Vía clínica para la RTU de neoformaciones vesicales. Análisis de

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VÍA CLÍNICA PARA LA RTU DE NEOFORMACIONES VESICALES. ANÁLISIS DE LOS 2 PRIMEROS AÑOS DE IMPLANTACIÓN
urología oncológica
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4
Arch. Esp. de Urol., 54, 8 (777-786), 2001
Vía clínica para la RTU de neoformaciones vesicales. Análisis de los 2 primeros años
de implantación.
CARLOS NÚÑEZ MORA, LOURDES CHAMORRO RAMOS1, DAVID RENDÓN SÁNCHEZ, EMILIO RÍOS
GONZÁLEZ, TERESA PASTOR ARQUERO, ALFREDO AGUILERA BAZÁN, ANGEL TABERNERO GÓMEZ,
JESÚS CISNEROS LEDO, JUAN GARCÍA CABALLERO1 Y JESÚS JAVIER DE LA PEÑA BARTHEL.
Servicio de Urología y Unidad de Calidad Asistencial1. Hospital Universitario La Paz. Universidad Autónoma de Madrid.
Madrid. España.
Resumen.- OBJETIVOS: Analizar los resultados obtenidos en los 2 primeros años de implantación de una vía
clínica para la resección transuretral (RTU) de
neoformaciones vesicales diseñada en el Hospital Universitario La Paz.
MÉTODOS: Hemos diseñado para la resección
transuretral de vejiga una vía clínica de 4 estancias
hospitalarias (5 días), y que incluye la siguiente documentación: matriz-verificación, órdenes de tratamiento, verificación de variaciones, hoja de información iconográfica
para el paciente y la encuesta de satisfacción del paciente.
La información para la evaluación de resultados se ha
obtenido de la documentación de la vía y de los datos de
actividad del Servicio de Urología. Para valorar los
resultados en la eficiencia en el consumo de recursos, se
ha realizado una comparación entre la estancia media de
los pacientes en vía clínica y un grupo control compuesto
por una muestra aleatoria de 50 pacientes sometidos a
RTU vesical durante 1997.
Correspondencia
Carlos Núñez Mora
Avda. de la Oliva, nº 14 Bajo C
28220 Majadahonda.
Madrid. España.
Trabajo recibido el 13 de marzo de 2001.
RESULTADOS: Entre junio de 1998 y mayo de 2000
han entrado en vía clínica 481 de los 494 pacientes
intervenidos (cobertura del 97,4%).
Uno de los pacientes (0,2%) falleció en el postoperarorio
por lo que ha sido excluido del análisis de la estancia
media y de satisfacción. De los 480 pacientes en vía
evaluados, el 93,3% cumplieron la estancia programada.
La estancia media ha sido de 2,9 días (DT=1,5),
significativamente menor que la estancia del grupo control de 1997, en el que fue de 9,3 días (DT=7,1) (p<0.03),
siendo la reducción de 3,3 días en la estancia preoperatoria
y de 3,0 días en la postoperatoria. La tasa de reingresos
fue del 1,2%. No se apreciaron incidencias médicas
significativas derivadas de la aplicación de la vía clínica,
ni variaciones sistemáticas. La encuesta de satisfacción
fue entregada por 256 pacientes (cobertura 53,3%). La
valoración de los pacientes resultó muy positiva, alcanzando un índice de satisfacción global del 96%
CONCLUSIONES: En nuestra experiencia la vía clínica de RTU vesical constituye un instrumento útil para el
desarrollo de la gestión clínica del proceso, reduciendo la
variabilidad no deseada en la asistencia a los pacientes y
la estancia hospitalaria, con un bajo índice de complicaciones y reingresos, y consiguiendo un alto grado de
satisfacción por parte del paciente.
Palabras clave: RTU. Neovesical. Vía clínica.
Summary.- OBJECTIVE: To analyze the results of the
first two years of application of the clinical pathway for
transurethral resection (TUR) of bladder tumors at La Paz
University Hospital.
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C. NÚÑEZ MORA, L. CHAMORRO RAMOS, D. RENDÓN SÁNCHEZ Y COLS.
METHODS: We developed a clinical pathway of 4
hospital stays (5 days) for TUR of the bladder that
included the following: matrix-verification, treatments
prescribed, verification of changes, patient information
sheet and patient satisfaction questionnaire. The
information for the evaluation of the results were obtained
from the pathway records and data on the activities of the
Urology services. To assess the results for efficiency in the
use of resources, the mean duration of hospital stay of
patients in the pathway were compared with that of a
control group comprised of 50 randomly selected patients
submitted to TUR of the bladder in 1997.
RESULTS: From June 1998 to May 2000, 481 of the
494 (97.4%) treated patients entered the clinical pathway.
CONCLUSIONS: In our experience, the clinical
pathway for the urinary bladder is a useful instrument for
developing the clinical management of this condition. It
reduces the unwanted changes in patient care and hospital
stay, carries a low incidence of complications and
readmissions, and achieves a high degree of patient
satisfaction.
Keywords: TUR. Bladder tumour. Clinical pathway.
INTRODUCCIÓN
Las vías clínicas constituyen un instrumento de
gestión clínica que ha demostrado una gran eficacia en
la reducción de la variabilidad de la asistencia a los
pacientes mediante el diseño del proceso, aplicando la
medicina basada en la evidencia y ajustando la estancia hospitalaria. De esta forma contribuyen a la mejora
en la calidad cientificotécnica del proceso, al aumento
de la satisfacción de los pacientes y a la mejora en el
consumo de recursos sanitarios, aumentando la eficiencia de los mismos (1-5).
En el ámbito de la Urología se han utilizado de
forma predominante en procedimientos de elevada
complejidad, tales como la prostatectomía y la
cistectomía radicales, con unos resultados altamente
satisfactorios tanto desde el punto de vista de baja
morbimortalidad y elevada satisfacción de los pacientes, como de reducción del gasto hospitalario (2, 3, 613). En otros procedimientos urológicos de menor
complejidad, tales como la resección transuretral tanto de próstata como de neoformaciones vesicales, la
experiencia con las vías clínicas es más limitada,
aunque los resultados obtenidos han sido igualmente
satisfactorios (1, 14, 15).
Presentamos a continuación nuestros resultados en
los primeros 24 meses de aplicación de la vía de
resección transuretral de neoformaciones vesicales
diseñada en nuestro Servicio.
PACIENTES Y MÉTODOS
Entre junio de 1998 y mayo de 2000 se han intervenido de resección transuretral por neoformaciones
vesicales a 494 pacientes. En 481 (97,4%) de ellos se
ha utilizado la vía clínica como herramienta de
estandarización de la asistencia pre y postoperatoria
del enfermo.
La vía clínica que hemos diseñado para la RTU
vesical consta de cinco documentos:
1. Hoja matriz: en ella se recogen, en forma de
matriz temporal, todas las actuaciones y procedimientos que se van a realizar tanto en el pre como en el
postoperatorio.
2. Órdenes de tratamiento y cuidados prefigurado: en ellas se encuentra preimpreso el tratamiento que
se va a administrar a los pacientes. Cuentan con
espacio suficiente para introducir las variaciones que
el médico considere necesarias (tratamiento
antihipertensivo, pautas de insulina, etc.). Son editadas en papel autocopiativo, el original se queda en la
historia clínica y las copias son utilizadas para remitirlas al Servicio de Unidosis de Farmacia y para la
monitorización y evaluación de la vía (Fig. 1).
3. Verificación de variaciones de la vía: es una
única hoja en la que el médico indica las variaciones
que se han producido respecto al postoperatorio ideal
y los procedimientos o tratamientos no programados
que se han realizado (análisis, transfusión sanguínea,
analgésicos etc.)
4. Hoja de información iconográfica para el paciente: se entrega al enfermo en el momento del
ingreso y en ella se indica mediante gráficos simplificados cuál es la evolución más habitual de su proceso
y cómo se espera se desarrolle su estancia hospitalaria
(Fig. 2).
5. Encuesta de satisfacción: se trata de un cuestionario autoadministrado que se entrega al paciente
antes del alta y se cumplimenta de forma anónima.
Consta de diferentes tipos de preguntas: preguntas
dicotómicas relativas a si conoce el nombre de los
profesionales que le han atendido, si el tiempo de
ingreso le ha parecido correcto y relativas a la informa-
VÍA CLÍNICA PARA LA RTU DE NEOFORMACIONES VESICALES. ANÁLISIS DE LOS 2 PRIMEROS AÑOS DE IMPLANTACIÓN
VÍA CLÍNICA DE RESECCIÓN TRANSURETRAL VESICAL
VÍA CLÍNICA DE RESECCIÓN TRANSURETRAL VESICAL
Fig. 1: Hojas de tratamiento prefigurado autocopiativas.
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C. NÚÑEZ MORA, L. CHAMORRO RAMOS, D. RENDÓN SÁNCHEZ Y COLS.
Fig. 2: Hoja de información iconográfica que se entrega y explica al paciente al ingreso.
ción sobre su estancia; preguntas cerradas, de carácter
pareado, en las que en la primera de ellas se cuestiona
al paciente sobre sus percepciones respecto a múltiples aspectos del ingreso y, en la segunda sobre sus
expectativas. Hemos considerado como objetivo deseable una cobertura del 70% con un índice de satisfacción superior al 90%, definiéndose éste como la
relación entre las percepciones y las expectativas del
paciente. La encuesta finaliza con dos preguntas abiertas sobre lo mejor y peor percibido por el paciente (Fig.
3).
El proceso de la RTU de neoformación diseñado en
nuestro hospital tiene una duración de 5 días, lo que
equivale a 4 estancias (presencia del enfermo a las
0:00h u hora censal): 1 estancia preoperatoria y 3
estancias postoperatorias.
Día 1 (Ingreso). El paciente ingresa en el hospital la
tarde previa a la cirugía, con el estudio preoperatorio
completo realizado en régimen ambulatorio. En este
momento se le entrega y explica la hoja de información iconográfica de la vía clínica. Se procede a la
preparación prequirúrgica del enfermo según el protocolo específico. Por la noche se administra un
ansiolítico suave y profilaxis antimicrobiana mediante pauta oral monodosis de 500 mg de levofloxacino.
Día 2 (Intervención quirúrgica). Por la mañana se
procede a RTU vesical con anestesia locorregional
salvo contraindicación específica. De forma sistemática se deja una sonda tipo Foley de tres vías fijada a
abdomen con lavado vesical continuo. A las 6-8 horas
de la cirugía se inicia tolerancia a líquidos,
suspendiéndose a continuación la sueroterapia. Si es
posible se cierra el suero lavador esa misma tarde.
VÍA CLÍNICA PARA LA RTU DE NEOFORMACIONES VESICALES. ANÁLISIS DE LOS 2 PRIMEROS AÑOS DE IMPLANTACIÓN
Día 3 (1er día postoperatorio). Por la mañana el
enfermo inicia la deambulación. Si la tarde anterior se
suspendió el lavado vesical continuo, se procederá a
retirar la sonda vesical, previa administración de 500
mg de levofloxacino v.o. Si el lavado vesical continuo
se mantuvo, se valorará su retirada.
Días 4 y 5 (3er y 4º días postoperatorios). Cuando se
observan orinas claras se retira el suero lavador y
posteriormente la sonda vesical. Si a la mañana del 5º
día persiste una hematuria leve, o la profundidad de la
resección así lo aconseja, se procede al alta hospitalaria con sonda vesical para su retirada en régimen
ambulante.
El día previo al alta, por la tarde, se entrega al
paciente la encuesta de satisfacción que será devuelta
de forma anónima el día del alta.
La monitorización del proceso de implantación de
la vía clínica se ha realizado manteniendo una reunión
mensual durante los 6 primeros meses y semestral
posteriormente entre profesionales del Servicio de
Urología, del Servicio de Medicina Preventiva y el
Coordinador de Calidad del Hospital.
Con el objeto de conocer el impacto de la aplicación
de la vía clínica sobre la estancia hospitalaria, se han
comparado los pacientes en vía clínica con un grupo
control de pacientes intervenidos antes de la
implantacíón de la misma. Se seleccionaron por
muestreo aleatorio 50 pacientes de los 235 intervenidos de RTU vesical en 1997, y se ha comparado la
781
estancia media de los dos grupos mediante la prueba t
de Student para variables independientes.
RESULTADOS
De los 494 pacientes 13 no fueron incluídos en la vía
clínica o bien no se recogió la documentación específica de la misma, lo que supone una cobertura de la vía
del 97,4% sobre el total de pacientes intervenidos.
Otro paciente, del grupo de la vía clínica , falleció en
el postoperatorio y no se ha incluído en el análisis de
la estancia media.
La estancia media de los 480 pacientes incluídos en
la vía clínica válidos para análisis fue de 2,9 días
(DT=1,5). La duración de 4 estancias (5 días) programada en la vía clínica fue cumplida por el 93,3% de los
pacientes, con un total de altas al segundo día
postoperatorio del 81% (Fig. 4). Tanto el cumplimiento de la vía como el porcentaje de altas al segundo día
postoperatorio han ido aumentando según ha avanzado el tiempo de implantación de la vía (Fig. 5). La
figura 6 muestra la diferencia de estancia postoperatoria
entre el grupo en el que se aplicó la vía clínica respecto
al grupo control previo a la implantación de la misma.
El impacto que sobre la reducción de la estancia
media ha tenido la vía clínica se muestra en la Tabla I.
La estancia media de los pacientes intervenidos inmediatamente antes de la implantación de la vía clínica en
TABLA I
COMPARACIÓN DE ESTANCIAS PREOPERATORIAS, POSTOPERATORIAS Y TOTALES ENTRE EL
GRUPO CONTROL Y EL GRUPO DE VÍA CLÍNICA
Grupo
Control
Grupo Vía
Clínica
Significación
Estancia preoperatoria
(días ± DT)
4,4±3,3
1,0±0,7
p<0,001
Estancia postoperatoria
(días ± DT)
4,9±5,6
1,9±1,4
p<0,001
Estancia total
(días ± DT)
9,3±7,1
2,9±1,5
p<0,001
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C. NÚÑEZ MORA, L. CHAMORRO RAMOS, D. RENDÓN SÁNCHEZ Y COLS.
Fig. 3: Encuesta de satisfacción.
VÍA CLÍNICA PARA LA RTU DE NEOFORMACIONES VESICALES. ANÁLISIS DE LOS 2 PRIMEROS AÑOS DE IMPLANTACIÓN
1997 fue de 9,3 días (DT=7,1), lo que representa una
reducción de 6,4 días, de los cuales 3,4 días son
preoperatorios y de 3,0 días postoperatorios. Las diferencias en la estancia media global y en sus dos
componentes, preoperatoria y postoperatoria, entre el
grupo en vía y el grupo control resultaron
estadísticamente significativas (p<0,001).
La tasa de reingresos en el primer mes postoperatorio
ha sido del 1,2%. De los 6 pacientes reingresados, 4
habían sido dados de alta con sonda vesical. En 3 casos
por persistir una hematuria leve, que fue además la
causa del reingreso, y que se solucionó con
electrocoagulación de la base de resección previa, y en
el otro paciente por haber presentado una retención de
orina tras la retirada de la sonda. Este paciente reingresó para la realización de una RTU de próstata tras
fracasar la retirada de sonda con tratamiento abloqueante.
Los 2 pacientes que reingresaron y que habían sido
dados de alta sin sonda y con orina clara, reingresaron
por hematuria a los 17 y 22 días de la intervención,
solucionándose el cuadro, en ambos casos, con medidas conservadoras.
No se detectan diferencias significativas en la tasa
de mortalidad entre el grupo control y el grupo en vía
clínica. En el primero de ellos la tasa de mortalidad fue
del 0%, y en el grupo de vía clínica se produjo un éxitus
por parada cardiaca en un paciente de 89 años, lo que
supone una tasa de mortalidad en este grupo del 0,2%.
Respecto a las variaciones, 86 pacientes (17,9%)
fueron dados de alta con sonda vesical, 54 de ellos
(62,8%) debido a la profundidad de la resección, 26
(30,2%) por persistir una hematuria leve, 4 (4,7%) por
presentar una retención aguda de orina tras retirada
postoperatoria de la sonda vesical y otros 2 (2,3%) por
haberse realizado una uretrotomía endoscópica simultánea.
De los 32 pacientes (6,7%) en los que se prolongó
la estancia más allá de la programada, en 20 casos
(62,5%) fue debido a causas médicas y en 12 casos a
otros motivos.
Las causas médicas de retraso del alta fueron: 13
casos de hematuria persistente, de los que uno requirió
una reintervención precoz, 2 cuadros de cefalea y
vómitos tras anestesia intradural, 1 síndrome
confusional, 1 hemorragia digestiva aguda, 1 cuadro
diarreico, 1 caso de retención aguda de orina y 1
cuadro de descompensación diabética.
783
En los otros 12 casos la prolongación de la estancia
fue debida en :
· 4 pacientes (12,5%) a la realización durante el
mismo ingreso un estudio de extensión previo a
cistectomía.
· 4 pacientes (12,5%) a motivos sociosanitarios
(2 pacientes por negativa del alta de la familia y 2
pacientes que requeririeron la atención de Asistencia
Social)
· 4 enfermos (12,5%) a desviaciones no justificadas en la aplicación de la vía clínica
Otros 23 pacientes (4,8%) presentaron incidencias
médicas que no precisaron prolongar la estancia hospitalaria: necesidad de transfusión postoperatoria por
hematuria en 5 casos, fiebre postoperatoria en otros 4,
4 cuadros de cefalea y vómitos, 3 casos de retención de
orina tras retirada de sonda, 2 casos de espasmos
vesicales refractarios al tratamiento con oxibutinina, 2
reintervenciones precoces por hematuria, 2 cuadros
diarreicos y 1 paciente que precisó la colocación de
una nefrostomía percutánea por cólico renal tras no
lograr la desobstrucción endoscópica del meato ureteral
atrapado por el tumor.
De los 480 pacientes en vía clínica se recogieron
256 encuestas, lo que configura una cobertura de
53,3%, inferior al estándar del 70% deseable. La
Fig. 4: Porcentaje de enfermos incluídos en vía clínica dados de
alta según día de estancia postoperatoria.
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C. NÚÑEZ MORA, L. CHAMORRO RAMOS, D. RENDÓN SÁNCHEZ Y COLS.
valoración media que los pacientes hacen respecto a la
atención recibida es de 9,1 puntos sobre una escala de
10, y el índice de satisfacción (IS) global ha sido del
96%, superior al estándar del 90%.
El 33,5% de los pacientes dicen no conocer el
nombre del médico, porcentaje que aumenta al 63,7%
en el caso del nombre de la enfermera. El 89,5% de los
pacientes contestan que ha sido correcto el tiempo de
permanencia en el hospital. Respecto a los IS de los
aspectos valorados destacan el grado de información
recibida sobre la enfermedad (percepción: 8,4; expectativa: 9,2; IS:9; 32% de pacientes IS≤90%), la comida
(percepción: 7,8; expectativa: 8,5; IS:91%; 28% de
pacientes IS≤90%), y la limpieza (percepción: 8,5;
expectativa: 9,2; IS:92%; 30% de pacientes IS≤90%)
como aspectos más susceptibles de mejora según la
opinión de los pacientes. El aspecto mejor valorado
por los pacientes han sido el trato de enfermería
(percepción: 9,3; expectativa: 9,4; IS:97%; 15% de
pacientes IS≤90%). En la pregunta abierta relativa al
aspecto mejor valorado un tercio de pacientes no
contestaron a la pregunta, y más de la mitad realizaron
una valoración muy positiva del trato de los profesionales médicos y de enfermería y una percepción global
satisfactoria. A la cuestión de los aspectos peor valorados más de la mitad de pacientes no contestaron a la
pregunta y en el resto los aspectos comentados son
variables: falta de información, exceso visitas, limpìeza
de la habitación o lista espera quirúrgica entre otros.
desarrollo de vías clínicas. El principal inconveniente
en el diseño de una vía clínica para la RTU vesical
radica en que el curso postoperatorio puede variar
dependiendo del tamaño del tumor y de la profundidad
de la resección. No hemos considerado necesario
realizar diseños diferentes o variaciones dentro de una
misma vía clínica en función de las características
tumorales, sino que hemos intentado implantar una
vía susceptible de ser cumplida por el 80% de los
pacientes sometidos a RTU vesical. Debemos indicar
que en tumores únicos menores de 1 cm realizamos
sistemáticamente la biopsia y fotocoagulación con
láser de forma ambulante, por lo que el 100% de los
tumores incluidos en vía clínica fueron múltiples o
mayores de 1 cm.
Desde la implantación de la vía clínica hemos
comprobado una importante disminución en la estancia hospitalaria, si bien debemos reconocer que partíamos de una estancia media muy elevada. Esta estancia
tan elevada en el grupo control se debía tanto a factores
preoperatorios como a factores postoperatorios. En
cuanto a los primeros, en el grupo control los ingresos
se producían en las camas que quedaban libres por
altas, independientemente del día en que se fuera a
realizar la RTU. Esta práctica evitaba que las camas
DISCUSIÓN
Las vías clínicas se consideran especialmente útiles
para reducir y homogeneizar la estancia hospitalaria
en todos aquellos procesos de elevada prevalencia,
alto riesgo y alto coste, o que requieran la cooperación
de múltiples profesionales (4, 5, 16). Si bien, en
urología, su efectividad ha quedado ampliamente demostrada en procesos complejos como la prostatectomía radical (2, 3, 6, 8, 10-13) o la cistectomía
radical (7), existen pocas referencias a su impacto en
procesos poco complejos como las resecciones
transuretrales de próstata (13, 14) o de neoformaciones
vesicales (1).
En nuestro Servicio la RTU de neoformaciones
vesicales es el procedimiento quirúrgico con ingreso
más frecuente, lo que nos ha movido a incluirlo en el
Fig. 5: Porcentaje de cumplimiento, de altas al 2º día
postoperatorio y de altas con sonda a los 6, 12, 18 y 24 meses de
implantación de la vía clínica.
VÍA CLÍNICA PARA LA RTU DE NEOFORMACIONES VESICALES. ANÁLISIS DE LOS 2 PRIMEROS AÑOS DE IMPLANTACIÓN
libres fueran ocupadas por pacientes de otros Servicios, lo que podía llegar a bloquear la actividad quirúrgica por falta de camas. Mediante la implantación de
vías clínicas hemos conseguido contar con un compromiso por parte del Servicio de Admisión para
asegurar la realización de los ingresos programados en
la tarde previa a la cirugía.
Respecto a los factores postoperatorios la modificación más significativa se ha producido en la política de
alta con sonda vesical. Así, mientras en el grupo
control todos los pacientes fueron dados de alta sin
sonda vesical, en el grupo de vía clínica el 17,9% de los
pacientes fueron dados de alta con la misma, lo que
permitió dar altas precoces en resecciones profundas.
En la figura 5 se aprecia como el porcentaje de enfermos dados de alta con sonda se ha ido incrementando
progresivamente, de un 8,8% a los 6 meses de implantación al 17,9% a los 24 meses, al comprobar que no se
producía ningún deterioro significativo en la calidad
científico-ténica ni en el grado de satisfacción percibida
por los pacientes. El incremento de altas con sonda
junto al aprendizaje en la aplicación de la vía clínica ha
llevado a un aumento del grado de cumplimiento de la
misma, que ha pasado de un 85,1% a los 6 meses al
93,3% a los 24 meses (Fig. 5). Más llamativo aún ha
sido el incremento del número de altas al segundo día
postoperatorio del 64% a los 6 meses al 81% a los 24
meses (Fig. 5). De hecho, este porcentaje de altas al
segundo día postoperatorio es tan elevado que nos ha
permitido rediseñar la vía clínica reduciendo en 1 día
la estancia postoperatoria. Actualmente la vía de RTU
vesical que estamos aplicando en nuestro Servicio
cuenta con una estancia programada de sólo dos días
postoperatorios.
La estancia programada en la vía clínica que presentamos podría reducirse en 1 día si, al igual que se
realiza en otros centros (6-9, 14), los pacientes ingresaran el mismo día de la cirugía. En nuestro caso, el
ingreso a primera hora de la mañana conllevaría problemas de sobrecarga para el personal de enfermería y
dificultades para la reserva de sangre, por lo que de
momento no nos planteamos dicha modificación.
La mortalidad en el grupo de vía clínica fue del
0,2%, lo que no presenta diferencias estadísticamente
significativas respecto al grupo control (0%). Las
incidencias médicas que aparecieron en el grupo de vía
clínica también fueron similares a las del grupo control, por lo que no hemos encontrado alteraciones en la
785
morbimortalidad de la RTU vesical por la implantación de la vía clínica.
Aunque la tasa de reingresos en el grupo de vía
clínica del 1,2% resulta perfectamente asumible, y
cabe destacar que de los 6 pacientes que reingresaron,
3 lo hicieron durante los primeros 12 meses de implantación de la vía, tras haber sido dados de alta con una
hematuria que no cedió posteriormente. Estos 3
reingresos hubiesen debido evitarse y, de hecho, gracias al aprendizaje en la aplicación de la vía no hemos
vuelto a tener reingresos de este tipo.
A lo largo del tiempo de implantación, la documentación de la vía ha sufrido diversas modificaciones
hacia la claridad y la simplificación. En la actualidad
se están incorporando la valoración y cuidados de
específicos de enfermería en la misma.
La cobertura de las encuestas es uno de los aspectos
a mejorar, así como la formulación de las cuestiones
relativas al grado de dolor y a la adecuación de las
visitas, en las que hemos observado un porcentaje de
no respuesta y de variabilidad sorprendentemente alto
que nos induce a pensar en dificultades en su interpretación. La información sobre la enfermedad constituye una clara oportunidad de mejora, ya que estos
pacientes, en contraste con los pacientes de resección
Fig. 6: Comparación del porcentaje de enfermos que permanecen
ingresados según se haya aplicado o no la vía clínica.
786
C. NÚÑEZ MORA, L. CHAMORRO RAMOS, D. RENDÓN SÁNCHEZ Y COLS.
transuretral de próstata por ejemplo, demandan un
mayor nivel de información sobre su proceso patológico.
CONCLUSIONES
La implantación de una vía clínica para la RTU
vesical consigue asegurar una asistencia a los pacientes homogénea, de calidad, basada en criterios de
medicina basada en la evidencia y reducir de forma
significativa la estancia hospitalaria en este procedimiento quirúrgico. El grado de satisfacción alcanzado
ha sido muy alto, y no hemos encontrado un deterioro
del mismo al aumentar el porcentaje de altas con sonda
vesical.
Nuestro programa resulta perfectamente asumible
por cualquier centro hospitalario, y puede ser modificado reduciendo en 1 día la estancia postoperatoria
programada una vez se alcanza cierta experiencia en la
aplicación de la vía.
BIBLIOGRAFÍA Y LECTURAS
RECOMENDADAS (*lectura de interés y
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