Los aspectos político y económico de la reducción de las

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Los aspectos político y económico de la reducción de las emisiones
Las políticas que prevean un precio real o implícito del carbono podrían crear incentivos
para que los productores y los consumidores inviertan grandes sumas en productos,
tecnologías y procesos que emitan poco gases de efecto invernadero.
"Cambio climático 2007,"
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
Notirrápidas
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Se esperan inversiones por valor de más de 20 mil billones de dólares de los EE.UU. en la
infraestructura energética entre el presente y 2030, que repercutirán a largo plazo en las
emisiones de gases de efecto invernadero.
Los subsidios, directos e indirectos, a los combustibles fósiles y la agricultura, siguen
siendo una práctica común.
Los modelos indican que la estabilización de las emisiones podría costar una reducción
anual de la tasa de crecimiento del PIB de menos del 0,12% a menos del 0,06%
Aspectos políticos
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Gobiernos —Las autoridades estatales pueden desempeñar una importante función
motivando al sector privado a que inviertan en tecnologías innovadoras y proporcionando a
las empresas incentivos que sean claros, previsibles, a largo plazo y sólidos.
Las políticas pueden ser contraproducentes — Las políticas oficiales también pueden
ser contraproducentes. Los subsidios directos e indirectos para el uso de combustibles
fósiles y la agricultura siguen siendo una práctica común, aunque los que se aplican al
carbón disminuyeron durante el último decenio, en particular en los países industrializados.
Se necesitan políticas muy diversas — Los gobiernos están utilizando con éxito una
amplia diversidad de políticas y medidas para abordar el cambio climático, entre ellas
reglamentos y normas, impuestos y gravámenes, permisos negociables, acuerdos
voluntarios, subsidios, incentivos financieros, programas de investigación y desarrollo de
instrumentos para la información. La combinación más eficaz de políticas variará de un
país a otro.
Políticas que rijan las inversiones — Las políticas oficiales y las decisiones sobre
inversión del sector privado son un elemento esencial para los más de 20 mil billones de
dólares de los Estados Unidos que se espera se inviertan entre el presente y 2030 y que
surtirán efectos a largo plazo en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Eliminación de las barreras a la innovación — Para que las políticas sean eficaces, los
gobiernos tienen que prestar especial atención a la detección y eliminación de barreras a la
innovación. Estas barreras pueden ser los precios de mercado que no incorporan factores
externos como son la contaminación, los incentivos mal orientados, los intereses creados,
la falta de organismos de control eficaces y la información deficiente.
Método holístico — Debido a que ningún sector o tecnología puede procurar solución a
todo el problema de la mitigación, el mejor método es adoptar un conjunto diversificado de
políticas y abordar todos los sectores principales.
Los aspectos económicos
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Los economistas utilizan modelos para calcular los efectos económicos de los esfuerzos
para reducir las emisiones. La elaboración de modelos económicos se basa en muy
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diversos supuestos, que son decisivos para las conclusiones de un modelo acerca del
costo de estabilización de los niveles de gases de efecto invernadero. Los principales
supuestos abarcan la tasa de descuento, el nivel básico de emisiones, el cambio
tecnológico conexo y las emisiones resultantes, la meta y el nivel de estabilización y el
conjunto de tecnologías disponibles.
Los estudios indican que existe un potencial económico importante para la mitigación de
las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial durante los próximos
decenios.
Los modelos económicos producen factores externos de más bajo costo cuando utilizan
niveles básicos con emisiones que aumentan lentamente y cuando permiten que el cambio
tecnológico se acelere a medida que aumentan los precios del carbono. Los costos
también se reduce cuando se aplican en todos sus aspectos los mecanismos de flexibilidad
del Protocolo de Kyoto. Si aumentan los ingresos gracias a los impuestos sobre el carbono
o a los planes de emisión, los costos se pueden reducir si esos nuevos ingresos se utilizan
para promover tecnologías que emiten poco carbono y eliminar las barreras a la mitigación.
Algunos modelos incluso redundan en ganancias positivas para el PIB porque parten del
supuesto de que las economías no están funcionando en condiciones óptimas y de que las
políticas para mitigar el cambio climático pueden ayudar a reducir las imperfecciones de la
economía.
Muchos modelos económicos informan el costo de reducción de las emisiones en función
de la "pérdida de PIB." Por ejemplo, para el año 2030, el costo macroeconómico medio a
nivel mundial de asegurar que los niveles de gases de efecto invernadero lleguen a
estabilizarse entre 445-710 ppm fluctúa entre menos del 3% y una ganancia de 0,6% del
PIB. Esto se traduce en una reducción anual de la tasa de crecimiento del PIB de menos
de 0,12% a menos de 0,06. Esta pequeña pérdida debería compararse a las proyecciones
de que la economía mundial probablemente se amplíe a niveles extraordinarios durante los
próximos decenios.
Los economistas utilizan el análisis de costo-beneficios para comparar los costos de la
acción con los costos de la inacción (es decir, de los daños del cambio climático).
Cuantifican los daños del cambio climático como el costo social del carbono (SCC) y lo
descuentan en el transcurso del tiempo. El costo social del carbono da un valor a los
costos que no son reconocidos por la economía, por ejemplo el costo del aumento de la
sequía, las tormentas e inundaciones no se incluye en el precio monetario pagado por la
quema de combustibles fósiles, pero se incluirían en el costo social. Ahora bien, debido a
las grandes incertidumbres en la cuantificación de los daños no relacionados con el
mercado, es difícil calcular los costos sociales del carbono con toda confianza. De resultas
de ello, los cálculos publicados varían muchísimo y es muy probable que se les subestime.
La comparación del costo social de las estimaciones de carbono con los precios del
carbono para diferentes grados de mitigación demuestra que el costo social del carbono es
al menos comparable con los precios del carbono, y posiblemente más altos, incluso en el
caso de las situaciones hipotéticas más estrictas evaluadas por el IPCC. Dicho de otro
modo, el costo de estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero a
niveles bajos tiende a ser comparable, o inferior, al costo de la inacción.
También es importante recordar que las políticas sobre el clima pueden redundar en
beneficios muy positivos que no se pueden incluir como factores en las estimaciones de
costos. Esos beneficios son la innovación tecnológica, la reforma fiscal, el aumento del
empleo, el aumento de la seguridad energética y los beneficios para la salud derivados de
la reducción de la contaminación. De resultas de ello, las políticas sobre el clima que
ofrecen beneficios colaterales importantes pueden proponer una política de reducción de
los gases de efecto invernadero que verdaderamente no cause pesares, en la que se
puedan acumular ventajas sustanciales aun cuando el efecto del cambio climático inducido
por el hombre no llegue a los niveles que sugieren las proyecciones actuales.
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