Los archivos: patrimonio cultural de México. Por Bertha Esperanza Pérez Ríos México, posee una gran tradición archivística, heredada tanto de la corona española como de los pobladores del México prehispánico, gracias a ello es posible contar con importantes archivos históricos, entre ellos por supuesto el Archivo General de la Nación que hacen posible el ejercicio de la investigación histórica sobre temas económicos, políticos y sociales desde las fuentes primarias. Pese a que los archivos dan fe de los actos públicos y privados de gobierno y sociedad, para que desde el origen de la producción de los mismos se generen políticas institucionales que garanticen no sólo la adecuada integración de documentos y expedientes, sino que una vez que han cumplido su vida útil administrativa, reciban un tratamiento propio de acuerdo a la valoración realizada de los mismos. Con frecuencia las limitaciones presupuestales, de espacio y conocimiento hacen que los archivos se conviertan en espacios relegados a un segundo término dentro de las prioridades de los gobiernos en turno, frecuentemente las áreas que los albergan carecen de seguridad para la conservación y resguardo de los documentos. Es obligación de las instituciones generadoras resguardar correctamente su información, evitando el saqueo de propios y extraños porque en ellos se resguarda la memoria colectiva, sean archivos públicos gubernamentales, de instituciones educativas, instituciones religiosas, políticas o incluso privados. Los archivos son la columna vertebral de las instituciones. Funcionario que no comprenda eso, estará tentado a enviar a la cartonera papeles viejos o recientes los primeros por no saber leerlos, los segundos por voluminosos o condenarlos a su desaparición mediante el abandono en lugares inimaginables, porque ya no le son útiles o porque no corresponden a su gestión: desde bodegas en buen o mal estado, hasta sanitarios o áreas de trebejos. Los Archivos son patrimonio cultural, aunque legalmente se ha considerado patrimonio histórico administrativo, dependiendo de su naturaleza, pero que acaso no hay documentos que desde su origen ya tienen carácter histórico? como ejemplo actas constitutivas, convenios contratos, escrituras, actas de juntas de gobierno etc. Deben ser espacios sociales de recuperación de la memoria de la cultura tanto tangible como intangible, los archivos de la gestión cultural se encuentran dispersos lo que imposibilita su uso como parte medular para la toma de decisiones. No podemos proponernos rumbo personal ni social sin que sepamos quienes somos y a dónde queremos llegar, en donde se construyan espacios que hagan posible una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones, es necesario hacer de nuestro país un espacio más democrático y abierto a todas las manifestaciones culturales que su gran diversidad amerita. Todos los archivos poseen además de documentos, colecciones de diversa índole: desde fotografías, planos, carteles, dibujos, partituras, libros, recortes periodísticos sobre temas inherentes a sus atribuciones de la institución, revistas que requieren un tratamiento distinto al archivístico. Las instituciones como las personas tienen un ciclo de vida, pero no habrá archivos muertos si se logra que en vez de cúmulos de papeles polvorientos tengamos acervos disponibles para la recuperación de la memoria colectiva de nuestras instituciones, apoyados en verdaderos sistemas de redes de archivos, con el apoyo de la tecnología de la información. Con la puesta en marcha de la Ley de Transparencia y acceso a la Información Gubernamental en el 2000, tanto a nivel federal como estatal se le ha dado un impulso que no acaba de permear en todas las instancias. Los archivos son patrimonio de la nación y los estados, por lo que las instituciones están obligadas a que sean espacios en los que se puedan encontrar información, ordenada, clasificada y abiertos a la consulta con las restricciones que a derecho privado imponen las normas de resguardo de datos personales. Los archivos requieren de climas favorables para su conservación, por ello se propone reconsiderar la propuesta del traslado de Archivo General de la Nación al Estado de Hidalgo, cuyo clima es ideal para conservación de los mismos, como se ha propuesto desde hace algunos años. Se ha argumentado que no es posible construir un edificio acorde a las necesidades, sin embargo, tanto para archivos administrativos como históricos, nuestro patrimonio cultural documental bien valen la pena, sería una magnífica oportunidad para construir un edificio prototipo adecuado a las normas internacionales de preservación documental del Archivo General de la Nación, con la participación de un equipo inter y multidisciplinario en la que haya especialistas de la documentación, historia, arquitectura, diseño y otros. El Estado de Hidalgo, es sede de la Fototeca Nacional a cargo del INAH acervo fotógrafico de una gran valía para la memoria gráfica de nuestro país, también alberga uno de los archivos privados más importantes de la industria minera (el Archivo de la Compañía Real del Monte y Pachuca) y en 1987 se propuso Pachuca para ser sede para el Archivo Nacional de la Minería, en lo que hoy es el edificio de Centro Minero. El Gobierno del Estado de Hidalgo, refrenda su compromiso para ser la sede del Archivo General de la Nación como se propuso desde 1998, cuyo proyecto fue relegado. Aunque durante la gestión de la Dra. Stella González Cicero se hicieron trabajos para subsanar la situación que prevalecía en el edificio de Lecumberri debido a su ubicación, antigüedad y magnitud es claro que no está en un lugar apropiado para albergar al Archivo de la Nación. Una Ley General de Cultura deberá incluir como una obligación la adecuada preservación de los archivos, particularmente el Archivo General de la Nación, los archivos estatales y municipales.