COMUNICACIÓN presentada por: Francisco de Borja Hidalgo Mozos Profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Burgos LA UNION ECONOMICA Y MONETARIA: UNA CUESTIÓN CANDENTE. ¿ DONDE ESTAMOS Y A DONDE VAMOS ? El Informe Delors cuya realización data de 1989, y que sería la base del futuro Tratado de Maastricht, proponía la consecución de la Unión Monetaria de una forma progresiva a través de lo que se ha dado en llamar “ el gradualismo “, es decir, la realización del proceso de unión por fases, de tal modo que en cada una de las fases fuese incrementándose el grado de cooperación, para alcanzar progresivamente una mayor convergencia que permitiera culminar el proceso con la consecución de la Unión Monetaria. Destacando así mismo otro principio, como era el que: no todos los países de la C.E. tenían que entrar a formar parte de la Unión Monetaria al mismo tiempo(se admitía una cierta variabilidad en función de las circunstancias propias de cada país, a la hora de dar el salto definitivo hacia la integración). Este enfoque denominado “ economicista “, asociado a la escuela keynesiana incide principalmente en la idea de que la disciplina precede a la credibilidad, y que la coordinación interna es más crucial que la credibilidad si se quiere evitar el impacto de futuras políticas restrictivas. Sin embargo los miembros de la Nueva Escuela Clásica ponen principalmente el acento sobre la credibilidad de la política monetaria antiinflacionista que debería ser obtenida gracias a la independencia del futuro Banco Central Europeo, frente al Estado que gestiona la política presupuestaria, dando institucionalmente preferencia al control de la inflación sobre cualquier otra variable. Para los monetaristas la convergencia económica sería producto del previo proceso de unificación monetaria. Ante esta situación doctrinal las normas del Tratado de Maastricht lo que pretenden es facilitar el acercamiento de una serie de variables como son: la inflación, los tipos de interés a LP, el déficit presupuestario, la deuda pública y los tipos de cambio, entre los diferentes países que forman la Comunidad, para poder alcanzar la convergencia nominal de las distintas economías. La idea inmersa en este planteamiento es que la estabilidad de precios y de tipos de cambio favorecerá la integración y el crecimiento económico, de tal forma que aquellos países que alcancen la convergencia nominal se sitúen en una senda de similitud de estructuras productivas y niveles de desarrollo que permitan la consecución de la futura Unión Económica y Monetaria(en adelante UEM). Según este planteamiento la convergencia nominal permitirá alcanzar la Unión Monetaria que a su vez permitirá conseguir la convergencia real a LP. Ambos objetivos están ligados y son complementarios. Todo el proceso de integración europea está basado en la idea de que la liberalización de bienes, servicios, capital y mano de obra va a suponer un proceso de convergencia real entre los distintos países de la Unión que trairá una mayor riqueza y crecimiento para todos. 1 El principal objetivo de la Unión y de su Tratado constituyente es conseguir un mayor nivel de bienestar conjunto, y que se produzca una convergencia entre los países miembros en dos sentidos: 1º) en términos de renta per capita (convergencia real o cohesión). 2º) en niveles de inflación, equilibrio y comportamiento macroeconómico (convergencia nominal). Sin embargo a priori no puede excluirse la hipótesis contraria, es decir que las condiciones que impone la convergencia supongan un nivel de costes tan alto para determinados países que conlleven un distanciamiento en criterios reales mayor que el precedente, influyendo negativamente sobre la credibilidad de la política económica de estos países(Camarero, M. et al.,1995,pg. 62). El esfuerzo de los países menos desarrollados por asumir los criterios de convergencia nominal, especialmente la disciplina monetaria, puede trasladar el ajuste a las variables reales de actividad y paro, provocando y aumentando la divergencia real, haciendo las diferencias entre regiones muy acusadas y afectando a determinadas regiones en beneficio de otras, con el consiguiente incremento de los desequilibrios reales y regionales. No debemos olvidar que el punto de partida entre los países que forman la C.E. es totalmente diferente en una serie de cuestiones importantes como son: renta per capita, tasas de paro, prestación de servicios públicos, prestaciones sociales y salarios. Amén que nadie garantiza que la convergencia en variables monetarias e instrumentales vaya a suponer una convergencia en riqueza y bienestar. Ni que la competencia y la concentración de capital no vayan a causar destrozos irreparables en determinados sectores, eliminando a las empresas más débiles, con menor rentabilidad, con una situación financiera más precaria, al ser incapaces de resistir la competencia que va a suponer la implantación de empresas más potentes. Por lo que pueden salir a relucir los “peores” efectos de la competencia, concentrándose en los países más atrasados que pueden ver destruido así su débil tejido productivo(P.Montes,1993). Si bien es cierto que la finalidad política, incluso por encima de la económica, es la luz que alumbra todo el proceso de unión, y la que puede justificar la asunción de todos estos supuestos de incertidumbre; ello no es óbice para poder constatar la dificultad de la unión económica sin avances substanciales en el ámbito político, siendo dichos procesos simultáneos, si no prioritario el político en el tiempo. Sin embargo los acuerdos políticos de Maastricht en este sentido pecan de cierta insuficiencia, la cual hace resaltar las discrepancias que recorren la Comunidad en cuanto a la estructura política que ha de cubrir el proyecto de unidad económica y monetaria. Denotando falta de acuerdos en aspectos básicos como la soberanía, lo cual crea una visión del Tratado de Maastricht un tanto escéptica, y reflejando exclusivamente un proyecto para implantar una moneda única en Europa, que cuestiona la validez de la susodicha finalidad política como justificadora del mismo(P.Montes,1993,pg.158). CONVERGENCIA NOMINAL VERSUS CONVERGENCIA REAL. La convergencia nominal viene definida en el Tratado de Maastricht por el cumplimiento de una serie de requisitos como son: a) permanecer dos años en la banda de fluctuación del SME. b) que la inflación no supere en más de 1,5 puntos la media de los tres países que la tengan más baja. 2 c) que los tipos de interés no sean superiores en más de dos puntos a la media de los tres países en que la inflación sea más baja. d) que el déficit público no supere el 3% del PIB. e) que el endeudamiento del Sector Público no supere el 60% del PIB. En Diciembre de 1996 el Consejo Europeo convocado al efecto podrá decidir por mayoría cualificada(siempre que una mayoría simple de los miembros cumpla las condiciones de convergencia) si comienza la Unión, quedando los demás en una situación de excepción(opción que está descartada). En otro caso en julio de 1998, el Consejo Europeo ratificará antes de esta fecha qué países cumplen las condiciones de convergencia para pasar a la moneda única, empezando el día 1 de enero de 1999. La situación actual acerca del cumplimiento de estos criterios por parte de los distintos países comunitarios es la siguiente: Inflación Tipos Déficit Deuda 1995 1995 1995 OBJETIVOS 3,0 10,4 3,0 3,0 60,0 60,0 Euro Quince 3,0 8,1 4,7 3,1 71,0 71,3 Alemania 2,2 7,1 2,9 2,4 58,8 59,3 Austria 2,5 7,3 5,5 5,0 68,0 71,5 Bélgica 1,6 7,9 4,5 3,5 134,4 130,0 Dinamarca 2,2 8,6 2,0 0,5 73,6 70,5 España 4,7 11,5 5,9 3,6 64,8 65,4 Finlandia 1,3 9,4 5,4 1,5 63,2 64,5 Francia 1,7 7,8 5,0 2,9 51,5 54,2 Grecia 9,9 18,4 9,3 7,3 114,4 113,1 Holanda 2,2 7,2 3,1 2,7 78,4 77,8 Irlanda 2,6 8,5 2,7 1,3 85,9 76,9 Italia 4,7 12,3 7,4 5,2 124,9 122,3 Luxemburgo 2,1 6,2 -0,4 -0,7 6,4 6,8 Portugal 4,2 11,7 5,4 4,7 70,5 70,9 Reino Unido 3,3 8,4 5,1 3,7 52,5 53,2 Suecia 2,6 10,7 7,0 4,5 81,4 79,8 1997(*) 1995 1997(*) Fuente: El País(23 de noviembre de 1995). (*)Previsión. Los distintos estudios realizados parecen coincidir en que el Sistema Monetario Europeo ha ayudado al acercamiento de las distintas variables nominales. Así las tasas de inflación en Europa han estado convergiendo entre 1979 y 1991, principalmente a partir de 1987(Anderton, et al. 1991). Sin embargo las tasas de inflación también han estado descendiendo durante este período en otros países que han estado fuera del mecanismo de fijación de tipos de cambio. Incluso si hubiera habido una especial influencia del sistema de tipos de cambio, puede no haber venido ésta de una credibilidad incrementada o de un cambio en el mercado de trabajo, si no más bien de una mayor coordinación macroeconómica 3 entre los distintos países, la cual sería suficiente para producir una reducción de la inflación y una mayor convergencia nominal(Anderton, R. et al.,1995, pgs. 47-48). En cuanto a las condiciones de convergencia real vamos a tener en cuenta los siguientes indicadores: renta per capita, población activa y empleo, tasa de paro, gastos de protección social, los salarios en la industria. Referente a la renta per capita podemos decir que España se encuentra en un 75% de lo que constituye la media comunitaria, estando Grecia, Portugal e Irlanda en un 57% de la media comunitaria. Por lo que se refiere a la población activa y la tasa de paro las estadísticas reflejan la siguiente situación: Población activa civil en % Tasa de Paro de la total(1992) (1992) Alemania 47 4,5 Austria 46 3,7 Bélgica 41 8,2 Dinamarca 56 9,5 España 39 18,0 Finlandia 50 13,0 Francia 43 10,0 Grecia 39 : Holanda 46 6,7 Irlanda 38 17,8 Italia 42 10,3 Luxemburgo 44 1,9 Portugal 49 4,8 Reino Unido 49 10,8 Suecia 53 4,8 Fuente: EUROSTAT(30ª edición,1993). Con relación a los gastos de protección social y al índice de salarios en la industria, las estadísticas de Eurostat(30ª edición,1993) reflejan la siguiente situación: Alemania Gastos de protección social Gasto por habitante expresados en % del PIB(1992) en ECUS(1992) 26,6 5290,7 Austria : : Bélgica 26,7 4247,9 Dinamarca 29,8 6087,4 España 21,4 2333,3 Finlandia 30,2 5856,0 Francia 28,7 4868,2 Grecia 19,5 1285,7 4 Holanda 32,4 5039,3 Irlanda 21,3 2121,1 Italia 24,4 3927,2 Luxemburgo 27,5 5327,6 Portugal 19,4 1095,6 Reino Unido 24,7 3491,9 Suecia 37,6 8330,0 Por lo que respecta a los salarios ganados en la industria tenemos: Ganacia media horaria de los Ganacia media horaria de obreros en PPC corrientes Alemania : los obreros en ECUS 10,69 Austria 7,53(1991) Bélgica 9,31 8,63 10,51 12,47 España 7,27 6,56 Finlandia 5,13(1991) : Francia 7,03 6,77 Grecia 4,86 3,68 Holanda 8,82(1991) 8,60 Irlanda 7,78(1991) 7,50 Dinamarca Italia : : : Luxemburgo 8,68(1991) 8,39 Portugal 3,18 2,16 Reino Unido 9,04 8,43 Suecia 7,37(1991) : Fuente:EUROSTAT(30ª Edición,1993). Todas estas estadísticas vienen a reflejar una gran disparidad en las variables reales, no sólo en cuanto a las aquí reflejadas sino también en otras como desarrollo de infraestructuras, nivel de productividad, grado de capitalización y alcance tecnológico que hace que la estructura productiva sea diferente entre los distintos países. Lo que a su vez conlleva que los shocks actúen de forma diferente en los distintos países tendiendo a existir un elemento simétrico en aquellos países que tienen una mayor correlación en los componentes estructurales, mientras que los países periféricos se ven afectados por shocks de carácter más asimétrico, tanto en su fuente como en su medio de transmisión. Para constatar esta situación vamos a utilizar el estudio realizado por Fatás y Degressin(1995), acerca de los cambios comunes a todas las regiones de Europa y la respuesta de las mismas ante estos cambios. Y así estos autores encuentran que en Europa a diferencia de USA, la proporción de cambios anuales en el empleo debido a cusas comunes en las regiones europeas tienden a ser menores que la proporción de los shocks debidos a específicas causas regionales. En Europa sólo el 20%(en USA el 60%) de los cambios en el empleo regional son comunes a todas las regiones, siendo menores estos cambios o shocks en las 5 regiones del sur de Europa lo que supone una menor integración con el resto de Europa. También hay que resaltar que la amplitud de estos cambios o shocks es mucho más grande en Europa que en USA, lo que refleja que las perturbaciones en los mercados de trabajo son considerablemente más asimétricas en Europa que en USA. Así las estimaciones realizadas por Anderton y Barrell de lo que ellos denominan “tasa de sacrificio”, que es una medida de la rigidez del salario nominal(o un indicador de la flexibilidad de los salarios nominales), es decir relaciona la caída en los precios con el coeficiente de desempleo a LP, muestran , que una simple relación dinámica de la misma indica el porcentaje de incremento de desempleo que es requerido para reducir la inflación en un 1%. Una tasa alta implica que una caída dada en la inflación requerirá un alto sacrificio en términos de desempleo, y estas ratios son altas para Alemania y Bélgica pero excepcionalmente altas para Italia y España. ALEM ESP FRAN ITAL RU HOLAN 0,97 1,95 0,36 1,93 0,62 1,60 BELG AUS 0,89 0,63 IRL 0,68 Y es precisamente la diferencia entre estas tasas de sacrificio, más que los efectos de la productividad, o las distintas estructuras, lo que puede constituir un fuerte impedimento hacia un mercado convergente en la transición. En aquellos países que tienen una ganada reputación antiinflacionista, con una tasa de inflación baja por debajo de la media de los criterios de convergencia, la situación no conlleva mayor preocupación. Sin embargo aquellos otros países con escasa reputación antiinflacionista y tasas de inflación relativamente altas, la formación de la UEM con tasas de inflación similares conllevará unos sacrificios y ajustes excesivamente duros y difíciles de asumir políticamente. Y así aunque a lo largo de estos años ha habido pequeñas evidencias de cambios estructurales en los mercados de trabajo, reflejándose una cierta similitud en términos de tipos fiscales, productividad y respuestas de desempleo(el caso más típico de cambios estructurales es el de Italia donde se ha producido un acercamiento a la media europea); estos no han caído del cielo siendo necesarios grandes ajustes y sacrificos(Anderton et al.,1995, pag. 59). Hay que tener en consideración que la estructura salarial y de costes sigue siendo muy diferente entre los distintos países como así lo reflejan las estadísticas(Fuente:Eurostat,30ª Edicón,1993): Estructura del Coste de la mano de obra en la industria Coste horario de la mano de de obra en PPC corrientes En % del total Coste Directo Coste Indirecto del sueldo Total Salario Total Seg. So. Alemania 76,6 52,2 23,4 21,1 19,56 Bélgica 70,2 51,4 29,8 28,7 18,94 Dinamarca 96,3 83,2 España 75,1 55,5 24,9 24,5 Finlandia 77,4 57,1 22,5 19,7 Francia 68,5 52,0 31,5 28,2 Grecia 80,0 60,0 20,0 19,0 Holanda 72,8 27,2 23,7 54,6 3,7 2,9 6 13,31 9,23 Irlanda 82,2 70,5 17,8 14,9 Italia 70,6 51,1 29,4 26,2 Luxemburgo 83,3 68,0 16,7 15,7 Portugal 74,3 25,7 21,4 Reino Unido 87,2 83,5 12,8 Suecia 69,1 30,9 30,9 55,9 56,9 : 13,33 6,00 13,88 Y en un futuro próximo no hay nada que impida pensar que esta estructura no seguirá siendo la misma ya que las diferencias institucionales y jurídicas son muy amplias debido fundamentalmente a los diferentes ordenamientos jurídicos de los distintos países. Situación ésta que no pudo ser salvada al ejercer el derecho de veto el Reino Unido con respecto a la “ Carta Social Europea “(1989), convirtiéndose desde ese momento dicho carta en un mero texto de intenciones. Hecho el cual, al margen de la pérdida de oportunidad que supuso el no poder realizar una armonización social(por arriba,igualando con los países de mayor protección) más justa; puede acarrear ulteriores consecuencias debido a que los costes sociales, que son una parte importante del coste de los productos, pueden colocar a las empresas europeas en situaciones diferentes a la hora de competir en un mercado único, produciendo una conformación diferente de costes de producción, y distorsionando las cuentas de resultados de las empresas; por lo que nada se opone a que éste sea un aspecto más de igualdad de condiciones en que deben situarse las empresas europeas dentro de la UEM, cosa que hoy por hoy no sucede como así demuestran las estadísticas(P.Montes,1993,pg.154). Ante estos hechos podemos decir que si los países menos desarrollados y con estructuras más rígidas alcanzan la convergencia nominal y deciden participar en la UEM sin alterar las estructuras básicas de sus economías, ni corregir las distorsiones reales que entorpecen el funcionamiento de las mismas(imperfecciones del mercado de trabajo y diferencias en materia fiscal) se pueden producir recuperaciones de competitividad mediante crecimientos de la productividad inducidos por aumentos del paro, debido a la Naturaleza tan dispar de las situaciones reales, conduciendo a situaciones sociales difíciles y a una difícil alternativa política. ¿ CUMPLE LA UNION EUROPEA LOS REQUISITOS SUFICIENTES PARA CONSIDERARSE UNA ZONA MONETARIA ÓPTIMA ? Una Zona Monetaria Optima es aquella en la que hay total rigidez del tipo de cambio internamente y existe total flexibilidad frente a terceros(M.Camarero et al,1994,pag.453). Se trata de saber en que condiciones y bajo que supuestos una unión monetaria, con la renuncia implícita del tipo de cambio que conlleva, no resulta tan costosa para los diferentes países. El primer criterio que tratan de reconocer los autores que defienden esta teoría es que exista movilidad suficiente de los factores productivos(especialmente del factor trabajo). Si los productos de un determinado país son menos competitivos que los de otro con el que se quiere formar una unión monetaria, se producirá un desplazamiento de la demanda al país más competitivo, generando déficit exterior, así como incrementos del desempleo y del déficit público en el país menos competitivo. Si existiera movilidad laboral los parados del país menos competitivo emigrarían al país más competitivo 7 reduciéndose la tasa de desempleo en aquél y bajando las tensiones inflacionistas en este último. Sin embargo la situación en la Europa comunitaria es bien distinta ya que las diferencias culturales y linguísticas hacen poco factible esta vía. Teniendo en cuenta el estudio realizado por Degressin y Fatás(1995) que comparan la respuesta a los shocks entre Europa y USA, se puede afirmar que en USA es muy frecuente la emigración a estados que se han beneficiado de un shock favorable. En Europa el incremento del empleo derivado de un shock de demanda positivo se reparte un 74,5% en incremento de participación laboral y un 22% para la tasa de empleo, siendo los valores para USA de 18% y 30% respectivamente. En USA después del primer año un 52% es absorbido por la inmigración. En Europa sólo a partir del tercer año la inmigración absorbe parte del shock. Los resultados indican que los cambios en la demanda de trabajo se reflejan fundamentalmente por una entrada y salida de gente del mercado de trabajo, más que del desempleo al empleo; reflejándose una escasa corriente migratoria incluso dentro de los propios países. Cuestión diferente en la que inciden estos autores es la flexibilidad del nivel de precios y de salarios(grado de apertura), ya que dicha flexibilidad permite una rápida recuperación de la competitividad de la economía. No obstante la situación actual dista mucho de cumplir este objetivo siendo las diferencias con USA en este sentido significativas. La conclusión que se puede extraer acerca de la teoría de las Zonas Monetarias Optimas, es que cuanto mayor sea la divergencia en variables reales existente entre los países que desean participar en la unión monetaria mayor debe ser la flexibilidad laboral. Flexibilidad que a pesar de las diferencias institucionales derivadas de los ordenamientos jurídicos de los distintos países viene a ser similar en cuanto a su rigidez para toda la Europa comunitaria, siendo por tanto el diferente grado de convergencia real existente entre los distintos países lo que determinará si forman una Zona Monetaria Optima. Alcanzando dicho objetivo sólo aquellos países que tienen estructuras productivas, niveles de desarrollo y grados de productividad más homogéneos. Finalmente se puede decir que si bien existe un amplio consenso acerca de que la Europa de los 15 no forma una Zona Monetaria Optima, existen subáreas como la formada por Alemania, Holanda, Austria, Dinamarca y Luxemburgo que si que cumplen los requisitos necesarios(Camarero, M. et al,1994,pgs.452-456). CRITERIOS DE CONVERGENCIA: ¿ CRITERIOS ECONÓMICOS O CRITERIOS POLÍTICOS ? El consenso de los economistas es que las condiciones establecidas en Maastricht carecen de una justificación económica sólida, siendo posible la unión económica aún en ausencia de la unión monetaria. La idea que un mercado común de bienes y servicios integrado implica un fuerte grado de cooperación monetaria, una moneda única, parece específicamente europeo; pues la política americana a través del acuerdo de librecambio norteamericano, o el propio acuerdo de cooperación asiático-pacífico, 8 no encuentran hasta el momento un proyecto de cooperación monetaria y de estabilización de tipos de cambio(ni siquiera USA y Canadá, países que tienen un grado de simetría mucho mayor que los comunitarios). Dada esta perspectiva, nos podemos preguntar:¿ Por qué fueron estrictas y severas condiciones nominales de entrada, la base de la estrategia de Maastricht ?. No parecen existir fuertes condiciones teóricas que justifiquen el por qué los países tienen que satisfacer dichos criterios de convergencia como una precondición para formar para formar parte de la UM. Como hemos visto anteriormente la teoría de las Zonas Monetarias Optimas guarda silencio acerca de la convergencia en tasas de inflación, tipos de interés, déficits presupuestarios o deuda pública, reforzando por contra la necesidad de disminuir la divergencia real existente en términos de flexibilidad salarial y movilidad laboral, y procurando una mayor integración fiscal, como condiciones para una unión monetaria con éxito. Así la imposición de los criterios de convergencia de Maastricht no parece haber sido basada en fundamentos de análisis económico. Si analizamos cada uno de los diferentes criterios de convergencia del Tratado de Maastricht podemos observar que: _. En cuanto al criterio de inflación(convergencia en precios), la tasa de inflación pasada desaparecerá al crearse el EURO, siendo verdaderamente relevante la reputación antiinflacionista del nuevo Banco Central Europeo. Por lo que lo realmente importante será el tipo de conversión que se fije al poner en marcha la UM. Establecer un criterio estricto de convergencia en tasas de inflación como condición necesaria para integrarse en la UM puede no ser adecuado, pues este requisito se conseguiría con mayor facilidad una vez lograda la unión(la libre circulación de bienes y servicios concluirá por acercar las tasas de inflación). _. Por lo que se refiere a los tipos de interés, si el capital puede moverse libremente y sin riesgo de cambios, es lógico pensar que los tipos de interés real terminen aproximándose. Una vez creada la Unión, los diferenciales de interés desaparecerían de forma automática, ya que al no existir prima de riesgo debido a la igualdad de tasas de inflación, regirían los mismos tipos de interés. Tipos que bien pudieran corregir desequilibrios exteriores(balanza por c/c), porque una subida de los mismos atraerá capitales para financiarlos y restaurar así el equilibrio. No obstante también hay que pensar que determinadas variables económicas como estabilidad, crecimiento o credibilidad determinan las decisiones de inversión de capitales, y no exclusivamente el diferencial de interés(Camarero, M. et al.,1994). _. Por lo que se refiere al déficit público y al stock de deuda pública, en un esquema abstracto se podría pensar que las condiciones nominales de convergencia señaladas para ambos, se lograrían de forma espontánea y paulatinamente desde que hubiera una moneda única(Martín Seco,J.F.,1993). El límite al déficit y al endeudamiento público se justifica en base al posible impacto que políticas presupuestarias expansivas tendrían sobre la tasa de inflación de otros Estados miembros, y a que una deuda pública insostenible creará efectos negativos sobre el resto de la unión(posible subida de tipos de interés y presión al BCE para que relaje su política monetaria. No obstante si los mercados de 9 capitales funcionan eficientemente, no habrá efectos externos y los demás gobiernos de la unión no soportarán las consecuencias de un gobierno con mucha deuda(Grauwe De,P.,1992,pgs.184-186). Acerca de esta idea el art. 104 b) del Tratado de Maastricht establece que la Comunidad no asumirá ni responderá de los compromisos acordados por los diferentes gobiernos(no obstante si estallase una crisis financiera es difícil pensar que el resto de los países no acudan en ayuda del país sacudido por la misma, para intentar evitar problemas de liquidez mayores). Hubiera parecido más adecuado en cuanto al déficit público, complementar la disciplina de mercado con una supervisión multilateral basada en criterios discrecionales y no en niveles fijos, ya que la capacidad de endeudamiento y déficit público no son variables absolutas, si no que están relacionadas con las tasas de crecimiento, y así en una coyuntura de crecimiento del P.I.B. es compatible mantener constante el porcentaje de endeudamiento con un determinado nivel de déficit público. No se tienen en cuenta las divergencias entre los distintos países, no son tanto los déficits cíclicos para atenuar el ciclo, si no los estructurales los que deben ser objeto de control, no son tanto los déficits anuales los que importan, como los déficits prolongados durante períodos de tiempo. Por otra parte el déficit público es un concepto ambiguo manipulable a través de la diversidad del Sector Público, con numerosos mecanismos de alteración contable y por lo tanto difícilmente controlable (así en algunos países europeos no concuerda el nivel de déficit con el de deuda pública)(Martín Seco,J.F.1993). Además la excesiva rigidez de los criterios de convergencia puede conducir a situaciones en las que el cumplimiento de alguno de los criterios sea inconsistente con el cumplimiento de otros. Como por ejemplo puede darse que el requisito de garantizar la estabilidad del tipo de cambio entre en contradicción con el cumplimiento del requisito de los tipos de interés, pues su reducción pondría en dificultades el entramado del sector exterior, sin perjuicio de que profundos desequilibrios de la balanza de pagos no son sostenibles a L.P. También podría suceder que la reducción del déficit hasta el 3% se hiciera con cargo a la inversión pública, en vez de con cargo al consumo público, lo que tendría un efecto negativo en la convergencia real. González Páramo(1994) dice al respecto: que las medidas de restricción presupuestarias basadas en aumentos de presión fiscal o en la contención de la Inversión Pública, sólo tienen efectos temporales sobre el déficit, pero sus consecuencias negativas sobre la productividad y el crecimiento económico tienen carácter permanente. Así los años en que el déficit público ha descendido son los de mayor crecimiento, mayor incremento de la actividad y el empleo, situación que puede chocar con el mantenimiento de altos tipos de interés para estabilizar el tipo de cambio fijo. Y es que la estabilidad macroeconómica no es una condición suficiente para la convergencia real; lo que implica que para alcanzar a los países de mayor desarrollo se necesitan políticas inversoras, lo que puede provocar que este esfuerzo inversor por parte del Estado no permita reducir el déficit público, pues si tuviese que recurrir al mercado tendría que pagar unos intereses muy altos que pudieran frenar la inversión(subida de tipos de interés). Así mismo hay que intentar compaginar la idea que el déficit público desalienta la inversión privada con la necesidad del mantenimiento de la inversión pública, al objeto de ir superando las restricciones de capital tecnológico y humano que coartan la capacidad de crecimiento de la economía(Martín, C.,1995). 10 En cuanto a los tipos de cambio fijos(estabilidad cambiaria plena), en un mundo gobernado por la lógica mercantilista pueden aumentar las presiones proteccionistas frente a terceros ajenos(Jacquet, P.,1994). Después de ver la inconsistencia económica de ciertos criterios de convergencia la respuesta al por qué de tan estrictas condiciones vienen dada por: 1º) La hegemónica posición alemana en cuestiones monetarias. No es exagerado pensar que hoy por hoy Alemania determina las condiciones monetarias. Lo cual se puso claramente de manifiesto en la recesión de 1991-1993; cuando el resto de los países europeos fueron forzados a reducir la oferta monetaria e incrementar los tipos de interés, por la necesidad sentida en Alemania de reducir un tipo de inflación de un 4% considerado excesivamente alto, cuando en el resto de los países la inflación comenzaba a caer y el verdadero problema era la recesión que se avecinaba. En una unión de 15 estados, Alemania perdería una parte muy importante de la capacidad para imponer su propia política monetaria. Además en el futuro BCE(con 15 directores) Alemania estaría en una posición minoritaria perdiendo el control sobre sus propias cuestiones monetarias y las europeas. Sin embargo esta pérdida puede ser restringida si el nº de estados que formen la unión puede ser reducido. En una UEM relativamente pequeña, Alemania podría seguir manteniendo suficiente influencia para ejercer una política monetaria estricta(la postura oficial del Bundesbank acerca de la UEM se estableció en un informe de 1990 en él que se señalaba:“ que las divergencias comunitarias en precios y costes, déficit presupuestarios y desequilibrios externos se estaban agudizando, y eran especialmente fuertes en Gran Bretaña, Italia, España, Portugal y Grecia, así como las divergencias institucionales , de fundamentos económicos y actitudes de empresarios y trabajadores entre Alemania y estos países. Poe ello se sugiría un largo período transitorio y toda una lista de condiciones de convergencia, cuyo cumplimiento sería requisito indispensable para la transición a una nueva etapa(posición economicista, convergencia económica requisito para la UM)“(Camarero, M. et al.,1994,Pg.465). 2º) La política monetaria alemana ha tenido bastante éxito, creando una moneda con un marcado carácter antiinflacionista. Con la unión Alemania perderá su poderosa moneda, creándose una nueva moneda(el euro) que tendrá que ganarse su reputación partiendo de cero. Hecho éste que será más sencillo si se limita el nº de participantes en la unión con unos criterios de acceso estrictos. Por lo que podemos finalizar diciendo que si bien los criterios de convergencia pueden ser innecesarios desde un punto de vista económico, permiten a Alemania imponer su voluntad política. Siendo esta situación la que impide la formación de la UM, pues si bien Europa no es una Zona Monetaria Optima, esta no será la razón final que primará en la formación de la UEM. LOS TÉRMINOS DEL DEBATE Partiendo de la premisa que el objetivo principal de la UM es la consecución de la moneda única, el debate se plantea acerca de las consecuencias derivadas de su implantación. Lógicamente esta discusión tiene sentido debido a la inflexibilidad a CP de precios y salarios en Europa, y a la escasa movilidad del factor trabajo que impide el ajuste por desplazamientos del mismo; pues de lo contrario la moneda única sería la solución más eficiente. 11 Sin embargo el verdadero núcleo del debate está en el llamado “triángulo de incompatibilidad” relativo a que tipos de cambio fijos, movilidad de capitales y autonomía de políticas monetarias no son compatibles. En un área ausente de restricciones a la libre circulación de capitales, los países pueden permitirse renunciar a la política monetaria autónoma y a la fijación del tipo de cambio como medio de realizar los ajustes necesarios para recuperar la competitividad perdida por alteraciones de precios o de demanda, o bien por mayores costes (crecimiento de salarios más rápido en un país) que generen distinta productividad. Es decir si las modificaciones del tipo de cambio devienen legítimas cuando se trata de compensar la rigidez de precios y salarios para recuperar competitividad y evitar paro. Ya que está demostrado que un tipo de cambio flotante y una moneda propia protegen mejor una economía frente a shocks extranjeros. Se argumenta en contra que las crecientes relaciones comerciales intracomunitarias incrementan el grado de apertura, favoreciendo shocks más simétricos y reduciendo la conexión entre el tipo de cambio nominal y real(que expresa la competitividad de un país). A mayor integración los shocks sectoriales serán los que tendrán mayor importancia, con la pérdida de eficacia de la flexibilidad cambiaria en estas situaciones(Camarero, M. et al.,1994). Desde que se produzca la unión y exista una sola moneda, la balanza de pagos importante será la comunitaria, perdiendo importancia las balanzas nacionales, no obstante es posible que subsistan los desequilibrios regionales entre exportaciones e importaciones, con los consiguientes efectos expansivos o contractivos, y con probables problemas insostenibles a LP para aquellas regiones con déficits crónicos(Martín Seco,J.F.,1993). Para cubrir estos posibles desequilibrios en una UM donde exista una misma inflación(no prima de riesgo), habiendo libertad de movimientos de capital, se puede producir un incremento del tipo de interés de la zona deficitaria, evolucionando los tipos de interés nacionales al compás que marquen los tipos de interés exteriores, lo que puede chocar con el objetivo económico interno marcado por las autoridades. Ya J.M. Keynes durante las sesiones preparatorias del Acuerod de Bretton Woods, en una carta a Harrod en 1942 decía:” Desde mi punto de vista la dirección de la economía nacional depende única y exclusivamente de que cada país sea libre para tener su propio tipo de interés sin referencia a los tipos existentes en cualquier otra parte del mundo “. En 1943 en el discurso ante la Cámara de los Lores afirmaba:”...A menos que la suma de las nuevas inversiones, las cuales los individuos pueden hacer en el extranjero, sea mantenida dentro de la cantidad necesaria para mantener nuestra balanza comercial en equilibrio, perderemos el control sobre los tipos de interés domésticos “. Constatando el impacto negativo que los tipos de interés pueden tener en la actividad económica, la financiación del Presupuesto y la estabilidad del sistema financero si son mantenidos por largos períodos de tiempo. Sin embargo existen fuertes motivaciones económicas derivadas de la circulación de capitales y bienes a favor de una moneda única como son: _.Desaparición de los costes de transacción monetarios(estimados entre un 0,25% y 0,5% del PIB comunitario;13.000 y 20.000 millones de Ecus). Lo que puede eliminar la posibilidad de discriminar precios artificialmente en distintos mercados. _.Desaparición de la incertidumbre cambiaria, lo que puede suponer una reducción del riesgo, produciendo un efecto favorable sobre la actividad inversora. Sin embargo en cuanto a esta idea 12 conviene puntualizar que no todos los autores la comparten, ya que algunos piensan que la eliminación del riesgo cambiario sólo se puede conseguir desplazando este riesgo a otras áreas, por ello no hay seguridad de que disminuya el riesgo en general al eliminar sólo una fuente del mismo(P.de Grauwe,1992,pag.82). La disminución de la incertidumbre cambiaria puede no reducir el riesgo de carácter sistémico, pues puede compensarse con una mayor incertidumbre en otro ámbito por ejemplo, tipos de interés. Por todo ello puede que las empresas en término medio no operen en un entorno más seguro(P.de Grauwe,1992,pag.88) _.Desarrollo de las posibilidades de preparación de la mano de obra, así como de mayor implantación tecnólogica para los países menos favorecidos. _.Amplia convertibilidad y mayor grado de liquidez al ocupar una zona más extensa. _.Una mayor disciplina y credibilidad al girar la unión en torno a un país de reputada tendencia antiinflacionista como Alemania. Desde otro punto de vista diferente se ha argumentado que aquellos países menos desarrollados y que por lo tanto experimentan mayores tasas de crecimiento tienen una mayor productividad de capital, lo cual atraerá flujos de inversión desde los países más desarrollados de la unión a los menos desarrollados, lo que permitirá que esto últimos financien sus déficit por c/c. Esta idea va unida a la eliminación del riesgo cambiario que permitirá que los capitales se desplacen a aquellas zonas donde existan mayores portunidades de rentabilidad por lo que no se producirán défictis por c/c que impidan el crecimiento de los países menos desarrollados(Grauwe De,P.,1992,pgs.46-47). Pero si por contra se parte de una idea de concentración del capital más que de difusión, nos situámos en la órbita de las llamadas economías de concentración relacionadas con la agrupación espacial de las distintas empresas(Krugman,1992)lo que podría conducir al mantenimiento perpétuo de las diferencias per cápita internacionales, ya que los países con mayor actividad económica y renta pueden proporcionar mayor rentabilidad y productividad a las inversiones realizadas en momentos posteriores. Y es que los más bajos salarios de los países menos desarrollados puede que no compensen su más baja productivivdad, con lo que la movilidad del capital puede aumentar los diferenciales de renta. Por otra parte no se debe olvidar que tanto las economías de escala como las economías externas(desarrollo de capital humano y tecnológico) favorecen la concentración de empresas en zonas de gran actividad económica, con grandes mercados de productos, suministros, y mano de obra altamente cualificada; ahorrando los costes de transporte y transacción que se derivan de una localización periférica. Además el desarrollo de modernas técnicas de Administración de empresas que centran la política empresarial en la atención al cliente hacen que el sesgo a la concentración se refuerce(Dehesa De la,G.,1995). Esta situación es la que se deriva de la comparación entre USA y Europa, ya que las industrias europeas están mucho menos concentradas geográficamente que las americanas. Según Krugman una muestra clara de los efectos de aglomeración que ha tenido un mercado único de muchos años de desarrollo frente al incipiente mercado europeo. 13 LAS PATATAS CALIENTES: 1º)REFLEXIONES ACERCA DE LA POLÍTICA FISCAL Ya el Informe WERNER(1970) establecía una etapa para alcanzar la UM, en la que se debería intensificar la coordinación previa de las políticas presupuestarias, revisando posteriormente los eventuales desequilibrios. En el Informe MACDOUGALL publicado en 1977 se argumentaba que la UM en Europa debía acompañarse de una centralización del Presupuesto(específicamente del sistema de desempleo), pues en otro caso, podrían producirse importantes tensiones sociales. La teoría de las Zonas Monetarias Optimas así mismo se refiere a una centralización de los presupuestos nacionales, lo que permitiría la reducción de los costes sociales, de aquellos países o regiones que sufran shocks negativos, al disfrutar de trasferencias automáticas(P.de Grauwe,1992,pag.179). No obstante los acuerdos políticos e institucionales seguidos para la consecución monetaria descartaron esta vía y el Presupuesto comunitario para 1997 supondrá el 1,37% del PIB comunitario(Montes, P.,1993). Ante esta situación la teoría de las Zonas Monetarias Optimas propone la flexibilidad de las políticas presupuestarias para limitar los shocks negativos dejando actuar a los estabilizadores automáticos, ya que los países no gozan de otra posibilidad para absorber estos shocks que la autonomía de la política fiscal. Sin embargo esta situación condujo en los años 80 a la creación de grandes déficit presupuestarios, generando problemas de sostenibilidad debido al crecimiento continúo de la deuda en cuanto al porcentaje del PIB. Así por ejemplo Bélgica y Holanda en los años 80 hicieron uso de estas políticas para superar las recesiones vividas, y el resto de la década estuvieron intentando estabilizar la ratio deuda pública/PIB, para conseguirlo finalmente a un nivel muy alto en el caso belga, con duros años de recortes en el gasto público y aumentos en los impuestos. Lo que viene a advertir que una vez empleada la política fiscal, esta no se puede mantener por mucho tiempo y no será posible utilizarla de nuevo hasta transcurridos varios años(Grauwe, P.,1992,pg.182). De cara a la futura UM la dificultad de la aplicación de reglas sobre el control del déficit, ha hecho que se sustituyera la idea de imponer estrictas normas de política fiscal por recomendaciones para evitar déficit excesivos bajo tutela de la Comisión. Por último, con respecto a los déficit presupuestarios de los estados de UMs, Paul de Grauwe concluye que tienden a ser inferiores a los de los países de la CE, ya que la no monetización(financiación monetaria)de las políticas fiscales, endurece las restricciones presupuestarias y reduce los incentivos a mantener déficit, por lo que los estados que formen parte de la UM se enfrentarán a condicones más duras que las naciones que permanezcan soberanas. La futura UM no tendrá un Presupuesto centralizado lo que conllevará que el carácter redistributivo sea mínimo, lo que a su vez ocasionará que el mecanismo de ajuste necesario sea variaciones en los precios relativos, las cuales quizá no sean suficientes para absorber las perturbaciones que puedan ocurrir(P.de Grauwe,1992,Pag.192). 14 En el trabajo realizado por T.Bayoumi y P. Masson(1995) se indica que la media de los flujos fiscales federales que reducen las desigualdades de renta a LP(función redistributiva)es de 22 centavos en cada dolar en USA. En Canadá donde existe un sitema social más desarrollado la cifra se sitúa en 39 centavos en cada dólar. Por lo que respecta a evitar shocks a CP(función estabilizadora) USA se sitúa en 30 centavos por dólar y Canadá en 17 centavos por dólar. Si se compara la CE con USA y Canadá, se puede ver que la CE no tiene un papel estabilizador a CP, pues los fondos estructurales y de cohesión son más pequeños que los destinados en USA y Canadá respectivamente, y el efecto redistributivo se reduce mucho al ser el Presupuesto comunitario relativamente pequeño. Por contra los fondos estructurales europeos apenas representan el 0,3% del PIB comunitario(1/4 del total del Presupuesto), además que del 1,3% que supone el Presupuesto sobre el PIB comunitario, una parte muy importante es asignado a la PAC, política, que según De la Dehesa y Krugman(1992) tiene dañinas implicaciones sobre la distribución de la renta, sugiriendo que los fondos estructurales y de cohesión no son suficientes para frenar el sesgo en contra de la equidad territorial que poseen otras políticas comunitarias. No obstante la estabilización de perturbaciones a CP se lleva a cabo por los países nacionales en una extensión similar a USA y Canadá. Claramente podemos ver, que la posible redistribución comunitaria es una elección política, más que una necesidad económica relacionada con la unión; sin embargo las presiones a favor de un incremento de la redistribución puede crecer en Europa paulatinamente. A raíz de todo ésto, para salvar la polémica de los problemas redistributivos, se aprobaron en el Tratado de Maastricht la creación de los llamados fondos de cohesión para el fomento de infrestructuras en países con renta per cápita inferior al 90% de la media comunitaria. Sin embargo estos fondos han sido fuente de conflictos por su cuantía y su reparto desde un primer momento. Y así en la cumbre de Edimburgo, el fondo de cohesión se redujo casi 1/3(quedando fijado en 15.000 millones de ECUS), siendo España el país más beneficiado por esta partida, la cual representará entre el 0,21% en 1993 y el 0,37% en 1999 de su PIB(Montes, P.,1993). En cuanto al lado de los ingresos hay que decir que el sitema actual es bastante regresivo, ya que no se tiene en cuenta la capacidad económica de los países, si no la base de un impuesto(el IVA)que grava el consumo, sin atender a que los países menos desarrollados tienen una propensión al consumo mayor(en la cumbre de Edimburgo, no se aprobó una solicitud de los países más pobres de fijar las aportaciones al Presupuesto comunitario en función del PIB en lugar del IVA). Otro tema de capital importancia y que no debe ser olvidado, es que los temas presupuestarios y fiscales deben ser aprobados por unanimidad, de hay la dificultad de conseguir ni siquiera una directiva sobre mínimos(armonización fiscal directa)en la imposición sobre el capital. Y es que el no dar un tratamiento uniforme a la imposición sobre el capital puede llevar a que el capital se desplace a los países con menor presión fiscal, entrando en una lucha competitiva entre países, que puede acabar en una mayor imposición indirecta, y dentro de la directa en una mayor presión sobre las rentas del trabajo, descargando a las del capital, lo que iría claramente en contra de una política redistributiva. Así podemos ver como la falta de armonización de los sistemas fiscales crea situaciones artificiales de competencia en un único mercado, en función de la distinta presión fiscal e impuestos que esta conlleva al influir en los costes de producción y cuentas de resultados de las empresas. Sin duda fueron 15 significativas las palabras del gobernador del Banco de España en la memoria de 1992:” España sólo puede competir en salarios bajos, reducidos gastos de protección social y abundantes exenciones fiscales al capital ”(Martín Seco,J.F.,1993). 2º)EL FUTURO BANCO CENTRAL EUROPEO La asimetría entre los incentivos de un país de alta inflación y otro de baja inflación para formar una unión monetaria influye directamente en el diseño del Banco Central, pues la única forma de hacer creíbles las ventajas de formar una unión monetaria, al país de baja inflación, es generar la suficiente credibilidad acerca de la actuación del futuro Banco Central en torno a su actuación antiinflacionista en política monetaria. Es razonable pensar que la tasa de paro natural de la UM en su conjunto será superior a la de los países en mejor situación económica antes de la unión, dando lugar a una inflación de equilibrio más elevada. Si eso es así, el Banco Central puede sufrir fuertes presiones para que sea más blando ante la inflación. Situación que se se podría producir también ante una deuda insostenible de uno de los miembros(subida tipo de interés)que pudiera presionar al futuro BC para que relajase su política monetaria. Por todo ésto Alemania insistió mucho en que el futuro BCE debería dar prioridad absoluta al mantenimiento de una baja inflación a través de dos condiciones que deberían aparecer en sus estatutos: 1ª “ el objetivo principal del SEBC será mantener la estabilidad de precios “(art.2º del Protocolo sobre el Estatuto del SEBC y el BCE incluido en el Tratado de Maastricht). 2ª “ Durante el ejercicio de sus poderes y el desempeño de sus funciones .... ni el BCE, ni ningún banco central o miembro de sus órganos de decisión debe buscar o recibir instrucciones de cuerpos o instituciones comunitarias, de ningún Gobierno o Estado Miembro o de ningún otro estamento (independencia delpoder político)“(art. 7 del mismo protocolo). Así mismo el Tratado incorpora la frase siguiente:” Se prohíben créditos al descubierto o cualquier otro tipo de ayuda crediticia con el BCE o con los bancos centrales nacionales a las instituciones comunitarias u organismos de las mismas, Gobiernos Centrales, autoridades regionales o locales, autoridades públicas... y la compra directa por las mismas de instrumentos de deuda “. Los argumentos a favor de la independencia del BCE frente al poder político provienen del modelo de la Nueva Escuela Clásica. Si se cumple plenamente este requisito, el BCE será más sensible a la credibilidad, no sufriendo el ciclo político-económico, reforzando su credibilidad y reportando sobre la política presupuestaria la estabilización de varias reales. Como dice P. Villa: la inflación es un bien público, y es necesario asegurar su gestión por un organismo sin legitimidad política que deba probar constantemente su credibilidad Por otro lado también hay que resolver muchas cuestiones en relación a la interacción entre el BCE y las autoridades fiscales nacionales. Ya que una cosa es legislar, y otra bien distinta es llevar a la práctica esa legislación. Y cuando los países grandes se vean afectados por perturbaciones negativas, las autoridades de dichos países probablemente presionen al BCE para que siga políticas acomodaticias. 16 Así ante la ausencia de un mecanismo adecuado para enfrentarse a shocks asimétricos, probablemente se ejercerá una gran presión sobre las autoridades monetarias europeas. Algunos economistas piensan que esto puede introducir un sesgo inflacionista en la futura UM. Dichas dudas constituyen el obstáculo más importante en el camino hacia la UEM. Y en esta línea el análisis neokeynesiano de políticas de estabilización muestra que la independencia del Banco Central y el acento puesto sobre el objetivo de la inflación, pueden ocasionar efectos fuertemente desesetabilizadores en la combinación de políticas monetarias y presupuestarias(no hay que olvidar que la FED tiene como objetivos finales: el pleno empleo, la estabilidad de los precios y la moderación de los tipos de interés a L.P., y no el valor real de la moneda(inflación) como el Bundesbank). Se necesitan procedimientos de concertación importantes que debería ser definidos en el mismo tiempo que el estatuto del BCE. Así por ejemplo, si un Estado tuviera objetivos finales muy diferentes del BCE se podrían provocar conflictos de objetivos entre ambas instituciones, y políticas económicas muy ineficaces. Además esta situación impondría a un estado que quisiera valorar la función de utilidad social, soportar todo el peso del ajuste sobre políticas fuertemente restrictivas. De hecho si se introduce la política presupuestaria descoordinada, la independencia del banco central no tiene propiedades virtuosas en sí mismo. En efecto junto a los problemas de coordinación externa, la questión de conflictos internos de los objetivos con la política presupuestaria y de su necesaria coordinación son de una notable importancia, de manera que los agentes privados puedan formular sus anticipaciones lo más adecuadamente posible. De otro lado la política presupuestaria no debe ser subordinada a los objetivos de los bancos centrales única y exclusivamente ya que para administrar el dilema inflación-paro, tiene siempre a nivel internacional externalidades positivas mientras que la política monetaria sigue teniendo externalidades negativas. En la práctica el modelo del banco central independiente no funciona mas que porque se coordina con los salarios(crecimiento de los salarios) y/o con el Estado(déficit presupuestario)(Villa, P.,1995,pgs.91-92). En la UEM, el banco central independiente será confrontado a numerosos instancias presupuestarias y numeroso mercados de trabajo:será pues difícil negociar con ellos . Los inconvenientes de la no cooperación se harán sentir pronto. El análisis que realiza Pierre Villa sugiere que para dar la vuelta a esta dificultad, conviene primeramente definir objetivos múltiples para el Banco Central Europeo de manera que administre no solamente el dilema inflación-paro sino también el dilema déficit público-tipos de interés y 2º de definir procedimientos concretos de coordinación con las políticas presupuestarias y de anunciar la policy-mix correspondiente(combinación de políticas), para que los agentes puedan generar las expectativas más adecuadas. CONCLUSIONES En un momento como el actual en el que los mercados se imponen a los Estados y a sus políticas, es importante analizar como punto final “la opinión” de los mercados sobre el proceso de integración europea y sus posibilidades. Así analizando los tipos de interés a LP que las actuales 17 condiciones de mercado proyectan para 1999(año previsto de comienzo de la unión) podemos encontrar 4 grupos de países claramente diferenciados. En primer lugar se encontraría el llamado grupo duro que estaría compuesto por Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Austria y Luxemburgo. En todos estos casos el mercado sitúa el tipo a LP(10 años) en un 7,60%, siendo los diferenciales frente al marco alemán prácticamente inexistentes. Si finalmente se produjera la unión en 1999, éste es el grupo al que el mercado otorga más posibilidades de llevar a cabo la integración, ya que el mercado viene descontando un tipo a LP del 7,60% para el futuro Euro. En segundo lugar estarían el Reino Unido e Irlanda, cuyo tipo descontado para entonces se acerca al 9%(130 puntos básicos por encima del anterior). En tercer lugar se encontrarían los tres países escandinavos con un diferencial entre 120 y 240(corona sueca)puntos básicos y con mínimas expectativas de incorporación sobretodo en el caso de Suecia. Por último estaría el grupo compuesto por España, Italia, Portugal y Grecia, para los que el mercado anticipa un tipo de entre un 10% y 10,6%, otorgando a dicho grupo en las condiciones actuales pocas posibilidades de incorporación a la Unión por falta de la credibilidad suficiente(Fuente:AFI). Constatando el mercado lo que ahora parece ya asumido incluso políticamente, como es la Europa a dos velocidades. Todas estas diferencias vienen a reflejar los numerosos problemas técnicos, legales, políticos y sociales que plantea la Unión. Así como los distintos niveles de renta per cápita, estructuras productivas y posibilidades de sacrificio que pueden asumir los distintos países. La aparición final de una moneda única, la cual se decidirá probablemente mediante un acuerdo político, más que económico. Puede conllevar la no participación de todos los países; que al margen de las tensiones políticas que pudiera generarse debido al proceso de decisión acerca de que países serán los que estén en la Unión final(mayoría cualificada, voto favorable de 10 Estados y 62 votos del total de 87, lo que puede conllevar en el caso de las exclusiones el voto a favor del país excluído o de otro país excluído). Puede romper la idea de unanimidad en la evolución de la Comunidad. Debiendóse solucionar al mismo tiempo la situación de los países que queden al margen, sobretodo la relación de sus monedas con el futuro Euro(un nuevo SME reducido). En cualquier caso no se debe olvidar que estamos ante un acontecimiento histórico sin precedentes, por lo que es lógico que se generen dudas y suspicacias acerca de sus posibilidades reales, sus efectos y las implicaciones que puede suponer para los distintos países y principalmente para sus ciudadanos, quienes son los agentes que más recelan sobre el proceso de unión. Lo que nos conduce al tema de la posible insuficiencia democrática con que se está planteando el proceso y la escasa participación que están teniendo los ciudadanos en su gestación. Situación que en épocas de crisis y recesión puede convertir a la UEM en el chivo expiatorio de todos los problemas. Siendo posible en esa situación que se produzca una proceso involutivo, dándose pasos atrás en el mercado único y en la unión económica. No obstante hay que decir que en cualquier caso el proyecto de unión económica y monetaria culmina el esfuerzo de integración y convergencia económica(iniciado por Francia y Alemania para eliminar sus disputas históricas) realizado por los países comunitarios en los últimos años, el cual ha supuesto al menos una “cierta unidad” en torno a la idea de ser el tercer bloque económico mundial, y presentarse como una alternativa con un importante peso específico en la economía mundial. 18 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. AGLIETTA, M. y DEUSY-FOURNIER, P. (1994): Internatinalisation des monnaies et organisation du système monétaire. Économie Internationale, nº 59, tercer trimestre. Pags 71-106. ANALISTAS FINANCIEROS INTERNACIONALES (1993): La Unión Económica y Monetaria: Siete Estudios. Editorial Civitas. Madrid. ANDERTON, R. y BARRELL, R. (1995): The ERM and Structural Change in European Labour Markets: A Study of 10 Countries. Weltwirtschaftliches Archiv BAND 131 Helf 1. Pgs. 47-66. --ANDERTON, R.y BARRELL, R. (1991): Macroeconomic Convergence in Europe. National Institute Economic Review, nº 138. Pgs. 51-62. BALLABRIGA, F., SEBASTIÁN, M. y VALLÉS, J. (1995): España en Europa: asimetrías reales y nominales. Papeles de Economía nº 63. Pags. 47-61. BAYOUMI, T. y MASSON, P. (1995): Fiscal flows in the United States and Canada: Lessons for monetary union in Europe. European Economic Review nº 39. Pgs. 253-274. --CAMARERO, M. y ESTEVE, V. (1994): El Sistema Monetario Europeo. Capítulo XII del libro: Economía de la Unión Monetaria coordinado poe J.M. Jordan Galduf. Editorial Civitas. Madrid. --CAMARERO, M. y TAMARIT, C. (1994): la Unión Económica y Monetaria Capítulo XIII del libro: Economía de la Unión Monetaria coordinado por J.M. JORDÁN GALDUF. Editorial Civitas. Madrid. --CAMARERO, M., ESTEVE, V. y TAMARIT, C. (1995): Medición de la convergencia en tasas de inflación: España versus Alemania y el SME. Papeles de Economía nº 63. Pags. 62-76. CAPORELE, G.M., HASSAPIS CH. y PITTIS, N. (1995): Excess Returns in the EMS: Do“Weak” Currencies Still Exist after the Widening of the Fluctuacion Bands?. Weltwirtschaftliches Archiv BAND 131 Helft.2. DECRESSIN, J. y FATÁS A. (1995): Regional labor Market dynamics in Europe. European Economic Review 39. Pgs. 1627-1655. DEHESA DE LA, G. (1995): Convergencia real y movilidad de factores de producción en la UE. Papeles de Economía nº 63. Pags. 164-177. --DEHESA DE LA, G. y KRUGMAN, P.R. (1992):“ EMU and the regions“, Group of Thirty, Occasional Papers, nº 39. EICHENGREEN, B., ROSE A y WYPLOST CH. (1995): Exchange market mayhem: the antecedents and aftermath of speculative attacks. Economic Policy, nº 21 (Octubre). Pgs. 251-306. FUENTE DE LA, A. (1995): Inversión, catch-up tecnológico y convergencia real. Papeles de Economía nº 63. Pgs. 18-34. GALINDO MARTÍN, M. (1995): Los Bloques Económicos. Editorial ESIC. Madrid. GHOSH, A. y MASSON, P (1994): Incertitude et coordination des politiques économiques. Economie Internationale, nº 59, tercer trimestre. Pags. 145-167. GONZALEZ-PÁRAMO, J.M. (1994): “Presupuestos Generales del Estado para 1995: el difícil anclaje de la credibilidad presupuestaria”, Cuadernos de Información Económica nº 91, pags. 16-33. Citado por MARTÍN, C.(1995), pag. 7. GRAUWE DE, P. (1992): Teoría de la Integración Monetaria(Hacia La Unión Monetaria Europea). Celeste Ediciones. Madrid, 1994. --GRAUWE DE, P (1995): Alternative strategies towards monetary union. European Economic Review 39. Pgs. 483-491. HUGHES HALLET, A. y WREN-LEWIS, S. (1995): Y-a-t’il une vie hors du SME?. L’ expérience du Royaume-Uni. Économie Internationale nº 63, tercer trimestre. JACQUET, P. (1994): La système monetaire international en devenir. Économie Internationale, nº 59, tercer trimestre. Pgs. 195-219. KEYNES, J.M. (1931): Ensayos de Persuasión. Editorial Crítica. Barcelona, 1988. --KEYNES, J.M. (1942): Letter to R.F. Harrod, 19 de abril de 1942. En The Collected Writings of John Maynard Keynes, edited by MOGGRIDGE, Vol. XXV, ch. 2, London, Macmillan, 1980. Citado por PIVETTI, M. (1993) pag. 101-102. --KEYNES, J.M. (1943): Speech before the House of Lords, 18 de mayo de 1943 En The Collected Writings of John Maynard Keynes, edited by MOGGRIDGE, Vol. XXV, ch. 3, London Mcmillan, 1980. Citado por PIVETTI, M. (1993) pag. 102. 19 KRUGMAN, P. R. (1991): Geography and Trade, MIT Press y Leuven UNIVERSITY Press. Citado por DEHESA DE LA, G.(1995), pag. 179. --KRUGMAN, P.R. (1992): Geografía y Comercio, Editorial Bosh (título original Geography and Trade). Citado por MARTÍN, C. pag. 8. LERENA, L. (1991): La Política Monetaria Española en el SME. Papeles de Economía, Suplementos sobre el Sistema Financiero, nº 33. Pgs. 64-67. LOCARNO, A. y ROSSI, S. (1995): Litalie après la dévaluation: au delà des ideés reçues. Économie Internatinonale, nº 63 tercer trimestre. Pgs 55-70. MARTIN, PH. (1995): Free-riding, convergence and two-speed monetary unification in Europe. European Economic Review 39. Pgs. 1345-1364. MARTÍN, C. (1995): La convergencia real en Europa: un referente clave para la política ceonómica española. Papeles de Economía nº 63. Pgs. 2-17. MARTÍN SECO, J.F. (1993): ¡La economía, Estúpidos, La economía¡ (2ª Edición). Libertarias/Prodhufi. Madrid. MONTES, P. (1993): La Integración en Europa. Editorial Trotta. Madrid. OCCASIONAL paper IMF, Washington DC (1994, Diciembre): Limiting Exchange Rate Variability: The Target Zone Method. PIVETTI, M. (1993): Bretton Woods, through the lens of state-of-the-art macrotheory and the european monetary system. Contribucions to Political Economy. Pags. 99-110. RUBIO DE URQUÍA, R. (1988): La herencia de Keynes. Alianza Editorial. Madrid. SUTHERLAND, A. (1995): Monetary and Real shocks and the optimal target zone. European Economic Review 39. Pgs. 161-172. THE ECONOMIST February 3rd 1996. VILLA, P. (1995): Quelques faits saillants après les crises du SME. Économie Internationale, nº63 tercer trimestre. Pgs. 11-30. --VILLA, P. (1995): Policy-mix et indépendance des banques centrales. Économie Internationale, nº 61, primer trimestre. Pgs. 71-97. VIÑALS, J. (1990): Costes y Beneficos de la transición desde el sistema monetario europeo a la Unión Monetaria. Papeles de Economía, Suplementos sobre el Sistema Financiero. Pgs.13-21. 20