TURISMO TRAS LOS PAZOS MATRECIO Texto y fotos. 22 Ciertamente, como decía Martínez Barbeito, prácticamente no existe escritor gallego o ligado a Galicia, que no haya incluido en su obra literaria alguna referencia a los pazos. Valle Inclán, Pardo Bazán, Otero Pedrayo o Torrente Ballester son buenos ejemplos de ello. Y es que el pazo ha anidado profundamente en el imaginario popular como la casa solariega por excelencia de Galicia. “Casa grande, capilla, palomar y ciprés, pazo es”, ha sentenciado la sabiduría del pueblo llano. Si las villas de la Toscana nos evocan la bucólica y estética estampa rural en la campiña italiana, los pazos gallegos nos transportan a la melancólica vida de la pequeña nobleza rural gallega. Aunque el origen de los pazos muchas veces esta en la reforma de antiguas torres medievales, a las que se añadieron grandes caserones que servían a la vez de morada y de centro agropecuario a los “fidalgos” de la época, andando el tiempo, la concentración de patrimonios y rentas permitió la construcción de edificaciones más refinadas. Las casas nobles más ricas solían poseer una residencia urbana para pasar el invierno y la primavera, acudiendo a sus pazos durante el verano y el otoño, coincidiendo con la época de cosecha y cobro de rentas a sus aparceros. La evolución histórica, que tras la llegada de los Reyes Católicos intenta poner fin al modo feudal de entender la vida en Galicia, implica el ocaso de la arquitectura defensiva bajomedieval, para dar paso a los pacíficos pazos. Pero serán los siglos XVII y XVIII los que marquen el apogeo de estas casas solariegas. En consecuencia, será el estilo barroco el que predomine como seña de identidad de estas residencias señoriales en el campo. En esta ocasión nos vamos de visita a dos de los más famosos pazos gallegos. El emblemático Pazo de Oca y el Pazo de Rivadulla, muy cerca el uno del otro, son una buena opción para pasar un agradable día y conocer de primera mano esta característica muestra de la arquitectura y cultura gallegas. Plaza exterior. Pazo de Oca 23 PAZO DE OCA Cuando el turista se asoma a la explanada del Pazo de Oca, situado apenas a 20 km de Santiago de Compostela, se sorprenderá de encontrar un magnifico edificio palaciego en medio del campo. Si conoció la TVE de los años 70, seguramente recordará aquel gran programa titulado Si las piedras hablaran, que con guiones de Antonio Gala, recorría alguno de los grandes monumentos de España, recordando episodios y personajes históricos a ellos ligados. Y es que en el Pazo de Oca, es fácil escuchar a las piedras mientras se pasea por sus jardines, parecidos a los del Real sitio de Aranjuez. Existe abundante documentación histórica sobre el Pazo de Oca, incluso económica, sobre rentas, ingresos y gastos (especialmente referidos al siglo XVIII), que permite conocer la actividad de sus señores y servidores. Pero estese tranquilo el lector, que no queremos abrumarle con una riada de datos. Escudo de armas. Pazo de Oca 24 En cuanto a su origen, el Pazo esta ligado a los señores de Oca. En el siglo XV Suero de Oca tomó partido por la Beltraneja, y perdió sus señoríos a manos del arzobispo de Santiago, Alonso de Fonseca, partidario de Isabel la Católica. Integrado en el patrimonio de la Corona, en 1586 los dominios de Oca son adquiridos por María de Neira, hija de un regidor de Santiago de Compostela, Juan de Otero y Neira y viuda de otro, Gonzalo de Luaces. Actualmente el pazo pertenece a la casa de Medinaceli, tras un sinfín de nobles propietarios que en mayor o menor medida dejaron su huella en el edificio, y que los curiosos pueden consultar en la pagina web de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. En la explanada exterior nos encontramos con un característico conjunto arquitectónico en forma de L, en un lado el palacio o pazo, y unido a él en ángulo recto, a través de un viaducto con arcos ciegos, la iglesia dedicada a San Antonio de Padua, con un retablo atribuido a José Gambino. Enfrente de esta L, las bien conservadas casas, se supone de antiguos aparceros. Sala de estar. Pazo de Oca Dormitorio del príncipe. Pazo de Oca 25 Sala de entretenimiento. Pazo de Oca Sala de entretenimiento. Pazo de Oca 26 Galería noble. Pazo de Oca Salón. Pazo de Oca 27 A través de una puerta del siglo XVI blasonada con las armas de los Luaces y los Neira, penetramos en un zaguán que da acceso al patio y jardines. En la planta baja hay dos grandes salas, la más interesante dedicada al entretenimiento, con billar e incluso un futbolín de época, y repleta de trofeos cinegéticos. Una noble escalinata nos lleva desde el zaguán a una gran sala, que nos recuerda, entre estandartes y retratos de los insignes antecesores, al sobrio estilo del Escorial. En la planta alta, destaca un dormitorio que en el siglo pasado alojó al príncipe de Asturias, Don Alfonso, hermano del abuelo del rey, Don Juan de Borbón. Llama la atención el dormitorio con cuatro alcobas del siglo XVIII, que representan los cuatro continentes que se conocían entonces, ya que Australia aún no había sido descubierta. De exquisito gusto las dependencias privadas, que amablemente se nos permitió visitar, y que mostramos aquí a nuestros lectores. Según dicen, cuando el Duque de Segorbe se aloja en el pazo, en el exterior del edificio lucen los pendones y ondean las banderas. Si salimos al patio ocupa su vista central una fuente trilobulada, tras la que terreno baja hacia un portal que deja a su derecha un típico hórreo, dejando ver en lontananza el paisaje del valle del Ulla, y lo que habría sido parte de la La avenida de los tilos. Pazo de Oca Fuente central. Pazo de Oca Portal del Valle del Ulla. Pazo de Oca 28 Plaza exterior. Pazo de Oca 29 Hórreo. Pazo de Oca 30 Laberinto/invernadero. Pazo de Oca Jardines. Pazo de Oca Jardines. Pazo de Oca Enfrente de esta L, las bien conservadas casas, se supone de antiguos aparceros. A través de una puerta del siglo XVI blasonada con las armas de los Luaces y los Neira, penetramos en un zaguán que da acceso al patio y jardines. En la planta baja hay dos grandes salas, la más interesante dedicada al entretenimiento, con billar e incluso un futbolín de época, y repleta de trofeos cinegéticos. Una noble escalinata nos lleva desde el zaguán a una gran sala, que nos recuerda, entre estandartes y retratos de los insignes antecesores, al sobrio estilo del Escorial. En la planta alta, destaca un dormitorio que en el siglo pasado alojó al príncipe de Asturias, Don Alfonso, hermano del abuelo del rey, Don Juan de Borbón. Llama la atención el dormitorio con cuatro alcobas del siglo XVIII, que representan los cuatro continentes que se conocían entonces, ya que Australia aún no había sido descubierta. De exquisito gusto las dependencias privadas, que amablemente se nos permitió visitar, y que mostramos aquí a nuestros lectores. Según dicen, cuando el Duque de Segorbe se aloja en el pazo, en el exterior del edificio lucen los pendones y ondean las banderas. Si salimos al patio ocupa su vista central una fuente trilobulada, tras la que terreno baja hacia un portal que deja a su derecha un típico hórreo, dejando ver en lontananza el paisaje del valle del Ulla, y lo que habría sido parte de la 31 Estanque de las virtudes. Pazo de Oca 32 33 Estanques. Pazo de Oca Patio. Pazo de Oca 34 antigua jurisdicción de Oca. En un lateral del ala sur del patio, se puede ver labrado sobre un sillar del edificio un antebrazo con una mano señalando con la inscripción “Prosiga 1746”, que habría colocado allí el segundo Marqués de San Miguel das Penas con la intención de que sus descendientes siguiesen ampliando la edificación, para cerrar todo el patio. A la izquierda del patio encontramos uno de los invernaderos más antiguos de España, con grandes cristaleras blancas. A su vera un laberinto de seto de boj inspirado en un dibujo del pavimento de la Catedral de Canterbury. El conocido doble estanque de los jardines del Pazo de Oca fue encargado por Andrés Gayoso, primer Marqués de San Miguel das Penas. En la parte de arriba el estanque de aguas calmas llamado “de las virtudes” y el de aguas turbulentas abajo, que conocemos como “de las vanidades del mundo”. En ambos una barca de piedra. En el estanque de debajo de guerra, representando la vanidad, y el en el de arriba una barca de pesca, que alude al paraíso. Recomendamos deambular por los jardines, donde encontrará un antiguo lavadero del siglo XVIII, arroyos cubiertos por frondosas vegetaciones, exóticas especies arbóreas, entre las que destaca una vieja secuoya y el camelio considerado como el más antiguo y alto de Europa, fuentes, setos imitando lagartos gigantes y la relajante avenida de los tilos, incorporada al pazo en el siglo XIX y obra de François de Vié, jardinero del Palacio Real. Si busca bien, encontrará incluso a Alicia de las maravillas metiéndose en un frondoso espejo que no sabe bien a donde nos transportará. Pazo de Oca A Estrada - 36685 Pontevedra - Telf: (+34) 986 58 74 35 - Fax: (+34) 986 58 74 39 - pazodeoca@fundacionmedinaceli.org Abierto todos los días de la semana: Visita a los jardines: Invierno (noviembre a marzo): de 9 a 18.30 horas. Verano (abril a octubre): de 9 a 20.30 horas. Visita guiada al interior del Palacio: Viernes, sábados y domingos de 11 a 12.00 horas. Otros horarios previo concierto. Entrada hasta 30 minutos antes del cierre. Precios Entrada individual jardines: 6€ Entrada grupos jardines (Min. 15 pax): 4€ Visita completa, jardines e interior del Palacio: 15€ Jardines y agua. Pazo de Oca 35 Avenida de los Olivos. Pazo de Rivadulla Pazo de Rivadulla Muy cerca también de Santiago, el pazo de Santa Cruz de Rivadulla, tambien conocido como Pazo de Ortigueira se encuentra al lado de Vedra y del rio Ulla. Inicialmente conocido como la Torre y el Casar de Ortigueira, adquiere relevancia como pazo cuando en el siglo XVI, el canónigo de la Catedral de Santiago, Juan Ibáñez de Mondragón, se hace con las propiedades que se convertirían en el Pazo de Santa Cruz. Actualmente el pazo esta en manos de la familia Armada, a la que pertenecía el famoso General Alfonso Armada Comyn, preceptor del rey Juan Carlos, secretario general de la Casa Real e implicado en el golpe del 23-F. En el Pazo de Rivadulla podemos aún observar la función agropecuaria de estas casas solariegas, una explotación ganadera sigue en activo allí mismo, además de las fincas circundantes dedicadas a la viticultura, también podemos admirar la avenida de olivos, como recuerdo de la producción de aceite de estas heredades que llego hasta el siglo XX. En la capilla del pazo, del siglo XVI, usada hoy como iglesias parroquial, destaca un retablo de Juan Bautista Celme, 36 que recuerda vagamente al estilo de los enclos paroissial de la Bretaña francesa. En el mismo patio del pazo, frente al edificio principal, encontramos una curiosa fuente con extraños seres mitológicos. Fue encargada por el primer Marqués de Santa Cruz de Rivadulla, Andrés Ibáñez de Mondragón y Ozores de Sotomayor. Las insólitas tallas de la fuente representan a la coca, nombre gallego que se da a una especie de dragón, y que forma parte del antiguo símbolo heráldico del linaje Mondragón, tan vinculado al Pazo de Santa Cruz de Rivadulla. Pero lo más interesante de este Pazo es su exuberante jardín, que reúne, junto a más de 200 variedades de camelios, enormes magnolios, palmeras washingtonias, tulipaneros de Virginia, ombúes, helechos australianos, criptomeria japónica o robles de la variedad fastigiata. Todo ello entre paseos en torno a un arroyo con cascadas que cruza el jardín, estanques y fuentes, bancos y mesas de piedra, que según se dice Jovellanos gustaba de utilizar mientras duró su estancia en el pazo para recuperarse de una afección pulmonar. Hoy, somos nosotros los que podemos disfrutar de este oasis, no se lo pierdan. Fuente de la Coca. Pazo de Rivadulla 37 Jardines. Pazo de Rivadulla Camelias. Pazo de Rivadulla 38 Estanque. Pazo de Rivadulla Cascada. Pazo de Rivadulla 39