DISCUSIÓN PARA EL SEGUNDO PLAN SOCIALISTA DE LA NACIÓN 2013-2019 EDUCACIÓN, CULTURA Y COMUNICACIÓN EN REVOLUCIÓN Los procesos de especialización y fragmentación del conocimiento, producto de la herencia colonial y la expansión del modelo capitalista han provocado la desconexión entre una triada antiguamente indiferenciable: Educación, Cultura y Comunicación. Existen diversas formas de reconocer la integralidad entre Comunicación, Cultura y Educación, sin embargo, estas han sido condenadas a una visión funcionalista de la sociedad, que las reducen a un campo específico de acción: el campo de la comunicación ha sido sustituido por el campo mediático: el campo de la cultura ha sido sustituido por el campo artístico; mientras el campo de la educación ha sido sustituido por el campo escolar/universitario. Una mirada cuestionadora permite percatarse de la insostenibilidad de esas equivalencias. La Revolución Bolivariana ha venido a desnudar las premisas de la dominación capitalista expresada en la desconexión de esta triada. ¿Cuáles razones tiene el Capitalismo para desvincular la triada Comunicación, Cultura y Educación? Muchas, entre ellas impedir la articulación de políticas de transformación social y limitar los ámbitos de acción de cada institución; se trata por tanto, de una estrategia de las clases dominantes para imposibilitar la emergencia de nuevas prácticas culturales, urgidas siempre de la reunificación de estas tres esferas. Empero, no se trata simplemente de unificar los tres ámbitos en uno sólo, pues cada uno tiene sus especificidades; sin embargo, la orientación de sus políticas debe reconocer que toda actividad comunicacional es, simultáneamente, una actividad cultural y formativa; que toda actividad cultural es necesariamente comunicacional y formativa; y que toda actividad educativa es comunicacional y cultural. Esto quiere decir que cada vez que nos movemos dentro de una de estas esferas, estamos afectando a las otras dos. Por lo tanto, las políticas públicas del Segundo Plan Socialista de la Nación 2013-2019 deben pensar integralmente los objetivos estratégicos de acción en esta triada. Nuestro horizonte de sentido socialista nos obliga a renunciar a la visión hegemónica que define a la cultura como una serie de “valores y creencias” que no tienen anclaje en la realidad; para el Socialismo del Siglo XXI la cultura debe ser práctica social, no la promesa de una serie de valores vacíos de contenido y materialidad. De hecho, la materialización de ese mundo posible pasa necesariamente por el reconocimiento de que ninguna de estas tres esferas de la vida puede, de forma independiente, resolver la cuestión cultural: no basta, entonces, ni con una educación que forme para el análisis de los medios, ni con unos medios dedicados a la formación educativa. La discusión se concentra, entonces, en reconocer que esta triada aparece cada vez que una de sus integrantes se presenta, pues no es posible activar una de ellas sin acudir o afectar a las otras dos. ¿De qué manera podemos reflejar y traducir esta situación en el Segundo Plan Socialista de la Nación, de manera que las políticas de Educación, Cultura y Comunicación confluyan integralmente en los mismos objetivos?.