Historia DOMINGO 22 DE FEBRERO DE 2015 MAUREEN LENNON ZANINOVIC PUBLICACIÓN Uno de los pioneros del periodismo chileno: ara muchos lectores y apasionados de la historia de Chile, aún sigue siendo un capítulo muy poco conocido el papel que jugaron los corresponsales enviados por los diversos medios, a cubrir las alternativas de la Guerra contra Perú y Bolivia de 1879-83. En el recuerdo quedan muy pocos nombres y quizás uno de los más célebres fue Daniel Riquelme (1857-1912) del diario “El Heraldo”, conocido sobre todo por su colección de relatos y anécdotas de la campaña, agrupados en el libro “Bajo la tienda”. Otro de los nombres importantes —injustamente olvidado— es Eloy Temístocles Caviedes (Rancagua, 1849-Santiago, 1902), quien acostumbraba a firmar su apellido como “Caviedez”. Entró a trabajar en 1864 a “El Mercurio de Valparaíso”, y pasó de tipógrafo a periodista (en un momento donde esta práctica era amateur, sin el requisito de estudios universitarios), oficio en el que demostró sus dotes principalmente al sobrevenir la crisis bélica de 1879. Ya en febrero de ese año fue enviado al norte por dicho diario, que se enorgullecía por ser el único que tenía un corresponsal “en el Ejército y Armada” “Fue el enviado más prolífico de la prensa chilena de la época y también el más controvertido, ya que no titubeó en cuestionar fuertemente la conducción de la batalla de Tacna por parte del general Baquedano. Este jefe reaccionó ordenando su detención y posterior expulsión del teatro de operaciones. Lo hizo arrestar en Arica, a bordo de la corbeta Abtao, el 30 de agosto de 1880, formulándole el cargo de haber revelado los partes oficiales de la batalla de Tacna antes de que llegaran a conocimiento del gobierno. Pero la decisión del jefe militar provocó una airada reacción de ‘El Mercurio’ que en todo momento apoyó a su enviado”, señala el periodista e investigador Piero Castagneto, coautor, entre otros títulos, de “Marina Mercante de Chile” (2007) y “Prat agente secreto en Buenos Aires” (2009); y editor de “El Combate de Iquique” (2007) del ex corresponsal Eloy T. Caviedes. Justamente, gracias a un Fondo del Libro, Castagneto acaba de publicar “Cartas de la escuadra. La Campaña Naval de 1879 relatada por el corresponsal de ‘El Mercurio’” (Ril Editores). El volumen ofrece un completo relato de la primera campaña de la Guerra del Pacífico a través de la lúcida mirada de Caviedes, quien envió sus reportes al diario en la medida que los acontecimientos se iban produciendo. “Con las virtudes y defectos del periodismo, aunque con un gran punto a favor: la inmediatez de las noticias frescas. Asimismo, se percibe el suspenso que debió haber sentido el lector de la época, que forzosamente carecía de la perspectiva de tiempo para apreciar las diversas acciones que el narrador relata”, añade Piero Castagneto. El corpus fundamental de su obra consiste en 30 cartas o correspondencias rescatadas por el propio Castagneto en los archivos de “El Mercurio de Valparaíso” y en la Biblioteca Nacional. Todas ellas ofrecen una mirada exhaustiva de la Campaña Naval, prácticamente de principio a ELOY TEMÍSTOCLES CAVIEDES, un corresponsal de guerra controvertido Página de “El Mercurio de Valparaíso” del 21 de octubre de 1879 donde se resalta la llegada del “Huáscar” al puerto. “Nunca nave alguna ha sido recibida con mayor interés, curiosidad y entusiasmo”, señala el períodico. El periodista Piero Castagneto rescató valiosas misivas del que fuera corresponsal de “El Mercurio de Valparaíso”, escritas para el diario porteño en plena Campaña Naval de 1879, durante la Guerra del Pacífico. Sus artículos se consideran uno de los relatos más integrales del conflicto. JUAN FRANCISCO GONZÁLEZ P Retrato a Eloy T. Caviedes realizado por Juan Francisco González. “El artista, antes de alcanzar un amplio reconocimiento, fue muy amigo del corresponsal y alojó en la casa de sus familiares, en Valparaíso”, advierte Piero Castagneto. “LA ARMA DA EN “EL MERC URIO DE VALPA RAÍSO ” E 4 ARTES Y LETRAS fin. Es decir, desde los días inme- brá reservar como es debido todiatamente posteriores a la ocu- do lo que Ud. le encargue”. pación de Antofagasta hasta las Tal recomendación parecía consecuencias de la batalla de dar un comienzo auspicioso al Angamos y consiguiente captu- trabajo del periodista. Sin emra del “Huáscar”, que permiten a bargo, pocos días después, este Chile tomar la iniciativa en las escribía a Williams señalándole operaciones terrestres. que había tenido dificultades al El autor también ofrece una e m b a r c a r s e e n e l b l i n d a d o pequeña reseña biográfica del “Blanco Encalada”, puesto que corresponsal. Señala que Eloy el guardia tenía orden de acepTemístocles Caviedes le tocó tra- tar el ingreso solo a los oficiales. bajar en “El Mercurio” porteño “Subsanada la dificultad, hubo en la época del editorialista Ma- un acuerdo entre el corresponnuel Blanco Cuartín y del cronis- sal y el almirante para que las ta Román Vial, a cuyo lado segu- cartas del primero fueran someramente se formó como tidas a la lectura de un escritor, según afirma oficial de la escuadra, su biógrafo Pedro Pablo que debía darle su visFigueroa: to bueno”, dice Piero “Recibiendo diariaCastagneto y aclara mente las lecciones de que no obstante el sisestos dos adalides de la tema de revisión o cenprensa nacional en el sura previa acordado más respetable de los entre el enviado de “El diarios de Chile, es coMercurio” y el alto mo Caviedez ha podido mando naval, pronto hacerse un escritor cola correspondencia de CARTAS mo no tenemos otro en este periodista generó DE LA el país”. roces, en especial por ESCUADRA Piero Castagneto su aguda crítica a la La Campaña complementa que este Naval de 1879 alimentación de las trijoven periodista amplió relatada por el pulaciones de la escuasu registro, escribiendo dra. En uno de sus escorresponsal una novela titulada critos se lee: “¿No pode ‘El “¡Viva San Juan!”, “cudría la autoridad, si Mercurio’”. ya trama transcurre en fuera más cuidadosa Piero solo 24 horas y que percon sus marinos, manCastagneto. maneció inédita. Sin dar en todos los vapoRil Editores, embargo, el momento res un agente de con316 páginas, en que verdaderamente fianza que trajese toda $12.000. reveló sus condiciones clase de provisiones con la pluma, fue en el estallido para la escuadra?”. de la Guerra del Pacífico y su enAfirmaciones como estas movío al teatro de operaciones co- tivaron una airada reacción del mo corresponsal del diario deca- Gobierno a través del Diario Ofino porteño”. cial (que en aquel entonces también publicaba noticias y editoriales). Pero, como advierte PieLos dilemas del Castagneto, “El Mercurio” periodismo y la libertad ro siempre lo apoyó. de expresión En otra carta del 21 de marzo de 1879 (Antofagasta), Eloy T. El trabajo de Caviedes no es- Caviedes escribe: “A los oficiatuvo exento de polémica, ape- les, además de la retención de nas comenzadas las operacio- sus sueldos —están reducidos nes navales. El autor de “Cartas a los 20 pesos de gratificación de la escuadra” consigna una para atender a todas sus necesimisiva que le envió el editor dades— se les paga con moneCamilo Letelier al contraalmi- da boliviana en lugar de darles rante Juan Williams Rebolledo billetes o moneda chilena, que en la que le manifiesta que el re- tienen un premio considerable portero se quedará en Antofa- sobre la feble. Esto, que es una gasta todo el tiempo que sea ne- mezquina economía, los tiene a cesario para mandar corres- todos disgustados, porque crepondencia al diario. “El señor en que es mucha la miseria de Caviedes es de confianza y sa- parte del gobierno o de sus au-