LA MUJER EN LA REFORMA LEGISLATIVA María de los Ángeles Gastélum Gaxiola* Derechos constitucionales Los gobiernos constitucionales de México han tenido interés en reconocer a la mujer los mismos derechos otorgados al varón; este reconocimiento se ha venido efectuando de una manera gradual y constante, hasta que, de madera explícita, se declaró en el artículo 4 de la Constitución de los estados Unidos Mexicanos que: “El varón y la mujer son iguales ante la Ley, que ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia” Sin embargo, este espíritu igualitario se encuentra en nuestra Constitución desde promulgación en el año de 1917, ya que en el artículo 1º. se específico: “Que todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución”; a pesar de esto, en la práctica existía una evidente desigualdad para la mujer, inclusive en diversos preceptos de orden jurídico. La mujer mexicana siempre ha participado en las tareas más duras, difíciles y arduas de la familia y de la comunidad; también ha estado presente coadyuvando en las luchas libertarias de la independencia, la revolución, y en el desarrollo de la nación. La revolución mexicana promovió la integración solidaria de la mujer al proceso político, de manera que participara con libertad y responsabilidad, al lado del varón, en la toma de decisiones nacionales. Sin embargo, la participación de la mujer no ha sido valorada en su totalidad y es muy frecuente que a la mujer se la limite a ciertos papeles tradicionales. Es evidente que la mujer cada día tiene mayor participación en la vida económica, social política y cultural del país; en las últimas décadas han aumentado las tasas de actividad económica femenina; se han elevado los niveles de escolaridad de las mujeres. En el año de 1985 el porcentaje de mujeres que sabían leer y escribir llegó al 84%; el porcentaje de mujeres entre 5 y 19 años inscritas en los diversos niveles educativos era del 73%; entre los 20 y 24 años, asistían y estaban inscritas en el tercer nivel educativo el 13%; ha disminuido la mortalidad y morbilidad femenina; la esperanza de vida de la mujer es de 70 años; en la actualidad hay más mujeres es de 70 años, en la actualidad hay más mujeres que participan en actividades políticas, lo que constituye un proceso histórico; a pesar de esto, aún subsisten grandes problemas y obstáculos para que la participación de las mujeres se acepte igual que del varón. La Constitución de 1917 reconoció la igualdad de la mujer con el varón en las relaciones de trabajo, al expresar en el artículo 123 que: “A trabajo igual corresponde salario igual, sin distinción de sexos”; sin embargo, no le otorgó a la mujer derechos políticos. Con respecto al ejercicio de estos derechos, en el año de 1937, el Presidente Lázaro Cárdenas promovió una reforma al artículo 34 Constitucional, con el fin de que la mujer ejercitara estos derechos y para que tuviera capacidad para votar y ser votada; esta reforma no prosperó * Investigadora y profesora en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho, UNAM. porque en la última fase del proceso legislativo el Congreso de la Unión no hizo la declaratoria de Reforma Constitucional, como lo indica el artículo 135 Constitucional, por lo que el ejecutivo no la promulgó. Esta reforma, en realidad, no entró en vigor por temor de que las mujeres pudieran afiliarse políticamente a la corriente conservadora del país. En el año de 1947, el Presidente Miguel Alemán promulgó la reforma al artículo 115 de la Ley Fundamental en la que se otorgó a las mujeres el derecho para votar y ser votadas, lo mismo que a los varones, en las elecciones municipales. Como apreciamos, no fue un derecho al voto completo, sino que sólo se otorgó para las elecciones municipales. Esto sirvió par comprobar que las mujeres no fueron inducidas a votar por el partido de la reacción, sino al contrario demostraron su espíritu cívico, cuando en su oportunidad, ejercitaron su derecho al voto. El Presidente de la república, Adolfo Ruiz Cortines en el año de 1953, promulgó el Decreto que reformó el artículo 34 Constitucional en el que se otorgó la ciudadanía mexicana tanto a mujeres como a varones, en la misma forma en que había presentado la iniciativa el Presidente Cárdenas; en consecuencia, fue hasta el año de 1953 cuando las mujeres tuvieron efectivamente derecho al voto; con esta reforma ya pudieron votar y ser electas en los cargos de elección popular. Asimismo, durante su gobierno, México fue signatario de la Convención Interamericana sobre la Concesión de Derechos Políticos de la Mujer. El Presidente Adolfo López Mateos promulgó en el año de 1960, una reforma al artículo 123 Constitucional, que se refiere al derecho de trabajo, en la cual se le adicionó el apartado B, para regular las relaciones de los trabajadores al servicio del estado: ahí se confirmó el principio de que a trabajo igual corresponde salario igual, sin tener en cuenta el sexo; además se le otorgaron prestaciones a la mujer por razón de la maternidad y se establecieron las guarderías infantiles. A partir del año de 1974, se inició un amplio esfuerzo legislativo, que aún persiste en la actualidad, con el fin de adecuar los ordenamientos jurídicos a los problemas y necesidades de la mujer mexicana. Para ese efecto, se efectuaron tres reformas constitucionales en ese año durante el régimen de Luís Echeverría Álvarez, a los artículos 4, 30 y 123. Asimismo, fueron reformadas con esa finalidad, diversas disposiciones del Código Civil para el Distrito Federal y de algunas entidades de la República, de la Ley de Nacionalidad y Naturalización, del Código de Comercio, de la Ley Federal del Trabajo, de la Ley Federal de Reforma Agraria, entre otras. Estas reformas se debieron a que en los últimos años la mujer ha tenido que trabajar fuera del hogar, participar en la vida activa, en el proceso productivo, en la creación de riqueza en beneficio de la familia y en consecuencia del país. En el artículo 4, en el primer párrafo se expresó que: “El varón y la mujer son iguales ante la Ley”. Con esta reforma la mujer alcanzó la plena igualdad jurídica. En el artículo 30 Constitucional se le concedió el derecho a la mujer par que también pudiera transmitir la nacionalidad mexicana, en caso de matrimonio, a su esposo, si es extranjero. Anteriormente a esta reforma, este derecho sólo lo tenía el varón, para transmitirlo a su esposa extranjera. Con relación al trabajo, fue reformado el artículo 123 Constitucional y la Ley Federal del Trabajo, para otorgar la igualdad al varón y a la mujer. Antiguamente estaban prohibidos determinados trabajos a la mujer, en virtud de que ella se dedicaba preferentemente al hogar y ahí era en donde rendía sus mejores frutos; pero en razón del desarrollo del país y del aumento en el costo de la vida, se pretendió extender las oportunidades de empleo tanto al varón como a la mujer; asimismo, se deseaba abrir a la mujer, con mayor extensión, el acceso al trabajo y a la vez, proteger el producto de la concepción y establecer, en suma, condiciones mejores para el feliz desarrollo de la unidad familiar. A la mujer se le habían vendado las labores insalubres o peligrosas, el trabajo nocturno industrial, el trabajo desempeñado después de las diez de la noche en establecimientos comerciales. En esta reforma se excluyeron esta prohibiciones, por lo que la mujer, en la actualidad puede desempeñar cualquier clase de trabajo y laborar después de las diez de la noche; sólo se le siguieron concediendo ciertos derechos en razón de la maternidad, por lo que se le concede asistencia médica obstétrica, medicinas, ayuda para la lactancia, licencias para cuidados maternos y servicios de guarderías. A las mujeres embarazadas se les otorgaron los siguientes derechos: no deberán realizar trabajos que exijan un esfuerzo considerable que signifique un peligro para la salud de la mujer, o la del producto; durante el embarazo o la lactancia no podrá trabajar en labores insalubres o peligrosas, trabajo nocturno industrial en establecimientos comerciales o de servicios después de las diez de la noche, ni en horas extraordinarias. Asimismo, gozarán de un descanso de 6 semanas (mes y medio) antes del parto y de 6 semanas (mes y medio) después del parto, si son trabajadoras de patrones particulares; si son trabajadoras al servicio del Estado gozarán de un descanso de un mes antes de la fecha aproximada del parto y de otros dos meses después de éste. Durante este tiempo se les tiene que pagar íntegro su salario y debe conservar tanto el empleo como los derechos adquiridos en su trabajo. Cuando esté lactando tiene derecho a dos descansos extraordinarios de media hora cada uno para alimentar a sus hijos. Para los efectos de la antigüedad estos periodos de descanso se deben de computar. Por otra parte, en México tenemos la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajador, que es un organismo dependiente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que tiene como función de asesorar a los trabajadores en los conflictos que se relacionen con la aplicación de las normas del trabajo. Es importante mencionar que México ha ratificado diversos pactos y convenios internacionales relativos a la protección de los derechos humanos y a los derechos de la mujer, los que conforme al artículo 133 de la Constitución pasan a ser legislación nacional. Muchas de las prescripciones contenidas en esos pactos y convenios ya se encontraban en nuestras leyes; estos documentos internacionales son los siguientes: Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Convención Americana sobre Derechos Humanos, Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (ONU), y convención Interamericana sobre la Concesión de Derechos Civiles a la Mujer (OEA). Artículo 4 Constitucional La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue reformada en su articulo 4, por el Decreto publicado en el diario Oficial de la Federación de fecha 31 de diciembre de 1974; este artículo expresó que: “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia”. “Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable o informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos”. En la exposición de motivos de la reforma se expresó que quedaba dentro del movimiento auspiciado por la ONU, fundad en la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de 1967; en las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Población de 1974, llevada a cabo en Bucarest; y en la proclamación del año de 1975, como “Año Internacional de la Mujer”. En este precepto se le otorgó plena igualdad jurídica al varón y a la mujer; a la vez, consagró el derecho individual, la garantía de libertad que tiene toda persona de procrear y, como derecho social, la planeación familiar; derecho que es otorgado a cada persona, por lo que es considerado asimismo como un derecho humano. El texto del artículo 4 como estaba redactado antes de la reforma pasó a formar parte de los primeros párrafos del artículo 5 Constitucional, en el que se establece la libertad de trabajar y algunas condiciones en que éste debe presentarse. A este artículo 5 se le hizo una modificación de estilo al cambiar el término de “hombre” por “persona” (párrafos 5 y 6 del artículo 5) para evitar cualquier discriminación femenina. En el Diario Oficial de la Federación, de fecha 18 de marzo de 1980, se publicó el Decreto en el cual se adicionaba al artículo 4, el último párrafo el cual manifiesta que: “Es deber de los padres preservar el derecho de los menores a la satisfacción de sus necesidades y a la salud física y mental. La ley determinará los apoyos a la protección de los menores, a cargo de las instituciones públicas”. Según este párrafo la responsabilidad de educar y formar a los hijos le corresponde por igual al padre y a la madre. El Estado mexicano a través de sus leyes e instituciones protege a la familia. Con fecha 3 de febrero de 1983, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Decreto que adiciona el tercer párrafo a este artículo el cual expresa que: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución”. En el diario oficial de la federación de fecha 87 de febrero de 1983, se publicó el Decreto donde se adiciona el cuarto párrafo, el cual preceptúa que: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”. Este párrafo contiene el derecho ala vivienda; su finalidad es influir en la conciencia de los funcionarios públicos y privados, patrones, trabajadores, padres de familia, entre otros, en el derecho que tienen los mexicanos, de disfrutar de vivienda digna y decorosa, evitando los asentamientos humanos irregulares y las viviendas improvisadas. Nacionalidad mexicana La nacionalidad es el vínculo jurídico y político que une a una persona con su Estado. El artículo 30 de la Constitución determina quiénes tienen la nacionalidad mexicana, la cual se adquiere por nacimiento o por naturalización. “I. Son mexicanos por nacimiento los hijos de padres mexicanos, nacidos dentro o fuera de la república, siempre que en este último caso los padres sean mexicanos por nacimiento…” Este artículo fue reformado según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 18 de enero de 1934, y expedido por el Presidente Abelardo L. Rodríguez; en el párrafo II del inciso A, se expresó: A) Son mexicanos por nacimiento: “II. Los que nazcan en el extranjero de padres mexicanos; de padre mexicano y madre extranjera, o de madre mexicana y de padre desconocido”. De acuerdo con este párrafo no podían adquirir la nacionalidad mexicana los hijos de madre mexicana y padre extranjero nacidos fuera de nuestro país, ni tampoco los hijos naturales nacidos en el extranjero que hubieran sido legitimados posteriormente por el padre extranjero: además el término “padre desconocido” empleado en este párrafo era humillante para las madres mexicanas. En el año de 1974 fue reformado el párrafo II del inciso B del mismo artículo se preceptuó: B) Son mexicanos por naturalización: “II. La mujer extranjera que contraiga matrimonio con mexicano y tenga o establezca su domicilio dentro del territorio nacional”. Con estas reformas se pretende que haya un trato más igualitario entre el varón y la mujer. Bajo el mismo régimen de Gustavo Díaz Ordaz en el año de 1969, se reformó el artículo 34 Constitucional, para otorgar la ciudadanía mexicana a los hombres y mujeres que hubieran cumplido 18 años. Derecho de familia El derecho de familia está formado por el conjunto de normas jurídicas que regulan los derechos y las obligaciones que existen entre las personas que constituyen una familia. Estos preceptos se encuentran en el Código Civil para el Distrito Federal y para cada una de las entidades federativas. El Presidente Venustiano Carranza, después de dos meses de haberse promulgado la Constitución de 1917, siguiendo el criterio de equipar a la mujer y al varón, promulgó la Ley de Relaciones Familiares, de fecha 12 de abril de 1917, en la que se establecía la igualdad en el hogar del varón y la mujer, al preceptuar en el artículo 43 que: “El marido y la mujer tendrán en el hogar autoridad y consideraciones iguales; por lo mismo de común acuerdo arreglarán todo lo relativo a educación y establecimiento de los hijos, y ala administración de los bienes que a éstos pertenezcan”. Esta Ley derogó la parte relativa del Código Civil de 1884 que estaba vigente en esa fecha; con su promulgación México fue pionero en Latinoamérica, en regular la materia familiar en una Ley aparte del Código Civil. Esta Ley estuvo vigente hasta que entró en vigor el Código Civil de 1928, en el que se volvió a incorporar la materia familiar dentro de sus preceptos y así ha permanecido hasta la fecha. En el año de 1928, el Presidente Plutarco Elías Calles, promulgó el Código Civil para el Distrito Federal, el cual entró en vigor el 1º. De octubre de 1932. El artículo 2 de este Código dice que: “La capacidad jurídica es igual para el hombre y la mujer; en consecuencia, la mujer no queda sometida, por razón de su sexo, a restricción alguna en la adquisición y ejercicio de sus derechos civiles”. Por otra parte en el artículo 167 se preceptuaba que: “El marido y la mujer tendrán en el hogar autoridad y consideraciones iguales; por lo tanto, de común acuerdo arreglarán todo lo relativo a la educación y establecimiento de los hijos y al administración de los bienes que a éstos pertenezcan…” (Este artículo fue derogado según decreto publicado en el Diario Oficial de fecha 31 de diciembre de 1974). Sin embargo, en otros preceptos a la mujer se le restringía y se le limitaba en determinados derechos, por lo que no había una verdadera igualdad entre el varón y al mujer; por lo que, con el fin de que la legislación secundaria estuviera de acuerdo con el espíritu igualitario expresado en la Constitución, se reformaron los preceptos del Código Civil que eran contrarios a esa igualdad. Las siguientes reformar fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación de fecha 31 de diciembre de 1974, con excepción de la reforma al artículo 163 que fue publicada el 9 de enero de 1954 y 27 de diciembre de 1983, así como a los artículos 267, 282, 283 y 288, que fueron publicadas en el Diario Oficial del 27 de diciembre de 1983. Estos artículos reformados se encuentran en los preceptos relativos al título Quinto referente al Matrimonio. El artículo 162 expresaba que: “los cónyuges están obligados a contribuir cada uno por su parte a los fines del matrimonio y a socorrerse mutuamente”. Al artículo reformado contiene el anterior párrafo y además se le adicionó otro párrafo en lo siguientes términos: “Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos. Por lo que hace al matrimonio, este derecho será ejercido de común acuerdo por los cónyuges”. En este precepto se les concedió a las personas el derecho a la procreación y a la planeación familiar, y en el caso del matrimonio se especificó que debía de ejercitarse de común acuerdo, con lo que se estableció una relación más igualitaria entre marido y mujer. En el mismo se reitera la libertad para procrear, la autoridad no puede intervenir en este sentido para ejercer coacción sobre las personas. El artículo 163 expresaba que la mujer debía vivir al lado de su marido. En él se veía claramente la sujeción de la mujer al marido. Este precepto fue reformado en el año de 1954 y se indicó que los cónyuges deben vivir juntos en el domicilio conyugal. Posteriormente volvió a ser reformado (Diario Oficial de 27 de diciembre de 1983) para expresar que los cónyuges vivirán juntos en el domicilio conyugal y a la vez especificó, que se considera domicilio conyugal, el lugar establecido de común acuerdo por los cónyuges, en el cual ambos disfrutarán de autoridad propia y consideraciones iguales. El artículo 164 preceptúa que: Los cónyuges contribuirán económicamente al sostenimiento del hogar, a su alimentación y a la de sus hijos, sin perjuicio de distribuirse la carga en la forma y proporción que acuerden para ese efecto, según sus posibilidades. Los derechos y obligaciones que nacen del matrimonio serán siempre iguales para los cónyuges independientemente de su aportación económica. El anterior artículo, antes de ser reformado, expresaba que era el marido el obligado a dar alimentos a la mujer y hacer todos los gastos necesarios para el sostenimiento del hogar, pero si la mujer tenía bienes o desempeñaba algún oficio debería contribuir para los gastos de la familia, aunque la parte que le correspondiera no debería exceder de la mitad de dichos gastos. Como observamos, en el precepto reformado los dos cónyuges están obligados al sostenimiento del hogar, las cargas deben de distribuirse de común acuerdo; los derechos y obligaciones son iguales para ambos. Se estableció, asimismo, en el artículo 165 que los cónyuges y los hijos en materia de alimentos, tienen derecho preferente sobre los ingresos y bienes de quien tenga a su cargo el sostenimiento económico de la familia. En el artículo 168 se específica que el marido y la mujer deben tener autoridad y consideraciones iguales, de común acuerdo deben resolver lo relacionado al manejo del hogar, a la formación y educación de los hijos. Este artículo con anterioridad expresaba que estaba a cargo de la mujer la dirección y cuidado de los trabajos del hogar. El artículo 169 preceptúa que los cónyuges pueden desempeñar cualquier actividad excepto la que dañen la moral de la familia o la estructura de ésta. Cualquiera de los dos puede oponerse a que el otro desempeñe la actividad de que se trate y el Juez de lo Familiar resolverá sobre la oposición. En cambio, el anterior artículo 169 decía que la mujer podía desempeñar un empleo cuando no perjudicara la dirección y los trabajos del hogar. Se derogó el artículo 170 que concedía el derecho al marido para oponerse a que su mujer se dedicara a desempeñar algún empleo, oficio, etc., siempre que fundara su oposición en las causas que él mismo señalara. El artículo 174 precisa que los cónyuges requieren autorización judicial para contratar entre ellos, excepto cuando el contrato sea de mandato par pleitos y cobranzas o para actos de administración; anteriormente sólo se refería a la mujer en lugar de los cónyuges. También el artículo 175 fue reformado para indicar que se requiere de autorización judicial para que el cónyuge sea fiador de su consorte o se obligue solidariamente. El anterior artículo se refería a la mujer. En los casos de nulidad de matrimonio, el artículo 259 señala que el padre y la madre pueden proponer la forma y términos del cuidado y custodia de los hijos. El artículo anterior especificaba que los hijos varones mayores de 5 años, quedaban al cuidado del padre y las hijas al lado de la madre, si los dos habían procedido de buena fe. El artículo 260 especifica que el Juez en cualquier momento puede cambiar esa determinación. En el anterior se especificaba que si uno de ellos había procedido de buena fe, todos los hijos quedarían bajo su cuidado; pero siempre y aun tratándose de divorcio, los hijos e hijas quedaban al lado de la madre hasta que cumplieran cinco años; a menos que la madre se dedicara al lenocinio, o a la prostitución, hubiese contraído el hábito de embriagarse, tuviera alguna enfermedad contagiosa, o por su conducta ofreciere peligro grave para la salud o la moralidad de los hijos. Como observamos, en el artículo anterior se especificaba claramente con quién quedaban los hijos y en actual lo deja a la voluntad de los consortes y sólo en el caso de conflicto resuelve el Juez de lo Familiar. También fue modificada la fracción XII del articulo 267, correspondiente al as causas de divorcio, en el sentido de establecer como causa de divorcio la negativa injustificada de los cónyuges de cumplir con las obligaciones expresadas en el artículo 164, sin que sea necesario agotar previamente los procedimientos tendientes a su cumplimiento así como el incumplimiento, sin causa justa, de la sentencia, por lo que alguno de los cónyuges no cumpla con sus obligaciones dentro del hogar. Asimismo, se le adicionó a este artículo la fracción XVIII, para agregarle otra causal de divorcio consistente en “La separación de los cónyuges por más de dos años, independientemente del motivo que haya originado la separación, la cual podrá ser invocada por cualesquiera de ellos”. Al artículo 282 referente a las medidas provisionales que se deben dictar mientras dure el juicio de divorcio, se le adicionó otro párrafo en la fracción VI, para expresar que salvo peligro grave para el normal desarrollo de los hijos, los menores de siete años deberán quedar al cuidado de la madre. El artículo 283 se reformó para otorgar las más amplias facultades al juez, para resolver sobre lo relativo a los derechos y obligaciones inherentes a la patria potestad, su pérdida, suspensión, o limitación, según el caso, y en especial a la custodia y al cuidado de los hijos, al dictar la sentencia de divorcio. El artículo 287 fue reformado en el sentido de que ejecutoriado el divorcio, los consortes divorciados tendrán obligación de contribuir a la subsistencia y educación de los hijos hasta que lleguen a la mayoría de edad: el anterior especificaba que los consortes divorciados tenían la obligación de contribuir a la subsistencia y educación de los hijos varones hasta que llegaran a la mayoría de edad y de las hijas aunque sean mayores de edad, hasta que contrajeran matrimonio, siempre que vivieran honestamente. El artículo 288 expresaba que en los casos de divorcio, la mujer inocente tenía derecho a alimentos mientras no contrajera nupcias y viviera honestamente; además expresaba que el marido inocente sólo tenía derecho a alimentos cuando estuviera imposibilitado para trabajar y no tuviera bienes propios para subsistir. Es decir, la mujer tenía derecho a recibir alimentos, sin tomar en cuenta su capacidad para trabajar. En el divorcio por mutuo consentimiento no tenían derecho a alimentos, salvo pacto en contrario. Este artículo fue reformado en 1974, para indicar que en los casos de divorcio el Juez tomando en cuenta las circunstancias del caso, entre ellas, la capacidad para trabajar de los cónyuges sentenciará al culpable al pago de alimentos a favor del inocente; en esta reforma ya se tomó en cuenta la capacidad para trabajar de la mujer. Este artículo fue reformado nuevamente en el año de 1983, para expresar que: “En los casos de divorcio necesario el Juez, tomando en cuenta las circunstancias del caso y entre ellas la capacidad para trabajar de los cónyuges y su situación económica, sentenciará al culpable al pago de alimentos a favor del inocente…” Con respecto al divorcio por mutuo consentimiento señaló que la mujer tendrá derecho a recibir alimentos por el mismo lapso de duración del matrimonio, derecho que podrá disfrutar si no tiene ingresos suficientes y mientras no contraiga nuevas nupcias o se una en concubinato. En el Título Sexto, relativo al parentesco y alimentos fue reformado el artículo 322 para expresar que cuando el deudor alimentario no estuviere presente o estándolo se rehusare a entregar lo necesario para alimentos de los miembros de su familia, se hará responsable de las deudas que éstos contraigan para alimentos. En el artículo anterior se refería en lugar del deudor alimentario, al marido que no estuviere presente. Asimismo, fue reformado el artículo 323 el cual dice que el cónyuge que se haya separado del otro, sigue obligado a cumplir con los gastos del sostenimiento del hogar, de pagar alimentos. El cónyuge que no haya dado lugar a la separación puede pedir al Juez, que el otro le ministre los gastos. Como vemos, puede ser obligado cualquiera de los cónyuges, en cambio, en el anterior era el esposo el obligado a dar los alimentos durante la separación a la esposa, que sin culpa suya, se veía obligada a vivir separada de su marido. En el Titulo Séptimo relativo a la Paternidad y Filiación se reformó el artículo 372, referente al reconocimiento de los hijos nacidos fuera de matrimonio. Este artículo en 1917 expresaba que la mujer casada no podía reconocer sin el consentimiento del marido a un hijo habido antes de su matrimonio. Este artículo fue reformado según Decreto publicado en Diario Oficial de la Federación de fecha 9 de enero de 1954, para expresar que la mujer casada podrá reconocer, sin el conocimiento del marido, a su hijo habido antes de su matrimonio; pero no tenía derecho a llevarlo a vivir a la habitación conyugal, si no era con el consentimiento expreso del esposo. Posteriormente fue reformado según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 31 de diciembre de 1974, con el fin de referirse al cónyuge, en lugar del término de la mujer. En los artículos referentes a los que pueden vender y comprar se derogó el artículo 2275 que prohibía a los consortes celebrar entre sí el contrato de compra venta, si no tenían autorización judicial. Derechos de la concubina Concubinato es la unión sexual de un hombre y una mujer que no tienen impedimento legal para casarse y que viven como si fueran marido y mujer en forma constante y permanente por un periodo mínimo de cinco años. Este plazo puede ser menor si han procreado hijos. En materia de concubinato, en diciembre de 1974 se otorgó el derecho a alimentos al concubino a través del testamento inoficiosos, pues originalmente sólo se concedía este derecho a la concubina. En la reforma efectuada al Código Civil en diciembre de 1983 se le concedió derecho a heredar por vía legítima, al varón en el concubinato. Con las reformas efectuadas a los artículos referentes al concubinato se producen las siguientes consecuencias jurídicas: I. Derecho a alimentos en vida de los concubinos, a semejanza del derecho de los cónyuges entre sí; II. Derecho a alimentos por causa de muerte a través del testamento inoficioso; III. Derecho a la porción legítima en la sucesión ab-intestato; y IV. Presunción de paternidad con respecto a los hijos. Con la reforma sustancial que experimentó el Código Civil en esta materia según Decreto publicado el 27 de diciembre de 1983, y con su entrada en vigor el 27 de marzo de 1984, no sólo extendió el derecho que tenía a heredar por vía legítima la concubina a su compañero, sino que igualó en forma total el derecho a heredar de los concubinos a la de los cónyuges. Originalmente sólo tenía derecho a heredar la mujer en el concubinato, mas en condiciones de inferioridad con respecto a la herencia de la esposa. Derecho agrario En el año de 1971, se promulgó la Ley Federal de Reforma Agraria, en la que se reconoció a la mujer campesina la igualdad de derechos con el campesino ejidatario, en los aspectos políticos y administrativos, con esto se trataba de lograr la igualdad jurídica del varón y la mujer. El 7 de junio de 1984 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, las Normas par ala Organización y Funcionamiento de la Unidad Agrícola Industrial para la Mujer (UAIM). Con estas Normas se beneficia a la mujer campesina, ya que esta unidad es una institución destinada a incorporar a la mujer a las actividades económicas del ejido o comunidad y a proteger a la mujer campesina; sus objetivos son el establecimiento de granjas agropecuarias e industriales rurales conexas a la actividad económica del ejido, promover servicios educativos de capacitación y de salud para las mujeres campesinas. La Unidad debe contar con guarderías infantiles, con centro de costura y educación y con todas las instalaciones destinadas específicamente al servicio y protección de la mujer campesina. Las integrantes de esta Unidad deben ser campesinas no ejidatarias, mayores de 16 años; tienen preferencia las esposas, hijas y demás familiares del sexo femenino, de ejidatarios, y se deben de constituir con un mínimo de 15 personas. Esta Unidad tiene personalidad jurídica para recibir crédito por parte de El Banco Nacional de crédito Rural, S.A. y de Bancos Regionales de crédito Rural, según la Ley General de Crédito Rural. (Arts. 12 y 290 de la Ley General de Crédito Rural). Con la promulgación de estas normas se ha dado un gran avance a la participación e integración de la mujer campesina al desarrollo de nuestro país. Ley General de Población y su reglamento La Ley General de Población fue publicada en el Diario Oficial de la Federación de fecha 7 de febrero de 1974; esta ley abrogó la Ley General de población del año de 1947, la cual contenía una política demográfica poblacionista. En la Ley General de Población del año de 1974 se expresó en el artículo 3 Fr. II, que la Secretaría de Gobernación dictará y ejecutará o en su caso promoverá ante las dependencias competentes las medidas necesarias para realizar programas de planeación familiar, a través de los servicios educativos y de salud pública. El derecho a la planeación familiar en esa fecha, aún no estaba incluido dentro de la Constitución; fue hasta el 15 de septiembre de 1974, cuando se envió la iniciativa de Ley, para reformar el artículo 4 Constitucional y que quedara expresado ese derecho en la Constitución. El concepto de planeación familiar se especificó en el artículo 18 del Reglamento de la Ley General de Población, el cual fue publicado en el Diario Oficial de fecha 17 de noviembre de 1976, al expresar que: “La planeación familiar es el derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos y a obtener la información especializada y los servicios idóneos”. El 31 de diciembre de 1984, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma al artículo 3 Fr. V. de la Ley, en la que se específica que la Secretaría de Gobernación, debe dictar y ejecutar ante las dependencias competentes las medidas necesarias para promover la plena integración de la mujer al proceso económico, educativo, social y cultural. Con acierto especifica esta Ley que se debe promover la plena integración de la mujer a dichos procesos, ya que ella ha comprobado su aptitud para engrandecer la vida económica, educativa, social, cultural y política de nuestro país, pues conoce nuestros problemas y además ha contribuido a resolverlos. Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado Las disposiciones contenidas en esta Ley son de orden público, de interés social y de observancia en toda la República. En ella se establece la seguridad social de los trabajadores bajo el régimen obligatorio y voluntario. Una de las reformas de más trascendencia para la mujer, es la efectuada al artículo 60 de esta Ley, con fecha 28 de noviembre de 1986, en el que especifica que las mujeres trabajadoras tienen derecho a pensión por jubilación, cuando han trabajado 28 años o más, y que tengan igual tiempo de cotización al ISSSTE, cualquiera que sea su edad. El texto anterior de este artículo, expresaba que se necesitaban 30 años o más de servicios e igual tiempo de cotizaciones al ISSSTE. Otra reforma importante es la efectuada en la misma fecha, al artículo 64, el cual se refiere a que, para calcular el monto de las cantidades que corresponden a la pensión por jubilación, retiro por edad y tiempo de servicios, por invalidez, por muerte, y demás pensiones, se tomará en cuenta el promedio del sueldo básico disfrutado en el último año inmediato anterior a la fecha de la baja del trabajador o de su fallecimiento. El Reglamento de Prestaciones Económicas del ISSSTE, fue publicado en el diario Oficial de la Federación de fecha 7 de junio de 1984, el cual tiene por objeto regular lo dispuesto por la Ley del ISSSTE, en materia de pensiones e indemnización global; las pensiones que se otorgan a las personas que hayan sido trabajadoras sujetas al régimen obligatorio de ley. Este reglamento tiene como finalidad proporcionar a quienes hayan sido trabajadoras sujetas al régimen obligatorio de ley. Este reglamento tiene como finalidad proporcionar a quienes hayan sido trabajadoras al servicio del Estado, una garantía que las proteja tanto a ellas como a su familia, en caso de invalidez, retiro por edad, cesantía y muerte; así como lograr que los trabajadores aprecien que el futuro les reserva la calidad de pensionistas como una buena alternativa de vida, y garantizar a los familiares derechohabientes de los trabajadores o pensionistas, un ingreso para su subsistencia, con lo cual resulta beneficaza la mujer y pro ende la familia. Es importante mencionar que según la Ley del ISSSTE no puede tener la calida de derechohabiente el esposo o concubino de la asegurada o pensionista y sólo lo pueden ser si son mayores de 55 años o tengan incapacidad física o psíquica y dependan económicamente de ella. En cambio, con respecto al varón sí pueden ser derechohabientes la esposa o concubina, sin que se le exijan los anteriores requisitos, (Artículo 5 Fr. V). Ley General de Salud La Ley General de Salud entró en vigor el 1º. de julio de 1984. Reglamenta el derecho a la protección de la salud que tiene toda persona. Tiene aplicación en toda la República Mexicana, sus disposiciones son de orden público y de interés social. Esta Ley contiene disposiciones específicas para la mujer como son las relativas a la atención materno-infantil y a la planificación familiar, los demás preceptos son comunes para ambos sexos, como son los referentes a la prevención, curación y rehabilitación de la salud. La atención materno-infantil la considera de carácter prioritario. En la misma se especifica que quienes practiquen esterilización sin la voluntad de la paciente, o ejerzan presión para que ésta la admita, cometen delito y serán sancionados con multa. Esta multa será equivalente de 50 a 500 veces el salario mínimo general vigente en la zona económica de que se trate, independientemente de la responsabilidad penal en que incurran. Además expresa que comete delito la persona que sin el consentimiento de una mujer y aun con su consentimiento, si ésta es menor o incapaz, realice en ella inseminación artificial. La pena para este delito es uno a tres años de prisión, si no se produce embarazo como resultado de la inseminación; si resulta embarazada se impondrá pena de dos a ocho años de prisión. La mujer casada no puede otorgar su consentimiento para ser inseminada sin la conformidad de su cónyuge. (Artículo 466). Con respecto a la publicidad, nos indica esta Ley que el mensaje objeto de la publicidad no deberá inducir a conductas, prácticas o hábitos nocivos para la salud física o mental, que impliquen riesgo o atenten contra la seguridad o integridad física o dignidad de las personas, en particular de la mujer. (Artículo 306 Fr. IV). Asimismo, señala que en la publicidad de las bebidas alcohólicas y del tabaco, no deberán presentarlos como generadores de bienestar o de salud, o asociados a celebraciones cívicas o religiosas y no pueden asociarlos con ideas o imágenes de mayor éxito en la vida afectiva y sexualidad de las personas, o hacer exaltación de prestigio social, virilidad o feminidad; también está prohibido incluir en imágenes o sonidos, la participación de niños o adolescentes, ni dirigirse a ellos. (Artículo 308, Fr. II, III y V). Estas normas son protectoras de la integridad física y moral de la mujer y por tanto de la familia. Derecho Penal En Código Penal para el Distrito Federal, en el Título Decimoquinto se refiere a los delitos sexuales como son los atentados al pudor, estupro, violación, rapto, incesto y adulterio. Con relación a la mujer, este Código también tipifica el delito de aborto infanticidio, entre otros. Actualmente la violencia es uno de los problemas más graves que está padeciendo la población, así como el incremento de los ilícitos que afectan la seguridad y la libertad sexual, los cuales repercuten en las relaciones familiares. Tomando en consideración lo anterior se han realizado reformas a los preceptos del Código Penal, entre otros, a los siguientes artículos. Según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 18 de enero de 1984 fueron reformados, entre otros, los artículos 267 y 268, y adicionado el artículo 276 bis. El artículo 267 se refiere al delito de rapto, éste se modifico para suprimir la seducción como tipificación del mismo y a la vez, se le aumentó la pena, actualmente es de uno a ocho años de prisión. Este artículo expresa que: “Al que se apodere de una persona, por medio de la violencia física o moral o del engaño, para satisfacer algún deseo erótico sexual o para casarse, se le aplicará la pena de uno de ocho años de prisión”. Asimismo, el artículo 268 fue reformado para suprimir la seducción. Este expresa que: “Se impondrá también la pena del artículo anterior, aunque el raptor no emplee la violencia ni el engaño, y consienta en el rapto la persona, si ésta fuere menor de dieciséis años”. Como observamos, para que se tipifique el delito de rapto no es necesario llegar a la cópula como en el delito d violación. El artículo 276 bis, fue adicionado. Se refiere a que cuando se cometa alguno de los delitos sexuales y resulten hijos, la reparación del daño debe comprender el pago de alimentos para los hijos y la madre, en los términos que fije el Código Civil para casos de divorcio. Esta es una reforma benéfica para la mujer y los hijos, ya que el culpable debe reparar en alguna forma el daño causando y debe tener la obligación de proporcionar a la mujer ofendida y a su hijo, comida, vestido, habitación, asistencia médica y educación en el caso de los menores de edad. El artículo 262 fue reformado según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 14 de enero de 1985. Se refiere al delito de estupro, fue reformado en el sentido de suprimir la seducción para obtener el consentimiento para la cópula. Este dice lo siguiente: “Al que tenga cópula con mujer menor de dieciocho años, casta y honesta, obteniendo su consentimiento por medio de engaño, se le aplicará de un mes a tres años de prisión”. Según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 3 de enero de 1989, se reformaron los siguientes preceptos. El artículo 205 se reformó en el primer párrafo, actualmente dice: “Al que promueve, facilite, consiga o entregue a una persona para que ejerza la prostitución dentro o fuera del país, se le impondrá prisión de 2 a 9 años y de cien a quinientos días de multa. “Si se emplease violencia o el agente se valiese de una función pública que tuviere, al pena se agravará hasta en una mitad más”. Esta reforma fue con el fin de aumentar la pena ya que anteriormente se castigaba este delito con prisión de seis meses a seis años. El artículo 260, que se refiere a los atentados al pudor, también fue reformado, éste dice: “Al que sin el consentimiento de una persona y sin el propósito de llagar a al cópula, ejecute en ella un acto sexual con intención lasciva o la obligue a ejecutarlo, se le impondrá prisión de quince días a un año o de diez a cuarenta días de trabajos a favor de la comunidad. Si se hiciere uso de la violencia física o moral, la pena será de un año a cuatro años de prisión”. Este artículo también fue reformado para aumentar la penalidad. El artículo 261 reformado expresa que; “Al que sin el propósito de llegar a la cópula, ejecute un acto sexual en persona menor de doce años de edad o en persona que por cualquier causa no pueda resistirlo o la obligue a ejecutarlo, se impondrá de seis meses a dos años de prisión, o de veinte a ochenta días de trabajos a favor de la comunidad. Si se hiciere uso de la violencia física o moral, la pena será de dos a siete años de prisión”. Este artículo fue reformado para proteger a los menores de edad o incapacitados. La reforma al artículo 265 es de las más significativas en beneficio de la mujer; éste se refiere al delito de violación en los siguientes términos: “Al que por medio de la violencia física o moral realice cópula con persona de cualquier sexo, se le impondrá prisión de ocho a catorce años. “Se sancionará a prisión de uno a cinco años al que introduzca por la vía anal o vaginal cualquier elemento o instrumento distinto al miembro viril, por medio de la violencia física o moral, sea cual fuere el sexo del ofendido”. Con esta reforma el violador no puede obtener la libertad bajo caución ya que se aumentó la pena. Asimismo, se agregó el último párrafo en el que también se tipifica como delito de violación la introducción por la vía anal o vaginal de cualquier elemento o instrumento distinto al miembro viril. El artículo 266 reformado expresa que: “Se le impondrá la misma pena a que se refiere el párrafo anterior, al que sin violencia realice cópula con persona menor de doce años de edad o que por cualquier causa no tenga posibilidad para resistir la conducta delictuosa. Si se ejerciere violencia, la pena aumentará a la mitad”. En esta reforma el legislador trata de proteger a los menores de edad o a los incapacitados. El artículo 266 bis fue reformado en su primer párrafo; éste preceptúa que: “Cuando la violación fuere cometida con intervención directa o inmediata de dos o más personas, las penas previstas en los artículos anteriores se aumentarán hasta en una mitad”. La violación es un problema social que debemos conocer, ya que ésta involucra a todos, porque cualquiera puede ser víctima de ella. Con la violación sexual se arremete a la integridad física y mental, para imponer un poder físico sobre otra persona. Este delito se comete principalmente en las mujeres, es una forma de establecer la diferencia entre el hombre y la mujer, en función del poder. Estos ilícitos en la mayoría de los casos tienen impunidad, en razón del pudor y recato de la víctima, por esta razón fue adicionado el artículo 188 del Código Federal de Procedimientos Penales, según Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de fecha 3 de enero de 1989, en los siguientes términos: “Siempre que se deba explorar físicamente a personas del sexo femenino, la atención correspondiente deberá ser proporcionada, a petición de la interesada, por médicos mujeres, salvo que no las halla en el momento y sitio en que debe efectuarse la exploración, en cuyo supuesto la propia interesada podrá proponer quien la atienda”. Con apoyo en lo dispuesto en este artículo, con fecha 17 de abril de 1989, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el acuerdo por el que se designan cuatro agentes del Ministerio Público especiales del sexo femenino, para la atención de los delitos sexuales de violación y atentados al pudor, con sede en las Delegaciones Gustavo A. Madero, Coyoacán, Venustiano Carranza y Miguel Hidalgo en el D. F., quienes deberán vigilar que todo el personal de apoyo que intervenga en la averiguación previa de mérito, sea preferentemente del sexo femenino; ordenar que la atención médica, psíquica, ginecológica o cualquiera otra que se requiera, sea efectuada por personal del sexo femenino; las diligencias que se practiquen se deben llevar a cabo en áreas privadas: la Agente del Ministerio Público determinadas circunstancias podrá acceder a petición de la víctima, a que la práctica de dictámenes periciales se efectúe en el domicilio o centro hospitalario que ella designe; asimismo, el personal tiene prohibido hace pública la información sobre estas averiguaciones. Por otra parte es importante mencionar que otra de las agresiones que sufren las mujeres es el hostigamiento sexual, el cual es padecido con mayor frecuencia en el ámbito laboral. El hostigamiento sexual se da en una relación desigual, en la que una parte impone a la otra una determinada conducta física o verbal de naturaleza sexual. De la realización de esta conducta se deriva la posibilidad de que se otorguen beneficios o se impongan privaciones en caso de no acceder a la misma. Para que haya hostigamiento sexual, se necesita que exista inconformidad o molestia de una de las partes, que sea en ejercicio del poder, que no haya beneficio recíproco y que sea con la intención de causar algún perjuicio, o de proporcional algún beneficio, por aceptar o rechazar las acciones sexuales propuestas. Estos actos suceden cotidianamente, pero con frecuencia pasan sin que se les otorgue la debida importancia; sin embargo, el impacto psíquico social de la mujer es muy elevado, ya que ella se siente ofendida, deprimida o humillada. En el Código Penal no se encuentra legislado específicamente sobre el “hostigamiento sexual”, por lo que consideramos debe legislarse en ese sentido. Cabe destacar que todas estas medidas legislativas tuvieron gran relevancia a nivel internacional, por lo que en el año de 1975, México fue sede de la “Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer”, con la cual la Organización de las Naciones Unidas dio inicio al llamado Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer. Asimismo el 22 de marzo de 1985, se instaló la Comisión Nacional de la Mujer, en el seno del Consejo Nacional de Población, con el fin de promover, coordinar y evaluar las acciones que con respecto a la mujer realiza el gobierno de la República. En suma, podemos concluir que el sistema jurídico mexicano tiene como principal objetivo eliminar la discriminación por razones de sexo, en el que aún se encuentren indicios de dependencia y dominación hacia la mujer, por lo que las reformas a los ordenamientos legales ha sido uno de los caminos para cambiar la injusta condición de la mujer. Se ha revalorado el papel del hombre y la mujer en el matrimonio y en la familia, con el fin de proteger al núcleo familiar, elemento básico de toda organización social, así como en el trabajo y en los aspectos político y social. En los últimos años hemos sido testigos de los adelantos en la situación jurídica de la mujer; hubo adelantos en la situación jurídica de la mujer; hubo adelanto en la igualdad jurídica, se ha logrado que tenga mayor acceso a la salud, la educación, el empleo; se ha ampliado su participación en la toma de decisiones económicas y políticas; sin embargo, aún subsisten barreras culturales, económicas y sociológicas que son un obstáculo para que la igualdad otorgada de “jure” sea también de “facto”; por lo que, se debe revalorar el trabajo femenino en el ámbito familiar y social, así como ampliar la conciencia de los hombres y mujeres sobre el papel que desempeña la mujer en el desarrollo nacional, por lo que debe de haber una mayor y más eficaz educación, con el fin de que se logre en la sociedad la igualdad jurídica expresada en los ordenamientos legales.