30 años del Partido Obrero Socialista (I)

Anuncio
30 años del Partido Obrero Socialista (I)
Cuauhtémoc Ruiz
En el mes de febrero del próximo año el Partido Obrero Socialista cumple 30 años. En
conmemoración, publicaremos una serie de artículos que rememoran los orígenes del
partido, su fundación y algunos de los episodios más interesantes en que ha estado
involucrado.
Los orígenes del POS
El POS fue fundado en la Ciudad de México en febrero de 1980, en el auditorio Ho Chi Minh
de la Facultad de Economía de la UNAM. Pero sus orígenes vienen de cinco años atrás,
cuando confluyeron la Liga Socialista (LS), una pequeña organización que formaba parte de
la Cuarta Internacional, y una agrupación de activistas estudiantiles del CCH Naucalpan.
La LS dedicaba sus esfuerzos a hacer propaganda, organizaba conferencias e impartía cursos
de formación teórica. Editaba el periódico El Socialista, que tenía el lema: “Dedicado a
defender los intereses de la clase trabajadora”. Sus jóvenes líderes pensaban que no era el
momento de participar en las luchas obreras y que lo fundamental era formar en la ideología
marxista a sus adeptos.
En cambio, el Grupo de Activistas de Naucalpan era sumamente activo y ya había
participado en numerosos movimientos. Había ayudado a detonar las primeras huelgas
obreras y de choferes en esa zona industrial, una de las más importantes del Estado de
México. El autor de estas líneas encabezaba este grupo.
El panorama mundial era intenso. Estaba fresca la derrota de Estados Unidos en Vietnam y
en Portugal se desarrollaba la poderosa revolución de los claveles que ya había derrocado la
dictadura de Salazar y generado una crisis en las fuerzas armadas. Las colonias lusitanas en
África, como Angola, al ver que su opresor se debilitaba, lanzaron a su vez revoluciones de
independencia.
En México la década de los setentas fue muy movida en protestas populares. El movimiento
de 1968 había dejado una huella profunda. A pesar de la matanza del 2 de octubre la moral
era alta y el ánimo era de lucha. Aparecieron numerosas organizaciones campesinas y las
huelgas obreras eran constantes. Destacó la lucha de la Tendencia Democrática del sindicato
de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (no confundir con el SME, que lo es
de Luz y Fuerza del Centro). La Tendencia era fuerte, contaba con miles de afiliados y tenía
raíces en muchos estados, como Jalisco. Su líder era Rafael Galván, que había sido senador
del PRI pero había adoptado posiciones críticas a los gobiernos de su partido. Muchos
sindicatos y organizaciones populares apoyaban a la Tendencia Democrática que convocó a
crear un gran frente nacional de organizaciones populares. Al formarse, adoptó como
ideario la “Declaración de Guadalajara” la que, a pesar de sus errores, es uno de los
programas más avanzados que se ha dado el movimiento obrero mexicano.
En tanto, en la Cuarta Internacional también existía ebullición y debates. En estos años
emergió la corriente liderada por el argentino Nahuel Moreno que venía polemizando con
Ernest Mandel sobre diferentes temas, entre ellos en contra de que los marxistas
latinoamericanos organizacen guerrillas. Para Moreno ello era un error, de consecuencias
trágicas, porque alejaba a los revolucionarios de los movimientos obreros y de construir
partidos. El argentino también criticaba el propagandismo de grupos como la LS mexicana y
exhortaba a que los marxistas participaran activamente en huelgas y todo tipo de protestas.
La corriente morenista tomó una fuerza considerable en Latinoamérica en estos años. Un
testimonio de su actuar aparece en la excelente novela “Demasiados héroes” de la
colombiana Laura Restrepo, que fue militante trotskista en Argentina cuando la dictadura
militar.
Un sector de la LS simpatizó con la corriente de Moreno. El mexicano Manuel Díaz trajo a
un dirigente de la corriente morenista, Eugenio Greco, a México en 1975. Y ahí empezó
nuestra historia.
Siguiente artículo: La revolución nicaragüense de 1979 fracturó al PRT y formó
al POS.
Descargar