U.N.L.P. - FAPE Carrera de Enfermería Universitaria Cátedra: Cultura, Estado y Salud “Algunas conceptualizaciones para entender el Siglo XX” El material que sigue a continuación –una colección de conceptos y hechos a nuestro criterio significativos-, está pensado para acompañar el proceso de lectura de los contenidos seleccionados para la cátedra de Cultura, Estado y Salud de la carrera de Enfermería Universitaria de acuerdo a los contenidos del Bloque III. Debe quedar claro que todos los sucesos acontecidos durante el Siglo XX no pueden condensarse en pocas páginas. El criterio elegido entonces, es arbitrario y pretende referenciar los principales hechos y conceptos que el orden internacional, sirvieron para articular y comprender lo ocurrido durante el último siglo. Cabe destacar a su vez, que resultará de utilidad, la consulta de cualquier enciclopedia histórica mundial o diccionario, le permitirá secuenciar el material aquí incluido. Bretón Woods, Conferencia de: nombre con que se conoce la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, que tuvo lugar entre el 1 y el 22 de julio de 1944, en Bretón Woods (Estados Unidos). La conferencia a la que acudieron representantes de 44 países, fue convocada para intentar lograr la estabilidad de la moneda y del crédito para conseguir un nuevo orden económico una vez que finalizara la Segunda Guerra Mundial. De la conferencia surgieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano para la Reconstrucción y el Desarrollo (Banco Mundial), con el objetivo de proporcionar créditos a corto y largo plazo a escala mundial. De la conferencia surgió también un nuevo sistema monetario internacional que tenía que lograr la estabilidad de los tipos de cambio entre las distintas monedas. Este sistema logró estabilidad monetaria hasta que se derrumbó bajo las presiones especulativas que siguieron a la crisis de los precios del petróleo de 1973. CEPAL: (Comisión económica para América Latina y el Caribe) creada en 1948 para analizar los problemas del desarrollo de su región, examinar políticas para superarlos y asesorar a los países para mejorar sus políticas económicas y sociales. Esta comisión elaboró una interpretación del desarrollo latinoamericano basada en la idea de Centro – Periferia. Ésta explica la forma en que se produce la difusión internacional del progreso técnico, entre los países centrales o desarrollados y los de la periferia o en desarrollo. Según esta explicación, los frutos del progreso técnico se distribuyen en forma desigual entre estos dos grupos de países. COMECON: (sigla en inglés que quiere se traduce como Consejo de Ayuda Mutua Económica), surgido en 1949, este consejo pretendió integrar la actividad económica de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) con la de los países que quedaron bajo su órbita. Sus primeros miembros la URSS, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria. Posteriormente adhirieron la República Democrática Alemana, Albania, Mongolia, Cuba y Vietnam. Corrupción: se trata de determinados comportamientos grupales, combinados con una aceptación cultural por parte de la sociedad. En ese contexto, de poco valen los sacrificios rituales que se ejercen sobre los casos individuales más frívolos, que no son siempre los más graves, aunque tengan la ventaja de ser vistosos. En ese sentido, Maquiavelo señaló que la corrupción terminal no es tanto la del individuo, sino la del Estado, cuando los sobornos se convierten en sistema. Comparó la historia de la República Romana con la turbulenta Italia del Renacimiento, y escribió que la corrupción puede adueñarse de un Estado o de un pueblo, y acarrea la pérdida de la libertad. Crisis de 1929: caída del índice general de la Bolsa de Nueva York ocurrida en 1929. A mediados de 1929 nueve millones de estadounidenses (de una población de 122 millones) habían invertido sus ahorros en el mercado de valores. Muchos de estos inversionistas habían colocado todos sus ahorros en la Bolsa, animados por asesores económicos incompetentes. Se crearon nuevas empresas con fines especulativos y, debido a la fe ciega que se tenía en la capacidad del mercado para crear rendimientos espectaculares, sus acciones aumentaron de precio con rapidez. Con el tiempo algunos profesionales financieros pensaron que tal vez fuera más rentable invertir en otros activos fuera de la Bolsa, por lo que empezaron a vender sus activos bursátiles. Se inició un fuerte movimiento vendedor. El 23 de octubre se vendieron seis millones de acciones, a precios cada vez menores. Al día siguiente, el denominado ‘jueves negro’, se vendió el doble. El lunes se vendieron nueve millones de acciones; el precio de éstas había caído en más de 14.000 millones de dólares en menos de una semana. En el ‘martes negro’ se colapsó la Bolsa; el precio de las acciones de las mayores empresas, como General Electric o Woolworth, también cayó. Ese día se vendieron más de 16 millones de acciones, con una pérdida de valor superior a los 10.000 millones de dólares. Lo ocurrido en Wall Street se reprodujo de una forma vertiginosa en las demás bolsas de Estados Unidos, desde Chicago hasta San Francisco. Estado Neoliberal: propio de la crisis del modelo económico de posguerra –mediados de la década del ’70- este modelo se diseñó básicamente para contrarrestar el poder excesivo de los sindicatos y del movimiento obrero que lograron socavar las bases de la acumulación privada con sus presiones reivindicativas sobre los salarios y obligar a que el Estado aumentase cada vez más los gastos sociales. Estos dos nivele destruyeron los niveles necesarios de beneficios de la empresas y desencadenaron procesos inflacionarios que terminaron en una crisis generalizada de las economías de mercado. El remedio era mantener un Estado fuerte en su capacidad de quebrar el poder de los sindicatos, pero limitado en lo referido a gastos sociales y a las intervenciones económicas (recordar la actitud del Modelo de Estado Keynesiano). Esas fueron las bases del Estado Neoliberal, a las que se agregaron: estabilidad monetaria, disciplina presupuestaria, contención del gasto social, y creación de una extensa masa de mano de obra desocupada para inhibir el control de los sindicatos. Además fueron imprescindibles reformas fiscales que significaban reducción de impuestos sobre las ganancias más altas. Fascismo: ideología típica del Siglo XX, los movimientos fascistas emergieron al finalizar la Primera Guerra Mundial y en los países en los que triunfó – Italia y en Alemania su versión del nazismo-, los regímenes subsistieron hasta la catástrofe de la guerra de 1939-1945. Su mayor exponente fue la figura de Benito Mussolini, que fundó el movimiento hacia 1919 y fue considerado único líder hasta la irrupción de Adolfo Hitler, en la escena política, hacia 1933. Las ideas fascistas apuntas a la exaltación del Estado; frente a la división de poderes que postula el liberalismo, reflejo de la necesidad que tenía esta corriente de proteger al individuo frente a los abusos de autoridad, defienden la vigencia de una autoridad que expresa los supremos valores éticos y supera todos los antagonismos de clase. Es decir que todos los intereses se subordinan ante el Estado que es ‘un término absoluto ante el cual los individuos y los grupos son términos relativos’. Guerra de Vietnam: si bien no fue el único conflicto bélico durante el período analizado, consideramos que fue el ejemplo paradigmático de lo que constituyó la Guerra Fría. Enfrentamiento militar que tuvo lugar en Vietnam desde 1959 hasta 1975, cuyo origen fue la determinación de las guerrillas comunistas (el llamado Vietcong) de Vietnam del Sur, apoyadas por Vietnam del Norte, de derrocar al gobierno survietnamita. El enfrentamiento desembocó en una guerra entre ambos países que pronto se convirtió en un conflicto internacional cuando Estados Unidos y otros 40 países más apoyaron a Vietnam del Sur, mientras que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y la República Popular China suministraron municiones a Vietnam del Norte y al Vietcong. Guerra Fría: concluida la Segunda Guerra Mundial, las potencias vencedoras (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia), procedieron a repartirse el territorio alemán. Sin embargo, las diferencias ideológicas con relación al modelo de Estado que debería instaurarse, impidieron que esta empresa se concretara. Estados Unidos y Gran Bretaña impulsaron el establecimiento de una democracia liberal, en tanto que Rusia proponía un modelo de Estado similar al soviético. La desconfianza mutua llevó en 1949 a la conformación de dos bloques enfrentados, cada uno con un modelo de Estado, de economía y de sociedad: la República Federal de Alemania, al oeste, bajo el dominio de las potencias capitalistas, y la República Democrática Alemana, al este, dentro de la órbita soviética. La creciente tensión entre los dos bloques (de allí la denominación de Mundo Bipolar) para resolver el problema de Berlín, culminó con la construcción del Muro en 1961. La Guerra Fría, que se extiende desde la conformación de los dos bloques de poder hasta la caída del Muro, implicó una situación de hostilidad entre ambos bloques, sin llegar al empleo directo de las armas y que se valieron de la propaganda, las presiones económicas, el espionaje, para intentar debilitar al adversario. La estrategia de las potencias consistió en atraer a su zona de influencia a otros países por medio de alianzas político – militares o relaciones económicas. El elemento preponderante de este conflicto fue la política de ‘disuasión nuclear’ sostenida por ambos bloques. Inflación: aumento sostenido y generalizado de precios. Keynes, John (1883-1946): economista británico que en 1930 escribió ‘Tratado sobre el dinero’ en el que intentó explicar por qué la economía funciona de forma irregular, soportando con frecuencia alteraciones en los ciclos económicos con expansiones y depresiones sucesivas. Al igual que en otras interpretaciones sobre temas económicos, no logró explicar la problemática de las depresiones prolongadas, un fenómeno que no se ajustaba a la noción clásica de que las recesiones se corrigen de forma automática. Se pensaba que durante las recesiones aumentaba el ahorro, lo que reducía los tipos de interés, por lo que se fomentaría la inversión empresarial y la economía volvería a crecer. Keynes analizó en profundidad los problemas relativos a las largas recesiones en su obra más famosa, La teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero (1936). En esta obra argumenta la defensa de programas económicos que ya se estaban ensayando en el Gran Bretaña y en Estados Unidos por el presidente Franklin D. Roosevelt. Keynes propone la inexistencia de mecanismos de ajuste automático que permitan a la economía recuperarse de las recesiones. Su aporte teórico dio lugar a lo que se conoce como Estado Keynesiano. Este modelo de Estado se vale esencialmente de una política económica anticíclica, tendiente a amortiguar las crisis recurrentes del sistema capitalista. Desde esta teoría, se supone que el capitalismo tiende a funcionar cíclicamente (recordar las ‘Tendencias Estructurales’), esto es, se repiten los períodos de alza, saturación y baja. Keynes propone generar un circuito económico que contrarreste el efecto de los ciclos para evitar las oscilaciones en el funcionamiento del sistema. Afirmaba que el ahorro no invertido prolonga el estancamiento económico y que la inversión de las empresas de negocios depende de la creación de nuevos mercados, nuevos adelantos técnicos y otras variables independientes del tipo de interés o del ahorro. Puesto que la inversión empresarial fluctúa, no se puede esperar que ésta pueda preservar un alto nivel de empleo y unos ingresos estables. Keynes proponía que el gasto público debe compensar la insuficiente inversión privada durante una recesión. Las ideas de Keynes han influido de forma determinante en el diseño de la política económica de muchos países desde la II Guerra Mundial, sustrato de una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo. FMI: inicia sus actividades en 1947, y tiene como objetivo promocionar la cooperación monetaria internacional, facilitar el crecimiento equilibrado del comercio mundial mediante la creación de un sistema de pagos multilaterales para las transacciones corrientes y la eliminación de las restricciones al comercio internacional. Fordismo: no se puede comprender el fordismo sin realizar una breve descripción de lo que fue el taylorismo. Frederick Taylor se propuso sistematizar el trabajo del obrero, por un lado, para trasladar a la gerencia de la empresa, todo el conocimiento tradicional que poseían los obreros (calificados e idóneos); y por otro, para cronometrar el trabajo en función del tiempo – movimiento y de la subdivisión de una tarea en las partes que la componen, logrando así una mayor especialización del obrero, mayor eficiencia (más trabajo en menor cantidad de tiempo), evitando de esta forma los tiempos muertos u ociosos de los trabajadores. Los métodos de producción taylorista fueron aplicados por primera vez en la compañía Ford Motor (de allí fordismo), en Detroit, en 1913 bajo la dirección de Henry Ford, y se generalizaron con toda rapidez al resto de las industrias. La definición en sentido estricto del fordismo se ha ampliado para abarcar una serie de aspectos que permitieron que el capitalismo tuviera un comportamiento estable durante esta etapa; estas normas no sólo tratan de la organización de los procesos productivos (sobre todo de la organización del factor trabajo), sino que también analizan los objetivos productivos y los métodos para resolver conflictos laborales. El método de producción fordista implica la combinación del taylorismo con la creciente mecanización de grandes empresas con muchas líneas productivas, asociadas con la aplicación de la cadena de montaje, la selección uniforme de los componentes y de los productos finales. El taylorismo puede considerarse como la racionalización de los procesos productivos, al diferenciar las tareas de creación y ejecución, o lo que es lo mismo, al dividir la organización de la producción (directivos, ingenieros, entre otros) de las tareas mecánicas, asegurando un mayor control de la producción por parte de los gestores. Así, los aspectos mentales quedan separados por completo de las tareas manuales. Esto constituyó una ruptura total con los métodos de producción del pasado, cuando la producción se organizaba en función del tipo de artesanía y los artesanos creaban, organizaban y completaban las tareas manuales. Los movimientos sindicalistas se opusieron a los cambios que implicaba el taylorismo, pero los aceptaron a cambio de recibir un mayor porcentaje de las ganancias de productividad derivadas de la racionalización e intensificación de los procesos productivos. Este compromiso sólo fue aceptado por un pequeño número de empresarios (entre ellos Henry Ford) y a pesar de la defensa de este acuerdo que realizaron grandes economistas, como John Maynard Keynes, sólo tras la II Guerra Mundial se aceptó de un modo general el acuerdo entre empresarios y trabajadores. Al dejar de considerar a los trabajadores tan sólo como un factor de producción, pues son también consumidores de productos finales, las ganancias de productividad y el reparto del mayor valor añadido (mediante aumentos del salario) generados por el fordismo permitieron crear una mayor demanda de consumo que pudiera absorber una producción más amplia debida a los progresos técnicos. La edad dorada se asocia con una época de pleno empleo, una alta inversión de capital, la plena utilización de la capacidad productiva y unas elevadas tasas de beneficios para las empresas. El buen funcionamiento del taylorismo se debió también a la existencia de una serie de instituciones — como el colectivismo de las relaciones laborales, una especie de Estado del bienestar que garantizaba unos niveles de vida mínimos de forma que, aunque algunos agentes no fueran activos desde un punto de vista económico (como los jubilados o los desempleados, entre otros), todos tenían una capacidad de consumo— y al desarrollo de los modernos sistemas crediticios y bancarios. Todo ello permitía al Estado desempeñar un papel activo en la gestión de la economía, tanto de forma directa, utilizando el gasto público (mediante las políticas de demanda keynesianas), como por vías indirectas al regular el sistema crediticio. A escala internacional, la coordinación y el comercio entre países desarrollados (que aplican el sistema de producción fordista) creció bajo la hegemonía de Estados Unidos, interesados en evitar la expansión del comunismo, para lo que invirtieron enormes sumas (como el Plan Marshall) asegurando la adopción del sistema fordista en los países de Europa y Oriente. Muro de Berlín: muro fortificado que rodeaba Berlín Occidental, mantenido por la antigua República Democrática de Alemania (RDA) desde 1961 hasta 1989. Entre el establecimiento de la RDA en 1949 y mediados de 1961, al menos 2,7 millones de personas abandonaron el país, la mayoría de ellos a través de Berlín Occidental, que estaba completamente rodeado por la RDA pero ocupado por fuerzas inglesas, francesas y estadounidenses, desde el final de la II Guerra Mundial. Durante la noche del 13 de agosto de 1961 los soldados de la RDA y los miembros de su milicia, construyeron fortificaciones temporales que fueron rápidamente sustituidas por un muro de hormigón de 47 kilómetros de longitud y 4 metros de altura alrededor del Berlín Occidental, además de tapiar varios edificios, manteniendo sólo dos puntos de paso entre las dos partes de la ciudad muy custodiados. Aunque el régimen anunció que era una medida antifascista tomada para evitar una invasión por parte de la República Federal de Alemania, colocando en el lado oriental minas antitanque y construyéndose zanjas que rodeaban todo el Muro, lo cierto era que éste se había construido para mantener aislados a los ciudadanos de la RDA. Nazismo: ideología variante del fascismo, tomó el poder en Alemania en 1933, alzando la figura de su líder Adolfo Hitler. El Partido Obrero Nacional Socialista, se convirtió en una fuerza política importante como consecuencia de las deficiencias de la República del Weimar, que no logró estabilizar la vida política del país, fuertemente afectado por la derrota en la Primera Guerra Mundial. Compartiendo en varios aspectos los principios del fascismo, procede a una redefinición del Estado: éste era meramente un agente de la raza; el individuo no tiene derechos en tanto persona sino como componente de la comunidad nacional. Países del Tercer Mundo: la expresión Tercer Mundo fue utilizada por primera vez por un economista francés –Sauvy-, en 1950 para hacer referencia a los países recientemente independizados de los imperios coloniales que no pertenecían en el plano político – militar ni al bloque occidental (Primer Mundo) ni al soviético (Segundo Mundo). Los representantes de las ex – colonias de Asia y África se reunieron en 1955 en la Conferencia de Bandung (Indonesia), para reafirmar su condición de independencia y establecer soluciones comunes en un mundo dividido en dos. Su lucha por construir un espacio propio, dio como resultado la formación del Movimiento de Países No Alineados. A este movimiento se sumaron los países de América Latina, que si bien se habían independizado un siglo antes, compartían con asiáticos y africanos los problemas de pobreza y la falta de desarrollo industrial. PBI (Producto Bruto Interno: conjunto de bienes y servicios finales –es decir destinados al consumo-, producidos por un país en un año. Perestroika: (en ruso, ‘reestructuración’), término empleado para referirse a la reforma económica realizada en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) al final de la década de 1980. La palabra comenzó a utilizarse cuando, en 1985, Mijaíl Gorbachov pasó a ser el máximo dirigente soviético. Esta política ya estaba en la fase de diseño antes de su elección, pero fue en el pleno del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) de abril de 1985 cuando se decidió que era crucial para rescatar al Estado del colapso económico y que había que llevarla a la práctica inmediatamente. La perestroika habría de convertirse en un plan sistemático y en una estrategia concreta para el desarrollo del país. La reforma alcanzaba todas las áreas del sistema soviético: la ciencia y la tecnología, la reorganización de la estructura económica y los cambios en la política de inversión. Su objetivo era convertir una gestión muy centralizada en un sistema más descentralizado, basado en cierto grado de autonomía local y autogestión. Otros objetivos eran: reducir el alcoholismo y el absentismo laboral, permitir a las empresas tomar decisiones sin consultar a las autoridades políticas, así como el fomento de la empresa privada y de sociedades conjuntas con un número limitado de compañías extranjeras. Hacia el final del mandato de Gorbachov, la perestroika empezó a recibir críticas tanto por los que pensaban que las reformas se aplicaban con demasiada lentitud como por los que temían que destruyera el sistema socialista y lo sustituyera por la anarquía. En ambos casos se temía que el país se dirigiera al colapso. En 1991 Mijail Gorbachov perdió el poder tras un fallido golpe de Estado. Borís Yeltsin se convirtió en su sucesor, abandonando el comunismo y conduciendo a la URSS a su desintegración. Plan Marshall: nombre con el que se conoce a la ley de cooperación económica de los Estados Unidos de 1948, por la cual se propone cooperar con los países europeos con vistas a la reestructuración de Europa, desvastada por la guerra. La idea de George Marshall era recuperar el aparato productivo destruido en Europa promoviendo el desarrollo industrial capitalista, por lo cual se necesitaba una fuerte inyección de capitales, y en este contexto, sólo Estados Unidos estaba en condición de proveerlo. La preocupación de Estados Unidos se situaba, por un lado, en aspectos políticos –impedir el avance del socialismo-, pero también en aspectos económicos –recuperando a Europa se volvía a obtener un mercado para ubicar su producción. Primera Guerra Mundial (1914-1918): conflicto militar que comenzó el 28 de julio de 1914 como un enfrentamiento localizado en el Imperio Austro-Húngaro y Serbia; se transformó en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro-húngara se extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914; y finalmente pasó a ser una guerra mundial, en la que participaron 32 naciones, finalizada en 1918. Veintiocho de ellas, denominadas ‘aliadas’ o ‘potencias asociadas’ y entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria-Hungría, el Imperio otomano y Bulgaria. La causa inmediata del inicio de las hostilidades entre Austria-Hungría y Serbia fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del trono austrohúngaro, cometido en Sarajevo (Bosnia, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro; en la actualidad Bosnia-Herzegovina) el 28 de junio de 1914 por el nacionalista serbio Gavrilo Princip. No obstante, las causas profundas del conflicto remiten a la historia europea del siglo XIX, concretamente a las tendencias económicas y políticas que imperaron en Europa desde 1871, año en el fue fundado y emergió como gran potencia el II Imperio Alemán. Los verdaderos factores que desencadenaron la I Guerra Mundial fueron el intenso espíritu nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, la rivalidad económica y política entre las distintas naciones y el proceso de militarización y de vertiginosa carrera armamentística que caracterizó a la sociedad internacional durante el último tercio del siglo XIX, a partir de la creación de dos sistemas de alianzas enfrentadas. Segunda Guerra Mundial (1939-1945): conflicto militar que comenzó en 1939 como un enfrentamiento bélico europeo entre Alemania y la coalición franco-británica, se extendió hasta afectar a la mayoría de las naciones del planeta y cuya conclusión en 1945 supuso el nacimiento de un nuevo orden mundial dominado por Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que se hizo conocido como mundo bipolar. La II Guerra Mundial requirió la utilización de todos los recursos humanos y económicos de cada Estado y fue un conflicto único en los tiempos modernos por la violencia de los ataques lanzados contra la población civil y por el genocidio (el exterminio de judíos, gitanos, homosexuales y otros grupos) llevado a cabo por la Alemania nacionalsocialista (nazi) como un objetivo específico de la guerra. Los principales factores que determinaron su desenlace fueron la capacidad industrial y la cantidad de tropas. Revolución Rusa: conjunto de acontecimientos que tuvieron lugar en la Rusia Zarista (último bastión del antiguo absolutismo) y culminaron en 1917 con la proclamación de un Estado soviético, denominado desde 1922 Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El término Revolución Rusa hace referencia a las dos revoluciones que triunfaron en 1917. La primera, que comenzó con la rebelión ocurrida entre el 8 y el 12 de marzo de 1917 (del 23 al 27 de febrero del calendario juliano, empleado entonces en Rusia), derrocó a la monarquía autocrática imperial; suele ser denominada Revolución de febrero. La segunda, que se inició con una insurrección armada el 6 y 7 de noviembre (24 y 25 de octubre), fue organizada por el partido bolchevique en contra del Gobierno Provisional instaurado tras la primera fase revolucionaria y operó una transformación en las relaciones económicas, políticas y sociales de la sociedad rusa; se denomina Revolución Bolchevique o Revolución de Octubre. (El calendario gregoriano fue adoptado por el gobierno soviético el 31 de enero de 1918). Bibliografía: Este compilado realizado por la profesora Marcela Britos fue elaborado básicamente desde el trabajo de: * LUCCHINI, FERRANTE, MINGUEZ, “Fordismo, crisis y reestructuración capitalista, el caso argentino”, Editorial Biblos, 1999. Primera y Segunda parte. Pero asimismo se utilizaron referencias de: * BASUALDO, Eduardo “Sistema Político y modelos de acumulación”. Universidad Nacional de Quilmes Ediciones, 2002. * Ficha de Cátedra “Estado y Acumulación Capitalista en Argentina”. FCS. UNER, confeccionada por los profesores Margarita Hraste, Luisa Baggio y Fernando Lombardi. 2006. * Historia Universal. Clarín. Ediciones Sol. 2004. Tomos 16 a 18. * SABORIDO, Jorge “Sociedad, Estado y Nación una aproximación conceptual”. Eudeba. 2005. * RAPPOPORT, Mario “Historia Económica, Política y Social de la Argentina (1880-2000)”. Editorial Macchi, 2000.