LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS RELACIONES PÚBLICAS Por: Amelia Reyes Mora areyes@afcomuniacionestrategica.com La autora es Socio Directora de AF Comunicación Estratégica, firma dedicada a la consultoría de Comunicación y Relaciones Públicas. R ecientemente, un amigo y comunicador nos comentaba que le llamaba la atención que nuestros artículos, gentilmente publicados por este medio, tienen un gran énfasis y orientación en temas de responsabilidad social. Nos preguntaba sobre las motivaciones que nos llevan a profundizar cada vez más en este tema. Le respondía que generalmente dedicamos mayor tiempo y atención a los asuntos que nos interesan o que valoramos. Es por ello, que nos ocupamos de concienciar sobre la importancia de que cada ser humano y empresa desempeñe adecuadamente su rol social, para que alcancemos un desarrollo sostenible de nuestra sociedad, que beneficie a las generaciones presentes y futuras. Además, le comentaba a mi amigo, que entendemos que los profesionales de la comunicación o los especialistas en relaciones públicas, tenemos una gran responsabilidad en este asunto. Como comunicadores y asesores de las empresas tenemos la responsabilidad de promover una acción y una comunicación estratégica que contribuya con la mejora de nuestro entorno. A lo largo de nuestra experiencia profesional, hemos tenido una oportunidad especial de desarrollar programas de responsabilidad social corporativa tanto para las empresas a las que hemos prestado servicio desde la vida corporativa como a nuestros clientes en nuestro papel como consultores. Hemos podido ver, en primera fila y de forma directa, el impacto que la implementación de dichos programas ha tenido no sólo en las comunidades o en el entorno externo de la empresa, sino en los empleados y ejecutivos de la misma. Podemos agregar, que nuestra vocación nació cuando trabajábamos en una de las grandes empresas multinacionales del sector financiero. Recuerdo que una de las dimensiones que se evaluaba dentro del proceso de evaluación de desempeño de esta organización era, precisamente, la dimensión que definía el rol de cada empleado como ciudadano responsable y su nivel de contribución a una mejor sociedad. Allí nació nuestro interés y las experiencias posteriores fomentaron nuestra pasión. Recientes estudios han confirmado, una vez más, que la percepción de los diferentes públicos sobre lo que hacen las empresas Página | 1 para contribuir con el mejoramiento de su entorno no es suficiente, pues una empresa puede estar cumpliendo a cabalidad con los requerimientos legales, fiscales y técnicos, obteniendo buenos rendimientos financieros y, sin embargo, ser considerada como fría, superficial, indiferente o insensible a las necesidades o valores sociales muy preciados de su entorno. En este contexto, es función del especialista en Relaciones Públicas trabajar dentro de la empresa para promover un comportamiento constructivo y basado en la conciencia social. Y fuera de la empresa para persuadir al público de que su organización es un ciudadano corporativo respetable y con vocación social. Es cada vez más frecuente, que los públicos internos y externos demanden de las empresas su involucramiento en la búsqueda de soluciones a problemas sociales que nos impactan a todos. Esta labor de asistencia no sólo mejora la calidad de vida, sino que crea una fuente de apoyo público a la empresa. Por su parte, la ciudadanía corporativa, refuerza su reputación y su capacidad de comercializar bienes y servicios, obteniéndose ampliamente la tan deseada “licencia social para operar”. En nuestro país, iniciamos un proceso de apertura en lo relativo a la responsabilidad social, sin embargo, debemos de aclarar que lo que determina una verdadera CONDUCTA EMPRESARIAL SOCIALMENTE RESPONSABLE ES LA CONTINUIDAD de este tipo de acciones positivas, que las mismas sean consistentes a lo largo del tiempo. Se trata de que forme parte esencial del espíritu y filosofía de la empresa. Se requiere, pues, de una verdadera “conversión social”. Cuando escribimos nos gusta hacer el ejercicio de imaginar qué pensarán los lectores cuando leen sobre este tema. Por ello, nos preguntamos, en una sociedad donde la rentabilidad parece ser el único factor que moviliza a la acción, ¿cuáles beneficios tienen las empresas con esta corriente de equidad y balance social y económico? Estamos convencidos de que hay más beneficios de lo que a veces podemos pensar, por citar algunas importantes ventajas, será posible obtener mayor y mejor imagen, percepción y valoración positivas por parte de los diferentes grupos de interés, recordación de marca, mayor identificación de los empleados con la empresa y un gran sentimiento de orgullo, por tanto, un mejor desempeño. En el fondo, posiblemente, lo más relevante, la empresa verá crecer su sustentabilidad a largo plazo para competir con mayor ventaja en nuevos y más exigentes mercados. Estamos seguros de que las empresas que integren a sus agendas de trabajo y a sus operaciones diarias un comportamiento responsable, que exceda el cumplimiento Página | 2 de sus obligaciones básicas, no sólo podrán percibir grandes beneficios en términos de imagen y reputación sino que podrán sentir la gran satisfacción de trascender como organización y como seres humanos, saborearán el logro del deber cumplido con su entorno logrando generar mayor bienestar para todos. Página | 3