PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco RELACIÓN ENTRE LA ACCIÓN COLECTIVA Y LA ACCIÓN INDIVIDUAL PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES. CUESTIÓN PREJUDICIAL DE DERECHO COMUNITARIO: LA STJUE DE 14 DE ABRIL DE 2016 Faustino Cordón Moreno Catedrático de Derecho Procesal Consejero académico de Gómez-Acebo & Pombo Fecha de publicación: 25 de mayo de 2016 1. Previo La STJUE (Sala Primera) de 14 de abril de 2016 (asuntos acumulados C 381/14 –Jorge Sales Sinués vs Caixabank, S.A.- y C 385/14 –Youssouf Drame Ba vs Catalunya Caixa, S.A.) resuelve las dos peticiones de decisión prejudicial planteadas por el Juzgado de lo Mercantil n.º 9 de Barcelona, mediante autos de 27 de junio de 2014, sobre la compatibilidad con el artículo 7 de la Directiva 93/13 CEE, del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, de la normativa española relativa a la prejudicialidad civil (art. 43 LEC); y, en concreto, acerca de la compatibilidad con ese mismo artículo de la Directiva de la suspensión de las acciones individuales hasta que recaiga sentencia firme que ponga fin a un procedimiento colectivo incoado por una asociación de consumidores y usuarios. En notas anteriores ya analicé el problema, que dio lugar al planteamiento de la cuestión prejudicial por el Juez de Barcelona, y las conclusiones del Abogado General. En la presente, analizaré la sentencia y recapitularé sobre el tema, ofreciendo una visión global del mismo. 2. El problema que suscitó el planteamiento de la cuestión prejudicial El problema que se trataba de resolver es si un proceso en que se ejercita la acción colectiva para la tutela de los derechos e intereses de los consumidores (art. 11.2 y 3 LEC) Publicaciones jurídicas ‖ 1 PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco tiene eficacia prejudicial y, por lo tanto, suspensiva en los procesos iniciados con posterioridad por consumidores particulares para la tutela de su derecho estrictamente individual. Este problema se encontraba latente en la LEC, cuyo art. 11 reconoce la legitimación para la defensa de los intereses tanto individuales como colectivos y difusos, sin supeditar la tutela de los primeros a la previa decisión sobre los segundos, o viceversa, y adquirió relevancia práctica con el proceso iniciado en 2010 por la Asociación de Usuarios de Banca, Caja y Seguros (ADICAE), en el Juzgado de lo Mercantil nº 11 de Madrid, contra más de un centenar de entidades que incluyeron la cláusula suelo en sus contratos de préstamo hipotecario, en el que recientemente se ha dictado sentencia en primera instancia. Cuando dicho proceso se encontraba pendiente, esta situación (de pendencia) fue invocada por las entidades financieras demandadas que alegaban la excepción de prejudicialidad civil, al amparo del art. 43 LEC, en los procesos posteriores iniciados por consumidores particulares para la defensa de su derecho o interés exclusivamente individual. El planteamiento de esta excepción de prejudicialidad encontró una respuesta contradictoria en los Juzgados de lo Mercantil y en las Audiencias Provinciales 1 sin que existiera un pronunciamiento uniformador del Tribunal Supremo. En esta situación el Juzgado de lo Mercantil nº 9 de Barcelona planteó una cuestión prejudicial con el siguiente contenido: Como el sistema español determina en su artículo 43 LEC ese efecto suspensivo de la acción individual entablada de forma paralela por el consumidor, hasta que recaiga sentencia firme en el procedimiento colectivo, quedando vinculado a lo que se decida en ésta, sin haber tenido oportunidad de alegar lo que a su derecho convenga ni proponer medios de prueba con plenitud de armas: 1 La SAP Asturias, Sección 1ª, de 19 diciembre de 2014 (AC/2014/2138), expone las tres posturas que existen en la jurisprudencia menor: “Pues bien, debe señalarse que distintas han sido las resoluciones judiciales decidiendo esta primera excepción, unas acordando la suspensión del correspondiente procedimiento en tanto se resuelve el del Juzgado de Madrid, unas segundas apreciando no prejudicialidad, sino litispendencia, lo que lleva al archivo de los procedimientos y, por último, unas terceras que han rechazado tanto una como la otra medida”. Publicaciones jurídicas ‖ 2 PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco 1º) ¿Puede considerarse un medio o mecanismo eficaz conforme al Art. 7.1 de la Directiva 93/13/CE, del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores?. 2º) ¿Hasta qué punto ese efecto suspensivo supone un obstáculo para el consumidor y, por tanto, una infracción del Artículo 7.1 de la citada Directiva a la hora de denunciar la nulidad de aquellas cláusulas abusivas incorporadas a su contrato? 3º) El hecho de que el consumidor no pueda desvincularse de la acción colectiva, ¿supone una infracción del artículo 7.3 de la Directiva 93/13/CE[E]?. 4º) ¿O, por el contrario, el efecto suspensivo del Art. 43 LEC es ajustado al artículo 7 de la Directiva 93/13/CE[E] al entender que los derechos del consumidor están plenamente salvaguardados por esa acción colectiva, arbitrando el ordenamiento jurídico español otros mecanismos procesales igualmente eficaces para la tutela de sus derechos y por un principio de seguridad jurídica? 3. Las conclusiones del Abogado General En su dictamen presentado en audiencia pública el 14 de enero de 2016, el Abogado General, después de resaltar que la cuestión prejudicial planteada ofrecía al TJUE la ocasión de precisar su jurisprudencia en lo que concierne a la naturaleza de las acciones individuales y de las acciones colectivas, y la relación existente entre ellas, formula un conjunto de alegaciones de interés y expone, entre otras, las siguientes conclusiones: 1ª) Resulta contraria al principio de efectividad consagrado en la Directiva 93/13 una interpretación de la normativa procesal controvertida (art. 43 LEC) que considere que existe la obligación de suspender la acción individual cuando exista un procedimiento colectivo paralelo o que conceda una prioridad automática a la acción colectiva respecto de las acciones individuales sin que el consumidor pueda decidir, por un lado, no ejercitar su derecho o ejercitarlo eficazmente en el marco de un procedimiento individual, ni, por otro lado, desvincularse de la acción colectiva. 2ª) Si se admite que el control abstracto y general del carácter abusivo de una cláusula contractual en el marco de una acción colectiva de cesación persigue un objetivo distinto del perseguido por las acciones individuales (el control concreto de una cláusula a la luz de circunstancias específicas), deberá admitirse que “un consumidor que decide ejercitar una acción individual no debería verse directamente afectado por la sentencia dictada en el procedimiento colectivo, aunque evidentemente el tribunal que conozca de la acción individual tendrá en cuenta dicha sentencia”. Publicaciones jurídicas ‖ 3 PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco 3ª) La posibilidad de que el consumidor intervenga en la acción colectiva no puede asimilarse al ejercicio de una acción individual. Tal asimilación implicaría para el consumidor afectado, entre otras consecuencias, la renuncia a su fuero propio (el de su domicilio) y quedar supeditado a la manera en que la asociación para la protección de los consumidores haya abordado el asunto, sin poder modificar el objeto o introducir otras pretensiones. A la luz de las anteriores consideraciones, concluye el Abogado General que, habida cuenta del principio de efectividad, el artículo 7 de la Directiva 93/13 debe interpretarse en el sentido de que no se opone a una normativa procesal nacional, como la controvertida en los litigios principales, que permite decretar, debido a la prejudicialidad civil, la suspensión de una acción individual incoada paralelamente a una acción colectiva de cesación hasta que recaiga sentencia firme que ponga fin al procedimiento colectivo, a condición de que, por un lado, tal suspensión no sea obligatoria ni automática, y, por otro lado, el consumidor afectado pueda desvincularse de la acción colectiva”. 4. La sentencia La sentencia viene a acoger las precedentes conclusiones del Abogado General. El punto de partida es que, “tal como se desprende de la interpretación del órgano jurisdiccional remitente, en circunstancias como las que concurren en este caso, ese órgano jurisdiccional está obligado, en virtud del artículo 43 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, a suspender la acción individual de la que conoce hasta que se resuelva mediante sentencia firme la acción colectiva cuya solución pueda aplicarse respecto de la acción individual”. Y, a partir de esta premisa, las consecuencias: “tal situación puede redundar en perjuicio de la efectividad de la protección prevista por esta Directiva a la luz de las diferencias en cuanto al objeto y la naturaleza de los mecanismos de protección de los consumidores que se materializan en esas acciones”. Porque, ciertamente, como ya había dicho el Abogado General en sus conclusiones, “las acciones individuales y colectivas tienen, en el marco de la Directiva 93/13, objetos y efectos jurídicos diferentes (como también lo es el control que con ellas se realiza del carácter abusivo de las cláusulas: abstracto en las primeras y concreto en las segundas)”, de modo que “la relación de índole procesal entre la tramitación de las unas y de las otras únicamente puede atender a exigencias de carácter procesal asociadas, en particular, a la recta administración de la justicia y que respondan a la necesidad de evitar resoluciones judiciales contradictorias. Publicaciones jurídicas ‖ 4 PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco Por ello, la conclusión de la sentencia es clara: “El artículo 7 de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, debe interpretarse en el sentido de que se opone a una normativa nacional, como la de los litigios principales, que obliga al juez que conoce de una acción individual de un consumidor, dirigida a que se declare el carácter abusivo de una cláusula de un contrato que le une a un profesional, a suspender automáticamente la tramitación de esa acción en espera de que exista sentencia firme en relación con una acción colectiva que se encuentra pendiente, ejercitada por una asociación de consumidores de conformidad con el apartado segundo del citado artículo con el fin de que cese el uso, en contratos del mismo tipo, de cláusulas análogas a aquella contra la que se dirige dicha acción individual, sin que pueda tomarse en consideración si es pertinente esa suspensión desde la perspectiva de la protección del consumidor que presentó una demanda judicial individual ante el juez y sin que ese consumidor pueda decidir desvincularse de la acción colectiva”. 5. Conclusión La aplicación de las conclusiones de la sentencia al derecho interno plantea algunos interrogantes. A la espera de un estudio más detenido, formulo los siguientes: 1º. Si la acción “colectiva” y la acción “individual” son independientes, porque es distinta su naturaleza y contenido y también el control que en una y otra se ejerce (abstracto y concreto, respectivamente), parece que la sentencia dictada en el proceso en que se conoce de la primera (acción colectiva) no producirá eficacia de cosa juzgada -ni previamente litispendencia- en un posterior proceso en que se ejercite la segunda (acción individual). La sentencia no aborda este tema, pero, conforme a la doctrina en ella contenida, es claro que si la acción colectiva de cesación (previa nulidad) es estimada, el efecto expansivo de la misma excluirá que un consumidor (haya sido o no parte) plantee un segundo proceso ejercitando la misma acción, ahora individual. Pero ¿impedirá que la ejercite si aquella acción fuera desestimada?. Conforme a la sentencia del TJUE que analizamos, parece que no, a pesar del art. 222.3 LEC. Como tampoco parece que, estimada dicha acción colectiva con base en el control abstracto que en ese proceso se ejerce, deba excluirse que en un posterior proceso en que se ejercite la acción individual (por ejemplo, por un consumidor no personado en el proceso “colectivo”), la entidad financiera demandada pueda reconvenir solicitando la declaración de validez de la cláusula teniendo en cuenta las circunstancias concretas concurrentes en el caso. Publicaciones jurídicas ‖ 5 PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco 2º. Por la misma razón, parece que hay que excluir la existencia de prejudicialidad civil entre ambas acciones. En cualquier caso, deberá tenerse en cuenta que el art. 43 LEC no impone al juez (en el caso, al que conoce de la acción individual) la suspensión del proceso, sino que le reconoce una facultad. Solo en el caso de que se entienda que no estamos ante un supuesto de prejudicialidad ex art. 43 LEC, sino de cosa juzgada positiva ex art. 222.4, cabría plantearse la suspensión preceptiva del proceso. 3º. Las conclusiones de la sentencia (y previamente las del Abogado General) contemplaban el supuesto de ejercicio de la acción de cesación (previa declaración del carácter abusivo de la cláusula). La pregunta es si la doctrina establecida sobre la “independencia” de la acción colectiva y la acción individual es aplicable también en los casos en que se ejercitan acciones reparadoras (que tienen por objeto la condena a devolver una cantidad de dinero, a reparar los daños, o a indemnizar de perjuicios causados): a) Conforme a la sentencia, parece que hay que admitir que, ejercitada una acción colectiva reparadora, un consumidor individual pueda apartarse del proceso y ejercitar la acción individual, sin que el proceso quede excluido por litispendencia o suspendido por prejudicialidad. b) Según las conclusiones del Abogado General, la intervención de los consumidores individuales en la acción colectiva (en el lado activo, como demandantes o apoyando a la asociación demandante) no puede asimilarse al ejercicio de una acción individual; de ello derivaría que la sentencia que se dicte no producirá frente a ellos eficacia de cosa juzgada. En mi opinión, sin embargo, esa sentencia sí afecta a los consumidores personados en el procedimiento, consumiendo su acción individual, de forma que si, al amparo de lo dispuesto en el art. 11.1 LEC, un consumidor (personado) ejercitara posteriormente la acción individual, operarían las excepciones de litispendencia o de cosa juzgada porque en el primer proceso (acción colectiva reparadora) se debatió -o pudo debatirseplenamente la existencia del referido derecho y en él se prestó –o debió prestarseaudiencia al consumidor personado en el primer proceso (acción colectiva) y demandante en el segundo (acción individual), que, por tanto, pudo hacer valer sus derechos sin limitación alguna. Entiendo que la intervención de los consumidores afectados al amparo de la publicidad prevista en el art. 15 LEC, se hace “para que hagan valer su derecho o interés individual” (art. 15.1). Publicaciones jurídicas ‖ 6 PUBLICACIONES JURÍDICAS www.uclm.es/centro/cesco La eficacia de cosa juzgada se excluirá, en cambio, conforme a la doctrina de la sentencia, en los casos en que la acción individual sea ejercitada por un consumidor no personado en el proceso en que se ejercitó la acción colectiva. Publicaciones jurídicas ‖ 7