Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2013;140(10):451–452 www.elsevier.es/medicinaclinica Editorial Feocromocitoma y paraganglioma hereditario: la enfermedad de las 10 caras Hereditary pheochromocytoma and paraganglioma: the disease with ten faces Alberto Cascón a,b,* y Mercedes Robledo a,b a b Grupo de Cáncer Endocrino Hereditario, Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Madrid, España Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), Instituto de Salud Carlos III, Madrid, España A pesar de ser entidades tumorales raras, feocromocitomas y paragangliomas constituyen el principal nexo de unión entre algunos de los sı́ndromes endocrinos tumorales hereditarios más importantes, como son: la neurofibromatosis tipo 1 (OMIM: #162200), las neoplasias endocrinas múltiples de tipo 1, 2A y 2B (OMIM: #131100, #171400 y #162300) y el sı́ndrome de von Hippel-Lindau (OMIM: #193300). Además, feocromocitomas y paragangliomas pueden heredarse, con o sin la presencia de otros tumores, en los conocidos como sı́ndromes paraganglionares (PGL1-5; OMIM: #168000, #601650, #605373, #115310 y #614165, respectivamente). También pueden asociarse con tumores gastrointestinales (GIST) en el sı́ndrome de CarneyStratakis (OMIM: #606864) o con GIST y condromas pulmonares en la trı́ada de Carney (OMIM: #604287). Por último, los feocromocitomas, y en raras ocasiones los paragangliomas, pueden heredarse en solitario en el feocromocitoma hereditario asociado a mutaciones en TMEM1271 o en el gen MAX2. Esta complejidad fenotı́pica viene acompañada por una no menos compleja genética. Desde el año 1990, en el que se describieron las primeras mutaciones germinales en el gen NF1 en pacientes con feocromocitoma3, hasta el descubrimiento en el año 2011 de mutaciones constitucionales en el gen MAX en pacientes con feocromocitoma hereditario2, se han identificado 10 genes de susceptibilidad: NF1, RET, VHL, SDHA, SDHB, SDHC, SDHD, SDHAF2, TMEM127 y MAX. A estos habrı́a que añadirles 2 genes adicionales, EGLN1 y KIF1B, que parecen desempeñar un papel poco relevante en el desarrollo de la enfermedad, dado que, hasta la fecha, solo se ha descrito una familia portadora de mutaciones germinales en cada caso4,5. La presencia de mutaciones germinales en alguno de los 10 genes de susceptibilidad principales explica hasta un 40% de los pacientes (con o sin antecedentes familiares), y esto hace del feocromocitoma/paraganglioma uno de los tumores con mayor componente hereditario conocido. Dos de los genes, SDHD y SDHAF2, se encuentran maternalmente imprintados y, por lo tanto, su alteración germinal es patogénica únicamente cuando se hereda de progenitores masculinos, ocasionando saltos generacionales Véase contenido relacionado en DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli. 2012.11. 030 * Autor para correspondencia. Correo electrónicos: acascon@cnio.es, mrobledo@cnio.es (A. Cascón). en las familias portadoras que pueden dificultar el reconocimiento de un caso como hereditario en las consultas de consejo genético. Las mutaciones germinales del gen MAX también parecen transmitirse únicamente por vı́a paterna6, aunque en esta ocasión se desconoce el mecanismo biológico implicado. En cuanto al potencial metastásico de los feocromocitomas/paragangliomas, este puede ser inferior al 5% o llegar a alcanzar hasta un 30% dependiendo de cuál sea el gen de susceptibilidad alterado. Por otro lado, la penetrancia de algunas mutaciones y la expresividad de la enfermedad asociada pueden ser muy variables, dependiendo también en gran medida de la alteración germinal existente. Finalmente, la secreción de catecolaminas inherente a la mayor parte de feocromocitomas/paragangliomas es igualmente heterogénea y, aunque guarda bastante relación con la mutación germinal subyacente y en muchas ocasiones sirve para orientar el diagnóstico genético, su interpretación supone en muchos casos un reto. Por todo ello, tanto el diagnóstico como el consejo genético ofrecido a los pacientes y a sus familiares entrañan una gran complejidad. Entre todos los genes de susceptibilidad a desarrollar feocromocitoma/paraganglioma hereditario, el gen SDHB constituye un paradigma de heterogeneidad en sı́ mismo. Por una parte, las mutaciones en este gen suelen estar asociadas con la presencia en el momento del diagnóstico de un único tumor retroperitoneal7, a diferencia de lo que ocurre con el resto de genes de susceptibilidad, que se asocian frecuentemente con el desarrollo de tumores bilaterales o múltiples. Sin embargo, estos tumores únicos desarrollados en pacientes portadores de mutaciones germinales en SDHB presentan un riesgo de metastatizar que oscila entre un 23 y un 40%8,9, de modo que está ampliamente aceptado que el mero hecho de ser portador de una mutación germinal en este gen representa un factor de mal pronóstico y obliga, por tanto, a hacer un seguimiento clı́nico más estrecho del paciente. Además, SDHB es el único de los 5 genes de la cadena respiratoria asociados al desarrollo de feocromocitoma/paraganglioma hereditario cuyas mutaciones confieren riesgo de desarrollar carcinoma renal de células claras10, un tumor muy agresivo. Un segundo punto que hace especialmente complejo el abordaje de estos pacientes es que, estando entre los principales genes responsables de la enfermedad en edad pediátrica11,12, la penetrancia de las mutaciones en SDHB es tan solo de un 30% a los 80 años de edad13. Es decir, muchos portadores de mutación en SDHB no llegan a desarrollar nunca la enfermedad, siendo frecuente, 0025-7753/$ – see front matter ß 2012 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2012.12.009 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 25/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 452 A. Cascón, M. Robledo / Med Clin (Barc). 2013;140(10):451–452 además, la ausencia de antecedentes familiares conocidos en el momento del diagnóstico. Este hecho, unido a la frecuente aparición de un único tumor, dificulta la detección de una posible enfermedad hereditaria. Por todas estas particularidades, y fundamentalmente debido a su elevado potencial metastásico asociado, actualmente todos los algoritmos de diagnóstico genético incluyen el estudio del gen SDHB en pacientes con feocromocitoma/paraganglioma. El trabajo realizado por Dı́az-Soto et al., publicado en el presente número de Medicina Clı´nica, ilustra las principales caracterı́sticas de la enfermedad asociada a mutaciones en el gen SDHB14. A partir de un paciente con una enfermedad aparentemente esporádica (un único tumor retroperitoneal en el momento del diagnóstico y sin antecedentes familiares), y tras la identificación de una mutación germinal en el gen, el cribado realizado en el resto de familiares identificó 3 portadores de mutación adicionales, de 21, 58 y 81 años de edad. Solo en el primero se evidenció la enfermedad tras el estudio bioquı́mico y de imagen, confirmando la baja penetrancia de las alteraciones en este gen y su asociación con edades de aparición relativamente tempranas. Descifrar qué factores adicionales, genéticos o ambientales, explican este comportamiento aparentemente contradictorio sigue siendo un reto, en el que muchos investigadores están trabajando actualmente. En el estudio de Dı́az-Soto et al., tanto el perfil secretor noradrenérgico del tumor inicialmente diagnosticado en el probando como su localización retroperitoneal guiaron el estudio genético de la enfermedad, permitiendo la identificación y seguimiento clı́nico tempranos de un paciente aparentemente asintomático. Por tanto, el diagnóstico genético en pacientes con feocromocitoma y paraganglioma representa un ejemplo más de cómo la medicina molecular permite seleccionar a aquellos individuos que deben beneficiarse de un seguimiento clı́nico adecuado. Esto es, si cabe, más importante en el caso de los portadores de mutaciones germinales en el gen SDHB, teniendo en cuenta su potencial metastásico. Siendo ya el escenario genéticamente complejo, recientemente hemos asistido a una nueva incorporación a la lista de genes implicados en el desarrollo de feocromocitomas y paragangliomas. Se trata del gen EPAS1, cuyas mutaciones parecen producirse únicamente en células de la cresta neural durante estadios muy tempranos del desarrollo embrionario, pudiendo dar lugar a una presentación múltiple sin que esta sea en realidad hereditaria15. Este hallazgo podrı́a tener una gran repercusión, ya que a partir de ahora deberı́a contemplarse hacer el estudio genético no solo en sangre periférica, sino también en el tumor, lo que puede conducir a un profundo cambio en el proceso global de diagnóstico del paciente. En definitiva, y teniendo en cuenta que el feocromocitoma/paraganglioma es uno de los tumores con mayor componente hereditario conocido, el cribado genético deberı́a ser obligatorio en todos los pacientes. Para evitar demoras y gastos innecesarios al Sistema Nacional de Salud, se requieren guı́as claras y eficientes que puedan orientar el estudio genético de forma racional. Variables clı́nicas como la presencia de antecedentes familiares, la localización de los tumores, la edad de diagnóstico, el carácter bilateral o múltiple, la presencia de metástasis o la secreción bioquı́mica del tumor, ası́ como la valoración inmunohistoquı́mica de los tumores o la existencia de saltos generacionales de la enfermedad, se han utilizado para elaborar distintos algoritmos de gran utilidad para el diagnóstico genético de la enfermedad7,11,16. No obstante, estas guı́as deben ser actualizadas constantemente por la frecuente incorporación de nuevos genes de susceptibilidad a este «puzle genético» que es el feocromocitoma/ paraganglioma. Bibliografı́a 1. Qin Y, Yao L, King EE, Buddavarapu K, Lenci RE, Chocron ES, et al. Germline mutations in TMEM127 confer susceptibility to pheochromocytoma. Nat Genet. 2010;42:229–33. 2. Comino-Mendez I, Gracia-Aznarez FJ, Schiavi F, Landa I, Leandro-Garcia LJ, Leton R, et al. Exome sequencing identifies MAX mutations as a cause of hereditary pheochromocytoma. Nat Genet. 2011;43:663–7. 3. Wallace MR, Marchuk DA, Andersen LB, Letcher R, Odeh HM, Saulino AM, et al. Type 1 neurofibromatosis gene: Identification of a large transcript disrupted in three NF1 patients. Science. 1990;249:181–6. 4. Yeh IT, Lenci RE, Qin Y, Buddavarapu K, Ligon AH, Leteurtre E, et al. A germline mutation of the KIF1B beta gene on 1p36 in a family with neural and nonneural tumors. Hum Genet. 2008;124:279–85. 5. 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