que falta para la configuración estable sue val2ncias negativas. Así, en la fig. 2 hay una valencia positiva y una negativa; en la fig. 3 tenemos un cuerpo sin ninguna valencia (nulivalente) ; en la fig. 6 hay tres valencias positivas y cinco negativas. encia positiva (con respecto al 0) reor tanto, el número de electrones Fig. S ' 6 : que el átomo puede perder, y la negativa (con respecto al H) el de los que puede ganar para alcanzar la configuración estable, no olvidando que sólo los electrones de la capa exterior pueden ser los adicionales o los que se pierden en las reacciones con otros átomos. SUERTE bE LA TEORIA ATOMICA Pero vamos despacio y remachando el cla^ vo. El átamo que antes era lo que pudiéramos llamar unidad de materia elemental, es áhora un compuesto más o menos complicado. Con esto no se destruye, ni aun se perturba, la teoría atómica, fundamental de la Qu7mica; con estos interesantes descubrimientos no hemos dado ningún paso hacia 78 ___ atrás en la Ciencia, no se ha desmoronado nada. El átomo continúa siendo el mismo: la menor cantidad de materia elemental capaz de combinarse. Hemos, por cons^guiente, avanzado. No es ahora que el átomo no se pueda dividir; se puede dividir; pero si se divide ya deja de ser átomo, cuyo concepto continúa funciónando, con toda su fuex•za, en el campo de la Química. La unidad átomo continúa siendo el elemento de construccián de la mater^^; o de ningún modo una unidad indivis9b^lé, p'ó ue está formado por la reunión de unida^,^s sencillas. En la Humanidad, por ejempl ; lá ^.^kiid ea el hombre ; el individuo ; la men r,canti^,d posible de humanidad capaz de c b^n^se eficazmente con otra u otras para lo ^rár las múltiples combinaciones sociales (matrimonio, familia, asociaciones, corporaciones, naciones, etca . No obstante, no cabe duda de que también el hombre s•e puede dividir (cabeza, brazos, p.iernas, estómagó, corazón, et- . cétera), pero ninguna de sus partes puede constituir la unidad hombre con sus peculiares funciones. Por tanto, lo que le oourre al átomo no es en realidad ninguna cosa extraordinaria de lo que no tengamos múltiples semejanzas bien palpables. Nos queda aún otra condición que conside• rar. Dijimos que antes era conceptuadó el átomo como indivisible e indestructible. Aho- - 80 - ra resulta que no sólo se divide en otras porciones más simples, sino que ta^mbién, en determinados casos ocurre stt desintegración, sin que ello ímplíque ningttna pér•dida general de la sumá de materia ni de energía libre. De ello hablaremos al considerar los cuerpos radioactivos. REPR,ODUCCION BIOLOGICA DE LA - DIVISIBILIDAD ATOMICA Llegamos anteriormente a la concl^usión de que el átomo es divisible, sin que por ello pierda sus cualidades propias, fundamento de la teoría atómica, y aunque parece que la cosa ha quedado bastante clara y en cierto modo justiiicada, debemos insistir, tratando de mostrar que no es un "caso único", ni que debe sorprendernos demasiado, aunque contraríe concepciones por largo tiet^tpo mantenidas. y Nos asombra el hecho de la divisibilidad del átomó? LDuda^mos de que, a pesar de •ello, pueda conservar su propia individual^dad, la que pudiéramos denominar su espiritualidad ? q'endamos; sin embargo nuestra vista al interesante campo de la biología y escuchemos algunas consideracion•es de Karl Frish, profesor de la Untversidad de Munich, quien puede también mostrarnos otras cosas tan