ASEO MATINAL DEL PACIENTE

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ASEO MATINAL
EN PACIENTES INCAPACITADOS PARCIAL Y TOTALMENTE
Son los cuidados que se le brindan en horas de la mañana al paciente incapacitado parcial
o totalmente. Entre los primeros requisitos de la vida higiénica se hallan los hábitos de
aseo personal, que incluyen el aseo diario de la piel, la boca, la nariz, el cabello y la ropa.
Todo cuanto se diga acerca del valor fisiológico y psicológico que el aseo produce en la
salud y la prevención de enfermedades, adquiere mayor importancia en lo concerniente al
cuidado de los enfermos, los cuales deben ser protegidos por todos los medios que les
den fortaleza, no solo para contrarrestar la enfermedad, sino también para recuperar el
gusto por la vida.
Muchas enfermedades inhiben funciones fisiológicas tales como el lagrimeo, la salivación
o el sudor que, en cierto sentido, limpian el cuerpo. Por lo tanto, los procedimientos de
limpieza que son adecuados para una persona sana, pueden necesitar modificarse para
llenar las exigencias del enfermo. Los efectos benéficos de las medidas higiénicas sobre la
apariencia, las emociones y el estado general del paciente, contribuyen mucho al
diagnóstico y al tratamiento. Al realizar el aseo matutino se preparará al enfermo para
tomar el alimento; se tendrá en cuenta el lavado de la boca, el rostro, los genitales, las
manos y el arreglo del cabello.
Al comenzar el día, el personal de enfermería que tiene a su cargo un determinado
número de pacientes, deberá tratar de saber quiénes son los que primero requieren su
atención, quiénes prefieren dormir un poco de tiempo y, en general, cuáles son las
necesidades de cada uno; este análisis depende, en gran parte, de su capacidad de
observación. La mayoría de las personas enfermas o sanas se preocupan por su
apariencia. Aun en los enfermos muy graves, su aspecto puede afectarlos favorable o
desfavorablemente. Les disgusta que se les vea mal arreglado y prefieren, por lo general,
hacer su aseo matutino completo antes de recibir visitantes, ni siquiera al doctor.
Objetivo
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Mantener la higiene personal
Educar al paciente sobre aspectos higénicos
Elimina la acumulación de grasa en la piel de la cara, las secreciones oculares y
nasales.
Brindar comodidad al paciente
Asear al paciente que no puede hacerlo por sí mismo
Proporcionar estética
Preparar al paciente para desayunar
Precauciones
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Mantener la privacidad del paciente.
Utilizar el agua a una temperatura adecuada, de acuerdo con los hábitos del
paciente.
Responsable
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Técnico de Enfermería
Asistente de Enfermería
Cualquier persona Capacitada
Equipo
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Jarro con solución jabonosa tibia
Jarro con agua tibia para enjuagar
Vaso con agua
Torulas de algodón
Bolsa plástica o Hule
Camisa limpia y/o pijama
Sabanilla o toalla
Guantes de procedimiento
Chata y/o pato
Apósitos de aseo
Implementos de aseo del paciente: jabón, peineta, desodorante, toalla, colonia de
fricción, pasta dentífrica, cepillo de dientes
Cotones para oídos
Procedimiento
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Reúna el equipo y trasládelo a la unidad del paciente.
Explique el procedimiento al paciente.
Lavase las manos.
Cierre puertas y ventana para evitar enfriamientos.
Coloque al paciente en posición semisentada, si no hay contraindicaciones.
Descubra parte superior del cuerpo del paciente, manteniendo su privacidad.
Observe el estado de la piel del paciente.
Humedezca apósito con solución jabonosa y lave la cara, cuello, brazos, tórax y
axilas.
Enjuague con otro apósito en el mismo orden.
Seque y aplique colonia y desodorante según preferencia del paciente.
Peine al paciente
Vista al paciente y facilítele los implementos de aseo bucal si las condiciones lo
permiten, de lo contrario, lo deberá realizar usted como un aseo de cavidades
bucal.
Cubra el tórax del paciente con la toalla y fíjela debajo de los hombros.
Humedezca el cepillo de dientes con la pasta dentífrica y vierta agua sobre el
mismo, sin introducirlo en el vaso.
Proceda al cepillado de los dientes, si el paciente puede por sí solo, de lo contrario,
proceda con la técnica que ya conoce como aseo de cavidades.
Ofrezca el agua para enjuagar la boca y el cepillo.
Observe la condiciones higiénicas nasales y actué si es necesario.
Elimine las secreciones oculares.
Afeite si es necesario.
Seque la cara con la toalla.
Coloque el pato o la chata.
Proceda con el aseo genital, según técnica, en caso el paciente no pueda
realizarlo.
Deje cómodo al paciente.
Retire el equipo usado.
Elimine desechos en bolsa plástica.
Lavase las manos
Registre el procedimiento.
Normas de Prevención de I.I.H.
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Aplique precauciones estándar
“Estimule al paciente a realizarse personalmente el aseo externo, si su
condición lo permite”
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