DIÁLOGO INTERNACIONAL SOBRE LA MIGRACIÓN TALLER INTERMEDIO RELATIVO A MIGRACIÓN Y TRANSNACIONALISMO: OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS 1 9 y 10 de marzo de 2010 DOCUMENTO DE TRABAJO Introducción ¿Qué es el transnacionalismo? Las definiciones varían, pero generalmente giran en torno a intercambios, conexiones y prácticas transfronterizas que transcienden, por tanto, el espacio nacional como punto de referencia básico para actividades e identidades.2 Con relación a la migración, el estar conectado con varios lugares a la vez –o “no estar ni aquí ni allá”– ha sido, desde siempre, una característica para definir la experiencia de ser migrante. Llevar vidas transnacionales, en sitios múltiples, significa que los intercambios e interacciones de carácter transfronterizo son una parte regular y sostenida de las realidades y actividades de los migrantes. Estos intercambios, bien pueden ser de ideas, valores y prácticas, así como la movilización política y las contribuciones económicas. Para los fines del presente taller y de este documento, el transnacionalismo ha de servir de enfoque diferente sobre la migración: bajo el lente transnacional se hará hincapié en las conexiones que los migrantes establecen entre los países. Por consiguiente, el concepto servirá de ángulo de análisis de cuestiones más amplias referentes a la migración y el cambio social. El transnacionalismo crea un mayor grado de conexión entre personas, comunidades y sociedades a través de las fronteras, aportando cambios al panorama social, cultural, económico y político de las sociedades de origen y de destino. El desafío que tienen ante sí los formuladores de políticas es trascender las fronteras nacionales y analizar el alcance, propósito y repercusión de sus políticas. Las conexiones transfronterizas entre sociedades a raíz de la migración requieren la formulación e implementación de intervenciones de políticas apropiadas por parte de los Estados. Y ello, primeramente, porque las políticas de migración en un contexto transnacional habrán de tener repercusiones fuera de la esfera nacional para la cual están previstas. Segundo, el éxito o fracaso de esas mismas políticas, también dependerá, 1 Migración y transnacionalismo: Oportunidades y desafíos es el tema elegido por los Miembros para el primer taller intermedio del Diálogo Internacional sobre la Migración en 2010 cuyo tema principal es “La migración y el cambio social.” El segundo taller tendrá por tema “Sociedades e identidades: Las repercusiones multifacéticas de la migración y se celebrará el 19 y 20 de julio de 2010. Sin menospreciar la importancia de la dimensión económica, este documento y el taller se centrarán en los aspectos sociales, de conformidad con el tema principal del Diálogo en 2010. 2 A fin de incitar a la reflexión, se ha incluido un Anexo a este documento que contiene una lista ilustrativa de otras definiciones. 1 en mayor o menor medida, de las realidades existentes más allá de las fronteras de un solo país. La perspectiva transnacional de cara a la migración es aún más pertinente debido a las fuerzas de la globalización y a sus repercusiones en la movilidad. Ahora es más fácil que nunca estar conectado a dos o más realidades a través de fronteras nacionales. El raudo desarrollo de la comunicación, el transporte, el comercio y las redes de información, resultante de la mundialización, ha reforzado las conexiones de los migrantes con dos o más lugares. Los patrones migratorios también han cambiado: hoy en día la migración puede ser de corta o larga duración, temporal o permanente, o consistir en una serie de itinerarios en múltiples etapas, incluido el retorno al punto de origen. A través de lo que se denomina “la cadena migratoria” los migrantes de una región o ciudad, en determinado país pueden desplazarse mayormente a otra región o ciudad específica en otro país, a menudo gracias a la ayuda de las redes. Si bien éste no es un fenómeno nuevo, propicia el transnacionalismo. A raíz de estas transformaciones, los migrantes bien pueden estudiar en un país, trabajar y criar a sus hijos en otro, y jubilarse en un tercero, además de muchas otras variaciones más. Agentes y sujetos del transnacionalismo Cada migrante puede ser un agente y un sujeto del transnacionalismo, que emprende actividades y prácticas en mayor o menor medida. Ello no significa que todos los aspectos de la vida individual del migrante revistan un carácter transnacional –más bien, digamos que el cruce de fronteras es cada vez más factible y común gracias a los efectos de la mundialización. En ciertos casos, la segunda y tercera generación participa en una actividad transnacional, y ello en mayor medida que sus propios padres o abuelos que emigraron originalmente. Las redes formales y oficiosas de migrantes y las diásporas3 pueden ser manifestaciones del transnacionalismo al tiempo que fomentan las conexiones transnacionales. Si se aborda las políticas migratorias desde una perspectiva transnacional, es importante tener en mente las distintas categorías de migrantes: por ejemplo, algunos son migrantes temporales o circulares que emprenden actividades transnacionales distintas de alguien que emigra con carácter permanente. Las personas que se desplazan por motivos de estudios superiores, de transferencias dentro de una empresa o los migrantes jubilados todos viven experiencias transnacionales diferentes, particularmente si se comparan con las de migrantes menos calificados. Igualmente, los migrantes irregulares requieren atención particular: seguramente emprenderán actividades transnacionales, pero tendrán que hacer frente a mayores barreras y tendrán menor acceso a medidas que pudieran facilitar sus contribuciones transfronterizas. Generalmente, el transnacionalismo concierne tanto a las personas que permanecen en el país como a quienes se desplazan. Las familias de migrantes que permanecen en el país de origen, por ejemplo, son importantes interlocutores que cabe tener en cuenta. Normalmente, los antecedentes y experiencias de los migrantes, incluida su situación familiar o convicciones políticas, inciden en la manera y magnitud en que participan en las actividades de transnacionalismo así como en su sentimiento de identidad individual y colectiva. Como se expondrá más adelante, hay efectos favorables y desfavorables que pueden surgir de estos 3 La Diáspora se define ampliamente como personas y miembros de redes, asociaciones y comunidades que han salido de su país de origen, pero que mantienen lazos con el lugar de origen. Este concepto abarca comunidades asentadas de expatriados, trabajadores migrantes que residen temporalmente en el extranjero, expatriados que han adquirido la ciudadanía del país de acogida, ciudadanos que poseen la doble nacionalidad y migrantes de segunda y tercera generación. (Informe sobre las Migraciones en el Mundo en 2008: Encauzar la migración laboral en una economía mundial en plena evolución). 2 intercambios transnacionales para los migrantes, para sus familias y para las sociedades concernidas. Oportunidades Las transformaciones, particularmente en el ámbito de tecnologías de comunicación y el transporte, han permitido que se fomenten al máximo los beneficios que emanan del transnacionalismo y ello de manera más práctica y eficaz en función de los costos. Los migrantes en los países de destino pueden desarrollar y mantener vínculos con familiares, comunidades, instituciones y gobiernos en los países de origen y viceversa, al tiempo que contribuyen económica y socialmente a ambas sociedades. Las conexiones transnacionales que establecen los migrantes se han convertido en medios para el intercambio social y cultural entre sociedades mediante, por ejemplo, un enriquecimiento de las artes, la música, la cinematografía, las actividades de ocio, la cocina, la promoción del turismo, la difusión de medicinas alternativas o los intercambios educativos y de investigación. Los intercambios transnacionales también pueden ser de carácter económico, incluidas remesas así como inversiones y comercio especializado, por ejemplo, en bienes y servicios provenientes del país de origen y buscados por el migrante en el país de acogida. El transnacionalismo se manifiesta asimismo en la transferencia de ideas –denominadas “remesas sociales”.4 Los migrantes pueden participar en el activismo social o político para concienciar sobre el país de origen en el país de acogida, aspirar a una mejor protección de los derechos humanos, o recaudar fondos para apoyar a las comunidades en los países de origen. Estas contribuciones son particularmente pertinentes en la reconstrucción post conflicto o tras catástrofes naturales, como también lo son las remesas financieras. Los migrantes también pueden incidir en ideas predominantes en las sociedades de origen y de acogida de manera más sutil, por ejemplo, al difundir opiniones diferentes sobre las normas y prácticas sociales y políticas en sus países de origen, o al fomentar una mejor comprensión de las distintas culturas en la sociedad de acogida. Por último, los migrantes y sus familiares pueden vivir su experiencia transnacional como una fuente de enriquecimiento personal y de desarrollo. Concretamente, pueden acrecentarse las oportunidades educativas, profesionales y de estilo de vida así como los conocimientos lingüísticos. De manera más abstracta, puede ser sumamente gratificante tener horizontes más amplios y poder navegar entre culturas diferentes. Éstas no son más que algunas de las diversas oportunidades que trae consigo el transnacionalismo. A la hora de adaptar las políticas migratorias, es preciso considerar distintos contextos a fin de que fomenten los aspectos positivos del transnacionalismo para los migrantes, sus familiares así como para las sociedades de origen y de destino. Desafíos A nivel individual y familiar, se plantean varios desafíos. Primero, el trastorno familiar consecutivo a la migración del cabeza de familia o de quien se ocupa primordialmente de la familia puede ser particularmente grave. La separación entre padres e hijos puede dar lugar a problemas psicosociales y acrecentar la vulnerabilidad de quienes permanecen en el país de 4 El tema de remesas sociales será examinado en mayor detalle durante el segundo taller intermedio titulado, Sociedades e identidades: Las repercusiones multifacéticas de la migración, que tendrá lugar los días 19 y 20 de julio de 2010. 3 origen. Con frecuencia, los ancianos tienen que asumir mayores responsabilidades de cuidado, cuando en realidad son ellos quienes precisan dichos cuidados. El trastorno familiar puede tener repercusiones sociales más amplias –que inciden de manera diferente en hombres y mujeres– y, en la mayoría de los casos, son las mujeres quienes asumen la mayor carga. Ello no obstante, también cabe reconocer que los familiares suelen encontrar medios innovadores y creativos para mantener y desarrollar relaciones a través de las fronteras. Segundo, el transnacionalismo puede significar que el acceso de migrantes a pensiones de jubilación y seguros de salud se limita o se deniega porque no es posible transferir las prestaciones acumuladas ni los derechos cuando se desplazan, a pesar de haber contribuido a dichos mecanismos. Tercero, la experiencia transnacional también puede propiciar una pérdida del sentido de identidad y de pertenencia para ciertas personas. Hay situaciones que se plantean en las familias, por ejemplo, cuando los hijos se sienten arraigados a un país diferente al de sus padres. A nivel social, si bien los migrantes aportan nuevas ideas al país de acogida, algunas comunidades de migrantes también preservan estilos de vida que asocian con el lugar de origen. En ciertos casos, también suelen hacerlo incluso si las tradiciones en dichos lugares han cambiado desde entonces. Ello ha dado lugar a una creciente preocupación en algunos países de destino debido a prácticas sociales o culturales incompatibles, por ejemplo, en cuestiones de género. En tales casos, los fuertes vínculos transnacionales bien pueden ser contraproducentes, y reflejar una incapacidad o falta de voluntad de integrarse en la nueva sociedad.5 En otras instancias, los vínculos transnacionales de los migrantes se interpretan como lealtades repartidas. Por tanto, los migrantes y sus intentos de actividades transnacionales bien pueden suscitar la desconfianza en los países de origen y de acogida, e incluso plantear problemas de seguridad nacional. Consideraciones de orden político Muchos de los desafíos abordados en este documento, así como otros que podrían plantearse, provienen de una reticencia política a “pensar” transnacionalmente. Ello no obstante, el transnacionalismo y la migración son realidades tangibles y, por cierto, van a adquirir mayor trascendencia, habida cuenta de las tendencias demográficas y otras. La tarea que tienen ante sí los formuladores de políticas es hacer que el transnacionalismo obre en favor de los migrantes y sociedades a través de una gestión adecuada de la migración, para lo cual, a la hora de diseñar políticas, cabe tener en mente la dimensión transnacional. En otras palabras, en lugar de centrarse en un solo país u otro, las políticas con una visión transnacional encararan concretamente los vínculos entre países resultantes de actividades y prácticas transnacionales de migrantes. En lugar de entrar en conflicto con la soberanía estatal, estas políticas utilizan la autoridad soberana del Estado para encauzar adecuadamente los fenómenos transnacionales a través del desarrollo e implementación de perspectivas exhaustivas. Una política migratoria exhaustiva, viable y efectiva funciona bajo el imperio de la ley y comprende toda una serie de elementos, entre los cuales cabe mencionar el bienestar social, la salud, la educación, otras prestaciones y servicios, así como consideraciones del 5 El tema de integración será examinado en mayor detalle durante el segundo taller intermedio titulado, Sociedades e identidades: Las repercusiones multifacéticas de la migración, que tendrá lugar los días 19 y 20 de julio de 2010. 4 mercado liberal, los derechos humanos, la integración y las políticas destinadas a nacionales en el extranjero. Reviste particular importancia, el papel de las nuevas tecnologías de comunicación e información, que permiten conexiones e intercambios transfronterizos hasta ahora desconocidos. Estas tecnologías también ofrecen posibles respuestas innovadoras a cuestiones resultantes del transnacionalismo. En esta sección se pone de relieve ciertas esferas seleccionadas de formulación de políticas, haciendo hincapié en el elemento transnacional, y se determinan los pasos que se ha de dar en el proceso de formulación de políticas con miras a una perspectiva transnacional. En el campo vital de las repercusiones del transnacionalismo en la unidad familiar, pueden implementarse medidas para apoyar a las familias de los migrantes que permanecen en el país de origen. En ciertos casos, el primer paso consistiría en acopiar datos a través de estadísticas de censos o encuestas del hogar especializadas sobre la cantidad de hogares que experimentan, de manera regular o permanente, la ausencia de uno o más familiares debido a la emigración, con miras a desarrollar programas que respondan a sus necesidades específicas. También está el papel preponderante que han de desempeñar escuelas, ministerios de educación y organismos de bienestar social a fin de apoyar a las familias, especialmente a los hijos, que se hallan en esa situación. Los países de destino también podrían considerar medidas que respondan a los retos con que se enfrentan las familias transnacionales, inclusive a través de políticas de reunificación familiar o para facilitar las visitas de familiares. Al garantizar un acceso más amplio a las tecnologías de comunicación se puede ayudar a las familias a mantener relaciones transfronterizas. En el ámbito de la participación política y la afiliación, hay muchas maneras de fomentar la participación positiva y productiva a nivel transnacional: en primer lugar, ello se refiere a cuestiones de nacionalidad y a la posibilidad de poseer doble o múltiples nacionalidades.6 Ahora bien, la participación política también puede fomentarse sin la nacionalización completa de los migrantes, por ejemplo, a través de la concesión de ciertos derechos políticos a nivel local. Igualmente, los países de origen podrían considerar el reforzamiento de los vínculos políticos con las poblaciones migrantes, por ejemplo mediante el derecho a voto fuera del país. Las redes de migrantes y los grupos de diásporas, que en algunos casos tienen una perspectiva de política explícita, son interlocutores clave a este respecto. Por consiguiente, es necesario reflexionar con detenimiento en cuanto a los aspectos a favor y en contra de la participación política de los migrantes a través de las fronteras. Ello puede plantear mayores interrogantes sobre la compatibilidad entre las alianzas políticas múltiples y los derechos y responsabilidades conexos. Con respecto a las políticas de bienestar social, una consideración importante es el acceso y portabilidad de las prestaciones, por ejemplo del seguro de salud o de desempleo así como de las pensiones de jubilación. La formulación de políticas transnacionales a este respecto deberá velar por que las personas no pierdan las prestaciones que han acumulado mediante su cotización al sistema de un país cuando se desplazan a otro. Los acuerdos bilaterales o regionales para garantizar la portabilidad de ciertas prestaciones clave podrían obrar a favor de este objetivo. Ello exige gran colaboración entre Estados, pero también puede implicar a asociados del sector privado tales como firmas aseguradoras o empresas transnacionales. 6 El derecho a la nacionalidad está consignado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Artículo 15), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Artículo 24, párrafo3), la Convención Internacional sobre la Protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares (Artículo 29), la Convención sobre los derechos del niño (Artículo 7), y el Comentario General Nº. 17 del Comité de Derechos Humanos. 5 Aparte de “pensar” transnacionalmente, los formuladores de políticas también tienen que actuar de manera transnacional, incluida la cooperación bi o multilateral. Las relaciones bilaterales son importantes, especialmente cuando hay entre países fuertes vínculos históricos o culturales que rigen los patrones migratorios así como las actividades transnacionales de migrantes y de generaciones futuras. La cooperación a escala regional podría ser la opción de acción preferente para los Estados, por ejemplo, cuando hay considerables flujos migratorios intrarregionales. Los procesos o acuerdos de integración regional, que estipulan los diversos grados de libre circulación de personas, podrían complementarse con mecanismos que garanticen la portabilidad de las prestaciones, fomenten el intercambio cultural o permitan la participación política. Además, y habida cuenta de los patrones transnacionales de la cadena migratoria aquí explicada, la cooperación directa entre ciudades y municipios podría ser útil puesto que las conexiones transnacionales pueden ser particularmente sólidas a nivel local. Por último, ya se ha hablado de asociaciones con redes de migrantes y empresas. La experiencia del sector privado y de las empresas transnacionales, en particular, a la hora de contratar y relocalizar a las personas y a sus familiares a través de las fronteras, podría ser útiles para los formuladores de políticas. Conclusión El transnacionalismo es un factor clave en la gestión contemporánea de la migración. Aunque las actividades continuas y sostenidas de los migrantes a través de las fronteras no son, de por sí, nada nuevo, cabe considerar cómo adaptar la formulación de políticas –que por tradición está firme y exclusivamente enraizada en la esfera nacional– para que tenga en cuenta y encauce las conexiones transnacionales. Las políticas migratorias tienen que estar informadas por las realidades del transnacionalismo, ya sean positivas o negativas, con miras a aprovechar los beneficios que éste puede aportar. Si bien, globalmente, hay desafíos innegables, los migrantes que participan en actividades transnacionales contribuyen a enriquecer los numerosos espacios que ocupan. La participación directa de los distintos interlocutores – incluidos gobiernos de origen y de acogida, autoridades locales, migrantes y sus familiares, redes y asociaciones de migrantes, sociedad civil y sector privado– son el eje central para reforzar las alianzas a fin de obtener los mejores resultados para todos. 6 ANEXO Illustrative Definitions of and Statements about Transnationalism Transnational identity / transnationalism: the process whereby people establish and maintain socio-cultural connections across geopolitical borders. IOM 2008 World Migration: Managing Labour Mobility in the Evolving Global Economy, page 500. A set of sustained long-distance, border-crossing connections. Vertovec, S. 2004 “Trends and impacts of transnationalism”, Centre on Migration, Policy and Society Working Paper No. 3, University of Oxford, page 3. When actual exchanges of resources or information, or marriages or visits, take place across borders between members of a diaspora themselves or with people in the homeland, we can say these are transnational activities; to be transnational means to belong to two or more societies at the same time. At that moment, the diaspora functions as a transnational community. When such exchanges do not take place (sometimes over many generations), but people maintain identification with the homeland and co-ethnics elsewhere, there is only a diaspora. In this way, not all diasporas are transnational communities, but transnational communities arise within diasporas. Vertovec, S. 2005 “The political importance of diasporas”, Centre on Migration, Policy and Society Working Paper No. 13, University of Oxford, pages 3-4. Practices and relationships that link migrants and their children with the home country, where such practices have significant meaning and are regularly observed. Smith, R. 2006 in Levitt, P. and Jaworsky, N. (2007) “Transnational migration studies: past developments and future trends”, Annual Review of Sociology 33: page 132 (129-156). 7