la arquitectura posmoderna - Matias Avila / Graphic Designer

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GUÍA T. P. Nº
CURSO 2014
4
LA ARQUITECTURA POSMODERNA
OBJETIVOS
 Comprender las transformaciones producidas el contexto histórico- cultural a partir de la década del setenta y su
incidencia en la arquitectura y la ciudad.
 Estudiar la arquitectura de la Posmodernidad a través de sus diversas búsquedas.
 Comprender y fundamentar los cambios y rupturas, permanencias e influencias que se reconocen en las propuestas
arquitectónicas posmodernas respecto a las etapas anteriores.
CRONOGRAMA
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31/7
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4/9
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Marco histórico cultural de la Posmodernidad
Cierre y entrega TP 3 Consignas TP 4
La ciudad posmoderna
Desarrollo TP4 Recuperatorio Parcial 1
Las líneas en la arquitectura posmoderna
Desarrollo TP4
Las líneas en la arquitectura posmoderna
Desarrollo TP4
La vivienda en la posmodernidad
Desarrollo TP4
Seminario de Cierre
EVALUACIÓN PARCIAL 2 ESQUICIO INDIVIDUAL
Teórico
Práctico
Teórico
Práctico
Teórico
Práctico
Teórico
Práctico
Teórico
Práctico
Práctico
MODALIDAD DE TRABAJO Y
Modalidad: CUESTIONARIO, SEMINARIO Y EVALUACIÓN PARCIAL MEDIANTE ESQUICIO INDIVIDUAL
Soporte: Cuaderno individual Y Láminas Síntesis para Seminario
CUESTIONARIO
A partir de los contenidos de las clases teóricas, de la consulta de la bibliografía indicada y de la selección de otras fuentes, cada
equipo de trabajo desarrollará los siguientes ítems registrándolos en sus cuadernos individuales
1 ¿Cuáles son los principales acontecimientos mundiales desde 1970 a hoy?
2. ¿Cuáles son las causas que ponen en crisis los valores de la sociedad moderna?
3. ¿A qué se llama globalización y cuáles son sus consecuencias?
4. ¿Cuáles son los principales paradigmas de la sociedad posmoderna y cómo inciden en el diseño?
5. ¿Cuáles son las principales características de las manifestaciones artísticas posmodernas? Ejemplificar
6. ¿Por qué en la posmodernidad se hace referencia a nuevas realidades espaciales? Caracterizarlas.
7. ¿Cómo incide la cultura posmoderna en la transformación de la ciudad? Ejemplificar con Barcelona, Berlín o París.
8. ¿Cuáles son las líneas que se detectan en la arquitectura posmoderna? Caracterizar y ejemplificar
9. Elegir uno de los siguientes subtemas y documentar dos obras de cada autor (una de ellas vivienda y la restante de otra
tipología)
1
2
3
4
5
EDUARDO SOUTO DE MOURA
MVRVD
TADAO ANDO
CHRISTIAN DE PORTZAMPARC
WANG SHU
SANAA
BIG- BJARKE INGELS GROUP
JEAN NOUVEL
RALPH ERSKINE
HERZOG & DE MEURON
10. Analizar las obras seleccionadas teniendo en cuenta:
a.
¿Quién es el comitente? Vincularlo con el modo de vida de la época para entender: ¿cuáles son los requerimientos a
los que su arquitectura brinda respuestas?
b.
¿Cuáles son los recursos materiales y expresivos que caracterizan las obras del autor estudiado? ¿Se reconocen
antecedentes en la región donde se inserta su labor?, ¿de qué modo los interpreta? ¿Se evidencia la búsqueda de
nexos con la identidad del contexto arquitectónico y urbano en la propuesta?
c.
-
Gráfico-conceptualmente sintetizar los siguientes aspectos :
La resolución funcional: las prácticas sociales e individuales previstas, la relación espacio/equipamiento
La resolución técnica: organización estructural, resolución de las envolventes. Materiales, técnicas constructivas, el
manejo de la luz.
La resolución formal: aspectos expresivos-significativos.
La relación obra/entorno.
La concepción espacial.
SEMINARIO
Cada equipo de trabajo realizará sobre los siguientes temas una exposición en no más de 10 minutos en el Seminario de Cierre
1.
La ciudad en la posmodernidad. Fortalezas y debilidades. Ejemplificación (París, Barcelona o Berlín)
2.
Los aportes de los arquitectos estudiados en relación a la dimensión social y/o tecnológica de la obra
Para acompañar su exposición cada equipo deberá realizar una síntesis gráfica en dos o tres láminas de elaboración rápida.
ESQUICIO
Análisis comparativo de ejemplos teniendo en cuenta: lo social, lo tecnológico y el espacio interior.
Detección de los cambios y rupturas, permanencias e influencias que se reconocen en las propuestas arquitectónicas
posmodernas respecto a las etapas anteriores.
MATERIAL PARA EL DESARROLLO DEL TRABAJO
BÁSICO
-Goytía, N. y equipo: “Cuando la idea se construye. Los procesos de diseño en la arquitectura de los Siglos XIX y XX”
Editorial Magenta, 3º edición, Córdoba, 2008.
- Bettolli, M., Ferrando, G. y Samar L.: “Lógicas funcionales en la vivienda colectiva moderna y contemporánea” capítulo del
libro: “Vivienda colectiva en la ciudad. Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Diseño Nivel III” FAUD UNC, 2012.
- French, H.:” Vivienda colectiva paradigmática del siglo XX. Plantas, secciones y alzados.” Barcelona, Editorial G. Gili., 2009.
- De Fusco, R.: “Historia de la arquitectura contemporánea”, H. Blume Ediciones, Madrid, 1998.
- Frampton, K.: “Historia crítica de la arquitectura moderna”, Editorial G. Gili, Barcelona, 1981.
-Montaner, J.L.:”La modernidad superada”, Editorial G. Gili, Barcelona, 1997
“Las formas del siglo XX”, Editorial G. Gili, Barcelona, 2002
- Contenidos abordados en las Clases teóricas.
- Documentación específica sobre las obras: Atlas digital de Arquitectura y Ciudad 1 y Material gráfico y fotográfico seleccionado por los alumnos
en sitios Web
- Textos complementarios de este Documento de Trabajo
Complementarios
-García Vázquez, C.: “Ciudad hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI” Editorial G. Gili, 2004
- Montaner, J.:
“Sistemas Arquitectónicos contemporáneos”, Editorial GG, Barcelona, 2008.
- Augé, M.: Los ‘no lugares’ Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad. Editorial Gedisa, Barcelona, 1996.
- Améndola, G.: La ciudad postmoderna. Celeste Ediciones, Madrid, 2000.
- de Solá Morales, I.: “Diferencias. Topografía de la arquitectura contemporánea” Editorial G. Gili, Barcelona 1995.
- Ibelings, H.: “Supermodernismo. Arquitectura en la era de la globalización”, Editorial G. Gili, Barcelona, 1998
- Lleó, B.:“Sueño de habitar” Editorial G. Gili, Barcelona, 2005 –
De Consulta
- Bauman, Z.: La globalización. Consecuencias humanas. Fondo de Cultura Económica de Argentina; Bs. As. 1999
Modernidad líquida, Editorial Fondo de Cultura Económica, México DF, 2003.
- Morace, F.: Contratendencias. Una nueva cultura del consumo. Celeste Ediciones y Experimenta
Ediciones de Diseño, Madrid, 1992.
-Venturi, R.: “Complejidad y contradicción en la arquitectura” Editorial G. Gili, Barcelona, 1982.
CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE LAS ACTIVIDADES PRÁCTICAS
Información: Criterios de selección y calidad de la información transferida al práctico
Conceptualización: Capacidad de análisis y relaciones entre conceptos
Comunicación: Capacidad de transferencia de la información a la síntesis gráfico-conceptual, rescatando lo esencial del tema.
Capacidad de interpretación de las características de cada ejemplo analizado.
Participación: En el Seminario y actividades conjuntas de Taller
Cumplimiento: Entrega grupal de las láminas síntesis y registro de las actividades pautadas en el Cuaderno individual que será
visado por los docentes.
TEXTOS COMPLEMENTARIOS
1. LIDIA SAMAR: ENMARQUE CULTURAL DE LA ARQUITECTURA POSMODERNA
La puesta en crisis de los valores del mundo moderno - que tuvo en la década del sesenta sus manifestaciones más contundentes- ha definido
una nueva instancia cultural: la posmodernidad, y en ella encontramos los fundamentos de éstas y otras manifestaciones particulares dentro
del campo del diseño.
Entendida por algunos como una verdadera ruptura con la modernidad, mientras que para otros consiste en una continuidad de ella a partir de
exacerbar sus propios contenidos y sus contrasentidos, la posmodernidad es la consecuencia de la decadencia de la sociedad industrial y de las
transformaciones sociales, económicas y políticas.
Frente a las certezas que la modernidad proclamaba e imponía: un nuevo orden social y cultural sustentado en las fuerzas productivas, la ciencia
y la técnica como soportes del poder del hombre, el dominio de la naturaleza, la ausencia de parámetros inmateriales, subjetivos y afectivos y
el sostenimiento de que la razón es la única fuente de conocimiento, surge esta nueva actitud que tiene su soporte en una actitud crítica y que
da cabida a todo aquello que el proyecto moderno excluía.
La intuición, lo sensible, lo afectivo, lo emotivo, el placer, son recuperados como otro modo de comprender la realidad en la que se está inmerso
y constituyen la alternativa al modo de conocimiento lógico que propone el racionalismo.
Los grandes avances científico-técnicos en el campo de la informática, la cibernética, la robótica, la telemática, la electrónica, han promovido
cambios sustanciales: en los procesos de producción, en los procesos de conocimiento, en las comunicaciones, en la noción de espacio y tiempo,
incluso desde la bioingeniería se ha llegado a incursionar en un plano tan discutible como lo es el de la generación de vida humana con métodos
cada vez más alejados de la propia naturaleza del hombre.
La caída del Muro de Berlín, la unificación de Alemania, las grandes transformaciones socio-políticas y económicas en la Unión Soviética, la
desaparición de regímenes comunistas en el este europeo, las Guerras en el Golfo, el desmembramiento de Yugoslavia y Checoslovaquia y el
consecuente surgimiento de nuevos estados europeos, el fin del apartheid en Sudáfrica, el emblemático ataque a las Torres Gemelas en Nueva
York, constituyen los grandes acontecimientos acompañados de grandes problemas comunes a toda la humanidad: hambre, analfabetismo,
desempleo, riesgos nucleares, contaminación ambiental, los que no hacen más que generar estados de alarma, desconcierto, violencia e
incertidumbre en un ‘nuevo orden mundial’ que los medios de comunicación se encargan de proclamar y difundir.
El mundo superó la división en bloques y se somete ahora a continuas transformaciones que sólo responden a los intereses económicos
de una cada vez más sólida política económica neoliberal, con una nueva organización geopolítica cuyas decisiones políticas están supeditadas
a los intereses y poderes transnacionales económicos y financieros.
Así, la Globalización es la resultante de la articulación de un conjunto de procesos económicos, técnicos y científicos que determinan el nuevo
orden en el mundo que se sustenta en un sofisticado mecanismo mediático. La actividad económica se encuentra dispersa a nivel espacial pero
a la vez está globalmente integrada y las grandes ciudades asumen un rol estratégico y se convierten en las “Ciudades Globales” que concentran:
 los puntos de comando de la economía mundial
 las actividades financieras y de servicios avanzados que reemplazan a la industria como sector dominante.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, promueven la integración económica con medidas entre las que se cuentan la creación
de zonas de libre cambio como el MERCOSUR.
El mundo globalizado asiste a la universalización de los modelos culturales de las sociedades avanzadas y al protagonismo económico de algunos
países asiáticos como Taiwán, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur, que continuando el proceso iniciado en Japón, fueron convirtiéndose en
líderes mundiales de la exportación de alta tecnología.
En la Posmodernidad surgen dos nuevos paradigmas: La Comunicación y El Mercado. El Progreso, paradigma de la sociedad moderna es
reemplazado por la Comunicación, resulta imprescindible comunicar en todas las instituciones y campos llegando a generar enfrentamientos
entre medios de comunicación y poder político. El Mercado ocupa el lugar de la Máquina dando origen a nuevos valores que se asientan sobre
las ganancias, la competitividad, la competencia y la rentabilidad.
En la posmodernidad se reconocen y valoran “subculturas” que hasta ahora estaban sumergidas y hasta menoscabadas por la cultura
dominante. A nivel de diseño incluso surge una revalorización de lo étnico como fuente de inspiración.
Por otra parte los desequilibrios ecológicos generados por el propio desarrollo le han hecho tomar conciencia al hombre de que su actitud
moderna y occidental de hegemonía por sobre el resto del universo es sólo un arma que se va volviendo en su contra.
Así, se va generando una tendencia cada vez más consistente que promueve la toma de conciencia ambiental y las búsquedas del mejoramiento
en la calidad de vida. Se instaura socialmente el interés declarado por la conservación y el equilibrio ambiental, asumiendo el hombre su
responsabilidad dentro del sistema ambiental.
El compromiso está orientado hacia un nuevo enfoque que pretende revertir el modelo económico basado en los sistemas productivos y de
consumo en otro que se asienta en la prestación y uso de servicios. Esta postura requiere de trasformaciones sustanciales no sólo en el ámbito
tecnológico sino también en nuevos vínculos sociales y nuevos comportamientos, buscando superar el aislamiento generado por las formas de
información y de comunicación mediatizadas.
Los años setenta señalaron la aparición de la primera calculadora de bolsillo, el primer ordenador personal, el primer walkman. En breve
tiempo se fueron produciendo cambios sustanciales en la concepción y producción de los objetos industriales, en las que la miniaturización de
componentes y la incorporación de tecnologías de avanzada -como por ejemplo la multifacética aplicación del láser- han tenido un papel
preponderante.
Las múltiples posibilidades que brindan las nuevas tecnologías también provocan transformaciones radicales en la relación que el hombre
establece con el universo objetual y sus modos de comunicarse y expresarse. Las ‘autopistas informáticas’ pasarán a ser, en los noventa,
cotidianos modos de comunicación y de transmisión de información instantáneos y sin fronteras, que desafía las barreras del tiempo y el espacio.
De esa nueva relación sujeto-objeto surge el concepto de diseño interactivo que llega a establecer vínculos muy fuertes, casi “coloquiales”,
donde el producto se convierte en una suerte de “objeto interactor” que es capaz de “elaborar, memorizar y transmitir información” – a decir
de Manzini (1)-.
Esas variaciones son tan contundentes que no sólo se ven reflejadas en el modo en que el hombre se comunica con el mundo - real y verdadero
-en que el que está inserto, sino que además le permite incursionar y hasta reemplazarlo por “el mundo de lo virtual”, el mundo de la simulación
que carece de materialidad propia. Y es justamente aquí donde se produce la ruptura total con los postulados del Movimiento Moderno, cuya
“cultura del proyecto surgió con el mito de la sinceridad y de la transparencia: el material debía mostrarse sinceramente en su intrínseca calidad.
El mecanismo debía ser transparente en sus órganos de funcionamiento y determinar la forma sincera (y por tanto “justa” y “bella”) del objeto”
(2).
En el contexto actual, “trabajamos con materiales que pueden asumir ‘sinceramente’ cualquier tipo de imagen, con ‘mecanismos’ de tan
reducidas dimensiones que escapan a nuestros sentidos...” (3) Incluso el mundo virtual permite a una persona situada en un espacio creado en
el ordenador y mediante la “ayuda de determinadas prótesis ópticas, táctiles o auditivas” (4) tener experiencias psico-perceptuales
independientes de su propia realidad.
Manzini hace referencia a los objetos actuales sobre los que considera que parecen perder cada vez más su materialidad y que el mundo va
siendo poblado de una mayor cantidad de desechos cuyo “resultado global es la producción de un ambiente artificial cada vez más similar a una
segunda naturaleza, cuyas leyes se presentan como misteriosas” y expresa que ante “la necesidad de fundar una cultura, en particular una
cultura del proyecto y una cultura industrial capaz de verse a sí misma en un mundo limitado, debe considerar el siguiente punto de partida: el
contraste entre la experiencia de la desmaterialización causada por la evolución técnica, y por otro lado la búsqueda de una cercanía afectiva y
del contacto sensorial como profunda reacción humana ante estos procesos de desmaterialización”. (5)
Y en la construcción de esa ‘nueva naturaleza artificial’, tanto en arquitectura como en el diseño de productos tienen cabida diversas posturas
frente a la respuesta que debe dar el diseño a los requerimientos de la sociedad posmoderna.
Referencias:
(1) Manzini, E.: “Artefactos. Una nueva ecología del ambiente artificial” Celeste Ediciones .Experimenta Ediciones de Diseño, Madrid, 1992, pág.
62
(2) ibid. pág. 167
(3) ibid. pág. 168
(4) Maldonado, T.: “Lo real y lo virtual” Gedisa Editorial, Barcelona, 1994.
(5) Manzini: op. cit. pág. 41
LÍNEAS EN LA ARQUITECTURA POSMODERNA
En el complejo panorama de la arquitectura posmoderna se pueden reconocer las siguientes líneas de las cuales señalamos a modo de ejemplo
algunos diseñadores tomando como punto de partida los aportes realizados por Louis Kahn, quien constituye un verdadero anclaje entre la
arquitectura moderna y la posmoderna:
ARQUITECTURA POSMODERNA
LOUIS KAHN: la importancia del método (forma y diseño), la recuperación de la historia como fuente de significados (estructural, espacial e
institucional). Importancia de los conceptos de espacio centralizado, servido y sirviente, jerarquizado y significativo.
ARQUITECTURA REGIONALISTA: El punto de partida está en la interpretación del lugar y de las convenciones que fundamentan la memoria
colectiva. Afirmación del valor de la vida social y reivindicación de los valores locales. Ejemplos: Venturi - Moore - Erskine - De Carlo - Moneo –
Siza – Souto de Moura- PredockARQUITECTURA SUSTENTABLE: Aprovechamiento de los recursos naturales, minimización del impacto ambiental, consideración de las
condiciones climáticas, reducción del consumo energético, uso moderado y eficaz de los materiales constructivos, cumplimiento de los requisitos
de confort, iluminación y habitabilidad de las edificaciones. En esta línea se destaca el arq. Glenn Murcutt.
ARQUITECTURA NEORACIONALISTA: Se centra en la recuperación de los esquemas formales del racionalismo los años veinte a partir de un
sistema compositivo complejo. Ejemplos: “Los Five” (1º Etapa) - Richard Meier.
ARQUITECTURA HIGH TECH – ECOTECH : El acento está puesto en la materialidad: las estructuras, los módulos constructivos, la precisión en los
detalles, la escala y la contraposición a los tejidos urbanos consolidados. Ejemplos: Foster -Piano - Rogers - Grimshaw – Hopkins
ARQUITECTURA MINIMALISTA:
Búsqueda de permanencia de las estructuras formales a través de la historia. Uso de formas atemporales: tipos y arquetipos.
Reducción a la estructura geométrica básica y a la precisión técnica en la materialidad. Ejemplos: Zumthor - Ando - Shinohara - Herzog & De
Meuron - Ito
ARQUITECTURA NEOVANGUARDISTA: Manifiesta su voluntad de ruptura con la tradición, búsqueda de novedad y originalidad: los pliegues los
fragmentos, las dispersiones, las energías.
Se reconocen dos líneas:
1. Acento en lo Metodológico: Punto de partida en concepciones del universo desarrolladas por la investigación científica y por el
pensamiento post-estructuralista. Teorías Contemporáneas del Caos: las geometrías fractales de B. Mandelbrot y la justificación de los pliegues
de G. Deleuze. Ejemplos: Eisenman - Hadid - Libeskind - Koolhaas- Van Berkel – MVRVD 2. Acento En Lo Artístico-Expresivo: En su concepción se aúnan razón e intuición Superposición de fragmentos, referencias
heterogéneas de lo abstracto y lo figurativo, transparencia, desmaterialización, luz y energía.
Eje en la experimentación del espacio, énfasis en lo fenomenológico. Ejemplos: Gehry- Miralles - Nouvel - Ito - Tschumi - Calatrava
Lidia Samar
A modo de síntesis para la comprensión de la relación Momento Cultural/ Arquitectura, incluimos una comparación entre la arquitectura del
Movimiento Moderno y la Arquitectura Posmoderna:
ARQUITECTURA MODERNA
ARQUITECTURA POSMODERNA
La arquitectura es concebida como respuesta a un proyecto de
vida
La arquitectura es concebida como expresión de la cultura
Hay un fuerte dominio de la funcionalidad
La funcionalidad está aunada a la expresión de un significado
La creatividad está sustentada en la razón y en una estricta
racionalidad funcional y tecnológica
La creatividad está sustentada en la razón y /o intuiciones,
experiencias
existenciales, emociones, aspectos
intelectuales, analogías
Claridad en la lectura
Complejidad en la lectura
Prevalece un orden universal
Hay una simultaneidad de órdenes particulares
La normalización de la producción industrial como referencia
Lo simbólico como referente. Vuelta permanente y simbólica a
la esencia de las cosas. Relaciones entre tradición e innovación
Lidia Samar
2. JOSÉ MUJICA: CRÍTICA AL MODELO CAPITALISTA
Lunes 02 de julio de 2012 ¿Por qué será que los medios de comunicación comerciales nunca escuchan lo interesante? Las redes sociales se han
encargado de amplificar el discurso del presidente de Uruguay, José Mujica, en la fracasada Cumbre Río+20. A continuación el texto completo:
“Autoridades presentes de todas las latitudes y organismos, muchas gracias. Y muchas gracias y nuestro agradecimiento al pueblo de Brasil y a
su señora presidente. Y muchas gracias a la buena fe que seguramente han manifestado todos los oradores que me precedieron. Expresamos
la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que esta nuestra pobre humanidad pueda suscribir.
Sin embargo, permítasenos hacernos algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se ha estado hablando del desarrollo sustentable, de sacar
inmensas masas de la pobreza. ¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? El modelo de desarrollo y de consumo es el actuar de las
sociedades ricas. Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que
tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar?
Más claro: ¿el mundo tiene los elementos hoy, materiales, como para hacer posible que 7.000, 8.000 millones de personas puedan tener el
mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será posible? ¿O tendremos que dar algún
día otro tipo de discusión? Porque hemos creado una civilización, en la que estamos, hija del mercado, hija de la competencia, que ha
deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado, y nos ha
deparado esta globalización. ¿Y estamos gobernando a la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de
solidaridad y de que estamos todos juntos en una economía que está basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra
fraternidad?
Nada de esto lo digo para negar la importancia de este evento. No. Por el contrario. El desafío que tenemos por delante es de una magnitud de
carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy las fuerzas que ha desatado. Sino que las fuerzas que ha
desatado gobiernan al hombre.
¿Y la vida? Porque no venimos al planeta para desarrollarnos en términos generales. Venimos a la vida intentando ser felices. Porque la vida
es corta y se nos va. Porque ningún bien vale como la vida y esto es elemental. ¿Pero si la vida se me va a escapar trabajando y trabajando
para consumir? La sociedad de consumo es el motor, porque en definitiva, si se paraliza el consumo o se detiene, se detiene la economía, y si
se detiene la economía, es el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros.
Pero ese hiperconsumo a su vez es el que está agrediendo al planeta. Y tiene que generar ese hiperconsumo cosas que duren poco porque
hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica no puede durar más de mil horas prendida. Pero hay lamparitas eléctricas que pueden durar
100.000, 200.000 horas. Pero ésas no se pueden hacer. Porque el problema es el mercado. Porque tenemos que trabajar. Porque tenemos que
tener una civilización de uso y tire. Y estamos en un círculo vicioso.
Estos son problemas de carácter político que nos están diciendo la necesidad de empezar a luchar por otra cultura. No se trata de plantearnos
volver al hombre de las cavernas ni tener un monumento del atraso. No podemos indefinidamente continuar gobernados por el mercado, sino
que tenemos que gobernar el mercado. Por eso digo que el problema es de carácter político.
En mi humilde manera de pensar, porque los viejos pensadores lo definían, Epicúreo, Séneca, los aymaras, pobre no es el que tiene poco, sino
que, verdaderamente, pobre es el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más. Esta es una clave de carácter
cultural.
Entonces, quiero saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y lo voy a acompañar como gobernante. Porque sé que algunas cosas de las
que estoy diciendo rechinan. Pero tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua, que la crisis de la agresión al medio ambiente, no es
una causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.
Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay tres millones de habitantes. Poco más de tres
millones doscientos mil. Pero hay trece millones de vacas de las mejores del mundo. Cerca de ocho o diez millones de ovejas estupendas. Mi
país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es una plenillanura. Casi el 80% de su territorio es aprovechable.
Mis compañeros trabajadores lucharon mucho por las ocho horas de trabajo. Ahora están consiguiendo seis horas. Pero el que consigue seis
horas se consigue dos trabajos y por lo tanto trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tienen que pagar una cantidad de cuotas. La motito que
compró. El autito que compró. Y pague cuotas y pague cuotas. Y cuando quiere acordar es un viejo reumático como yo y se le fue la vida.
Uno se hace estas preguntas: ¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas son muy elementales. El desarrollo no puede ser en contra de
la felicidad, tiene que ser a favor de la felicidad humana, del amor, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de
tener lo elemental. Precisamente porque eso es el tesoro más importante que se tiene. Cuando luchamos por el medio ambiente, el primer
elemento del medio ambiente se llama la felicidad humana. Gracias.”
3. BEATRIZ SARLO Extractos de Escenas de la vida posmoderna, Buenos Aires, Editorial Ariel, 1994
En muchas ciudades no existe un “centro”. Quiero decir un lugar geográfico preciso, marcado por monumentos, cruces de ciertas calles y
ciertas avenidas, teatros, cines, restaurantes, confiterías, peatonales, carteles luminosos y metálico, que baña los edificios.
Se podía discutir si el “centro” terminaba verdaderamente en tal calle o un poco más allá, pero nadie discutía la existencia de la misma de
un solo centro: imágenes, ruidos, horarios diferentes. Se iba al “centro” desde los barrios como una actividad especial, de días feriados,
como salida nocturna, como expedición de compras, o, simplemente, para ver y estar en el centro. (...)
La gente hoy pertenece más a los barrios urbanos (y a los “barrios audiovisuales”) que en los años veinte, donde la salida al “centro”
prometía un horizonte de deseos y peligros, una exploración de un territorio siempre distinto. De los barrios de la clase media ahora no se
sale al centro. Las distancias se han acortado no solo porque la ciudad ha dejado de crecer, sino porque la gente ya no se mueve por la
ciudad, de una punta a otra. Los barrios ricos han configurado sus propios centros, más limpios, mas ordenados, mejor vigilados, con más
luz y mayores ofertas materiales y simbólicas.
Ir al centro no es lo mismo que ir al shopping center, aunque el significante “centro” se repetía en las dos expresiones. En primer lugar por
el paisaje: el shopping center, no importa cuál sea su tipología arquitectónica, es un simulacro de ciudad de servicios en miniatura, (...)
Hoy, el shopping opone a este paisaje del “centro” su propuesta de cápsula espacial acondicionada por la estética del mercado. En un
punto, todos los shopping-centers son iguales: en Minneápolis, en Miami Beach, en Chevy Chase, en New Port, en Rodeo Drive, en Santa
Fe y Coronel Díaz, Ciudad de Buenos Aires.
(...) como en una nave espacial, es posible realizar todas las actividades reproductivas de la vida; se come, se bebe, se descansa, se
consumen símbolos y mercancías según instrucciones no escritas pero absolutamente claras. (...)
Como una nave espacial, el shopping tiene una relación indiferente con la ciudad que lo rodea: esa ciudad siempre es el espacio exterior,
bajo la forma de autopista con villa miseria al lado, Gran avenida, barrio suburbano o peatonal. A nadie, cuando esta dentro del shopping,
debe interesarle si la vidriera del negocio donde violo que buscaba es paralela o perpendicular a una calle exterior; a lo sumo, lo que no
debe olvidarse es qué naveta esta guardada la mercancía que desea. En el shopping no solo se anula el sentido de orientación interna sino
que desaparece por completo la geografía urbana. A diferencia de las cápsulas espaciales, los shopping cierran sus muros a las
perspectivas exteriores, como en los casinos de las Vegas (y los shopping aprendieron mucho de las vegas), y el día y la noche no se
diferenciaban: el tiempo no pasa o el tiempo que pasa es también un tiempo sin cualidades.
La ciudad no existe para el shopping, que ha sido construido para reemplazar a la ciudad. Por eso, el shopping olvida lo que lo rodea: no
solo cierra su recinto a las visitas de afuera, sino que interrumpe, como caído del cielo, en una manzana de la ciudad a la que ignora; o es
depositado en medio de un baldío al lado de una autopista, donde no hay pasado urbano. Cuando el shopping ocupa un espacio marcado
por la historia (reciclaje de mercados, docks, barracas portuarias, incluso reciclaje en segunda potencia: galerías comerciales que pasan a
ser shoppings-galería) lo usa como decoración y no como arquitectura. Casi siempre, incluso en el caso de shoppings “conservacionistas”
de arquitectura pasada, el shopping se incrusta en un vacío de memoria urbana, porque representa las nuevas costumbres y no tiene que
rendir tributo a las tradiciones: allí donde el mercado se despliega, el viento de lo nuevo hace sentir fuerza.
El shopping es todo futuro: construye nuevos hábitos, se convierte en un punto de referencia, acomoda la ciudad a su presencia,
acostumbra a la gente a funcionar en el shopping. En el shopping puede descubrirse un “proyecto premonitorio del futuro”: shoppings
cada vez más extensos que, como un barco factoría, no sea necesario abandonar nunca (así ya son algunos hoteles-shoppings-spa-centro
cultural en Los Ángeles y, por supuesto en las Vegas). Aldeas-shoppings, museos-shoppings, bibliotecas y escuelas-shoppings, hospitalesshoppings.
Se nos informa que la ciudadanía se constituye en el mercado y, en consecuencia, los shoppings pueden ser vistos como los monumentos
de un nuevo civismo: ágora, templo y mercado como en los foros de la vieja Italiana romana. En los foros había oradores y escuchas,
políticos y plebe sobre la que se maniobra; en los shoppings también los ciudadanos desempeñaban papeles diferentes: algunos compran,
otros simplemente miran y admiran. En los shoppings no podrá descubrirse, como en las galerías del siglo XIX, una arqueología del
capitalismo sino de su realización más plena.
Frente a la ciudad real, construida en el tiempo, el shopping ofrece su modelo de ciudad de servicios miniaturizada, que se independiza
soberanamente de las tradiciones y de su entorno. De una ciudad en miniatura, el shopping tiene el aire irreal, porque ha sido construido
demasiado rápido, no ha conocido vacilaciones, marchas y contramarchas, correcciones, destrucciones, influencias de proyectos más
amplios. La historia está ausente y cuando hay algo de historia, no se plantea el conflicto apasionante entre la resistencia del pasado y el
impulso del presente. La historia es usada para roles serviles y se convierte en una decoración banal: preservasionismo fetichista de
algunos muros como cáscaras. Por esto, el shopping sintoniza perfectamente con la pasión por el decorado de la arquitectura llamada
posmoderna. En el shopping de intención preservacionista la historia es paradojalmente tratada como ‘souvenir’ y no como soporte
material
4. LIDIA SAMAR: REPORTAJE A LA ARQUITECTA ARGENTINA MÓNICA ESTÉVEZ RADICADA EN ESPAÑA
Las ciudades que conozco son LONDRES, BERLÍN, ÁMSTERDAM Y ALGO DE PARÍS. Luego están las españolas que tienen unas
características particulares.
1º.- LOS ESPACIOS URBANOS ESTÁN PENSADOS Y FUNCIONAN COMO ESPACIOS SOCIALES?
En las ciudades europeas en general los espacios urbanos sí están pensados y funcionan como espacios sociales. Se promueve a través de
ellos LA INTEGRACIÓN: tanto de arquitectura de diferentes tiempos, como de las personas. Una integración vertebrada sobre todo en la
multiculturalidad. También se emplean como lugares para concientización sobre el medio ambiente (otra gran preocupación), difusores de
cultura, FERIAS DEL LIBRO, conmemorativos (gran ejemplo el MAHMALM de Berlín)y se emplean como sitios reivindicativos (p.e. la marcha en
el día del orgullo gay que tiene un recorrido fijo). Generalmente son espacios diáfanos y que enlazan sitios emblemáticos. No se perciben sólo
como sitios turísticos. Son sitios de recreo y disfrute para todos. Los ciudadanos tienen muy claro el sentido de apropiación de esos espacios,
tanto en sentido positivo como en sentido negativo. Con ello quiero decir actitudes reaccionarias de ciertos grupos de inmigración o
marginales que manifiestan su encono vandalizando mobiliario urbano.
En España , ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, no sólo están volcadas a oferta turística sino que además reúnen tanto,
características enunciadas para las ciudades europeas, como lo que menciono para pequeñas ciudades y pueblos. En estas ciudades conviven
armónicamente ambas características. En los Barrios, se manifiesta esa microcultura, ese microclima, que podrían ser las características de los
pueblos. Además en los procesos migratorios internos desde la década del '60, los barrios acogían grupos de "paisanos" o familias que se
ubicaban en sitios próximos y mantenían su cultura. Esto se refleja en mantener CASA DE ANDALUCÍA, CASA DE EXTREMADURA, etc... Ahora el
fenómeno es extensivo a BARRIO CHINO, BARRIO DE MOROS, BARRIO GAY, BARRIO LATINO. las tiendas, las calles son los puntos de reunión.
Los Centros culturales, las plazas, se adaptan y acogen eventos que promueven actividades de otras culturas, ejemplo de Mercadillos de
comida latina o iberoamericana. Basta ver cuando se festeja el año nuevo chino en Madrid.
La cultura española tiene la fuerte señal de identidad del VIVIR EN LA CALLE, de los paseos, de los encuentros, "el quedar en un sitio", la
cultura del bar de la esquina (como para nosotros es el café). Los espacios urbanos están previstos y adecuados a esta seña de identidad. Son
espacios fácilmente reconocibles en el tejido urbano. Algunos poseen equipamiento especial, como por ejemplo juegos para tercera edad (son
juegos como los de los niños pero especiales para ejercicio moderado), pistas de petanca, juegos para niños, plataformas para skate, en fin,
que cada uno reconoce su punto de encuentro según sus intereses. Son lugares en dónde también se realizan campañas de donación de
sangre, dónde circula la bibliobus (biblioteca ambulante) y por sobre todo LOS MERCADILLOS, otra seña de identidad. Estos mercadillos se
instalan de modo itinerante, en zonas de playas, en plazas, y son de características bien diferenciadas: Los hay MEDIEVALES, DE ROPA Y
ACCESORIOS, DE ARTESANOS, DE VERDURA Y ALIMENTACIÓN EN GENERAL. La cultura del mercadillo está muy arraigada en toda España y en
cada pueblo o ciudad o barrio hay un día fijo en la semana y una zona previamente establecida.
También las ciudades están preparadas para las FIESTAS ANUALES (p.ej. Las Fallas de Valencia, San Fermín en Pamplona), las fiestas del pueblo
(Fiestas patronales), LOS CARNAVALES (El más significativo es el de Palma de Gran Canaria) (fueron durante muchos años festejos
prohibidos)donde la ciudad es OCUPADA por todos. En cualquier pueblo de España todo está preparado para esa época del año. Poner las
ferias ambulantes, las plazas de toros, los encierros taurinos, etc... La calle es muy importante en el desarrollo de esos eventos. Todo se pone
al servicio del viandante, se cortan y peatonalizan calles durante días.
2º.- CUÁLES Y DENTRO DE ELLAS QUÉ ÁREAS CONSTITUYEN UN BUEN EJEMPLO DE INTERVENCIONES ACTUALES CON EJE DE LA IDENTIDAD, EL
PATRIMONIO, ESPACIO PÚBLICO CON APROPIACIÓN SOCIAL
De las ciudades españolas que conozco, sobre todo BILBAO, BARCELONA y VALENCIA. son ciudades que han experimentado un aparente
cambio de identidad. Y digo esto porque sobre todo se modifica para el ciudadano la percepción e integración de un elemento tan significativo
como es el MAR que pasa a adquirir mayor protagonismo. Anterior a estas intervenciones el mar tenía el aspecto de RECURSO NATURAL DE
SUPERVIVIENCIA. En el caso de Valencia y Barcelona relacionado con la pesca. Zonas urbanas deprimidas con asentamiento de edificaciones
asociadas a esta actividad: almacenes, depósitos de maquinaria, vivienda precaria, etc... Costas degradadas. Valencia se identificaba más con el
río, Barcelona hacia la montaña y Bilbao, ni siquiera a la ría ya que allí estaban asentadas las acerías y servicios de apoyo.
Las grandes intervenciones realizadas en estas ciudades, como La Ciudad de las artes y ciencias de Calatrava (Valencia), Guggenheim, Torre
Iberdrola, Euskalduna (Bilbao), Rehabilitación de la Barceloneta y Villa Olímpica (Barcelona) han generado inmensos espacios sociales, que han
actuado como DISPARADORES, DINAMIZADORES, para reactivar otras zonas deprimidas y modificar la identidad anterior, pero sin perjudicarla.
Ha sido un "aggiornamento"). Constituyen entonces nuevos ejes de identidad que promueven un cambio.
En cuanto al Patrimonio, ya sobrepasa las "fronteras" de las ciudades. Se intenta recuperar la arquitectura vernácula, que tanto perdió con las
fuertes migraciones internas, cuando los pueblos quedaron vacíos. A su vez también el Patrimonio que se pone el servicio del turismo tanto
interno como externo, en lo que son las rutas de Paradores. Son castillos, conventos, iglesias, monasterios que se transforman en hospedajes
de lujo, manteniendo en gran parte sus características originales.
ÁMSTERDAM: El GRAN ESCAPARATE. El famoso mito de LA ZONA ROJA, que las niñas se exhiben en las vitrinas, en realidad no te llama tanto la
atención porque TODO ES UN GRAN ESCAPARATE. No existen las cortinas ni persianas cerradas. La gente desarrolla su vida volcándola al
exterior. La ventana es la gran protagonista. Tanto en el centro como en los barrios periféricos. Evidentemente todo obedece al factor
climático de la poca luz natural en gran parte del año, pero es una característica que promueve este tipo de conducta de apertura hacia la
ciudad. Entonces todo es un gran espacio social iniciado desde lo privado.
Una ciudad al servicio de la bicicleta. pirma sobre cualquier otro transporte inclusive el peatonal. Otro gran patrimonio EL SILENCIO. Es ver
para creer. Es una ciudad serena, tranquila. Cualidad que la enriquece y enoblece. Como también que vayas a donde vayas todo está
perfectamente cuidado y limpio. Mas allá de lo cultural, también está la efectividad del sistema de policía y control. No existen los graffiti, la
basura indiscriminada, las pegadas de afiches, etc...
BERLÍN: Tras las distintas intervenciones ha perdido su identidad de CIUDAD DIVIDIDA. Este sería un caso de pérdida de identidad pero en
sentido positivo. Se perciben perfectamente los puntos de unión. La fusión de espacios en pos de lo NUEVO, perfectamente identificables. El
río como elemento natural y de enlace. Se reconoce al ANTES Y EL DESPUÉS, sin ningún rubor. Es una ciudad en donde en ningún momento
pierdes la sensación de peatón, no obstante en tu recorrido atravieses espacios de cierta envergadura que se emplean como antesalas de
edificios emblemáticos nuevos o anteriores a la unión. La presencia del Tiergarten, parque natural en el centro de la ciudad, es un elemento
singular de gran carácter, que favorece en gran medida esa percepción de ciudad asequible y humanizada.
****Lo que más te llama la atención, en cualquier ciudad que visites y veas fotos o algún registro de las guerras que han pasado, te resulta
increíble que hoy estén como estén, luego de tanta destrucción y expolio.
La MEMORIA HISTÓRICA es otra gran preocupación y que la ciudad DEBE MANTENER VIGENTE Y VIVA.
3).- ¿QUÉ FORTALEZAS Y QUÉ DEBILIDADES PRESENTA LA CIUDAD EUROPEA EN LA POSMODERNIDAD? ¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?
En esta época se evidencia por un lado el “vedettismo” arquitectónico, en dónde se emplean edificios emblemáticos como reclamo publicitario
turístico, que actúan como LLAMADORES. Son puntos únicos. Son puntos singulares que no se asocian a ninguna identidad previa, sino más
bien a un ROMPER CON TODO. "Estoy aquí y soy el protagonista". Una ciudad cotiza más si tiene p.e. un edificio diseñado por Foster,
por Calatrava, Zahid o Ghery. Está comprobado que la gran mayoría de los autores no conocen las ciudades en dónde están algunas de sus
obras, por lo tanto poco pueden beneficiar a la identidad del lugar.
La gran debilidad de las ciudades radica sobre todo en LA INMIGRACIÓN Y MULITICULTURALIDAD y LOS GRUPOS MARGINALES. Se ha ido
perdiendo de a poco LA SEGURIDAD. A pesar que es un población no mayoritaria, si lo es en relación a algunos años atrás. También a cambiado
su perfil, son sobre todo obreros (ahora mucha mano de obra desocupada) y de bajo nivel cultural. Se ubican en zonas deprimidas dentro de
la propia capital y en zonas periféricas LAS CIUDADES DORMITORIOS. Hay colectivos con muy poco ánimo de integración y generan sus propios
ghettos urbanos, sobre todo por los hijos de inmigrantes que forman sus bandas urbanas y son reaccionarios con la gente del lugar. Un
ejemplo en una zona de Madrid, en donde conviven madrileños muy castizos, la gente de toda la vida, con chinos, rumanos y moros. Y por
calles o plazas, sabes el territorio de cada uno y a su vez reconoces en el tejido su mezcla y convivencia.
En España se tiene como antecedente LOS ASENTAMIENTOS GITANOS. Son focos de delincuencia y al ser itinerantes adquieren carácter de
asentamientos paupérrimo y localizado en zonas degradadas. Luego le sucede el fenómeno de LOS OCUPAS, que se adueñan de edificios
desocupados y los constituyen en lugares sui géneris de actividades culturales para barrios deprimidos y
Se estudian acciones relacionadas a la sostenibilidad de los edificios y rehabilitación, por la preocupante situación de saturación en la
ocupación del suelo. Íntimamente ligado a la modernización de las redes de las infraestructuras (agua, gas, luz) y la posibilidad de empleo de
ENERGÍAS RENOVABLES (solar y eólica). Como a su vez el control en el uso de estas energías, de allí la CLASIFICACIÓN ENERGÉTICA DE
EDIFICIOS, para uso racional de calefacción y aire acondicionado. Y forman parte del paisaje en varias ciudades los llamados PARQUE EÓLICOS
con los molinos de viento.
5. BARCELONA
5/5/2012 http://urban-networks.blogspot.com.es/2012/05/los-grandes-eventos-como-catalizadores.html
LOS GRANDES EVENTOS COMO CATALIZADORES URBANOS: BARCELONA
OLÍMPICA.
Las cuatro áreas olímpicas (Diagonal, Vall d'Hebron, Montjuïc y Poble Nou-Villa Olímpica) con el hilo conductor de las Rondas.
Un catalizador es un elemento que, con su presencia, es capaz de acelerar un proceso químico. Análogamente, muchas ciudades han
experimentado la fuerza motriz de los grandes eventos internacionales para impulsar sus transformaciones urbanísticas.
Barcelona conoce bien esta estrategia y ha sabido utilizarla inteligentemente. Desde Exposiciones Internacionales, que le permitieron reordenar
la zona de la Ciudadela (1888) o iniciar la integración de Montjuïc en la trama urbana (1929), hasta convocatorias como los XXV Juegos Olímpicos
(1992) o el Foro de las Culturas (2004), que alentaron la consecución de diferentes aspiraciones urbanas.
La década de 1980 fue un periodo prodigioso que transformó Barcelona. Las Olimpiadas significaron un revulsivo para ampliar los objetivos de
un proceso urbano que ya había ofrecido frutos, y que contaba con un alto reconocimiento. Barcelona se apoyó en la fuerza de este gran
acontecimiento (fuerza política, ciudadana, mediática y también financiera) para renovar sus “cuatro esquinas” (las áreas de Montjuïc, Diagonal,
Vall d’Hebron y Poble Nou con la Villa Olímpica) e hilvanarlas con un hilo conductor fundamental, las Rondas de circunvalación.
Al gran éxito deportivo y de organización, se sumó la admiración por sus logros urbanísticos. Los Juegos Olímpicos proyectaron
internacionalmente a Barcelona como un paradigma urbano tanto por el innovador diseño de sus espacios públicos como por sus mecanismos
de intervención en la ciudad construida.
Barcelona democrática y preolímpica: una nueva filosofía de intervención urbana.
En 1979, la democracia llegó también a la administración de las ciudades españolas. Las principales ciudades habían sufrido las consecuencias
especulativas del “desarrollismo” de las décadas anteriores, y presentaban un panorama bastante desolador con graves desequilibrios,
crecimientos anárquicos, déficits infraestructurales y de equipamientos, espacios desfigurados o desestructuración en su sistema. Los nuevos
ayuntamientos iniciaron un giro radical en las políticas urbanas apostando por un nuevo modelo que tuviera a los ciudadanos como objetivo.
Barcelona participaba de toda esa problemática general, pero además tenía sus propias asignaturas pendientes. Una densidad extraordinaria
con clamorosos déficits de espacios libres, una congestión de tráfico casi permanente, una desconexión física y mental del mar, graves
desequilibrios estructurales y en general un deterioro ambiental importante.
Sumado a todo, Barcelona se encontraba con dos circunstancias particulares. Por una parte, su territorio administrativo se encontraba, desde
hacía ya tiempo, prácticamente colmatado. De hecho los últimos grandes crecimientos se habían producido en las ciudades perimetrales que
integran su área metropolitana. Y por otra parte, el nuevo ayuntamiento de la ciudad se encontró con un planeamiento aprobado muy
recientemente (Plan General Metropolitano Ordenación Urbana de Barcelona, 1976) que organizaba los aspectos fundamentales de su área
metropolitana.
El Plan General Metropolitano de Ordenación Urbana de la Entidad Municipal Metropolitana de Barcelona, aprobado en 1976.
El espíritu transformador se encontró muy apoyado por las reivindicaciones populares. Los movimientos ciudadanos y de barrio, siempre han
sido muy activos en la ciudad. No obstante, los primeros años de democracia, que estuvieron marcados por ese afán renovador, también se
vieron muy condicionados por la crisis económica que se estaba atravesando.
Pero a pesar de la ardua tarea, que en ocasiones alcanzó grados épicos, la ciudad no se desanimó en esa búsqueda de sí misma. Para ello contó
con un fuerte liderazgo político, como fue el de los alcaldes Narcís Serra y Pasqual Maragall, quienes impulsaron con resolución el proceso y lo
gestionaron con brillantez. En este contexto, también fue decisiva la designación del arquitecto Oriol Bohigas como concejal delegado de
Urbanismo, quien convirtió a Barcelona en un gran laboratorio urbanístico en el que experimentar las ideas desarrolladas en la Escuela de
Arquitectura, que Bohigas estaba entonces dirigiendo.
Desde su nueva responsabilidad, Bohigas defendió una nueva forma de abordar la tarea urbana, apoyándose en el método del Proyecto frente
al Plan General de Ordenación. La primacía del Proyecto sobre el Plan no significaba suprimir los instrumentos tradicionales de control
urbanístico sino transformarlos en otro tipo de documento y en otra fórmulas de gestión del mismo. Se trataba de un cambio de escala. De la
visión holística sobre la ciudad se pasaba a una planificación que consideraba entornos más reducidos y asequibles. Bohigas lo denominaba el
“Plan-Proyecto”. No obstante, estos “Planes-Proyecto” no se encontraban huérfanos de referencias superiores; todo lo contrario, requerían esa
orientación previa que marcara su rumbo. El modelo era necesario, pero se debía limitar a sentar las bases políticas del futuro de la ciudad,
definiendo las intenciones generales y marcando las grandes decisiones. En esa línea, debía reducir sus consideraciones figurativas, formales y
funcionales, ya que estas determinaciones corresponderían a cada proyecto concreto.
La flexibilidad de ese esquema conceptual, de esa orientación global, otorgaba todo el protagonismo a los proyectos específicos que asumían la
responsabilidad de sobre la programación de usos y formas. Desde lo particular se llegaría a lo general.
Sobre estas bases se planteó la noción de “acupuntura urbana”, como una técnica de intervención en puntos “neurálgicos” (o neuróticos) de la
ciudad, para, desde ellos, producir un efecto de “metástasis positiva” que irradiara e impulsara la renovación. En muchas ocasiones la iniciativa
pública seria la responsable de ese esfuerzo inicial para que la privada continuara y completara los objetivos.
Esta filosofía urbana, reconocida como “microurbanismo”, será uno de los rasgos característicos del nuevo proceder barcelonés.
Barcelona en la década de 1980: del “microurbanismo” a las transformaciones olímpicas.
La alteración propuesta respecto del proceso urbano tradicional, y que suponía el diseño de las partes antes que el conjunto, tampoco era ajena
a unas circunstancias económicas duras. No era viable proponer grandes actuaciones, sino operaciones puntuales que pudieran financiarse.
Los “Planes-proyecto” de la Barcelona de los ochenta, fijaron su rumbo a partir de orientaciones políticas generales que se expresaban por medio
de eslóganes rotundos: “Sanear el Centro”, “Recuperar el Centro”, “Monumentalizar la periferia”, “Barcelona, cara al mar”. También se apoyarían
en una profunda investigación sobre la ciudad. Barcelona fue analizada y revisada a la luz de los nuevos criterios, para seleccionar
estratégicamente los lugares de intervención, entre los que destacaban los espacios públicos. Todo ello considerando, además, que el
protagonismo del Proyecto ponía el énfasis en la configuración morfológica de plazas, parques o calles y en el diseño de los elementos que las
poblaban (mobiliarios, esculturas), en un afán por proporcionar una identidad propia a las diferentes zonas de la ciudad.
Barcelona se lanzó así a un “urbanismo de guerrilla” cuya misión era construir sobre lo construido, reordenando, recuperando, saneando,
revitalizando, reestructurando, o reequilibrando lo ya existente.
Algunas intervenciones reurbanizaron calles y plazas existentes siguiendo las nuevas directrices. Son muchos los ejemplos de ello, como la
Avenida Gaudí (Màrius Quintana, 1985), Via Julia (Bernardo de Sola y Josep María Julia, 1985), la Plaça del Sol (Jaume Bach y Gabriel Mora,
1986) o el Fossar de la Pedrera (Beth Galí, 1985).
También se abordaron intervenciones más trascendentes socialmente. Se actuó sobre zonas que presentaban un gran deterioro social y urbano,
en algunos casos al borde de la marginalidad, y que vieron como la “acupuntura urbana” les devolvía una vida renovada. Es por ejemplo el caso
del Rabal y el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, MACBA (que aunque fue inaugurado en 1995, había sido proyectado por Richard
Meier en 1990, como culminación de una estrategia que se remonta a 1985).
Uno de los grandes retos al que se enfrentaba la ciudad era la escasez de espacios libres para uso y disfrute ciudadano. La nueva Barcelona
reivindicaba el espacio urbano y su protagonismo. La estrategia de recuperación de lugares que hasta entonces habían estado ocupados por
industrias, en muchos casos obsoletas, o instalaciones en desuso, permitió la construcción de nuevas dotaciones urbanas y, sobre todo, proponer
los espacios públicos de los que la ciudad carecía. Nuevamente los ejemplos son muchos y variados. Pueden desatacarse casos como el Parc de
l’ Espanya Industrial, (Luis Peña Gantxegi y Francesc Rius, 1985) sobre los terrenos ocupados anteriormente por una empresa algodonera, el
Parc de la Creueta del Coll (Josep Martorell y David Mackay , 1987) sobre unas canteras cerradas, el Parc Joan Miró (Antoni Solanas, Màrius
Quintana, Beth Galí y Andreu Arriola, 1985) sobre los antiguos mataderos barceloneses, o el Parc del Clot, (Dani Freixas y Vicente Miranda, 1985)
sobre talleres ferroviarios.
La Plaça del Països Catalans o Plaza de Sants. Al fondo, el Parc de la Espanya Industrial.
Una de las actuaciones emblemáticas del momento fue la Plaça dels Països Catalans (conocida también como Plaza de Sants en referencia a la
contigua estación de ferrocarril). Diseñada por Helio Piñón y Albert Viaplana en 1983, pronto se convirtió en el icono del nuevo diseño urbano
catalán, propiciando intensos debates y polémicas conceptuales sobre la noción de “plazasduras”.
Pero quizá la actuación que, en mayor medida, marcó los años posteriores fue la recuperación del puerto para la ciudad, el redescubrimiento
del mar y sus posibilidades lúdicas, a partir de ese gran salón urbano que es el Moll de la Fusta, inaugurado en 1984 según diseño de Manuel
de Solà-Morales. Hasta entonces, el frente marítimo del centro histórico de la ciudad resultaba inaccesible al estar separado por una vía de
múltiples carriles rodados y por las vallas e instalaciones portuarias. La ingeniosa integración del viario (que acabaría formando parte de la Ronda
Litoral), así como de los aparcamientos públicos, la solución de los desniveles topográficos y los equilibrios entre espacio y arquitectura,
convierten a este espacio en modelo de relación entre la ciudad y el mar. Abrir Barcelona al mar era uno de las grandes intenciones políticas y
ciudadanas y este proyecto iniciaba un camino de reencuentro con el Mediterráneo que, actuaciones posteriores como el Plan Especial de la
Barceloneta o la Villa Olímpica con sus playas y parques, irían consolidando en los años siguientes.
Los arquitectos barceloneses junto con diseñadores gráficos e industriales fueron conformando un referente internacional. El amplio catálogo
de proyectos innovadores puso a la ciudad en el punto de mira internacional, situándose junto a Berlín, que se encontraba desarrollando su
exposición de arquitectura (IBA 87), como estandartes de la vanguardia arquitectónica y urbana del momento. En ambos casos se seguía una
metodología disciplinada que privilegiaba los proyectos, aunque el rumbo era distinto. El reto de Berlín era dar respuesta a la vivienda social en
una ciudad dividida, el desafío de Barcelona se centraba en el espacio público y en la integración urbana.
El Moll de la Fusta
Las grandes operaciones urbanísticas de la Barcelona Olímpica.
El triunfo de la candidatura de Barcelona para alojar los XXV Juegos Olímpicos que debían celebrase en 1992, cambió la situación. Corría el año
1986 y había aparecido el catalizador que podría acelerar los procesos e iniciar otros soñados pero de difícil ejecución. Las Olimpiadas supondrían
la prolongación de las políticas ya iniciadas, pero ahora impulsadas por la unidad entre los responsables políticos, por una mayoría ciudadana y
sobre todo con una importante dotación de recursos que permitió acometer operaciones de mayor envergadura, especialmente respecto a las
grandes infraestructuras.
El planteamiento urbanístico para la acogida de las Olimpiadas fue muy inteligente. Se programaron cuatro “esquinas” de la ciudad, cuatro
vértices de un cuadrado simbólico cuyo perímetro requería importantes medidas de regeneración. Su elección respondía a su situación
estratégica que facilitaría la transmisión del ímpetu transformador hacia las áreas colindantes. Las cuatro, además, participaban de la
desarticulación producida entre la ciudad ordenada del Eixample y los suburbios desordenados surgidos en la segunda mitad del siglo XX. Por el
norte, se definió el sector del Vall d’Hebron; por el oeste, el área Diagonal; por el sur, la montaña de Montjuïc; y por el este, el Poble Nou.
Además, contarían con el hilo conductor de un nuevo cinturón de circunvalación, las Rondas.
La Rondas
La única circunvalación posible al centro de la ciudad se encontraba tan asimilada dentro del sistema de vías y calles de la misma y como
consecuencia tan congestionada que no funcionaba. Era urgente el planteamiento de un nuevo cinturón y aunque este objetivo llevaba siendo
una aspiración desde hacía muchos años, varios intentos habían quedado interrumpidos, años atrás, bien por discrepancias técnicas o bien por
disconformidad ciudadana.
Era el momento. Las rondas serían el hilo conductor de las cuatro zonas olímpicas y se lograría al fin, la deseada vía de circunvalación que
descongestionara el centro de la ciudad. La operación olímpica permitió un nuevo enfoque que culminó en las rondas actuales: la Ronda de Dalt
(B-20) que discurre por la montaña y la Ronda Litoral (B-10) que lo hace por el mar, ambas separadas por el nudo de la Trinidad y el Nudo del
Llobregat. El anillo tiene una longitud aproximada de 35 kilómetros. Además las rondas culminaron definitivamente la tradicional geografía
sentimental barcelonesa, ya que su perímetro la enmarcaba entre la montaña y el mar, entre el rio Llobregat y el Besós.
Desde el inicial Moll de la Fusta se continuó la Ronda Litoral bajo la dirección del ingeniero Joan Ramón de Clascà. Hacia el norte, acompañando
al Mediterráneo y ascendiendo paralela al rio Besós hasta el Nudo de la Trinidad. Y hacia el sur, siguiendo el puerto y, dejando a un lado Montjuïc,
por la Zona Franca hasta el Nudo del Llobregat.
El Nudo de la Trinidad que une la Ronda de Dalt y la del Litoral en las proximidades del río Besós.
La Ronda de Dalt, que unía la zona norte, supuso un esfuerzo técnico muy importante dada su ubicación en la falda de la montaña de la ciudad.
Es una obra, compleja y espectacular que supone un feliz encuentro entre los requerimientos de la ingeniería y los criterios arquitectónicos. La
Ronda de Dalt no se proyectó únicamente como una vía de circulación rápida, sino que entre sus objetivos también estaba el contribuir a ordenar
la ciudad integrando su trazado en el tejido de la misma. El proyecto fue dirigido por el arquitecto Bernardo de Sola y los ingenieros Jordi Torrella
e Isidoro Muñoz. En algunos tramos, esta ronda se cubrió para proporcional espacio en el que plantear algún equipamiento ausente o
simplemente zonas libres y verdes en barrios carentes de ellas.
Área Vall d’Hebron
En la zona septentrional de Barcelona, la Sierra de Collserola presenta una derivación que se introduce en la ciudad formando una cadena de
colinas muy característica (Carmel, de la Rovira, Creueta del Coll, etc.) que cerraban amplia vaguada, el Valle de Horta.
Esta zona, en la transición entre la montaña y la ciudad, quedó al margen de los crecimientos ordenados de la misma y, en cambio tuvo un
desgraciado protagonismo en la época del desarrollismo especulativo. Por eso no había logrado constituir un núcleo auténticamente urbano y
presentaba grandes carencias, espacios baldíos y problemáticas sociales. Su correcta integración en la ciudad y la solución de sus déficits de
equipamientos fueron dos objetivos fundamentales propiciados por el evento olímpico. La ordenación general del área fue realizada por Eduard
Bru.
El área reunió el reciente velódromo de Horta (Esteve Bonell y Francesc Rius, 1984) con nuevos equipamientos como el Pabellón de la Vall d’
Hebron (Jordi Garcés y Enric Soria, 1992), el Centro Municipal de Tenis Vall d’Hebron (Tonet Sunyer, 1992) o las instalaciones del tiro con arco
(Enric Miralles y Carme Pinos, 1992).
Área Montjuïc (el anillo olímpico)
La montaña que emerge en la costa barcelonesa y que domina la parte sur de la ciudad siempre estuvo en el punto de mira de los barceloneses.
La fortaleza militar construida en el siglo XVII (de infaustos recuerdos y hoy reconvertida en museo) o el cementerio ubicado en las laderas que
miran al mar (1883) marcaron el carácter de un lugar que también había sido utilizado como cantera de la piedra para la construcción de la
Barcelona antigua.
La integración de la montaña en la trama urbana había comenzado en 1929, con la Exposición Universal celebrada ese año. El trazado realizado
por Josep Puig i Cadafalch pretendía convertir la montaña en un gran parque urbano que acogiera además importantes instituciones culturales
para la ciudad. La repercusión para Barcelona fue muy importante ya que supuso la estructuración de un nudo esencial de comunicaciones
como es la Plaza de España y la construcción de varios equipamientos muy significativos, como el Palau Nacional (actual Museu Nacional d’Art
de Catalunya), el Estadio Olímpico, el Pueblo Español o algunos de los palacios que, años después, serían utilizados por la Feria de Barcelona.
La excusa olímpica permitirá finalizar las tareas pendientes en Montjuïc. Allí se ubicó el Anillo Olímpico con los principales edificios deportivos
que complementaron el Estadio Olímpico. La ordenación general del área fue realizada por Federico Correa, Alfons Mila, Carles Buxadé y Joan
Margarit (este mismo equipo, junto a Vittorio Gregotti, se encargó de la remodelación del Estadio)
El Anillo Olímpico de Montjuïc
El Anillo fue la operación emblemática de la imagen hacia el exterior con nuevas incorporaciones tan señaladas como el Palau San Jordi (Arata
Isozaki, 1992), las piscinas Picornell, que fueron remodeladas totalmente (Francesc Fernández y Moisés Gallego, 1992) o el Instituto Nacional de
Educación Física (Ricardo Bofill, 1991)
Área Diagonal
El comienzo de la avenida Diagonal en el suroeste de la ciudad era ya un área con importantes instalaciones deportivas (el Camp Nou, el Palau
Blaugrana o el Real Club de Polo y el cercano y desaparecido Estadio de Sarrià). La zona es uno de los accesos principales a la ciudad desde la
Autovía Nacional II (que conecta la ciudad con Zaragoza y Madrid) y tampoco ofrecía una clara estructuración urbana. La ordenación general del
área fue realizada por María Rubert de Ventós y Oriol Clos.
Además de la concentración de equipamientos deportivos existentes, otro de los objetivos que motivó su selección era influir en la
transformación posterior del eje que se dirige hacia Montjuïc, en el entorno de la calle Tarragona con nuevos usos y espacios. El área Diagonal
fue la zona que menos edificación nueva requirió. Se completaron equipamientos hoteleros y se facilitaron conexiones entre ambos lados de la
avenida Diagonal.
Área Poble Nou (Villa Olímpica)
El área del Poble Nou, seleccionada para la ubicación de la Villa Olímpica, se situaba entre el parque de la Ciudadela y el cementerio. Era un
sector industrial muy degradado pero contaba con un gran valor posicional ya que debía ser el primer eslabón de la gran estrategia que pretendía
abrir la ciudad al mar.
Es, sin duda, el proyecto que más repercusión tuvo en la cultura urbanística general. Frente al resto de las actuaciones, más centradas en la
edificación singular de los equipamientos deportivos, la Villa Olímpica (Nova Icaria) fue una propuesta de creación de ciudad. Una propuesta
metodológica y un auténtico manifiesto sobre la forma de intervenir en la ciudad que atrajo la atención de los arquitectos y urbanistas de todo
el mundo.
La ordenación general del área fue realizada por Oriol Bohigas, Josep Martorell, David Mackay y Albert Puigdomènech. Incluía la construcción
de los alojamientos de los deportistas que se convertirían en un nuevo barrio residencial tras los Juegos, así como el Puerto Olímpico y otras
edificaciones entre las que destacaba la volumetría de las dos torres (una destinada a hotel y la otra a oficinas).
20/5/2012 fuente: http://urban-networks.blogspot.com.ar/2012/05/intervenir-en-la-ciudad-consolidada-la.html
INTERVENIR EN LA CIUDAD CONSOLIDADA: LA VILLA OLÍMPICA DE BARCELONA
Entre todas las operaciones desarrolladas para la Barcelona de los XXV JuegosOlímpicos, celebrados en 1992, la que tuvo mayor relevancia para
la cultura urbanística fue la Villa Olímpica. Este proyecto alcanzó una gran repercusión internacional por su particular propuesta de
intervención en el espacio consolidado de la ciudad.
La ubicación de la Villa Olímpica fue una decisión trascendental. El Poblenou era una zona fundamentalmente industrial que se encontraba muy
degradada, pero que contaba con un gran valor posicional como primer eslabón de la gran estrategia que pretendía abrir la ciudad al mar.
La Villa Olímpica planteó una intervención en la ciudad que buscaba una conciliación con la historia, integrando el trazado del Eixample de Cerdá
con los logros del Movimiento Moderno, y las esencias de la ciudad mediterránea.
El resultado suscitó gran admiración, aunque no estuvo exento de polémicas.
La elección del sitio
El Poblenou había tenido un desarrollo precario dentro del Eixample de Barcelona.
El Parque de la Ciudadela (Parc de la Ciutadella), ubicado en la esquina norte del casco antiguo había actuado como un obstáculo para la
expansión tras él. También la Plaza de las Glorias (Plaça de les Glòries Catalanes), uno de los centros previstos por Cerdá, no se había consolidado
como tal y era en realidad un límite urbano a partir del cual el ensanche se difuminaba hasta casi desaparecer. De hecho, el gran eje de la avenida
Diagonal se encontraba interrumpido por edificaciones y la Gran Vía, ni siquiera se había prolongado. Todo aquel extenso barrio había sido
ocupado mayoritariamente por la industria (de ahí la denominación del Manchester español), con una implantación que, en algunos casos, iba
en contra del trazado de Cerdá.
Por otra parte, estaba el mar. Los ciudadanos de Barcelona no se relacionaban con el Mediterráneo desde hacía mucho tiempo. Cuando hubo
que trazar la primera vía del tren (Barcelona-Mataró, 1848) se hizo por la playa, un espacio inútil según los criterios de la época. Además, en esa
playa, entre la Barceloneta y la zona futura de la Villa Olímpica, había ido creciendo un asentamiento marginal hasta consolidar un gran barrio
de chabolas (Somorrostro) que sería demolido en 1966.
Esa zona litoral de la ciudad, ya había sido objeto de atención en épocas anteriores. En la década de 1960 se comenzaron a valorar sus
posibilidades. Así, en 1966, algunas de las principales empresas dela zona, propietarias de importantes extensiones de terreno, como Catalana
de Gas y Electricidad, La Maquinista, Motor Ibérica ó Crédito y Docks, constituyeron una empresa con el objetivo de impulsar el desarrollo
urbanístico de la zona. Concibieron un plan, denominado “Plan de la Ribera”, con un carácter altamente especulativo buscando la revalorización
de los terrenos con la recalificación de usos hacia residenciales y comerciales. El plan era ambicioso ya que, para favorecer los cambios deseados,
proponía también una reordenación infraestructural.
Aunque el Plan de la Ribera llegó a ser aprobado (1971) no se implementó debido a la fortísima oposición capitaneada por asociaciones y
agrupaciones vecinales apoyadas por colegios profesionales (que llegaron a convocar un concurso alternativo, el “Contraplan”). Esta presión
popular, las dificultades económicas ocasionadas por la crisis del petróleo de 1973 y la caída de la dictadura que amparaba este tipo de
transformaciones vinculadas al capital especulativo, consiguieron frenar definitivamente el proyecto. La indefinición sobre el futuro de la zona
y el traslado a otras ubicaciones de las grandes industrias agravó su deterioro y su progresivo abandono.
Comparación entre las ortofotos de 1956 y 2012. Se pueden apreciar las importantes transformaciones tanto en la línea de costa, como en la
evacuación o en las vías ferroviarias. También el conjunto de chabolas (Somorrostro) que ocupaba la playa en 1956.
Con la candidatura a los Juegos, Barcelona volvió a fijar la atención sobre esta zona. Pero en esta ocasión, la potencia del objetivo olímpico,
compartido por una mayoría ciudadana, y los renovados objetivos de la transformación (bien diferentes a los planteados por el Plan de la Ribera),
permitieron que hubiera pocas voces discrepantes.
Planteamiento de la intervención
La zona donde se implantó la Villa Olímpica, se conocía como Icaria. Icaria era la sociedad ideal descrita por Étienne Cabet (1788-1856) en 1840,
en su libro “Voyage et aventures de lord William Carisdall en Icarie”. Cabet fue uno de los socialistas utópicos que durante el siglo XIX propusieron
alternativas sociales y urbanas, en respuesta a la situación originada por la Revolución Industrial. Su decidido activismo le llevó a fundar el
movimiento icariano, que llegó a construir varias colonias-comunas en los Estados Unidos durante la segunda mitad del XIX. Parece ser que
algunos de sus seguidores se instalaron en esta parte de Barcelona con la intención de crear una colonia cabetiana.
El proyecto de la Villa Olímpica se denominó Nova Icaria en recuerdo del barrio demolido y, quizá también, por el deseo de conectar con aquella
aspiración de “ciudad ideal”. El planteamiento urbano fue realizado por por Josep Martorell, Oriol Bohigas, David Mackay y Albert Puigdomenech.
Oriol Bohigas condensó su visión para la Villa Olímpica y su entorno, en seis ideas esenciales que se convertirían en las directrices del proyecto
del nuevo barrio:
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Construir un barrio marítimo con mezcla de usos y complejidad social que pudiera otorgarle cohesión urbana.
Eliminación de barreras físicas y sociales que habían aislado la zona del resto de la ciudad.
Continuar la morfología urbana más característica de Barcelona (el Eixample) pero con una revisión contemporánea (manzanas casi
cerradas y las calles casi corredor)
Sobre la morfología tradicional incorporar tipologías actualizadas con los logros del Movimiento Moderno, incluso modificando la
dimensión de la manzana llevándola a superunidades integradas.
Flexibilidad de los criterios generales, de forma que sean los proyectos los que definan finalmente la actuación para concentrar en un
breve periodo la complejidad de la construcción de la ciudad.
División del conjunto en unidades desarrolladas por diferentes arquitectos (y promotores).
La base conceptual se encontraba en el artículo que Oriol Bohigas publicó, en 1973, en la revista L’ Architecture d’ Aujourd’ hui con el título “Îlots
presque fermés et rues presque corridors”. Bohigas reivindicaba unas morfologías urbanas marginadas por el Movimiento Moderno y que
orientaron casi obsesivamente la actuación profesional de su equipo. Estas “manzanas casi cerradas y calles casi corredor” alcanzarán su máxima
expresión en la ordenación de la Villa Olímpica.
Por ello, el planteamiento urbano recuperó la noción de “macromanzana” (superunidades) apoyándose en las investigaciones y realizaciones
que décadas atrás se realizaron tanto en la Amsterdam de Berlage como en la Viena Roja.
El resultado agrupó varias de las piezas de Cerdá en una única aparente, dado que no se deseaba interrumpir el trazado viario que se había
mostrado muy eficaz. Se recuperó la manzana y la calle corredor que el racionalismo había denostado. Este aumento de escala propició la
diversidad tipológica (vivienda colectiva y unifamiliar o bloque y torre, aprendieron a convivir). También permitió la mezcla de usos que el
racionalismo había proscrito. Las manzanas contaban con edificios residenciales y edificios terciarios (oficinas y comercios) recuperando el
espíritu mediterráneo de convivencia.
La arquitectura residencial, de la que se hablará más adelante con detalle, fue, en general, una arquitectura muy sintonizada con las ideas
dominantes en la década de 1980. Una arquitectura muy consciente de su responsabilidad con la ciudad y que era el resultado de un proceso
de elaboración muy disciplinado, contextualizado y respetuoso con las claves urbanas. Una arquitectura urbana en línea con la que se estaba
construyendo en Berlín para la IBA 1987, uno de los grandes referentes del momento.
Uno de los grandes objetivos generales era que la ciudad debía recuperar su valor de uso para los ciudadanos. Por ello, el espacio público se
convirtió en el gran protagonista de la actuación. La ciudad mediterránea siempre se ha caracterizado por ello y, en este caso, además, la
proximidad de la playa proporcionaba un aliciente de gran potencial lúdico. Las claves de la ciudad histórica fueron reinterpretadas y numerosos
elementos de la tradición local, tanto arquitectónicos como espaciales, marcaron las pautas del espacio público. Así se plantearon plazas, paseos,
jardines, parques, fuentes que, junto a las playas renovadas o al puerto olímpico, convirtieron la zona en una importante área de ocio para la
ciudad.
Las nuevas playas con el fondo de las dos torres y el umbráculo-ballena.
Sobre estas bases la villa logró atraer usos lúdicos, hoteleros, universitarios, para configurar un barrio, que tras el reajuste residencial posterior
a la estancia temporal de los deportistas, se ha convertido en uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad.
La contradictoria conciliación con la historia
La Villa Olímpica aspiraba a lograr una reconciliación histórica entre la tradición heredada y la modernidad.
Este objetivo, fue resuelto con cierta ambigüedad y bastantes contradicciones internas. Por un lado se apelaba a la continuidad histórica a través
de una síntesis ideal entre la potencia del trazado del Eixample de Cerdá y los logros de la arquitectura del Movimiento Moderno. Pero, por otro,
el proceso se realizó a partir de una “tabula rasa” con las preexistencias, que fueron eliminadas.
Así pues, la conexión con la historia fue más conceptual que real.
El barrio, en 1987, antes de los derribos de las instalaciones industriales.
No hubo conexión con el legado físico recibido ya que todas las edificaciones preexistentes fueron derribadas. El antiguo barrio industrial de
Icaria fue demolido íntegramente y así, la Villa Olímpica nació desde de una hoja en blanco, sin condicionantes indeseados, con libertad para el
diálogo previsto entre la trama de Cerdá y las superunidades modernas.
La polémica decisión del derribo total no generó demasiada controversia. El deterioro de la zona y el impulso decidido de los Juegos Olímpicos
acallaron las voces discrepantes que reivindicaron el interés arquitectónico de algunas edificaciones industriales. Los defensores de esa
arquitectura industrial solamente pudieron inventariarla, dejando un testimonio por medio de fotografías y levantamiento de planos, pero no
pudieron evitar el arrase de la historia del lugar.
El proyecto supuso la implantación de un tejido nuevo reconectado con la ciudad. No quedaron vestigios de la que fue una de las zonas de
mayor concentración industrial de Barcelona. La Villa Olímpica fue una auténtica fecundación “in vitro”.
Pero la inspiración de ese tejido novedoso se encontraba en la propia historia de la ciudad. La nueva trama jugaba con los trazados del Cerdá
y con las exigencias de la vida moderna en un diálogo muy interesante. También la arquitectura debía recuperar su papel vinculado con la
historia. Por ello, las tipologías recuperaron muchos de los elementos característicos de la ciudad tradicional. Pórticos y balcones, porches y
pérgolas, materiales y texturas, fueron revisados desde la óptica moderna para ofrecer un espacio que pretendía reconciliar al ciudadano con la
ciudad y, sobre todo, con la modernidad.
Imagen de la unidad 8.6
Generar la variedad urbana que otorga el paso del tiempo y la superposición de estilos, no era un reto sencillo para un proyecto nuevo y
concebido de forma unitaria en un tiempo tan breve. Este hecho ha sido alabado por unos y criticado por otros. Los primeros consideran
conseguido el objetivo y defienden el resultado, mientras que los segundos lo entienden como una simulación fallida de la diversidad.
La arquitectura de la Villa Olímpica
Sobre este objetivo de diversidad urbana se alzó otra de las polémicas de la Villa. La controversia se suscitó con la selección de los equipos de
arquitectos que construirían las edificaciones residenciales ubicadas en las superunidades. Frente a la convocatoria de concursos, se optó por
encargar las viviendas a equipos que hubieran recibido el premio FAD de Arquitectura e Interiorismo. Estos premios (Foment de les Arts
Decoratives) se entregan, desde 1958, como reconocimiento a obras de vanguardia en el campo de la arquitectura y del interiorismo (aunque
recientemente se han creado nuevas modalidades). El ámbito de los premios fue inicialmente Barcelona, para ampliarse a toda Cataluña en
1987. En la actualidad abarca toda la Península Ibérica.
Esta decisión iba a generar conflicto, y los que la tomaron lo sabían. Pero pudo más su intención inicial de reflejar, en el nuevo barrio, la
arquitectura catalana del momento, a través de los proyectos de tres generaciones de arquitectos. Perseguían acumular en un breve periodo
de tiempo la diversidad que otorgan los largos procesos urbanos. Se quería huir de la uniformidad que suelen presentar los grandes proyectos
gestados de una sola vez, pero sin renunciar a esa impronta catalana que había llegado a configurar una, más o menos aceptada “Escuela de
Barcelona”.
Las pérgolas de la Avenida Icaria
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