LA CIENCIA FICCIÓN, A LA ESPERA DE LA CIENCIA Alumno: DOS SANTOS, Nazarena Soledad Escuela: Colegio Nacional de Buenos Aires, Capital Federal Profesor Guía: INDELICATO, Evangelina INTRODUCCIÓN La ciencia, según el sentido etimológico de la palabra; conocimiento, puede ser definida como un conjunto de proposiciones lógicamente encadenadas que forman un sistema coherente, proposiciones que deben ser “verdaderas”, es decir que deben haber sido suficientemente comprobadas experimentalmente. Ésta alcanzó un espectacular avance durante la segunda mitad del siglo XIX lo que originó la aparición de una rama de la literatura referida al impacto que sus avances y los avances tecnológicos provocan sobre la sociedad, rama de la literatura que se ha dado en titular ciencia ficción. Los textos de ciencia ficción han sido llamados también literatura de anticipación, al adelantar en múltiples casos avances de la ciencia, pero ¿en qué casos los relatos de ciencia ficción acertaron en sus predicciones y en qué casos no? Esta es una pregunta que solo se podrá responder mediante el análisis de los textos más importantes de esta rama de la literatura y mediante la realización de un pequeño seguimiento de la historia de la ciencia. Es interesante estudiar también cómo repercutieron estos avances en la condición humana actual. Esta monografía se dedicará a responder estas preguntas. DESARROLLO Resulta difícil remontarse al origen de la ciencia, viajando atrás hasta hace varios millones de años nos encontraríamos con el intento del hombre por explicar los fenómenos naturales depositando las respuestas en religiones, es decir atribuyendo esos hechos inexplicables a un poder superior y buscando satisfacer a ese poder que controlaba el mundo mediante rituales y ofrendas. Cuando esos rituales parecían no ser tan efectivos, las dudas acerca de las fuerzas superiores comenzaron a salir a la superficie, esto sucedió aproximadamente en el año 600 a.C. en Grecia, los filósofos griegos que comenzaron a cuestionarse el funcionamiento del universo fueron dándose cuenta de que éste estaba gobernado por ciertas leyes y desarrollaron un método deductivo de investigación que según ellos les permitía llegar a la verdad absoluta. Con la consolidación del imperio romano, donde se le daba gran importancia a la religión, la filosofía científica griega fue dejada de lado y se produjo un importante distanciamiento entre la ciencia y la sociedad. Recién a fines del siglo XVI la ciencia comenzó a acercarse nuevamente a la sociedad pero utilizando un método distinto para producir conocimiento, un método inductivo que dándole más valor a la experimentación parte de lo particular hacia lo general y es usado y conocido actualmente como el método científico. Luego de la aparición de este nuevo método, la ciencia avanzó de forma inesperada acompañada por la tecnología, disciplina con la que posee una importante relación de dependencia, ya que el progreso de la ciencia depende en parte del avance de la tecnología, pero las dos tienen objetivos distintos ya que la ciencia tiene como meta el proceso del conocimiento y la tecnología busca la transformación de la realidad dada. Frente al cambiante mundo de la ciencia, la ciencia ficción tomó esos grandes avances para incluirlos en sus historias utilizando conocimiento científico y tecnológico como recurso principal. En 1926 fue utilizado por primera vez el término tan empleado actualmente de “ciencia ficción”, lo que no quiere decir que obras anteriores a esta fecha no encajen dentro de los límites de esta rama, como es el caso de “Frankenstein” (1818) de Mary Shelley, considerada hoy en día la obra precursora de la ciencia ficción, que habla de la posibilidad de dar vida a un ser cuyo cuerpo fue creado por el hombre a partir de partes de cuerpos muertos. Ésta probablemente no pueda considerarse una predicción cumplida, pero los avances de la ciencia sí permiten la realización de transplantes e implantes de muchas partes del cuerpo a pacientes que los requieren. Como importante exponente de la literatura de ciencia ficción encontramos también a Julio Verne, quién escribió múltiples obras de este género, una de ellas “20 mil leguas de viaje submarino” (1870), en la cual ideó una nave capaz de navegar bajo el agua como el submarino atómico que se inventaría en EEUU en 1955. En 1898 Herbert George Wells escribió “La Guerra de los mundos”, una obra caótica que adelantó la invención de los rayos láseres, al aparecer en la novela unos rayos mortales verdes utilizados por los extraterrestres y los gases asfixiantes que en la novela son utilizados por los alienígenas y fueron luego utilizados como armamento. Otra muy interesante obra del género es “Un mundo feliz” (1932) de Aldous Huxley, que describe una especie de utopía en la que la humanidad es saludable y avanzada tecnológicamente, la guerra y la pobreza han desaparecido, y todos son felices, además se han eliminado: la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía, ya que las personas son ubicadas en castas al nacer y se los hipnotiza para que asuman el papel que se les da en la sociedad con entusiasmo. Esta polémica novela adelantó los avances que luego se alcanzarían en el terreno de la genética, con respecto a la manipulación de embriones y la clonación de células. En 1979 Arthur Clarke escribió “2001”, una de las más conocidas obras del género, en la que se utiliza tecnología que él mismo había propuesto en un ensayo en 1945; los satélites de comunicaciones geoestacionarios, para realizar una videoconferencia. A pesar de tan acertada predicción, puesto que los satélites son muy utilizados actualmente, la novela también introduce la inteligencia artificial, la animación suspendida, los hoteles orbitales y las ciudades en la luna como avances científicos del segundo milenio, avances que nunca fueron alcanzados por la ciencia. En los años 80 frente a la aparición de las computadoras y la internet muchos autores de ciencia ficción se dedicaron a predecir cómo el mundo se vería dominado por la tecnología y el capitalismo y la sociedad se transformaría totalmente. A medida que esta nueva tecnología implementada fue siendo aceptada y ampliamente utilizada se dejó de lado esa postura pesimista y las novelas comenzaron a hablar de un futuro más cercano, con personajes que buscan mejorar las condiciones sociales del mundo. La ciencia ficción actual encuentra dificultada su labor por el sentimiento de esperanza y miedo que la humanidad posee respecto al futuro. Las últimas obras de ciencia ficción, ya no han encontrado un terreno tan amplio sobre el cual especular puesto que los avances de la ciencia han sido tan grandes que resulta inimaginable lo que sucederá en el futuro, además, es difícil mantenerse al tanto de los avances científicos que se suceden en la actualidad, que quizás no representen cambios muy grandes en nuestra vida inmediatamente, pero sí en un futuro, y es de los cambios sociales que habla también la novela de ciencia ficción. Frente a esta limitación, podría considerarse que la ciencia ha dado un descanso a la ciencia ficción, que se encuentra en una meseta en la cual no le es fácil predecir innovaciones futuras. Todas las predicciones que los autores pudieron realizar, que muchas veces orientaron a científicos en nuevas direcciones, dándoles ideas, no hubieran podido ser realizadas en otra época, es decir, las antiguas sociedades jamás hubieran podido imaginar el desarrollo tecnológico y científico que se ha alcanzado en el mundo, lo que no quiere decir que las mentes de los pensadores de este milenio sean más evolucionadas, sino sólo que ha habido un cambio en la forma de pensar. Este cambio puede notarse, por ejemplo, realizando un contraste entre los griegos antes del año 600 a.C. y nuestra sociedad actual: por un lado, tenemos una sociedad que cree estrictamente en una serie de dioses que son los que han propiciado en el mundo las condiciones para que ellos puedan vivir y que a través de una relación “simbiótica”, intercambian favores con la sociedad beneficiándola u obedeciendo sus pedidos al recibir ofrendas y rituales en su honor, y por otro nuestra sociedad, capaz de brindar explicaciones científicas a miles de fenómenos y concebir a la vez la existencia de un dios creador con leyes a seguir, capaz también de aceptar la enormidad del universo y que dentro de esa enormidad pueda existir vida de otras especies, ajenas a las nuestras. De este contraste podemos inferir que hubo un cambio y uno muy grande, y que de poder introducir a un ciudadano de Grecia del 600 a.C. en nuestra sociedad, éste debería asimilar en muy poco tiempo el cambio en la condición humana que se dio en miles de años; por la forma en la que cambió el papel de la ciencia, cuyo deber ahora es comprender el universo, pero también mejorar las condiciones de vida de la humanidad. El ciudadano debería afrontar también el hecho de que no siempre los avances científicos han cumplido con este deber de mejorar las condiciones de vida de la humanidad, ya que muchas invenciones han sido utilizadas para la destrucción o a beneficio de intereses privados que poco piensan en la humanidad, si bien también en su época el desarrollo tecnológico era utilizado para las guerras. Debería cotejar también un sistema en el que el pensamiento, que en su sociedad era libre, está condicionado y es guiado a favor de intereses de los ejes de poder de cada sociedad. Todos los descubrimientos implicaron un pequeño cambio en el hombre, y realizar de un salto un avance en tantos años no permitiría comprender realmente al hombre actual, ni a la organización actual del mundo, le sucede lo mismo al hombre actual a quién le resulta cada vez más difícil especular acerca del hombre futuro. CONCLUSIÓN Se ha podido dejar en claro a través de un pequeño análisis de las obras célebres de la ciencia ficción cómo grandes autores pudieron imaginar y plasmar innovaciones que luego la ciencia haría realidad y que son hoy en día comunes. Al atenerse a las leyes científicas los autores de este género obtuvieron muchas veces resultados positivos (aunque su objetivo no haya sido el de predecir el futuro sino hayan buscado solo dejar volar su imaginación a favor de la trama), y los que no, quizás los obtengan en un futuro. La ciencia ficción ayudó también a la ciencia a explorar ciertos terrenos, proporcionando ideas, fue la ciencia la que en su avance desenfrenado dio una etapa dorada a la literatura de anticipación y también la que la dejó corta de recursos, con dificultades para encontrar temas sobre los que escribir, o avances que predecir, por esto, la ciencia ficción debe esperar a una nueva revolución científica que quizás esté gestándose en este mismo momento y que le permitirá desarrollarse mejor, o de la misma manera que en su etapa dorada. La ciencia cambió nuestra vida en incontables aspectos, no solo por las facilidades que nos brindó sino por la forma en la que logró cambiar nuestra forma de pensar hasta el punto de diferenciarnos tanto a sociedades antiguas, tanto en aspectos positivos como negativos. De esto podemos concluir que el poder que la ciencia posee es muy valioso, ya que ha permitido nuestro progreso, y de caer en “manos equivocadas”, podría desencadenar catástrofes más grandes que las que previene, por lo cual se debe reconocer la gran responsabilidad que el conocimiento científico implica y debe manejarse con suma precaución. BIBLIOGRAFÍA • Wikipedia, (http://es.wikipedia.org/) • Ciencia-ficción, guía de lectura, Barceló Miquel. • Momentos estelares de la ciencia, Isaac Asimov. • “La Ciencia”- Guía de Biología de 3er año del Prof. Carlos González (www.botanica.cnba.uba.ar) • Las profecías de un mundo (in)feliz, Artículo del diario El mundo. (http://www.elmundo.es/cronica/2002/333/1015235533.html) • Artículo sobre las predicciones de la ciencia ficción. (www.neoteo.com/predicciones-dela-ciencia-ficcion-puede-la.neo) • Historia del Pensamiento, la filosofía y las ciencias por Humberto Pliego Arenas (http://runapacha.iespana.es/paginas/6filosofia/pdf/filosofia007.pdf).