La amnesia de la plaza de Tiananmen Redacción Travelview El centro de Pekín fue escenario de una tragedia que debería recordarse para que nunca vuelva a repetirse. Han pasado más de 25 años, aunque el paso del tiempo no debería ser excusa para olvidar la masacre de Tiananmen. Sin embargo, el gobierno chino ha puesto todo su empeño en que así fuera desde el mismo momento de la tragedia. Para conocer los motivos de esta amnesia en China tenemos que remontarnos un cuarto de siglo atrás, cuando el Ejército Popular de Liberación (EPL) entró en la plaza de Tiananmen, en Pekín, para desalojar a los manifestantes que la ocupaban alzando sus voces en reclamaciones de libertad. Los tanques y soldados no tuvieron reparo alguno en aplastar a los protestantes y arroyar, literalmente, sus sueños y sus vidas, poniendo fin así a mes y medio de revuelta estudiantil en China. Esa fue la manera del Estado chino de reestablecer su plena autoridad: a tiros. Como resultado de esta dramática intervención del ejército, hubo centenares de muertos. Por eso a las protestas de la plaza de Tiananmen se les conoce como “la masacre de Tiananmen” o “el incidente del 4 de junio”, día en tuvo lugar este fatal desenlace. Los jóvenes que tomaron esta mítica plaza procedían de diferentes grupos, desde intelectuales a trabajadores, pero todos tenían algo en común: consideraban que el Partido Comunista Chino (PCC) era demasiado represivo y corrupto, así que reclamaban algo tan lícito como transparencia, reformas económicas y el fin de la corrupción. Antes de la invasión, el Gobierno intentó poner fin a estas protestas, pero sus órdenes no surtían efecto entre los manifestantes, así que el Partido Comunista tomó la decisión de ocuparse de la situación a la fuerza, en lugar de ceder a sus reivindicaciones. Por eso, la noche del 3 de junio envió los tanques y la infantería del ejército hasta la plaza con la intención de disolver las protestas. Entre 400 y 800 personas, según datos de la CIA, y 2.600 según la Cruz Roja China, perdieron la vida, y entre 7.000 y 10.000 civiles resultaron heridos. Las Protestas de 1989 supusieron además la declaración de la Ley Marcial en Pekín, según la cual las fuerzas armadas o la policía goza de facultades extraordinarias en cuanto al resguardo del orden público. El PCC ha conseguido instaurar un silencio absoluto en la China continental sobre esta masacre durante un cuarto de siglo. Y es que tras este cruento acto, el Gobierno controló estrictamente la cobertura de los acontecimientos en la presa china y expulsó a la extranjera. Hoy, la plaza de Tiananmen es la más importante de China y una de las más grandes del mundo entero. Desde que se construyera en 1949 tras la proclamación de la República Popular de China, la plaza ha sido el escenario protagonista de diferentes acontecimientos históricos. Actualmente está completamente vigilada y para acceder a ella hay que hacerlo a través de los controles policiales que se sitúan en los extremos. La Puerta de Tiananmen, también llamada Puerta de la Paz Celestial, es el edificio más importante de la plaza y se sitúa al norte. Desde aquí, Mao Zedong proclamó la fundación de la República Popular de China en 1949. En el lado opuesto, al sur, está la Torre Quianmen, en cuyo interior se puede visitar un museo que acoge la historia de Pekín. El centro de la plaza merece atención aparte: aquí se alza el Monumento a los Héroes del Pueblo, que consiste en un obelisco de 38 metros de altura con inscripciones de líderes comunistas chinos, y también el Mausoleo de Mao Zedong, donde reposa el cuerpo del líder comunista. Si no te importa la espera, después de una larga cola y tras haber guardado tu cámara de fotos, podrás ver su cuerpo embalsamado. En la plaza de Tiananmen también se encuentra la puerta de acceso a la Ciudad Prohibida.