AAA 047/48 02 El Polígono Central de Santo Domingo: 50 años de desarrollo urbano Gustavo Luis Moré A la izquierda, plano de Ciudad Trujillo y Cercanías, realizado en base a la fotogrametría hecha por el US Army Map Service, Corp of Engineers, US Army, en 1958. Escala 1:12,500. Publicado por el Instituto Cartográfico Militar. Es uno de los levantamientos más completos y precisos, que incluye toda la vialidad e identifica las instituciones y edificios públicos más representativos del momento, en el que apenas se esbozaba el territorio que habría de ocupar en menos de medio siglo, la zona hoy comprendida por el Polígono Central de la ciudad de Santo Domingo. Es un documento de carácter histórico de escasa vigencia funcional, ya que la ciudad habría de recuperar su nombre original, apenas tres años después de su publicación. Con esta configuración recibe el país la ciudad a inicios del período democrático postdictadura trujillista. Las ciudades, como todo organismo vivo, son entes dinámicos. Se inician de la manera más casual, o se fundan de la más formal. Su existencia obedece a las leyes de la interacción humana dentro de un hábitat geográfico particular, que con el tiempo, va adquiriendo un espíritu único, una expresión cultural producto de su espacio y de su época. El asentamiento actual de la ciudad de Santo Domingo, establecido por Nicolás de Ovando en agosto de 1502, posee ya 511 años de edad. La compleja urbe de hoy, la más poblada y extensa de toda la región antillana, ha transitado su itinerario de episodios históricos, que, con más fuerza unos que otros, han dejado su huella en este territorio, en estas suaves terrazas que se deslizan hacia el gran mar interior de la Epopeya del Sur, herida por dos ríos vinculados a la salida y a la puesta del sol, y trazada por las dulces montañas que le dibujan septentrionalmente. La historia, implacable, cumplió sus destinos colonial y republicano, y se abrazó a una modernidad mal entendida, ajena en un principio, pero finalmente inevitable. Ya adentrada la segunda mitad del siglo XX, apenas liberados de los 30 años de la Gran Dictadura, la presión contenida por décadas irrumpió en los terrenos más cercanos y apetecibles, situados al noroeste de la diáfana ciudad conocida de entonces. Antiguas fincas fueron divididas entre familiares y deudos; terrenos destinados a infraestructuras obsoletas, fueron hábilmente transformados en predios para la urbanización de una creciente clase media dominicana, que requería de buenos aires, de esperanzas nuevas. Archivos de Arquitectura Antillana ha asumido esta pionera investigación, motivados por la curiosidad de las generaciones más jóvenes, ante el enorme vacío documental existente en esta incontada historia. Como todo conocimiento académico o científico, llega el momento en que se hace imperativo documentar y entrelazar las deconstruidas líneas de esa memoria que poco a poco, se va perfilando en la imaginación, va adquiriendo cuerpo hasta convertirse en una “verdad” que se integra a la cultura local, y se va enriqueciendo con los recuerdos de tantos y tantos protagonistas, generalmente anónimos. En tan solo 50 años, una suerte de ensanches malamente esbozados, van adquiriendo una idea de conjunto, hasta convertirse, hoy en día, en una entidad municipal designada formalmente como el Polígono Central de la Ciudad de Santo Domingo, el espacio de mayor actividad comercial, de mayor interacción inmobiliaria, de mayor representatividad de los alcances de la actual sociedad dominicana. El centro de comercio se ha desplazado, de la antigua Calle del Conde, arteria comercial principal de la ciudad colonial por más de 450 años, a la red de avenidas y calles interiores originalmente domésticas del PC, que constituyen el no tan oscuro objeto del deseo en las actividades inmobiliarias capitalinas. Piantini, Morales, Saviñón, Tavares, Esteva, Serrallés, Demorizi, Rancier, Hernández, Corripio, -como propietarios- y Bernal, Frómeta, Pou, Baquero, Haza, Pellerano -en tanto proyectistas-, son algunos de los apellidos que resuenan en las historias más frecuentes; pero muchos son los fundadores, los pobladores mismos que han visto en menos de dos generaciones, transformar sus espacios vitales modestos y abiertos, en torres de apartamentos y centros comerciales de altísima densidad, servidos por una infraestructura de servicios tan precaria como urgente. AAA agradece a todos los participantes en este trascendente estudio, que ha de colaborar a un mejor entendimiento de nuestra cultura, en especial a Carlos Jorge, por aquel comentario aparentemente casual; a María del Mar Moré, por su apasionada curiosidad en las modernas casas del período; y a Mauricia Domínguez, quién asumió el proyecto como suyo. He aquí los primeros resultados de una serie a ser continuada en futuras ediciones sobre el tema. Reseña Histórica Mauricia Domínguez Rodríguez Don Juan Morales Monclús. Doña Lucila Angélica Piantini Vda. Morales y su primera nieta Lucila Pérez Morales. AAA 047/50 La verdadera historia: los barrios y ensanches del Polígono Central de la ciudad de Santo Domingo Origen y desarrollo El Polígono Central es un territorio de la ciudad de Santo Domingo, localizado entre las avenidas 27 de Febrero -al sur-, la Ortega y Gasset -al este-, la John F. Kennedy -al norte y la Winston Churchill -al oeste-. Este cuento dibuja las historias que le dan origen en el tiempo. Toda historia se cuenta a partir de sus protagonistas, y nuestra ciudad es la protagonista de este relato que intenta dilucidar las vicisitudes por las que han pasado los lugares que hoy configuran este importante núcleo representativo de la ciudad de Santo Domingo.1 Este Polígono, declarado como tal por el ADN en 1998, comprende casi una decena de repartos, ensanches y desarrollos, iniciados antes de la segunda mitad del siglo XX por diversas iniciativas inmobiliarias privadas. Se origina en los antiguos terrenos de Galá o de Gaillard, una sección de la Común de San Carlos, que en 1896 tenía aproximadamente 33,000 tareas, unos 270 habitantes y 45 casas o bohíos. Distaba a 4 kilómetros de la Puerta del Conde y colindaba al norte con la sección de Arroyo Hondo, al este con La Yuca, al sur con Mata Hambre y Honduras y al oeste con Manoguayabo y Los Alcarrizos.2 La sección de Galá ya no se reconoce con estas dimensiones; su nombre se limita a un pequeño sector residencial. Esta sección se identifica en el catastro moderno como La Esperilla. En ella, grandes franjas de terrenos se dedicaron durante varios siglos, al cultivo, y en mayor grado a la ganadería, aunque la escasez de agua para la siembra obligó a utilizar la zona como potreros. Desde un principio, la ciudad estuvo rodeaba de pequeños ingenios y trapiches, fincas cañeras con una producción limitada, que sólo serán utilizados como asentamientos formales a partir de las primeras intervenciones viales del sector, como las avenidas Fabré Geffard y Cardenal Pullman), hoy Lincoln y Churchill, respectivamente. Las raíces del desarrollo urbano del sector las podemos encontrar en los antiguos caminos y en la configuración de las parcelas, que formaron una estructura fundamental para el desarrollo de las urbanizaciones, ligada a la concepción de ciudad de varios hombres visionarios, conscientes de las necesidades urbanas y las potencialidades económicas de los terrenos que ocupaban, quienes apostaron a un futuro de desarrollo urbanístico del oeste de la ciudad. Uno de los gestores fue el Ing. José Ramón Báez López Penha (Don Moncito), quien concibe desde su nombramiento como Ingeniero Municipal en 1931, los lineamientos claves a tomar en cuenta como futuras directrices en los terrenos no urbanizados al oeste y norte de la zona urbana conocida. Así concibe las conexiones faltantes de la ciudad en el sentido norte-sur, situación aún crítica para el tránsito en este sentido, y al mismo tiempo define el límite de crecimiento urbano hacia el oeste. Éstos serán parte de los aportes del Consejo Administrativo a la ciudad de Santo Domingo durante el período 1933-38. Los avances tecnológicos del siglo XX traen consigo desde sus comienzos un nuevo uso para los terrenos el sector, compartido al de los potreros: la instalación de aeródromos en las vastas llanuras de la tercera terraza de Santo Domingo. La ciudad, desde que se extendió fuera de sus murallas, creció a lo largo de los caminos tradicionales de comunicación con las poblaciones del interior de la isla y con el camino a la playa de Guibia3, el cual se consolida como la Ave. Independencia, donde se alojaron, a ambos lados de la vía, las principales estancias solariegas de la alta sociedad capitaleña. Por el lado norte, el camino hacia el Cibao se convierte en la calle San Martín y eventualmente en la Autopista Duarte a la altura de donde estaba la antigua Alfarería o Tejar de los Munné. El trazado tortuoso del primer tramo confirma su procedencia desde la época de la colonia. Entre los caminos del noroeste y el sureste se desparrama una trama urbana realizada a pedazos, que recuerda a conveniencia el trazado de cuadrícula utilizado en la colonia, y que va acomodando soluciones individuales de ventas de terrenos de aquellas parcelas que rodeaban la ciudad. Desde el asentamiento extramuros de la villa de San Carlos, las tierras al norte y al oeste de la ciudad estaban bajo la jurisdicción de la Comuna de San Carlos que arribaba hasta la ciudad de San Cristóbal; siendo una de las más grandes. Esta enorme jurisdicción es transformada a finales del siglo XIX y reducido su tamaño. Como hecho curioso, en términos sociológicos, es interesante comprobar que la procedencia de muchos de los propietarios de los ingenios, trapiches o hatos ganaderos que rodeaban la ciudad de Santo Domingo, formaban parte en el siglo XIX de familias sancarleñas, provenientes de inmigrantes canarios. Un hecho que podría explicarse, tal vez por las condicionantes físicas y psicológicas que existían entre la ciudad colonial rodeada de murallas y su sentido de protección, de vivir protegido, y los habitantes extramuros, cuya libertad de ocupación del territorio se extendía sin límites hasta el horizonte. La suprema aspiración del habitante común era la de convertirse en propietarios; los menos atrevidos se conformaron en permanecer en los núcleos urbanos. Sólo los aventureros se adentraron tierra adentro encontrando lugares libres que les permitieran establecer sus siembras y hatos ganaderos. Tres caballerías demarcaban el ejido de la ciudad, los habitantes de San Carlos desde 1691 iniciaron las gestiones para más allá del ejido poder labrar tierras; con el consentimiento del fiscal del Consejo de Indias, tres años después se les permitió abrir y romper montes cercanos, extendiéndose su ocupación a voluntad, por considerarse estas tierras como realengas. La ocupación de las tierras aledañas a la ciudad nunca había sido por compra, donación o composición; se habían hecho por consenso, prioridad de llegada u otro medio de apropiación, abuso o nepotismo de los miembros de los cabildos al adjudicarse predios (Gutiérrez, 1984). Las solicitudes trajeron consigo inconvenientes y reclamos para la posesión de las tierras. No será hasta el desarrollo de la industria azucarera del siglo XIX, que las tierras aledañas a la ciudad reactivarán los cañaverales con la mejora de antiguos y con nuevos ingenios o trapiches, impulsados por las inversiones de empresarios de diversas nacionalidades: cubanos, ingleses, franceses, norteamericanos, alemanes, italianos, puertorriqueños Plano Pintoresco. Dibujo del Ing. Guillermo Piantini del Castillo, agosto de 1943. Escala 1: 2000. Cortesía de Salvador Sturla. El plano define los potreros de la Suc. de Don Luis Ml. Piantini Monclús, situada en la sección de “La Esperilla”, con área total de 1,186.88 tareas. Los datos importantes definen los potreros, nombres, perímetros, áreas y longitud de empalizadas. Se identifican las parcelas vendidas a: Augusto Chotten, Dr. Miguel A. Pardo, Dr. Heriberto Valdez. También pueden identificarse los propietarios adyacentes: Sucs. de Don Luis Ma. Hernández, Alberto Piantini, Belarminio Lluberes, Pablo A. Hernández, Rafael Hernández, Francisco del Carmen Lluberes, Juan Tomás Tavares, La julia C.x A. y Lucila Piantini Vda. Morales. De intéres es el trazado de la Avenida Fabré Geffrard y el camino al Country Club (actual Ave. Lope de Vega), en su intersección puede verse ya formado el triángulo del Parque de La Lira. Lo delimita hacia arriba la Avenida México antes de que fuese interrumpida por la pista sur del Aeropuerto Gral. Andrews, nombrándose posteriormente hacia el oeste Roberto Pastoriza. La parte central de la finca, donde se ubicaba la casa y el huerto, se encuentra, según el dibujo, justo donde está el parqueo del Supermercado La Cadena, en la Ave. Abraham Lincoln. Plano de Ciudad Trujillo. Levantado por el Agr. R. Lambertus, noviembre de 1942. Sobre la copia en azul se señalizaron la ubicación del servicio policial de la ciudad. Se destaca el terreno del aeródromo Miraflores, las Avenidas Máximo Gómez, Fabré Geffrard y la México cuando continuaba recta. Sobre ellas, el Country Club por el ensanche La Fe y el actual Arroyo Hondo como Villas Agrícolas #2. Aún no está planteado el nuevo campus de la universidad. AAA 047/52 Inauguración del Supermercado Nacional en la 27 de Febrero esq. Abraham Lincoln, década de 1960. Apartamentos Ely. 1981. Arq.Teódulo Blanchard. C/ Roberto Pastoriza esq. Ave. Ortega y Gasset. Premio del Banco Nacional de la Vivienda en 1983. y dominicanos. Este impulso capitalista a la industria azucarera modificó el régimen de registro de tierras tradicional con la compra de los terrenos comuneros para las instalaciones de maquinarias especializadas en el proceso de extracción de las mieles, un imperio agrícola de relaciones capitalistas que necesitaba títulos claros de propiedad, amparados por sus mensuras catastrales correspondientes. No será hasta varias décadas después que se cristalizará este proceso con la implantación del sistema Torrens durante la ocupación militar norteamericana de 1916-24. Es en 1879 que Francisco Saviñón, natural de la villa de San Carlos, trae a Santo Domingo la primera máquina de vapor a ser instalada en un ingenio de su propiedad: La Encarnación. Al llegar a las orillas del Ozama fue recibida con entusiasmo desbordante la procesión industrial, dirigida por Saviñón y Félix M. Lluberes, ellos eran parientes cercanos y hombres que se dedicaron primero a la política de partidos y después al mundo empresarial. La mole monumental de la caldera, fue celebrada por la prensa capitalina pronosticando una era de trabajo que liquidaría las montoneras revolucionarias (Del Castillo). Motivado por otros comerciantes, Saviñón invierte recursos para instalar el ingenio La Encarnación hacia el oeste de la ciudad, ya tres años antes en su cercanía, Rafael Abreu había instalado el ingenio Bella Vista a tres millas de distancia de la ciudad de Santo Domingo, en el lugar que hoy mantiene su nombre. La compra de las maquinarias y accesorios para instalar el ingenio fueron adquiridas por la suma de $13,430 oro americano, avanzando sólo la cuarta parte y dejando el restante como deuda amparada mediante hipoteca sobre el propio ingenio. Para saldar la deuda con los fabricantes, Saviñón se ve obligado a acudir por un préstamo a Juan Bautista Vicini, con quien hipoteca el ingenio y 4 casas de su propiedad, además de conceder la venta de los azúcares. La Encarnación es comprometida con varios financiamientos e hipotecas para emplearse en los trabajos del ingenio y su puesta en funcionamiento. A finales de 1881, Saviñón tenía cuatro obligaciones de pago vencidas y con imposibilidad de pagar, rubrica un nuevo contrato con Vicini para prorrogar el pago en dos años. Con la crisis del azúcar de1884 y el declive posterior, La Encarnación pasa a manos de Juan Bautista Vicini por la imposibilidad de pago de Francisco Saviñón. Edificio Dolmen. 1970. Arq. Juan Pérez Morales. C/ José Amado Soler esq. Paseo Dolmen, Reparto Yolanda. del Juzgado de Primera Instancia del Distrito. Los terrenos de La Encarnación i Bella Vista, pasan a ser propiedad de la General Industry Company (Sociedad Anónima, constituida bajo las leyes de New Jersey, EUA), representada por su vicepresidente el Sr. Juan Bautista Vicini Burgos.5 Más de una década después, en 1917, el administrador de los ingenios CAEY y Encarnación, el Sr. Juan Morales Monclús logra una promesa de venta de los terrenos de La Esperilla i La Encarnación, Sección de Galá, antes común de San Carlos, en la Provincia de Santo Domingo de 2,747,216.00 m2. Su interés estaba puesto en obtener la compra final de los terrenos, que mayormente eran destinados a pastoreo de ganado. No será hasta enero de 1930 que logra su objetivo y se registra el acto de venta de la Compañía Anónima de Inversiones Inmobiliarias de la cantidad de m2 prometida, después de varios intentos fallidos. El Sr. Morales Monclús procedía de familia de isleños, su abuelo materno era poseedor de grandes extensiones de terreno en la común de San Carlos y Monte Plata. Con la entrada del siglo XX, las condiciones internacionales sobre la industria azucarera dominicana se hacen evidentes llevando a la quiebra y a la desaparición de un sinnúmero de establecimientos instalados en la etapa anterior. Entre 1884 y 1900 quebraron unos 14 ingenios; Esperanza, Caridad, Dolores, Jainamosa, Duquesa, La Fe, La Encarnación, Constancia, Bella Vista, Francia y Stela, están entre los que cierran sus operaciones en Santo Domingo.4 Con el cierre de los ingenios, muchas de las tierras pasan a convertirse finalmente en potreros (Cierran en 1902). Con el descalabro de los ingenios, los terrenos de La Encarnación pasan a perder valor para la industria azucarera. Con el control de las tierras, el Sr. Morales Monclús mantiene los potreros y vive de la crianza de ganado y los productos derivados de éstos. Especulando, asumimos que el acceso a la finca se realizaba por el Camino a La Esperilla desde el sector de San Carlos o por la San Martín al juntarse con la Autopista Duarte.6 Su casa en la finca estaba levantada del suelo sobre pilotillos, con escalinata frontal de piedra y verandas alrededor, a la usanza de las casas de campo, acompañaban la casa frondosos árboles frutales. Bajo la sombra de un gran árbol de mango, es encontrado, el 10 de noviembre de 1938, Don Juan, muerto de un disparo en la cien. Se alegó suicidio en su momento, las razones recayeron en un empleado que lo había estafado y como hombre serio no soportó el hecho. Pero lo cierto es que en esa época la finca había sido dividida con la apertura de la Ave. Fabré Geffrard, y aquellos terrenos lejanos e inhóspitos comenzaban ser apetecibles para las voraces aves de rapiña que nos gobernaban. El lugar donde estaba el árbol de mango se ubica al este del Club Paraíso y al norte de la oficina del Arq. Pérez Morales. La viuda, Doña Lucila, mantuvo a sus hijos de leche y queso que venían de los potreros. A inicio de los cuarenta, Santo Domingo cambiaba poco a poco, las vías de penetración N-S, la Máximo Gómez y la Fabré Geffrard habían habilitado un rango mayor de desplazamiento por sus habitantes, en el 42, ofrecen ya sus servicios algunas instituciones que atraían hacia las afueras a los residentes, como el Nuevo Matadero Cami, en la carretera Sánchez, el hospital para Tuberculosos Dr. Martos en la autopista Duarte, y el aeródromo Miraflores. Nuestra área de interés no estuvo sólo ocupada por La Encarnación, otras fincas completaron el panorama, entre las que estaban la de Jorge Serralles, Belarmino Lluberes, Luis Manuel Piantini, la familia Henríquez, los Hernández, los Michelena, en lo que hoy conocemos como Naco, oriundos muchos de San Carlos. La adjudicación de los terrenos de la antigua Central Azucarera “La Encarnación” y que luego pasa con el nombre de “Potrero La Encarnación”, es oficial en 1904 por sentencia La fragmentación del territorio: Juan Morales Monclús, la Lincoln y el Aeropuerto Dos hechos fundamentales irrumpen la tranquilidad de La Encarnación en 1938, primero Vista aérea, desde el mar, de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. Al fondo se observa el Hotel El Embajador y los terrenos de Bella Vista, Evaristo Morales y Piantini. Fuente: Archivo General de la Nación. Obreros dan terminación a una de las primeras viviendas construidas en Naco II por Marcial Martínez a finales de los cincuenta. Fuente: Albúm personal de Marcial Martínez. A la derecha: Fotografía aérea de Ciudad Trujillo,1947, donde se observan la inserción del aereopuerto Gral. Andrews; la primera apertura de trochas en los terrenos de la familia Morales (zona izquierda); la trocha en diagonal (límite de parcelas); y una mina de caliche donde está hoy la Santo Domingo Motors. Fuente: ICU. la apertura de la trocha para la construcción de la Ave. Fabré Geffrard y segundo la inesperada muerte de Don Juan Morales Monclús. La realización del trazado de la avenida de Circunvalación Oeste, es ideada por Don Moncito Báez en 1936 (la actual Ave. Abraham Lincoln) siendo él el Ingeniero Municipal del Distrito. Esta vía formaba parte del sistema vial propuesto en su anteproyecto de 19301938 (Ver plano de 1942) y recorría un trayecto de cuatro kilómetros con una sección de 30 metros entre montes y pastos de yerba de guinea. Era una propuesta que uniría las carreteras Sánchez y Duarte, evitando tener que llegar hasta la Ave. Máximo Gómez como vía de penetración N-S, hecho que posteriormente se incrementaría al construirse el aeropuerto Gral. Andrews. Menciona Don Moncito, en sus apuntes, que en aquel momento sólo existía en la zona, al norte del primer Farallón, una pequeña casa de campo y un molino propiedad de la Sra. Flor de Oro Piantini. Su idea urbanística era difícil de respaldar porque no beneficiaba en lo inmediato a nadie. ¿Cómo sustentar la inversión en este proyecto donde las condiciones eran semi virgenes y de poca visibilidad política ante la inversión de recursos del Estado? Además, todos los terrenos por donde pasaría no pertenecían a nadie de la familia Trujillo... Por falta de un incentivo externo el proyecto no se había presentado a la presidencia. Era costumbre someter primero los proyectos a Trujillo y luego de su visto bueno, se llevaba al Consejo Administrativo del Distrito con su sugerencia o recomendación, porque él siempre estaba preocupado de las necesidades de su pueblo. No será hasta que Don Cucho Álvarez aprovecha el problema Trujillo-Michelena y la venta forzosa de sus tres propiedades -la finca Borinquen, el ingenio San Luis y su chalet en la Ave. Independenciapara presentarle como ventajosa la construcción de la vía. Don Cucho, que supo manejar a Trujillo, cuando le presenta el proyecto le dice: “El Ing. Báez trae otro proyecto que llama Circunvalación Norte, que hace algún tiempo estudia (sic), y yo creo que a usted le viene como ‘anillo al dedo’... Además, usted la tendría a doscientos metros de su puerta cuando viaje al Cibao”.7 La motivación fue acertada, y hasta ofreció cubrir la mitad de su costo. Llegar hasta la Hacienda Ramfis (actual Cancillería de la República) desde la autopista Duarte era difícil y complicado; la nueva avenida nombrada en honor de Fabré Geffrard, presidente haitiano que apoyó la lucha dominicana contra la Anexión, acortaría significativamente la distancia y abriría un mundo nuevo de alternativas para la extensión de la ciudad en las praderas salpicadas de pajones y ganado. La buena intención de Moncito de limitar el crecimiento de la ciudad obró al contrario, en lugar de detener, se abrieron posibilidades de urbanizar los potreros y extender a la periferia la ciudad, dejando entre la masa urbanizada y los potreros, bolsones baldíos en espera de un desarrollo futuro. La avenida se inició desde la carretera Sánchez subiendo hacia el norte. El primer tramo hasta la José Contreras se terminó con las mismas características de la Ave. Máximo Gómez, con aceras, contenes, alumbrado soterrado y farolas en el centro. Fue AAA 047/54 planificada con una ligera curva para salvar la pendiente del farallón, que no pudo realizarse, porque a Trujillo no le gustaban las curvas y prefería las rectas. El resto se abrió sólo como camino, con su ancho de 30 metros, pero sin asfaltar. La inauguración se realizó el 25 de octubre de 1938 a un costo de RD$9,820.11. Durante la tiranía cambió de nombre a Cordel Hull y cuando estuvo totalmente terminada adquirió su nombre actual de Abraham Lincoln. Con la apertura de la vía los terrenos de las fincas por donde pasaba comenzaron a adquirir un nuevo valor. A los propietarios se les incitó a vender de las maneras más sutiles. En ocasiones podían aparecer cercas en el suelo o reses muertas, como tácitas formas de presión. Quince días después de inaugurada la Circunvalación, como hemos mencionado anteriormente, se “suicida” Juan Morales Monclús, propietario de la finca La Encarnación, quien se había negado a vender sus terrenos. La repartición de sus tierras se hace entre sus 12 hijos legítimos a partes iguales de 228,934.66 m2 cada uno, hecho sucedido a principios de 1939. Los 8 hijos de anteriores matrimonios heredaron al norte y al oeste de la propiedad, ellos fueron: Ramón Antonio, Altagracia Aurora, Apolonia Julieta, Porfirio, Luis Felipe, Juan, Estela y Evaristo Morales; la parte de los 4 hijos menores de edad la administró la madre. Como su viuda, su prima hermana Lucila Angélica Piantini Monclús, y sus hijos Álvaro Bartolomé, Isabel Yolanda, Fernando Rafael y Juan Tomás manejaron las tierras al sureste de la finca. Entre las familias sancarleñas era característico el cruce familiar; en este caso entre las familias Morales, Piantini y Monclús. Cinco años después, Porfirio, Luis Felipe, Juan y Estela, son forzados a vender sus partes a Ludovino Fernández de quien dicen: “se había ganado la lotería”. Con casi un millón de m2 se creará mucho tiempo después la Urbanización Fernández hacia el noroeste. Por su parte, Lucila Piantini forma con sus hijos mayores la compañía “Parque Residencial Yolanda C. x A. (PRYCA)”, a la cual traspasa todos sus bienes. En 1947 PRYCA vende a los Geraldino más de medio millón de metros cuadrados que se desarrollarán como parte de las lotificaciones de los ensanches Piantini y Yolanda. Queda pendiente mucho por dilucidar en la historia de estas delicadas transacciones familiares. Aunque estuviera cerrado el ingenio La Encarnación, se hace mención al nombre en varios documentos de principios de siglo. Jourdain, en su texto de aviación comercial cita: En abril del año 1919 “salen desde San Pedro de Macorís 4 aviones que aterrizaron por primera vez en la ciudad de Santo Domingo en la llamada Sabana de la Encarnación, donde funcionaba un antiguo campo de tiro del ejército en los kilómetros 6 y 7 de la entonces Carretera Duarte y en donde años después, específicamente el 5 de febrero de 1932, el Poder Ejecutivo, mediante Decreto, crea un Destacamento de Aviación a cargo de los dos primeros pilotos dominicanos graduados en Cuba en 1931, el Cap. Aníbal Vallejo y el 1er. Teniente Frank Félix Miranda. Estos dos se pueden considerar también como los primeros pilotos dominicanos de aviación comercial, pues a la vez realizaban servicios de correo bajo paga”.8 Terminal del aeropuerto General Andrews. Fuente: Archivo General de la Nación. Puerto aéreo Gral. Andrews, Ciudad Trujillo. Fuente: Archivo General de la Nación. Residencia de la familia Pérez Morales, localizada en la esquina noreste de la intersección entre la avenida Winston Churchill -entonces inexistente- y la calle Gustavo Mejía Ricart, entonces calle 18. Fuente: Archivo Pérez Morales. AAA 047/56 En la década del veinte se formaliza un aeródromo en el sector frente a Galard. Con la 1ra. Intervención Norteamericana y aprovechando las llanuras cercanas a las montañas del Cibao, se instala un campo aéreo, (dicen que paralelo a la Autopista Duarte) entre la Ave. John F. Kennedy, la Luperón y la Núñez de Cáceres, específicamente en las inmediaciones donde se encuentra hoy la “Distribuidora Corripio”, al lado de la Renault que estuvo hasta años recientes. Mundial había puesto en peligro la estabilidad de los Estados Unidos; las naciones vecinas debían contribuir a apoyar con instalaciones de infraestructuras, necesarias para el buen funcionamiento de los grandes aviones para distancias largas y bombarderos, dejando previsiones futuras y la realización de un buen par de pistas construidas por el Airport Development Program de la Pan American Airways, bajo la dirección del Coronel Hutchinson.10 “Este aeródromo fue auspicie de la llegada el 6 de febrero de 1928, del famoso aviador norteamericano Charles E. Lindbergh en su avión “Spirit of St. Louis”, el cual fue recibido por el Presidente Horacio Vásquez y el entonces General Trujillo, suceso que acrecentó el entusiasmo por la aviación en el país”.9 Para el 22 de febrero de 1944 se inaugura como parte de los actos conmemorativos del primer Centenario de la Independencia, el aeropuerto “General Andrews”. El general había fallecido el año anterior, y en presencia de su viuda se realizó el acto de inauguración y dedicación a su nombre. El Teniente General Frank Maxwell Andrews estudió en la Academia Militar de West Point, e inicia sus servicios en 1906 en la caballería del Ejército de los Estados Unidos de América. Desde 1917 se interesó por el mundo aéreo. Organizó y fue el primer jefe de la Fuerza Aérea Norteamericana. Ocupó el cargo de Comandante General del Comando de Defensa del Caribe, y su último cargo oficial fue el de Comandante en Jefe del teatro de operaciones europeo. Muere en un accidente aéreo mientras inspeccionaba instalaciones militares en Islandia, el 3 de mayo de 1943. El aeropuerto se preparó con dos pistas de aterrizaje colocadas en forma oblicua, una de 5,500 pies al sureste-noroeste, y la otra al noreste-suroeste de 7,000 pies. A la terminal se entraba desde la carretera Duarte (actual San Martín), justo donde desemboca la calle Moca; éstas debieron ser las primeras dependencias del aeródromo, que fueron demolidas para dar paso al proyecto del Arq. Fred Goico para la sede Citibank of America, en los años 70. El aeropuerto disponía de dos explanadas para aviones: la vieja del Miraflores y la nueva frente a la pista norte, justo donde se encuentra la Torre del Banco Popular en la Ave. J. F. Kennedy. Habían otras dependencias hacia la Ave. Presidente Ríos (hoy Leopoldo Navarro). A inicios de la década del 30 se formaliza otro aeródromo más cerca del centro, construido en la capital en un sector que aún lleva su mismo nombre: “Miraflores”. En este espacio se realizaron importantes eventos para la sociedad capitaleña, como la salida del Vuelo Panamericano el 12 de noviembre de 1937, como propaganda a la construcción del Faro a Colón. Desde el pequeño aeropuerto militar de Miraflores salieron tres aviones cubanos (Santa María, Pinta y la Niña) y el monoplano Colón, dominicano, piloteado por el Mayor Frank Félix Miranda y su mecánico el Teniente Tejada, en su misión por recorrer los países de América Latina. En ese momento, la Ave. Máximo Gómez aún atravesaba hacia el norte. En el tramo entre la Ave. México y la San Martín, muchos habitantes de la ciudad y desde el interior, en autobuses y carros, se aparcaron a lo largo de los 8 metros pavimentados de vía, pudiendo presenciar el despegue de los aviones, según las anotaciones de Don Moncito. El crecimiento desparramado y descentralizado de la ciudad, más el incremento en la demanda aérea de vuelos comerciales y la presión de los EUA por la situación político-militar de los norteamericanos ante la amenaza europea de la 2da. Guerra Mundial, agilizan el proceso para modificar el pequeño Aeródromo de “Miraflores”. En mayo de 1942 se inician los trabajos de construcción de un nuevo aeropuerto para la ciudad de Santo Domingo en tierras ocupadas –nunca declaradas como de utilidad pública– a las familias Lluberes, Ricart, Peña y Pérez Saladín, entre otras. La obra es un apoyo de Trujillo a los Estados Unidos ante la nueva amenaza en el orden mundial. Uno de los más importantes visitantes al inicio de la obra fue el Teniente General Andrews, quien estimuló a Trujillo a fortalecer su aparato militar, prometiéndole asesoría y ayuda material. Es muy probable que no fuese la primera visita al país de Andrews; al momento del inicio de las obras parece que se habían definido con anterioridad los acuerdos previos para la localización, las medidas y predios, que concatenaron la ejecución de un moderno y equipado aeropuerto en las antiguas instalaciones del aeródromo del militar. Éste obedecía al esfuerzo bélico de los Estados Unidos en defensa de la región Caribe, más que al uso civil comercial inmediato que pudiese tener. El panorama mundial con la Segunda Guerra Las pistas ocuparon una extensa área de la ciudad, e impedíeron su continuidad vial, no sólo por parte del rodamiento, sino por su perímetro de verjas custodiadas por militares que impedían el acceso desde zonas remotas. Su lectura actual sólo se aprecia en la reutilización de una parte de la pista sur para la Avenida 27 de Febrero entre el tramo recto de las calles Dr. César Dargam al este, y la Avenida Tiradentes al oeste. Paralelo a este tramo, el barrio de SAVICA, construido en 1963 entre la Ortega y Gasset, la Tiradentes y la Roberto Pastoriza, utilizó la pista de carreteo (taxi-way) para la calle General Frank Félix Miranda (uno de los primeros pilotos dominicanos). Fue un barrio destinado al reparto de casas para militares, esto explica lo holgada de la sección vial. El espacio más denso ocupado por las pistas fue el extremo este de la gran manzana que formaba el aeropuerto. La pista norte finalizaba en el lado oriental de la calle Pepillo Salcedo con la Ave. J. F. Kennedy, donde están el Centro Comercial Kennedy, el Cuerpo Plano de Ciudad Trujillo. Confeccionado por el Instituto Cartográfico Militar. Febrero de 1958. Hay una perfecta delimitación del aeropuerto y aparece el trazado de las avenidas Troncoso de la Concha (Lope de Vega), y Cardenal Pullman (Winston Churchill) que terminaba en la Ave. Mirador del Norte (27 de Febrero). La trama de Piantini y una parte del Reparto Yolanda están claramente definidas por el Ing. Guillermo Piantini y el Agr. Julio Ravelo de la Fuente. Este planteamiento de la Churchill y la 27 de Febrero serán retomados por Balaguer cuando suba al poder en 1966. Aparece también la G. Mejía Ricart como el Camino de Mr. Rogers, el nombre de La Esperilla a Naco y La Julia al sector donde se encuentra Plaza Central. Fuente: Archivo General de la Nación. Vista aérea de la intersección de las avenidas J. F. Kennedy y Abraham Lincoln a finales del siglo XX, antes de ser eliminada la rotonda. Vista del Estadio José Trujillo Valdéz (actual estadio Quisqueya), al fondo el Ensanche Radhamés, la avenida San Martín y los futuros terrenos donde se construirá Naco. de Bomberos, las Baterías Cometa y el Colegio Marillac. Un par de pequeñas calles en diagonal recuerdan el carreteo norte en el barrio Kennedy, ocupando ilegalmente las tierras de don Luis Andrés Pérez Saladin, interceptando la pista el espacio urbano de NACO sólo con una mínima franja que pasa por la diagonal en la esquina Ortega y Gasset con Kennedy. El límite de protección se extendía paralelo a la pista hasta las inmediaciones del edificio Bellapart. Hacia el sur, terminaba antes de llegar al Supermercado Nacional entre la calle José Andrés Aybar Castellanos y la Cub Scout. El grueso de ocupación estaba en la zona de la terminal, hacia el este, cuya vocación de Parque Metropolitano fue desecha por los intereses de las familias en recuperar las tierras expropiadas y nunca pagadas por el gobierno. En la gran manzana que ocupa hoy el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, había una parte mínima de las pistas. Hasta el Ensanche La Fe no llegó el campo aéreo, nunca pasó el límite norte de la autopista Duarte, tampoco llegaba hasta el eventual desarrollo de NACO, un sector que fue creciendo al adjuntarse otras pequeñas lotificaciones. Los motivos que ocasionan el traslado del aeropuerto pueden ser varios: el estrangulamiento de la ciudad en los años 50 por su crecimiento, las dificultades para crear vías de interconexión y, posiblemente el más fuerte, el darse cuenta de la inseguridad que producía la operación misma de las pistas. Al proyectarse los ejes de las mismas, coincidían con el Palacio Nacional, la sede de la Policía o con las casas de los familiares de Trujillo. Un hecho trágico sucedió al caerse un avión carguero en el farallón norte, en la parte posterior de la residencia de Marina Trujillo, en la calle Pedro Henríquez Ureña, entre Tiradentes y Abraham Lincoln. Al quedar demostrada la vulnerabilidad, se ordena en 1955 la construcción de un nuevo aeropuerto fuera de la ciudad, en la península de Punta Caucedo. La nueva terminal es acabada al año siguiente y su puesta en servicio se realizó dos años después, inaugurándose al año siguiente en 1959. El previo “Aeropuerto Internacional General Andrews” pasa a llamarse “Aeropuerto Internacional Generalísimo Trujillo”, nombre que llevó hasta la muerte del tirano en 1961. A partir de esta fecha la nueva instalación al este de la ciudad fue llamada “Aeropuerto Internacional Punta Caucedo” y posteriormente “Aeropuerto Internacional de Las Américas”.11 Durante un tiempo limitado, los dos aeropuertos brindaron servicios al mismo tiempo. Con el Consejo de Estado al final de la dictadura, algunos de los propietarios originales lograron recuperar sus terrenos devolviendo el dinero que Trujillo les obligó a tomar. De esa forma surgen en este predio libre nuevas edificaciones como el Listín Diario, el Banco Popular, Rehabilitación, y la Cruz Roja, así como el barrio de Miraflores con 48 casas, que ocupan estos terrenos. Se rompe así el sueño de realizar el gran parque Metropolitano de Santo Domingo, cuya declaratoria había aprobado el gobierno de Balaguer tres meses después del ajusticiamiento del tirano. De hecho el Arq. Rafael Tomás Colegio San Judas Tadeo en la década de los años 70’s. El cuerpo principal y el salón de actos con sus aberturas para la circulación del aire. Nótese que no hay necesidad de verjas. AAA 047/58 Hernández habia iniciado viajes de estudio para desarrollar una propuesta de parque. Sólo se salva de esa propuesta el área del Parque Olímpico, que luego del planteamiento del gran parque, Wilchie García Saleta le propone a Doy Gautier entonces en Planeamiento Urbano del ADN, especializar una parte para los deportes olímpicos. Esta propuesta fue aceptada y se inicia la preparación de los diseños desde la oficina de Gautier. García Saleta así como da la idea, es también responsable de inducir a las ordas de los barrios marginales a ocupar los terrenos del aeropuerto, en lo que hoy se conoce como el Ensanche Kennedy. Desde que se plantea el traslado del aeropuerto se vislumbró que quedaría libre una gran extensión de terrenos justo en medio de la ciudad. Al norte ya estaban consolidados el Ensanche La Fe y los servicios del Estadio Quisqueya, el Hipódromo y varias Secretarías de Estado hasta el espacio de Villas Agrícolas II, con sus tres caminos de acceso, el del este, el del centro y el del oeste; al sur, residencias de la alta clase social y la oligarquía nacional; y al oeste, la vía de circunvalación, la Fabré Geffrard, donde se habían comenzado a establecer, a ambos lados de la avenida, unas tímidas ocupaciones de solares y lotificaciones de manzanas de 100 x 200 metros con la apertura de trochas, pero sin servicios. La ciudad era una gran herradura con un estómago vacío, y su cierre era la brillante línea de la Greffard que sobresalía por el blanco del material entre los matorrales de los campos aledaños. Desde su apertura, donde la intercepta el camino al Country Club, -hoy Ave. Lope de Vega-, se comenzó a asentar en esta zona un grupo de familias muy alejadas del centro de la ciudad. Al vislumbrarse el traslado del aeropuerto, algunos visionarios empiezan a especular sobre su desarrollo. La Lope de Vega La Lope de Vega fue por mucho tiempo un camino o callejón de tierra que permitía llegar desde la autopista Duarte hasta la Geffrard y bajar hacia la universidad. En ese cruce, al nortoeste, vivía el Arq. Rafael Tomás Hernández, cuando llegó a Santo Domingo en 1949 a realizar sus estudios universitarios. Nos cuenta Don Rafael que recorría este trayecto varias veces al día cuando, en su bicicleta, bajaba hasta la Universidad de Santo Domingo y luego continuaba hacia la ciudad (Ciudad Colonial) a trabajar. También nos relata su experiencia al ver la cantidad de trabajo que pasó el Ing. Rafael Delgado Battle al excavar la piedra caliza del farallón de la Lincoln para suavizar la pendiente de la avenida, debajo de la 27 de Febrero, donde está el Supermercado Nacional. El Country Club fue construido por los americanos en 1920, en los terrenos donde están las escuelas de Artes y Oficios en la Ave. San Cristóbal del Ensanche La Fe, se accedía al mismo desde la autopista Duarte y fue trasladado a su sede actual en 1947. El trazado del camino debió seguir la línea de la empalizada de las parcelas hasta su intersección con la avenida Geffrard, acortando la distancia. Desde los dibujos más antiguos que encontramos (ver Plano Pintoresco de G. Piantini, 1943), aparece el triángulo del Parque la Lira, destacado desde Plano de la Ciudad de Santo Domingo, 1962. Detalle. La Kennedy se ve como un trazado secundario y no hay continuidad de la Tiradentes hacia la universidad. El trazado interno de los repartos no se relaciona con lo actual. Fuente: Esso Standard Oil. Abajo: Planos de propuestas de lotificaciones para los terrenos de la familia Morales. A la izquierda, posible propuesta del Agr. Julio Ravelo de la Fuente con manzanas de 100 x 100 m. Al centro la propuesta de la parcela de Yolanda Morales con la avenida en diagonal paralela a la Lope de Vega, siguiendo la forma de las parcelas originales que se orientaban perpendiculares a la autopista Duarte. A la derecha plano de urbanización de la compañía Parque Residencial Yolanda C. x A., que incluye el sector de Piantini. No se identifica el autor. Fuente: Arq. Juan Pérez Morales. Residencia Solares. Reparto Yolanda. Diseño: Cott & Gautier, 1972 c. Fuente: Archivo personal Arq. Erwin Cott. Fotografía áerea de Santo Domingo, 1967. Se destaca la Ave. J. F. Kennedy con las vías marginales a ambos lados, el barrio de Savica y los restos de la pista del aeropuerto, aún a la derecha. Al centro, el Centro Comercial Naco I, con el autocinema al lado, la manzana del club con pocas construcciones y las primeras casuchas del barrio La Yuca. Los trabajos en la Ave. W. Churchill, según el plano de 1958. A Paraíso se accede desde la autopista Duarte y la Lincoln, y Serrallés parece no iniciarse aún. La 18 está consolidada y continua hacia los bajos. Fuente: Instituto Cartográfico Universitario. AAA 047/60 Residencia Sra. Altagracia Meyreles, Ensanche Paraíso, C/ Haim López Penha. Diseño: Fermín Villanueva, 1969. Fuente: Archivo personal del Arq. Villanueva. Dos vistas de la Residencia del Dr. Ángel Gesualdo, Ensanche Paraíso, Calle Dr. Jacinto Ignacio Mañón #38 - Demolida. Diseño: Fermín Villanueva, 1968. Fuente: Archivo personal del Arq. Villanueva. ese momento como una futura área verde. Luego de consolidarse, adquiere el nombre de Avenida Troncoso de la Concha y posteriormente al régimen, se le designa Lope de Vega. Los desarrollos independientes sub-urbanos Recuperar las partes dispersas de un rompecabezas se hace difícil y más si no se tienen todas las piezas para que encajen. Quizás podemos pensar que este trabajo es más una recuperación de fragmentos que necesitarán más tiempo para ir encajando cada uno en el lugar que les corresponde. La falta de documentación y la accesibilidad a la información dentro de nuestras instituciones públicas, hacen cada vez más difícil desentrañar los pormenores de nuestra ciudad. Una vez entendida la historia y los orígenes del sector que hoy designamos como Polígono Central, podemos definir el proceso de desarrollo de cada una de sus partes. En este proceso, agradezco a todos aquellos que nos escucharon y brindaron su esfuerzo por contarnos sus vivencias. Este trabajo se hace realidad gracias a ellos. Como metodología hemos empleado las entrevistas a personas relacionadas con algunos de los sectores descritos, y hemos comparado sus aportes con fotografías aéreas y planos de la ciudad, de modo que podamos entender su crecimiento y definir la cronología urbana en la ocupación territorial del Polígono Central, en el cual identificamos los siguientes ensanches o repartos: - Yolanda Morales - Flor de Oro Vda. Piantini: Siervas de María - Paraíso - NACO: compuesto por SAVICA, La Arboleda, Tavares, Esteva Este y La Yuca. - Serrallés: compuesto por el Mallorga y Sucs. Serrallés, Esteva, Lope de Vega e IMCA. Es importante notar que casi en todos los desarrollos hay un módulo base de manzanas de 100 x 100 m2, que pueden duplicarse a 100 x 200 m2 ó acomodarse a los bordes de las parcelas. Hacia el este del polígono se hace más libre la interpretación y la composición de las manzanas, ya no se lee un patrón general, lo que demuestra su accidentado desarrollo. Los primeros desarrollos se realizan de forma casi espontánea sólo para la venta de los solares. Con el final de la dictadura y los programas de ayuda económica internacional, se inició un sistema de planificación conocido como la Junta de Planificación y Coordinación. En 1962 se crea el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), organismo descentralizado del Estado que fomenta la vivienda de interés social. A la vez se establecen dos importantes instituciones: el Banco Nacional de la Vivienda y las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, que permitirán el acceso a la vivienda, por medio del ahorro, a los sectores sociales medios. El sistema de préstamos incrementará y dinamizará el mercado inmobiliario, desde el sector oficial y el privado con nuevas ofertas alternativas para los consumidores. Es con la Oficina de Planeamiento Urbano, dependiente del Ayuntamiento del Distrito, comisionada para ponerla a funcionar al Arq. Manuel Salvador (Doy) Gautier en 1963, recién llegado de Italia, que se oficializa la tramitación de aprobación de las lotificaciones. Estos cambios en las instituciones se reflejarán en las propuestas y ejecuciones que veremos en el Polígono. Muchos desarrollos sólo fueron venta de solares sin servicios, lo que obligaba posteriormente al gobierno a suministrarlos con el consecuente costo. Esto obligó a los Ayuntamientos a cobrar la taza del 5% a las urbanizaciones para cubrir los costos de instalación de energía eléctrica, agua y drenajes pluviales. En algunos casos el pago era exonerado. Sin duda, un hecho que afectó todo el sector fue la guerra de abril de 1965. De forma tímida y esporádica habían residentes en las primeras zonas que se urbanizaron, principalmente sobre la Fabré Geffrard y la Lope de Vega; muchos habían comprado solares como inversión a futuro, por ejemplo Rafael Tomás compró su terreno en Piantini con unos ahorros de su trabajo durante la construcción de la Feria de la Paz, comprando a $7/m2. Con la revuelta de abril y la intervención norteamericana en la vida económica y comercial de Santo Domingo, se acelera el proceso de abandono del centro histórico y se inicia un éxodo masivo de familias de los barrios de clase alta del sector de Gazcue. Previamente, con el derrocamiento del tirano, ya algunas familias habían huido de sus mansiones escapando de la culpa, por la complicidad durante el régimen.12 Las nuevas facilidades hipotecarias, las complejidades y debilidades de la ciudad demostradas durante la invasión norteamericana, incentivaron y consolidaron las nuevas propuestas alternativas de una vida urbana fuera de los sectores tradicionales; es el momento de auge de la ciudad alterna, la ciudad de los servicios, la amplitud, del “monte y culebra”. Reparto Yolanda Morales Aunque no hemos podido confirmar el año en que se inicia la urbanización del sector Yolanda, sí es cierto que las primeras trochas abiertas en toda la finca de Don Juan Morales Monclús empiezan en las tierras correspondientes a Yolanda Morales. A la muerte de su padre, ella sólo contaba con 13 años, como todos sus hermanos, hereda una porción irregular de La Encarnación, limitada por la propiedad de Mr. Rogers al este, el borde de la parcela al oeste y las tierras de Totó al norte. En las investigaciones realizadas encontramos una contradicción en el desarrollo urbano del sector. En la primera apertura de trochas se formaron manzanas cuadradas perfectas, en los terrenos de Yolanda Morales, quien forma la compañía Parque Residencial Yolanda C. por A. para desarrollar sus terrenos según la configuración de su parcela a la que se implanta una cuadrícula de 100 x 100 metros paralela a la Ave. F. Geffrard realizada por el ingeniero agrimensor Julio Ravelo de la Fuente, bajo la supervisión de Mensura Catastral. Esta primera configuración se aprecia en la fotografía aérea de 1947, hasta ahora el vuelo más antiguo que conocemos de la ciudad. Se observan las trochas abiertas de más de una decena de manzanas cuyo acceso principal no estaba aún definido. El límite oeste se planteó por mucho tiempo como una vía en diagonal que iniciaba en la carretera Duarte y penetraba hacia el sur bordeando el límite de la parcela, en la imagen, la trocha terminaba Detalle del plano de la Ciudad de Santo Domingo, 1968. En proyección, la Ave. Ortega y Gasset. Ya se observa la conexión con el Alma Mater. La ciudad crece hacia el oeste y rebasa los límites de la W. Churchill; el desarrollo de los ensanches de Evaristo y Julieta compiten con Piantini y el Reparto Yolanda. NACO apenas empieza a desarrollarse a lo largo del eje de la Tiradentes. Fuente: Archivo General de la Nación. en la Roberto Pastoriza esq. Lic. Rafael F. Bonnely en el Evaristo Morales. La ciudad en 1950 contaba con una población de 181,500 habitantes en un área de 2,530 hectáreas de índole urbana. Será en menos de una década, que se afianza el trazado de la calle 18, hoy Gustavo Mejía Ricart, desde la Lope de Vega hasta los bajos al oeste, donde se encuentra hoy con la José Tapia Brea. Consolidándose un núcleo de viviendas individuales que ocupaba cada una la manzana completa de 10,000 m2. Hacia la esquina con la Avenida Cardenal Spellman (actual Winston Churchill), construirán los Pérez Morales su residencia familiar, donde hoy se levanta el Blue Mall. La residencia, de líneas modernas y horizontales se realiza entre 1952-1953, permanece hasta la década del 90, pasando posteriormente por varios usos, parque de diversiones para la familia conocido como Arcadas y para adultos el Beer House. Luego es demolida para dar paso al nuevo centro comercial. En 1957 la familia Pérez Morales vende el primer pedazo de tierra al Sr. Celso Pérez. Hacia el este le sucedían las residencias de Luis Amiama (1957) y Tunti Sánchez, cuya propiedad es expropiada al finalizar la tiranía. Posteriormente el Estado dona el inmueble a las monjas, siendo la única que permanece con las condiciones originales de ocupación. Al frente estaba la casa del Ing. Luis Bonnet (1958). El árbol de javilla en el exterior de Taco Bell recuerda la frondosidad de los jardines cuando los muchachos jugueteaban en las calles de tierra (ver portada de esta edición). Por las tardes, las reses regresaban a sus potreros por la calle 18 (actual Gustavo Mejía Ricart). Como referíamos, siendo ésta la primera propuesta de urbanización de tierras rurales, serán posteriormente las que con mayor lentitud se poblarán. La venta de los solares no fue una necesidad y se hará como un proceso lento, muchas veces por la insistencia de amigos y allegados. El hijo de Doña Yolanda, el Arq. Juanín Pérez Morales, desarrollará AAA 047/62 algunos proyectos inmobiliarios en la década de los 70’s, viviendas unifamiliares y edificios de apartamentos de tres niveles como el conjunto Dolmen, cuando todavía la densidad del sector era baja. De igual forma, también incursionará en soluciones más arriesgadas que modificaron el perfil en altura del sector en las siguientes décadas. Los Tres Robles, detrás del Blue Mall, con la altura máxima permitida en su época (6 niveles); y Monticello que rebasa los límites luego de aprobadas las nuevas regulaciones (12 niveles). Ensanche Flor de Oro Vda. Piantini Los Piantini Monclús están emparentados con los Morales Monclús, y tenían sus potreros hacia la parte sur de la Fabré Geffrard. Terminaban sus tierras antes de llegar a la 27 de Febrero y a los terrenos de La Julia, de Francisco Caro. Dedicados al ganado, transportaban como todos los ganaderos de la sección de Galá desde 1942, las reses hasta el matadero industrial Cami, en la carretera Sánchez, por el camino de herradura que formaba la Geffrard al bajar hacia la Independencia. Hasta hace unas décadas la caseta del ordeño de doña Sofía se veía en la Lincoln, donde está hoy el parqueo del Supermercado La Cadena. Las tierras pertenecían a Don Luis Manuel Piantini Monclús, quien casó con Flor de Oro del Castillo. Poseían una casa y un molino en sus tierras dedicadas a la crianza de ganado. Refieren que fue suya la idea de lotificar los terrenos y también la del trazado del camino del Country Club (Lope de Vega), probablemente para llegar de forma más cómoda desde su hacienda. Sus potreros han sido plasmados en un detallado “Plano Pintoresco” realizado por su hijo Federico Guillermo Piantini del Castillo en 1943. Guillermo era ingeniero-arquitecto y agrimensor graduado en la Universidad de Santo Domingo, además de fundador de la Orquesta Sinfónica Nacional como uno de los primeros violines. Desde Plano para urbanizar la Parcela 5-C propiedad del Banco de Reservas de la Rep. Dominicana. Construida por la Nacional de Construcciones. El área del parque fue lotificada y vendida. Esta sección se integra y denomina como parte de NACO en la actualidad. Fuente: Archivo personal de Marcial Martínez. Plano de lotificación de los terrenos de la finca de la Suc. de Luis Piantini Monclús. Observar identificación numérica original de las calles del sector. Fuente: Familia Sturla Piantini. 1951 tiene la idea de lotificar la finca pero su padre se opone, ya que le gustaba mucho su finca. Debe esperar hasta su muerte para iniciar como cabeza de familia, el diseño y la lotificación de los potreros familiares, con la colaboración y supervisión de su vecino y compadre el Ing. Leonte Bernard Vásquez y del agrimensor Julio Ravelo de la Fuente. Para la lotificación selecciona manzanas de 100 x 200 m2, las cuales en algunos casos pueden subdividirse en dos. Las manzanas se fraccionaban en solares para viviendas unifamiliares de 600 m2, 800 m2 y 1,000 m2. Por la irregularidad de la parcela se llegan a realizar múltiples permutas para lograr ajustar los solares y las manzanas a formas puras, hasta que son gravadas con impuestos y se abandonan los ajustes. Durante mucho tiempo Guillermo Piantini intentó conseguir con los propietarios del terreno donde se encuentra el Banco Popular de la Lope de Vega, una esquinita para enderezar la calle que desemboca en Novocentro, siendo imposible por la tozudez del dueño. Puede en este lugar, verse esta desviación de la cuadrícula y el único trazo que resta del camino a La Esperilla, una pequeña vía en diagonal detrás del banco. que permanece), y la del Ing. Arq Guillermo Piantini (en el lugar donde se encuentra la Bolera y La Francesa) cerraban el espacio del parque. Piantini se caracterizó por un crecimiento espontáneo pero a su vez ilegal, ya que no se pensaron áreas verdes y en los inicios no habían servicios de infraestructura. Sólo se construían los contenes para delimitar las manzanas. La parcela era irregular y vendieron una serie de lotes a lo largo de los caminos. Se extiende, desde un pedazo al oeste de la Churchill, hasta la franja este de la Lope de Vega. Esta franja se dispersa en la parte entre las grandes avenidas pero se extiende dentro de una parte de Naco. A mediados de los 50’s, se realizan varias casas en los alrededores de la intersección Lope de Vega con la Geffrard, y se consolida un pequeño núcleo en torno al parque, entre las que estaban la residencia del Ing. Bernal más al norte, la de los Tavares del lado este (única Urbanización Siervas de María Parte original de la finca de los Piantini al noreste, pasa a ser propiedad del Ing. Guillermo Piantini del Castillo, es una pequeña porción al este de la Ave. Lope de Vega entre la calle 16 y la 18. Para salvar la distancia y aumentar la extensión de la calle y los solares se realiza en forma de Z la vía y se distribuyen los solares a lo largo. El diseño es presentado para aprobación en el Ayuntamiento en febrero del 1964. Asume el nombre de la propiedad que ya habían comprado con anterioridad las Siervas de María al norte de la 18. Importancia de la Ave. Cardenal Pullman (Winston Churchill). Cuando se realiza la lotificación de Piantini, la cuadrícula sobrepasaba la actual Winston Churchill hacia el oeste, que en ese momento era una más de las calles con denominación propia: la Cardenal Pullman. Al subir al poder Joaquín Balaguer, hay una clara situación de continuidad de vías de penetración N-S, el eje monumental de la Feria de la Paz, con la Jiménez Moya continuaba luego de la Independencia como un trillo hasta el farallón. Los nuevos conjuntos habitacionales se proponen para continuar el eje ferial, se le asigna al Arq. Rafael Tomás Hernández los residenciales de Mata Hambre y de la Feria, en donde continuando las dimensiones del vial se realizan bloques de apartamentos en línea de hasta 16 unidades, ubicados en la margen oriental y edificios institucionales en frente, el Catastro Nacional, La Liga Municipal y Corde. La continuidad hasta la autopista Duarte era inminente, para aprovechar lo existente se hace necesario un acople que necesitará de una ligera curva para unir ambos ejes viales, hecho que ocurre entre las dos terrazas de la ciudad, y que luego Residencia Mallorga, Ave. Abraham Lincoln (donde se encuentra el edificio de Banesco). Diseño: Cott & Gautier, 1970 c. Las paredes no llegaban hasta la losa del techo para hacerla flotar, las ventanas bajaban en algunos lugares hasta el suelo. Fuente: Archivo personal del Arq. Erwin Cott. Abajo: Plano de la Ciudad de Santo Domingo, 1974, realizado por el Instituto Cartográfico Universitario. A partir de este plano la señalización de algunos ensanches está incorrecta y ha traído confusiones posteriores. Fuente: Archivo General de la Nación. Abajo derecha: Fotografía del Ing. Juan Bernal en su despacho. Fuente: OGM Central de Datos. AAA 047/64 Residencia Piantini. Diseño: Ing. Arq. Guillermo Piantini del Castillo, 1950 c. Ave. Abraham Lincoln esq. Roberto Pastoriza. Demolida. En su lugar se encuentran los edificios de la Bolera y La Francesa. Fuente: Archivo personal de Salvador Sturla. de subir la tercera terraza continuaría en la ya trazada Cardenal Pullman. La Enrique Jiménez Moya es extendida hasta la Ave. Sarasota (que desde este punto asume el nombre de Avenida Winston Churchill) y es inaugurada el 12 de mayo de 1968, con un costo de más de un millón de pesos. Equipada con lámparas de mercurio, cableado soterrado, sistema de alcantarillado pluvial, e isleta central, era el primer boulevard de Santo Domingo con aceras muy amplias y cómodas. Habían tan pocos residentes en el área que fue muy criticada la inversión del gobierno, no se entendía la necesidad de continuar las interconexiones N-S. Le llamaban “el cementerio”, al no iluminar a nadie en su trayecto desolado. Reparto Paraíso El Reparto Paraíso, en los terrenos propiedad del Sr. Juan Antonio Morales Garabote (Totó), se debe a la iniciativa de su hijo el Dr. Luis Morales Peña, quién nació en la calle Trinitaria #1 en el barrio de San Carlos, en una casa de 2 plantas. Al graduarse de abogado en 1954 pasa a trabajar en el bufete de abogados de Buenaventura Peña y Emiliano Tejera, quienes tenían mucha experiencia en el manejo de venta de solares y ya se habían encargado de urbanizar los terrenos entre la San Martín y la Leopoldo Navarro a principios del siglo XX. En aquella época la gente no tenía costumbre de comprar terrenos, es por eso que se les ocurre la idea de rifar los solares y de esa forma la gente se comienza a interesar por comprarlos. Era un sistema de financiamiento sin intereses, porque se consideraba que cobrarlos era una usura. Como sistema de llevar las cuentas, se anotaban en cartoncitos las deudas de cada comprador. Es ésta la oficina que desarrollará luego la finca grande de Venturita (Buenaventura Peña), realizando la lotificación del populoso barrio de Villa Juana. Venturita poseía grandes extensiones de terreno al norte de la ciudad y su finca preferida fue aquella que al lotificar colocara el nombre de su esposa Juana Battle, cubana de nacimiento, y a quien conoce aquí en Santo Domingo. Buenaventura y Juana forman la familia Peña Battle, cuyos descendientes fueron parte importante de la sociedad capitaleña y varios de sus hijos construyeron sus casas en la falda del farallón, donde hoy está la Universidad Iberoamericana. Estos terrenos y una parte de los del aeropuerto eran de su familia. Luis Morales adquiere experiencia en el manejo de venta de solares al trabajar en el bufete familiar, y le propone a su padre que, con lo aprendido de su abuelo Peña, él podía urbanizar su propiedad, ya que era la más cercana a la autopista Duarte, con acceso directo a la carretera y mucho mejor ubicada que el resto de parcelas de sus tíos. Importante en ese momento era la ubicación del Control de Guaguas de la ciudad de Santo Domingo, que estaba hacia el noroeste de la intersección de la Autopista Duarte con la Fabré Geffrard, donde años después se ubicaron la venta de muebles de hierro y piedras para decoración en la construcción. En frente del control estaba una estación de combustible donde hoy se encuentra Agora Mall. Se podían vender solares a una clase media con medios de transporte o no, ya que había la facilidad de llegar en guagua. La precaria situación por la que pasaba Totó, le motiva a proponerle a su padre que le dejara lotear y vender los solares de su parcela. La experiencia con los Peña en el desarrollo y venta de solares le sirve como referente para preparar estas tierras como nueva expansión urbana de los límites de la ciudad. Alrededor de 1958 se inicia como urbanizador formalizando la Compañía de Inversiones C. por A., loteando y vendiendo los solares y después solicitando al Ayuntamiento los servicios de infraestructura. La urbanización se diseña en enero de 1958, en la Oficina del Consejo Administrativo del Distrito Nacional, en la Dirección Gral. de Obras Públicas Urbanas, División Técnica Reguladora del Crecimiento Urbano dirigida en ese entonces por Orlando Haza; su cuñado, posiblemente quien plantea el diseño y posteriormente colabora con el proyecto, es el Arq. Fermín Villanueva, socio de Pablo Mella y autor de muchos desarrollos urbanos realizados para la Compañía de Inversiones. El nombre de Paraíso lo pone el Sr. Joaquín Sosa. La parcela 102 A de Totó no llegaba ni a la Churchill ni a la Lincoln, quedaba sólo relacionada con la autopista Duarte, por eso al lotificar se incluye en el loteo la parcela contigua al este, cuyos terrenos terminan en el borde de la Geffrard. Se ubica una espacio a donar en la depresión donde se formaba una laguna al suroeste de la parcela, dedicada a área verde, utilizada hace años por el Club Paraíso. El éxito obtenido con Paraíso le abre las puertas para desarrollar otros terrenos colindantes propiedad de sus tíos, como el Julieta y el Evaristo Morales al oeste de la Winston Churchill. Antes del desarrollo urbano de la parcela, Totó le había regalado a la iglesia una porción de terreno frente a la autopista, que colindaba por detrás con una hondonada donde había una laguna. El lugar se convirtió en el Seminario Claretiano para niños durante los primeros años de la década del 50, construido por etapas. Es a base de esfuerzos y donaciones que se convierte en lo que hoy conocemos como el Colegio Claret. El Padre Pedro Carbonell realiza en 1957 un reinado infantil para conseguir los fondos de construcción del segundo piso, el cual se abre en 1959 con el Padre García. La limitada población de aspirantes al sacerdocio motiva a convertir las instalaciones en un colegio con vocación social, al servicio de los niños de escasos recursos del área. En 1967 se inicia como Colegio Claret, cuando solo habían 6 jóvenes en el seminario. Al comienzo se contaba con la Capilla del Corazón de María, que fue sustituida por una nueva iglesia inaugurada alrededor de 1971, bajo el empeño y tesón del Padre Miguel Autrecha. Difícil ha sido para el colegio y el reparto, la ocupación de los terrenos de El Platanito. Fue responsabilidad del mismo Totó, al dejar en los terrenos aledaños de la laguna una vivienda del padre de una novia que tenía, quien llevó a más habitantes al lugar, poblando y secando la laguna. Ensanche NACO NACO tiene sus antecedentes en la visión empresarial de varios hombres arriesgados y AAA 047/66 © Francisco Manosalvas Centro Comercial NACO I de Amable Frómeta, y el edificio La Cumbre en 1968. Como primera etapa se observa Plano de la ciudad de Santo Domingo realizado por el Instituto Cartográfico Universitario en sólo el primer nivel de los locales frontales con sus parqueos. Centro: Maqueta del Centro Comercial NACO donde el año 1992. Se observa la ocupación de casi todo el territorio actual del Polígono Central. se observan el diseño original del coronamiento de La Cumbre, de Amable Frómeta y Manolito Baquero; y el Fuente: AGN segundo piso de los comercios que no fueron construidos en la primera etapa. Fuente: OGM Central de Datos. trabajadores, con experiencia en obras residenciales. El Ing. Juan Isidro Bernal Jiménez, cabeza de dirección del proyecto NACO, empieza trabajando asociado al Ing. Alberto Bonnet Báez, con quien forma la firma Bernal & Bonnet a partir de 1947. Su firma fue una de las más prestigiosas y llenó la ciudad de entonces de residencias y comercios realizados por ellos. Bernal trabaja en la obra de terminación del Hotel Embajador durante la celebración de la Feria de la Paz en 1955. Esta experiencia constructiva en las nuevas áreas de desarrollo de la ciudad, le permitió visualizar el futuro crecimiento del mercado inmobiliario. Asociado en calidad de vice presidente a Francisco Nicolás (Pacho) Saviñón, Trujillo, como presidente, a los Arqs. Leo y Marcial Pou Ricart y a la Sra. Altagracia Saviñón, forman la Compañía Nacional de Construcciones (NACO) en 1957. Es notoria la coincidencia de esta incorporación con el traslado del aeropuerto General Andrews y la liberación del uso de los terrenos que ocupaba; probablemente Trujillo ya tendría sus planes de ocupar estas tierras, con una algún desarrollo hoy desconocido. Las relaciones de Pacho con la familia Trujillo son convenientes, aportando él a la compañía, el capital mayoritario. Será con el asesinato del Jefe que sus acciones pasarán a Bernal, quien asumirá la presidencia y la imagen pública de la compañía. Profesionales con visión debieron asumir inmediatamente las posibilidades de urbanización que había en esta zona. Tímidamente el desarrollo de Paraíso, de Piantini, alrededor de la Roberto Pastoriza, de los bordes de la Fabré Geffrard y del camino al Country Club estaban ya formulados, haciendo más evidentes los espacios faltantes. En 1958, la Cía. NACO inicia la construcción de viviendas en su proyecto NACO I, alrededor de unas 15 unidades en la prolongación de la Avenida Bolívar, detrás del Seminario. A la par se inicia la construcción de viviendas económicas al sur de la San Martín en los terrenos del aeropuerto (hoy barrio Kennedy) y la apertura de calles del proyecto NACO II, hacia el norte de la pista sur del aeropuerto, en el 1959. Se adquieren dos millones de m2 a RD$1.60, comprados a las Hnas. Hernández, cuyos potreros estaban en esta zona. Su moderna casa en NACO nunca tuvo verja y sorprendía a todos ver el plano verde del césped del frente (actual terreno que ocupa la torre Silver Sun Gallery). El proyecto de urbanizar los terrenos que dejaría libre el aeropuerto después de su traslado, seguramente empieza con la acertada idea de dar continuidad hacia el norte a la avenida Alma Máter, eje transversal de la Universidad de Santo Domingo y cuyo trazado es paralelo a la Lincoln. Al proyectar su extensión y subir el segundo farallón de la ciudad, la propuesta vial, que eventualmente habría de convertirse en la actual avenida Tiradentes, atraviesa el flanco oeste del Parque Zoológico y al subir el tercer farallón traspasa la pista sur del aeropuerto General Andrews. Desde ese punto buscaría con una leve curvatura conectarse con la avenida Generalísimo Francisco Franco, eje importante del antiguo Ensanche Radhames, actual La Fé, en su intersección con la San Martín, en la esquina de la Industrial Lechera. Esta idea ya tenía precedentes cuando se hicieron las vías de penetración norte -sur de la Máximo Gomez y de la Fabré Geffrard. Se maneja como otro punto de acceso al nuevo desarrollo urbano, desde los sectores ya consolidados. Su tramo norte, después de los predios de Plaza NACO, hasta conectarse perpendicularmente con la antigua avenida San Martín y posteriormente la John F. Kennedy, fue el último en completarse. Para acceder a la zona urbanizada se llegaba desde cuatro calles ya aperturadas desde la Lope de Vega por los Piantini, estas fueron la 20 (Fantino Falco), la 18 (Gustavo Mejía Ricart) como continuación desde el oeste, la 16 (Max Henríquez Ureña), y la 12 ([Rafael Augusto Sánchez), vía con muy buena sección, donde se construyen las residencias de Pacho Saviñón (actual residencia de la Embajada de Italia) y la de su madre (actual Colegio Luis Muñoz Rivera). Al final de la calle, en la intersección con la Tiradentes, se realiza el primer edificio comercial de pequeñas dimensiones y un pequeño supermercado al frente. Las Hnas. Hernández participan como asociadas al poner la tierra (R. A. Sánchez esq. Tiradentes), beneficios que nunca disfrutaron. Además, allí se planificará, en el frente este, el centro comunal, con un parque público y una manzana para los servicios comunales, como la estación de Policía (1969), iglesia, etc. Ver este plano en la página 70. Estas manzanas para los servicios fueron donadas por las Hernández y luego vendidas por el Ayuntamiento a terceros. Más al sur existía, desde antes del aeropuerto, la avenida México, un camino que venía desde Gazcue hasta los potreros por el camino a La Esperilla. Cuando construyen la pista es interrumpida y luego no se restaura la conexión por aprovechar la pista para la 27 de Febrero; así la parte oeste de la México se transforma en la actual Roberto Pastoriza. El diseño de NACO II no respondía a un urbanismo riguroso de trazado en cuadrícula; se establecieron algunas supermanzanas con grandes lotes para los desarrolladores, luego las manzanas se distribuían entre la forma que las vías de penetración generaran. La articulación se dejó más libre y adecuada a las parcelas. En 1959 se inician los trámites para el trazado y ejecución de la Avenida J. F. Kennedy con recursos de la constructora; una vía central con marginales independientes a ambos lados para separar las funciones residenciales del tránsito rápido. Este planteamiento duró poco tiempo construido, ya que Doy Gautier insistió desde el Ayuntamiento, en mantener el lado sur de NACO como residencial y así afirmar la necesidad de la marginal, y hacia el norte, entre la nueva avenida y la San Martín, dedicarla sólo a comercios e industrias. Este plan sucumbió a los intereses comerciales y al abandonarse no tenía sentido dejar la marginal, por lo que fue eliminada y sumada a la vía. Para el 1960, la ciudad había alcanzado una población de 369,900 habitantes en un área de 6,210 hectáreas. Edifico del Banco Nacional de la Vivienda diseñado por el Arq. Edgardo -Gay- Vega Malagón. Inaugurado en 1971 con sólo dos niveles. Poco tiempo después se le agregaron las dos plantas superiores. La propuesta de la torre con una sobriedad Kahniana no fue nunca realizada, perdiéndose la oportunidad de un ejemplar único para nuestra arquitectura. Fuente: BNV, Colección obras Edgardo Vega, DoCoMoMo Dominicano /AGN. Se continúan aceras y contenes en NACO I y II. Bernal confía en un constructor por excelencia, Marcial Martínez Soler, quien será su hombre de confianza y quien se compromete a realizar las obras en los períodos de tiempo esperados. En 1964, le asigna construir 40 casas de Naco II, en la zona cercana al Club Deportivo NACO y al edificio comercial Haché. Estos modelos de casas funcionales y económicas sirvieron de incentivo a una población necesitada de vivienda. Casas “simples”, con terminación de granito gris y puertas de plywood con decoraciones para “aparentar”. La diferenciación de NACO con los anteriores desarrollos urbanos de los sectores aledaños fue pensar el proyecto autosuficiente, integrando una oferta de servicios comerciales, educativos, recreativos, de salud e institucionales, que independizara al residente, evitando su desplazamiento hacia el tradicional centro comercial de la ciudad. La apuesta de Bernal, los Pou y Frómeta de crear un nuevo polo comercial fue vencedora; la incorporación de una nueva tipología de comercio no conocida con anterioridad, rescataba la idea de calle comercial conocida hasta entonces (la calle El Conde) y la extrapolaba a mayor amplitud, comodidades y facilidad de parqueos frontales que no se disponían en el centro histórico. La propuesta de Amable Frómeta como diseñador del centro comercial demuestra que conocía este sistema ya planteado en Estados Unidos desde la década anterior. Rellenando algunos vacíos urbanos en el 66, la Cía. NACO urbaniza una porción del Banco de Reservas al sur de Arboleda y construye el Autocinema Naco, segundo en su género en la ciudad y límite oeste de NACO. Diseño de Amable, principal diseñador y responsable de casi todos los proyectos de la constructora; en su taller llegaron a trabajar los Arqs. Erwin Cott y Pusiso Pratts. En 1968 se inaugura el Centro Comercial NACO I, complejo de edificio bajo de dos niveles acompañado de una torre de 12 pisos de oficinas, del lado oeste de la Tiradentes. En el diseño del edificio La Cumbre trabaja con Amable, Manuel Baquero Ricart. Será desde entonces el edificio más alto de Santo Domingo, destronando al edificio Diez que había ostentado el título desde 1928. El éxito del Centro Comercial NACO I trae consigo otros desarrollos comerciales en el núcleo destinado para esos fines. En 1970 se abre el bloque paralelo hacia el este, con una fisonomía diferente, de un sólo nivel y pasillo techado para proteger del sol de la tarde. Más dinámico que su antecesor, el II se acompaña de un gran supermercado, uno de los primeros de su tipo -el SM-, una bolera soterrada y una de las mejores salas de cine que ha tenido Santo Domingo, el Plaza. La destreza de Frometa se demuestra en los hermosos y eficientes interiores y en la comodidad que disfrutan los espectadores. La Policlínica (actual Hospital de las Fuerzas Armadas) se inicia en 1971. En 1972 se abre el Hotel NACO, en el lugar donde estaba la casa de Juan Bernal. Un pequeño edificio con carácter de roadside motel, con núcleo de un nivel para los servicios y AAA 047/68 cuerpo de habitaciones de 3 niveles. Una anécdota de Cott cuenta que una noche mientras bebían unos tragos en la casa, Juan le dice a Amable, vamos a hacer un hotel en este sitio a lo que Yolanda, su esposa, le contesta: “Nos mudamos mañana”. La visión de emprendedor no dejó de acompañar nunca al Ing. Bernal, de ideas nuevas, sin temor a ejecutarlas, lo que le permitió realizar el sueño de NACO. Faltaban otros proyectos que terminarían de dar la fisonomía al sector, como la construcción del primer Mall comercial, Plaza Naco, de 1976, con dos salas más de cine y parqueo techado en los niveles superiores, donde se realiza la primera rampa helicoidal para subir los automóviles, también construida por Marcial Martínez. La nueva cara de modernidad de la ciudad se completará con el proyecto de 8 torres de 12 pisos y 41 apartamentos cada una, elevadas en pilotes y orientadas E-O para aprovechar las brisas, en una disposición regular que recuerda el concepto de super manzanas de Niemayer en Brasilia, pero más concentrado y de mayor altura, lo cual no era la intención original. Con un lento proceso constructivo y de forma alternada las ocho torres se concluyeron en 1993. Desde su concepción integral como unidad urbanística, NACO completó los servicios requeridos por la comunidad, iglesia y escuela San Judas Tadeo, Club Deportivo NACO, hospital, hoteles NACO I y II, estación de policía, bolera, cines y autocinema. NACO se convierte en el nuevo centro financiero y comercial con la ubicación de los grandes almacenes, que no se limita a su sector sino que se extiende por todos los desarrollos urbanos de la parte oeste de la ciudad. La Arboleda Es la lotificación de una pequeña parcela al sur del primer desarrollo de NACO. Comprende el parque frente a Corazones Unidos y sus calles se acoplan a las condiciones del entorno. Su fecha de realización podría ser antes de 1966. La Yuca y la Urbanización de Tavares Nombre antiguo del sector que aparece en viejos documentos. Se reconoce como la ocupación ilegal de un grupo de familias del centro de manzana situado entre la Roberto Pastoriza y la Club Scout. La invasión empieza durante la década de los años sesenta. En octubre del 1958, se realiza un proyecto de urbanización para la parcela propiedad del Ing. Juan Tomas Tavares entre la propiedad de los Piantini y el sector denominado La Yuca. Se trazan dos calles hacia el este, paralelas a la Ave. Cordell Hull (nombre de la Lincoln en ese momento), las actuales Boy Scouts y Girls Scouts, que definen manzanas alargadas para conectar la Ave. México (actual Roberto Pastoriza) con la Ave. Mirador del Norte (actual 27 de Febrero). También se inician en sentido oesteeste las calles Cub, Robert y Junior Scouts, no todas se continuaron debido a la The Chase Manhattan Bank, realizado por William Reid Cabral, en la avenida John F. Kennedy esquina Tiradentes. Posteriormente ampliado y convertido en el Banco León. Su nítida volumetría y sus calados representaron la vanguardia de la modernidad minimalista y tropical al momento de su obra. Policlinica Naco, realizada por Amable Frómeta, como parte del equipamiento originalmente planeado para el desarrollo urbano del sector de Naco. 1971. ocupación de terrenos en el centro de la manzana con el barrio de La Yuca. Banco del Comercio, realizado por Pujadas, Armenteros & Asos., primer edificio que planteó un techo con paneles solares para el ahorro energético en la pared oeste. Nunca fueron colocados. Abierto hacia la esquina para acoger al público. 1981. denominada Porción Este y luego se realiza otra porción denominada Oeste que urbaniza las parcelas 74, 76 y 77 del DC 3. Se puede atribuir el diseño al Arq. Pablo Mella. SAVICA (Sector La Esperilla) Es considerado como parte de NACO, el sector realizado por la Compañía de Seguros, Auxilios y Vivienda, C. x A. (SAVICA), institución del gobierno destinada a obras de servicio social de carácter no especulativo. El proyecto se realiza en 1961 en la parte sur de los terrenos del gobierno luego del traslado del aeropuerto General Andrews. Cuando se prepara la avenida 27 de Febrero sobre la pista sur, se aprovecha también una parte de la vía del carreteo, como una de las calles del proyecto. Forma el cuadrante entre las avenidas Ortega y Gasset, 27 de Febrero, Tiradentes y Roberto Pastoriza. Unas 6 manzanas longitudinales se planificaron paralelas a la 27, con un promedio de 20 viviendas en las centrales. Hacia los bordes, en la 27 y en la Pastoriza, se proyectaron modelos más amplios y desahogados en solares de mayores dimensiones. El barrio se destinó para militares. (Ver detalle en fotografía aérea de 1967, y en plano página 70.). Repartos Mallorga y Sucs. Serrallés, Esteva, Lope de Vega, IMCA Muy accidentado y fraccionado ha sido el desarrollo de la parte norcentral del Polígono a partir de la década del 60. Es la zona de más reciente evolución y la que ha contado con un frente industrial hacia la Kennedy. En ella aparecen más de cinco lotificaciones que lograron de una forma u otra adaptarse e integrarse a la forma urbana. Muchos de estos diseños salieron de la prestigiosa oficina de Haza & Pellerano. Urbanización Mallorga y Sucs. Serrallés Surge de la combinación de dos propiedades de los Srs. Fernando Mallorga y Jorge Serrallés, quienes unen sus parcelas en un solo proyecto de calles que continúan en los loteos aledaños. Una primera propuesta se aprueba en 1964, luego hay modificaciones presentadas en diciembre de 1968. Urbanización Esteva Se encuentra en medio de varios loteos, consiste en varias manzanas al este de la Ave. Abraham Lincoln, entre Fantino Falco y José Amado Soler. Según anécdotas, la propiedad, cerca de unos 25,000 m2 pasa a manos de los Esteva por el incumplimiento de pago de una nevera sacada en R. Esteva y Cía.; esto demuestra el poco valor de la tierra en aquella época. En esta manzana hacia la Lincoln, construyen su residencia los Esteva, siendo una de las pocas casas que permanecen aún en la avenida. Fue diseñada en varias etapas por la oficina Haza & Pellerano. La primera etapa se presenta a la dirección de Planeamiento Urbano en enero del 1965; dos años después en el 1967 la segunda etapa del otro lado de la Lope de Vega, Urbanización Lope de Vega Está justo detrás del Esteva, sigue la forma de una gran L que va desde la Kennedy a la Lope de Vega, con la calle Malaquías Gil en su centro. Es el loteo de la propiedad del Sr. Ramón Corripio, realizada en la parcela No. 126 del DC 3, diseño del Arq. Pablo Mella en febrero de 1968. En el diseño original se planteaba una manzana de servicios comunitarios en el limite sur de la propiedad y hacia el centro, un parque, la escuela Serafín de Asís y un lote para comercios; ninguno de estos usos se llevó a cabo. Urbanización Serrallés Independiente de la anterior, Serrallés se encuentra con tope en la José Amado Soler y la Kennedy, entre Filomena Gómez de Cova y Lincoln; es un espacio urbano híbrido en usos, hacia el norte y frente a la avenida, inicia como sector industrial cuando era la carretera Duarte el acceso a la ciudad desde el Cibao. Con la instalación del Hospital antituberculoso Dr. Martos en 1942, la Alfarería Dominicana, la fábrica de fósforos y el control de guaguas, entre otras industrias, la zona se convierte en accesible para trabajadores y público en general. Estas tierras fueron también fincas y es donde se puede ver la influencia de las líneas de propiedad que definieron algunas de las pocas calles que tiene el sector; un ejemplo es la calle D al lado de Claro y el cul de sac de la Respaldo Agustín Lara. La familia Serrallés adquiere la propiedad en las primeras décadas del siglo XX. La granja de pollos de su propiedad estuvo durante muchos años frente a la Ferretería Americana y aún resta como solar baldío en espera de un desarrollador. La franja frente a la carretera tuvo varios propietarios, entre los que estuvieron Emilio Rodríguez Demorizi, Ramón Corripio, Implementos y Maquinarias (IMCA) y Fernando Mallorga. El Arq. Gautier recuerda haber aprobado la primera etapa durante su gestión al frente de la Oficina de Planeamiento Urbano. El Arq. Erwin Cott es quien abre la José Amado Soler desde la Lincoln para acceder a su edificio La Estancia, propuesta de diseño experimental donde incorpora ladrillos coloniales de una vivienda demolida del centro histórico, realizando bóvedas y arcos con éstos. Es Serrallés el único desarrollo de urbanismo no regular en todo el Polígono, donde no hay continuidad de la cuadrícula y se hace más limitada la interconexión con el resto de la ciudad. Urbanización IMCA Completa las tiras norcentral, es un proyecto realizado en la parcela de Implementos y Maquinarias cuyo frente daba a la Autopista Duarte. En la parte posterior colindante con la actual calle José A. Soler se prepara el acceso a una sola calle interna que rodea una pequeña manzana en forma de proyecto cerrado. Es un diseño de Haza & Pellerano realizado en septiembre de 1968. Arriba izquierda: Dibujo del área central del proyecto NACO II, aparentemente prevista como Centro Cívico con parque central, mercado, iglesia y comercios. Este núcleo se encuentra hoy en las manzanas donde estuvo la tienda Domus y la Policia de NACO. (Archivo ADN). Arriba derecha: Heliográfica azul para la casa Pérez Morales, del 1953, por el Ing. Juan José Mera. (Archivo Familia Pérez Morales). Izquierda abajo: Localización de la parcela de Fernando Mallorga, que se convertirá posteriormente en la urbanización Mallorga y Sucs Serrallés, hoy Serrallés. Derecha abajo: Hoja del proyecto de la urbanizacion Esteva realizado por Haza y Pellerano, donde se definen las calles y los solares con una superposición de la propiedad de los Esteva. (Archivo ADN). AAA 047/70 La arquitectura y sus protagonistas Los protagonistas del Polígono, en términos de la arquitectura, han sido muchos de los conocidos arquitectos de siempre, que dejaron su huella en las construcciones más relevantes. Pero dentro de esta zona, desde la década del cincuenta, un sinnúmero de arquitectos e ingenieros hicieron su aporte anónimo a la conformación de este territorio de arquitecturas domésticas. Muchos nombres han de faltar para completar este listado, sólo es el inicio de una larga lista de protagonistas del espacio íntimo de la familia que debe ser ponderado en su justa medida antes de eliminar toda la huella de esa escala residencial del sector que acogió a las familias dominicanas cuando necesitaron un nuevo espacio que poblar. Algunos nombres que hemos podido rescatar en esta investigación son: Fermín Villanueva, Guillermo Piantini, Pipío Sturla, Elena Vives de Rodríguez, Emidgio Garrido, Manuel del Orbe, Honré Haché, José Lorenzo, Vital García, Chichi Ricart, Freddy Tejeda, Juan José Mera, Norma de Khoury y Marta Mieses, entre muchos más desconocidos para los anales de nuestra historia. Claro, que están los conocidos por sus trabajos en la ciudad, entre ellos autores de la talla de Amable Frómeta, Marcial Pou, Gay Vega, Manuel Baquero, Erwin Cott, Manuel Salvador Gautier, Manuel Polanco, José Manuel Reyes, William Reid, Haza & Pellerano, Leopoldo Franco, Benjamín Paiewonsky, Rafael Calventi, Eduardo Selman, Teódulo Blanchard, Roberto Bergés, y otros de una generación posterior como Pedro José Borrell, Juan Pérez Morales, Plácido Piña, Harry Carbonell, Gustavo Luis Moré, Juan Mubarak, Leonardo Macarrulla, Jordi Masalles, Alejandro Marranzini, Antonio Segundo Imbert, Ja’el García, José Daniel Romero, Clara Matilde Moré, Arturo Despradel, Ricardo Martínez, Sara Hernández y muchísimos más. Dos generaciones sucesivas de arquitectos dominicanos, y quien sabe cuantos extranjeros, han actuado febrilmente durante 5 décadas en la configuración de este nuevo sector de la ciudad de Santo Domingo. Y esto es sólo es el inicio. Cada día, dentro del Polígono, se crea una obra nueva mientras se pierde una antigua; la ciudad sigue su agitado curso, su eterna dinámica de cambio. Referencias Término utilizado para agrupar los barrios ubicados en el centro de Santo Domingo, donde se concentran las actividades económicas y comerciales de la ciudad. Se define como el área delimitada por la avenida John F. Kennedy en el norte, al este por la avenida Ortega y Gasset, al sur por la avenida 27 de Febrero y al oeste por la avenida Winston Churchill. 2 Tomado de la Toponimia preparada por Antonio Guerra sobre Evaristo Morales. 3 Ver plano de Casimiro de Moya de 1910. 4 Investigación realizada por José del Castillo Pichardo en una publicación de la revista Clío #169, La formación de la industria azucarera dominicana entre el 1872 y 1930. 5 Apuntes tomados de la investigación de Denisse Morales Billini sobre la Historia de La Esperilla I La Encarnación. 6 Puede observarse claramente en el plano de Casimiro de Moya de 1910, el inicio del camino a La Esperilla en la actual 30 de Marzo que atraviesa la manzana del Palacio Nacional. Bibliografía Archivo General de la Nación (1956). Obras de Trujillo (Volumen XII). Ciudad Trujillo. Archivos de Arquitectura Antillana (1996-2013). Prácticamente cada edición de AAA contiene información relevante en torno al Polígono Central, particularmente la AAA08, titulada “La Construcción de la Ciudad de Santo Domingo, 1498-1998”. Fotos de Luis Nova, textos de GL Moré et alt. Báez L. P., J. R. (1992). Por qué Santo Domingo es así. Santo Domingo: Colección Banco Nacional de la Vivienda. Castillo del P., J. (2013). Inmigración Azucarera del siglo XIX. Recuperado el 3 de junio de 2013, del sitio web de Diario Libre: http://www.diariolibre.com/ noticias/2009/05/16/i199746_inmigracion-azucarera-del-siglo-xix.html. Guerra S., A. J. I. (2007). Toponimia y genealogía: Evaristo Morales. Cápsulas Genealógicas, del Instituto Dominicano de Genealogía. Consultado el día 3 junio, 2013. En http://www.idg.org.do/capsulas/abril2007/abril200721.htm. Gutiérrez E., A. (1984). “La propiedad de la tierra en Santo Domingo: del latifundio al terreno comunero”. Temas Americanistas. Número 4, 59-73. Jourdain, J. I. (2005). Aviación comercial: origen y evolución en República Dominicana. Santo Domingo. Morales B., D. A. Historia de la Esperilla i La Encarnación, Sección de Galá, antes común de San Carlos. Sector Piantini, Urbanización Paraíso, Urbanización Fernández. Manuscrito no publicado. Moré, Gustavo Luis, (editor) Historias para la construcción de la arquitectura dominicana, 1492- 2008. (2009). Santo Domingo: Grupo León Jiménez. 1 Cita textual de José Ramón Báez López Penha en Por qué Santo Domingo es así. Aviación Comercial: Origen y Evolución en República Dominicana, José Ismael Jourdain. SD, 2005. 9 Idem. 10 Relato del Ing. Néstor E. Sánchez en sus memorias. 11 Idem. 12 Hipótesis basada en los argumentos del Arq. Marcial Martínez. 7 8 Pérez M., E. (1998). La Ciudad del Ozama: 500 años de historia urbana. Santo Domingo: Patronato de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español. Editora Montalvo. Sánchez C., N. E. (2001). Memorias nostálgicas de una vida intrascendente. Manuscrito no publicado. Sánchez C., R. (1992). Santo Domingo 1492-1991. Santo Domingo: Ayuntamiento del Distrito Nacional. Cronología e Identificación de los Barrios y Ensanches del Polígono Central de Santo Domingo Ensanche Paraíso Prop. Mallorga y Sucs. Serrallés Ensanche Serrallés Urbanización Lope de Vega Propiedad Serrallés Urbanización IMCA AAA 047/72 Instauran Sistema Torrens Juan Morales Monclús compra La Encarnación M2 Asume el poder Rafael L. Trujillo Ing. Municipal el Ing. J. R. Báez López P. 1 Inauguración de la Ave. Máximo Gómez Inauguración de la Ave. Fabré Geffrard Muere Juan Morales Monclús Abren el Matadero Municipal Cami Hospital Dr. Martos - 1942 Inauguración del Aeropuerto Gral. Andrews Seminario Claretiano para niños Feria de la Paz y Confraternidad - 1955 Arcadas Boulevar - Tunel de la 27 de Feb. Elevados de la Kennedy Agencia Bella - 1998 Salón de exhibición Jaguar - 1999 | 2000 Edificio Pagés Torre Piantini Novocentro Acrópolis Center - 2007 L 1990 Salón de exhibición Opel - 1990 Estación Esso La Lira - 1991 De Nosotros Empanadas Unicentro Plaza HIL Condominio Paraíso - 1989 RC | 1980 | Iglesia San Judas Tadeo Edificio Corominas Pepín - 1986 HU 1970 Plaza Central - 1980 Apartamentos Ely - 1981 NC | Santo Domingo Motors - 1970 Edificio Machado - 1970 Centro Comercial Naco II Banco Nacional de la Vivienda -BNVResidencia Pol - 1972 Conjunto de Torres Residencial Naco Colegio San Júdas Tadeo Edificio Haché - 1973 Apartamentos KG - 1974 Iglesia del Claret Centro Olímpico Juan Pablo Duarte TO Centro Comercial Naco I Inauguración Edificio La Cumbre - 1968 Residencia García Abarca - 1969 NS Residencia Nader -1966 Apertura de la Ave. W. Churchill WI 1960 SAVICA - 1961 Apertura de la Ave. 27 de Febrero Avenida J. F. Kennedy Supermercado El Nacional E. Creación Compañía NACO - 1957 Traslado del Aeropuerto Andrews Inician construcción Naco I y II AV 1900 | 1920 | 1930 | 1940 | 1950 | Cierre del Ingenio La Encarnación La Encarnación propiedad de la General Industry Company Reparto Yolanda Morales Reparto Esteva este Ensanche Piantini Banco de Reservas La Yuca Línea 2 Metro de SD Urb. NACO Reparto Esteva Prop. Pelayo Rancier Urb. Piantini La Julia CXA SAVICA Centro Olímpico JPD Urb. NACO II Reparto Esteva oeste Urb. La Arboleda Siervas de María Reparto Tavares Línea 1 Metro de SD Parques, áreas verdes M1 6 ADE NT E 10 S 7 11b E. AB RA HA ML INC 11 6 12 OL AVE. LOPE DE VEGA AV 11a 6a N 15 14 AV 13 A & GA S S E T . TIR 9 8 E. 2 E 7D FE E BR RO 16 CO O G Ó ME Z AVE 8b 8a A V E . OR T E G 3 AVE. MÁXIM 2b 5 4 La Esperilla M2 AVE. JOHN F. KENNEDY 2 2a ----- Antiguo camino a No identificado Ensayo crítico En estas páginas, una de las primeras casas relevantes construidas en el Reparto Tavares, propiedad de la familia del Sr. Gustavo Tavares. Diseñada por el arquitecto Gay Vega Malagón hacia 1954, manifiesta uno de los más exitosos ensayos de integración de los los jardines a la moderna arquitectura doméstica del período. La casa se conserva admirablemente bien. Gustavo Luis Moré Casa, jardín y ciudad: la arquitectura doméstica en el Polígono Central Santo Domingo Toda una generación de arquitectos e ingenieros dominicanos participó en este ensayo de desarrollo urbanístico, el más importante en la expansión de la capital durante la segunda mitad del siglo XX. Este grupo fue compuesto en su mayoría por egresados de la Universidad de Santo Domingo, educados académicamente por los maestros de la primera generación, quienes, por su parte, se habían preparado internacionalmente. Los nombres que se han identificado como parte del equipo de proyectistas que le dieron origen a la visión urbano-arquitectónica de los diversos sectores son múltiples, y seguramente su mención implique omisiones. Desde muy temprano en la concepción del Proyecto Naco, en 1958, se cita a Guillermo González, Amable Frómeta y a Marcial Pou, como arquitectos en el equipo encabezado por el ingeniero promotor Juan Bernal. Frómeta se constituyó, adentrados los años 60, en el más prolífico autor del desarrollo, con infinidad de obras realizadas, tanto domésticas como de gran escala. Podemos citar el emblemático desarrollo inmobiliario de Plaza Naco, conjunto conformado por 2 bloques comerciales (fase 1, 1967; y fase 2, 1970); la Torre La Cumbre, de oficinas; el desaparecido Autocinema Naco; y varias torres de apartamentos que configuran pioneramente la escala que habría de alcanzar, con los años, el resto del sector. © Ricardo Briones Por más de 5 décadas, en las cuales el territorio creado por varios barrios que hoy comprendemos dentro de la denominación de Polígono Central (PC), la arquitectura doméstica original ha sido valorada únicamente en términos de su potencial económico. En los últimos años, el costo de la tierra en esta zona capitalina ha alcanzado unos niveles tan asombrosos que las propiedades en ella situadas son consideradas como bienes comercialmente despreciables y arquitectónicamente irrelevantes. Tal fenómeno de temprana sustitución ha ocurrido sin dudas en otras muchas ciudades; pero es poco probable que en ellas se haya evidenciado una tan vertiginosa desaparición, ocurrida en menos de 2 generaciones. “Las casas de Naco”, si pudiéramos asumir ese término genérico, obedecen en su mayoría, a un esquema muy claro y de enorme flexibilidad, que les permitió, en los años subsiguientes, convertirse en el objeto de múltiples intervenciones de reciclaje y de remodelación para servir a infinitas tipologías comerciales, como las que fueron poblando © Ricardo Briones Manuel -Manolito- Baquero Ricart y Edgado -Gay- Vega Malagón también participan en algunas de las iniciativas inmobiliarias del grupo. Pero es, sobre todo, la abundante arquitectura residencial de Gay Vega la que actualmente sorprende en ese silente inventario que ha sobrevivido hasta el día de hoy. Desde la temprana Casa Tavares (1954), realizada frente al parquecito de la Lira, hasta la Casa Pol, en la Gustavo Mejía Ricart, Gay establece y con el tiempo contradice, un estilo moderno, sensible a la naturaleza suburbana y tropical del desarrollo, paralelamente ensayado en Gazcue y en Santiago de los Caballeros por otros colegas de su generación, entre ellos, para sólo citar un caso, por William Reid Cabral. AAA 047/74 © Ricardo Briones Las primeras casas construidas en el Ensanche Naco por la Compañía Nacional de Construcciones (NACO), en 1958. Las fotos y la planta corresponden a la residencia de la familia Martínez Lluberes, del Ing. Marcial Martínez Soler, quien ha sido uno de los principales protagonistas en el desarrollo de la obra del Proyecto Naco. las propiedades dispersas por los barrios del PC. Este esquema se observa pioneramente desde las primeras 40 casas, ejecutadas por Bernal con la participación del Ing. Marcial Martínez, al frente de los procesos de construcción relámpago que se han de convertir en el procedimiento típico de la época. En las fotos y en la planta presentadas en estas páginas, se ha de comprobar este esquema. Esta casa, cuya documentación ha sobrevivido hasta ser presentada aquí, fue originalmente propiedad de la misma familia Martínez Lluberes. Su arquitectura, en este caso cubierta a dos aguas, obedece a un planteamiento planimétrico frecuentísimo, que de alguna manera, incorpora el espíritu del desarrollo. La fórmula 3 x 3 Se trata de una planta (generalmente implantada en solares de 20 x 40 metros), en la que se estructuran, a grandes rasgos, 3 crujías “verticales” y 3 crujías “horizontales”. Desde la calle se intuye, a un lado de la propiedad –derecho o izquierdo, según la ubicación cardinal del lote en el desarrollo urbano–, una primera crujía lateral –o martillo, según la terminología colonial– que incluye marquesina para 1 vehículo, cocina y área de servicio. Luego encontramos la crujía central, donde se ubica el acceso a la vivienda, y que presenta un balcón o galería frontal hacia el jardín, un espacio de sala, el inevitable patio central o “patio español”, el comedor, y una terraza, que abre la residencia hacia el fundamental patio. Esta es la zona social, donde se vincula la vivienda al entorno (tanto natural como urbano), y que cuenta con los espacios de mayor disfrute de las propiedades suburbanas. La tercera crujía, dispuesta del lado opuesto a la de servicios, desarrolla los dormitorios y servicios sanitarios. Las crujías horizontales siguen el trazado: hacia el frente, de un lado, marquesina y cocina, galería y sala, y dormitorio principal; al centro, cocina, patio central y acceso al baño y a las habitaciones; y al fondo, servicio, comedor-terraza, y habitaciones secundarias. El esquema, con sutiles variaciones, no falla... Su gran éxito no sólo radica en la posibilidad de representar los alcances de una vida abierta al paisaje suburbano, que incorpora los elementos de la nueva sociedad democrática –cocina moderna, servicios vinculados al esquema, marquesina, áreas abiertas al exterior, paisajismo, etc.–, sino el hecho de que aprovecha una estructuración constructiva de extrema simplicidad y economía; escasas columnas, muros de bloques, losas simples, la menor cantidad de vigas que se pueda. Una arquitectura de lo mínimo, con un máximo de ventajas vitales. Especular la asociación de este esquema con la tradición colonial es ir demasiado lejos; sin embargo, no hay dudas de que varios de los elementos presentes quieren hacerse eco de los patrones abstractos de tan potente arquitectura en la cultura dominicana. Si bien las afiliaciones no sean estilísticas o formales, la realidad es que la determinación de un esquema en base –si bien inconsciente– de crujías y martillos, y la presencia de AAA 047/76 patios centrales y traseros, constituyen una herencia certera e inevitable. Estos patios se disponen lateral (ver la Casa Tavares, de Gay Vega) o centralmente. Pueden trabajarse transversalmente (ver la Casa Nader, de Nani Reyes) o longitudinalmente (ver la Casa Álvarez, de López Rodríguez). La manera en que se concretiza el bloque arquitectónico en la ciudad es también novedosa, si bien algunos ensayos previos se aprecian en Gazcue y en la zona universitaria. Los retiros frontales y traseros son generosos; las alineaciones laterales garantizan la privacidad de los dormitorios y la posibilidad de más vehículos de motor o áreas de servicio en las propiedades. Frutales y otros árboles exóticos se apropian de las áreas verdes, y proponen espacios de imaginación lúdicos para infantes y mayores. Vivir en Naco, o en Piantini, es sinónimo de vivir mejor; es vivir en la “parte alta” de la ciudad, en los nuevos barrios de la creciente burguesía de la clase media dominicana. La presencia de nuevos equipamientos públicos y cívicos, clubes, hospitales nuevos, estaciones de policía, cines, del primer centro comercial de la ciudad extramuros, proporcionan ventajas comparativas verdaderamente importantes. Como se podrá apreciar, muchas de las casas de esta edición demuestran esta disposición que hemos simplificado aquí como 3 x 3. Es fácil apreciarlo, una vez destacada su presencia. Ya no se trata de las típicas habitaciones interconectadas, en rotación, o yuxtaposición, clásicas de Gazcue, décadas antes. Este es otro esquema, más racional, más moderno. Es aquí cuando la modernidad entra verdaderamente, es aquí que se hace ciudadana, que se asume como estilo de vida, como presente cotidiano. Este número explora tanto las virtudes y ubicuidad de este esquema, como expone algunas casas que escapan al mismo, de las que sobreviven. Quizás en verdad, estas casas poseen mucho mas valor que el terreno sobre el que reposan, hasta ahora. Creemos que su ejemplo incorpora las ventajas de un minimalismo auténtico, genuino, no amanerado estilísticamente, sino producto de una actitud consciente de la utilización racional de los recursos económicos. Los presupuestos no debían pasar de los RD$11,000.00, para poder calificar dentro de los planes de financiamiento de las recién creadas asociaciones. La presencia de la decoración arquitectónica es muy discreta; el arte se hace presente con la elegancia misma de la arquitectura o por medio de calados y murales realizados por Antonio Prats Ventós, el artista escultor más exitoso del período, muchas de cuyas obras se han perdido. Esta arquitectura de estos arquitectos, está dando paso hoy a otra arquitectura de otros arquitectos. ¿Sabremos como cultura arquitectónica local valorar estas pérdidas, estar a la altura requerida para asumir su relevo intergeneracional hacia el futuro? © Ricardo Briones Arriba: Casa de fuerte inspiración Miesiana en la calle Alberto Larancuent 30. Izquierda: Residencia Yepez Pagán. Arq. Benjamín Paiewonsky. Calle Andrés Avelino 17 esq. General Cambiaso, c. 1968. Derecha: Residencia Lugo. Calle Andrés Avelino 20, c. 1968. AAA 047/78 © Ricardo Briones Arriba: Hermosa residencia de la Sra. Grethel Franke, en la calle Federico Geraldino 60. La propiedad conserva un admirable orquideario en su patio posterior. Izquierda: Residencia Cabrera Vitienes en la calle Gustavo Mejía Ricart, Naco. Derecha: Casa en la calle Alberto Larancuent 32. © Ricardo Briones Arriba: Residencia en la calle Max Henríquez Ureña 40, sector en el que fueron mantenidas las formaciones geográficas originales del terreno, en varias obras. Izquierda: Casa de la familia Vargas Mera en la calle Boy Scouts. Diseñada por el Arq. José Ramón Vargas Mera. Derecha: Boy Scouts 9. AAA 047/80 © Ricardo Briones Arriba: Una de las estupendas residencias del Arq. Gay Vega en la calle Rafael Augusto Sánchez, muestra con dignidad su condición de sobreviviente en un entorno cada vez más invasivo. Izquierda: Casa en la calle Filomena Gómez de Cova. Derecha: Casa en la calle Gustavo Mejía Ricart 26. © Ricardo Briones Arriba: Sencilla y amable residencia en la avenida Tiradentes esq. Paul Cabrera, una de las pocas del sector de Naco que ha mantenido su patio frontal abierto a la ciudad, sin verjas. Obra de Marcial Martínez, diseño atribuido a Marcial Pou. Izquierda: Casa en la Rafael Augusto Sánchez, actualmente ocupada por la tienda Mobel. Derecha: Residencia Señor Dato Pagán en la calle Boy Scouts. AAA 047/82 © Ricardo Briones Arriba: Residencia de gran estilo situada en la calle Rafael Augusto Sánchez, originalmente propiedad del Sr. Pacho Saviñón Trujillo, donde ha fucionado la residencia del la Embajada de Italia en la República Dominicana desde los años 60. Abajo: Dos residencias colindantes de claro diseño y diverso espíritu, en la calle General Cambiaso, NACO. © Ricardo Briones Arriba: Residencia familia Esteva-Paniagua, Abraham Lincoln. Izquierda: Casa en la calle Fantino Falco 29. Derecha: Casa en la calle Max Henríquez Ureña. AAA 047/84 © Ricardo Briones Arriba: Casa privada de la madre de Pacho Saviñón Trujillo, convertida en el Colegio Luis Muñoz Rivera, situada en la calle Rafael Augusto Sánchez. A la izquierda, la fachada vidriada este de Novocentro. Izquierda: Fantino Falco, 69. Derecha: Fantino Falco, 27. Demolida en la semana del 25-30 mayo 2013. Casa Álvarez Menicucci © Ricardo Briones Francisco López Rodríguez AAA047/86 047/86 AAA Casa familia Álvarez Menicucci Francisco López Rodríguez La Casa Álvarez-Menicucci fue diseñada por el Arquitecto Francisco López Rodríguez y construida en 1963 para el Dr. Julio Álvarez. Está ubicada en la calle Federico Geraldino, entre las calles Gustavo Mejía Ricart y prolongación Fantino Falco, en el sector de Piantini. Consiste en una vivienda unifamiliar de aproximadamente 400 m2, con un bloque de servicio separado de unos 30 m2 y se emplaza en una parcela de unos 1,375 m2 aproximadamente. El proyecto es representativo de la tipología tradicional de las primeras casas del Polígono Central, compuestas por tres crujías, con un patio interior en el centro, y en la parte frontal el jardín, la galería, y la marquesina (que en este caso, en vez de ubicarse en uno de los laterales se ubica en el centro, frente a la entrada). La distribución interior aún debe mucho a la casa colonial, donde las distintas áreas se desarrollan alrededor de un patio interior (con fuente); y donde los distintos espacios se desarrollan de manera independiente uno del otro. De esta forma, la casa se vuelca hacia adentro, aún cuando su parcela ya no está restringida a las medianeras características de la ciudad colonial. En la distribución de los espacios no se manifiesta la continuidad espacial característica del moderno, ni siquiera alrededor del patio interior, cuya circulación se ve truncada por la pared ciega ubicada en uno de sus laterales. Los espacios ubicados en el fondo (dos dormitorios y el estudio) tampoco se abren al patio posterior, el cual sirve de separación entre la casa y el volumen separado que alberga las áreas de servicio (habitación, lavado y depósito). Sólo el área de estar, en el extremo lateral derecho se abre a una pequeña terraza que lo comunica con el patio. Sin embargo, aún cuando la casa Álvarez-Menicucci no maneja la concepción espacial moderna, su fachada sí empieza a reflejar la búsqueda de un nuevo repertorio formal. El uso de techos planos, los vuelos en hormigón visto y la geometría abstracta del mosaico de Antonio Prats-Ventos ubicado en la entrada, distancian la Casa Álvarez del prototipo residencial de los años sesenta del Polígono Central. El manejo de la fachada colonial es dejado a un lado, así como aquellos experimentos estilísticos de las casas de Gazcue. En cambio, nos encontramos con un reduccionismo formal, donde la simplicidad y las formas abstractas marcan un nuevo camino. Esta dualidad entre modernidad y tradición; entre lo vernáculo y lo abstracto, caracteriza la Casa Álvarez-Menicucci y la convierten en un interesante prototipo de la zona; donde detalles como las jardineras en la entrada, las paredes con calados de formas ovoides, o la rebosante vegetación del patio interior contrastan y en cierta forma dan vida, al blanco de las paredes desnudas y los techos planos del lenguaje moderno. AAA 047/88 © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones Casa familia Nader © Francisco Manosalvas José Manuel -Nani- Reyes AAA047/90 047/90 AAA Casa familia Nader José Manuel -Nani- Reyes La Casa Nader fue diseñada por el Arquitecto José Manuel Reyes, y construida en 1966 para el Sr. Arnol Nader. Consiste en una vivienda unifamiliar de aproximadamente 600 m2, ubicada en la calle Roberto Pastoriza, entre la Federico Geraldino y la Manuel de Jesús Troncoso, en el sector de Piantini. La casa es bastante amplia para la época y se organiza en torno a un patio interior. En la crujía oeste se localizan todas las áreas de servicio (cocina, pantry, dos habitaciones, lavadero y porche); al norte se ubican los cuatro dormitorios; y al sur-este se encuentran las áreas sociales (sala, comedor, estar y terraza). La terraza y el patio central permiten la entrada de luz y vegetación al interior de la casa, contribuyendo a la apertura y comunicación entre los espacios. Tres cubiertas en forma de paraboloides, sostenidas por una columna rectangular central, acompañan al visitante marcando el recorrido de entrada a la casa, desde la marquesina, y a través de la rampa de acceso, hasta la amplia galería frontal. Los paraboloides van disminuyendo de tamaño, el mayor cubriendo la marquesina, y el menor colindando con el techo de la galería. La elegancia de la fachada de la Casa Nader y la maestría con la que el arquitecto maneja los diversos detalles, le otorgan un sitial privilegiado en la arquitectura residencial dominicana de la década de los sesenta. En una primera impresión, su marcada horizontalidad, su elevación en una plataforma o podium, su rampa de acceso, el espejo de agua y la combinación del vidrio y el mármol, nos recuerdan a Mies van der Rohe, en su legendario Pabellón de Barcelona de 1929. Sin embargo, la inclusión de las tres paraboloides, alternando superficies lisas y rugosas, se aleja de la estética Miesiana, pura y minimalista, en pos de un mayor expresionismo estructural. No obstante, la verdadera maestría del arquitecto se manifiesta en dos aspectos. Primero, en la manera en que otorga un lenguaje formal moderno y abstracto a una planta de marcado carácter tradicional, cuyos espacios responden a unas necesidades y a un estilo de vida que se remonta a la época colonial. El arquitecto preserva el patio interior, pulmón y centro de la casa colonial; y la galería frontal, típico elemento de las casas construidas en la ciudad extramuros (iniciado en los tiempos de Gazcue); añadiendo una terraza lateral que fortalece ese vínculo con el exterior, ya arraigado y característico de la cultura local. En segundo lugar, el arquitecto logra adaptar el lenguaje moderno a las exigencias del clima tropical. La inclusión de muros calados en diversas áreas de la vivienda (tanto exteriores como interiores), permiten su eficaz ventilación; a la vez que se convierten en elementos estéticos que contribuyen, con sus aberturas de carácter abstracto-geométrico, al juego expresivo de las superficies de cerramiento. Asimismo, los aleros son parte integral de las elevaciones, protegiendo de los rayos solares todas las superficies acristaladas, y convirtiéndose, como en el caso del amplio voladizo que cubre la galería frontal, en elemento expresivo y protagonista de la fachada. La inclusión del agua y la vegetación, por último, climatizan la vivienda y fortalecen el vínculo con la naturaleza, necesario y característico de la vivienda tropical. AAA 047/92 © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones Casa García Abarca © Ricardo Briones Vital García AAA047/94 047/94 AAA Casa García Abarca Vital García Construida en 1969, esta casa unifamiliar ubicada en la Calle Gustavo Mejía Ricart esquina Calle Santa María, en el ensanche Naco, fue diseñada por el arquitecto Vital García para sus padres. Fue la primera obra proyectada por el arquitecto desde Madrid (en 1968), y según sus propias palabras, su interés fue diseñar un espacio acogedor para sus viejos. El arquitecto comenta que al momento de su construcción, la casa García rompió con la tipología imperante en las casas de Naco, usualmente compuestas por una marquesina y una galería o balcón en la fachada principal. La casa García rechaza este esquema y se vuelca hacia adentro, con una fachada frontal sumamente cerrada, de paredes macizas en piedra, combinadas con planos proyectantes de hormigón visto, donde incluso la puerta principal aparece medio escondida entre las sombras del amplio voladizo, muy en la tradición orgánicista tan en boga en la Europa mediterránea a fines de los años 60. Hoy en día, sin embargo, la casa sigue rompiendo con la tipología imperante, curiosamente por lo contrario, porque otorga a la calle un jardín frontal y recibe al visitante con un espacio abierto que pocas edificaciones actualmente otorgan a la ciudad, al estar usualmente emplazadas detrás de macizas y altas verjas. La Casa García se caracteriza por su escala doméstica y sus proporciones equilibradas. En un estilo Wrightiano con cierto aire brutalista, el arquitecto logra comunicar gran expresividad al hacer un uso formal de diversos materiales y texturas, tales como piedras, ladrillos y hormigón visto (liso y rugoso). Asimismo, el diseño del jardín frontal, con la vegetación de clima seco; la topografía rocosa del terreno; y el jardín escalonado (en ángulos de 45 grados), contribuyen a acentuar su fuerza expresiva. La casa posee un primer nivel (con distintos desniveles), un sótano, y un segundo nivel con terraza y techo-jardín, todo ello adaptado a la topografía sumamente irregular del terreno. El interior, de espacios independientes y fragmentados, desniveles, techos bajos (no más de 2.50 m.), y materiales vistos, busca crear espacios acogedores (siguiendo la idea de Wright de la casa como ‘hogar’), que aíslan al visitante del caos urbano inmediato. Para complementar el efecto arquitectónico, el arquitecto diseña cada uno de los detalles interiores de la casa, las lámparas, el trabajo en madera del mobiliario, etc., buscando unificar el criterio de diseño y crear una ‘obra de arte total’. Planos cortesía de Kirssy Vásquez AAA 047/96 © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones © Ricardo Briones Casa Pol © Ricardo Briones Edgardo -Gay- Vega Malagón AAA047/98 047/98 AAA Casa Pol Edgardo -Gay- Vega Malagón La casa Pol fue diseñada y construida por el conocido arquitecto dominicano Edgardo Vega Malagón, para el Ingeniero Luis de Pol en el año 1968. La casa Pol está ubicada en la Calle Gustavo Mejía Ricart, justo al lado de la casa García Abarca. El proyecto consta de dos niveles, un primer nivel (a nivel de la calle pero semi-soterrado por la topografía del terreno), donde se ubican la marquesina y las áreas de lavado, almacén y servicios, y un segundo nivel donde se desarrollan todas las áreas de la casa (cocina, áreas sociales y dos dormitorios, cada uno con su baño). La casa no posee ningún tipo de verja y se integra a la calle con un espacio abierto caracterizado por las formaciones rocosas del terreno. Sin embargo, se diferencia de la casa García en que su fachada se abre a la calle con una marcada frontalidad, dada por el balcón, los grandes ventanales y la marquesina a la derecha, siguiendo la distribución típica de las primeras casas del Polígono Central. Pero aparte de estos elementos nada es típico en la Casa Pol, cuyo diseño nos acerca a una modernidad muy adelantada para la época. La casa Pol elimina el típico patio central que caracterizó las casas iniciales del Polígono (herencia española y colonial) y los espacios cerrados y fragmentados, al adoptar una planta libre, cuya distribución espacial se caracteriza por su extrema ortogonalidad, racionalidad y funcionalidad. El acceso ya no se realiza de manera frontal y, tal vez buscando privacidad, la entrada es localizada dentro de la marquesina, con una puerta que abre a la escalera que conduce al segundo nivel. Esta escalera desemboca en un amplio salón abierto (de planta libre) donde se ubican las áreas sociales, y cuya única división consiste en una pared curva que separa el comedor del estudio (muy parecida a la usada por Mies van der Rohe en el comedor de la Villa Tugendhat, en Brno, República Checa, 1929-30). Esta pared constituye el único elemento curvilíneo en el interior de la casa, cuyos ángulos rectos sólo varían en el bloque de la cocina, adherido en un ángulo de 60 grados al volumen puro del paralelepípedo (y aportando un juego volumétrico interesante, al poseer un lenguaje formal diferente, y mucho más sólido y macizo). Con un marcado carácter moderno, la estética del proyecto viene dada por el protagonismo de la estructura, compuesta por los pilotis que soportan el balcón, los pilares blancos y la fina losa del techo, con amplios aleros. Los elementos estructurales y portantes están claramente diferenciados de las superficies de cerramiento, contrastando el blanco de los finos pilares, con el gris inacabado del hormigón visto y las celosías acristaladas de las ventanas. Su perfil horizontal, su monocromía, su combinación de hormigón y cristal, así como sus delicados pilotis nos recuerdan el moderno californiano y más ‘tropical’ de Rudolph Schindler y Richard Neutra. Y es que la ‘tropicalidad’ es un tema contemplado en cada uno de los detalles del diseño. Así por ejemplo observamos una preocupación por aspectos de ventilación e iluminación en la inclusión de una franja horizontal de ventanas bordeando toda la casa (a ras del techo) y que permite una ventilación cruzada y efectiva en cada uno de los espacios. De igual manera, los grandes aleros, también incluidos en todas las elevaciones, constituye otra adaptación moderna para enfrentar el cálido sol de los trópicos. AAA 047/100 © Ricardo Briones Hacia una visión de futuro: Reglamentos del Polígono Central AAA 047/102 Crítica del urbanismo en Santo Domingo (Primera entrega) José Marion-Landais / Adolfo Despradel Generación – 1 La arquitectura dentro del Polígono Central está gobernada por un conjunto de leyes que determinan el tamaño máximo de cualquier edificación. Si extrapolamos el desarrollo de la ciudad basándonos en los reglamentos del Polígono Central podríamos identificar tres grandes etapas o ‘generaciones’ que marcarían el desarrollo y el incremento de la densidad construida. En la primera generación, de baja densidad, abunda la casa unifamiliar original de uno o dos niveles. Estas casas cuentan con una separación adecuada del vecino colindante para maximizar la ventilación y la sensación de privacidad. Un patio delantero amplio con vegetación extensa suele ser parte intrínseca de esta tipología arquitectónica. El bloque de apartamentos de 3 a 4 niveles y las plazas comerciales de 2 niveles son las siguientes tipologías que podemos encontrar en el desarrollo natural de la ciudad. A medida que la ciudad va creciendo los bloques de apartamentos se van haciendo cada vez más altos y las plazas comerciales más grandes. Debido al requerimiento mínimo de linderos laterales establecidos en las regulaciones del Polígono Central, las edificaciones altas tienden a desplazar a los habitantes de las casas que se encuentran en su lado. Generación – 2 El desalojo involuntario, pero igualmente forzado, que produce la fricción entre edificios altos y casas de baja altura, hace que los solares sean vendidos a nuevos promotores e inversionistas que desarrollan edificios de mayor densidad en busca de un producto que les genere el mayor retorno monetario posible. Esta estrategia de ‘más por más’ requiere de utilizar el máximo porcentaje de uso de suelo permitido para así poder obtener el mayor volumen permitido. A su vez el porcentaje de ocupación de suelo restante se convierte entonces en estacionamiento, reduciendo de este modo la permeabilidad pluvial del suelo y la vegetación aparente en la ciudad. Las exigencias de parqueo vehicular escritas en el ‘Reglamento para Estacionamiento Vehicular en Edificaciones 1989’ exige 0.4 estacionamientos vehicular por cada habitante. Hoy en día se están diseñando apartamentos considerando 1 estacionamiento por cada habitante, más del doble de la densidad vehicular estimada por los reguladores. Esta proyección subestimada es un síndrome también presente en las regulaciones de diseño del Polígono Central. Las regulaciones existentes del Polígono Central están diseñadas principalmente para aumentar la densidad de la ciudad, con poca consideración a la experiencia del espacio urbano y a la calidad de vida del ciudadano que la habita. Generación – 3 El desarrollo dirigido por los promotores de construcción va acelerando la densificación. El siguiente paso para los inversionistas continua con la adquisición y unificación de varios lotes para crear ‘mega-lotes’ y consecuentemente ‘megaproyectos’. Hasta hoy, no existe un límite estipulado para el área total de un solar. Las vías vehiculares son el único parámetro que delimita estos mega-lotes, y aun así, existen casos donde el proyecto sobre vuela el lindero y la calle. Existe una ausencia de normas que ordenen la forma construida para mejorar la calidad de vida del ciudadano. El “derecho a la luz y a la ventilación natural” y el “derecho a la privacidad”, son solo algunos ejemplos de consideraciones no previstas en las regulaciones actuales. Un mega-proyecto puede, por ley, crear un bloque sólido, sin ninguna articulación que le ayude a brindar acceso a la luz, o a la ventilación natural, ni para quienes lo habitan ni para las edificaciones colindantes. Créditos / Agradecimientos Sección del Polígono Central La ciudad se está construyendo sin jerarquía de espacios, sin consideración a vistas, sin forma urbana propiamente definida. Un edificio de ocho niveles requiere alrededor de 3 años de labor para diseñarlo y construirlo, pero luego de ser erigido se podrá quedar en pie por los próximos 50 a 100 años. Un compendio de reglas comprensivas para la ciudad se pudiera desarrollar en el lapso de 1 solo año. Proyecto Polígono Central de la Ciudad de Santo Domingo (primera fase) Archivos Institucionales Archivos de Arquitectura Antillana Archivo General de la Nación Instituto Cartográfico Universitario Instituto Cartográfico Militar Dirección General de Catastro Nacional Archivo del DGPU/ Ayuntamiento del Distrito Nacional Dirección General de Ordenamiento Territorial, Ministerio de Planificación, Economía y Desarrollo DoCoMoMo Dominicano Bibliografía Brea, E. J., Domínguez, M., Roca, L., Silvestre, R., Delmonte, J. E. (2006). Santo Domingo: Guia de Arquitectura = Santo Domingo: An Architectural Guide. Sevilla: Consejería de Obras Públicas y Transportes, Dirección General de Arquitectura y Vivienda. Martínez S., M. (2013). Memorias Compiladas. Manuscrito no publicado. Moré, G. L. (Septiembre, 1998). La construcción de la ciudad de Santo Domingo: 1498-1998. Edición temática de Archivos de Arquitectura Antillana, AAA-08 (8), pp. 28-33. Moré, G. L. (2008). Historias para la construcción de la arquitectura dominicana. Santo Domingo: Colección Centenario, Grupo León Jiménes. Vercelloni, V. (1995). Atlas Cartográfico de la ciudad de Santo Domingo. Milano: Metropolitana Milanese. Consultas y entrevistas Arq. Juan Emilio Pérez Morales Sra. Lucy Pérez de Moore Ing. Marcial Martínez Soler Arq. Marcial Martínez Lluberes Arq. Fermín Villanueva Dr. Luis Morales Garabote Ing. Salvador E. Sturla Saleta Sra. Sofía G. Piantini Pereyra Arq. Manuel Salvador Gautier Arq. Rafael Tomás Hernández Arq. Vital García Abarca Arq. Denisse Morales Arq. Luis Eduardo Delgado Arq. Cristóbal Valdéz Dr. Frank Moya Pons Dr. Luis Andrés Pérez-Saleta Ing. Anthony Bernal Ing. Johnny Bernal Sra. Lucía Castillo Agradecimientos Arq. Carlos Jorge Elías Dis. María del Mar Moré Lic. Gustavo Tavares Arq. Giovanni Pérez Linval Arq. Elmer González Arq. Bienvenido Pantaleón Arq. Omar Rancier Arq. Adolfo Despradel Arq. José Marion-Landais Arq. Guadalupe Casasnovas Arq. Marianela Morales Dr. Roberto Cassá Arq. Nancy Rodríguez Hnos. Salvador y Paola Sturla Arq. Narciso Guzmán Arq. Sina del Rosario Arq. Mildred Remigio Dis. Lourdes Saleme Diseño Chinel Lantigua Fotografía Ricardo Briones Coeditora de Investigación Mauricia Domínguez Coedición AAA Lorena Tezanos Concepto y Dirección Gustavo Luis Moré / AAA