Historia de-la Deuda Pública Dominicana en la Primera República Por Manuel A. Peña Batlle A Emilio Rodrízuez Deii~orizi 11 LA historia politica de la República Dominicana se ha manifestado en íntima relación con su historia econ0mica. Casi todos los inconvenientes que han impedido y retardado el desarrollo completo del puebIo dominicano como fuerza social capaz de convertirse en una verdadera nacibn, han tenido su origen, mas O menediato1, en el desenvolvirnieilte económico del pais. Como t inadarnente ha dicho un conocido profesor de finanzas "la InayOSia rlo , ,l.,as grandes reformas políticas o sociales han tenido causas económicas, y muy importantes problemas económicos se han rebsuelto bajo la influencia de causas políticas" (1). En ese senziao, pues, no podemos hacer consideraciones sobre nuestra actual situacion política y cobre Ios antecedentes histbricos de las relaciones internacionales de la República Dominicana, sin antes determinar y puntualizar la influencia que sobre el desarrollo de esas relaciones han ejercido las necesidades económicas de la República. Estas son, casi a punto fijo, la inmediata r a z h de aquéllas. Al efectuarse la desocupación del territorio de la ya República Dominicana por las tropas haitianas, la Junta Central Gubernativa se enconir6 con que los fondos que Ie traspasaba el gobierno haitiano no eran suficientes para afrontar la situaciiin dificilísima que el hecho mismo de la separación crearía a los primeros gobernantes dominicanos. E1 total de la existencia dejada en caja por Ios desocupantes, en Santo Domingo y Puerto Plata, ascendi6 a 6.068.64 Pesos fuedes y 5.093.77 pesos moneda nacaorzal (2). Esta cantidad, insignificante de por sí, fué invertida en el cumplimiento de las Capitulaciones, esto es, en el pago de los sueldos devengados hasta ese momento por los funcionarios haitianos y en la cancelacihn de las deudas contraídas por la administraci6n capitulante (3). De modo que "el gobierno dominicano primifiió su administración.mlzausto de medios, sin más elewen tos quc RE patriotisnza de los ciududalzos" (43. La situación no podía ser más comprometida, sobre todo si se tie:9 i . 1 (1 ) J & ~ e . ~ c i e ades c cFinanccs, php. P. (3) Mensaje del P. Bdei, en la tcrccra sesihn l c g i s l ~ t i v ar rnrias nclnracírincc del M i i ~ i s t r r ide Ilacicnda, Cririierciu y Rclaciories Exteriures. Sntitci Doriiitigo, inarzo 3, 1847 y julio 2 clel riiisino año. Publicado por F6lis bln Kuiz. ( 3 ) Ideitr. (-1.) Idem. ne en cuenta que pocos dias despues entró el paic en la primera de sus largas guerras de independencia. Para que el gobierno pudiera desenvolverse dentro de sus forzocos apremios econ6rnicos fué necesario contraer deudas frente a algunos comerciantes y abrir en el presupuesto ordinario de gastos el funesto capítuIo destinado al Credz'to Pziblz'co. En el balance de ingresos cerrado e1 l o de julio de 1845 figura bajo e1 rubro de Emfiréstz'foNacional una partida dc 32.000 Desos fuertes y otm de 98.591.77, pesos molzeda nacional, como préstamo recibido por el Estado de distintos comerciantes de1 pais (5). El Estado Dominicano nacib insoIvente y ha permanecido en esa condición durante casi toda su vida. De ese modo se inici0 la deuda pública dominicana que durante sus primeros veinticinco años presento sOlo los caracteres de deuda pública interior (6). Las partidas arriba anotadas aparecen canceladas en casi su totalidad en el balance de egresos cenado al 30 de junio de 1846 (7). ( 5 ) Crintadurín General dc Hacienda, Estado general de Ingresos y Egresns que Iia tenido la XdiriinFstr~icirSnGeiieral de la Rcpiihlicn eii el iifio econ6tiiico del prirriero de j u l i o de 1840 a1 30 d e junio dc 1856. Ed. Ruiz, 1Fc47. ( 6 ) E n el mismo sentido, Max Henríquez Ureiia. Los Estados Vnidos y Ia Rcpfihlica Dominicana. PAR. 2 1. BE Lic. Einilin Rotlriguez Deinorixi, public6 recientemente (n1.a Xarióni, erl. ífcl S de octuhre d e 194.0) 1111 int~rcs~iiitisiiiic, t r a l ~ a j osobre el priircctado eniprfstitn Rendriclí, de 1544. En esta ncasihli se llrg6 n ciiiicertar l c i ~prirtneriores de U F I H cotnplicada operación fitirinciera por la cunl recibiria Ta Rcpiiblica Unminicana [le un g r u p o de cnliitalist:is ingleses e1 prhtarno de 1.500.00(3.00l i l ~ r a s~steslinns ~ convenida en principia e11 c o ~ ~ d i ~ i~erdader:itnente ~iie~ uncrosils. L P operaciáii, pur el representaRtC d e los prestnriiist:is iiiglesec;, HendricI:, y uria cartiisi6n diputar!:~si1 efecto pur el GoF~ieriiriDrin~inicnnn,fracaso finnlnienrc prirtlue, sotlictirlri cl proyecto de crintrato a 1st dsamhlea Constituyeiite, lo rechar6. El 1,iccnciado Rridríguez 1)cniorir.i a t r i h u ~ ea gestiorrts rlcl CcSiisul de Francia el fracaso de IR uperaci6i1, pero riosotroñ priirninris que la decisihn dr Snrltann de someter el asunto a Ia Asarnblea Constituyente, para ( E U P Lo reclir~zara,se deliih niiis hieti a su avcrsi6ti liar I n s eiiipr6stitos iriternacinnales. Ida política de Santrina c o n t r a este gEnero de transacciones fue constante, segfin verenios en el cursri de este trahajli. En cmii~bírisi hul~ieraestado RAea eii el P$er en csie iiioiiieilto, R 11ueri seguro que hubiera interpuesto toda su inilurncir~en favor del eiripr6stito. L n s sistcmns iiiflaciotiistns de Santann c r i n s t i t u ~ e r .su ~ ~manera ~ de paliar In fdta de efectivo que pude prnporcicinar un eiirpr6stito del tipo propuesto por Heiidricli. Para los cletnlles del rlenoniinado empr4stitn Hendrick cransCiltese el citado traliajo del L i c . Rorlríguez Dcmcirizi, en donde, prir pritiiera vez, que sepanios nnsotros, se d a n portlienores sobre tan importante cuesti6n. ( 7 ) Cont:idurín General de E.Inciencln, E s t a d o general dc Ingresos y Egresos qut. ha tenido la Adniinistraci61i General Jc Ia IicpGbIica en el a ñ o ccon6mico del psiiticro de julio de 1 S45 a 30 de j u n i o de IS4G. Ed. Ruiz, 1S45. 12 BOLETIN DEL ARCHIVOGENERALDE LA NACION Sin embargo, para la fecha, ademh de los 17.762.28 pesos nacionales que quedaron pendientes de pago en el balance cerrado el lo de junio de 1846,la deuda pública aumentó considerablemente por distintos conceptos (8). La escasez de las entradas nacionales en esa epoca y la carencia absoluta de fondos en que se vi6 el gobierno durante los primeros tiempos de la adrninlstraci6n, hicieron necesaria la emisián de billetes de caja, denominados billetes Dominica~os. Basta el 31 de marzo de 1847 se habian emitido de estos billetes una cantidad ascendente a 2.780.702 psos laahmles (9). La emisi6n desproporcionada que se hizo del papd moneda produjo efectos contraproducentes que bien pronto se dejaron sentir con todos SUS inconvenientes. La depreciación de esos valores se produjo rApidamente. El estado de guerra en que se encontraba la República producia una visible diferencia entre los gastos y las entradas, siendo éstas muy inferiores a aquellos, circunstancia que por si sola bastaba para que toda emisiiin de papel hecha en esas condiciones se demeritm inmediatamente. En 184.7 dos distinguidos miembros de Ia representacibn nacional, en mocidn que presentaron al Tribunado, decian: "La depreciaci6n que ha sufrido la moneda nacional de la Repiíblica, proviene de las mismas causas que han producido los mismos efectos en todos los paises cuyo estado de guerra ha causada gastos mayores a las entradas, y cuya diferencia ha sido satisfecha con emisiones de papel moneda; que encontrAndose en exceso de lo que las necesidades del movimiento mercantil del país exige, desde luego empieza a decaer". "Tal es el estado de Ia circulaci6n actual a que deseamos aplicar un remedio; es decir que figuran en la circulación diez veces la cantidad de pesos que el movimiento comercial del pais puede emplear, por consiguiente, cada peso ha decaido al valor real y proporcionado que le puede caber o que puede representar en la circulación monetaria, es decir, de diez centavos" (10). La moneda nacional en 1347, apenas transcurridos dos años de la primera emisión, habia sufrido una de(8) Del lode iiisirzo de 1S44 nl 31 de marzo de 1647,las entradas naciuiiales ascendieroii a 1.938.916 pesos nacionales. M e n v ~ j edel P.E.eii la tercera sesión legislativa y varias aclaraciones del Miriistrn de Hacienda, Ctimercio y Relaciones Exteriores. Santo Driiningo, marzo 3, 184.7 y j uIiri 2 dcl tiiisiiio nao. 1~'uhlícados por Felíx M* Kuiz. (9) Exposición del Ministro de Hacienda, Comercio g Kelaciiiiiea Extri4irires, Ed. Kuiz, IS4'7. ( 2 0) Proyecto de Rtforma monetaria, sornctido al Congreso Nacional el 13 de mayo dc 1847,por los señores diputados T.S. Henekcn p B. F. de Rojas. preciacion escandaIosa de un noventa por ciento sobre su valor original. La desvaIorización del papel moneda creó una crisis economica que no pudo conjurarse, dada la insuficiencia que ce manifestaba en las entradas nacionales, sino recurriendo a los medios extraordinarios de ingresas. En vista de tales circunstancias kl Congreso Nacional dictó el 2 de julio de 1847 una ley sobre reforma de la ciscuIación monetaria destinada a restablecer el crédito piíbIico, llevando la moneda nacional a su valar primitivo, En su artículo primero, esa ley dispuso: "Se establecevd zmn derada consolidada Nacional fiara que todos los fenedores del papel nzonedn acfualinenfe en circulacibn, que deseen amo~.tizai.loa razórt de ochenta Pesos prorn~diodc su ualor en oro, en lm diversas éoocas de su emisiú~zfiuedegz inscribirlo Iznsfu co?~~pletau la cantidad de Mn millén de pesos nacionales" (11). En su articulo sexto, tambien dispuso: "Que se realise la cantidad de ciento, hasta ciento cinmenfa mil pesos fuertes en $Zafa u oro efectivo por UJZenzpr6stifo en al Pais o f~kera de kl, por medio de un crésito en la nzkma forma a disPos2clón del Poder Ejecutivo o por la venta y enajenación de los bienes naciomzles, concedie~zdoadenzds nE Prariideirzte de la Re$U blica: la nzás anzplia fnczdtnd Para rezuzi~diclm cajatidad de ciento a ciento cincue~zfa mil pesos fuertes en oro o en plata efectiva, ya fian'e?zdo ?.{so de czialquieva de esas facu3tades seflaradamcnte o de todas o al,wnas de ellos rcztnisias, y como nzcjlor conve?zga a los intereses de la nacibn" (12). EI articulo octavo dispuso: "El poder Ejecutiuo queda autorizado fiam qge haga fabricar y disponer unn nzftevaemisión dc papel ~noneda,que s e ~ bga~aclntizaclapor la Taoreria Nacional, cgyus billetes debel-612ser grabados en fila~ac?zasde acero, esfamfiados en la nzejor calidad de finfiel bEizg7c0, nu~~zevuclos y firm~dos por el Contador Generol, e E Prcsz'denfe del Consejo Aslmzjzistratiuo y el Presidcnfe de la Cdmarn de Comercio, y cuyo nz2r.lzer-oy valor ser6 como sigue: Ciento cinmwzta mil billetes de a zfn Peso fzredí~ cada uno y cimrientn nzil billetes de a dos fiesos f~fedes.cadcr alzo, aseendie~zdoambas cn~ztidndcsa 70 suma de dos&?ztos ciftcuenl'a mil fiesos filertes" (13). Las medidas que se tomaban, como se v6, no eran suficientes para destruir el mal de un modo radical. Se creaba una deuda nacional consolidada para amodizar la moneda emitida en papel; se autorizaba la contratación de1 empréstito en e1 país o en el ex(11) Actcls Legislativos del Congreso Nacioiial (le la República Doiiiii~ica~ta. Ed, Nniiz, 1847. (12) Idciri. (13) Idcni. 34 RU~,ETINDEL ARCHIVO GEYERALDE LA ,Y ACION tranjero de Ia suma de ciento a ciento cincuenta mil pesos fuertes, y se autorizaba una nueva emisi6n de papel moneda por valor de doscientos cincuenta mil pesos fuertes. Lo que equivale a decir que se combatía la crisis con los elementos de una nueva y próxima crisis. La ley de reforma monetaria sólo proponía medidas que podian contener el mal temporalmente, pero que no lo destruían de raiz; por eE contrario, contzibuian a un futuro desmejorarniento de la situación, porque se recargzba el crédito pfihlico con una nueva obligación que podia elevarse hasta un millhn de pesos nacionales (14); y si se acogía el Presidente de la Repizblica a la facultad que se le concedi6 de contratar un emprgstito en cl interior o en el extranjero de ciento a ciento cincuenta mil pesos fuertes, se recargaha mucho más el pasivo del Estado, sin ciue la previsión que se tomaba en el art. 10 de la misma ley sobre impuestos de aduanas, fuera como se demostró más tarde, medida que pudiera mejorar las entradas nacionales, en relación con la obligacion que se contraía. Todo ésto adernAs de que se repetían los motivos de crisis autorizando una nueva emisión, sobre las mismas bases de garantía en que habia descansado la anterior Y sin que el estado de guerra en que se hallaba la República hubiera cesado aun. Las medidas con que se propuso el gobierno dominicano conjurar Ia crisis economica en que se encontraba el país desde los comienzos de 1845, no produjeron un resultado satisfactorio, porque, pocos meses despues de promulgada Ia ley sobre reforma monetaria con que el Congreso Nacional quiso poner remedio a la situación, a fines de 1817, era mucho más difícil y caótica la situación de la hacienda publica. Concurrian a producir este estado de cosas, además de las razones que hemos apuntado m5s arriba, circunstancias deplorables de política interna. El prestigio y el ascendieilte personal del General Santana estaban en decadencia y resultaban ineficaces para sostener la politica de errores y desatinos que había desarrollado desde su advenimiento al poder (15). Esta circunstancia, unida a la perspectiva que tomaban en Haití 10s sucesos poljticos, desfavo[ 1 ) Prira esa fwli:i se hnhi:i canceladn el primer Eiiipréstitri Nncioiiril hecl-i<r al ~iiriiercici,duri~ritee l aiici ecriri6iiiicti d e 184-5 n 1S~l.6,scgiin se deriiuestra por I n partida de 14.7.ei228 prsris n;icionalcs, qiic rtgurari en 1:i Recapitulacibn Gencrñ! de 10s ramos dc Ingresos y? Bgresns npergrla en I n ~ l d r n i s f r a c i ~de r i Hacienda, de la RepfibIicica, durante el :i5o ecan61nico de I de julio de 1Si[+G:i 30 &+junio de 1547 contbrn~e los tstndos pnrciales de cada una. Pubficado por el Ministerio de Hacienda, Cornerciorr RcIacionesEsteriores. Ed. Kuiz, 1Y4T. { l a ) )gis6 G;ilxicl Garcia. Cornpcndio de Jn liistoria de Santo B a r n i n , ~ ~ . Tulisri 11, pbg. 342. rables para la estabilidad de la independencia nacionaI, produjo en el ánimo público eI temor y la desconfianza y como consecuencia el recrudecimiento de la crisis económica (16). Es notoria la discrepancia que reino durante los primeros años de Ia adrniillstraci6n entre el Congreso y el Ministerio de Hacienda, Comercio y ReIaciones Exteriores, causada, según lo afirmaron algunos tribunos, por el descuido y la negIigencia con que se manejaron los fondos del Estado (17). Sobre esta cuestión se suscitó en 1847 un curioso e interesante incidente con motivo de la delegacióln que hizo el Congreso Nacima1 de una comisión de su seno, denominada Co?~zisGn de Exames de la cartera de 1-aa'enda, Come~cioy Relacimzes Exteriores, para que procediera al examen y revisión de la memoria sometida al Congreso por el Ministro del ramo cobre su actuación durante el año 1846. La documentaci6n publicada sobre las diferencias habidas entre el Ejecutivo y el Congreso, no arrojan, positivamente, un cargo definitivo sobre el Ministro de Hacienda, pero esas diferencias, a la vez que eran una consecuencia del malestar reinante, contribuian poderosamente a acentuar y definir la crisis. Parece que éste fué uno de los motivos que produjeron el fracaso de la ley sobre reforma monetaria. La oposición que hacia e1 Congreso a Ia política de Santana se ensanaba en las actividades del Ministerio de Hacienda, lo cual impedía la adopción rápida y conveniente de las medidas que hubieran podido reaImente mejorar la situación. Por esta razón pidió Don Ricardo Miura su separación cle la cartera de Hacienda, en noviembre de 1847, despues de haber justificado, con Ea publicación de una serie de documentos sobre las investigaciones de la Comisió;iz de Examen, sus actuaciones en e1 manejo de1 tesoro piibIico (18). La insuficiencia de nuestras entradas y la circui~stailciade que el Estado Dominicano haya vivido en una constante condicion de insolvencia han producido muy graves y muy lamentables trastornos de politica interior, que en diferentes ocasiones han puesto en peligro la existencia misma de la República. La estabilidad de la Repfiblica Dominicana se ha desarrollado, en sus ochenta y dos años de vida, bajo la amenaza constante del problema, casi insoluobro citada, totiio 11, prig. 343. (17) Trilianos eran Iris rnienihros del Tribuzindo, u n a de Ias dos cfiniaras que coitiponi:in cl Congreso Nncicinnl. Cti ritre erEi el Consejo Conservndor. (18) ilctosLegislnZivos delCoq~eso,Waciorialdcla RepÚliIicjcnDozninican,z. Ed. Ruiz, 1847. ( 1 R) Jasé Gal~rielGarcia, ble, que han planteado a1 pais su insuficiencia de producci6n y su incapacidad económica. A principios de 1848,en el mensaje que sometió al Congreso Nacional, el señor Ministro de Hacienda entre otras cosas dijo: "qrie era de toda necesidad que se aumentaran los ingresos, porque de otra manera no había que recurrir a cambiar la moneda fuerte que se encontraba en caja economizada, o sería necesario deshacerse de las fincas que poseía la nacibn, o emitir papel moneda, lo que arruinada al Estado, porque las importaciones y exportaciones, que eran los únicos recursos con que se coiitaba para hacer los gastos, no eran suficientes (19). La circunstancia de que el doctor Caminero, Ministro de Hacienda, poco tiempo despub fuera llamado a las bcawas, "para que presentara algunos medios que aliviaran los males provenientes del desmérito a que había llegado la moneda papel en circulaci6n o contuviera los progresos de la incertidumbre del cambio", nos está demostrando una de estas dos deducciones: o que las medidas tomadas en julio de 1847 no habían surtido un efecto saludable en su aplicación, o que estas disposiciones de la ley sobre reforma monetaria no se pusieron jamás en práctica. En nuestro entender fué esto último lo que aconteció, porque las medidas que luego iba a tomar el gobierno suponian la situaciiin en Ias mismas condiciones en que se encontraba antes del mes de julio último. A este llamamiento respondi6 el Ministro de Hacienda exponiendo los medios que en su concepto podían mejorar el estado de cosas reinante. Esos medios podían sintetizarse del siguiente modo: 19 que se hicieran estimar en moneda fuerte todas las fincas, terrenos y buques de guerra pertenecientes al Estado; que una vez estimadas dichas propiedades se agregara al valor' total de la estirnacibn, la existencia de moneda fuerte que hubiera en caja; 29 que por la suma general, estimada en un minimum de cuatrocz'uttos yp2U Pesos I;rawtes, se hiciera una emisi6n de papel moneda, en billetes de uno y dos pesos, de forma y papel que ofreciera coafianza con el valor nominal de cuarenta centavos fuertes cada peso, que arrojdan un resultado de %la mz'kldn de fiaos; 3Q que se acuiiaran cien mil pesos en cobre, para completar una suma total de un mil!& y &M 11iiZ pesos de cirmiucidn nacioizel, garantizados con la estimación que se hiciera de los bienes nacionales. Subsidixiamente propuso, para completar el orden de sus ideas, "que se pusiera en vigor el arancel de aduanas que votó la cámara del tribunado el 2 de julio de 1847, después de revisado y (19) JuaE Gabriel GarcEa, obra citada, tomo 11, piig. 358. modificado según Ias circunstancias lo requieran; que el pago de los derechos se recibiera a diez pesos del papel en circulación, o a dos y medio pesos de1 que se emitiera, por cada peso fuerte; que simultilneamente se cambiara el papel en circulacion a raz6n de cuatro pesos por uno de1 nuevo que se emitiera; que las deudas, contratos y negocios pendientes en numerario, se arreglaran en la misma proporci6n del curso que tenia el papel moneda en que fueron contratacIos, con eI valor de que se emitiera" (20). De ese modo pretendia el Ejecutivo realizar la conversión de los valores nacionales y ajustar la deuda producida por el demérito de los mismos. E1 Congreso Nacional, sin embargo, parece que no acogi6 t e taImente la opinión de1 Ministro de TJacienda y trato de obstaculizar la operación econOmica que se proponia realizar el Poder Ejecutivo para regularizar e1 cambio y restablecer el crédito pUblico. Se distingui6 corno director principal de la oposición el tribuno don Juan Nepomuceno Tejera, quien llegó hasta a acusar al Ministro de Hacienda de haber procedido indebidamente a la reducci6n de la existencia en moneda f~rerteque había en caja, a papel moneda, operación llamada a producir resultados contraproducentec, No obstante, la influencia que ejercía Santana en todos los ordenes de la vida gubernativa, impuso la solucibn propuesta por el Ministro de Hacienda, IIevando Ios acontecimientos hasta el p u n t ~de obtener del Consejo Conservador u11 decreto de descargo en favor del referido Ministro, en el cual se decIar6 procedente y justificada Ia medida que tomd el gobierno de convertir en papel la existencia de a?zzas de oro que tenía la República depositada en sus arcas (21). Las proposiciones del Ministro de Briclenda fueron finalmente acogidas por el Congreso en sus leyes de1 20 y del 27 de junio de 1848. La primera de esas leyes, denominada, como la. del 2 de julio anterior, k y que refornza la circrhción molzetariu, dispuso una nueva emisión de moneda repartida en 250.000 billetes de a un peso nominal cacla uno, que garantizci el Tesoro PUblico por 40 centavos Suertes, y 125.000 billetes de a dos pesos cada uno garantizado, del mismo modo, par ochenta centavos fuertes. Adernas dispuso la acufiaci6n, en moneda de plata, de cuño y Iey de los Estados Unidos, de la cantidad de cien mil pesos fuertes, en piezas de valor de cinco, diez y veinticinco centavos fuertes, previsio(21)) JiiaE Gñhriel Gnrciri, nhra citnda, tomo T I , pág. 359. (21) Cofeccihn c/c Leyes. Decrctlos y rcso!uciones, cmnrindns de !os podcrcs Le,aisslatit.o y Ejccutirw [le Ia Kcpfiblica fhmirricana. Edici6n Oficial, tomo T I , pAg. 8 6 , nlitii. 14s. t nalmen&,.hasta poder acuñar plata dominicana de conformidad con la ley cobre la materia (22):. Para £omm ana resena del Estado disgaso la ley comentada la emisibn,. en la misma forma griba dkscríta, de 375000 billetes &a uno-$ das pesos suma que. se destinaba a cabastw la &ami6~. de la c i h l i u c i d ~mnetamap h e g o que el m~ae'&wto rnwm~til y km ~ ~ c k m cdel k $a& s lo & i ~ n (23) Se antoriz6 adeds,, la cmtratacidrr.por- el Poder Ejecutivo, en el pala n fuefa de él, & m e m p r M por ~ la suma de ciento a ciento cincuenta mil pesas juertes en plata u oro efectivo (24). La segunda dispssici6n legislativa del 27 de junio de 1848 tuva por objete la adupcibn.y puesta en vigor de los aranceles de im'portaci6n y expo&ici&x &7 ldejdio de Iü47'fS53, Para completar y achar &s. cüsposicimes d Poder Ejecukivo reglamentó, pw decreto del 24 & julio de IW, la a~Ibci611de la 61tima ley sobre refnmmtaria (26). Las leyee y disposiciones we hemos venido comidaando contienen un.compli&.sistema econbico que acusa mayor madurez y mejor comprerisi6n de lm acontecimientos que d que se haz6 a .), -* (.22.) Colem'dn de Leyes, decretos y resolucimcs, -nadas & los poderes ikgi's1Btivb y @ec#tivo de b Rep&bika D Q ~ ~ ~ c & Edícirin ? ~ . Oficial, t r imti 11. págs. 34, 25" 26 y 27, n h . 146,&ts. 1 y iJ di: la LEYQUE RRPOPMA LA CmCULAlb# MONETARIA. (23) V. A*. 4 de la LEYQ W ? ~REFORMA LA C ~ C U L ~ C IMONZTABM. ¿~ (34) V. brt. 15 de la misma Ley. (25) Cole~cibmde Leyes, decretas y resolnci~aesemoaadas L 10s poderes: Legislativo y Gecrttivo de la Re@BIica Dominicana. Edkión Oficirr 1, trinlo 11, p l g s . 37, 38, nhm. 149. Nuestra ilustre historiador dan José G ~ b r i e lGtircíri, en el tomo JI de su C~mpeadiode Historia de Sante Domingo, p8g. $69,transc~+ibt una parte del mensaje con que conteatd el Miniatro de Haciendsi Ea interpelecioo del congreso, pero sin indicar de un modo preciso la fuente de donde ithturti la cita, Es necesario, sid embargo, hacer notar la ligera dihrencia que existe eiitrt la cita del biatatitldor y las leyes mirmas del 20 y del 27 de juniri de 1348. En primer lugar, Ics cien mil peeos que se acuiicirian en moneda de cobre, segúti Iiropaso e1 Ministro de Bacienda, citado por GarcTa, nn pudieron ticuGrirse siiiii en Moneda de plata de cnáo y ley de los Estados Uaidos de Norte drndrica, tul como lo dispone el alt. 1 de la ley en referencia. En stgundo lugar, In Ley d e Aranceles que se puso en ~ I g ( i por r disposici6n del 27 de juiiio del niistiia año, no es de fecha 2, sino 7 de julio de 1847. Vease el texto íntegro de la Ley de arancelea aludida, en sn texto originario, en Actos Legislativos del Congreso Nacional de la Rcpdblica Dominicana. Ed. Ruiz, 1847, Vgase el textrj de la ley del 27 de junio de 1848 en la Colcccidn de Leyes, decretos y resoluciones emanadas de los poderes k&'slativo y a e c i l t i ~ de o la República. Edicidn Oficial, torno 11, p8g. 37, nbm. 14.9. ( 2 6 ) Colección de L e p e , decretos y resolneiones, emanac7as de los poderes LegisIativo y Ejecdtivo de la Repáblica Dominicaria. Edicidn Oficial, t a m o SI, p&g, 96, nfim, 165. - meaiados de 1847, pero ambos resultarían inútiles porque descan:saban sobre bases idénticas. El credito público no podía estar vinculado a garantía que no ofreciera seguridad ni estabilidad y que estuviera sujeta a eventualidades y contingencias de muy fAcil xealizaci6n en contra ,de1Estado. La política audaz y arbitraria de que se valió Santana para pasar sus proyectos de mejora ccon6rnica produjo en e1 país un vdescontento genera1 y en el Congreso una enconada corriente de oposicibn que se .desarrslI6 primordialmente contra fa ejecucion "de1plan financiero que acababa d e aprobar el mismo, y c ~ y éxito o ~eque-l-ia,de .modo csenciaI, mrnpenet~aci6nde miras entre uno y ,otro poderes, el Ejecuti~oy el Legislativo (27). Parece que Santana -resentido seriamente con los inconvenientes que venia .sembrándole la oposición en el Congreso- no pudo Ilevar a termino feliz su proyecto de reformas p o r lo que se vi6 en la necesidad de deponer el mando y abandonar el campo de ?.alucha convencido de su desprestigio y de s u impotencia. El. 4 de agosto de 1848 renirnci6 la presidencia de la República el general Santana ante e1 Consejo de Secretarios de Estado, el cual, en vista de la acefalía en que quedaba la aclministracibn pUblica, convoco en esa misma fecha los Colegios Electorales para que nombraran, de acuerdo con la Constitucihn, a la persona que habria de sucedes al Genera1 Santana en la direccien del Gobiesno (281. Los Colegios Electorales, reunidos extraordinariamente e1 4 de septiembre, eligieron al general Manuel Jirnenes presidente de la Repilblica. Esta eIeccidn, sin embargo, no significd un c a m bio saludabIe ¿e pelitica para el país, porque, el nuevo manda tario, a más de ser él una figura prominente de Ia situación que dirigió Santana, vendría a rodearse de los mismos eIementos que acababan de fracasar ruidosamente en sus gestiones administrativas, quienes en gran parte, eran elementos desacreditados hasta el punto de que muchos de ellos se vieron en la necesidad de im,ponerse un discreto alejamiento del pais (29). En la histeria de Ias finanzas dominicanas el período presiden. cial de Jimenes no ofrece interés. Las circunstancias desgraciadas en que se desenvolvi0 la administsaci6n de este hombre cuyas actuaciones no han sido definitivamente depuradas por un ecukime estudio de los acontecimientos de aquelIa época, parece que no le permitieron orientar en sentido aIguno un verdadera sistema de (27) Jos6 Galiriel Gnrcín, obra citada, tonro 1i, p&g.360. (28) Cci?cccidn de Leyes etc., t o m o 11, p6g. 100, nCim. IG1. (29) Jnse GahrieE Garcia, obra citada, tomo 111, pfig. 7. gobierno. Los mismos hombres que lo habían llevado a la pRmera magistratura del Estado se encargaron de seml~rarsu camino de inconvenientes y de obstaculizar sistem5ticarnente el curso de sus actividades gubernativas (30). El carácter de estas investigaciones no nos permite detenernos a considerar los sucesos politicos de aquelles días. Nos reduciremos a decir que antes de q u e transcurriera el primer año de su gobierno se vi6 el general Jimenes obligado a deponer el mando, en virtud de solemne capitiulación firmada con el general Santana por mediación de algunos c6nsules extranjeros, el 29 de mayo de 1819. Al otro día entró a la ciudad de Santo Domingo el general Santana y se hizo cargo d e la dirección del gobierno, para trasmitírsela, despues de haberla renunciado el ciudadano Santiago Espaillat, figura de alto relieve moral en el escenario de la política dominicana, al coronel Buenaventura BAez, quien había sido regularmente elegido para el ejercicio de la primera magistratura por los Colegios Electorales convocados para eI 5 de agosto de 1550 (31). . Cuando el Presidente Jimenes abandonó el gobierna Ia situaci6n econ6mica del país era más precaria: la hacienda pública estaba en peores condiciones que nunca y el estado de guerra civil e internacional en que se había desarrollado el perícdo g~ihernativo que acababa de concluir fue un poderoso motivo para que la crisis se acentuara considerablen~entey tomara caracteres alarmantes. Las existencias en papel moneda se agotaron casi en su totalidad y la circunstancia de que no se hubiera contraido el ernprbtito autorizado sucesivamente en las leyes del 2 d e julio de 1847 y del 20 de junio de 1848 produjo una considerable escasez de dinero efectivo. Esa era la situacion a mediados de 1549; las circunstancias no podian ser más adversas al crédito nacional: ni habia entradas suficientes para sostener el tren administrativo ni había tarnipoco una existencia de numerario capaz de mantener el equilibrio entre los gastos y las entradas (32). Se hizo de todo punto necesario recurrir al fácil expediente de siempre y comprometer un poco más el craito público con una nueva emisiór-i de papel moneda. Es necesario, sin embargo, tener en cuenta la anor(30) Rafriel .%lireu 1,icnirac. ConsrVcsacianes acerca de nnrrestni irrdcpend~ncin y sns probornbres, pAgs. 91-92.1994. S a n t o L)ritiiitigo. Roques, Editorm. (31) Jos6 Gnl~rielGnrcía, obra citada, tonio 1x1, p5g. 49. (32) El plan rcoiiótnico que propusti e1 Dr. Calninern p que adnpt6 cl Cringreso Nacional en sus leyes del 20 y del 27 de jtinio de 1848 no tuvcr efrcta ni apllcncihn. Veasc CoIcccitrr de Lqles, t o m o 11, pfig. 190, nfim. 243; I,'&asc tntribi4n Jose Raiii6ri A l ~ a d , Reseña generaf ~~co~~r;ifico-cstadistica. República Dominicana, pilg. 127. SanLa l)anlii~go,1888. Garcin Hermanos. Edicl6ti Oficial. malidad de la vida nacional y el marcado inter&s que manifestaban nuestros gobiernas en no comprometer el crEdito del Estado en operaciones de prestarno, razones éstas que hacían imprescindibles las obligaciones fiduciarias como expediente infalible para conjurar crisis inminentes. El S3 de jtiIio de 1849 el Congreso Nacional di6 un decreto por el cual atriorizb la ernisicin de .un ?nr'ZlOn de fiaos esz bz'llefes de 1, 2, y 5 ppesos. Los téirninos de este decreto nos dan la medida de la dificultad económica en que se encontraba el gobierno para esa fecha, "Co~zsZdera?zdo:qzte en 10s ci~cunstrznciasnctualm, y como medid# pzr rnmentc fronsitore'n, m indispmsnble crear un rentrsci czitllgz~iera,en toga to qtle con la dcbidn reflaib~zsz estnblece un si$fcnzcl monetario deJin.itivoy cost tocln la $fijeza y rycgzclnvidacl econofnicisr" 133). Era indispensable un recurso, cualquiera que fuese, para contener la mina que se hacIa ya visible. La emisión de un millón de pesos en papel, aunque no era un recurso capaz de destruir el mal, por lo rnerios lo contenía en sus efectos momentaneamente, hasta tanto la nueva emisión viniera en descrgdito, circunstancia que se produciría infaliblemente, y fuera necesario reparar de nuevo las fuerzas perdidas. Esta emisión de billetes, con todo, no era bastante para cuhrir las necesidades perentorias del momento. La guerra pendiente con e1 haitiano era una fuente inagotable de egresos en la que se consumían las escasas entradas nacionaIes. Para constituir un fondo de reserva y abastecer de recursos las tropas en actividad dispuso el Congreso Nacional, por su decreto del 28 de septiembre de 1849, la emision de zln lrzillon y naedio de Pesos ejz billetes de 1,2 y 5 pesos, destinando esa suma, exc~usivu~xen.te~ "n Ius gasfos de Za ,pte?.cl, en caso de una Hueva invusibn, y pura que a la aznyor brevcclad firoue~los arse~zalesde arllias, ~eytrecIzosde gztewa, fonzihras, zznifo~~gzcy &nz& de a t e ramo" (34). En el pequeño lapso de dos meses se autorizo una ernision de dos millones y medio de pesos en papel moneda. Eso se explica por una sencilIa razOn historica: la primera emisiOn a que nos hemos referido, del 23 de julio de 1829, se impuso por la necesidad en que estaba el gobierno de enjugar la diferencia entre Ios ingresos y Ios egresos que se iba a producir en la distrihucicin de los gastos publicos para Ioc siete meses que transc~irririande junio a diciembre del mismo año (35). La segunda emisión aludida era consecuencia de la necesidad H m o m DE LA DEUDAPBBLICA,., 'l, , r i 1 . 23 sonvertida, desde este momento, en otm género de obligaki6~ 'q@al vez más peligroso que el primero y esencialmente distinto del hasta ahora habíí comprometido d Estada ' Que No sabemos hasta que panto hubiera sido conveniente al pais '-$aconiiersih que se proyectaba de su deuda pública interior, que, a buen seguro, vendría a ser deuda exkafijm, acompañada de todos .-- 80s inconvenientes con que suelen manifestarse a los Estados débiJa obiigahnes de esa naturaleza (38)La operaci6n proyectada como es natural tuvo sus aspectos favorables y desfavorabIes que en aqud momento y bajo aquellas circunstancias no hubieran podido delinearse a punto fijo, pero es evidente que awntecimientas posteriores a aquel, producidos en nuestras relaciones internacionales, han demostrado más tarde hash donde ha sido peligrosa e inconveniente la poIItI.ca de enipréstitos para Ia República Dominicana. Por otra parte, la situación econ6mica del pais, el estado deplorable de la hacienda pfiMica, la fluctuación constante de los valores fiduciarios, hachn casi hposible la marcha del tren administrativo porque se carecfa de una base firme y fundamental, indispensable a la estabilidad de la vida nacional. El Presidente Báez, sin embargo, no Uevd a ter-mino su prop6sito porque antes de realizarlo vencid su período presidencial, el 15 de febrerb de 1853,teniendo la satidaccibn de manifestar al. Congreso Nacional, en su aümo mensaje reglamentario, que "el tsoro, exahmta ea 1849 por los dispmdws dg ka WWQ se mcmtr&lia ea un estada que $odia 1Iama~~s próqbero''. 439) Al coronel Buenaventura Baez lo sucedió en el ejercicio de la presidencia nuevamente el general Santana (40). Vuelto este personaje al gobierno m b r d b en men prAc& ca su conocido sistema económico de emisi6n sobre el creditú de1 E s tado. E1 Congreso Nacional, para recoger totalmente e1 papel mone da en circulaci6n, autoriz6 una nueva emisiónde bilietes de caja de 1,2,5,20y 40pesos por una suma que dejaba a determinación del Poder Ejecutivo (41). La depreciación de la moneda no se habia dete nido y era necesario ponerle un remedio, que aunque no tan radi-cal como el que había querido establecer Baez, diera por lo menas uti nuevo code espera. Después de esta disposicibn m hay, durante los años 1853 y 1854, ninguna otra que merezca atencidn especial, a menos que s a la que ctict6 el Congreso Nacional el 13 , (38) rlgase ColeccKSn de Leyes tamo JI, p8g. 407, nGm. 357, cit. infra. (39) José Gabrie1 GarcIa, obra citada, tomo III, pAg. 95. 440) JosEGfibrieI Garck, obra citada, tomo IIX, pgg. 96. (41) CoIeccidadeLepcs, tomo 11, pbg. 316,n6m. 309, de septiembre de 1854 prohibiendo la venta en pfiblica subasta deT papel moneda, Este decreto del Congreso sintetiza en su segundo conside~rtndoel sistema de política económica seguida hasta entonces en la República Dominicana: "Considerando qzte In enzisiúfi de papel nzoneda: heclzza $or el Gobier~oc/t?sde su i~zclepe~zde~zcia dd Gobierno de HaitíRha sido Jzasttz cl dfn la ú.nic~deztda que ha: canfruido la NnciSn fiara con ello misma coa preferencict n ucepfi7rmi.epreStifos gravosos al pais, pera qzte no otisf~nfe,debe co~zsz'dera~s~ esta nzedZcIa como tra~zsitoria,Iznsfa gz.e en nzejorcs circ~anslapzcicrs pweda ar~egkcrsedeflrzifivnmeslztc an sistmzza nzo~zel'cr~iv que sallisfaga las ~ecesz'dadesflziblicas" (4.2). Desde 1844 se hal~iaseguido este mismo modo de pensar que trat0 de revolucionar el Presidente Baez con el sistema cte conversion y concolidacidn que se propuso establecer por el decreto del 15 de mayo de 1851. Hay también una dispmicion del Congreso Nacional del 15 de septiembre del mismo año que debe ocuparnos. Por esa disposición, que fij6 un tipo de cincuenta pesos en papel moneda por uno fuerte para el pago de los derechos de importación y exportación, puede medirse la depreciación que había sufrido la moneda nacional hasta entonces (43). Cokccihn de Lcyes, cita cit-su pra, nota 11. (43) Coleccirlin de Leyes, tonlo II, p6g. 408,nGni. 358. (42)