HISTORIA DE LA VILLA DE LUQUE HIDROLOGIA Y CLIMATOLOGIA En primer lugar debemos considerar la pluviometría de la zona, relativamente alta para la España seca, debido a la situación orográfica de estos macizos calizos en el vértice de un ángulo abierto hacia el Atlántico, de tal modo, que los frentes nubosos que penetran desde el océano no encuentran en su paso relieves importantes, descargando en estas cimas el agua. Por tanto, las precipitaciones son más intensas en la parte occidental y en las zonas de más altitud, siendo menores conforme nos alejamos de los macizos calizos hacia el norte o hacia el este. La media de agua caída en diez años en esta comarca es: - Luque .. { - Cabra - Carcabuey - Doña Mencía - Zuheros 1970........ 1971........ 1972........ 1973........ 627,9 litros/m2 721 id 685 d 284 id 962 id 720 id 758 id 759 id En Luque no sabemos lo que ha llovido, porque en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir no se reciben los partes con regularidad. Y es de suponer que llueva menos que en Zuheros; su media debe ser entre 600 y 800 litros. No es aventurado opinar que en la sierra las precipitaciones sean superiores a 900 litros e incluso, en algunas décadas, a 1.000 litros. Baena sin embargo, situada más al norte, tiene una media de precipitaciones de 670 litros. Las lluvias son más frecuentes en invierno y en primavera, y rarísimas en verano, característica propia de un clima intermedio entre el continental y el oceánico. Por ello los inviernos son fríos, pero no tanto como en la meseta, y los veranos calurosos. Esta distribución temporal de las precipitaciones tiene su importancia para la alimentación de los mantos acuíferos que encierran estas moles calizas; hecho conocido por los campesinos y reflejado en un refrán que dice: "El agua de Enero empreña veneros". Por ello cuando las lluvias se retrasan a épocas más calurosas, la evaporación es mayor y menor la filtración de agua entre la multitud de fisuras y simas de la sierra. La conjunción de varios factores tales como: la alta pluviometría, la época de precipitaciones y la constitución geológica de la sierra, contribuyen a la formación de una inmensa bolsa acuífera en el subsuelo de estas montañas y al nacimiento de ricos manantiales en las zonas donde se ponen en contacto las margas impermeables y las capas de rocas calizas que, como gigantesca esponja, almacenan el agua. Estos macizos están sometidos a un proceso desintegrador llamado de Karstificación, que junto con la acción de las aguas de lluvia y otros factores químicos son motivo de que haya enormes simas como la de Fuente Aljama y multitud de covachas y cuevas. Antonio Arjona Castro Vicente Estrada Carrillo HISTORIA DE LA VILLA DE LUQUE La constitución geológica del término de Luque es causa de que los arroyos y regatos de estas sierras lleven habitualmente poca agua, excepto cuando las lluvias son muy persistentes o particularmente intensas. Por ello, los arroyos nacen en la parte periférica de la sierra, donde las margas y arcillas cretáceas y oligocenas son impermeables. Ejemplo: el arroyo del Carrascón y el Cañaveral; el primero alimenta con sus aguas la Laguna del Salobral y el segundo es afluente del Guadajoz. Fuera ya de Luque, hay que hacer una salvedad en el río Bailón, que nace en los valles arcillosos de la Nava y actúa como vía de drenaje del agua que no se filtra por las calizas y de la que derraman los manantiales. Existe otro río que pasa por el término, que nace fuera de él y está formado por la conjunción del Salado de Priego y el Zagrilla, antiguamente denominado Almorchón. Aguas abajo de esta confluencia, y a partir del río San Juan se le denomina Guadajoz (antiguamente "Badajocillo".) Estas sierras forman una cuenca hidráulica subterránea qué se encuentra encuadrada al norte de los pueblos de Luque, Zuheros y Doña Mencía; al sur por los de Zagrilla y Carcabuey y por parte de la carretera de Carcabuey a Priego. Tiene una superficie de 100 Km aproximadamente y en su mayoría está formada por calizas jurásicas. Esta masa rocosa está formada por dos gigantescas escamas que reposan sobre margas y areniscas triásicas y que son impermeables. En realidad, este macizo deslizado desde más al Sur, aunque perteneciente a dos unidades montadas la una sobre la otra, forman una misma cuenca hidráulica subterránea, al haberse puesto en contacto en amplias zonas, como en la Lastra. Esto no impide que en la escama de arriba haya calizas, como antes se dijo, que reposan sobre margas del cretáceo u oligoceno, dando lugar en las zonas de contacto a fuentes de menor importancia, como la Fuente del Espino, debajo de la mole de Abuchite o la Fuenfría en Zuheros, y que drenan las pequeñas cuencas así formadas. Otro factor, que contribuye a la formación de esos inmensos mantos acuíferos junto a la porosidad del suelo, es la escasa vegetación de los cerros calizos, de tal manera que el agua que cae sobre ellos se filtra en un 70 u 80 %. Si la media de precipitaciones en diez años en la Sierra es de 1.000 1/m2 , esto nos da un volumen de agua que se almacena del orden de los 55 millones de metros cúbicos; evaluando el área de infiltración de las calizas en unos 80 Km2. Dada la disposición estructural de esta cuenca hidráulica subterránea, ésta no desemboca en ninguna otra y se drena fundamentalmente por Fuente Aljama, Marbella, Fuente del Río y Zagrilla. Los tres primeros son los más importantes. Aljama, según los datos del Instituto de Colonización tiene el siguiente aforo referente al período de 1958-59: 1958 Noviembre 475 l/segundo 1958 Diciembre 650 l/segundo 1959 Enero 810 l/segundo Febrero 740 l/segundo Marzo 625 l/segundo Abril 610 l/segundo Mayo 700 l/segundo Antonio Arjona Castro Vicente Estrada Carrillo HISTORIA DE LA VILLA DE LUQUE Junio Julio Agosto Septiembre octubre 740 720 505 440 435 l/segundo l/segundo l/segundo l/segundo l/segundo En el año 1962, en el mes de febrero tuvo un aforo de 465 1/s. La Fuente de Marbella en el mismo año y en el mes de mayo dio un aforo de 207 1/s. Estas fuentes junto con la de Zagrilla, Bernabé, Las Piedras y Las Palomas, deben totalizar el 80% o e1 90% del drenaje de la cuenca de la sierra, dejando el resto para los manantiales pequeños. Las citadas fuentes tienen en común un régimen variable: grandes diferencias dé caudales dentro de las estaciones del año y a lo largo de los ciclos pluviométricos. Todo ello es el resultado de la gran permeabilidad que tienen los mantos acuíferos de estas sierras de tal manera, que el agua se descarga rápidamente por estos veneros e impiden que tengan un gran volumen de reserva y, por consiguiente, su utilidad para la agricultura es escasa, pues la época de máximo aprovechamiento coincide con el máximo de estiaje. Los grandes manantiales surgen a una misma cota sobre el nivel del mar, 500 metros aproximadamente y por consiguiente para que hubiera posibilidades de explotarlos en mejores condiciones, las calizas de la sierra tendrían que existir en lugares más bajos y recubiertos por formaciones impermeables. Mediante sondeos se encontraría agua ascendente y siempre la posibilidad de sacar a la bolsa acuífera lo suficiente para obtener caudales interesantes en las épocas de verano. El Instituto Geológico y Minero y al frente de esta misión los ingenieros D. Carlos Felgueroso Coppel y D. Juan Coma Guillén, iniciaron una serie de sondeos con tal fin, resultando positivo en la carretera Carcabuey-Priego, pero negativos los resultados entre Doña Mencía y Cabra, en el cruce del Arroyo Santa María con la carretera que une ambos pueblos, debido a que se encontró un enorme espesor del terciario que hizo que, a pesar de llegar a los 1.053 metros de profundidad, no se encontraron las calizas portadoras del manto acuífero. Ello indica que aquéllas no rebasan el frente norte de la sierra. Igual ocurrió en Luque, entre los kilómetros 61 a167 de la carretera Córdoba-Granada. RESUMEN Y CONCLUSIÓN El municipio de Luque se haya cabalgando entre dos regiones de caracteres físicos un tanto diferentes: En primer lugar, las formaciones calizas jurásicas de las subbéticas (a las que rodean algunas zonas cretáceas) y que ocupan su mitad meridional. En segundo término, la periferia meridional oligocena de la campiña cordobesa en la que abundan algunas zonas cuaternarias y triásicas, que forman parte de la campiña olivarera. De ello resulta: una parte ocupada por monte y dedicada a la ganadería y de escasa rentabilidad, y otra de carácter cerealista y olivarero adonde alternan algunas grandes propiedades con innumerables parcelas, tan pequeñas que rozan el minifundio. En la divisoria de estos dos sectores está situado el núcleo urbano -más por razones estratégicas que agrarias- sobre un retazo de calizas jurásicas. Antonio Arjona Castro Vicente Estrada Carrillo