80-2013 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador a las nueve horas con cincuenta y cinco minutos del día dieciocho de septiembre de dos mil trece. Analizada la demanda presentada por los ciudadanos Jennifer Emperatriz Cordero Granados y Oscar Giancarlo Vega Quiñonez, mediante la cual solicitan que se declare la inconstitucionalidad del art. 339 del Decreto Legislativo n° 15, de 23-VI-1972, publicado en el Diario Oficial n° 142, tomo 236, de 31-VII-1972, que contiene el Código de Trabajo (C:T., en lo sucesivo), por la supuesta contravención al art. 3 de la Constitución (Cn.); se hacen las siguientes consideraciones: La disposición impugnada prescribe: Código de Trabajo "Art. 339.- El cónyuge o compañero de vida que fuere varón, tendrá derecho a la indemnización correspondiente, siempre que, a juicio de peritos, no tenga aptitud para el trabajo. (-) Los derechos que por esta ley se conceden al cónyuge o compañero de vida caducarán si éste contrajere nupcias o viviere en concubinato. (--) También perderá su derecho el cónyuge o compañero de vida que abandonare a los hijos menores de dieciocho años habidos con la víctima". I. Los demandantes centran sus argumentos en la supuesta violación al principio de igualdad, y al respecto exponen una serie consideraciones doctrinarias, jurisprudenciales y de Derecho Internacional de Derechos Humanos, especialmente, en cuanto a la proscripción de discriminación en razón del sexo de los sujetos. De la lectura del art. 339 C.T. los demandantes derivan que existe una clara e injustificada discriminación hacia el cónyuge o compañera de vida; es decir, según los actores, de acuerdo con la disposición mencionada, la mujer no tiene derecho al cobro de la indemnización por muerte de su cónyuge o compañero de vida "varón". Dicho artículo —concluyen— deja completamente excluida y desprotegida a la mujer dándole un tratamiento desigual, sin tener razón suficientemente justificada; por lo que solicitan que dicha disposición sea expulsada del ordenamiento jurídico mediante su declaratoria de inconstitucionalidad. II. Establecidos los motivos de inconstitucionalidad de la disposición legal impugnada en el presente caso, corresponde evidenciar ciertas deficiencias en la pretensión que hacen imposible su conocimiento mediante una sentencia de fondo, particularmente por basarse en una interpretación incompleta o incoherente del objeto de control. 1. La jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que las disposiciones impugnadas en un proceso de inconstitucionalidad deben ser estudiadas en su racionalidad y en sus relaciones con las demás disposiciones, con las cuales configuran un sistema .orgánico, sistemáticamente organizado y —en principio— armónico. Lo anterior significa que la interpretación de las leyes debe practicarse teniendo en cuenta el contexto general y los fines que la informan, pues la inconsecuencia o la falta de previsión no debe suponerse en el legislador, por lo cual se reconoce como un principio básico que la interpretación de las leyes debe evitar darles aquel sentido que ponga en pugna sus disposiciones, y adopten como verdadero el que las concilie y deje a todas con valor y efecto. Es así como, por un lado, las disposiciones legales, dentro del cuerpo normativo al que pertenecen, deben ser interpretadas teniendo en cuenta el conjunto de disposiciones que conforman el cuerpo legal; es decir, es insuficiente que el intérprete de la ley extraiga los mandatos, las normas dimanantes de las disposiciones de una ley, sin tener en cuenta el contenido de las demás con las que conforma el cuerpo normativo, ya que la ausencia de una interpretación sistemática genera la posibilidad de llegar a conclusiones erróneas respecto de los mandatos que el legislador dicta a través de las leyes (sentencia del 3-XII-2002, pronunciada en la Inc. 14-99). 2. A. Al aplicar las consideraciones anteriores sobre los argumentos plasmados, se puede advertir que los demandantes han derivado de la disposición objeto de control un contenido que no le corresponde según el ámbito normativo que le acompaña en la regulación de la indemnización por muerte del trabajador. En efecto, los ciudadanos Cordero Granados y Vega Quiñonez se basan en una supuesta exclusión de las mujeres del beneficio que está contemplado en los artículos previos a la disposición impugnada. B. Así, El art. 335 C.T. prescribe que si el riesgo profesional produce la muerte del trabajador, el patrono está obligado a pagar una indemnización en la forma establecida en los artículos posteriores. El art. 336 C.T. —por su parte— determina los sujetos que pueden considerarse como beneficiarios de la indemnización mencionada en el artículo anterior. Luego, el art. 337 C.T. obliga a que la indemnización a la que se refiere la disposición anterior se pague en forma de pensión, según los tiempos que se expresan en el resto de incisos, en razón de quién debe recibirla (hijos, cónyuge o compañero de vida, ascendientes o personas que dependían económicamente de el trabajador). El art. 338 C.T. establece los porcentajes y la base para la cuantificación de la indemnización, de acuerdo con el número de beneficiarios que existan. Y, finalmente, el art. 340 C.T. habilita a que el derecho de uno o más beneficiarios aumente de manera proporcional el derecho de los otros beneficiarios si, por cualquier causa, el suyo cesa. Posteriormente, el art. 341 C.T. desarrolla la regulación de otro beneficio que no es pertinente para este caso (indemnización por incapacidad permanente total), pero que evidencia el inicio de otra regulación, para dar lugar a entender que la indemnización por muerte del trabajador ha sido abordada ya. 3. Si se interpreta de manera aislada, la estructura semántica del art. 339 C.T. no parece clara en cuanto a cuál indemnización se refiere; pero debe notarse que existe continuidad en la regulación previa que acarrea sus prescripciones hacia las reglas más específicas que se emiten como consecuencias necesarias o aclaratorias. De hecho, los mismos actores acotan que la exclusión se verifica en relación con la indemnización por muerte del trabajador que aparece regulada en los artículos previos (dentro de los cuales vale la pena resaltar el art. 336 C.T. al definir a los sujetos beneficiarios). Pero no solo se trata de una interpretación aislada de la disposición sujeta a control constitucional, lo que ha llevado a los demandantes a plantear su pretensión de inconstitucionalidad, sino que también se acude a la interpretación menos posible: existe una prohibición implícita hacia las mujeres producto de la regulación especial del supuesto del sobreviviente varón. Si el art. 339 C.T. se maneja como una regla general, naturalmente en su supuesto "universalizado" por los demandantes no caben las mujeres sobrevivientes. Este tipo de contenido excluyente, producto de la regulación especial para que el sobreviviente masculino tenga acceso al beneficio, no puede derivarse de la disposición impugnada. De hecho, al configurarse como una regla especial, la interpretación más plausible que se puede derivar es que a las mujeres no se les exige acreditar por medio de peritos si tiene o no aptitud para el trabajo. En conclusión, el art. 339 C.T. no contempla una norma prohibitiva hacia las mujeres para optar al beneficio (ellas están incluidas en la regulación previa sobre la indemnización por muerte del trabajador); sino una exigencia hacia el sobreviviente "varón" que, con un simple análisis sistemático, no se puede trasladar ni entender como exclusión arbitraria hacia las mujeres. En ese sentido, los demandantes no han configurado adecuadamente el motivo de inconstitucionalidad alegada, por exponer una interpretación asistemática o incoherente del objeto de control; precisamente, porque la supuesta inconstitucionalidad deriva de la supuesta violación a la igualdad, el fundamento material de la pretensión se desvanece al comprender que el art. 339 C.T. no es aplicable a las mujeres, tanto porque la prescripción es especial para otro tipo de sujetos, como porque no contiene una exclusión tácita del beneficio que está contemplado en otras disposiciones para ambos hombres y mujeres. Este tipo de vicio en la pretensión genera la imposibilidad de juzgar el fondo del asunto, pues el contraste normativo planteado por los demandantes descansa en una premisa falsa, es decir, en un contenido normativo que no es deducible semánticamente del objeto de control; para que la pretensión de inconstitucionalidad se configure adecuadamente se requiere que su elemento material acredite un contraste normativo argumentado en las interpretaciones adecuadas de sus elementos jurídicos, de lo contrario debe rechazarse bajo la figura de la improcedencia. III. Con base en lo expuesto, jurisprudencia constitucional citada y en virtud del art. 6 ord. 3° L. Pr. Cn., esta Sala RESUELVE: 1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presentada por los ciudadanos Jennifer Emperatriz Cordero Granados y Oscar Giancarlo Vega Quiñonez, mediante la cual solicitan que se declare la inconstitucionalidad del art. 339 del Código de Trabajo, por la supuesta contravención al art. 3 de la Constitución, pues los demandantes han atribuido un contenido inadecuado al objeto de control. 2. Notifíquese. F. MELENDEZ-----------------J.B. JAIME------------------E.S. BLANCO R.-------------- R.E.GONZALEZ----------------------G.A. ALVAREZ---------------------------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-------------------------E. SOCORRO C.----------------SRIA.-----------------RUBRICADAS.