Número 1/2011. “Inglés y Derecho” Sección monográfica: SANZ CÓRDOBA, Sandra: «El inglés como lengua de trabajo en la Corte Penal Internacional», supervisado por el Prof. Dr. Carlos Espósito Massicci, Catedrático de Derecho Internacional Público de la UAM. VERDONK GALLEGO, Myriam: «El inglés en los Moots Courts: El Philipp C. Jessup Moot Court», supervisado por el Prof. Dr. Carlos Espósito Massicci, Catedrático de Derecho Internacional Público de la UAM. Sección didáctica: ESPIGADO GUEDES, Diego: «Cómo resolver un caso práctico sobre responsabilidad patrimonial de la Administración», supervisado por el Prof. Dr. José María Rodríguez de Santiago, Catedrático de Derecho Administrativo de la UAM Documentación jurídica: JORNET MESEGUER, Marcos: «La documentación jurídica en la formación del jurista», supervisado por D.ª Nieves Martínez Maire, Directora de la Biblioteca de la Facultad de Derecho de la UAM. Derecho y cultura: LÓPEZ HURTADO, Mariana y VALENTÍN RUIZ, Francisco J.: «Derecho y cultura: en torno a una definición y nexos de unión entre ambos conceptos». Número 1/2011. Artículo de presentación. INGLÉS Y DERECHO MARCOS L. JORNET MESEGUER Director de la ROED Supone para mí un verdadero privilegio presentar el primer número de la Revista Online de Estudiantes de Derecho (ROED), una revista de apoyo a la docencia que surge del impulso de un grupo de los estudiantes y va dirigida a los estudiantes. Nuestra publicación surge con una clara vocación didáctica y sus contenidos tienen como objetivo ser una herramienta que resulte de utilidad a la comunidad universitaria. Tenemos el firme convencimiento de que los estudios de Derecho y Ciencias Políticas comprenden algo que va más allá de la mera superación de las asignaturas comprendidas en el plan de estudios. Además de las secciones permanentes —entre las que se encuentran la Sección Didáctica, la sección de Documentación Jurídica y el espacio de Derecho y Cultura—, la ROED cuenta con una sección monográfica en la que en cada número se aborda un tema central a propuesta del Consejo de Redacción. Como se recoge en nuestra página web (www.uam.es/roed), la sección monográfica es “el apartado central de nuestra publicación”. Desde la ROED brindamos a la comunidad universitaria la posibilidad de poder expresarse sobre el tema que en cada número se haya elegido. Son muchas las aproximaciones posibles a un mismo tema y creemos que todas tienen cabida en la ROED. Buen ejemplo de ello es el primer número monográfico con el que arranca la ROED. El tema elegido para el número 1/2011 es “Inglés y Derecho”. Escogimos este tema, porque el Consejo de Redacción de la ROED tiene el convencimiento de la im- portancia de la lengua inglesa en general, pero especialmente en el ámbito del Derecho y la Ciencia Política. No hay oferta de empleo en la actualidad que no exija un dominio del inglés como mínimo. Es normal, al fin y al cabo, que en la sociedad globalizada que nos ha tocado vivir, el Derecho ya no entienda de fronteras. Es por ello que un buen dominio del inglés sea ya indispensable a la hora de relacionarse en el mundo jurídico en general. Sin un conocimiento profundo del idioma más hablado del planeta, las fuentes documentales a las que el jurista puede acceder, son enormemente limitadas. Tampoco es posible emprender transacciones comerciales de ámbito internacional en la que la lengua utilizada, por lo general es la inglesa. Asimismo, la mayoría de las Organizaciones Internacionales tiene el inglés como lengua oficial y de trabajo y sus resoluciones, por lo general, son en este idioma. Como he adelantado anteriormente, un buen ejemplo de los diferentes enfoques que tienen cabida en el número monográfica de la ROED, son los dos artículos publicados en el numeró monográfico 1/2001 por dos miembros del Consejo de Redacción de la Revista. Siendo “Inglés y Derecho” el tema elegido para este número, tanto Myriam Verdonk como Sandra Sanz han optado por abordar en sus artículos una faceta particular de este tema, como el Inglés como lengua de trabajo en la Corte Penal Internacional o el uso del inglés en las competiciones en las que los estudiantes de Derecho y Ciencia Política pueden participar durante su formación universitaria: los llamados Moot Courts. Confío en que el lector disfrute de este número y utiliza la ROED de ahora en adelante como publicación de referencia en lo que a complemento didáctico se refiere. Invito desde estas líneas a la comunidad universitaria a participar activamente en la elaboración de los contenidos de la ROED. Cualquier contribución será bienvenida. Como director de la ROED en su fundación, no quiero dejar pasar la oportunidad de dar la enhorabuena al Consejo de Redacción por haber materializado un proyecto muy enriquecedor para la comunidad universitaria y al que le auguro muchos éxitos en el futuro. ¡Mucho ánimo en la tarea! Número 1/2011. Sección Monográfica El inglés como lengua de trabajo en la Corte Penal Internacional SANDRA SANZ CÓRDOBA1 Supervisado por: DR. CARLOS ESPÓSITO MASSICI Catedrático de Derecho Internacional Público INTRODUCCIÓN El objetivo del presente artículo es ofrecer una visión global acerca del tema lingüístico en los organismos internacionales, tomando como referencia la Corte Penal Internacional (en adelante la Corte, o CPI). Para ello, se realizará una reflexión sobre las ventajas e inconvenientes de la elección de una lengua de trabajo, que supone un elemento excluyente, especialmente en un organismo internacional con pretensiones de universalidad. La elección de la lengua conlleva diversos problemas, pues se deben atender las necesidades de ciudadanos de diferentes partes del mundo con tradiciones jurídicas diferentes. A primera vista, lo más acertado sería que, a lo largo del proceso, se empleara la lengua materna de las diversas personas que intervienen en él. Sin embargo, este sistema implicaría grandes costes, dada la multiplicidad de Estados parte del Estatuto de Roma, y la gran cantidad de idiomas presentes en los mismos. En el presente artículo analizaremos, en primer lugar, la propia institución de la CPI, su valor como órgano y las tareas que realiza. En segundo lugar, se procederá a explicar la realidad lingüística de la institución y los defectos que puede poseer el ac1 Agradezco los comentarios del profesor Héctor Olásolo utilizados para la preparación de este artículo. tual sistema de doble oficialidad de lenguas de trabajo. Por último, se estudiará cómo el idioma es un derecho importante para el acusado que se enfrenta a un proceso ante la CPI, y se procederá a realizar una breve referencia a la traducción como elemento discrepante del Derecho. ¿QUÉ ES LA CORTE PENAL INTERNACIONAL? La Corte Penal Internacional es el primer tribunal penal con carácter permanente que se ha establecido a nivel universal. Tras la finalización de la II Guerra Mundial, se desarrollaron distintos proyectos que preveían la creación de este tipo de corte, pero que no se hicieron efectivos hasta la firma del Estatuto de Roma en 1998. Esta institución surge como un mecanismo para evitar la impunidad de los más graves delitos de trascendencia internacional, y que no hayan sido perseguidos adecuadamente por la jurisdicción Estatal. Un elemento que diferencia a la CPI de otros tribunales internacionales es su carácter universal, pues no se centra, como lo hicieron otras cortes, en un territorio o unos hechos concretos2. El gran apoyo de la comunidad internacional se hace patente no sólo por el elevado número de Estados parte del Estatuto, sino también por la colaboración de Estados, ONGs y sociedad civil durante la creación de este organismo. Todo el sistema que crea el Estatuto de Roma configura a la CPI como un mecanismo para proteger los valores supremos sobre los que se asienta la comunidad internacional. La Corte investiga y juzga crímenes que se cometen en un Estado, pero que tienen relevancia más allá de sus fronteras. Los hechos que ocurran en un Estado serán relevantes para esta institución cuando tengan las características del tipo recogidas en el propio Estatuto. Además, se trata de un sistema jurisdiccional subsidiario, es decir, complementa la actuación de las jurisdicciones estatales que no se hayan llevado con el debido respeto de garantías de imparcialidad y suficiencia o ni siquiera se hayan producido3. En definitiva, y tal y como ha señalado el propio Fiscal de la CPI, esta institución intenta controlar la impunidad en aquellos países que tienen un sistema débil de enjuiciamiento de los crímenes contra los crímenes más graves. Por todo ello, cuando exista un sistema interno con la suficiente fuerza como para controlar las violaciones reco2 MEDELLÍN, Ximena. et al. Manual Básico sobre la Corte Penal Internacional. Fundación KonradAdenauer-Stiftung, México, 2009, p.26 3 OLÁSOLO, Héctor. La corte penal internacional ¿Dónde investigar? : Especial referencia a la Fiscalía en el Proceso de Activación. Tirant Lo Blanch, Valencia, 2003, p. 127. gidas en el Estatuto de Roma, y dicho sistema se aplique contra los responsables de las mismas, no será necesaria ni pertinente la actuación de la CPI. INGLÉS COMO LENGUA DE TRABAJO DE LA CPI El artículo 50.1 del Estatuto de Roma señala que los idiomas oficiales de la CPI serán el inglés, francés, chino, ruso, árabe y español. Esto es así porque estas son las lenguas oficiales en la Organización de las Naciones Unidas, organización de la que surgió a raíz de la Conferencia Diplomática de Roma en 1998. De esta manera, la oficialidad de todas estas lenguas implica, como consecuencia, la traducción a los mencionados idiomas de todas las sentencias y documentos de transcendencia que se aprueben en la Corte. A pesar de ello, el desarrollo de las funciones de los miembros del Tribunal se realiza en inglés o en francés (artículo 50.2 Estatuto de Roma). De hecho, a los miembros que quieran componer el tribunal se les exige el conocimiento y dominio de alguno de los dos idiomas oficiales de trabajo (artículo 36.3.c). El idioma que predomina tanto en los originales de las sentencias como en el resto de documentos de distinta índole que publica la CPI es el inglés, con lo podemos afirmar que es éste el idioma más utilizado para el trabajo del Tribunal. De esta forma, se facilita el desarrollo de las funciones de la CPI, homogeneizando las diferentes tareas, y posibilitando la celeridad de las actuaciones procesales. Si cada una de las actividades que se celebran en la Corte se desarrollara en una lengua diferente, la eficacia de las mismas se vería desvirtuada por la multitud de trámites a los que se tendría que someter. Pese a que, como se ha reseñado con anterioridad, en el propio Estatuto de Roma se establece que las sentencias y decisiones de transcendencia deben traducirse a los seis idiomas oficiales, casi todos los documentos oficiales que pueden encontrarse en el servicio de documentación de la CPI están únicamente en inglés, no pudiéndose encontrar en el resto de idiomas oficiales. La consecuencia lógica que extraemos de esta cuestión es la preponderancia que se otorga a una lengua frente a otras. Ello implica que el conocimiento y fomento del inglés es imprescindible para desempeñar tareas eficientes en el campo del derecho penal internacional. Con respecto a esta cuestión, puede introducirse una crítica, pues se produce una discriminación de otras lenguas, voces y sistemas jurídicos. Se está minusvalorando la riqueza cultural que puede ofrecer el trabajo en diversas lenguas, incluida la aporta- ción de matices a la resolución de una cuestión concreta. Aunque probablemente, la mayor crítica es aquella que puede realizarse acerca de la exclusión. No debemos olvidar que es la propia norma que regula la CPI la que ordena la traducción a todos los idiomas oficiales, con lo que se estaría incumpliendo. Asimismo, otro reproche que se podría realizar a este sistema complejo de trabajo es la falta de coherencia en algunas actuaciones de la Corte. Pueden encontrarse procesos de la CPI en los que en determinadas actuaciones se ha utilizado como idioma original de trabajo el inglés y en otras el francés, tal y como ocurre en el caso Katanga, en el que la orden de arresto4 se dictó en francés y la decisión de confirmación de cargos5 en inglés. Por todo lo anteriormente expuesto, consideramos mucho más efectivo que se utilice un único idioma de trabajo a lo largo todo el proceso, elegido previamente por la Sala de Primera Instancia que tenga asignada dicha causa (en virtud del procedimiento señalado en el artículo 64.3.b del Estatuto de Roma). Todo ello, además, sin perjuicio de que posteriormente se traduzcan todos los documentos a las seis lenguas oficiales. TRADUCCIÓN COMO GARANTÍA Y DERECHO DEL ACUSADO Con respecto al acusado, puede observarse también la gran importancia del idioma a lo largo del proceso ante la CPI. Desde el momento en que se informa al imputado de la acusación a la que se enfrenta, será requisito imprescindible para que se pueda completar la acusación que la persona comprenda perfectamente los cargos de los que se le acusa. De igual manera, la persona que vaya a ser interrogada debe comprender perfectamente lo que se le está preguntando, por lo que, de no comprender el idioma que está siendo utilizado en el proceso, deberá contar con la asistencia de un “intérprete competente” (artículo 55.1.c.). De igual manera, todos los testigos que intervengan en el proceso, ya sean de cargo o de descargo, poseen este derecho6. A este respecto, el Estatuto no sólo regula la mera traducción de las comunicaciones con el imputado o del interrogatorio, sino que da un paso más allá, al señalar que 4 ICC 01/04-01/07 Case The Prosecutor v. Germain Katanga and Mathieu Ngudjolo Chui , 2 February 2007 5 ICC 01/04-01/07 Case The Prosecutor v. Germain Katanga and Mathieu Ngudjolo Chui, 30 September 2009 6 MEDELLÍN, X. et al. Manual Básico sobre la Corte Penal Internacional. Fundación Konrad-AdenauerStiftung, México, 2009, p. 90 será necesario un “traductor competente” que cumpla con los “requisitos de equidad7”. Todos estos servicios deben ser provistos de forma gratuita por la Corte, puesto que, de otra manera, no serían un derecho, sino una carga procesal, tal y como se desprende de la lectura del artículo 67 del Estatuto de Roma titulado “Derechos del acusado”. Con este sistema de protección ante las posibles deficiencias de la comunicación, parece que el Estatuto ha creado un sistema mucho más efectivo y moderno si lo comparamos al sistema empleado en otros tribunales penales internacionales, en cuanto al servicio de interpretación se refiere8, lo que otorga una mayor garantía para el acusado durante el proceso. DIFICULTADES DE LA INTERPRETACIÓN EN EL DERECHO Otro aspecto relevante que debemos tener en cuenta es que los idiomas de trabajo oficiales de la CPI son el inglés y el francés, cada uno de ellos perteneciente a una tradición jurídica diferente. Cuando se utilizan unos términos concretos en un texto jurídico se está ofreciendo algo más que una simple palabra, pues impregna de un significado particular que puede variar dependiendo de la traducción que se realice. De esta manera, se ofrecen visiones sobre el Derecho que cambian en función del idioma utilizado. Para ejemplificar este argumento, podemos remitirnos al propio Estatuto de Roma, cuando denomina a los elementos que componen el delito como “elements of the crime”, traducido al castellano como “elementos de los crímenes”, pero que en la tradición jurídica continental podría haberse traducido como “elementos del tipo”. Ello conlleva en sí mismo dos visiones jurídicas diferentes, que, en este caso, no implican un cambio sustancial en el significado, pero que puede producirse en cualquier otra situación. Por todo esto, podría entenderse que, para que no haya errores de este tipo y sea más fácil el trabajo de estos órganos, se produzca una homogeneización en los términos. Este proceso sería más sencillo si se tiene como lengua base un mismo idioma, aclarándose las expresiones que puedan ser controvertidas. Lo más sencillo es que la lengua elegida sea aquella en la que los términos sean más neutros y puedan utilizarse diferentes matizaciones para explicar los significados. 7 LIROLA DELGADO, I y MARTÍN MARTÍNEZ, M. La Corte Penal Internacional. Justicia versus impunidad. Ariel, Barcelona, 2001, p. 203. 8 Ídem, p. 195. La opción del inglés como lengua original puede ser lo más apropiado dado su gran generalización en instituciones y tribunales internacionales. Sin embargo, se trata de una solución trágica, pues es tomada únicamente porque no hay otra solución mejor. El lado negativo de esta elección sería la posible tendencia a lo que el profesor Héctor Olásolo denomina como “anglosajonización” del Derecho Penal Internacional y la “imposición de las categorías del common law en esta rama del Derecho”, pues la utilización de conceptos en este idioma implica una “consciente o inconsciente importación de categorías del derecho común en detrimento del civil law”. El mantenimiento de este último paradigma jurídico se consigue en la actualidad gracias al empleo del francés como otra de las lenguas de trabajo de la CPI9. CONCLUSIONES La creación de un órgano interestatal obliga a la elección de un idioma o idiomas como canal de comunicación para los miembros del mismo. Nunca es fácil elegir cuál de todos los idiomas ha de ser el encargado de conducir la actividad de la institución en concreto, pero entendemos que el inglés es una de las mejores opciones en la CPI. La gran extensión de este idioma a lo largo del mundo hace que sea más fácil que las personas que van a trabajar en el organismo o los propios implicados del proceso conozcan esta lengua. Todo esto garantiza los derechos de los acusados y también la eficiencia de las actuaciones judiciales. Sin perjuicio de ello, las personas que no cuenten con el conocimiento necesario para entender la acusación o el interrogatorio al que se les va a someter, deberán contar con la obligada presencia del intérprete. Sin embargo, es imprescindible que se traduzcan los documentos a las diferentes lenguas, pues en esos documentos pueden incluirse matices concretos propios del sistema jurídico del que parten, pero sin alejarse del significado propio del documento. Un ejemplo de esta situación podríamos encontrarla en la Unión Europea, organización internacional que posee una pluralidad de lenguas oficiales y en la que no se discrimina a ninguna de ellas. Si bien es cierto que el idioma de trabajo suelen ser uno o dos (también los mismos que en la CPI), cualquiera de los documentos que son aprobados por esta organización son inmediatamente publicados en todas las lenguas oficiales de la Unión. 9 OLÁSOLO, Héctor. Comunicación personal, 18 de mayo de 2011 De la misma manera, puede que en ciertas ocasiones sea más efectiva la utilización de otra lengua que no sea el inglés, como el caso de que los hechos se refieran a un Estado en el que el idioma oficial sea también uno de los de la Corte. Así, este “mal necesario” es inevitable para facilitar el trabajo de este tribunal en las funciones que le son encomendadas. A pesar de ello, debemos tender a encontrar mecanismos que superen la falta de legitimidad que implica la utilización de un idioma excluyente de cualquier otro. ¿Cómo los individuos afectados por las actuaciones de la CPI pueden entender las decisiones que toman si no entienden el inglés? El servicio de interpretación es una garantía necesaria para que se respete el derecho de todos durante el procedimiento ante este tribunal. Número 1/2011. Sección Monográfica El inglés en los Moot Courts: El Philipp C. Jessup Moot Court MYRIAM VERDONK GALLEGO Supervisado por: CARLOS ESPÓSITO MASSICI Catedrático de Derecho Internacional Público Este año la Universidad Autónoma de Madrid ha participado por primera vez en la competición Philipp C. Jessup Moot Court1, resultando ganadora de la I edición de las Rondas Nacionales de la misma, celebradas en Barcelona en febrero de 2011 en el despacho Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, organizador de la competición en España. Gracias al resultado obtenido en Barcelona, los miembros del equipo de la UAM tuvimos la oportunidad de representar a España en las Rondas Internacionales de la competición, celebradas en Washington D.C. del 20 al 27 de marzo de 2011. El equipo estuvo integrado por Miriam Elena Gómez Tena, Daniel Jusdado Barrio, Adriana Losada, Carmen Piñero Álvarez y Myriam Verdonk Gallego. El investigador Nicolás Carrillo Santarelli fue el entrenador del equipo, que a su vez contó con el asesoramiento académico del profesor Carlos Espósito Massici. En nombre de los miembros del equipo, me gustaría transmitir nuestros más sinceros agradecimientos a todos los que han hecho posible nuestra participación en el Jessup 2011: A Nicolás Carrillo y Carlos Espósito, por todas las horas dedicadas, la constancia, la ayuda y el esfuerzo invertidos en nosotros y por el excelente asesoramiento académico proporcionado. A todos los profesores que nos han asesorado, animado y apoyado durante la preparación de la competición. Al Rectorado de la Uni1 http://www.ilsa.org/jessup/ versidad Autónoma de Madrid, el Decanato de la Facultad de Derecho, los Departamentos de Derecho Público, Derecho Privado y Ciencia Política y Relaciones Internacionales, así como al Banco Popular y a los despachos Uría Menéndez y Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, por habernos patrocinado económicamente y haber hecho posible nuestra participación en la competición, gracias a habernos sufragado los gastos de los viajes y estancias en Barcelona y Washington D.C. Ésta ha sido una experiencia única e inolvidable que sin duda va a marcar nuestros años universitarios. Por los motivos que explicaré más detalladamente a lo largo de este artículo, considero muy conveniente que se promuevan más este tipo de actividades dentro de la Universidad. Por mi parte, hasta noviembre de este curso no me había parado a pensar en qué consiste realmente un moot court. Es cierto que había oído hablar de este tipo de simulaciones, pero jamás me había planteado seriamente participar en una de ellas, quizá porque a día de hoy desde la Universidad española no se promueve demasiado este tipo de actividades, ni siquiera como actividades extra curriculares. En España estamos acostumbrados a un sistema puramente teórico, y hasta hace muy poco tiempo no se le ha dado gran importancia a ningún tipo de actividad que se salga de la rutina de ir a clase, realizar alguna que otra práctica o trabajo y estudiar para los exámenes. Y no debemos olvidar que es precisamente este tipo de actividades las que más motivan al alumnado universitario. ¿QUÉ ES UN MOOT COURT? Los moot courts2 son competiciones de derecho, nacionales o internacionales, que consisten en la simulación de un proceso judicial. Actualmente existen moot courts dentro las distintas ramas del Derecho, como pueden ser los que versan sobre Derechos Humanos, Derecho Penal Internacional, Derecho Internacional Humanitario, Arbitraje Internacional, Comercio Internacional o Derecho de la Unión Europea. Estas competiciones normalmente constan de dos fases: la primera fase es escrita y la segunda es oral. En la primera fase se analizan los hechos y los problemas jurídicos que se plantean en el caso, se lleva a cabo una exhaustiva tarea de investigación de doctrina y jurisprudencia aplicable a las cuestiones jurídicas planteadas y finalmente, se realiza la redacción de las memorias de la demanda y la contrademanda. 2 http://mootcourt.icc-cpi.info/ Una vez que se entregan las memorias, da comienzo la preparación de la fase oral. Durante este periodo de preparación, los “mootistas” tienen que preparar la estructura de la argumentación jurídica que van a utilizar en los juicios. La preparación de la fase oral es crucial para llevar a cabo buenas presentaciones y para ello debe hacerse especial hincapié en la forma de presentar de los argumentos, en el control del tiempo durante el cual se va a defender una posición u otra y en las diversas técnicas de persuasión que debe seguir todo buen litigante. Asimismo, debe tenerse en cuenta que durante las rondas orales, los oradores tienen un tiempo bastante limitado para presentar sus argumentos y durante este tiempo pueden ser interrumpidos en cualquier momento por los jueces que componen el Tribunal por cualquier tipo de pregunta relativa a los hechos del caso o bien a fundamentos de derecho. Por ello, es necesario prepararse muy bien para poder responder de forma clara y precisa a todas las preguntas que planteen los jueces y que además dé tiempo a finalizar toda la argumentación, sin dejarse nada en el tintero. ¿QUIÉNES SON LOS JUECES EN UN MOOT COURT? Normalmente, los jueces son profesores de Derecho, estudiantes de doctorado, abogados especializados en la materia, así como demás expertos en el área del que trate el moot court. Como mencioné anteriormente, durante las rondas orales, los jueces pueden interrumpir en cualquier momento a los oradores durante su presentación. Por este motivo, es absolutamente necesario poseer un gran dominio de los hechos del caso, sus argumentos, así como los del equipo contrario. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE PARTICIPAR EN UN MOOT COURT Y QUÉ PUEDE APORTARLE A UN ESTUDIANTE DE DERECHO? Los moot courts proporcionan una visión completamente distinta de la Universidad a los estudiantes, otorgándoles la posibilidad de ampliar sus conocimientos teóricos y prácticos mediante un primer acercamiento al mundo del litigio. La preparación de un moot court requiere llevar a cabo un profundo análisis del caso en concreto, así como una importante toma de decisiones. Además, para prepararlo de la manera adecuada es necesario analizar el caso de forma multidisciplinar, mediante elel estudio de distintas áreas del derecho, y para realizar una buena argumentación jurídica es necesario un profundo estudio y análisis tanto de la jurisprudencia como de la doctrina. Considero que consisten en una manera distinta de aprender y de interiorizar conocimientos, mediante la creación de espacios distintos de debate. Es una buena manera de motivar al alumnado universitario y además, conceden la oportunidad a los estudiantes de desarrollar nuevas habilidades para su futuro trabajo como juristas, habilidades que no se aprenden en el día a día de la Universidad. Por otro lado, es importante destacar que la participación en un moot court también está muy valorada desde el punto de vista profesional, siendo una gran ventaja en el currículum del estudiante, ya que es el primer contacto real con el mundo del litigio. Además, se tiene bastante en cuenta que mediante la participación en un moot, el estudiante mejora su capacidad de trabajar bajo presión, de ser eficaz, de trabajar en un equipo, de analizar y resolver problemas jurídicos de una manera profesional y de hablar en público. Por último, desde un punto de vista personal es una experiencia muy enriquecedora, ya que permite conocer a personas de distintos países interesadas con intereses profesionales coincidentes, así como a profesores y abogados de reconocido prestigio. JESSUP MOOT COURT. ¿QUÉ ES EL JESSUP? El Jessup es mucho más que una simple competición de estudiantes de Derecho. Es una experiencia única e inolvidable que a uno le cambia la vida. Se trata del moot court con mayor número de participantes del mundo, concretamente, suelen participar anualmente más de 500 universidades de unos 80 países3. Precisamente ésta es su principal diferencia con otras competiciones de las mismas características. Además, es el moot court de Derecho Internacional de mayor antigüedad del mundo, cuya primera edición tuvo lugar en 1953. Es una competición de estudiantes de Derecho que consiste en la simulación de una controversia ficticia entre varios Estados ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el órgano judicial principal de Naciones Unidas. Los equipos de las distintas universidades participantes compiten entre sí, representando indistintamente al Estado demandante o al Estado demandado tanto en la fase escrita como en la fase oral. El caso aborda cuestiones de Derecho Internacional Público de gran relevancia, siendo el contexto una controversia jurídica ficticia entre diversos Estados. El Compromis4 es la clave y el punto de partida de la competición. Elaborado por autores muy influyentes en el campo del Derecho internacional, el Compromis es una compilación de los hechos sobre la controversia que se somete a jurisdicción de la CIJ. Una vez que se publica el Compromis, los diferentes equipos comienzan con las 3 4 http://www.ilsa.org/jessup/faq.php http://www.ilsa.org/jessup/jessup11/compromis.htm tareas de investigación y elaboración de su argumentación jurídica, para defender a ambas partes en el caso. Por un lado se elaboran las memorias, es decir, los escritos de la demanda y la contrademanda. Por otro lado, se preparan las presentaciones orales. Todos los equipos tienen que preparar dos memoriales escritos y dos presentaciones orales de 45 minutos, para argumentar representando al Estado demandante (The “Applicant”) y al Estado demandado (The “Respondent”), respectivamente. En las rondas orales, los equipos compiten entre sí en un procedimiento simulado ante la Corte Internacional de Justicia, en el que representarán unas veces al Estado demandante y otras veces al Estado demandado. En el Jessup 2011 el Compromis abordaba distintos temas que tuvieron que ser analizados en profundidad por todos los equipos participantes. Entre estos temas destacaban el lanzamiento de aviones no tripulados (predator drones) por parte de un Estado dentro de su territorio y en el de otro Estado, la legítima defensa frente a actores no estatales, la atribución de responsabilidad internacional, las restricciones a las libertades de religión y los derechos de las minorías, la responsabilidad social corporativa y la corrupción. El Jessup consta de dos fases5. La primera fase consiste en unas rondas nacionales y/o regionales de clasificación. Se celebran cuando hay más de una Universidad de un país que se inscribe para participar en el Jessup, y en esta fase de clasificación se decide qué equipo o equipos (dependiendo del número de universidades que se presenten por país) representarán a su Estado en la fase internacional de la competición Jessup. Este año en la primera fase de la competición han participado más de 500 equipos. La segunda fase es la de las rondas internacionales que se celebran anualmente en Washington D.C. Las rondas internacionales White & Case a su vez constan de tres fases: Las rondas preliminares, las rondas avanzadas y la ronda de la final. En las rondas preliminares, cada equipo compite cuatro veces, en cuatro rondas orales, actuando dos veces como Estado demandante y dos veces como Estado demandado. En esta edición del 2011 se han clasificado para participar en las rondas internacionales unos 130 equipos. La competición comienza con la elección del equipo que va a representar a la Universidad. Debemos tener en cuenta que todo se desarrolla en inglés, por tanto el dominio de este idioma es un requisito esencial para poder participar. Es cierto que por un lado, el idioma de trabajo del Jessup puede verse como una desventaja para los alumnos españoles a la hora de participar en el moot court, si nos comparamos con 5 http://www.ilsa.org/jessup/jessup11/rules.php participantes cuya lengua materna es el inglés. No obstante, por otro lado (y ésta es la postura que comparto) esto debería verse como una ventaja, como una oportunidad de investigar, escribir, trabajar y sobre todo litigar en inglés, el idioma en el que muchos de nosotros vamos a tener que trabajar. Con ello se nos permite mejorar nuestro nivel de inglés jurídico y también nuestra expresión oral formal en dicho idioma. Además, no tenemos que olvidar que es el idioma oficial de la CIJ (junto con el francés) y tantos otros tribunales internacionales, por lo que para todos aquellos que quieran dedicarse en un futuro al ejercicio del Derecho internacional es imprescindible un buen manejo del inglés. En relación con el equipo elegido por la Universidad, es muy importante que se consiga un auténtico espíritu de grupo, que el equipo se implique al máximo para poder dar lo mejor de sí durante todo el tiempo que dure la preparación de la competición. Es indudable que para que un equipo funcione, sus miembros deben conectar tanto profesional como personalmente. La preparación del Jessup requiere una dedicación completa, tanto de trabajo individual como de trabajo en grupo. En este sentido, la coordinación de los miembros del equipo es esencial para conseguir un resultado excelente. Debe pensarse ante todo en el bien del equipo, cuyo lema debe ser: “Aprender, dar lo mejor de sí, disfrutar y ganar la competición”. Tomando como precedente nuestra experiencia en el Jessup 2011, una de las claves de los resultados obtenidos en la competición fue la relación establecida entre los miembros del equipo y el entrenador. En esta competición, la organización, la planificación, el esfuerzo y el apoyo de todos son necesarios para seguir adelante y realizar un buen trabajo. Es fundamental que las personas que integran el equipo sean responsables, que estén realmente comprometidas con el proyecto, que sean autocríticas y sobre todo, es importante ser positivo y entusiasta en todo momento, tanto en la preparación de los escritos, como de las rondas orales. Solamente un equipo unido durante todo el camino recorrido desde el primer hasta el último día de participación en el Jessup podrá alcanzar los objetivos deseados y disfrutar de la experiencia. Todos tenemos momentos en los que nos bloqueamos y no encontramos la solución a ese problema jurídico que tantos quebraderos de cabeza nos está causando, o momentos en los que nos empeñamos en mantener que nuestra postura es la única válida y correcta y que es impensable barajar otras posibilidades. También hay días en los que ensayamos las rondas orales y de repente nos quedamos en blanco y no encontramos las palabras adecuadas ni en inglés, ni en español ni en ninguna otra lengua, o días durante el período de ensayos en los que nuestra capacidad de persuasión en nuestro discurso está total- mente bajo mínimos. En esos momentos en los que podemos llegar a ser un tanto negativos, también juega un papel crucial el “equipo Jessup” y no sólo para ofrecer palabras de ánimo o momentos distendidos, sino también para proporcionar la ayuda necesaria en un momento temporal en que uno de los miembros del grupo se bloquea, buscar una sentencia clave que a otro miembro del grupo le resulta imposible encontrar, o descubrir entre todos que un determinado problema se ha planteado erróneamente. Por otro lado, a la hora de preparar la fase oral de la competición, los ensayos conjuntos y las reuniones son vitales para llevar a cabo buenas presentaciones. Es en los ensayos donde el entrenador y los miembros del equipo ayudan a los oradores a mejorar sus técnicas a la hora de hablar en público, de mantener un buen lenguaje corporal, de llevar a cabo una presentación en un tiempo muy limitado o de controlar el nerviosismo a la hora de enfrentarse a los jueces en las rondas orales. Las críticas constructivas y los consejos de los compañeros del equipo y del coach son necesarios y muy positivos, ya que son la única forma de que los oradores mejoren su presentación en el siguiente ensayo. Por otro lado, me gustaría destacar la relación tan cercana y especial que se entabla entre los miembros del equipo Jessup, por ello es importantísimo que haya un buen entendimiento entre todos desde el principio. En seis meses de preparación tan intensos se comparten momentos de alegría, satisfacción y risas, pero también momentos más duros de estrés e incluso algún enfado. Estos momentos compartidos son los que hacen que los que empezaron como compañeros de un equipo representante de la Universidad, acaben indudablemente siendo amigos. JESSUP MOOT COURT COMPETITION 2011. LA EXPERIENCIA DEL EQUIPO DE LA UAM. El lema del Jessup de este año ha sido: “In the future, WORLD LEADERS of tomorrow will look at each other differently because they first met here as FRIENDS” (“en el futuro, los LÍDERES del mundo se mirarán de forma distinta, porque primero se conocieron aquí como AMIGOS”). Este lema resume perfectamente el espíritu del Jessup: Amistad y compañerismo, excelencia académica, espíritu de competición, respeto hacia los demás equipos y entusiasmo. Las mejores universidades del mundo participan en esta competición con estudiantes que están luchando y esforzándose por hacerse camino en el mundo del Derecho internacional público. Las características que unen a todos los estudiantes que participan en este moot court es su pasión por esta materia, su certeza de querer dedicarse completamente al Derecho internacional público, ya sea como futuros profesores universitarios, abogados internacionalistas, diplomáticos o representantes de su Estado en algún organismo internacional. Estos estudiantes se reúnen hoy como participantes de esta actividad única que les aporta mucho más que una experiencia académica: Es una experiencia que recordarán toda la vida, por todo lo que vivieron y los lazos de amistad que forjaron durante la semana que dura la competición. Amistades con estudiantes iguales que ellos de 80 países, representantes de todas las regiones del mundo. Estudiantes que proceden de países muy distintos, con culturas y vidas completamente diferentes, pero con un objetivo común: Disfrutar al máximo de la competición, dando lo mejor de sí mismos en el plano académico y personal. La fase internacional de la competición dura 7 días, con un programa muy completo6. El primer día tuvimos una especie de foro de programas de postgrado, en el que vinieron representantes de varias universidades de Estados Unidos para informarnos sobre distintos programas y cursos prestigiosos, todos en el ámbito del Derecho internacional. Además, esa misma tarde tuvimos la sesión de orientación e inauguración de las rondas internacionales del Jessup moot court. Los organizadores del moot court, representantes de la asociación ILSA7 (International Law Students Assotiation) presentaron el evento, en el que estaban presentes los miembros y los entrenadores de todos los equipos (en total, más de 600 personas). Quizá, el momento más emocionante de aquella sesión fue cuando presentaron a los dos equipos procedentes de Japón (que vinieron a la competición incluso cuando se acababa de producir la catástrofe nuclear) y las más de 600 personas que estábamos en la sala nos levantamos a aplaudirles. La presencia de dos universidades japonesas en la competición constituyó un claro ejemplo del espíritu del Jessup. Después, hubo tres días de rondas preliminares, en las que cada equipo se enfrentó a otros cuatro en durísimas sesiones de juicios. El último día de la fase preliminar y eliminatoria de la competición tuvo lugar una fiesta en la que anunciaron a los equipos que habían pasado de fase, a las rondas avanzadas (32 de los 130 que llegaron a la fase internacional en Washington). En los días siguientes, en los que tuvieron lugar las rondas avanzadas, también se organizaron eventos que nos permitieron conocer a todos los participantes. Hubo una fiesta en la que todos los equipos tenían que ir vestidos con uno de los trajes típicos de su país, representando mejor que nunca su nacionalidad. Fue un despliegue de color y de diversidad inolvidable, en el que pudieron verse desde trajes de mariachis hasta japonesas en kimonos, pasando por los 6 7 http://www.ilsa.org/jessup/jessup11/2011JessupProgram.pdf http://www.ilsa.org/about/index.php trajes típicos de Europa del este y por supuesto, españoles vestidos con trajes andaluces. Además, los participantes del Jessup tuvimos la oportunidad de asistir a las conferencias del Congreso anual de la American Society of International Law y a su clausura, una recepción para todos ponentes de las conferencias y para todos los equipos participantes en el Jessup moot court. El último día asistimos todos a la final de la competición, que este año fue entre la Universidad de Sydney y la Universidad de Columbia de Nueva York, siendo ganador el equipo de la Universidad de Sydney. Fue una final espectacular y muy emocionante, en la que todos pudimos aprender mucho tanto de los finalistas como de los jueces (Thomas Buergenthal8, que fue Juez de la Corte Internacional de Justicia; Claudio Grossman9, ex Presidente de la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos y Mark Pieth10, presidente del Grupo de trabajo de la OCDE sobre lucha contra el soborno en las transacciones internacionales y el negocio internacional). Evidentemente, más allá de las rondas orales y la dura preparación llevada a cabo por todos los equipos, con todos estos eventos tuvimos la oportunidad de compartir muchos momentos, de intercambiar multitud de opiniones, e incluso de intentar solucionar todos los conflictos internacionales que afectan al mundo en la actualidad. Por todo ello, considero que el lema elegido este año es el más adecuado para la competición, ya que resume en una única frase la idea general del Jessup. Me gustaría añadir que si bien he intentado exponer las ideas principales sobre la importancia de los moot courts y transmitir la propia experiencia del equipo de la UAM en nuestro paso por el Jessup, es imposible expresar todo lo vivido y lo que hemos aprendido en nuestra participación en dicha competición. Por último, os animo a todos a participar alguna vez durante vuestra etapa universitaria en un moot court y si lo hacéis, que os impliquéis de lleno en ello. Es una experiencia que os va a aportar muchísimos aspectos positivos y que recordaréis toda la vida, porque con ella vais a “crecer” personal y profesionalmente. No dudéis en aprovechar una oportunidad así y sacarle el máximo partido, porque el esfuerzo merece la pena. 8 http://www.icj-cij.org/court/?p1=1&p2=2&p3=1&judge=11 http://www.wcl.american.edu/faculty/grossman/ 10 http://www.oecd.org/speaker/0,3438,en_21571361_41723666_42937531_1_1_1_1,00.html 9 Número 1/2011. Sección Didáctica ¿Cómo resolver un caso práctico sobre…?: Responsabilidad patrimonial de la Administración. DIEGO ESPIGADO GUEDES Supervisado por: JOSÉ MARÍA RODRÍGUEZ DE SANTIAGO Catedrático de Derecho Administrativo SUPUESTO DE HECHO En la noche del 23 al 24 de junio, en la que se celebra la noche de san Juan, un grupo de amigos se dirige hacia la playa en la que tendrá lugar la citada celebración de cada verano. Deciden coger el tren porque sabían que no habría sitio para aparcar en caso de ir en coche. Llegado el tren a la estación, a las 23 horas y 55 minutos, los jóvenes se bajan esperando llegar a la playa en apenas cinco minutos, dado que está a pocos metros de la estación. Sin embargo, los jóvenes se ven obligados a esperar una gran cola en la que, estimaban, estarían más de cinco minutos hasta conseguir salir de la estación. La causa de la cola y la demora reside en que, para salir de la estación, es preciso tomar un paso elevado que salva las vías ferroviarias. Los jóvenes no lo habían previsto, pero ese día concreto del año, la estación de tren del municipio de C., provincia de B., está especialmente alborotada por la gran afluencia de personas que acuden a la fiesta de san Juan en ese medio de transporte. Ante la demora y el atasco en el paso elevado y previendo llegar tarde al momento en que se enciende la hoguera —las 0 horas del día 24—, los jóvenes deciden, a las 23 horas y 57 minutos, cruzar las vías del tren con tan mala suerte que justo en ese momento llegaba un tren que no efectuaba parada en la estación y que los arrolló. El resultado de la catástrofe son diez jóvenes muertos y tres heridos. Los padres de las víctimas solicitan responsabilidad a la administración y piden una indemnización alegando que aquélla no puso los medios alternativos necesarios para salir de la estación. Por otra parte, alegan que había poca iluminación, lo que hacía difícil ver llegar el tren, que éste llegó con excesiva velocidad a la estación y sin luces, y que la administración debería haber puesto personal de seguridad ciudadana para ordenar la salida por el paso elevado. Días después, las grabaciones de la cámara de seguridad de la estación y los estudios de la policía científica demuestran que el tren que arrolló a los jóvenes no llevaba una velocidad por encima de la permitida para los trenes que no efectúan parada y que llevaba las luces reglamentariamente conectadas. Las grabaciones de la cámara de seguridad también proporcionaron la imagen de la afluencia de personas en el paso elevado; las imágenes muestran que, a pesar de la lentitud de la marcha, no había un atasco insalvable o un tapón, sino simplemente marcha lenta. La administración, además, alega que los jóvenes eran conscientes de que estaban cruzando las vías ferroviarias indebidamente, ya que en todas las estaciones está prohibido cruzar las vías, interdicción que se comunica a los particulares mediante carteles informativos. Nada mencionan sobre la falta de personal policial en la estación. Resuelva el caso. PRIMER PASO PARA LA RESOLUCIÓN: LA TEORÍA. Lo primero y más importante a la hora de resolver un caso práctico de cualquier disciplina, y en esto no es especial el Derecho administrativo, es leer y releer el relato fáctico del caso tantas veces como sea necesario. Empezar a escribir antes no implica tener las ideas claras, ni mucho menos redactarlas correctamente. Seguir un iter lógico a la hora de plantear un razonamiento es fundamental no sólo para la resolución de un caso práctico, sino también para los demás escritos que tengáis que hacer a lo largo de vuestra carrera profesional. Una vez hemos leído el caso con la suficiente atención, hemos detectado las cuestiones problemáticas del caso —aconsejo anotarlas en una hoja en sucio para que no pasemos por alto la resolución de ninguna controversia— y hemos estructurado nuestra solución del caso en cuestiones de forma y de fondo, empezamos a seguir pasos específicos para casos de responsabilidad patrimonial de la Administración. Ahora hacemos un pequeño esquema de la teoría a aplicable a cada cuestión relevante. Hay que partir de que los presupuestos para que la administración responda son tres: a) una lesión resarcible, b) la imputación del daño a la administración y c) una relación de causalidad entre la actividad administrativa y el daño causado. a) Para que una lesión sea resarcible, es preciso que concurran, a su vez, tres requisitos: 1º) que el particular no tenga el deber de soportar esa lesión, 2º) que ésta sea efectiva —que se haya dado de hecho— y 3º) que sea un daño individualizado —no necesariamente a un individuo, pero sí a un grupo determinado por alguna/s característica/s. b) La imputación del daño requiere: 1º) que el daño provenga de la actuación de servidores públicos como servidores públicos. De la noción de servidores públicos debe excluirse a colaboradores externos a la administración (contratistas o concesionarios y profesionales que ejercen funciones públicas). Y 2º) que haya un funcionamiento anormal o normal (salvo en caso de omisión de la administración, en que sólo responde ésta por funcionamiento anormal) que cause el daño. Siempre que el funcionamiento esté dentro de los estándares medios admisibles de calidad y rendimientos de los servicios públicos, no habrá responsabilidad. c) La relación de causalidad se enjuicia conforme a la teoría de la condición adecuada, formulada por Von Kries1 en el siglo XIX y aplicada también en el ámbito penal, esto es, la condición que, según las circunstancias del caso, fue idónea por sí misma y clave para producir el daño es la que debemos tener en cuenta. En caso de que haya concurrencia de culpas, el ordenamiento aplica una solución lógica y garantista a favor del perjudicado: la culpa se compartirá entre los coculpables, sean terceros o víctimas. En caso de ser terceros y de que no se pueda identificarlos, en la práctica, la Administración correrá con la responsabilidad. RESOLUCIÓN DEL CASO CONCRETO: LA PRÁCTICA. Vista la teoría en lo fundamental y de manera sucinta, pasamos a la resolución del ejemplo que pongo. No abordaremos las cuestiones procesales, porque no son problemáticas en el caso al que nos enfrentamos. ¿Cuáles son los hechos relevantes del caso? En primer lugar, hay que tener en cuenta que no siempre los hechos relevantes son los alegados por las partes. En la resolución de un caso práctico, hemos de tratar todos los hechos relevantes, a pesar 1 Julius VON KRIES, Die Prinzipen der Wahrscheinlichkeitsrechnung, II, 1886 (citado en Santiago MIR PUIG, Derecho penal, parte general, 8ª ed., Reppertor, Barcelona, p. 248). de que digamos en nuestra respuesta final a la concesión o no de indemnización que ésta no se otorgó no porque no procediera, sino porque los demandantes no alegaron las cuestiones relevantes determinantes para dicha concesión. Es decir, no debemos resolver como un órgano judicial —sólo acerca de lo que se nos pregunta—, pero sí debemos decir qué debería hacer el órgano judicial a la luz de las alegaciones, diciendo que, de ser otras las alegaciones, el fallo podría tener sentido inverso. Pensad que el profesor que os corrija el caso tiene que ver que sabéis, y cuantas más pruebas deis de que sabéis, mejor. En este caso, los hechos relevantes coinciden casi plenamente con los alegados por las partes: 1) el cuasi colapso del paso elevado, 2) la acción de las víctimas de cruzar las vías, 3) la poca iluminación de la estación, 4) la poca iluminación del tren, 5) la velocidad del mismo y 6) la ausencia de personal de policía. Ahora hay que ir (1) reformulando los hechos relevantes y, después, (2) ir aplicando la teoría que hemos formulado más arriba. Es importante saber que, una vez resumida la teoría, por ejemplo, con el esquema que he anticipado, no es necesario ir viendo si se cumplen todos y cada uno de los requisitos en cada uno de los hechos relevantes que encontremos. Formulada la teoría, ya hemos demostrado que la sabemos, ahora sólo hace falta pensar. En muchos casos, hablar demás denota falta de seguridad, como el que piensa «si no es esto, es lo otro, así que pongo las dos cosas». Un profesor que encuentra esto en un examen piensa: «se ha aprendido la teoría de memoria y me la ha chapurreado, pero no sabe ponerla en práctica». Hay que decir todo, pero también sólo lo necesario para resolver el caso. En nuestro ejemplo, (1) reformulemos los hechos. Primero hemos de sentar los hechos que son probados sobre los hechos alegados: el tren llevaba las luces e iba a una velocidad permitida, luego estos hechos —4) y 5)— no pueden ser alegados en contra de la administración. En segundo lugar, los ciudadanos deben respetar las normas existentes. Si hay una norma según la cual uno no puede cruzar las vías, dicha norma debe respetarse salvo casos extraordinarios. En relación con el hecho 1): ¿es suficiente para saltarse la norma de no cruzar las vías —hecho 2)— que el tráfico en el paso elevado sea lento? En otras palabras, tal vez más demagógicas: ¿valía la pena arriesgar la vida conculcando una norma por diez minutos de espera? No, desde luego. La norma que prohíbe cruzar las vías está precisamente para evitar a toda costa los accidentes. Acerca del hecho 3): ¿es lógico que alguien escude su indebida actuación cruzando las vías diciendo que no pudo ver el tren llegar? La norma que prohíbe cruzar las vías está para prevenir accidentes, que, en la mayoría de los casos, no se ven llegar. ¿Sería menos incorrecta la actuación de los jóvenes si hubieran logrado cruzar las vías sin percance alguno? No. Por último, el hecho 6). En este caso, la alegación de las familias de las víctimas es la siguiente: ¿debería haber un policía que nos dijera y prohibiera, al igual que hacen los carteles informativos, cruzar las vías? En mi opinión, no. Dadas las especiales circunstancias de la noche, puedo entender que, quizá, fuera necesario que se reforzara la seguridad en la zona. En todo caso, me inclino más por creer que la norma era muy clara: no crucen las vías, porque es muy, muy peligroso. (2) Apliquemos ahora la teoría. No hay lesión resarcible, porque a pesar de que se cumplan los requisitos 2º y 3º, no se cumple el 1º: no hay una lesión que el particular no tenga el deber de soportar. Uno tiene el deber de soportar todo lo que hace contra las normas y bajo su propia responsabilidad. Hay culpa de las propias víctimas. No obstante, sería un error parar nuestro análisis aquí, puesto que es posible que haya concurrencia de culpas, en cuyo caso, como adelantamos, la administración debería responder de la parte de culpa que le corresponde mediante una indemnización. En cuanto a la imputación del daño, estamos ante un servicio público en sentido amplio, evidentemente. A pesar de que el tren iba a una velocidad adecuada, la administración también responde por funcionamiento normal. Puede pensarse, como he dicho antes, que era exigible un incremento de la seguridad y que dicho incremento implicara exigir más que los estándares medios de calidad y rendimiento de los servicios públicos. De entenderse así —insisto, no es mi punto de vista—, parte de culpa sería de la administración. Por último, la relación de causalidad es evidente. A mi modo de ver, el órgano judicial no debería conceder la indemnización, porque no es exigible a la administración que trate a las personas como sujetos absolutamente irresponsables. Exigir que un policía haga las veces de un cartel o una barrera para evitar un riesgo tan evidente como es el que se presenta en el caso es triste, sobre todo porque, de hacerse, ¿qué concepto tenemos de la razón y libertad humanas? Esto es un caso real. En la realidad, el Juzgado de Instrucción número 1 de Gavà dictó auto de sobreseimiento libre y archivó las actuaciones. La actuación de cruzar las vías por lugar no habilitado para ello es una conducta que queda expresamente prohibida, máxime cuando existe un lugar habilitado para ello, como ocurre en el apeadero donde tuvo lugar el arrollamiento. Por tanto, el hecho de que se cruzaran las vías, además de implicar una conculcación de la normativa que afecta a los usuarios de trenes, sólo puede ser atribuida a las personas que, con la realización de tal conducta, cometieron una imprudencia con el trágico desenlace que tuvo para sus vidas. Auto de 30 de julio de 2010, razonamiento jurídico 1º No obstante, dicho auto fue recurrido en apelación y la Audiencia de Barcelona, mediante auto, ordena la reapertura del caso «dando la oportunidad a la totalidad de las partes para que propongan las diligencias que consideren convenientes». Número 1/2011. Documentación jurídica La documentación jurídica en la formación del jurista MARCOS JORNET MESEGUER Supervisado por: NIEVES MARTÍNEZ MAIRE Directora de la Biblioteca de la Facultad de Derecho INTRODUCCIÓN El volumen de recursos de información relacionados con el mundo del Derecho es hoy en día inabarcable. Existen recursos en soporte papel, en CD, online y de muy diversa tipología. Diversa es también la tipología de usuarios1 que tiene necesidad de acceso a dichos recursos. Por un lado, existe una demanda social importante de acceso a este tipo de información relacionada con el mundo del derecho relacionada con el tráfico jurídico ordinario (comprar una casa, un contrato de trabajo, casarse…)2; pero por otro lado existe la necesidad de jurista de acceder a un tipo de formación especializada y de calidad. El presente artículo se refiere a este segundo grupo de consumidores de información jurídica, el profesional del Derecho o en vías de formación. El conocimiento específico sobre el acceso a los recursos de información jurídica, es a lo que se denomina documentación jurídica. Este documento analiza el concepto de documentación jurídica, la tipología, su evolución en nuestro país y el papel que hoy por hoy la documentación jurídica juega en la formación del estudiante de Derecho. 1 SANZ CASADO Diferencia cuatro tipos de usuarios de información: investigadores y docentes, usuarios de industria y empresa, administradores de la información y el “hombre de la calle”. Cfr. SANZ CASADO, E., Manual de Estudios de Usuarios, Pirámide, 1994. p. 20. 2 VILLASEÑOR RODRÍGUEZ, Isabel y GÓMEZ GARCÍA, Juan Antonio, Investigación y Documentación jurídicas, Dykinson, 2009, p. 70. LA DOCUMENTACIÓN JURÍDICA: CONCEPTO La documentación puede entenderse como la ciencia de los documentos en general, pero también como ciencia auxiliar de otras ciencias3. Teniendo en cuenta estos dos aspectos, podemos hablar de la documentación jurídica en términos de ciencia auxiliar de las ciencias jurídicas, cuyo objeto de trabajo es el conjunto de documentos que se producen en “la creación, difusión, aplicación e Investigación del Derecho”4. La gran cantidad de documentos que componen este conjunto suele clasificarse en términos de las fuentes de conocimiento del Derecho, a saber, la legislación, la jurisprudencia y la doctrina científica5. TIPOLOGÍA DE DOCUMENTACIÓN JURÍDICA A. DOCUMENTACIÓN LEGISLATIVA 6 En esta categoría se encuentran aquellos documentos producidos por los órganos legislativos en ejercicio de su facultad de elaborar las normas. En términos específicos, hablamos entonces del Parlamento y del Ejecutivo. En relación con estas dos instancias, también suelen incluirse en este conjunto de documentos aquellos relativos al proceso de elaboración de las normas, así como los documentos de carácter administrativo, relacionados con las normas inferiores y con los actos administrativos, junto con la gestión y los procedimientos inherentes a una determinada actividad a nivel estatal, autonómico o local7. Según el art. 1.1 del Código Civil las fuentes del orde- namiento jurídico son la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho. La documentación normativa se publica y recopila de dos formas: • De forma oficial y por imperativo legal en los boletines oficiales, esta- tales, autonómicos y provinciales y en colecciones y repertorios oficiales (Colección Legislativa de España, Disposiciones Generales….) 3 En este punto se referencia al concepto original de documentación, propuesto por Paul Otlet y retomado por Félix del Valle. Cfr. DEL VALLE, Félix. La documentación: concepto y contexto científico. [en línea] Madrid: Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, Curso 2005/2006. [Consulta: mayo de 2011] (http://www.ucm.es/info/multidoc/prof/fvalle/tema2.htm) 4 MACIÁ, Mateo y REVIRIEGO, Juan. “Introducción general a la documentación jurídica”. En: MACIÁ, Mateo (ed.) Manual de Documentación Jurídica. Madrid: Editorial Síntesis, 1998. p.20. 5 Idem. 6 A propósito de la documentación legislativa pueden consultarse los siguientes textos. MARTÍNEZCAÑAVETE, María del Rosario y Maciá, Mateo. “Documentación Parlamentaria”. En: MACIÁ, Mateo. op.cit. pp. 205 – 277. ; FERNÁNDEZ BAJÓN, Maria Teresa. “Documentación administrativa”. En: MACIÁ, Mateo. op.cit. p. 279 -366. 7 Ibídem. • De forma no oficial en numerosas publicaciones privadas realizadas con ánimo de lucro por empresas editoriales. B. DOCUMENTACIÓN JUDICIAL 8 Se entiende por documentación judicial, en un sentido amplio, el conjunto de documentos que provienen de los tribunales. En un sentido estricto, podemos establecer que es la documentación producida por los órganos (jueces y tribunales) encargados de la función jurisdiccional en el ejercicio de esa actividad. En el ámbito de la documentación judicial, las sentencias son fundamentales, puesto que sobre la base de las mismas se configura la jurisprudencia. En este apartado se estudiará la documentación producida por el Tribunal Constitucional, los tribunales que conforman el Poder Judicial, incluyendo también el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En el ámbito de la Unión Europea cuando tratemos los recursos especializados por materias (Seminario II), abordaremos la documentación producida por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. C. DOCUMENTACIÓN DE LA DOCTRINA JURÍDICA 9 En sentido estricto, se entiende por doctrina jurídica la opinión de los juristas prestigiosos sobre una materia concreta y constituye una fuerza de convicción para el juez, el legislador y el desarrollo del derecho consuetudinario, dado que la opinión y la crítica de los teóricos del Derecho influye en la formación de la opinión de los que posteriormente crean normas nuevas o aplican las existentes. Desde un punto de vista más amplio, en esta categoría se agrupan los documentos tales como las monografías, manuales, artículos de publicaciones periódicas y tesis de investigación, entre otros. Las grandes bases de datos jurídicas emplean indistintamente el término Doctrina y Bibliografía para referirse a la bibliografía especializada con relevancia10. INVESTIGACIÓN BIBLIOGRÁFICA La observación y reflexión sistemática de fenómenos específicos sobre la base de diferentes tipos de documentos, enmarcados en las tres categorías anteriores, es una parte fundamental de la investigación científica en Derecho y puede denominarse como investigación documental. Orientada a la producción de resultados que favorez8 Sobre la documentación judicial consúltese MATEU ESCODA, Mercé. “Documentación Judicial” En: MACIÁ, Mateo. op.cit. pp. 137 – 204 9 Para profundizar en términos de la documentación de doctrina véase MACIÁ, Mateo “Documentación de la doctrina jurídica” En: MACIÁ, Mateo. op.cit. pp. 189 – 204. 10 Cfr. Westlaw España , El Derecho Internet (Bibliografía) o La Ley Digital (Doctrina). can la creación científica, este tipo de investigación involucra diferentes procesos subjetivos, tales como la interpretación, el análisis, la síntesis y la abstracción, entre otros. Dichos procesos hacen posible identificar el tipo de necesidad documental que se tiene, acceder y utilizar los recursos informativos pertinentes para satisfacerla, localizar los documentos jurídicos requeridos, así como la recuperación y utilización de los mismos de manera adecuada11. El núcleo práctico del curso en este sentido es la búsqueda y el manejo de fuentes bibliográficas sobre un asunto particular, en el marco de las fuentes documentales específicas de la disciplina, orientada a la creación de nuevos elementos bibliográficos por parte del estudiante. PANORAMA DE LA FORMACIÓN EN DOCUMENTACIÓN JURÍDICA EN LA ACTUALIDAD El Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre , por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, señala en el artículo 3.3 que tales enseñanzas se concretarán en planes de estudios que serán elaborados por las universidades, verificados por el Consejo de Universidades y autorizados en su implantación por la correspondiente Comunidad Autónoma, de acuerdo con lo establecido en el artículo 35.2 de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre , de Universidades, modificada por la Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril . Ante esta normativa, algunas universidades han optado por incluir en sus planes de estudios la enseñanza de documentación jurídica como asignatura de carácter básico u obligatorio12. Otras universidades, en cambio, optan por un modelo en el que la formación en documentación jurídica adopta un carácter transversal13. En cambio, un importante número de universidades, no incluyen una formación específica en docu- 11 Respecto a la investigación documental en el ámbito de la investigación jurídica vid. WITKER, Jorge. “Delimitación del tema y análisis del material” En: WITKER, Jorge. Técnicas de Investigación Jurídica México: McGraw Hill Interamericana Editores, 1996. pp. 31 – 57 (http://www.bibliojuridica.org/libros/libro.htm?l=1933) [Consulta: mayo de 2011] 12 La Universidad Autónoma de Madrid ha insertado la documentación jurídica dentro de su plan de estudios. Esta materia tiene el carácter de enseñanza básica y se importe en segundo curso del Grado en Derecho en una asignatura titulada Argumentación jurídica y documentación, en la que cada destreza – argumentación y documentación- se imparte por separado. (http://portal.uam.es/portal/page/portal/UAM_ORGANIZATIVO/FacultadesEscuelas/FacultadDerecho/Grad o/PlanesdeEstudio/PlanEstudiosGradoD.pdf) [Consulta: mayo de 2011). Un modelo similar lo adopta la Universidad de La Rioja, que también imparte esta asignatura con carácter obligatorio y lo hace en segundo curso del Grado en Derecho ofertado (http://www.unirioja.es/estudios/grados/derecho/index.shtml) [Consulta: mayo de 2011). 13 Este es el caso de la Universidad Rey Juan Carlos que recoge esta objetivo entre las competencias transversales que el estudiante ha de conseguir durante el Grado en Derecho Online que oferta esta Universidad (http://www.urjc.es/estudios/grado/derecho_on_line/competencias.html) [Consulta: mayo de 2011]. mentación jurídica14, ni la contemplan, tan siquiera, entre las destrezas que el estudiante ha de adquirir a lo largo de su formación académica. Sí es cierto, que en España hay una amplia oferta de formación especializada en documentación jurídica por parte de empresas privadas, que facilitan cursos de mayor o menor duración; presenciales o de forma online. REFLEXIÓN FINAL: EL PAPEL DE FORMACIÓN EN DOCUMENTACIÓN JURÍDICA EN LA ACTUALIDAD Ante el panorama expuesto, parece que la formación en documentación jurídica –salvo supuestos, como se ha visto, excepcionales-, queda en manos de empresas privadas que oferten el acceso a una destreza imprescindible en la formación del jurista. En todo caso, parece que la mejor o peor adquisición de este tipo de destrezas depende de la diligencia del estudiante que quiera optar por su formación autodidacta o en último término, por la buena fe y entrega de profesores que, durante la impartición de su materia específica, quiera dedicar un tiempo de su asignatura a dotar a sus alumnos de herramientas necesarias para su vida profesional y académica. La formación jurídica, hoy por hoy, donde las nuevas tecnologías permiten disponer de un volumen considerable de información en un breve periodo de tiempo, no es una cuestión de accesibilidad –como sí lo era hace unos pocos años-, sino de calidad. Efectivamente, lo que la formación en bases de datos, repertorios de jurisprudencia e investigación bibliográfica garantiza la calidad, el rigor y la exhaustividad del tratamiento de la información relacionada con el mundo del Derecho –muy ligada a la oferta de acceso restringido y de pago- 15. De ahí que la apuesta de esta sección de la ROED sea la de acercar la formación gratuita de forma abierta y gratuita al estudiante de Derecho. 14 En el año 1991 se publicaba un estudio en el Boletín de la Confederación de Asociaciones de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Documentalistas (ANABAD) donde se justificaba la importancia de incluir una asignatura específica sobre documentación jurídica en la Universidad de Zaragoza. En la actualidad, dicha formación no se oferta en el plan de estudios del Grado en Derecho. Cfr. DEL VAL TENA, Ángel Luis y DEL VAL ARNAL, J. Jesús, “Necesidad de un curso en la Licenciatura en Derecho que facilite la accesibilidad a la documentación jurídica”, Boletín de la ANABAD, Tomo 41, nº3-4, 1991. 15 ALVITE, María Luisa, “Evolución de las bases de datos jurídicas en España”, Anales de Documentación, nº 7, 2004. p. 24. Número 1/2011. Cultura y Derecho Derecho y cultura: en torno a una definición y nexos de unión entre ambos conceptos MARIANA LÓPEZ HURTADO FRANCISCO JOSÉ VALENTÍN RUIZ INTRODUCCIÓN Con este trabajo pretendemos arrojar un poco de luz en torno a las definiciones de «cultura», tarea que, como veremos, se presenta harto difícil por la enorme variedad de vínculos con las distintas ramas de las Ciencias Sociales. Pero sobre todo, pretendemos establecer y aclarar los nexos de unión entre el Derecho y la cultura. Cultura es un concepto muy amplio que abarca numerosos ámbitos por lo que estudiarla en su conjunto resulta prácticamente imposible, de ahí que, a pesar de hacer un esbozo en este sentido general, en el trabajo nos centremos en tres ámbitos concretos: patrimonio cultural, cine y libro y literatura. Finalmente también hemos querido hacer un breve análisis normativo de los principales aspectos culturales tratados en la Constitución Española de 1978 y en algunas anteriores. 1. DEFINICIÓN DE CULTURA A la hora de establecer las relaciones entre Derecho y cultura debemos comenzar con el estudio del significado del término «cultura». Ahora bien, según Rocco Lozano1 resulta una tarea prácticamente imposible definir de una manera unívoca esta voz. Algunas de las principales dificultades subyacen de la variedad de conceptos que se le asocian, de la vaguedad del término en sí y de la falta de reconocimiento de las posturas individuales2. 1 ROCCO LOZANO, V., «Repensar el vínculo entre Derecho y Cultura desde el diálogo filosófico», en VALENTÍN RUIZ, F. J.; LÓPEZ HURTADO, M., Blog Derecho y Cultura, 2011. Disponible en: http://derechocultura.blogspot.com/2011/03/repensar-el-vinculo-entre-derecho-y.html. Consultado el 1 de junio de 2011. 2 MERRY, S. E., «Law, culture and cultural appropriation», en 10 Yale Journal of Law and the Humanities, 1998, pp. 575-579. Citado por CHASE, O. G., Derecho, cultura y ritual: sistema de resolución de controversias en un contexto intercultural, Marcial Pons, Madrid, 2011, p. 25. Es curioso el hecho de que nadie negaría entender dicho término pero que, sin embargo, ni siquiera en el ámbito científico se pueda precisar de una manera exacta su contenido y significado. Por este motivo varios autores, entre ellos Peter Häberle, se refieren a «cultura» como un concepto abierto que no solo guarda relación con el campo jurídico. No obstante, pese a que existen ciencias dedicadas al estudio de la cultura, estas también se encuentran ante las mismas dificultades para encontrar una definición concreta y unívoca del vocablo en cuestión. En este sentido, ciencias como la Antropología aportan diferentes concepciones de «cultura», no exentas de múltiples y complejas disquisiciones sobre su contenido y significado3. La concepción actual de la voz «cultura» es un término de reciente acuñación pues hasta finales del siglo XVII mantenía un significado puramente agrícola relacionado con el cultivo de las tierras, como así queda plasmado en las constituciones fran4 cesas de 1791 y 1793 . Esta procedencia agraria aún está presente en los significados del esfuerzo y del crecimiento tanto por el hecho de cultivarse una persona a sí misma, 5 como por el crecimiento de la sociedad en la que se halla inmerso el individuo . Será a partir del siglo XX cuando las materias culturales empiecen a ser recogidas como tales en la parte dogmática de los textos constitucionales. Concretamente la Constitución mexicana de 1917 es la primera que hace un uso explícito del concepto «cultura». El término al que nos referimos carecía hasta entonces de reconocimiento con nombre propio y las materias a las que alude quedaban subsumidas en conceptos relacionados tales como la libertad de expresión, prensa, imprenta o, incluso, el reconocimiento del patrimonio cultural de los estados6. El Diccionario de la Real Academia Española recoge diferentes concepciones de la palabra «cultura» entre las que encontramos: un conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico; un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época o grupo social, etc.; y, si atendemos a la voz «cultura popular», esta sería el conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo. 3 BARRANCO VELA, R., «El ámbito jurídico-administrativo del Derecho de la Cultura: una reflexión sobre la intervención de la administración pública en el ámbito cultural», en BALAGUER CALLEJÓN, F. (coord.), Derecho Constitucional y Cultura: estudios en homenaje a Peter Häberle, Tecnos, Madrid, 2004, p. 198. 4 LÓPEZ BRAVO, C., El patrimonio cultural en el sistema de derechos fundamentales, Universidad de Sevilla, Sevilla, 1999, p. 21. 5 ROCCO LOZANO, V., «Repensar el vínculo entre Derecho y Cultura desde el diálogo filosófico», op. cit. 6 PRIETO DE PEDRO, J., «Cultura, economía y derecho, tres conceptos implicados», en Pensar Iberoamérica, revista de cultura, n. 1, 2002. Disponible en: http://www.oei.es/pensariberoamerica/ric01a04.htm. Consultado el 1 de junio de 2011. Analizando las definiciones aportadas por la Real Academia Española nos encontramos con que para el jurista se trata de un concepto importado que entra de lleno en el ámbito de Ciencias Humanas como la Sociología o la Antropología 7. No por ello el ámbito jurídico ha dejado de preocuparse por el tema y así, en la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales de México de 1982, se aventuró una definición más jurídica de «cultura», enunciada como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Este concepto engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano y sus sistemas de valores. De ahí que «cultura» 8 también se pueda definir, tal y como apunta Alcantarilla Hidalgo , desde un punto de vista antropológico como ese complejo de conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera otras aptitudes y hábitos que el hombre adquiere como miembro de la sociedad. Para finalizar, debemos añadir que la «cultura», en sentido general, «estaría constituida por el conjunto de prácticas y conductas sociales inventadas y transmitidas dentro de un grupo social: lengua, ritos, cultos, religión, vestido, hábitat, saber técnicocientífico, artesanía, etc.9». En todo caso, coincidiendo con Kroeber y Kluckhorl10, se refiere a la tradición de un determinado grupo, un modo de vivir aprendido de los miembros de ese grupo y compartido por ellos. La «cultura», por tanto, se adquiriría mediante procedimientos hereditarios pero nunca genéticos y se transmitiría de generación en generación, es decir, el conocimiento de la cultura no sería algo inherente al ser humano en el momento de su nacimiento11. 2. LA RELACIÓN ENTRE DERECHO Y CULTURA Una definición tan amplia como la que hemos utilizado para cerrar el apartado anterior nos permite abarcar todos los ámbitos que afectan al ser humano, de modo que cultura y sociedad están íntimamente relacionadas sin que pueda entenderse la una sin la otra. Puesto que el Derecho forma parte del sistema social encargándose de la ordenación del mismo, entonces los tres términos han de estar relacionados. Coin- 7 8 p. 22. LÓPEZ BRAVO, C., El patrimonio cultural en el sistema de derechos fundamentales, op. cit., p.21. ALCANTARILLA HIDALGO, F. J., Régimen jurídico de la cinematografía, Comares, Granada, 2001, 9 LÓPEZ BRAVO, C., El patrimonio cultural en el sistema de derechos fundamentales, op. cit., p.24. KROEBER, A. L.; KLUCKHORN, C., Culture: a critical review of concepts and definitions, Vintage Books, New York, 1952. 11 Sobre el concepto de cultura se han realizado numerosísimos trabajos, especialmente los relacionados con la Antropología. LÓPEZ BRAVO, C., El patrimonio cultural en el sistema de derechos fundamentales, op. cit., realiza una interesante recopilación de definiciones de cultura en este sentido. 10 cidimos así con Padrós Reig12 al afirmar que cultura, sociedad y Derecho son conceptos que se retroalimentan mutuamente. Hasta aquí, las relaciones entre el Derecho y la cultura son claras pero podemos aventurar una distinción más concreta que centre los tipos de relaciones existentes: - Relaciones entre Derecho y cultura desde el punto de vista de la representación del Derecho en las manifestaciones culturales, como por ejemplo la literatura o el cine. En este sentido, se trataría de una representación literaria o cinematográfica del entramado judicial elaborado por el ser humano para facilitar su convivencia13. - Actuación del Derecho en la regulación de las materias culturales. Así, el Derecho provoca una acción positiva de protección y fomento de la cultura procurando las condiciones más idóneas para su desarrollo y difusión. Con ello se pretende que el disfrute de la cultura no sea solo un medio de desarrollo de la personalidad del ciudadano, sino también una fórmula de cohesión social y de integración con el fin de asegurar y propiciar el intercambio y el diálogo14. De este modo, continuando con la última vertiente a la que nos hemos referido, el Derecho, en ese afán por regular la convivencia y solventar los problemas que surgen en la misma o aquellos que afectan al correcto desarrollo de la sociedad, históricamente se ha centrado principalmente en evitar la salida de bienes culturales al ex15 tranjero . Ahora bien, si en la actualidad analizamos las aportaciones del Derecho a la cultura, debemos destacar, sin lugar a dudas, la importantísima función de garantía de los derechos subjetivos relativos a la cultura de los seres humanos individuales y de los grupos sociales que se van constituyendo en la sociedad. Al mismo tiempo, tal y como afirma Prieto de Pedro16, el Derecho garantiza los principios y valores superiores, como por ejemplo, la autonomía de la cultura, el pluralismo, la diversidad, la descentralización, etc., que posibilitan un desarrollo social democrático. El Derecho, por tanto, ayuda a insertar y fijar en el Estado de Derecho, todos los referentes culturales vigen12 PADRÓS REIG, C., Derecho y cultura: prontuario elemental para estudiantes de Humanidades, Atelier, Barcelona, 2000, p. 75. 13 VICENTE MARTÍNEZ, R., El color de la justicia: (tres colores: rojo), Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p. 15. GARCÍA HERRERA, M. A., «Consideraciones sobre Constitución y Cultura», en BALAGUER CALLEJÓN, F. (coord.), Derecho Constitucional y Cultura: estudios en homenaje a Peter Häberle, Tecnos, Madrid, 2004, p. 120. 15 Ídem, p. 120. 16 PRIETO DE PEDRO, J., «Cultura, economía y derecho, tres conceptos implicados», op.cit. 14 tes en la sociedad. Y para ello se vale de reglas, principios y valores jurídicos, creando así un «Estado de Cultura» en tanto en cuanto la protección de la libertad cultural, el pluralismo, la conservación del legado cultural y el progreso de la cultura se convierten en un fin indeclinable del Estado. 3. REGULACIÓN NORMATIVA DE LA CULTURA Antecedentes A pesar de que, como hemos visto, las primeras constituciones francesas del XVIII no realizaban un reconocimiento explícito de la cultura, esto no quiere decir que derechos como el de prensa o imprenta no aparecieran recogidos en las mismas. No será hasta 1948 cuando la Declaración Universal de los Derechos del Hombre reconozca expresamente el derecho de todos los individuos a participar libremente en la vida cultural de la comunidad17. La incorporación de estos derechos a la actual Unión Europea fue más tardía, tal y como se refleja en la escasa presencia de referencias a la cultura como objeto de regulación e intervención en el Tratado de Roma de 1957. Teniendo en cuenta que estamos hablando de un tratado elaborado principalmente por motivos económicos, las referencias a la cultura y al patrimonio cultural, o bien son vagas, o bien no tras18 cienden más allá de aspectos puntuales . Hasta esta primera parte del siglo XX ningún texto constitucional habló de libertad de creación cultura, derechos culturales o derecho a la cultura, derecho a la no discriminación por motivos de pertenencia cultural… Todo lo contrario de lo que ocurre a partir del último cuarto del siglo XX momento en el que se redactan constituciones como las de Brasil, Ecuador, Portugal, Colombia, España, etc., caracterizadas por una copiosa lista de principios y derechos relacionados con la cultura19. El caso particular de España se estudiará con más detalle en el próximo apartado a través del análisis de algunas de las Constituciones españolas y, en especial, en la actual de 1978. No obstante, aunque el objeto principal de este trabajo no es la investigación detallada en torno a las referencias a cultura, materias culturales o derechos relacionados en la normativa internacional, nos ha parecido ilustrativo presentar algunos ejemplos en este sentido. 17 BARRANCO VELA, R., «El ámbito jurídico-administrativo del Derecho de la Cultura: una reflexión sobre la intervención de la administración pública en el ámbito cultural», op. cit., pp. 203–204. 18 SÁNCHEZ-MESA MARTÍNEZ, L. J., «Reflexiones en torno a la evolución de la intervención comunitaria en el Derecho de la Cultura: el papel del patrimonio cultural en el proceso de integración y el correspondiente a las instituciones europeas y en su salvaguardia», en Cuadernos de Derecho Público, n. 24, 2005, p. 75. 19 PRIETO DE PEDRO, J., «Cultura, economía y derecho, tres conceptos implicados», op.cit. La cultura en los textos constitucionales españoles Durante el siglo XIX ninguna constitución española recogía referencia alguna a la cultura, entendida esta en el sentido actual20. Encontramos los primeros llamamientos a dicho término a lo largo del articulado de la Constitución de la Segunda República Española, de 9 de diciembre de 1931. El artículo 11 de esta Constitución alude a motivos culturales para desarrollar la organización territorial del Estado: «Si una o varias provincias limítrofes, con características históricas, culturales y económicas, comunes, acordaran organizarse en región autónoma para formar un núcleo político administrativo, dentro del Estado español, presentarán su Estatuto con arreglo a lo establecido en el art. 12.» La importancia del término a que nos referimos en esta Constitución es evidente a tenor del título del Capítulo II «Familia, economía y cultura» del que se extraen las tres referencias restantes a la materia. Por un lado el artículo 45: «Toda la riqueza artística e histórica del país, sea quien fuere su dueño, constituye tesoro cultural de la Nación y estará bajo la salvaguardia del Estado, que podrá prohibir su exportación y enajenación y decretar las expropiaciones legales que estimare oportunas para su defensa. El Estado organizará un registro de la riqueza artística e histórica, asegurará su celosa custodia y atenderá a su perfecta conservación. El Estado protegerá también los lugares notables por su belleza natural o por su reconocido valor artístico o histórico.» Por su parte, el artículo 48 está referido a la intervención estatal en materia cultural: «El servicio de la cultura es atribución esencial del Estado, y lo prestará mediante instituciones educativas enlazadas por el sistema de la escuela unificada […]» Por último el artículo 50 se preocupa por la expansión de la cultura española en el mundo: «[…] El Estado atenderá a la expansión cultural de España estableciendo delegaciones y centros de estudio y enseñanza en el Extranjero y preferentemente en los países hispanoamericanos.» Al hilo de la inclusión de las referencias a cultura en los textos constitucionales, diversos autores coinciden en utilizar la expresión «Constitución Cultural». Este término compuesto, en palabras de Padrós Reig21, es «la interpretación sistemática de los varios preceptos que refieren a la cultura dentro del texto constitucional». Es decir, la 20 ALCANTARILLA HIDALGO, F.J., Régimen jurídico de la cinematografía, op. cit., p. 21. PADRÓS REIG, C., Derecho y cultura: prontuario elemental para estudiantes de Humanidades, op. cit., p. 76. 21 parte de la Constitución que recoge las reglas, principios y garantías constitucionales 22 específicos de la cultura . Si entramos de lleno en el análisis de la Constitución de 1978 vemos que el término «cultura» ya desde el Preámbulo constitucional se constituye como uno de los fines orientadores de la acción del moderno Estado Social y Democrático de Derecho español23. Así, la Constitución Española nos sitúa al frente del Derecho comparado 24 en lo que a contenido cultural se refiere . Y el hecho de que la cultura se articule como un derecho fundamental supone un paso decisivo en pro de una visión plena y articulada de los fenómenos que encierra lo cultural25 y al mismo tiempo vemos como el pluralismo cultural se asienta como objetivo superior del ordenamiento jurídico26. Como decíamos, la inclusión de la voz «cultura» en la Constitución Española es uno de los términos de mayor aceptación entre los elegidos por los constituyentes españoles de 1978, tanto que aparece dos veces en el Preámbulo de nuestra carta magna y cinco en su articulado (artículos 25.2, 44, 50, 148.1.17, 149.2)27. Así, el Preámbulo recoge la intención de proteger y promover las culturas de España28: «[…] Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. […]» El artículo 25.2 en torno a los derechos de los reclusos: «[…] En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad.» Por su parte, el artículo 44 regula el acceso a la cultura: «1. Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho. 22 23 PRIETO DE PEDRO, J., «Cultura, economía y derecho, tres conceptos implicados», op.cit. LÓPEZ BRAVO, C., El patrimonio cultural en el sistema de derechos fundamentales, op. cit., p. 115. 24 BARRANCO VELA, R., «El ámbito jurídico-administrativo del Derecho de la Cultura: una reflexión sobre la intervención de la administración pública en el ámbito cultural», op. cit, p. 203. 25 PRIETO DE PEDRO, J., Cultura, culturas y Constitución, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1992, p. 281. Este autor también ha puesto de manifiesto la novedad de que el término cultura aparezca como uno de los fines orientadores de la acción del Estado Social y Democrático de Derecho. Partiendo de un análisis de los textos constitucionales españoles del siglo XIX constata que en ninguna de aquellas cartas constitucionales históricas se empleó la voz cultura, lo que no impidió que se regularan con profusión las materias culturales. 26 LÓPEZ AGUILAR, J. F., «Cultura y Derecho: las dimensiones constitucionalmente relevantes de la cultura», en BALAGUER CALLEJÓN, F. (coord.), Derecho Constitucional y Cultura: estudios en homenaje a Peter Häberle, Tecnos, Madrid, 2004, p. 215. 27 RUIZ ROBLEDO, A., «La Constitución cultural española», en La Ley, n. 4751, 1991, pp. 1-9. 28 LINDE PANIAGUA, E., «Los museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal: cultura como derecho versus cultura como mito», en Patrimonio cultural y Derecho, n. 2, 1998. El autor realiza un análisis de las referencias de la Constitución Española de 1978 al término «cultura». 2. Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general.» El artículo 50 recoge derechos específicos de la tercera edad y, entre ellos, el acceso a la cultura por parte de este colectivo: «[…] Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio.» La cultura no se ha mantenido al margen del reparto competencial entre el Estado y las comunidades autónomas. De ahí que aparezca regulada como competencia autonómica en el artículo 148.1: «17.ª El fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la lengua de la Comunidad Autónoma.» Por último, el artículo 149, relativo a las competencias exclusivas del Estado, le atribuye el servicio a la cultura como deber y atribución esencial: «2. Sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las Comunidades Autónomas, el Estado considerará el servicio de la cultura como deber y atribución esencial y facilitará la comunicación cultural entre las Comunidades Autónomas, de acuerdo con ella.» Para concluir este apartado nos gustaría hacer una referencia al tema lingüístico por tratarse de un tema muy debatido en la actualidad. Es indudable que la lengua forma parte de la cultura y que, por tanto, debe ser y es también objeto de la regulación constitucional. Esta situación no es exclusiva de España sino que actualmente la mayoría de los Estados son plurilingües y cerca del 75% de las constituciones incluyen 29 principios y derechos relativos al régimen jurídico-lingüístico . Llegados a este punto, habiendo analizado las características del término «cultura» y tras realizar un estudio de las normas de mayor rango, sobre todo en nuestro país, en relación al concepto, es el momento de centrarnos en relaciones más específicas. Hemos visto que la cultura abarca todos los ámbitos sociales, pero nosotros prestaremos especial atención al patrimonio cultural, al cine y al libro y a la literatura. 4. PATRIMONIO CULTURAL Atendiendo al concepto etimológico, patrimonio cultural proviene de la voz latina patrimonium o conjunto de bienes que una persona hereda de sus padres. Ruiz Gil30 29 VERNET I LLOBET, J., «Cultura, derecho lingüístico y derecho constitucional», en BALAGUER CAF. (coord.), Derecho Constitucional y Cultura: estudios en homenaje a Peter Häberle, Tecnos, Madrid, p. 223. LLEJÓN, 30 RUIZ GIL, J. A., Creer y crear: el patrimonio cultural en la encrucijada de la globalización, Universidad de Cádiz, Cádiz, 2005, pp. 8-10. señala que de la definición anterior se pueden destacar cuatro cuestiones: «se trata de un conjunto o masa de bienes, estos bienes se heredan en derecho, la herencia proviene de los parientes biológicos, y es personal». También estarían incluidos en el concepto de patrimonio aquellos bienes de propiedad pública o privada pero de disfrute social, legados de unas generaciones a otras. En lo que a antecedentes históricos de regulación del patrimonio cultural se refiere, algunos autores31 señalan como precedente la Ley Moyano de 1857. Esta Ley incorporó toda la materia de Bellas Artes en la Política Educativa o de Instrucción Pública. De hecho, en su artículo 161 afirma que «se pondrá al cuidado de la Academia de San Fernando la conservación de los monumentos artísticos del Reino, para lo cual estarán bajo su dependencia las Comisiones Provinciales de Monumentos». Por otra parte, sin estudiar a fondo toda la normativa 32 vigente sobre patrimonio cultural, sí que nos gustaría matizar brevemente la regulación de esta materia en la Constitución Española. Regulación que queda consagrada en el artículo 4633 y que garantiza la conservación y la promoción del enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de España. A partir de este momento comienza la redacción de normas más acordes y específicas al momento actual34. La norma que rige actualmente todos los aspectos relativos al patrimonio es la Ley 16/1985, de Patrimonio Histórico Español. En el artículo 1.2 se recoge la definición de Patrimonio Histórico Español integrado por: «los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico». 31 LÓPEZ BRAVO, C., El patrimonio cultural en el sistema de derechos fundamentales, op. cit., pp. 95-96. Este autor realiza un interesante estudio evolutivo de la regulación del Patrimonio Histórico en las diferentes leyes españolas. 32 Para una detallada descripción histórica de la regulación del patrimonio cultural en la normativa europea véase SÁNCHEZ-MESA MARTÍNEZ, L. J., «Reflexiones en torno a la evolución de la intervención comunitaria en el Derecho de la Cultura: el papel del patrimonio cultural en el proceso de integración y el correspondiente a las instituciones europeas y en su salvaguardia», op. cit., p. 75. 33 Artículo 46 de la Constitución Española: «Conservación del patrimonio artístico. Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio». 34 ALEGRE ÁVILA, J. M., Evolución y régimen jurídico del patrimonio histórico: la configuración dogmática de la propiedad histórica en la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, Tomo I., Ministerio de Cultura, Madrid, 1994, p. 278. Este autor también realiza un análisis detallado de los trámites parlamentarios que se llevaron a cabo para la redacción definitiva del artículo 46 de la Constitución Española de 1978. 5. CINE Las relaciones entre Derecho y cine, este último como componente de la cultura, han sido fruto de un profundo debate que aún hoy continúa. Por un lado el Derecho siempre se ha ocupado del cine y, especialmente, cuando alcanzó la denominación actual de industria económica-cultural. En este sentido, la normativa española sobre cinematografía declara que las principales razones para el apoyo al cine son fundamentalmente culturales35. Y, por otro lado, el cine se ha interesado por el Derecho puesto que en toda narración las referencias jurídicas están presentes36. Por esto último, podemos considerar cada obra fílmica como un texto jurídico con un lenguaje pro37 pio capaz de conservar su significado en todo momento . La consideración del cine como un sector económico e industrial y a la vez como materia cultural provoca una dicotomía y oposición entre películas denominadas de calidad y películas comerciales. En las primeras primaría el contenido estético, artístico y cultural mientras que en las segundas es el rendimiento económico el factor más valorado. Sin embargo, en algunas ocasiones estas dos consideraciones no son excluyentes pues algunas de las películas económicamente más rentables también son algunas de las mejor valoradas artísticamente. Sea como fuere, el cine como medio de formación y expresión cultural constituye una clara manifestación de la cultura y del 38 pensamiento . Manifestación cultural que no escapa del ámbito del Derecho que se ha preocupado por analizar si existe un cine jurídico. El debate ha sido ampliamente tratado en los círculos académicos norteamericanos, muy preocupados por el binomio derecho y cine39. En nuestro país, a nuestro entender, la cuestión aún no ha sido resuelta. Existen autores que ofrecen al mismo tiempo opiniones a favor y en contra de la existencia de este género cinematográfico: Rivaya40 es uno de los autores que pone en duda la existencia de un cine jurídico en tanto en cuanto considera que sus contenidos se nutren de otros géneros y, por tanto, el rótulo de cine jurídico puede solaparse con otros géneros reconocidos, en este caso no se trataría de un género propiamente dicho pero 35 PADRÓS REIG, C., Derecho y cultura: prontuario elemental para estudiantes de Humanidades, op. cit., p. 163. 36 RIVAYA, B., «Derecho y cine: todo lo que siempre quiso saber sobre el Derecho y nunca se atrevió a preguntar», en Ratio Iuris, n. 3, 2005, p. 137. 37 RIVAYA, B., «El Derecho y los géneros cinematográficos: panorama general», en GÓMEZ GARCÍA, J. A. (ed.), El Derecho a través de los géneros cinematográficos, Tirant lo Blanch, Valencia, 2008, p. 12. 38 ALCANTARILLA HIDALGO, F.J., Régimen jurídico de la cinematografía, op. cit., pp. 23-25. 39 GARCÍA MANRIQUE, R.; RUIZ SANZ, M. (eds.), El Derecho en el cine español contemporáneo, Tirant lo Blanch, Valencia, 2009, p. 10. 40 RIVAYA, B., «Derecho y cine: todo lo que siempre quiso saber sobre el Derecho y nunca se atrevió a preguntar», op. cit., p. 138. sí un género que utilizaría habitualmente argumentos jurídicos. Por otra parte, el mismo autor afirma que si existiera un cine jurídico, este se dedicaría a exponer asuntos jurídicos afectados por las normas y por el pensamiento jurídico. En este caso no se identificaría únicamente con el cine de juicios o con el cine criminal sino que sería un compendio de diversas perspectivas relacionadas con el mundo del Derecho. Soto Nieto y Fernández41 se desmarcan de la opinión contrapuesta de Rivaya y afirman que el cine jurídico, en su mayor parte, viene constituido por la reproducción de procesos judiciales cuyo desarrollo y resolución estimulan la atención del espectador. De cualquier modo, exista o no el cine jurídico como tal, a poco que se analice superficialmente la historia del cine se cae fácilmente en la cuenta de que numerosos cineastas han reflexionado sobre la temática y la problemática propias de lo jurídico42. Así, el cine ha tratado temas 43 como la deontología jurídica con el fin de considerar los modelos ético-políticos y jurídicos; los derechos humanos que incluyen problemas relativos a la democracia, el fundamentalismo, la tortura, la guerra, el genocidio, etc., con el objetivo de la defensa y promoción de estos derechos humanos vulnerados; otros temas tratados son los estereotipos, la exclusión y el racismo que permiten ver el mundo desde distintas ópticas donde la posición entre los usuarios tiene consecuencias en lo jurídico, con temas tan controvertidos como la eutanasia, el aborto o la pena de muerte44. 6. EL LIBRO Y LITERATURA De forma análoga a lo que ocurre con el cine, el Derecho se ha preocupado de la literatura, y en especial del libro, por todo lo que representa como industria cultural de primer orden. Al mismo tiempo la literatura ha recogido su visión del Derecho como parte de la sociedad. Dejamos aparte la evidente relación entre la literatura científica de carácter jurídico y su vínculo con el Derecho. 41 SOTO NIETO, F.; FERNÁNDEZ, F. J., Imágenes y justicia: el Derecho a través del cine, La ley, Las Rozas (Madrid), 2004, p. 13. 42 GÓMEZ GARCÍA, J. A., Cine y derecho, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 2006, p. 10. 43 La colección «Cine y Derecho» editada por Tirant lo Blanch contiene una serie de títulos cuya temática se centra en relaciones más específicas entre ambas materias. Algunos ejemplos de esto son: BERNUZ BENEITEZ, M. J. (coord.), El cine y los derechos de la infancia, Tirant lo Blanch, Valencia, 2009. GÓMEZ COLOMER, L., El perfil del jurado en el cine: (conato de ensayo sobre la –casi oculta en la gran pantalla- selección de un buen –para la parte a quien interesa- jurado), Tirant lo Blanch, Valencia, 2005. GÓMEZ GARCÍA, J. A. (ed.), Derecho y cine: el Derecho visto por los géneros cinematográficos, Tirant lo Blanch, Valencia, 2008. RIVAYA, B. (coord.), Cine y pena de muerte: diez análisis desde el Derecho y la moral, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003. RIVAYA, B.; GARCÍA MANRIQUE, R.; MÉNDEZ BAIGES, V., Eutanasia y cine, Tirant lo Blanch, Valencia, 2008. 44 FAJARDO SÁNCHEZ, L. A., «La sombra del caminante: el cine como herramienta pedagógica y didáctica en la enseñanza del Derecho», en Revista Via Inveniendi et Iudicandi, n. 6, 2008. Por otra parte, varios autores coinciden en señalar la similitud entre el trabajo del gramático y el del jurista: ambos se valen del uso de reglas formuladas para la aplicación y el uso de ciertos símbolos o signos con los que se califican determinadas situaciones y acciones45. Pero al margen de estas analogías, los antecedentes de la regulación de la materia se remontan muy atrás. A modo de ejemplo, el depósito legal se regula por vez primera en el Derecho francés en 1534 y la primera ley del copyright, conocida como Estatuto de la Reina Ana, data de 1701, imitada por los estados europeos y latinoamericanos un siglo más tarde. Otro ámbito de la regulación de la «industria editorial» tiene que ver con la legislación de prensa e imprenta que adoptan la mayor parte de los estados constitucionales a lo largo del siglo XIX46. Al hilo de esta evolución histórica de la propiedad intelectual cabe señalar la actual tesitura en la que se encuentra España con respecto a la concepción del derecho a la cultura. Parece existir un conflicto entre el derecho de los ciudadanos a acceder a la cultura y el derecho de los creadores a obtener una remuneración económica por sus obras. Este conflicto se genera por la confusión entre este derecho de acceso a la cultura y la idea errónea de que la cultura debe ser gratuita. Los problemas derivados de esta confusión están poniendo en serias dificultades a sectores como el cine y la música y, muy previsiblemente, afectarán también al libro. Un ejemplo de cómo la literatura es un reflejo del ordenamiento jurídico de su tiempo lo encontramos en el caso de «El Quijote». Batiza 47 afirma que en la obra cer- vantina se encuentran notables huellas del pensamiento jurídico español en su doble manifestación: espontánea o popular y doctrinal o de escuela, integrantes ambas de la filosofía del derecho de la época. Por último, es importante señalar en este apartado la regulación que del libro hace la Ley 10/2007 de la lectura, del libro y de las bibliotecas citando su artículo 1: «la presente Ley tiene por objeto definir el marco jurídico del libro en atención a su carácter de producto cultural, desde su creación hasta su comercialización, difusión y conservación como parte del Patrimonio Bibliográfico Español, de las publicaciones seriadas, del fomento de la lectura, de las bibliotecas y en especial, de la cooperación bibliotecaria». 45 MAGRIS, C., Literatura y derecho ante la ley, Sexto Piso, Madrid, 2008, p. 24. PRIETO DE PEDRO, J., «Cultura, economía y derecho, tres conceptos implicados», op. cit. 47 BATIZA, R., Don Quijote y el Derecho: cultura jurídica de Don Miguel de Cervantes Saavedra, Librería de Manuel Prorrua, México D.F., 1964, p. 24. 46 7. CONCLUSIONES 1. No es posible encontrar una definición unívoca del término «cultura» porque afecta a todos los ámbitos de la sociedad y, además, el hecho de que haya varias ciencias implicadas en su estudio hace que sea analizada desde muy diversas perspectivas. 2. La cultura no procede de una transferencia genética sino que es un aprendizaje hereditario transmitido de generación en generación. 3. Derecho y cultura es un binomio estrechamente relacionado. La cultura no puede entenderse al margen de los principios jurídicos vigentes en una sociedad determinada, porque afectan directamente a su regulación. Por otra parte, cualquier representación de la realidad recoge también lo jurídico, ya que esto lo envuelve todo. 4. Es en el siglo XX cuando los textos constitucionales comienzan a incluir en su articulado referencias a la cultura, hasta tal punto ha cobrado importancia este hecho que la parte de la Constitución encargada de recoger los derechos y los principios relacionados con la cultura ha sido denominada por la doctrina «Constitución cultural». 5. Las relaciones del Derecho con el patrimonio cultural son prácticamente todas de regulación del segundo por parte del primero. A diferencia de las relaciones del Derecho con otras materias culturales, en el caso del patrimonio no existe retroalimentación. 6. Por lo que respecta al Derecho y al cine, las relaciones entre ellos son más que evidentes. El Derecho regula todos los aspectos de la cinematografía como industria económico-cultural. A la vez, el cine recoge en sus narraciones aspectos de la vida jurídica. Está menos claro, sin embargo, que exista un género de cine jurídico puro, se trata más bien de un género híbrido. 7. De modo análogo al cine, la literatura y el Derecho cuentan con una doble relación. Por un lado la regulación que se establece del mercado editorial como industria y de los derechos de autor y conexos a los mismos. Por otro lado la representación de la realidad marcada por las relaciones jurídicas que se recoge en los textos literarios. BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES ALCANTARILLA HIDALGO, F.J., Régimen jurídico de la cinematografía, Comares, Granada, 2001. ALEGRE ÁVILA, J. M., Evolución y régimen jurídico del patrimonio histórico: la configuración dogmática de la propiedad histórica en la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, Tomo I., Ministerio de Cultura, Madrid, 1994. BALAGUER CALLEJÓN, F. (coord.), Derecho Constitucional y Cultura: estudios en homenaje a Peter Häberle, Tecnos, Madrid, 2004. 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