Conclusiones y recomendaciones En el seminario se analizó cómo incide la inversión para diseñar y poner en marcha procesos de ampliación de las capacidades productivas imprescindibles para que los países de ambas regiones avancen en el desarrollo con reducción de la pobreza, disminución de la desigualdad social y mejora del bienestar colectivo. Para avanzar en estos planos, es necesario articular los esfuerzos de inversión en América Latina y el Caribe de las empresas de la Unión Europea de manera de generar sinergias entre las dinámicas de corto y de largo plazo. En este contexto, el diálogo y la cooperación entre ambas regiones pueden ser instrumentos eficientes y catalizadores de estas inversiones, especialmente en áreas como la economía verde, las tecnologías de la información y de las comunicaciones, y las pymes, en particular en los países menos desarrollados de la región, haciendo converger esfuerzos en los ámbitos del crecimiento y el empleo. Esta convergencia favorece el sentido de pertenencia para el fortalecimiento de la ciudadanía, genera mayor predisposición al consenso sobre las mejoras en el bienestar y, a la vez, promueve relaciones virtuosas entre la participación de la sociedad y la orientación de la economía. Por otro lado, una mayor diversificación productiva, con fuerte incorporación de progreso técnico y menores brechas de productividad, además avanzar en una mayor eficiencia energética y ambiental, ayudará a reducir los impactos negativos de la incertidumbre económica predominante en el panorama internacional. Las principales conclusiones del seminario fueron: La larga relación entre las dos regiones, con volúmenes de inversión importantes en las dos direcciones, necesita contar con marcos regulatorios y jurídicos estables y previsibles para maximizar el impacto positivo de las inversiones y atraer más inversiones de calidad. Existe un gran potencial para trabajar conjuntamente para difundir y facilitar la aplicación de los principios fundamentales, internacionalmente reconocidos, de la responsabilidad social, que favorezcan la inclusión y el respeto del medioambiente en ambas regiones. Los acuerdos de comercio e inversión firmados por la Unión Europea con países y subregiones de América Latina y el Caribe incluyen un marco para promover el desarrollo sostenible. Existe potencial para establecer formas de colaboración sobre desarrollo sostenible y RSC con todos los países de ambas regiones. Las principales dimensiones de una agenda de diálogo y relación avanzada entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe se deben orientar a los ámbitos de innovación, educación y desarrollo tecnológico. Es fundamental el rol del sector empresarial para una nueva faceta de las relaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe. La calidad de la inversión extranjera está en relación con su capacidad de modernizar la estructura productiva, contribuir al empleo decente, cuidar el medioambiente y respetar los derechos sociales. El mayor reto para América Latina y el Caribe es lograr un cambio estructural para lograr crecer con equidad, avanzando el desarrollo de sectores intensivos en conocimiento, generando empleo de calidad y titularidad de derechos. Esto implica transformar y diversificar el patrón exportador para reducir la dependencia de las materias primas. En el contexto del cambio estructural para la igualdad, la inversión es la llave maestra para modificar la estructura productiva, aumentar los salarios y la productividad, así como para dar el gran salto hacia la incorporación de la revolución tecnológica en el desarrollo de América Latina y el Caribe. El intercambio de experiencias entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe tiene un potencial de gran valor que merece mayor difusión, para contribuir al desarrollo de otras regiones. En este sentido, la construcción de plataformas de transferencia y difusión de buenas prácticas parece necesaria. Las nuevas tecnologías y la difusión de iniciativas de I+D son una herramienta para ayudar en el camino de una economía sostenible con crecimiento inclusivo. Existe espacio para que la Unión Europea y América Latina y el Caribe trabajen juntos en la adopción y desarrollo de soluciones innovadoras para mitigar los efectos del cambio climático.