El exilio de Castelao en Norteamérica

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* El exilio de Castelao en Norteamérica
(Textos y documentos)
Castelao’s Exile in North America
(Texts and Documents)
Carmen MEJÍA RUIZ
Universidad Complutense de Madrid
cmejiaru@filol.ucm.es
RESUMEN
En este estudio se indaga en la estancia de Castelao, como exiliado, en Nueva York; se enfoca su labor a favor de
la República y del Galleguismo, así como su posterior abatimiento. Se pretende con él abrir una línea de investigación sobre el exilio gallego en Norteamérica.
PALABRAS CLAVE:
Exilio, libertad, desesperanza, lucha, soledad.
MEJÍA, C. (2004): «El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)». Madrygal (Madr.). 7: 79-92.
RESUMO
Neste estudo indágase na estadía de Castelao, como exiliado, en Nova York; enfócase o seu labor a favor da
República e do Galeguismo, así como o seu posterior abatimento. Con este traballo quérese abrir unha líña de investigación sobre o exilio galego en Norteamérica.
PALABRAS CHAVE:
Exilio, liberdade, loita, soedade, desacougo.
MEJÍA, C. (2004): «O exilio de Castelao en Norteamérica (Textos e documentos)». Madrygal (Madr.). 7: 79-92.
ABSTRACT
The purpose of the following research is about Castelao’s stay as exile, in New York. Our main approach is concerning Castelao’s idea in favour of Spanish Republic and Galleguismo, with his consequent depression. We are
trying to open a new way in order to investigate about the Galician exile in North America.
KEY WORDS:
Exile, freedom, depression, fight.
MEJÍA, C. (2004): «Castelao’s exile in North America (Texts and documents). Madrygal (Madr.). 7: 79-92.
1. Introducción. 2. Castelao en Norteamérica 3. Noticias de la llegada de Castelao a Nueva York 4.
Recepción de sus discursos 5. Los mítines de Castelao 6. La labor de Castelao en Nueva York y su situación personal 7. Salida de Castelao de Nueva York rumbo a Buenos Aires 8. Estados Unidos visto por Castelao.
SUMARIO:
* Este artículo se realizó en el Real Colegio Complutense, en la Universidad de Harvard (USA), gracias a una ayuda de investigación recibida de la Comunidad de Madrid. Esta estancia abarcó desde noviembre de 2003 hasta febrero de 2004. Toda la
bibliografía citada es la consultada en los fondos de la Widener Library. Agradezco a la Universidad Complutense la posibilidad
que me ha otorgado y a Ángel Sáenz Badillos, director del Real Colegio Complutense, su apoyo a los colegiales y su buen hacer
universitario.
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Carmen Mejía
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
A Antonio, que me animó a esta aventura.
A Carlos y a Cristina, a quienes
añoré todos los días.
1. INTRODUCCIÓN
desarraigo doloroso que se combate desde la distancia manteniendo las raíces como signo de identidad no sólo individual sino también colectiva.
Luis Seoane, artista gallego exiliado, sintetiza de
forma bellísima la recuperación de lo propio desde la otra orilla:
El exilio y la emigración están prácticamente vinculados. Dos conceptos diferentes que se interrelacionan y que conllevan distintas posibilidades de
existencia. Galicia por su propia dinámica posee una
realidad migratoria significativa. Muchos son los gallegos que emigran a Hispanoamérica buscando la
tierra prometida. Ahora bien, desde la realidad de
pobreza de la propia Galicia que empuja a sus gentes a salir hacia lejanos horizontes abandonando lo
propio y, desde el recuerdo, engrandeciéndola, nos
encontramos con la realidad histórica española que
hace que figuras relevantes de la cultura gallega se
vean abocadas al exilio. En este caso no es la búsqueda de la tierra prometida sino la imposibilidad de
convivir, ni ideológicamente ni políticamente, en un
país en el que las libertades no estaban permitidas.
Algúns dos nosos refixeron Galicia día a día,
noite a noite na súa lembranza. Deseñárona, cantárona e participárona, describíndolla na súa grandeza esquecida, ós fillos de moitos países deste continente e a outros estranxeiros como eles. Refíxoa
cada un deles, o que a pintaba, o que a cantaba e o
que a describía como xurdida do soño máis belo,
como nen eles nen ninguén pode pintala, cantala ou
describila... ¿Sabedes o que é lembrar ó cabo de todos eses milleiros de días e noites a flor de toxo, a
chuvia de Compostela, o mar do Orzán, o rostro
campesiño, para exaltalo no cadro, no poema, na
descrición que queremos facer de Galicia ós extraños? Esquecede, tamén dín. Pero si esquecemos,
¿qué queda de nós e que queda en nós da mesma
Galicia? (en Galicia Emigrante, n.º 23, maio, 1957,
citado por Ramón Martínez López, 1987: 17)
El huracán de pasiones desatado por la guerra civil
de 1936 en Galicia tuvo una de sus manifestaciones
más acusadas en el exilio de miles de personas hacia
tierras lejanas. Unos —señala Carlos Fernández
Santander (2002)— huyeron de una agresión física segura; otros, del ambiente que iba a sobrevenir, inevitablemente, tras la consolidación de la dictadura de
Franco. Todos lo hicieron con el dolor intenso de quien
se ve forzado a dejar su Patria no por la falta de un trabajo digno sino por una discriminación ideológica.
Parecían predestinados a cumplir la fórmula que proponía Nietzsche a los espíritus libres: Elegirás el exilio
para poder decir la verdad (p. 7).
Norteamérica, desde esta perspectiva, no será
el lugar elegido por los exiliados gallegos. Hispanoamérica cuenta con una larga tradición migratoria gallega y a Norteamérica sólo llegarán aquellos que afronten no sólo la soledad del exilio
sino, también, la soledad idiomática, con respecto a esto señala Ramón Piñero:
Castelao, figura emblemática del exilio gallego,
camino del exilio dice: «Oxala retorne de novo algún día, por estas mesmas augas, para morrer onde
nascín» (Ibídem) y una vez desterrado se pregunta:
Por qué en el destierro la palabra «Patria» es
para nosotros más emotiva que la palabra
«Nación». ¿Será que la Patria emerge del puro sentimiento y la Nación no pasa de ser una realidad
objetiva? Desde luego, la Patria la sentimos dentro
de nosotros mismos y nos acompaña en el destierro, pero la nación está en la tierra lejana, en las regiones del recuerdo y la esperanza. La Nación es el
objeto amado; la Patria es el amor que la nación nos
infunde (ibídem, p. 8.)
Si el exilio es una elección individual para poder expresarse libremente, también implica un
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Tiveron que abrir novos camiños á súa vida incorporándose activamente a unha sociedade e asimilándose a unha cultura totalmente extrañas a
Galicia. Todos libraron a batalla da adaptación e
todos souberon triunfar. Pero todos eles, frente á
soedade da vida en terra allea, foron recreando no
seu espírito a imaxe ideal da Galicia real que perderan. De ahí que a súa adaptación vital, lonxe de
anular a súa personalidade galega, o que fixo foi
potenciala espiritualmente, someténdoa ó drama
perpetuo de ter que vencer a soedade coa forza da
fe (Grial, Vigo, 20, 1968)
La soledad del exilio y la ansiedad del regreso
imposible se patentizan bellamente con las palabras de Carmen Antón (2002):
Sigo leyendo y poco a poco me voy sintiendo
invadida por esa maldita nostalgia que tantas veces
me aqueja, como una fiebre palúdica, trayéndome
a la memoria aquellos días festivos... La perniciosa sensación ya casi me cubre por entero. Yo la
siento como si fuera una taimada anaconda o a veces sin forma alguna, envuelta en su manto negro,
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que va dejando aquí y allá saturando el ambiente
con su penetrante perfume que te ahoga y te cierra
la garganta y en ese momento hay un solo pensamiento. Tengo que retornar, volver para siempre,
ver y sentir mi tierra, escuchar el acento perdido.
Poco a poco la depresión va oscureciéndolo todo,
la sientes subir por las piernas, se enrosca alrededor de la cintura, te corta la respiración, notas
cómo se va pegando a tu piel que va cubriendo con
sus negros guantes, la conozco bien, pero no la voy
a dejar que se salga con la suya, debo resistirme al
dulce abandono a que te incita, pero no me ha vencido nunca, cerraré los ojos y los puños hasta que
se canse y se aparte de mi lado y se vaya quizás a
pasear por los jardines solitarios, hasta que encuentre nuevos y apagados seres para regresar de
nuevo, porque siempre vuelve, con sus diferentes
nombres, nostalgia, añoranza, melancolía, saudade, murria o morriña, pero siempre fatales, ahora
la siento muy cerca otra vez. Nuevamente está tratando de enredarme, no sé qué manejos se trae
pero veo sus guantes negros por ahí. Es muy disimulada y emplea distintos trajes para sorprenderme. Intuyo que se ha vestido de malva que es como
un sendero para llegar a la negrura del bosque cerrado; ojalá se vista de verde o azul, o, quizás,
como es un poco loca elija el rojo ya que le gusta
soliviantarme y sacarme de quicio, entonces no la
soporto y doy vueltas y vueltas como un saltamontes o entro y salgo sin motivo, o cambio de sitio los
muebles, dejando todo patas arriba y yo más desdichada que nunca p. 18)
Los estudios que versan sobre el exilio gallego hablan del exilio en Norteamérica como un
exilio de élite, ya que la mayoría de los exiliados afincados en estados Unidos son intelectuales que se dedican a la enseñanza e investigación en distintas universidades americanas.
Ramón Martínez López en A literatura galega
no exilio (1987) dice:
Os poucos exiliados galegos nos Estados
Unidos, pola súa conexión con cátedras universitarias naquel país, presentan, ademais do labor
creador nalgúns casos, un traballo de pescuda e
crítica lingüístico-literaria en todos eles. O seu
caso é moi diferente do dos desterrados en países hispánicos con longa tradición migratoria
galega. Agás na cidade de New York, non existen alí concentracións de españois. O interés
pola lingua e a literatura dos mundos hispanoamericano e español que tan de verdade se sinte
nas universidades norteamericanas non lle compensa ó creador desa soedade idiomática tan
dramáticamente expresada por algún dos nosos
grandes poetas no exilio, como Juan Ramón
Jiménez ou Salinas (p. 5)
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El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
Emilio González López en Los gallegos y
América (1991) añade:
Terminada la guerra civil española, se exiliaron en los Estados Unidos una serie de profesores españoles que fueron jefes de Departamentos
de lenguas románicas o de español en sus respectivas universidades o colegios: Emilio González
López, historiador de Galicia, que organizó, en
City University of New York, el Programa Doctoral
en español; Ernesto Dacal, poeta en lengua gallega y especialista en literatura portuguesa y
brasileña, que organizó, en la misma Universidad, el programa Doctoral en portugués; Ramón
Martínez López, medievalista y colaborador
destacado del Seminario de Estudos Galegos de
la Universidad de Texas, en Austin; José Rubia
Barcia, poeta en lengua gallega y crítico de la
obra de Valle-Inclán, de la de California en Los
Ángeles y Leonardo Santamarina, de Douglas
College, de la Universidad de Rutgers en New
Jersey (en AA.VV., Galicia, Santiago y
América: 47-48)
Xosé Manuel Maceira Fernández en A literatura galega no exilio (1995) observa:
Os transterrados que se instalaron nos Estados
Unidos son, fundamentalmente, profesores. Adaptáronse ao sistema educativo americano, exercendo
en diferentes departamentos universitarios. A pesar
do hándicap de enfrontarse cunha sociedade e cunha cultura descoñecida para un latino, sen o apoio
dos compatriotas emigrados, a súa bagaxe intelectual e alta cualificación profesional sitúaos nun
grupo privilexiado. A obriga profesional lévaos a
interesarse pola investigación, nomeadamente, histórica, lingüística e literaria.
Desde as cátedras de Historia, Lingua ou
Literatura centran o esforzo no estudio do totum
hispánico; sexa cultura galega, portuguesa, española ou hispanoamericana. Lonxe do oficialismo imperante, e cos envidiábeis medios das universidades
e bibliotecas dos The United States, elaboran unha
obra crítica moi importante. Destaca o avantaxado
aparato bibliográfico, con acceso a documentos ou
textos, mesmo ausentes nas hemerotecas do Estado
Español (...)
Estes profesores utilizan o galego, o portugués, o
español e o inglés para os estudios. Amais da tarefa
académica, colaboran na difusión da nosa historia e
cultura con artigos, conferencias ou programas regulares na radio. Neste medio, Ernesto Guerra da Cal
colaborou con la Voz de América —tamén o fixera durante o ano 1944 Xosé Rubia Barcia—; o primeiro tivo programas fixos e regulares coma The
American Cultural Seene Cultural Colloquium, para
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España e Hispanoamérica en lengua española, ou o
Cultural Colloquium en lengua portuguesa, para o territorio brasileiro (pp. 237-238)
2. CASTELAO EN NORTEAMÉRICA
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
Esta información dada por Luis Soto entra en
conflicto con la información que da Emilio
González López (2000), también exiliado, quien
afirma:
Precisamente naqueles días de xullo de 1938, o
goberno da República, presidido por don Juan
Negrín, chamou a Castelao para comunicarlle que
era conveniente que fixese unha viaxe de propaganda por América a favor da causa republicana, e
difundindo os famosos trece puntos que o goberno
acababa de aprobar e que foron nomeados os trece
puntos de Negrín.
Castelao aceptou o encárrego e manifestou que
a xira política debía encomenzar polos Estados
Unidos de Norteamérica, onde as colonias españolas eran case totalmente antifeixistas. Foi así como
rápidamente se xestou a viaxe de Castelao, que tivo
trascendencia na súa vida e influencia, sen dúbida,
na cuestión nacional do noso país. (p. 53)
A mediados de abril de 1939, cando eu cheguei a
Nova York, todos os membros da dirección da Fronte
Popular Galega e algún das Sociedades Hispanas
Confederadas me informaron de que a viaxe de
Castelao a Nova York fora unha invitación da Fronte
co apoio das Hispanas, e que foran eles os que pagaran a pasaxe. E isto mesmo nos asegurou a Amado
Rincón e a min, Xosé Castro, fundador e dirixente de
ámbalas dúas organizacións (...)
Para xustificar a súa estraña presencia sen ser
invitado, o extraño hóspede, o ourensán Luís Soto
terxiversa a verdadeira realidade dos feitos e atribúelle a Castelao o modesto papel de propagandista da política de Negrín. Soto fala de que foi
elixido polos seus compañeiros combatentes, pero
non aclara onde, se na fronte de Madrid, na de
Barcelona ou Valencia, nin tampouco desvela os
nomes da primeira terna.
Castelao non foi a Nova York ás ordes de ningún
Goberno nin de ningún partido político, senón da comunidade galega de Nova York afiliada á Fronte
Popular Antifascista Galega e das Sociedades Hispanas Confederadas para facer propaganda republicana a
favor dos que loitan pola República e pola liberdade
dos pobos de toda España, e coa misión moi persoal de
organizar a diáspora galega cun claro acento nacionalista galego (pp. 49-50)
Asimismo Luis Soto nos relata por qué acompaña a Castelao en este viaje así como su llegada
a Nueva York unos días después:
Rodríguez Fer (1994), quien aún no conocía el
libro de González López, nos relata la salida de
Castelao hacia Estados Unidos:
Os grupos de galegos que se atopaban no frente
do Ebro e en Barcelona, trocaron impresións uns
cos outros e acordaron facer unha xuntanza na que
discutiron e aprobaron que Castelao debía ser
acompañado por outro galego que o puidese apoiar
en tódolos sensos. A comisión encarregada de comunicar con Castelao propúxolle tres nomes para
que escollese un deles como secretario e acompañante. Castelao, que era moi firme nas súas concepcións, explicou que non podía ir con ningún dos
propostos, os cales eran moi amigos pro as circunstancias do labor que podían facer con el serían
moi cativas. E engadiu: «eu viaxaría complacido
con Luis Soto». (...) O conto foi que eu non podía
saír tan súpeto como quería Castelao, (...) Estiven
no Congreso antifeixista representando a FETE, filial da ITE, durante cinco días, para tomar inmediatamente o barco máis fermoso daqueles tempos,
que era o primeiro que saía prós EE.UU., o
Normandie, que chegou a N.Y. en cinco días, dous
despois da chegada de Castelao (Ibídem: 54)
Por decisión gubernamental, encomendóuselle
encabezar unha campaña de axuda á República en
América, comenzando polos Estados Unidos.
Deste xeito, Castelao embarca coa súa muller rumbo a New York no paquebote Ille de France en Le
Havre 0 20 de xullo de 1938 (p. 156).
Desde esta perspectiva tenemos que detenernos
en la figura de Castelao, «la encarnación viva de la
Galicia del exilio, el hombre cuyo mayor deseo
hubiese sido dar su vida porque cesase la cruel
contienda fraticida que asoló España en 1936»
(Fernández Santander: 2002: 7). Luis Soto (1983),
acompañante de Castelao en este viaje, narra las
causas del viaje de Castelao a Norteamérica:
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El propio Castelao escribe a Rodolfo Prada el
mismo día de su salida reflexionando, de la siguiente manera, sobre el federalismo:
As fadas mandan. Elas levaronme a conocer a máis
nova federación de pobos (once nacionalidades que se
xuntan para constituir un Estado) e agóra levanme a
ver a outra gran federación (a de coarenta e oito estados que se xuntan para constituir unha nacionalidade).
Despois de ver a nova estrela simbólica vóu ver unha
constelación de 48 estrelas! Qué cousas dispoñen as
fadas! ¿Será para que me convenza da bondade do sistema federal ou será para que convenza a os demáis?
(Paz Andrade, Valentín, 1982: 400)
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3. NOTICIAS DE LA LLEGADA
DE CASTELAO A NUEVA YORK
El anuncio de la próxima llegada a esta ciudad
del ilustre diputado y famoso dibujante gallego,
Alfonso Rodríguez Castelao, —señala José
Caamaño— ha despertado en mi y otros muchos,
nacidos en tierras de Galicia, la eterna esperanza, el
deseo natural y lógico de ver unidos en una sola y
poderosa organización, a la gran familia gallega de
Nueva York y de América toda, si fuese posible,
para que de una vez y para siempre sea reconocida
nuestra personalidad como colonia y dar mayor
empuje al movimiento iniciado por el Frente
Popular Antifascista Gallego, en su estrecha cooperación con toda la colonia española para la liberación de España y de Galicia dentro de la Unidad
Nacional.
Alfonso Castelao es el símbolo por decirlo así, o
personificación del ideal gallego: ideal de amor, de
nuestra «Galicia Mártir», de paz y de libertad.
Castelao trae consigo la misión especial, impuesta
por su amor a todo lo nuestro; el de unir a todos los
gallegos de América y especialmente los de
Estados Unidos en una poderosa organización. El
Frente Popular Antifascista Gallego. Quien está cooperando activamente con Castelao en esta idea y
es quien ha pedido, en unión con varias Sociedades
Gallegas, su venida a esta ciudad, debe iniciar seguidamente la campaña pro unión, en la seguridad
de que estaremos a su lado la mayoría de los hijos
de Galicia» (...)
El mayor orgullo, el más honorable título del famoso escritor y dibujante Castelao es el ser gallego; es para él como un escudo, en que está grabado
el espíritu de libertad y amor a la paz (...) Nadie se
atreve a criticarle ese amor en que encierra su galleguismo; ese ideal de ver feliz a la tierra ultrajada
y despreciada por propios y extraños y tiranizada,
por siglos y siglos, por los poderes centralizados y
por los que, sin conocer a fondo el alma gallega,
sintetizan en la frase gallego un desprecio.
Castelao debe ser nuestro símbolo, nuestro
guía en el futuro. Para ello es necesario que hoy
más que nunca pensemos en la verdadera unión,
y que la organización que ya ha iniciado esa corriente unionista, y que encierra en sus bases el
mismo ideario de Castelao, obtenga nuestro más
decidido apoyo (...) Un solo pensamiento debe
unirnos, el amor a la tierra que nos vio nacer y la
libertad del pueblo que sufre y trabaja y para que
dentro de la unidad logremos que nuestra tierra
obtenga los derechos a los que, por su laboriosidad, por su historia y sus necesidades tiene absoluto derecho y para que la personalidad de los gallegos, como fuerza de cooperación entre los que
luchan a favor de nuestra España, sea reconocida
en conjunto y que sea más eficazmente poderosa
nuestra ayuda a Galicia y a España. Gallegos,
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El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
uníos en una sola organización. (La voz, viernes
15 de julio de 1938, cit. por Emilio González
López, 2000: 101-102)
En este mismo periódico, tres días después, es decir el lunes, 18 de julio de 1938, se insiste sobre la
llegada de Castelao a Nueva York y se convoca a todos los gallegos elogiando a Castelao de esta forma:
(...) pues la colonia en masa de los gallegos residentes en Nueva York y sus alrededores, irán a escuchar la palabra elocuente del artista que supo con
su lápiz trazar de manera gráfica el intenso dolor de
la tragedia de Galicia, víctima del barbarismo fascista (Ibídem: 103).
El día 26 de julio, fecha de la llegada de
Castelao, La Voz le saluda con estas palabras
(Ibídem:104):
Invitado por el Frente Antifascista Gallego, llega
hoy a Nueva York (...) Alfonso Castelao, quien ya
dijo una vez que la mayor prueba de su españolidad
consistía en su intenso amor a la patria chica.
El lápiz de Castelao ha revelado al mundo por
medio de sus maravillosas estampas horrores cometidos por el fascismo en su Galicia Mártir.
Intelectuales, artistas, profesores y obreros han ido
cayendo uno y otro día bajo el fuego de los asesinos
organizados. Galicia llora en silencio. Galicia sufre
en la carne de sus hijos el zarpazo cruel de la fiera
fascista. El alma de los mártires gallegos parece que
flota en el silencio hondamente trágico de las ciudades gallegas. En las carreteras y caminos de toda la
bella región galaica, no hay cruces que llamen la
atención del viajero hacia las innumerables tumbas
de los que cayeron asesinados: pero cuando el labriego gallego cruza calladamente por el sitio donde
murió un inocente, mira de reojo y apretando los puños dice muy quedo:—¡Ya resucitarás...!
Porque, esos cuerpos ensangrentados que el despunte luminoso del alba descubrió destrozados sobre las cunetas de las carreteras han dejado vivo en
el pecho de cada gallego, —Franco no es de ningún
sitio!— una promesa de justa venganza que no morirá jamás... Y esos cuerpos que entierran, —lo dice el
lápiz de Castelao— no son cadáveres, son semillas
redentoras que un día romperán en eclosión de primavera.
Castelao, el genial artista gallego nos visita (...)
LA VOZ se adelanta a su llegada y ofrece la
bienvenida, cordial y afectuosa, a este español benemérito, artista singular e ilustre hijo de Galicia
Mártir, extendiendo esta bienvenida a sus acompañantes. LA VOZ que habla el lenguaje de la hora
presente, saluda al hermano diciéndole:
¡SALUD CASTELAO!
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4. RECEPCIÓN DE SUS DISCURSOS
El día 16 de Agosto de 1938 La Voz de Nueva York
hace la crónica del Festival organizado por el Frente
Popular Antifascista Gallego y las Sociedades
Gallegas Unidas, en el que participaron Castelao y
Luis Soto, se destaca la presencia multitudinaria de la
colonia gallega de Nueva York y de los alrededores de
esta forma:
La víspera del festival de Ulmer Park, nos anunciaban ya de todas las poblaciones vecinas a Nueva
York, que la colonia gallega vendría en masa, a
unirse a sus compañeros de la capital, y el mismo
sábado por la noche llegaban ya aquí centenares de
coches llenos de madrugadores, que querían hacer
acto de presencia en el campo, en las primeras horas de la mañana. Repetimos, que mucho esperábamos, y el cronista conoce lo que son reuniones y
fiestas campestres o romerías, pero la realidad fue
más, muchísimo más, que cuanto podía esperar aun
el más optimista ( Ibídem: 108)
El cronista observa que el discurso de Castelao:
(...) despertó el mayor entusiasmo de parte del
público, siendo interrumpido repetidas veces con
ovaciones enormes. Fue un aspecto en el cual era el
amigo Castelao desconocido aquí como orador
convincente, y que supo llevar al alma de cuantos le
escuchaban la misma impresión que ha hecho con
sus dibujos, que el mundo entero conoce ya. Fue un
discurso hermoso en todos los sentidos. En los últimos minutos de su oración habló a sus paisanos,
en la lengua vernácula y el entusiasmo se desbordó
en este momento, cuando los gallegos oían por primera vez, la palabra mágica de un hombre que en
la lengua materna, sabía narrar la tragedia de la tierra Meiga, con un decir tan llano y tan sublime...
(Ibídem)
El día 19 de Agosto de 1938 se hace la crónica
del mismo discurso de Castelao en el Frente
Popular, Brooklyn, N.Y., en esta ocasión el cronista firma como Saiselgui, quien dice:
Castelao sorprendió a todos el Domingo. La
enorme concurrencia en Ulmer Park, todos admiradores de Castelao por sus famosas estampas, esperaban ver al artista, al amigo otros y los más al paisano que con su sola presencia había de hacer latir
millares de corazones a un ritmo más acelerado.
Pero Castelao que es mundialmente admirado por
sus estampas, porque en ellas supo interpretar el
alma sufriente de su pueblo ya que a través de cada
una de ellas se ve claro el punzante dolor del corazón regional, Castelao que dibuja con suma facili84
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
dad el dolor de una madre, la desventura de un
huérfano o la tragedia de un pueblo, sorprendió a
propios y extraños con la oratoria que, como todo
lo suyo, fue original y de un alto valor crítico a los
cimientos fascistas de la Península.
Castelao no es un orador, lo creíamos antes y no
cambiamos de opinión; pero es un artista. El dicurso del domingo fue, más que un discurso, una serie
de estampas que quedarán grabadas en nuestras
mentes por un largo tiempo, al lado de aquellas
otras de no entierran cadáveres; entierran simiente, la última lección del maestro, etc.
Estas estampas que Castelao no ha dibujado en
el papel, las dibujó en el espacio (única propiedad
común), con sonidos en vez de líneas, y lo mismo
que éstas cuando se trazan van formando la figura,
aquellos sonidos, ampliados por la ayuda de los altavoces, iban formando en el espacio la figura apetecida que el artista había concebido y que el auditorio veía perfectamente claro con los ojos del
alma, de la comprensión y del sentimiento (...)
«Vuestros huesos son las rovas vírgenes de
Galicia. Vuestra carne es la tierra gallega. Vuestra
sangre son los ríos que corren por la campiña galaica. Los fascistas no dominan a Galicia: Galicia la
tenéis con vosotros mismos.»
Esta fue la última estampa de Castelao que,
como las otras, es de un significativo profundo que
se adentra en el alma de todo gallego, señalándole
la responsabilidad que cada uno tiene, individual y
colectiva, de luchar sin descanso hasta arrojar de
nuestra tierra a los salvajes que lo han convertido
en cementerio y campo de esclavitud.
Efectivamente tiene razón Castelao, Galicia somos nosotros; la llevamos por donde vamos porque
no nos podemos separar... (en Emilio González
López, 2000: 109-110).
5. LOS MÍTINES DE CASTELAO
Castelao y Soto caminan juntos en la lucha antifascista defendiendo la República Española, en
el Frente Popular el día 2 de septiembre de 1938
se publica lo siguiente:
La gira de orientación antifascista a cargo de estos camaradas está produciendo favorables resultados para nuestra causa antifascista.
Nos han escrito algunas de las localidades por
donde ya han hablado, felicitando a «Sociedades
Hispanas Confederadas» por la atención que se presta en esta organización a la elevación del nivel cultural de nuestra Colonia. Estos camaradas han hablado
ya en Bethlem, Pa., Filadelfia, P., Weirton, W.V.
Tienen anunciada comparecencia en Donora, Pa;
Fairmont, W. Va.; Beckley, W. Va.; Detroit, Mich.;
Cleveland, Ohio; Canton, Ohio; Lackwanna, N.Y.;
Madrygal, 2004, 7 79-92
Carmen Mejía
Niagara Falls, N.Y.; Boston, Mass; Bridgeport,
Conn; Newark, N. J.; Bayonne, N. J. (Ibídem: 121)
Para ilustrar este apartado me ceñiré a la crónica que hace el Frente Popular del mitin de Boston,
que tuvo lugar el 4 de noviembre de 1938:
Hablaron en el mismo José Castro que representaba a «Sociedades Hispanas Confederadas», Luis
Soto Fernández, representante de los trabajadores
de la Enseñanza de España y el director de «Nueva
Galicia», y Alfonso R. Castelao, ilustre dibujante y
Diputado del Frente Popular.
Los discursos que fueron traducidos al inglés
por el compañero Lorente, fueron entusiastamente
aplaudidos por toda la concurrencia que ovacionó a
los oradores al terminar el acto, sobre todo cuando
expusieron que la unidad del pueblo español es la
mejor garantía de la victoria. (...)
Con este mitin y la labor llevada a cabo por los
visitantes, se hizo más firme la unidad de todos los
antifascistas de Boston siendo muy elogiada la labor de «Sociedades Hispanas Confederadas» de
llevar a todos los lugares en donde se agrupan españoles antifascistas la voz de la España heroica e
invencible (Ibídem: 147-148)
6. LA LABOR DE CASTELAO EN NUEVA
YORK Y SU SITUACIÓN PERSONAL
Significativa me parece la carta que Castelao
escribe contestando a Carme Muñoz, esposa de
Rafael Dieste, en ella Castelao habla de su labor
en Nueva York y de su precaria situación personal
que le impide ayudar a sus amigos:
Mi querida amiga: recibo con un enorme retraso
tu carta. Ya sabía de vosotros y aun apenándome los
dolores que pasásteis y pasaréis me alegra saber
que estáis vivos y que podréis salvaros. Yo no tengo dinero. Sólo podré sostenerme tres o cuatro meses a fuerza de economías inverosímiles. El desastre me ha cogido en plena faena de ayuda a España.
He trabajado como nadie y por mis trabajos se han
podido enviar a España unos ochenta mil dólares
(...)
Aquí he llegado de arribada forzosa, días antes de
ser reconocido Franco. En cuanto llegué se planteó
la cuestión de sacar de Francia a todos los refugiados
gallegos que por ser pocos podrían salvarse con el
esfuerzo de la colonia gallega de los EE.UU. (...)
Nuestro plan está en marcha y ya nadie se atreve a
combatirlo públicamente; pero en cambio se encuentra una resistencia pasiva para entregar cantidades al Comité encargado de la recaudación. Creo que
venceremos toda resistencia. Creo que ya se recaudaron unos cinco mil dólares. Yo no me dedico más
Madrygal, 2004, 7 79-92
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
que a esta labor, aguijoneando a nuestra gente. No sé
si venceré (...)
Por mi parte creo que estoy cumpliendo con mi
deber, abandonando toda intención egoísta a pesar
de que dentro de muy poco tiempo tendré que lavar
platos en un Hotel si es que mi calidad de refugiado político (¿lo conseguiremos?) me da derecho a
trabajar.
Me acuerdo mucho de vosotros y creedme que si
yo tuviera dinero os lo remitiría para los pasajes;
pero no lo tengo. Y algo me apena que todos se dirijan a mi por el solo hecho de estar en América.
¡Quién pudiera! No tienes ni idea con que gusto
yo os sería útil en estos momentos en que la solidaridad es obligada.
Estamos recaudando fondos para todos y además
buscamos el país en que puedan desembarcar los gallegos. En Méjico ya dejan ir con preferencia a los
vascos y gallegos. Con la embajada de Santo
Domingo estamos también en conversaciones. En
fin, esto lo hacemos unos cuantos, mientras que
nuestros ex-embajadores y ex-cónsules están dándose una buena vida después de haber acelerado la entrega de su representación. También yo estoy decepcionado; pero no desmayo en mi labor de ayuda
aquí. Lo malo es que la colonia es pequeña y está
compuesta de trabajadores, muchos de ellos sin trabajo. No hay ricos. Con todo, creo que venceremos.
Calculo que esta carta os entristecerá. ¡Qué le
vamos a hacer! No puedo deciros otra cosa.
Os abraza vuestro leal amigo. Castelao (Ibídem:
111-112)
En otra carta fechada el día 2 de noviembre de
1939 dirigida a Rodolfo Prada, Castelao muestra
su situación personal de una forma mucho más rotunda y expresa sentimientos de abatimiento, se
refleja claramente la integridad de Castelao y su
entrega al galleguismo, dice así Castelao:
(...) Van esgotándose as miñas posibilidades de
atopar traballo remunerado. (...) O certo é que vivo
cunha modestia absoluta e que vou esgotando os derradeiros recursos que teño. Eiquí atoparía unha caridade que non podo aceptar entramentras a verdadeira fame non pete na miña porta. E teño maneira
de vivir, pero someténdome e perdendo independencia. Como vostede sabe eu non vivín da República
nin do favor dos gobernos da República. (...) Prefiro
conservar a miña indiscutible e indiscutida lealtade á
República e aos gobernos da república; prefiro ver
injusticias e afogar os anceios da protesta; prefiro
morrer con segredos terribles e darlle gosto ás miñas
paixóns. (...) Pol-o tanto, eu quero ser galeguista, escrusivamente galego, sen vencello algún cos adeministradores d-un tesouro en litigio.
(...) Non é imposible que d’eiquí a un ano poidera eu ser profesor núnha Escola i entón eu sería
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Carmen Mejía
feliz porque tería tempo dabondo para cumplir cos
meus deberes de galeguista. Mais esta inseguridade, este esgotamento dos nervios, estas noites sen
dormir a forza de matinar, esto de andar visitando
xente e sofrir cada día unha nova decepción, ¿cre
vostede que se pode sofrir un ano enteiro? (Ibídem:
42-43)
En esta misma carta Castelao manifiesta su deseo de seguir con la labor galleguista desde la cultura y expone que en Buenos Aires se pueden reunir las circunstancias adecuadas para que resurja el
galleguismo, de ahí su deseo de dejar Nueva York
e irse a Buenos Aires y de esta forma recuperar la
ilusión casi perdida:
De todos xeitos a laboura cultural non pode
abandonarse e neste senso escribiume Sebastián
González dende Puerto Rico instigándome para
que en América se orgaice o Seminario de Estudos
Galegos xa que en Galiza está morto e intervido.
Moito se podería facer n-ese ambente se é que non
estou trabucado. O que lle podo decir é que eiquí,
na Habana ou en México non hai maneira de facer
revivir a nosa cultura. En troques, se contásemos
coa axuda d-un Centro non hai dúvida de que a
miña presencia en Bos-Aires non somente me daría
azos para vivir e soñar senón que serviría para que
revivise aquel movimento cultural da nosa terra,
hoxe morto e soterrado (...)
Se eu atopase eiquí un traballo remunerado
viviría ben e podería adicarme á política nosa
con absoluta liberdade; pero tería que renunciar
a todo canto se refire á cultura galega porque eiquí non hai ambiente. Hai posibilidades, pero
lonxanas, de atopar traballo. En troques ahí desenrolaríamos unha vida cultural —base do demáis— i eu sería feliz en espera da nosa
Liberdade que cicais non estea tan lonxana
como parece (Ibídem: 44-45)
Isaac Díaz Pardo en Galicia hoy y el resto del
mundo (1987), que también hace referencia a esta
carta, sintetiza la situación de Castelao muy acertadamente:
Uno de los hombres más importantes de nuestro
tiempo, el gallego más importante que dio este siglo, el hombre que mejor supo conectar con su pueblo luchando contra el caciquismo, contra todo tipo
de injusticia y de ruindad humana, sin perder en
ningún momento su finísimo humor, la sonrisa de
sus finos labios, el hombre que no había perdido estas virtudes cuando ya tiene la muerte a dos pasos
ahora en Norteamérica, derrotada la República,
traicionada la causa de la libertad por las democracias, especialmente por ésta en la que está viviendo, y que lo está expulsando de su seno, y otras mu86
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
chas decepciones que fue viendo convirtieron su
ánimo en una completa desolación (pp. 98-99).
A pesar de todo esto Castelao siguió su actividad política en Nueva York junto a Basilio Álvarez, Suárez Picallo, Francisco Marcos Raña,
Emilio González López, etc. como muy bien recoge éste último en su libro tantas veces citado en
este artículo. Pero a pesar de su desánimo Castelao
sabía animar a los amigos, hay una anécdota que a
mi me ha gustado mucho relatada por Neira Vilas
en sus Crónicas y que titula «Basilio Álvarez en
Nova Iorque» (1999) que ilustra la generosidad de
Castelao con los demás, narra Neira Vilas:
Esto ocorría en 1940. Contoume Marcos que
mentres Castelao sobrelevaba como podía o amargo contratempo da perda da guerra, e tecía soños de
futuro para o seu país galego, Basilio era un home
vencido, derrotado polas circunstancias e coa saúde en creba. «O seu sistema nervioso estaba destrozado e choraba por calquer cousa».
Naquelas horas de mecer disque xogaban ó dominó, e procuraban non «aforcarlle» a Basilio o
nove dobre. Pero ás veces, distraídos, aforcábanllo
e el rompía a chorar.
—Basilio...! Ai, Basilio, caracho! —terciaba
Castelao, consolándoo—. Escoita, Basilio e botábase a cantarlle unhas coplas tan picantes que
Basilio trocaba o pranto en risa. Ría a cachós
(pp. 128-129).
Basilio Álvarez murió en 1943 en el Hospital
Español de Tampa (Florida, Estados Unidos) y vivió
en una situación de precariedad económica absoluta.
7. SALIDA DE CASTELAO DE NUEVA
YORK RUMBO A BUENOS AIRES
Castelao en Sempre en Galiza (1986) nos relata
su salida de Estados Unidos lo que le anima recuperando sus deseos de volver a escribir y sintiéndose lleno de vida, sentimiento que en Nueva York
se había apagado. Nos confiesa Castelao:
Decorreron tres meses de vida pouco axeitada
para cismar encol do pasado, e menos aínda para
profetizar. Os trafegos e preocupacións a que me
vin sometido nesta derrradeira tempada e a barafunda dos acontecimentos que se sucederon en tan
breve tempo, ameazándonos con feitos aínda máis
violentos, xustifica a miña folga. Pero agora estou
no mesmo mar que cruzaron as carabelas de Colón
e síntome con azos para escribir. Hai tres días que
dexei Nova York e vou cara ao Sul, ao encontro da
Galiza ideal, que é a mellor Patria que hoxe se me
Madrygal, 2004, 7 79-92
Carmen Mejía
pode ofrecer. Hai tres días que lle dixen adeus á estatua da Liberdade. Alá ficou a vella matrona co
seu ice cream cone na man, e ogallá que algún día
poida vela con máis simpatía.
Hoxe é 30 de xunio de 1940 e vou cara a BosAires cunha licencia para vivir e traballar. Vou
ser un emigrante máis da colectividade galega
de Bos Aires e síntome mozo ao alviscar o
Atlántico (p. 207)
En este mismo fragmento se patentiza el amor
que Castelao profesa a Galicia:
Esquezamos que Franza guindou coa súa historia, entregándose a Hitler. Esquezamos que
Inglaterra ensaia unha resistencia esperanzada
(queira Deus que sexa con máis fortuna que a
nosa). Esquezamos que a salvación pode vir das
dúas inmensas federacións antípodas i enlazadas
pola branca e pura neve do Norte. O mundo soio me
interesa polo que pode influír na Galiza. (Ibídem,
la cursiva es mía).
Desde este momento Castelao se siente emigrante, y en este sentido considero necesario recurrir al artículo que escribió para La Voz de Nueva
York publicado el día 24 de agosto de 1938 con el
título de «Los gallegos en América». En este artículo Castelao expone sus ideas sobre la emigración que, desde mi perspectiva, reflejan la ambivalencia del carácter gallego:
Ese sentimiento que los gallegos llamamos morriña —dolor de ausencia— es en realidad un placer que buscamos lejos de la patria; un raro placer
que nos devuelve al «misterio de la lejanía». Así las
saudades del Além se convierten en anhelos de regresar al hogar. Los gallegos ya no gustamos tener
la luz de la esperanza delante de nosotros; queremos tenerla detrás, encima de la tierra en que nacimos. Así, cuando la muerte se aproxima, vamos a
morir allá para convertirnos en tierra de nuestra tierra. Devolver el cuerpo a la tierra que nos lo dio es
el ansia de todos los emigrados gallegos.
Los poetas gallegos tomaron nuestra emigración
como tema preferido de sus elucubraciones crepusculares... Los humoristas dicen que los gallegos esperaban la llegada del primer trasatlántico para seguir viaje... Los sabios aseguran que Galicia escapa
de la bruma y se alarga como las plantas que buscan el sol... Los economistas pretenden que se suprima la necesidad de emigrar. Yo creo que la emigración gallega es un fenómeno digno de estudio
porque con la disculpa de necesidades económicas,
el gallego emigra para satisfacer necesidades espirituales (en Emilio González López, 2000: 117)
La emigración vuelve a aparecer en las páginas
de Sempre en Galiza (1986) y Castelao manifiesta
Madrygal, 2004, 7 79-92
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
la diferencia entre el carácter gallego y el castellano de esta forma:
¿Cales son as necesidades de emigrar? ¿Cales
son as necesidades que en Galiza debemos suprimir? ¿Abondaría comer ben e durmir sen pesadelos
para dar acougo ás nosas arelas de ver mundos? (...)
!Quen sabe se a saudade galega non será outra cousa máis que a loita de dous anceios incompatibles:
o de estar e non estar na Terra! (...)
En troques os casteláns sofren miseria i escravitude por non aleixárense da familia, dos colchóns, dos pucheiros, dos barreñóns, das tixolas e
do gato... Os casteláns non son capaces de confiaren o seu tesouro amoroso á terra en que foron
nados, e se algunha vez se aventuran a deixala
cargan con todo ás costas, para non contraeren,
consigo mesmos, a obriga de retornaren. Os casteláns non se moven do chan nativo ou vanse del
para sempre.
Non hai dúbida de que a emigración galega revela unha diferencia de carácter cando se compara
co sedentarismo castelán. Hai unha forza que nos
empurra cara ao mundo e outra que nos xungue á
terra nativa, pois se os camiños nos tentan a camiñar é porque deixamos unha luz acesa sobor da
casa en que fomos nados, e alí nos agarda o fin da
vida. Andar, andar, andar, e no remate dos traballos
devolverlle á Terra o corpo que ela nos emprestou
(pp. 209-210)
El Castelao exiliado en Norteamérica camino
de Hispanoamérica se siente emigrante hecho que,
desde mi perspectiva, patentiza la necesidad imperiosa de nuestro personaje de salir de Estados
Unidos en búsqueda de otras ilusiones.
8. ESTADOS UNIDOS VISTO
POR CASTELAO
En la escolma, titulada Cadernos (1938-1948)
publicada por la Editorial Galaxia en 1993, nos encontramos con las notas que Castelao escribió en
unos cuadernos a lo largo de sus viajes, ubicados
en los Fondos de la Biblioteca de la Fundación
Penzol en Vigo, gracias a la donación que Rodolfo
Prada hizo a esa biblioteca.
(...) Segundo se deduce do exame dos textos,
(...) Castelao escribiu estes cadernos entre os anos
1938 e 1947. Boa parte do seu contido —señala
Henrique Monteagudo— corresponde a citas ou
anotacións de libros que Castelao ía lendo, aínda
que tamén se recollen apuntamentos de viaxe e literarios, ideas para discursos e artigos e mais breves reflexións (p. III)
87
Carmen Mejía
Al leer los textos que corresponden a la etapa de
Estados Unidos desde un prisma actual, se percibe
una impresión de rechazo. Monteagudo afirma:
«Castelao aborreceu a sociedade norteamericana,
estoxou aquel país e non parou ata que conseguiu
marchar de alí» (Ibídem: XXII). Hay que pensar
en la etapa de Castelao, en la edad de Castelao, en
la dificultad de comunicarse por el desconocimiento lingüístico, en su situación de ilegalidad
como refugiado político y su consecuente precariedad económica y, también, en su ideología.
Creo que todo esto puede justificar el posible rechazo hacia Norteamérica, pero considero que los
apuntes de Castelao, en muchos casos, pueden ser
reflejo de esa sociedad. Comentaré algunos de
ellos y el lector podrá ser crítico al respecto.
Castelao en una ciudad como Nueva York, la
ciudad del Imperio, percibe ese moverse sin parar,
esa velocidad estresante que hoy día es motivo de
tantas depresiones: «En Norteamérica é onde se
notan ben as supersticións do progreso, a adoración á velocidade, o moverse sen tino, o facer todo
de presa» (p. 14) Además Castelao señala cuál es
el objetivo social: «Eiquí adórase a velocidade e
todos aspiran a bater un record antes de morrer.
¡Bater un record! Eso é todo» (p. 16)
La realidad social que refleja Castelao en el siguiente apunte se sigue manteniendo hoy día desde mi perspectiva, teniendo en cuenta que mi opinión es subjetiva y parcial, pero en esta estancia en
Harvard University durante tres meses he corroborado lo que dice Castelao:
Dispois de tanto falar da democracia d-eiquí,
onde todos somos uns, e onde calisquera pode chegar a todo canto merece, pol-os seus méritos, resulta que é o país das recomendacións. Have you any
comercial or social relations? Esta é a pregunta
que se lle fai a tod-o mundo (pp. 21-22).
El pragmatismo de la sociedad norteamericana
se refleja claramente en este apunte:
Nos EE.UU todos aspiran a millonarios. Non é
certo que os traballadores loiten pol-as súas reivindicacións de crase. Eiquí ninguén renega das probabilidaes que ten para chegar a millonario (p. 23).
Castelao da su visión de la industrialización de
esta manera:
As rexións industriais son o esterco do progreso.
Son necesarias; pero noxentas en si, como son noxentas as tripas que nós levamos no bandullo e das
que nos nutrimos. Algúns ademiran a vida das re88
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
xións industriais. Eso é confundir a música co solfeo, o esterco coas patacas (p. 13).
En el siguiente apunte Castelao critica la mala
alimentación que puede ser consecuencia del progreso: «Na alimentación dos norteamericáns hai
preocupación das vitaminas ¿superstición do progreso? Non-o sei; pero é certo que perderon o paladar» (p. 13). Añade en otro apunte Castelao: «O
xelo come a sustancia dos alimentos» (p. 16). El
clima de Norteamérica es muy frío, con nevadas
abudantes y heladas, lo que justifica el apunte irónico de Castelao.
Castelao, que visitó la URSS, hace una comparación entre Estados Unidos y la URSS de esta
forma planteándose una nueva fórmula para el
Estado Español:
Nos EE.UU fortificouse a Nación a costa dos
Estados. Na URSS. fortificouse o Estado a costa
das Nacións. Nos EE.UU estandarizouse a alma nacional e na URSS. estandarizouse a ciudadanía.
Nos EE.UU presérvase a diferenciación políticoadministrativa e asegúrase a uniformidade étnica e
cultural. Na URSS. preservouse a diferenciación
étnica e asegúrase a unidade política.
¿Non sería mellor fundar un federalismo español intermedio antre os dous sistemas estremos: o
vello dos EE.UU e o novo da URSS.? (p. 20)
Esta idea la desarrolla Castelao en Sempre en
Galiza y me parece oportuno que el lector vuelva
a leer lo que Castelao escribió hace tanto tiempo,
porque tanto su viaje a la URSS. como su estancia
en EE.UU. le sirvió para analizar los dos sistemas
políticos y pensar, como hombre comprometido
con su país, en el modelo de Estado ideal para
España:
Xa dixemos repetidas veces que non hai máis
que un modo de chegar á unidade española: implantando unha República federal. Tamén apuntamos, no primeiro libro, que a bondade deste sistema está de bulto nas dúas grandes Federacións que
hoxe existen: os EE.UU. e a URSS. Eu tiven a
oportunidade de visitar ambas Unións, unha após
da outra, e de comprobar como a solidaridade económica e monetaria é de abondo para suprimir todo
motivo de conflicto. E vin que soio pola bondade
do sistema federal se puderon ensaiar e consolidar
en dous mundos antípodas as dúas concepcións
económico-sociaes que agora están en loita. Cando
entramos en Nova York —que nin é capital da
Nación nin ta siquera do Estado que leva o seu
nome— e ollamos a estatua da Liberdade, pudemos
decir que non foron os principios importados da
Madrygal, 2004, 7 79-92
Carmen Mejía
Franza revolucionaria, nin as Constitucións redactadas por filósofos liberaes, as que obraron este miragre de progreso. Non; o miragre obrouno a independencia política dos Estados Unidos de América,
cicais tiñéramos de decir que non foron os principios marxistas os que obraron o miragre, senón a
independencia e fomento dos particularismos étnicos, que preservaron a solidaridade dos homes,
base fundamental do réxime soviético (p. 200)
Por otro lado Castelao refuerza la idea de diferencia basándose en la tradición histórica:
Se o dereito dos pobos provén do dereito dos homes e a federación é o resultado de ambos postulados —pois non se lle pode negar a unha colectividade de homes o que non se lle nega a un home
aillado— resulta inaplicable o modelo norteamericán á federación hespañola, porque un problema de
Nacións non é o mesmo que un problema de
Estados. Os Estados norte-americáns son froito exclusivo da vontade política, orixinada en colonias
illadas de inmigrantes; pero as nacionalidades hespañolas, e inclusive as rexións, son feitos que sobrepasan a vontade dos homes, porque xurden dos
accidentes da terra e dos legados múltiples da tradición que lles dan continuidade na historia. E polo
tanto as nacionalidades e rexións hespañolas teñen
un dereito anterior e superior a calquera dereito que
os homes inventen (pp. 201-202).
Para terminar Castelao refuerza el modelo de la
República federal para España basándose en su
pluralidad nacional:
Pensemos que a humanidade non retrocede. E
non abandoemos a idea de que Hespaña será —
quéirase ou non— unha República federal, e non
axeitada ao modelo de Norte-América, nin da
Unión Soviética, senón ás súas peculiares realidades, porque Hespaña, como función das súas diversas nacións, é unha sociedade inconfundible e única (p. 202)
Si después de conocer el pensamiento político
de Castelao recogemos el apunte crítico sobre la
estatua de la Libertad, probablemente el lector tenga otra opinión que si se enfrenta de forma aislada
a él, he aquí el apunte de Cousas (1993):
A estatua da Liberdade que Franza regalou aos
EE.UU é tan absurda como a da Verdade que tan de
cote se ve en París. Unha liberdade con picos na cabeza (cornos imperialistas). Unha Liberdade preñada que non acaba de parir a liberdade (somentes saen
do seu ventre algúns turistas que gostan de viaxar
por tripas de ferro). E logo, para rematar, ergue na
man dereita un ice cream (para enfriar o mundo).
Madrygal, 2004, 7 79-92
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
Non intento enxuiciar a liberdade que disfroitan
os ciudadáns de Yankilandia (capaces de negaren
ciudadanía aos indios, primitivos donos de este
país). Somentes trato de criticar os simbolismos fabricados en París (p. 20)
El rechazo del cosmopolitismo y la hibridación
de las gentes de Castelao son dos de los factores
señalados por H. Monteagudo (vid. Cousas: XXII)
haciendo referencia al texto de Castelao que voy a
comentar; pero lo que no se destaca es el cambio
de actitud de Castelao que me parece muy significativo. Es verdad que el apunte de Castelao podría
calificarse de xenófobo, pero el propio texto manifiesta el cambio producido en Castelao que, por lo
positivo del mismo, considero que se debe mencionar:
Todo esto pensaba eu e non nego que a separación de razas coincidía cos meus instintos de pureza e perfección. Pero nos Estados Unidos sentín primeiro unha enorme compasión pol-os
negros e máis tarde un desexo de matar a miña repuñancia por eles. Agora avancei máis e sería capaz de trocarme en lider das reivindicacións negras i en defensor d-esta raza. O día que despertei
a este sentimento foi o 1 de septembro do 1938.
Percorríamos o estado de West Virginia (onde os
negros ainda non son perseguidos coma no Sul) e
na porta d-un Bar aldeán, onde comían e bebían
uns cantos barbaros brancos, alvisquei este letreiro na porta: NOTICE. Whites only.
Agora síntome irmán dos negros (p. 15)
Con respecto a esto tenemos la notocia de Luis
Soto (1983) quien nos relata que tanto él como
Castelao hicieron una gran labor a favor de la raza
negra, lo que corrobora que el Castelao purista se
convierte en contacto con la realidad americana en
defensor de estas gentes discriminadas:
Velahí como aquela laboura en defensa da población negra feita por nós en Norte América, onde a
discriminación é macabra, o noso compañerismo
coa xente de color en Harlem, en Cuba e en tódolos
lugares, frutificou co nomeamento de Presidentes de
Honor da «Federación Mundial de Sociedades
Negras», polo cal extenderon sendos diplomas a
nome dos irmáns Alfonso Rodríguez Castelao e Luis
Soto Fernández.
Días imborrables dicía Castelao nas súas cartas
(p. 92)
Castelao totalmente concienciado con su labor
de defensa de los desprotegidos se dedica a dibujarlos; de todos es conocido que el Castelao dibujante está comprometido con la realidad que plas89
Carmen Mejía
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
ma en sus diseños, dice Soto con respecto al viaje
que hiceron a Cuba:
Alonso Montero en Lingua e literatura galegas na
Galicia emigrante (1995):
Un dos actos político-culturais realizado na
Habana da meirande importancia fora sen dúbida a
Exposición dos debuxos de Castelao (...) Castelao
adicouse entón, noite e día, a traballar con paixón
nestes cadros onde aparece ben definida a amistade
afervoada de galegos e negros, traballadores avencellados no corte da caña, no cultivo dos cafetais e nos
anceios de xusticia e libertade, que aínda non coallara en Cuba e moito menos na Galicia lonxana, mollada, espida, abafada, esmagada pola burguesía
afastada e polas treicións. Esta Exposición pode decirse que foi un acontecemento nacional, pois visitarona tódolos intelectuais e políticos (...) e miles de
traballadores que se achegaron para admirar con devoción a obra dun gran artista revolucionario (p. 91)
Os meses neoyorquinos de Castelao foron, sen
dúbida, desacougantes, pero aínda así foi capaz de
redactar un divertimento filolóxico que non carece
de interese: «Lingoaxe que falan os galegos en
Norte América». Trátase dese curioso «barallete»
no que se mesturan o galego e o inglés desta maneira: Vou á grosería: vou ó almacén / Frisouse o
río: Xirouse o río/ Veño da cona: veño da esquina/
Estou no bordinjaus de Doña María/ Estou na pousada de doña María (121-122)
Los editores de la escolma de Cousas reproducen una lámina de la carpeta titulada Dibuxos de
negros que Castelao hizo. En esta lámina, de una
fina belleza, Castelao dibuja a uno de los personajes —rodeado de rascacielos muy abrigado para
combatir el frío de la Nueva York nevada —con
una mirada llena de ternura, quizá sea la mirada de
Castelao y su cariño hacia ellos.
Quiero terminar, por el momento, esta aproximación al «Exilio de Castelao en Norteamérica»
haciendo referencia a lo que dice el profesor
El día 18 de julio de 1940 Castelao llega
a Buenos Aires donde se le reconocerá toda su labor
artística y, posteriormente, política. Allí se encontrará con sus amigos y comenzará una nueva etapa
con ilusión, esa ilusión perdida en Norteamérica:
«Esto é triste —escribe Castelao— como un suicidio por cansanzo da vida» (Cousas: 16). Palabras
que impresionan y que denotan un abatamiento desesperanzador durante su exilio neoyorquino.
Guerra da Cal —poeta exiliado en Norteamérica—
en su libro Lúa de Alén Mar (1959) describe de forma emotiva la terrible soledad del exilio y la desesperanza como consecuencia. El poema «Isolamento»
nos aproxima a Castelao y lo reproduzco como homenaje a todos los exiliados.
«Isolamento»
No cárcere da pel
na remota mazmorra
do noso escuro ser
aprisionados
sen pontes
sen caminhos
sen fiestras.
Sen balcóns ora berramos
ao vento
a nosa anguria de esilados
(...)
E ficamos
á espera
desolados
no noso calaboço tenebroso
contando días
pola luz que chega
dos buracos dos olhos
na cadea perpetua da pel
sen esperança («Miradoiro infindo»: 113-115)
Real Colegio Complutense
Harvard University-Cambridge (USA)
Noviembre 2003-Febrero 2004
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Madrygal, 2004, 7 79-92
Carmen Mejía
El exilio de Castelao en Norteamérica (Textos y documentos)
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