EL ÁLBUM. Del amarga prisión triste y escura A donde mueren veinte mil cristianos Tienes la llave de su cerradura. Todos, cual yó, de allá puestas las manof Las rodillas por tierra, sollozando, Cercados de tormentos inhumanos; Valeroso Señor te esbán rogando Vuelvas los ojos de misericordia A los tuyos que están siempre llorando.., Tantos servicios prestados á su patria por Cervantes, n o l e produjeron en los seis años q u e estuvo en la m i l i c i a , que el aumento otras recompensas de tres miserables escudos de paga, sobre la de s o l d a d o . Esto debió escitarle á pedir 59 su l i c e n c i a en 1 5 7 5 , obteniéndola y embarcándose e n l a galera Sol c o n rumbo á España, acompañado de su hermano R o d r i g o , soldado c o m o él. L a Estos magníficos tercetos llenos d e i n s p i r a fatalidad dispuso que unos piratas berberiscos cioii y de sentimiento, los p o n e también Cer diesen c o n esta vantes n a v e , rindiéndola sando á toda la tripulación. de sus infortunios y apre- E l genio fatal q u e l e a c o m p a ñ ó toda su en b o c a del cautivo Saavedra prota- gonista de su c o m e d i a Los Tratos de A rgel. F e l i p e el Prudente n o atendió l o s infortu- v i d a n o le dejó pisar las costas de su patria, nios d é l o s cautivos españoles, y Cervantes su llevándole cautivo de Dalí Mamí el Cojo á frió su prisión hasta 19 de Setiembre de 1 5 8 0 , la ciudad d e A r g e l , á llorar en l a estrechez en q u e fué r e d i m i d o por el Padre F r a y Juan de un zaquizamí, más que la pesadumbre de Gil e n la cantidad de IMO doblas ó sea unos sus cadenas, la que l e causaba la pérdida de 6770 reales. Restituido á su p a t r i a después de o n c e años su libertad. E n 1 5 7 9 escribió e n ochenta magníficos tercetos, llenos de inspiración, u n a carta, q u e y a hemos citado eu otro lugar, Mateo dirigida á Vázquez, allegado del s o m b r í o F e l i - de ausencia, v o l v i ó p o b r e , mutilado y c o n mas desventura q u e cuando la dejó. Entonces quiso hacer valer las recomendaciones q u e le habían dado D . J u a n de Austria y el D u - pe I I , y brazo siempre dispuesto á ejecutar sus q u e de Sesa, p e r o solo r e c o g i ó n u e v o s desen- designios, en l a cual al p r o p i o t i e m p o que gaños y las decepciones q u e sufren los desva- se queja de su adversa suerte, p r o p o n e al R e y lidos; y v i e n d o inútiles sus pretensiones y la conquista de A r g e l , i g n o m i n i a y m e n g u a desatendido p o r la Corte á pesar de sus g l o - de toda E u r o p a , que consentía aquellos crue- riosas heridas, sin medios para v i v i r , v o l v i ó les cautiverios. Desde el i n m u n d o B a ñ o del á empuñar las armas R e y escribe la amargura q u e d e v o r a su co-; ple soldado en el valiente y famoso tercio v e - razón, y llora la j u v e n t u d que pierde y los terano sueños la guerra en P o r t u g a l . de g l o r i a q u e se disipan: "En la esquiva prisión amarga y dura A donde agora quedo, estoy llorando Mi corta infelicisima ventura. Con quejas cielo y tierra importunando. Con sospiros al aire escurcsciendo, Con lágrimas el mar acrescentando; Vida es esta Señor, do estoy muriendo Entre bárbara gente descreida, La mal lograda juventud perdiendo. Cuando llegué vencido y vi la tierra Tan nombrada en el mundo, que en su seno Tantos piratas cubre, acoje y cierra, No pude al llanto detener el freno, Que á mi despecho, sin saber lo que era Me vi el marchito rostro de agua lleno-u E n otra p a r t e estimula al R e y á q u e m a n d e sus fuerzas á Argel: "La gente es mucha mas su fuerza es poca; Desnuda, mal armada, que no tiene En su defensa, fuerte, muro ó roca. Cada imo mira si tu armada viene. Para dar á sus pies el cargo y cura De conservar la vida que sostiene. t o m a n d o plaza de sim- de Mosquera de F i g u e r o a , q u e hacía Cervantes recuerda, en las seguidillas q u e p o n e e n boca del m a n c e b o del Quijote q u e iba á tomar plaza necesidad y de soldado, el estado d e de pobreza q u e l e o b l i g ó p o r segunda v e z á empuñar las armas. "A la guerra me lleva Mi necesidad; Si tuviera dinero No fuera eu verdad." • fCoiitÍ7Hia}'á.) E L T R A B A J O . ; Ni el arte ejecuta, ni la tierra produce, sin el trabajo material, científico y moral del hombre. El trabajo es, por consiguiente, el origen de las mas bellas concepciones de Murillo, Rafael y Miguel Ángel. Frutos do tan noble ejercicio, son la catedral de Colonia; la Iglesia de S. Pablo en Londres; el Monasterio del Escorial; las sublimes notas de Verdi y Donizzetí; la aplicación i