1 Efecto de las dimensiones de un invernadero sobre la temperatura interna en períodos cálidos Edio R. BOUCHET (1,2); Carlos E.; FREYRE(2) ; Carlos A., BOUZO(2); Juan C. FAVARO(2) (1) Facultad de Ciencias Agropecuarias, UNER, Ruta Pcial. 11.Km. 10. C.C. 24- Suc. 3 Correo Central, 3100 - Oro Verde. Paraná - E.R. TE: 0343-4975075, Fax: 0343-4975096 (2) Facultad de Ciencias Agrarias, UNL, Kreder 2805, C.P. 3080. Esperanza, Santa Fe, TE 03496-420639, Fax: 03496-426400. Comunicación con el autor: Correo electrónico: ebouchet@fca.unl.edu.ar; TE; 0342-4601745. Resumen La temperatura es uno de los principales factores ambientales que afectan el crecimiento, desarrollo y rendimiento de las plantas. Durante el ciclo de un cultivo en invernadero, la temperatura suele exceder el umbral máximo biológico afectando el rendimiento y la calidad. El objetivo de este trabajo es estudiar el efecto de la altura y volumen de un invernadero en el incremento de la temperatura interna. Se elaboraron dos ecuaciones matemática considerando la altura en relación con la ventilación natural y la inercia térmica del sistema. El incremento del volumen se puede lograr con acoplamiento lateral de invernaderos, sin embargo, en tales casos la ventilación natural lateral disminuye su eficiencia. El incremento del volumen mediante la construcción de invernaderos con mayor altura y con ventilación cenital, aumenta la inercia térmica, acelera el efecto de flotación e incrementa la ventilación natural. Se presentan las comparaciones entre las velocidades de aire calculadas y medidas en la ventilación cenital y el efecto del acoplamiento lateral de invernaderos de diferentes tamaños sobre la renovación de aire causada por efecto dinámico del viento. Estos resultados reafirman la tendencia observada en la construcción de invernaderos altos. Palabras claves: Cultivo forzado; Inercia térmica; Ventilación natural. Abstract Effect of the greenhouse size on the internal temperature during warm period Temperature is one of the major environmental factors affecting the growth, development and yield of the plants. During the course of a crop in the greenhouse, the temperature tends to exceed the maximum threshold biological affect the yield and quality. The aim of this work is to study the effect of the height and volume of a greenhouse on increasing of the internal temperature. Two mathematical equations were developed considering the height in relation to the natural ventilation and thermal inertia of the system. The increase in the volume can be achieved by coupling side of greenhouses, however, in such cases the natural ventilation decreases their efficiency. The increased volume by building greenhouses with 2 greater height and roof ventilation, increases the thermal inertia, accelerates the ´buoyancy´ effect and increases natural ventilation. It presents comparisons between the ratios calculated air and roof ventilation measures and the effect of coupling side of greenhouses of different sizes on the renewal of air caused by dynamic effect of the wind. These results confirm the trend observed in the construction of greenhouses high. Key Words: Crop Forced; thermal Inertia; Natural ventilation. Introducción La ventilación es considerado como uno de los principales procesos en determinar el microclima de un invernadero habiendo sido investigado por numerosos autores (Fernández and Bailey, 1992; Boulard and Baille, 1995; Kittas et al., 1997; Bouchet et al., 2003; Teitel et al., 2005). Técnicas sofisticadas han sido desarrolladas para visualizar y cuantificar el flujo de aire creado por la ventilación natural, incluyendo el uso de anemómetros sónicos (Wang et al., 1999; Boulard et al., 2000; Teitel et al., 2005) y modelos físicos de invernaderos en túneles de viento (Lee et al., 2003). Recientemente, la utilización de modelos más avanzados para estudiar y caracterizar la ventilación natural en invernaderos incluyen herramientas informáticas tales como los programas de dinámica computacional de fluídos (CFD) (Boulard and Wang, 2002; Boulard, 2006). La ventilación influye principalmente en la temperatura, la humedad y la concentración de dióxido de carbono lo cual afecta el desarrollo y crecimiento de los cultivos (Coelho et al., 2006). Durante los períodos cálidos la temperatura del invernadero suele exceder el umbral máximo biológico ocasionando disminuciones de rendimiento y calidad (Ali et al., 1990). La principal ventaja de la ventilación natural como método de enfriamiento de un invernadero es su bajo costo de operación (Baptista et al., 2001). Esto determina que se convierta en uno de los métodos de control del clima del invernadero más adecuados bajo las condiciones de producción hortícola en nuestro país. La ventilación natural es el resultado de la acción de dos fuerzas naturales: la dinámica debida al viento y la térmica o de flotación (Coelho et al., 2006). La ventilación dinámica se incrementa con el incremento de la velocidad del viento y la superficie de ventanas y la ventilación por efecto de flotabilidad con el aumento de las diferencias entre la temperatura del aire interno y externo del invernadero (Katsoulas et al., 2006). El incremento en la superficie de ventana es favorecida con invernaderos de mayor altura, los cuales además tienen un comportamiento sujeto a fluctuaciones menos bruscas de la temperatura en comparación a invernaderos de escaso volumen. La importancia de la superficie de ventanas se evidencia especialmente con la adopción de sistemas de exclusión de insectos, de uso creciente en invernaderos destinados a la producción de plantines hortícolas en nuestro país. Estos consisten en el uso de mallas de trama fina que impiden el ingreso de insectos al invernadero (Teitel et al., 1999) las que permiten reducir la necesidad de aplicación de 3 pesticidas; sin embargo al mismo tiempo las mallas dificultan la ventilación, intensificando los problemas originados por las altas temperaturas internas (Kittas et al., 2002; Soni et al., 2005). En nuestro pais la producción en invernaderos bajos encuentran serias limitaciones durante los meses del año con altas intensidades de radiación solar y temperatura del aire. La construcción de invernaderos con mayor altura permitiría lograr una mayor eficiencia de la ventilación y un mejor comportamiento térmico del sistema. El objetivo de este trabajo consistió en estudiar el efecto de las dimensiones sobre la temperatura interna del invernadero. Materiales y Métodos Las mediciones se realizaron en invernaderos situados en el Campo Experimental de Cultivos Intensivos y Forestales, de la Facultad de Ciencias Agrarias en Esperanza (31° 30' S, 62° 15' W) Santa Fe. Los invernaderos utilizados fueron de tipo curvo (ADC Invernaderos) conformado por 5 naves acopladas lateralmente. La superficie total de suelo cubierta fue de 1080 m2 y el volumen total del invernadero de 5477 m3. La superficie de ventanas laterales (A) fue de 180 m2 y el de ventanas cenitales de 60 m2. Ventilación por efecto dinámico Los cálculos se realizaron mediante planilla electrónica Excel, en donde se supuso la existencia de dos modelos de invernaderos, ambos de 180 m2 a los que se denominaron: invernadero bajo con un altura cenital máxima de 3,5 m y lateral de 2,0 m e invernadero alto con una altura cenital máxima de 5,5 m y 3,8 m en el lateral. Se supuso la existencia de velocidades de viento de 0,5 m s-1, 1,0 m s-1 y 2,0 m s-1 incidiendo en forma perpendicular a la pared lateral. Otro supuesto fue considerar que la superficie efectiva de ventilación correspondió a la mitad de la superficie total de ventanas (Montero, 1999). El coeficiente global de efecto del viento utilizado fue de 0,22 (Bouchet et al., 2003). Se midió la permeabilidad de una malla antiáfido de 50 mesh utilizando un caudalímetro digital de hilo caliente marca Testo 405-V1 y variando artificialmente la velocidad del viento mediante la utilización de un ventilador de 200 W de potencia y 0,70 m de diámetro. La apertura de ventana se supuso de un 50 % y 80 % de la superficie lateral de cada pared. El efecto del incremento de la masa interna con el volumen del invernadero se discute considerando que la rapidez (dT/dt) con que cambia la temperatura T de un invernadero cuando intercambia calor con el medio ambiente a la temperatura Ta se conoce como ´inercia térmica´ (Zemansky, 1980): (i) dT = − K . ( T − Ta) Donde K; conductividad dt térmica (s-1) (ii) K = f A .S ; T; temperatura del invernadero (ºC), Ta; temperatura del aire − m. c 4 exterior (ºC); fA; factor que depende de la aislación térmica total; S; superficie del cuerpo (m2); m; masa (kg); c; calor específico (kCal kg-1 ºC-1). Ventilación por efecto de flotación Un volumen V de aire caliente a la temperatura Tm dentro de aire frío a la temperatura T origina una fuerza resultante de sentido vertical expresada por: (iii) F = E − W ; donde: E; empuje vertical del aire frío; W; peso del aire caliente. Si se considera la presión constante: (iv) E = V . D(T) . g ; donde D; densidad del aire (kg m-3); g; aceleración de la gravedad terrestre W = V . D(T) . g (9,8 m s-2). En una primera aproximación, despreciando otros factores, F es la fuerza resultante sobre la masa m del volumen V de aire caliente que le produce un desplazamiento vertical con aceleración a (F = m . a). Si consideramos la cinemática del movimiento vertical del aire con una aceleración constante se puede expresar por: (v) v 2 − v02 = 2 . a . h ; donde: v; es el valor de la componente vertical de la velocidad del aire en el interior del invernadero (m s-1), h; es la altura media entre la ventana lateral y cenital (m). Como el aire ingresa al invernadero por las ventanas laterales con velocidad prácticamente horizontal (datos no presentados) la componente vertical en la parte baja del invernadero se considera nula, entonces: (vi) v 0 = 0 ∴ a = (viii) V . D(T ) . g − V . D(T) . g = V . D(T) . a a (x) v = 1 . v2 2 .a .h (ix) a = (vii) E − W = F = m . a ( D (Ta ) − D(T) ) . g = D(T) v2 2 .h 2 . h . ( D(Ta ) − D(T ) ). g 2 D(T) Teniendo en cuenta que por el efecto de las paredes laterales del invernadero y por la viscosidad del aire, el perfil de la componente vertical de la velocidad del flujo de aire no es uniforme, siendo mayor en el centro y menor conforme se acerca a las paredes. Debido a este comportamiento se puede considerar un valor medio (vm) de la velocidad del aire en la ventana cenital dada por: (xi) v m = 1 . v La densidad del aire en función de la temperatura absoluta a 2 la presión atmosférica supuesta constante es: (xii) D = ( P . M ) . 1 R T Donde: P; presión atmosférica , M; masa molecular media del aire (kg mol-1), R; constante de los gases perfectos (8,31434 Jmol-1K-1). (xiii) vm = g . 2 Reemplazando D = f(1/T) en (xi): ( T − Ta ) . h Ta La velocidad calculada con (xiii) se comparó con los datos medidos en invernadero con la ventanas cenitales abiertas, cuya superficie total por cada invernadero fue de 9 % de la 5 superficie de suelo cubierto. La temperatura se midió mediante sensores acoplados a un datalogger a diferentes alturas, midiéndose la temperatura externa en un sensor ubicado a 0,5 m sobre la ventana cenital y la velocidad ascendente del viento se midió con un anemómetro digital Testo 405-V1. Resultados y Discusión Efecto de altura del invernadero sobre la renovación de aire La Figura 1 presenta la relación entre el número de estructuras invernaderos acoplados lateralmente con: i) la renovación horaria de los volúmenes de aire (N) con relación a la velocidad externa del viento; ii) la relación volumen del invernadero (V) y la superficie de cubierta (SC); iii) la relación entre la superficie de ventanas (SV) y la superficie del suelo (SS). El incremento de la altura de un invernadero tuvo como consecuencia una mayor relación de superficie de ventana a superficie de suelo (Figura 1a). Esta relación se considera adecuada para una eficiente ventilación cuando es al menos de 25 % (F.A.O., 1990); 15 a 25 % (von Zabeltitz, 1999) ó más de 20 % (Montero et al., 2001, Connelan, 2002). Se observó que este valor se supera solo si se trata de un solo módulo para el invernadero de menor altura (Figura 1a) a diferencia del invernadero de mayor altura en que puede alcanzarse con cuatro módulos acoplados lateralmente (Figura 1b). Estos resultados se obtuvieron con una superficie de ventana del 50 % de la superficie de paredes. Este valor se considera apropiado debido a la utilización del resto de la superficie de pared con una película de polietileno permanente. Esto permite proteger a las plantas de los bordes del invernadero del exceso de viento, debido a que con velocidades del viento superiores a 4,0 m s-1 se pueden originar daños físicos al cultivo (Aldrich et al., 1983). SV/SS (m2 m-2) 35,6 21,1 16,3 13,9 12,4 11,5 10,8 10,3 9,9 SV/SS (m2 m-2) 9,6 2,0 100 1,5 80 1,0 60 40 0,5 20 0 0,0 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Invernaderos N (0,2 m s-1) N (1,0 m s-1) N (2,0 m s-1) (a) 67,6 40,1 31,0 26,4 23,6 21,8 20,5 19,5 18,8 18,2 2,0 120 Renovaciones N (h -1) Renovaciones N (h -1) 120 100 1,5 80 1,0 60 40 0,5 20 0 0,0 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Invernaderos N (0,2 m s-1) N (1,0 m s-1) N (2,0 m s-1) V/SC (m3/m2) V/SC (m3/m2) (b) Figura 1: Efecto del acoplamiento lateral de invernaderos sobre la tasa de renovación horaria del aire N (h-1) bajo diferentes velocidades de viento externo (m s-1); las relaciones volumen el invernadero y superficie de cobertura (V/SC) (m3 m-2) y superficie de ventanas a superficie de suelo (SV/SS) (m2 m-2) para un invernadero bajo (a) y alto (b). 6 Otro parámetro de interés que permite evaluar la eficiencia de la ventilación natural es la tasa de renovación horaria N (h-1) (Fernández and Bailey, 1992). Aunque muy variable de acuerdo a diferentes situaciones y en ausencia de otros sistemas de control térmico como el sombreo o la nebulización interna, un invernadero se considera suficientemente ventilado cuando la renovación de volúmenes es al menos de 40 h-1 (Montero, 2006) ó entre 45 y 60 h-1 (ASAE, 1991). Aquí se observó que una renovación de aire de 40 h-1 se puede obtener en el invernadero de mayor altura aún acoplando hasta 5 estructuras laterales cuando la velocidad externa del viento es de 2 m s-1 (Figura 1b) en tanto que en el invernadero de menor altura fue de 4 estructuras (Figura 1a). Además, se observó que la disminución de la renovación con la adición de nuevas estructuras fue menor en el invernadero de mayor altura. No obstante, una disminución de la velocidad externa del viento a valores de 1,0 m s-1 ó 0,5 m s-1 representó una importante reducción en la renovación horaria de aire en ambos tipos de invernaderos (Figura 1a y 1b). El curso de la disminución de la renovación del aire observada aquí en función de un aumento en el número de invernaderos acoplados lateralmente, es similar a la observada en invernaderos tipo parral de diferentes anchos, en donde la tasa de ventilación decrece abruptamente hasta los 30 metros para luego continuar disminuyendo en naves de mayor ancho aunque con una tasa menor (Montero, 2006). El incremento del volumen de aire (V) con relación a la superficie de cubierta (SC) es superior en el invernadero de mayor tamaño (Figura 1b) siendo esta relación un 14 % superior para una sola estructura y 26 % superior para 10 estructuras acopladas lateralmente respecto al invernadero de menor tamaño (Figura 1a). Aunque un incremento de volumen de aire es inversamente proporcional al número de renovaciones horarias (Katsoulas et al., 2006), un incremento de la superficie de ventanas por una mayor altura lateral compensa ampliamente el aumento del volumen (Bouzo et al., 2006). Por otra parte, el aumento del volumen del invernadero incrementa potencialmente la masa interna del mismo, con lo cual disminuye la conductividad térmica del sistema (ec. ii) incrementando su inercia térmica (ec. i) (Zemansky, 1980). Esto determina que el invernadero sea menos susceptible a cambios bruscos de la temperatura, además de permitir una mejor ventilación (Papadakis et al., 1996). Efecto de la utilización de malla antiáfido sobre la renovación de aire Mediante las mediciones de velocidad del viento efectuadas a barlovento y sotavento de la malla antiáfido se obtuvo un valor medio de permeabilidad al aire de 47,2 % con un coeficiente de variación de 0,28. Aunque se observó una importante dispersión de la permeabilidad, se pudo determinar una relación positiva entre el incremento de la permeabilidad y la velocidad del viento (Figura 2). Esto significa que con velocidades bajas de viento el efecto de reducción del movimiento interno de aire en el interior del invernadero se acrecienta aún más con el uso de esta malla (Figura 3a y 3b). 7 y = 10,189x - 12,126 R2 = 0,42 70,0 Permeabilidad (%) 60,0 50,0 40,0 30,0 20,0 10,0 0,0 3 4 5 6 7 8 Viento (m s-1) Figura 2: Relación entre la velocidad del viento (m s-1) y la permeabilidad de una malla antiáfidos de 50 mesh. Aunque la disminución de la velocidad del viento depende de la porosidad de la malla, cuando la velocidad del viento es baja, con un pequeño valor del número de Reynolds (Re < 10) la resistencia de la malla al flujo de aire se incrementa (Cabrera et al., 2006). Este comportamiento también fue observado por Montero et al., 1999, quienes trabajaron con una malla antiáfido de 60 mesh, obtuvieron una permeabilidad de 31 % para una velocidad del viento externa de 5,0 m s-1 y una permeabilidad de sólo 25 % para una velocidad del viento externo de 2,0 m s-1. Sin embargo, otros autores obtuvieron valores mayores de permeabilidad, cercanos a 65 % (Kittas et al., 2006). La utilización de un malla antiáfido de 50 mesh tanto para invernaderos bajos como altos y para una apertura de ventana de 50 % de la superficie de pared, para una velocidad de viento externa de 2,0 m s-1, determinó una notable reducción de la renovación horaria (Figuras 3a y 3b). La utilización de malla antiáfidos obliga a incrementar la superficie de ventanas para compensar la menor ventilación (Fatnassi, 2002). En este trabajo se observó que aún utilizando una apertura de ventana de 80 % (Figuras 3a y 3b ) no se pudo igualar la renovación de aire obtenida para el caso de invernaderos sin malla y con apertura de ventana de 50 % (Figuras 1a y 1b). Se destaca que esta necesidad por una mayor amplitud de la superficie de ventilación en el caso de utilizar mallas antiáfido es más fácilmente obtenible con invernaderos altos que con invernaderos bajos. 120,0 120,0 Renovaciones N (h -1) Renovaciones N (h -1) 100,0 100,0 80,0 60,0 40,0 80,0 60,0 40,0 20,0 20,0 0,0 0,0 0 1 2 3 4 5 6 7 Invernaderos Malla 50 Malla 80 8 9 10 11 0 1 2 3 4 5 6 7 Invernaderos Malla 50 Malla 80 8 9 10 11 8 (a) (b) Figura 3: Efecto del acoplamiento lateral de invernaderos sobre la tasa de renovación horaria del aire N (h-1) con una velocidades de viento externo de 2,0 m s-1 utilizando una malla antiáfido de 50 mesh con una apertura de ventanas de 50 % y 80 % de la superficie lateral de pared (Malla 50 y Malla 80, respectivamente) para un invernadero bajo (a) y alto (b). Efecto de la altura del invernadero sobre la renovación de aire por flotabilidad Los cálculos efectuados utilizando la ecuación (xiii) deducida anteriormente para describir el movimiento ascendente del aire por efecto de la flotabilidad o también conocido como efecto ´chimenea´ (Papadakis et al., 1996) fue comparado con los resultados medidos en el interior del invernadero (Figura 4). Se observa que el coeficiente de determinación de 0,82 indica una aceptable correspondencia entre los datos medidos y los calculados. La ecuación obtenida aquí señala la importancia de dos factores que influyen en forma directamente proporcional sobre la velocidad de ascenso del aire: el gradiente de temperatura y la altura media. En condiciones de muy bajas velocidades externas del aire el número de renovaciones horarias por efecto dinámico del viento disminuye notablemente (Figura 1a y 1b). En similares situaciones se midieron gradientes térmicos de 2,5º C con 60 renovaciones a más de 10 º C con 10 renovaciones horarias (Montero, 2006). Al incrementarse el gradiente térmico entre el interior y exterior del invernadero aumenta el desplazamiento del aire por efecto de flotabilidad (Boulard and Baille, 1995). Por otra parte, la altura h (ec. xiii) con respecto a las ventanas cenitales, está en directa relación con la altura del invernadero, lo que destaca la bondad de la utilización de invernaderos altos para mejorar la ventilación cenital. Calculado (m s -1) 0,110 R2 = 0,82 0,090 0,070 0,050 0,030 0,010 0,010 0,030 0,050 0,070 0,090 0,110 Medido (m s-1) Figura 4: Recta de regresión lineal entre los valores de velocidad del viento ascendente interna del invernadero medida (m s-1) y la calculada utilizando la ecuación (xiii). De lo anterior se puede deducir la importancia relativa que adquiere la ventilación cenital cuando las renovaciones de aire se reducen debido a la disminución de la velocidad externa del viento, por acoplamiento lateral de varios invernaderos o bien por la utilización de mallas antiáfidos. 9 La ecuación obtenida aquí para calcular el efecto de ventilación debido a la flotabilidad, es además muy similar a las propuestas por Wang and Deltour (1998) aunque estos autores incorporan un coeficiente de descarga que depende de la geometría de la ventana cenital para estimar la tasa de renovación horaria. Es de destacar que aún considerando el bajo efecto de la ventilación cenital en condiciones de velocidad de viento superiores a 1 m s-1 (Wang and Deltour, 1998) la mayor eficiencia fue obtenida por combinación de ventanas laterales a razón de 15 % de superficie de suelo y cenitales 10 % (Montero, 1999). Además, recientemente diferentes simulaciones realizadas con modelos de Dinámica Computacional de Fluídos (CFD) para invernaderos acoplados lateralmente han demostrado que la máxima tasa de ventilación se alcanza cuando se utilizan tanto ventanas laterales como cenitales (Kacira et al., 2004). No obstante se advierte que en caso de trabajar con invernaderos aislados, la renovación de aire obtenida por efecto dinámico del viento puede por sí solo determinar una eficiente ventilación con renovaciones superiores a 40 h-1 (Figuras 1a y 1b) no justificándose el uso de ventanas cenitales a excepción de ocurrir muy escasa velocidad de aire externo (< 1,0 m s-1) o bien por el uso de mallas antiáfidos. Conclusiones - Una mayor altura de los invernaderos significó: a) Obtener una mayor renovación horaria (N) de los volúmenes de aire (h-1). b) Acoplar lateralmente un mayor número de invernaderos con una disminución menor de N. c) Incrementar la inercia térmica del sistema. d) Mejorar la ventilación con el uso de malla antiáfido. e) Incrementar la velocidad ascendente del aire por efecto de flotabilidad aumentando la eficiencia de la ventilación cenital. - Estos resultados avalan la tendencia actual hacia invernaderos con mayor altura. Referencias bibliográficas A.S.A.E. (1991). Engineering Practice (EP 406-1) Standarts. American Society of Agricultural Engineers. Michigan, EEUU. ALDRICH, R.A.; DOWNS, R.J.; KRIZEK, D.T.; CAMPBELL, L.E. (1983). Ventilation of Agricultural Structures. Amercian Society of Agricultural Engineers, Michigan, ASAE Monograph Nº 6, 372 p. ALI, H.M.; MOUSTAFA, S.; EL-MANSY, H. (1990). 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