Soldados, gente!" Es un inicio violento donde se nos presenta al personaje
de don Juan totalmente caracterizado ya en la primera escena, en el papel de conquistador que
engaña a las damas para conseguir sus favores sexuales.
Sale el rey de Nápoles con una vela en un candelero, ordena que prendan al extraño e Isabela
cree perdido su honor. Salen don Pedro Tenorio, embajador de España, y un Guarda. Don Pedro
preguntando qué pasa allí, a lo que el rey le contesta que vea quienes son esos dos que allí se
encuentran. Don Juan y don Pedro platican y acaban retándose. Al final don Pedro le pregunta
quién es y él le contesta que su sobrino. A lo que el tío le pregunta qué ha hecho y don Juan le
contesta que engañó y gozó a la duquesa Isabela, fingiendo ser el duque Octavio.
Don Pedro no sabe qué hacer, se lamenta porque don Juan hizo lo mismo en España con otra
noble mujer y por ese motivo su padre lo mandó desde Castilla a Nápoles y ahora aquí vuelve a
repetir la misma hazaña y "en tan principal mujer". Don Juan le ofrece su vida y el tío lo anima
a escapar si se atreve a bajar por el balcón, que se vaya a Sicilia o Milán. Don Pedro le promete
escribirle y avisarle de lo sucedido en el caso. Sale don Juan.
Entra el rey y le pregunta si mataron a ese hombre. Don Pedro le contesta que escapó por el
balcón antes que los soldados lo atraparan y que Isabela dice que es el duque Octavio, que "con
engaño y cautela la gozó". El rey se sorprende y don Pedro dice que eso es lo que ella misma
confiesa. El rey manda a un criado para que traiga a la mujer y le pregunta si era el duque
Octavio, como no contesta manda que la encierren en la torre y que prendan al duque para "que
le cumpla la palabra o la promesa". Don Pedro se lleva a la duquesa y ella exclama que su
afrenta no será tanta si el duque la enmienda. Salen.
*
Aparecen el Duque Octavio y su criado, Ripio. Éste le pregunta qué hace levantado tan pronto y
el duque le contesta que el amor por Isabela lo desasosiega y no le deja dormir. Ripio dice que
su amor "es amor impertinente", pues por qué sufre si Isabela le corresponde en su amor. Si no
fuera así entendería que la persiguiera hasta que se rindiera, pero de ese modo, ¿qué dificultad
hay en que luego se casen? Ripio le propone que le de amor, a ver si ella lo sabe tomar.
Sale un criado anunciando la llegada del embajador de España, que quiere hablarle, si no
entiende mal, de algún asunto de prisión. Llega don Pedro con sus guardas y le dice a Octavio
que el rey le manda a prenderlo. Octavio sorprendido le pregunta las razones y el embajador le
cuenta la historia de la duquesa y que ella dice que fue él quien la gozó. Octavio no puede creer
esta traición de Isabela, "que Isabela me ha engañado, / y que mi amor ha burlado". Don Pedro
le pregunta qué va a hacer y él le contesta que debe escapar y embarcarse a España. Don Pedro
le dice que huya por la puerta del jardín. Salen.
*
Aparece Tisbea, pescadora. Declama como el pescador Anfriso, al que todas desean, la pretende
y ella lo rechaza, "le mato con desdenes". Ve como dos hombres se arrojan al mar desde una
barca y uno de ellos pide socorro pues se ahogan. Pide auxilio a los pescadores, mas los dos ya
llegan a tierra. Se encuentran en las costas de Tarragona.
Saca en brazos Catalinón, Lacayo, a don Juan mojado. Catalinón se lamenta y se pregunta si
estará muerto y qué deben hacer. Tisbea le pregunta qué sucede y él le dice que por librarlo a él,
su amo murió. Pero Tisbea le contesta que aún respira. Catalinón quiere agradecérselo y Tisbea
le pide que llame a los pescadores que están en una choza cercana. Ella le pregunta quién es este
caballero y su nombre, él le contesta que es hijo del camarero mayor del rey y se llama don Juan
Tenorio.
Tisbea le dice a Catalinón que llame a su gente y queda sola con don Juan, se siente atraída por
él pues piensa que es "mancebo excelente, gallardo, noble y galán". Don Juan vuelve en sí y se
encuentra en brazos de Tisbea y la halaga diciéndole que saliendo del infierno del mar se
encuentra en el cielo de sus brazos. Ella le contesta que para venir sin aliento habla mucho, y
para venir del mar frío, mucho fuego promete.
Salen Catalinón, Coridín y Anfriso, pescadores. Le preguntan a Tisbea qué ha sucedido y qué
quiere que hagan. Ella les cuenta lo sucedido y les pide que lleven a los accidentados a su choza
donde se repondrán y su padre los recibirá contento. Don Juan le dice aparte a Catalinón que no
le diga quién es él y que este noche se propone gozar de la hermosa pescadora. Coridón dice
que parece que los pescadores quieren cantar y bailar dentro de una hora y salen todos mientras
don Juan sigue haciéndose el malherido.
*
Aparecen don Gonzalo de Ulloa y el rey don Alfonso de Castilla. El rey le pregunta al
comendador mayor como le ha ido en la embajada. Él le habla de Lisboa, del encuentro con su
primo el rey Juan y sus preparativos de treinta naves de armada y de unos acuerdos que ha
firmado. El rey le pide que le hable de Lisboa y don Gonzalo se explaya describiendo todas las
maravillas del lugar.
El rey le pregunta si tiene hijos y él le contesta que una hija hermosa y bella. El rey le dice que
él se la quiere casar de su mano. Don Gonzalo le pregunta que quién es el esposo y el rey dice
que don Juan Tenorio, que aunque no está ahora en esas tierras, es de Sevilla. Don Gonzalo le
dice que va a llevar las buenas nuevas a doña Ana y el rey le dice que parte y vuelva con la
respuesta. Salen
*
Entran Catalinón y don Juan, que le ordena que prepare dos yeguas, pues de ellas depende que
su engaño tenga éxito y pueda gozar de Tisbea. Catalinón reprende a don Juan por su actitud y
éste se burla. Sale Catalinón y llega Tisbea.
Don Juan prometiéndole que se casará con ella, la convence y Tisbea lo lleva a su cabaña para
apagar su fuego. Salen y entran Coridón, Anfriso, Belisa y músicos. Quieren avisar a Tisbea
antes de que empiece el baile, pero dicen que estará ocupado "con los huéspedes dichosos, / de
quien hay mil envidiosos."
Sale de pronto Tisbea gritando y lamentándose del engaño de don Juan, que profanó su
honestidad y su cama y luego huyó con sus yeguas. Ella que siempre se burlaba de los hombres,
acaba por fin burlada. Coridón insta a Anfriso para que siga " al vil caballero" y temen que en
su desesperación Tisbea se arroje al mar. Ella sigue lamentándose.
JORNADA SEGUNDA
Salen el rey don Alfonso y don Diego Tenorio. Éste informa al rey del asunto de su hijo con la
duquesa Isabela. El rey le pregunta que donde se encuentra ahora y él le contesta que anoche
llegó a Sevilla con un criado.
El rey le informa de su intención de casar "a ese rapaz con Isabela, volviendo a su sosiego al
duque Octavio, que inocente padece", y luego pretende desterrar a don Juan. Su padre pregunta
que a donde y él le dice que en el destierro de Sevilla debe salir esa misma noche a Lebrija.
Pero le pregunta qué debe decirle a Gonzalo de Ulloa, pues lo casó con su hija y ahora no sabe
como remediarlo. El rey pretende hacer algo para absolverlo de su enojo, nombrarle
mayordomo mayor.
Sale un criado anunciando la llegada del duque Octavio. El rey dice que seguro supo del
desatino de don Juan y viene a vengarse, a pedir que se le otorgue desafío. Don Diego aboga
por su hijo y le pide al rey que evite el desafío. Sin embargo parece ser que Octavio no sabe
nada de don Juan. El rey se da cuenta y le dice a Octavio que sabe que es inocente, que le
hablará al rey de Nápoles y que además lo casará en Sevilla con la hija del Comendador Mayor
de Calatrava, Gonzalo de Ulloa. Ordena a don Diego que hospede al duque.
Se van el rey y don Diego y sale Ripio. Octavio le cuenta su buena suerte, pues no solo van a
enmendar su afrenta con el rey de Nápoles, sino que además lo piensan casar con una mujer de
Sevilla, que tienen fama de guapas.
Salen Catalinón y don Juan. Ven al duque y don Juan le dice que disimulen. Don Juan le dice al
duque que como salió tan deprisa de Nápoles no tuvo tiempo de despedirse de él y éste le
contesta que hoy se juntarán los dos en Sevilla. Hablan y comparan a Sevilla y a Nápoles.
Llega el marqués de la Mota. Don Juan dice que fuerza es ser descortés. Octavio le ofrece su
brazo y su espada y Catalinón les dice que los espera en la taberna. Salen Octavio y Ripio. Entra
el marqués y don Juan le pregunta por las mujeres de Sevilla, Inés, Constanza, Teodora, Julia.
Mota le habla también de una mujer, un amor imposible, de la que anda prendado, su prima,
doña Ana. Le dice que es la más hermosa. Juan le dice que entonces se case con ella y Mota le
contesta que el rey ya la tiene casada y no se sabe con quién. Sin embargo dice que lo favorece
y le escribe. Don Juan lo anima a que la solicite, le escriba y la engañe si hace falta. Mota dice
que va a oír "la postre resolución", parece ser del casamiento.
Don Juan le pide a Catalinón que siga al marqués, queda solo y desde la reja una mujer lo llama
y le entrega una carta para Mota de una señora. Él sospecha que se trata de la tal Ana, la abre y
lee que la muchacha cita a su primo esa noche. La puerta estará abierta a las once, "llevará
Leonovilla por señas y las dueñas, una capa de color." Se propone un nuevo engaño. Llega
Catalinón y de nuevo lo reprende. Don Juan lo llama impertinente y Catalinón le asegura su
lealtad.
Llega Mota y don Juan le cuenta lo del mensaje y le dice que se presente a las doce y que lleve
la capa de color. Mota se lo agradece y don Juan goza la burla por dentro. Se va el marqués y
vuelve don Diego que le anuncia a su hijo el destierro ordenado por el rey en Lebrija. Se va el
viejo enternecido y don Juan se burla de él. Catalinón le dice que a todas las doncellas deberían
de avisar de un hombre que a todas engaña y que es el burlador de Sevilla. Don Juan sin
embargo se enorgullece del nombre que le ha dado su lacayo.
*
Sale el marqués, de noche, con músicos, y pasea el tablado y se entran cantando. Don Juan se
los encuentra y dice al marqués que lo reconoció por la capa. Mota le dice que busca la casa de
don Gonzalo de Ulloa en la calle Sierpe, donde viven mucho de Portugal. Don Juan dice:
"Mientras a la calle vais, yo dar un perro quisiera". Parece ser que don Juan se va a encontrar
con alguna mujer. Mota le presta su capa para que lo de mejor y hasta le indica una casa donde
hay una que él conoce y donde puede entrar con la contraseña de "Beatriz": Salen todos,
mientras los músicos cantan "Todo este mundo es errar. / El que un bien gozar espera, / cuanto
espera desespera.
Desde dentro se oye una voz que grita: "¡Falso!, no eres el marqués, que me has engañado".
Sale don Gonzalo espada en mano y Ana grita para que mate al traidor. Salen Catalinón y don
Juan también con las espadas desenvainadas. Don Juan le dice que los deje pasar, discuten y
Juan mata a don Gonzalo. Huyen don Juan y Catalinón.
Entran muerto a don Gonzalo y salen el marqués de la Mota y los músicos. Se encuentran don
Juan y Catalinón al marqués y don Juan le devuelve la capa. Se van y queda solo el marqués,
que se acerca a la casa. Aparecen don Diego Tenorio con guardas y lo prenden ante su sorpresa.
Aparece también el rey y su acompañamiento y manda el rey que procesen al marqués y luego
le corten la cabeza.
*
Salen Batricio, desposado con Aminta; Gaseno, viejo; Belisa y pastores músicos. Cantan y los
novios hablan de la dicha de su matrimonio. Aparece Catalinón pidiendo que los acepten de
huéspedes en el desposorio. Preguntan que a quienes deben hospedar y Catalinón contesta que
al noble don Juan. Se lamenta Batricio, pues dice que es de mala suerte invitar a una boda a un
caballero galán, que quita gustos y celos da. Gaseno los acepta y Batricio sigue lamentándose.
Aparece don Juan y se sienta junto a la novia. Catalinón piensa: “¡Desventurado marido!”, pues
ya sospecha lo que trama su señor. Don Juan empieza a mostrarse lisonjero con la novia,
Catalinón ya teme que aquellos hombres les den muerte y Batricio sigue renegando de su mala
fortuna.
JORNADA TERCERA
Sale Batricio declamando su mal agüero y sus celos. Aparece don Juan y le dice “que a Aminta
el alma le di / y he gozado...” Le cuenta que le escribió una carta donde le mandaba llamar, “y
yo prometí gozar / lo que el alma prometió.” Vuelve a lamentarse Batricio y maldice a las
mujeres, se va. Don Juan se propone también hablarle al padre de Aminta “para autorizar mi
engaño”, se va también.
Salen Aminta y Belisa. Ésta le dice que entre a desnudarse pues llegará su esposo y Aminta le
dice que no sabe como sentirse en esta boda pues ha hallado todo el día melancólico a Batricio.
Salen don Juan, Catalinón y Gaseno, al que parece que don Juan ya ha convencido. Quiere
Gaseno dar la noticia a su hija pero don Juan le dice que lo haga mañana. Sale Gaseno y don
Juan le pide a Catalinón que ensille a los caballos para mañana salir hacia Lebrija. Vuelve a
advertir Catalinón a su amo del castigo divino que por sus fechorías puede recibir. Sale
Catalinón y aparece Aminta. Don Juan le anuncia lo que habló con su esposo y su padre y dice
que ahora será él el que se case con ella. Aminta dice que miente, pero él acaba convenciéndola
con sus promesas y Aminta se le entrega. Se van.
*
Salen Isabela y Fabio, de camino. Se encuentran en Tarragona, piensan ir a Valencia y de allí a
Sevilla donde el rey piensa casar a Isabela con don Juan. En el camino encuentran a una
pescadora que “tiernamente suspira y se lamenta, / y dulcemente llora.” Se va Fabio y sale
Tisbea. Isabela le pregunta qué le sucede y Tisbea le cuenta que va a ver al rey para que tome
justicia de la traición que le hizo don Juan Tenorio. Isabela se lamenta de lo que escucha decir a
la pescadora y Tisbea le pide que la deje acompañarla junto con Anfriso el pescador. Salen.
Aparecen Catalinón y don Juan y éste le dice a su amo que todo mal está, pues Octavio ha
sabido de su traición en Italia, el de Mota también supo su traición y clama venganza y también
dicen que Isabela viene a convertirse en su esposa. Don Juan le dice que calle. Don Juan le
pregunta a Catalinón si le encontró posada y éste asiente. De pronto encuentran el sepulcro de
don Gonzalo de Ulloa al que dio muerte don Juan. Éste le dice a su criado que esta noche le
espera en su posada para hacer el desafío y preparar la venganza. Se van y ponen la mesa dos
criados.
Entran don Juan y Catalinón, se sientan a cenar y entonces tocan a la puerta. Va a abrir un
criado, vuelve asustado y huye. Le pide don Juan a Catalinón que vaya a ver quién es y éste
muestra también su temor, va a la puerta y vuelve demudado sin poder contestar a quién vio.
Toma don Juan una vela y se acerca a la puerta, pregunta quién es y le contesta el fantasma de
don Gonzalo, que viene a la cena a la que le han convidado. Catalinón muestra su miedo y don
Juan lo reprende. Los criados tiemblan. Catalinón vuelve a regañarlo por sus maldades y don
Juan dice que lo dejen solo con el fantasma. Salen todos y quedan solos los dos. Don Gonzalo le
pide que cumpla su palabra como caballero y mañana vaya a su capilla a encontrarse con él a la
hora de la cena. Acepta don Juan y sale el aparecido dejándolo solo. Declama don Juan su pavor
pero decide mañana ir a la capilla para demostrar su valor. Se va.
*
Aparecen el rey y don Diego Tenorio. Hablan sobre la llegada de Isabela, que se encuentra
disgustada hospedada en un convento. El rey dice que se presente en palacio y hablan de su
casamiento con don Juan, al que piensan hacer conde de Lebrija, ya que si Isabela perdió a un
duque que gane al menos un conde. Hablan también del casamiento de doña Ana, que ya no
piensan ofrecer a Octavio, sino a su primo el marqués, al que han de perdonar y alivianar con el
desposorio con Ana, de la cual andaba prendado. Se lamentan por Octavio y dicen que se
encuentra muy enojado pues ya supo de la traición de don Juan. Aparece el duque Octavio. Pide
al rey que le deje vengar la afrenta que en Nápoles le hizo don Juan. Su padre, Diego, sale en su
defensa, discute con el duque y el rey les llama la atención tranquilizándolos y dice a Octavio
que mañana serán sus bodas. Se van el rey y don Diego.
*
Aparece Gaseno y Aminta y le preguntan al duque por don Juan. Octavio les dice que sí se
encuentra en el alcázar y ellos le cuentan que don Juan se prometió a Aminta, que la arrebató a
Batricio. Gaseno, el padre, quiere que se consumen las bodas o querellarse con el rey. Octavio
les dice que están de suerte pues sus propias bodas están a punto de celebrarse. Dice a Aminta
que se vista y que él mismo la llevará a las manos de don Juan. Octavio ve aquí la posibilidad
de vengarse de don Juan. Se van.
*
Aparecen Catalinón y don Juan. El criado le pregunta si vio al rey y a Isabela y comentan que
ya sus bodas esta noche se van a celebrar. Catalinón le dice que se prepare para la boda y don
Juan dice que antes debe resolver el asunto con el muerto. Catalinón intenta persuadirlo de que
vaya, pero don Juan insiste. Llegan a la iglesia, entran y encuentran al muerto, que los convida a
cenar víboras y alacranes y sangre y hiel por vino. Le pide don Gonzalo a don Juan que le de la
mano y le dice que el que la hace la paga y que debe morir por mano de un muerto. Intenta don
Juan defenderse con su daga, pero da golpes al aire. Por fin cae muerto don Juan y se hunde en
el sepulcro junto con don Gonzalo. Queda solo Catalinón y anuncia su intención de ir a contarle
todo al padre de don Juan. Sale.
*
Salen el rey, don Diego y acompañamiento. Batricio y Gaseno, Tisbea e Isabela, Aminta y
también Mota, todos le cuentan las fechorías de don Juan y piden justicia. El rey dice que lo
prendan y luego lo maten. Don Diego dice que así lo hagan si es su hijo tan malo. Sale
Catalinón y cuenta lo ocurrido a don Juan. Todos se asombran y cada quién decide entonces
casarse con sus respectivos.
PERSONAJES
Don Juan Tenorio: Es “El burlador de Sevilla” que da nombre a la obra. Muchacho noble pero
dado a los engaños para conseguir los favores de las damas. Es un personaje que se convertirá
en mito y que tiene una larga tradición literaria.
Catalinón: Criado de don Juan, al que siempre reprende por su conducta, aunque permanece
fiel a su señor.
Duquesa Isabela: Dama que es al comienzo de la obra engañada por don Juan para gozarla.
Duque Octavio: Pretendiente de Isabela. Por la deshonra de don Juan debe huir de Nápoles.
Tisbea: Bella pescadora que también es engañada por don Juan con la promesa de casarse con
ella.
El rey de Castilla: Figura que aparece durante toda la obra protegiendo a don Juan a petición
de su padre y que intenta mediar en las faltas del hijo.
Don Diego Tenorio: Padre de don Juan, quiere proteger a sus hijos de todos los que quieren
vengarse de sus afrentas.
Doña Ana de Ulloa: Otra joven cortesana que es engañada y gozada por don Juan.
Don Gonzalo de Ulloa: Padre de Ana, muere a manos de don Juan al tratar intentar vengar el
honor de su hija. Sin embargo volverá de la tumba para matar a don Juan.
Marqués de Mota: Primo de Ana, que la pretende y que también es burlado por don Juan.
PA’ QUE TE LUZCAS
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La primera edición de EL burlador de Sevilla se realizó en Barcelona en 1630, una
segunda en Madrid en 1645 y una tercera en Toledo en 1677.
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En la obra se dramatiza una vieja leyenda que siendo internacional es esencialmente
española, la del mancebo que convida a cenar a una calavera o a una estatua.
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La obra tiene un aspecto teológico, ya que el protagonista está recibiendo constantes
advertencias del mal fin que tendrán sus actos. Además el personaje de don Juan tiene un
aspecto moral, está dividido en dos, cree en Dios, pero le domina el impulso del deseo. Es al
mismo tiempo una crítica de la nobleza de la época y en general una crítica social. Don Juan
es un personaje complejo, que no tiene una sola cara, sino que mezcla el bien y el mal.
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Es el personaje más extraordinario del teatro español y es muestra de ello lo rápido que se
difundió por toda Europa. Lo retrataron también Moliere, Dumas y Zorrilla. Su importancia
puede ser comparada en la literatura con Don Quijote, Hamlet y Fausto.
Carlos Manteca
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