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SALZBURGO
El Castillo
encantador
Desde la Edad Media el castillo Fuschl ha servido de lugar de
residencia o de veraneo de los grandes y poderosos. En pleno
Salzburgerland rodeado de un mágico entorno, el recién renovado
castillo hotel ofrece una estancia fuera de serie.
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TEXTO POR CRISTINA REYES • FOTOGRAFÍA POR DAVID GAYA
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a historia del Castillo Fuschl remonta al
año 1461 cuando el príncipe Arzobispo
Sigmund I de Gleink-Volkensdorf erigió
la torre con el fin de proclamar su poder
y ejercer los derechos de caza sobre las
tierras adyacentes, rebosantes de pesca y
venado, que estaban en manos del arzobispado de Salzburgo desde hacía más de 700 años. Desde
que en 1554 apareciera por primera vez mencionado en
un mapa, el Castillo Fuschl no ha cesado de formar parte
de las crónicas de las partidas de caza, abundantes en la
región, durante las cuales los sucesivos príncipes-arzobispos instalaban su residencia. No es hasta 1816, cuando
se disuelve la diócesis de Salzburgo, que el castillo entra,
deshabitado, en un ciclo de decadencia. El castillo es puesto
a la venta en 1833 en subasta pública pero no encuentra
comprador hasta 1864, cuando un capitán de navío originario de Linz se convierte en el primer propietario privado
del histórico edificio. Su hija Amelia y su marido Michael
Erl emprendieron la ardua labor de renovarlo y, en 1894,
su hijo recibió el “castillo amarillo” y lo usó como residencia
veraniega hasta que en 1910 Freitz y Babette Steinbacher
se convirtieran en sus flamantes propietarios.
Tras sucesivos cambios de propiedad, la azarosa historia
de este edificio llega a su apogeo con la anexión de Austria
por la Alemania de Hitler y su ocupación por parte de su
ministro de Asuntos Exteriores, Joachim von Ribbentrop,
como residencia de verano. Sus paredes han sido testigos
mudos del paso de todos los dirigentes aliados del regimen
nazi hasta que, en otra vuelta de tuerca, las victoriosas
tropas americanas instalaran una casa de convalecencia
para oficiales. Tras la guerra, mientras el castillo sufría las
transformaciones necesarias para convertirse en hotel, la
familia von Remyz que había sido despojada de su propiedad durante la misma inició los trámites para recuperarla.
En los años 50 el matrimonio Ady Vogel y Winie Marchs
(empresario de la sal y actriz respectivamente) fundan el
primer hotel. Por aquella época fueron muy conocidas las
fiestas que se celebraban allí, hasta el punto de hacerse
populares a nivel mundial y el castillo sirvió de escenario
El castillo sirvió de escenario para la película Sissi
y la suite de Romy Schneider sigue existiendo
para la película Sissi protagonizada por Romy Schneider
cuya suite durante el rodaje, la Sissi suite, sigue existiendo
en nuestros días.
Varios propietarios se sucedieron al frente del Fuschl hasta
que el empresario muniqués propietario de la cerveza Paulaner, Stefan Schörburger, se hiciera con el hotel en 2001
acabando definitivamente las reformas y encomendando la
dirección del mismo a Kay Oliver Heller, un cuadragenario
con raíces sudamericanas que nos acompaña hoy durante
nuestra visita. “Mis abuelos maternos emigraron en el año
55 a Venezuela. Luego se trasladaron a Costa Rica donde
se conocieron mis padres. Allí se casaron antes de volver
a Alemania. Todos hemos nacido en Alemania pero todos
hemos tenido una historia hispanoamericana. Esto nos da
un carácter más abierto y el que mis padres hayan tenido
que viajar por distintas partes del mundo ha sido un gran
regalo para mi carrera profesional”, comenta Kay Oliver.
Stefan Schörburger tenía un proyecto muy ambicioso para
el hotel en el que estaba previsto invertir más de 60 millo-
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El lago es uno de los grandes atractivos del
hotel castillo Fuschl. Junto al embarcadero
se encuentra la pescadería donde se ahuman
las truchas que diariamente se pescan para
consumo de los restaurantes del hotel.
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nes de euros para rehacer y renovar el “mito” según
el mismo concepto que el hotel castillo de Son Vida de
Mallorca también propiedad de la familia: un hotel de
lujo sin ostentación donde el huésped se sienta como en
su propia casa.
En 2008 Stefan Schörburger fallece y su viuda Alexandra
se hace cargo de toda la compañía. “Yo sentía una gran
admiración por Stefan. Él era un hombre muy trabajador
y siempre se preocupaba por los pequeños detalles y por
saber que todas las personas que trabajaban en su equipo
eran felices con lo que hacían. Esto yo lo aprendí de él y
creo que es muy importante trabajar en equipo”.
La familia Schörburger ha sido siempre amante del
arte y entre sus colecciones privadas destaca la de
coches de época con más de 300 vehículos. Algunos
de ellos se utilizan en el hotel para transportar a los
huéspedes, sobre todo durante la temporada de ópera
de Salzburgo.
Los 60 millones de inversión en la reforma del hotel no
incluían las 170 obras pictóricas que están colgadas en
las diferentes estancias del hotel y que son propiedad
de la familia propietaria. Son muchos los amantes del
arte y que vienen a hospedarse al Fuschl para disfrutar
de la colección, o por qué no, con la idea de tratar de
hacerse con alguna de las obras. “Nuestros huéspedes
son, asegura Oliver, grandes empresarios a nivel
mundial que buscan una discreción total. Aquí nadie
viene a “ver y dejarse ver”. Gran parte de la aristocracia
Europea y varias familias reales vienen en viaje no
oficial. Todos ellos buscan la total privacidad. El que el
hotel esté tan apartado y protegido por la exuberante
vegetación del bosque y flanqueado por un lago nos
ayuda a poder ofrecer esta exclusividad”.
El lago, a 750 metros de altura, posee las aguas más
puras de todo Austria y tiene un especial atractivo en
Familias reales y de
la aristocracia Europea
vienen en viaje no oficial
agosto durante la temporada de ópera de Salzburgo.
Durante el día, los huéspedes se abandonan a un
pique-nique a base de sandwiches y champagne, a la
navegación, a la pesca o a hacer excursiones por las
montañas y por la tarde, con etiqueta de rigor, a los
placeres melómanos de la ópera a la que se dirigen en
Rolls con el veterano Richard al volante.
Mientras tanto, otras actividades aguardan en la
inmediaciones del hotel : “Con nuestro principal restaurante, el Imperial, que hasta este año ha ostentado una
estrella Michelin, hemos creado un concepto novedoso
ofreciendo clases particulares de cocina para grupos reducidos, también disponemos 1.200 metros de zona spa
o de un campo de golf de nueve hoyos”. O se puede, sencillamente, disfrutar del amanecer en cualquier época
del año en alguna de las seis cabañas duplex con sauna
privada y jacuzzi junto al lago, un lago que se hiela
en invierno y que es ideal para practicar “ice fishing”
rodeado del profundo silencio de la selva de Fuschl.
Junto al embarcadero se encuentra la pescadería del
lago. Donde se ahuman las truchas que diariamente se
pescan para consumo de los restaurantes del hotel.
www.starwoodhotels.com
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