En cuanto al arte cristiano, durante los primeros siglos de su existencia no vemos símbolos de muerte, anteriormente a la época el esqueleto había solo espectro o fantasma de la persona muerta, no inician su aparición hasta una época mal determinada de la Edad Media en los manuscritos ilustrados, en las obras de arte, cuando este se establece estableció firmemente como la forma de la muerte personificada ya se apodera amablemente o con violencia de las de los humanos de ambos sexos, de cualquier edad y de cualquier condición social. Se trata de cadáveres , donde la cabeza esta revestida por piel muy delgada sobre el cráneo óseo, sin nariz, dando la impresión de que los otros segmentos del cuerpo corresponden a un esqueleto, lo que igual no es exacto, en la parte del tórax las costillas parecen esbozadas bajo una piel , por lo general tiene una abertura en el abdomen, las extremidades suelen tener piel y los huesos solo se insinúan; en otros casos aparecen los huesos bajo jirones de piel y partes blandas: están dibujados muy toscamente, dado que no existía un conocimiento detallado de la Anatomía: por ejemplo, el antebrazo y la pierna constan de un solo hueso, las articulaciones de cadera y rodilla están insinuadas en forma muy elemental, lo mismo los huesos de pies y manos. Es decir no se trata de un verdadero esqueleto, con los huesos completamente descubiertos, sino de un esqueleto cubierto de piel, pero sin señales de músculos ni de grasa. En el siglo XVI y siguientes se empieza a dibujar con mayor frecuencia el personaje de la Muerte como esqueleto puro. Los artistas a través de la historia han dado diferentes características a la muerte, algunos la han visualizado como un ente derrotado por la muerte y resurrección de Jesús, otros como un enviado de Dios para castigar a los pecadores, otros como un exterminador independiente que se lleva a débiles y poderosos, representándolo incluso como jefe de un ejército o llevando corona como un rey, a quien los poderosos rinden pleitesía. Pero también si lo vemos por otro lado, en nuestra cultura estamos acostumbrados a la imagen de la muerte como femenina; sin embargo, en distintas épocas o regiones se la ha representado de sexo no reconocible. – La imagen de la Muerte como un ‘doble’ de la persona viva: en este sentido, a veces se la representa como del mismo sexo que la persona que va a morir; – Sexo de los personajes que inspiran las imágenes, surgidos de la Biblia, de la mitología o de la creatividad de los artistas. En la Edad Media la Muerte predomino como personaje. El contexto teológico en que se consideraba la Muerte se desarrolló a partir del relato bíblico de la caída de Adán y Eva y su expulsión del paraíso. San Pablo, en la Carta a los Romanos y en la primera epístola a los Corintios afirma que la muerte es el salario del pecado (Romanos 6, 23). El pecado original fue la desobediencia de Adán y Eva a Dios. Dios había advertido a Adán, antes de la creación de Eva, que el castigo de comer el fruto prohibido sería la Muerte. La enseñanza Paulina otorga la responsabilidad del pecado a Adán: ‘por un hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte’ (Romanos 5, 12). Iconografía de la Muerte La Muerte como esqueleto se desarrolló firmemente como la forma de la muerte personificada en la Edad media . En la Antigüedad el esqueleto había simbolizado más bien un espectro o fantasma de la persona muerta. La observación atenta de la mayoría de las imágenes esqueléticas de la Muerte en el Medioevo revela que no reproducen solo la osamenta: se trata más bien de cadáveres, cuya cabeza está revestida por piel muy delgada sobre el cráneo óseo, con las órbitas vacías y sin nariz: esto da la impresión de que los otros segmentos del cuerpo corresponden a un esqueleto; lo que no es exacto. En el tórax las costillas aparecen muchas veces esbozadas bajo una piel apergaminada. Frecuentemente tienen una abertura en el abdomen, a través de la cual a veces se pueden reconocer asas intestinales. Las extremidades suelen tener piel y los huesos solo se insinúan; en otros casos aparecen los huesos bajo jirones de piel y partes blandas: están dibujados muy toscamente, dado que no existía un conocimiento detallado de la Anatomía: por ejemplo, el antebrazo y la pierna constan de un solo hueso, las articulaciones de cadera y rodilla están insinuadas en forma muy elemental, lo mismo los huesos de pies y manos. En síntesis, se suele denominar esqueleto a las figuras que mejor podemos considerar cadáveres esqueléticos. En el siglo XVI y siguientes se empieza a dibujar con mayor frecuencia el personaje de la Muerte como esqueleto puro. Los seres humanos han utilizado como factor de gran importancia el uso y elaboración de imágenes, ya que con esto se puede transformar lo no entendible en una representación que hace accesible a la comprensión. En el caso de la muerte, ninguna imagen la capta con todo su significado, ya que tiene diferentes símbolos y significados mitológicos, religiosos, idiomáticos, artísticos y literarios. Además en la Edad Media existe una mayor concienciación de la realidad de la muerte. Es muy probable que esto haya sido por las constantes epidemias que asolaron Europa a mediados del siglo XIV, así como las guerras y las aglomeraciones urbanas, que favoreció una mayor percepción de los fenómenos más morbosos de la experimentación de la enfermedad y la muerte. Y en la época muerte era vista desde puntos diferentes, los cuales fueron el factor más importante en las representaciones artísticas: – La muerte sobrevive de forma brusca e inesperada a personas de toda edad y condición – La belleza física que se va acabando con el envejecimiento, desaparece la Muerte. – Al fin de los tiempos habrá una liberación final desde la tumba para presentarse al Juicio Final, en el que se recibirá premio o castigo sin fin, según las obras de misericordia hechas durante la vida Aquí hay unas posibles explicaciones para esta variación en el género de la Muerte – Las oraciones, misas, buenas obras y donaciones tienen mayor posibilidad de ser perdonados en sufragio de las penas del Purgatorio. – El sexo del personaje de la Muerte puede estar asociado al género gramatical de la palabra muerte en cada idioma. Por ejemplo: la palabra para muerte es masculina en alemán, y femenina en otros. Sin embargo, como veremos, en la Edad Media se visualizaba a la Muerte como un hombre, pese a que el sustantivo latino mors es femenino – Consideraciones teológicas sobre quién trajo la muerte al mundo por el pecado original. Por: Jessica Lorena Torres Henao, Historia del Diseño I En cuanto a la religión cristiana la muerte es considerada como el instante en el que se separan cuerpo y alma. Por lo tanto el buen cristiano debe estar preparado en cualquier instante para este momento y las voluntades de los mortales se recogían en testamentos. http://wa3.www.artehistoria.jcyl.es/genios/jpg/WOD04382.jpg “En el Más Allá existe el paraíso o el infierno que constituyen los dos destinos extremos, que han sido únicos durante mucho tiempo para los cristianos, si bien a partir del siglo XIII adquiere fuerza la idea de un tercer lugar, el purgatorio, intermedio entre ambos, donde las almas que necesitan un tiempo de expiación para acceder a la gloria aguardan y se benefician de los actos piadosos hechos en la tierra, según la concepción de los santos. También en estos momentos se formula la existencia del limbo como lugar particular para las almas de los niños no bautizados. http://1.bp.blogspot.com/_tOtwgtrMoAU/SnqXF_vVB5I/AAAAAAAAAN0/DD5ShO1rTsM/s400/3-1.jpg Además, existe un convencimiento generalizado en la resurrección tras el juicio final, que se manifiesta en buscar para el enterramiento la compañía de sus muertos, de sus personas más queridas, junto a las cuales se quiere despertar un día. En los pueblos y aldeas, los testadores solicitan ser enterrados en el cementerio de la iglesia parroquial, lo que les garantizaba ya una compañía conocida.” http://www.portalplanetasedna.com.ar/edadmedia13.htm Como consecuencia a todos estos pensamientos y diferentes situaciones, el arte y el diseño gráfico comienza a hacerse notar, ya que sobre el siglo XV comienza a difundirse el Ars Moriendi (Arte del bien morir) : “La más espantable de las cosas terrible sea la muerte, empero en ninguna manera se puede comparar a la muerte del ánima”;para lo cual se da una serie de consejos, acompañados de grabados ilustrativos, que faciliten la confesión completa y ayuden a alcanzar la salvación con una buena muerte. La muerte cristiana al final de la Edad Media no es una muerte solitaria, sino un acto social al que deben acudir amigos y parientes para ayudar a la persona que muere, comienza a ser un acto de solidaridad, de ayuda mutua de tal forma que todos los que todavía permanecen en el mundo deben ocuparse de los muertos a través de mandas piadosas, y muchas misas. Y de la mano con este hecho http://4.bp.blogspot.com/_ qn7u1YJ4k7w/SRdcf WtlS http://link.library.utoronto.ca/ hollar/digobject.cfm?Idno=Hollar_k_ 0248&query=Hollar_k_0248&size=la rge&type=browse http://www.kalipedia.com/ kalipediamedia/historia/ media/200707/17/hisuniversal/2007 0717klphisuni_146_Ies_SCO.jpg http://4.bp.blogspot.com/_ tOtwgtrMoAU/SnqWwnNBPNI/ AAAAAAAAANk/2k8y05tFpTA/ s400/san+francisco+y+los+leprosos. La versión larga original, fue llamada Tractatus artis bene moriendi, fue escrita en 1415 por un fraile dominico anónimo, Esta fue traducida a la mayoría de los idiomas europeos occidentales, y adquirió gran popularidad en Inglaterra. El Ars moriendi también estaba entre los primeros libros impresos con tipos móviles, y antes de 1500 habían circulado ampliamente casi 100 ediciones, en particular en Alemania. La versión larga sobrevive en casi 300 versiones manuscritas, habiendo sólo una ilustrada. http://link.library.utoronto.ca/hollar/digobject.cfm?Idno=Hollar_k_0248&query= Hollar_k_0248&size=large&type=browse Esta versión contiene seis capítulos: aparece serie costumbres como dar limosnas a las iglesias y capillas, dar de comer o vestir a los pobres, aliviar penas de cautivos, enfermos o locos, etc. Pero esto depende de la capacidad económica del difundo. Y el dinero comienza a ser un gran argumento para alcanzar la salvación. -El primer capítulo es una explicación de que morir tiene un lado bueno, y sirve para consolar al moribundo y enseñarle que la muerte no debe ser algo a que temer. -El segundo capítulo aparecen las “cinco tentaciones” de un hombre moribundo como la falta de fe, la desesperación, la impaciencia, el orgullo espiritual, y la codicia, y cómo puede evadirlas. “En la Edad Media la muerte nunca fue acompañada de caracteres macabros. Sería en los últimos siglos cuando aparecen aspectos tétricos, motivados sin duda por la difusión de la Peste Negra y las epidemias, hambrunas y devastadoras guerras que sacudieron la Baja Edad Media. En las ciudades se desarrollaría incluso la idea de muerte-espectáculo.” http://www.portalplanetasedna.com.ar/edadmedia13.htm -El tercer capítulo están las siete preguntas que deberían ser respuestas por el moribundo, junto con una consolación a través de los poderes redentores de Cristo. -El cuarto capítulo expresa la necesidad de imitar la vida de Cristo. Así como hoy en día la muerte se presenta como un acto de la vida cotidiana y existe una visión menos temerosa ante ella. http://www.marsilius-kolleg.uni-heidelberg.de/imperia/md/content/einrichtungen/mk/ars_moriendi__f__r_arbeitsvorhaben_eckart_.jpg -El quinto capítulo es para los amigos y familiares, donde se marcan las pautas de comportamiento en la muerte. En el sexto capítulo está la oración para el moribundo. En la Edad Media, entre los sentimientos de terror y sufrimiento, aparece el “Arte de bien morir” con su representación y un estilo de manual para enfrentarla. El libro muestra directamente el instante crudo de la muerte, donde la vida juega su carta definitiva, “es la eternidad de los bienaventurados o el fuego inacabable de los malditos”. Ars moriendi es el nombre de dos textos interrelacionados escritos en latín que contienen consejos sobre los protocolos y procedimientos para una buena muerte, de acuerdo con los cristianos de finales de la Edad Media. http://carcossa.files.wordpress.com/2009/11/462px-ars_moriendi_meister_e-s_l-183.png Sus páginas indicaban una estrategia muy precisa contra los últimos demonios de la tentación —cada uno con sus malignas características— que tanto el moribundo como sus acompañantes debían seguir sin vacilar. Fueron escritos alrededor de 1415 y 1450, durante un periodo en el que los horrores de la peste negra y los consecuentes levantamientos populares estaban muy presentes en la sociedad. Su popularidad fue tan grande, que se tradujo a la mayoría de las lenguas europeas occidentales, y fue la primera obra de una posterior tradición literaria occidental de guías para la muerte. La versión corta, a parece en Xilografia en 1460, en los Países Bajos. Es más una adaptación del segundo capítulo de la versión larga, y tiene once dibujos grabados. Originalmente existía una versión larga, y una versión corta, las cuales contenían once grabados de imágenes instructivas para que pudiera ser explicado y memorizado fácilmente. Los primeros diez grabados se dividen en 5, en los que muestra al diablo presentando una de las 5 tentaciones, y el segundo dibujo muestra lo que se debe hacer para dicha tentación, como si se tratara de un remedio. Se creía que junto a la cama del moribundo estaban esperando los demonios el momento propicio para quitarles el alma. El último grabado muestra al hombre moribundo, probablemente pasando el laberinto de tentaciones, siendo aceptado en el cielo, y a los diablos que vuelven al infierno. El Ars Moriendi mostraba la muerte tanto como enemiga como el portal a la inmortalidad, haciendo una medida de igualdad y de no-igualdad, pues la muerte no solamente nos hace iguales, sino que trata de diferente manera a diferentes clases sociales. La versión corta era tan popular como la versión larga. Hay seis manuscritos existentes de la versión corta, la mayoría no ilustrados, y más de veinte ediciones ilustradas xilográficamente, http://userpage.fu-berlin.de/~aeimhof/seelefr.htm