Ciencia UANL Universidad Autónoma de Nuevo León rciencia@mail.uanl.mx ISSN (Versión impresa): 1405-9177 MÉXICO 2004 Esperanza Armendáriz EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA: VIH-1 Y VIH-2 Ciencia UANL, abril-junio, año/vol. VII, número 002 Universidad Autónoma de Nuevo León Monterrey, México pp. 228-236 REPORTEANDO El virus de la inmunodeficiencia humana: VIH-1 y VIH-2 ESPERANZA ARMENDÁRIZ En el mundo se han realizado diversos esfuerzos para luchar contra la pandemia que se conociera en la década de los ochenta: el virus de inmunodeficiencia humana; pandemia de la que se conocen dos tipos que son genética y antigénicamente diferentes: VIH-1 y VIH-2. El virus VIH-1, mismo que presenta variabilidad genética según las distintas regiones del globo terráqueo, es considerado el responsable de la pandemia, e incluso se cuentan 12 subtipos distintos. En África, donde se piensa que la infección VIH es más antigua, predominan los subtipos A y C, mientras que en Europa y América, incluido México, predomina el subtipo B. La diferencia entre uno y otro subtipo es la rapidez con la que se propaga en la población; la literatura médica asegura que el subtipo C es uno de los más agresivos por su repercusión epidemiológica. El subtipo C del VIH. Un visitante incómodo Hace tres años, investigadores del área de Medicina y Biología de la Universidad Autónoma de Nuevo León iniciaron un estudio para determinar el subtipo predominante en México y detectar a tiempo la aparición de un subtipo diferente en la región. En la investigación, encabezada 228 por la doctora Cristina Rodríguez Padilla, participaron el doctor Javier Ramos Jiménez y la doctora Lidia Guadalupe Rivera Morales. El estudio arrojó como resultado que el subtipo B del VIH es el predominante de la región, lo que motivó a los estudiosos a realizar un monitoreo permanente de los pacientes que lle- gan al Hospital Universitario “José Eleuterio González”. El estudio, auspiciado económicamente por la Universidad de Harvard, bajo la asesoría del doctor Max Essex, incluyó la toma de 65 muestras en el Distrito Federal, Puebla, Guadalajara, Mérida y Monterrey, con inversión de alrededor de 200 mil dólares. “Este conocimiento tiene un impacto epidemiológico importante, porque las epidemias tienen tres fases: logarítmica (donde hay muchos casos en un periodo corto de tiempo), de estabilización (de estancamiento) y de censo; aunque hay países como México en que se vive una fase de estancamiento. De aparecer nuevos subtipos, la epidemia podría iniciar una fase logarítmica, se puede disparar”, asegura el doctor Javier Ramos Jiménez. El responsable del Departamento de Infectología del Hospital Universitario recuerda que el primer estudio que realizaron a los subtipos del VIH arrojó como virus predominante al subtipo B, que, coincidentemente, es el más predominante en los Estados Unidos. “Si hacemos memoria, la epidemia en nuestro continente se dio primero en Estados Unidos y a los tres años llegó a México; esta realidad se refleja nuevamente en la investigación”, explica en entrevista. En tanto, la doctora Lidia GuadaCIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 Foto: Efraín Aldama Villa ESPERANZA ARMENDÁRIZ lupe Rivera Morales, especialista en microbiología, explica que este estudio de epidemiología molecular del VIH en México –con el que presentó su tesis doctoral- le permitió una estancia de un año en la Universidad de Harvard, gracias al contacto que obtuvo la doctora Cristina Rodríguez Padilla. “Sabemos que se realizó un estudio similar para determinar el subtipo de la región, pero se utilizó otra metodología y no estaba muy bien fundamentada; como el subtipo en Estados Unidos es el B, nosotros suponíamos que aquí era igual, pero no estábamos seguros, entonces, después de que se hizo el estudio donde se incluyó la secuenciación, publicamos que el subtipo predominante es el B”, expone. La investigadora Rivera Morales, orgullosa, reconoce que las muestras que se utilizaron en este estudio ya están publicadas en la base de datos del Banco de Genes Internacional, por lo que ya se cuenta con ese dato como un precedente de la secuencia del virus de los 65 pacientes. “Fuimos los primeros investigadores mexicanos que hicimos este reporte en el Banco de Genes Internacional, de esta forma otros investigadores pueden tomar los genes y estudiarlos como cepas de referencia, porque ya están publicados; incluso, a partir de esto cada estudio CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 que hagamos hay que reportarlo al Banco de Genes Internacional”, agrega. Este estudio de epidemiología molecular del VIH en México, aunque se realizó de agosto de 1998 a julio de 1999, salió publicado en AIDS Research and Human Retroviruses en enero de 2001. De la metodología utilizada para esta investigación se sabe que está basada en obtención de sangre, en trabajar una reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en la región que se estudia, después se obtiene el gen que se va a amplificar, lo clonan y se obtiene un DNA plasmídico para ser secuenciado. Se amplifica este DNA plasmídico y es el que se lleva a secuenciación, se llevó a cabo un análisis y se encontró que el subtipo predominante es el B; en total se analizaron 65 muestras obtenidas de cinco estados de la república: Guadalajara, Distrito Federal, Puebla, Nuevo León y Mérida. El tiempo que se tardó, desde recabar cada una de las muestras y lograr el DNA plasmídico, fue muy variable y de hecho bastante difícil, en el sentido en que había que viajar, con las muestras de sangre, desde Boston hasta el Laboratorio de Bioseguridad de la Facultad de Ciencias Biológicas para poder obtener el DNA. Gracias a esta investigación, y también al contacto del Dr. Roberto Trujillo, ya está registrado que el subtipo B es el predominante en México. El estudio, auspiciado por la Universidad de Harvard, terminó; sin embargo, la atención que el cuerpo médico del Hospital Universitario “José Eleuterio González” brindó a un paciente de origen sudafricano, motivó a los investigadores a iniciar una nueva tarea. “El año pasado llegó al Hospital Universitario un paciente de origen sudafricano que ya tenía ocho años de vivir en el centro del país y que vino aquí muy grave, lamentablemente murió; pero, cuando supimos el origen de esta persona, nos decidimos a estudiar la enfermedad para identificar el subtipo del virus”, explica el médico. Fue así como llegó a las manos 229 EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA Foto: Efraín Aldama Villa de la Dra. Lidia Guadalupe Rivera Morales la muestra de sangre de este paciente para que fuera estudiada, lamentablemente, a la semana siguiente en que se tomó la primera y única muestra, la persona falleció. “Tuvimos muchos problemas con esa muestra, porque ya no hubo oportunidad de tomar otra más, estuvimos trabajando con ella y nos dimos cuenta que no coincidía con el subtipo B, sino con el C, que es el subtipo que predomina en África; revisamos con el secuenciador y coincidió con todos los de origen sudafricano”, explica la investigadora. La primera pregunta estaba relacionada con el lugar en donde había adquirido la enfermedad, si en México o en Sudáfrica, considerando que 230 HUMANA: VIH-1 Y VIH-2 proviene de una región donde hay un gran número de casos de VIH. “Encontramos que el virus era subtipo C, el que predomina en esa parte del mundo, es decir, ya venía con la enfermedad y la preocupación nuestra, y el impacto de ese conocimiento, radica en el número de infectados con esta clase de subtipo que vive en México y que aún se desconoce”, argumenta Ramos Jiménez. A pregunta expresa de si el subtipo C del VIH se presenta con más frecuencia en las personas heterosexuales respecto de las homesexuales, la Dra. Cristina Rodríguez, quien maneja como una de las líneas de investigación el Desarrollo de Biotecnología para la producción de Biomoléculas de Uso en Cáncer y Enfermedades Infecciosas, responde: “Investigadores de la Universidad de Harvard han encontrando que el subtipo C y E crecen más fácilmente en células de Langerhans, células que se pueden encontrar en tracto genital por lo que su transmisión es más frecuente a través de sangre y sus productos, esto ayudaría a explicar, en parte, por qué la epidemia por subtipo B en USA se disemina más rápidamente por transmisión homosexual o personas que usan drogas; mientras en África y Asia los subtipos C y E se diseminan más rápidamente entre los heterosexuales”, explica. Esta situación, según advierte la investigadora, podría hacer que se dispare el número de casos de portadores del subtipo C que viven en México. “Sí, sobre todo porque en nuestro país ha ocurrido un cambio en las conductas; la transmisión del VIH-1 ha sido principalmente por vía sexual; hace cinco años, el principal modo de transmisión fue por vía homosexual, actualmente, la transmisión heterosexual está predominando”, argumenta Rodríguez Padilla. La Dra. Lidia Guadalupe Rivera Morales agrega: “de ahí nuestra preocupación, por eso es necesario hacer un estudio amplio, visitar el lugar donde estuvo viviendo este paciente, porque dio varias versiones a los médicos que lo atendieron; lo ideal es ir a muestrear pacientes que son seropositivos en el área en que él estuvo y hacer el monitoreo, la vigilancia epidemiológica en este caso”. La OMS ha establecido una red mundial para supervisar la presentación de los subtipos y la emergencia de otros nuevos, con el fin de juntar datos que permitan mejorar el conocimiento de la dinámica de su distribución y apoyar el desarrollo de las investigaciones nuevas o en marcha. Por otro lado, la epidemiología molecular de la infección VIH proporciona una nueva herramienta para el CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 ESPERANZA ARMENDÁRIZ Estudio que advierte “En este momento es importante tener un control de los pacientes que se atienden la infección de VIH; es necesario un monitoreo más amplio, es decir, estar periódicamente revisando todos los casos que llegan a este hospital para detectar cuando aparezcan más pacientes con subtipo C”, reconoce el jefe del Departamento de Infectología. Para llevar a cabo este segundo estudio de monitoreo, los investigadores buscan apoyos económicos que auspicien la realización del estudio, inversión que requiere de unos 100 mil dólares; sus argumentos radican en el peligro que se corre al iniciarse una fase logarítmica del virus con subtipo C en la región. “Tenemos acercamiento con nuestros colegas en Estados Unidos para tener apoyo, de hecho tenemos una propuesta que estamos trabajando con los Institutos Nacionales de Salud (National Institute of Health) y es una de las instituciones a la que les estamos apostando, porque se dedican mucho a la investigación y son CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 muy sensibles a los argumentos que damos por las implicaciones que tiene”, comenta. El Dr. Javier Ramos Jiménez explica a detalle que la propuesta –que se enviará a finales de marzo- está integrada por tres estudios específicos: estudio en migrantes, monitoreo de la resistencia del virus a los antivirales y estudio de subtipos de VIH. Este segundo estudio, que se realizaría en un periodo de cinco años, podría revelar por qué es más agresivo el virus VIH subtipo C, que cualquier otro, lo que aún se desconoce. “Determinamos que para este estudio se van a investigar las fronteras sur y norte de México, porque sabemos que en Estados Unidos el subtipo predominante es el C y dada la movilidad de la gente que cruza la frontera, es necesario reconocer cómo es la epidemia del SIDA que aquí tenemos”, adelanta la Dra. Rivera Morales. Sería un proyecto que se concrete, porque de ser posible se estudiarían ciudades como Reynosa y Tijuana, que son puntos clave en la frontera del país. Actualmente, este segundo estudio epidemiológico del VIH está buscando financiamiento, ya que la inversión original del mismo sí fue grande. “Ahora estamos trabajando en conjunto con la Facultad de Medicina para conseguir apoyos en el National Institutes of Health (NIH), acabamos de aplicar primero para un RO3 que es para planear y organizar, lo cual es altamente recomendable para poder aplicar a otro proyecto más grande (con mayor apoyo) que es U19 CIPRA (Comprehensive International Programs of Research on AIDS) para multiproyectos”, explica. Aquí intervendrían: la Dra. Rebeca Thelma Martínez, en el área de comunidad; el Dr. Javier Núñez Ramos para ver mutaciones en antiretrovirales; subtipos con la Dra. Cristina Rodríguez Padilla e investigadores relacionados con otros tipos de infecciones como tuberculosis y virus de hepatitis C relacionados con el VIH, y así formar un equipo mul- Foto: Efraín Aldama Villa conocimiento más preciso de la infección, un ejemplo de esta contribución fue la identificación de los subtipos que causaron la explosión del SIDA en Tailandia, la cual permitió reconocer el subtipo B como causa de la misma en ADPV. 231 EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA Foto: Efraín Aldama Villa tidisciplinario de colegas en el área médica y la comunidad. Sobre la agresividad con que se presenta el subtipo C del VIH, el Dr. Javier Ramos Jiménez explica que, en comparación con el subtipo B, se transmite con mayor rapidez: “Morfológicamente se ven iguales, pero para hacer un estudio más completo es necesario hacer un cultivo, que es para lo que necesitamos el apoyo; nosotros lo que hacemos es tomar del virus los ácidos nucleicos para estudiarlos directamente, pero es necesario cultivarlo, porque eso nos permite hacer comparaciones en la rapidez con que crece el subtipo B y C, porque no sabemos eso si hay ciertas líneas celulares que los diferencie”, explica. 232 HUMANA: VIH-1 Y VIH-2 Por su parte, el Dr. Ramos Jiménez señala que la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL cuenta con el Laboratorio de Bioseguridad Nivel 3, donde se comenzarán a hacer aislamientos del virus para determinar las características de cada subtipo. “La infraestructura la tenemos [en la UANL], lo que nos hace falta es dinero para más reactivos y ponerlos a funcionar, pero el grueso de la infraestructura ya está en la Facultad de Ciencias Biológicas, es importante todo esto considerando que en México no hay institución que esté trabajando este tipo de estudio”, asegura el entrevistado. ¿Podría este estudio definir políticas públicas para controlar el VIH?, se le cuestiona. “Nos puede advertir a tiempo la llegada de un subtipo que no pertenece a la región; queremos estar seguros o darnos cuenta a tiempo cuando aparezcan estos virus, porque de haberse propagado ya este subtipo C tenemos la amenaza de que se acelere más de lo que ya está”, advierte. En este renglón, la Dra. Cristina Rodríguez Padilla comparte la opinión del Dr. Ramos Jiménez. “Claro que nos ayudará a definir políticas públicas en materia de salud, sería necesario incluso publicar la presencia de este subtipo (ya estamos en esto), y concientizar a la población del riesgo que se corre de adquirir esta infección”, aconseja. Este conocimiento también tiene un impacto en la elaboración de medicamentos, porque los medicamentos actuales pudieran servir para pacientes con subtipo C, pero podrían no ser tan efectivos. “Por eso es necesario este estudio, porque ahorita, tristemente, en lugares como África, donde hay mas casos, es donde menos tratamiento hay, por eso no hay grandes estudios clínicos que nos den alguna referencia; sabemos que hay información parcial que nos dice que los medicamentos que usamos en México no funcionan en otros subtipos que no sean B y eso nos preocupa porque si se llega a propagar el virus y no nos damos cuenta, podría suceder una cosa como la de países con altos índices de personas infectadas”, afirma Ramos Jiménez. Y es que, mientras las pruebas de carga viral ayudan al paciente y al médico a determinar si un tratamiento es efectivo o no, los exámenes de resistencia a los medicamentos pueden ayudar a determinar por qué un tratamiento o combinación de tratamientos pueden no estar funcionando. La Dra. Cristina Rodríguez, agrega: “los exámenes de resistencia a los medicamentos también pueden ser usados para la elección de los medicamentos. Hay dos tipos de exáCIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 Foto: Efraín Aldama Villa ESPERANZA ARMENDÁRIZ menes para la resistencia de los medicamentos: la prueba de genotipo y la de fenotipo. La prueba de genotipo no es otra cosa que una inspección meticulosa del VIH presente en la sangre de un individuo. Si el VIH no responde a un medicamento o combinación de medicamentos, la materia genética del virus (ARN) se examina y se trata de encontrar pequeños cambios en su estructura que se llaman mutaciones”. Mientras algunas mutaciones son inofensivas, otras pueden causar que el VIH se vuelva menos sensible a un medicamento designado para frenar su reproducción. Con el tiempo, ese VIH acumula mutaciones adicionales, las cuales impiden que el virus responda a dicha medicación. Los exámenes de genotipo buscan mutaciones específicas asociadas con la resistencia a un medicamento en particular. Al encontrar cuáles son las mutaciones presentes, es posible que los pacientes y sus médicos puedan predecir con qué medicamento se puede empezar, o en caso necesario, a qué medicamentos se debe cambiar. A diferencia del examen de genotipo, el examen de fenotipo no observa los genes o ARN del virus, pero observa la habilidad del virus para reproducirse en un tubo de ensayo cuando un medicamento específico está presente. Los resultados del examen expreCIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 san la cantidad de medicación necesaria para detener al virus. El VIH que no es resistente será completamente detenido por el nivel de medicación apropiado. El VIH que se ha hecho resistente requiere un incremento considerable del medicamento para detener al virus completamente. Como la mayoría de los medicamentos antirretrovirales, ya se dan al máximo de la dosis tolerable, no es posible aumentar la dosis del medicamento sin causar grandes toxicidades. El examen de fenotipo es una forma más directa de medir la resistencia en contraste con el examen de genotipo, el cual permite una interpretación más fácil de los resultados. De todas maneras, el examen de fenotipo lleva más tiempo y es más caro. Variabilidad genética del VIH Desde la descripción del SIDA en 1981, se han producido acontecimientos relacionados con el conocimiento de la enfermedad en muchos de sus aspectos, como consecuencia de los esfuerzos de diversos países para atajar una epidemia que la OMS estima que para el año 2005 habrá afectado a más de 26 millones de personas. Como consecuencia de estos esfuerzos se han reconocido dos tipos de virus que están identificados como los agentes etiológicos del SIDA y que se han denominado virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); estos dos tipos de virus son genética y antigénicamente diferentes y se han llamado VIH-1 y VIH-2. Mientras que el primero se considera que es el responsable de la pandemia (epidemia a nivel mundial) el segundo es endémico del África Oriental y es sumamente raro fuera de esta región. El VIH-2 se diferencia del VIH-1 en que la enfermedad que produce es menos agresiva, parece evolucionar más lentamente hacia la destrucción del sistema inmunitario, su transmisión vertical (madre-hijo) parece ser más difícil y existe variación en la regulación del virus a nivel genético; los genomas del VIH-1 y VIH2 tienen una similitud de sólo el 4050% y el VIH-2 presenta una homología del 75% con el virus de la inmunodeficiencia de los simios (SIV). Sin embargo, ambos ocasionan una enfermedad clínicamente indistingui- 233 HUMANA: VIH-1 Y VIH-2 Foto: Efraín Aldama Villa EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA ble. Una de las características fundamentales que se atribuyen al VIH-1 es su variabilidad genética, lo que está contribuyendo a dificultar el conocimiento íntimo de los mecanismos por los que el virus es capaz de producir el SIDA y que, necesariamente, influye en el desarrollo de pruebas diagnósticas, el conocimiento de su epidemiología molecular en cuanto a sus mecanismos de transmisión y sus posibilidades de prevención, el desarrollo de tratamientos y vacunas eficaces o la aparición de resistencias. En un mismo sujeto infectado ha sido posible observar entre un 1 y un 6% de variación vírica, por lo que algunas veces se habla de que en un paciente existen 234 ‘cuasiespecies’ (es decir, virus muy estrechamente relacionados pero diferentes) del virus. Estos conocimientos han sido posibles por la caracterización molecular del VIH, su secuenciación y su análisis filogénico, aunque el método preferido para determinar los subtipos del VIH es el análisis de la sucesión de ácidos nucleicos en los genes mayores del virus a partir de células mononucleares de sangre periférica infectadas; en general, se trata de técnicas complejas y caras, lo que limita su amplio empleo por lo que en la actualidad se están diseñando ensayos de inmunoenzimoanalisis con péptidos sintéticos a partir de la tercera región inconstante de la gp120 del virus que harían mucho más sencilla la subtipicación del VIH-1. Dentro del VIH-1 se conoce un grupo mayor (grupo M) en el que, de momento, se conocen diez subtipos que se han denominado con letras mayúsculas según su orden de descripción (del A al J) así como un grupo ‘Outliers’ (VIH-1 O) que con al menos tres subtipos constituye un grupo muy heterogéneo de virus con una homología menor del 50% con el VIH-1 M. También se conocen al menos cinco subtipos del VIH-2. La diferencia principal de los subtipos es su composición genética, presumiblemente por errores de la transcriptación inversa, con divergencias del orden del 30% en la su- cesión de aminoácidos en la zona ENV y grados variables de diferencias en las proteínas estructurales y reguladoras. Recientemente se ha descrito que la ‘recombinación’ también contribuye a la diversidad genética de los VIH y podría ser consecuencia de la infección por dos o más subtipos de VIH en un mismo individuo y la infección de una misma célula por ellos (básicamente, cada subtipo aportaría una hebra de la cadena de ARN o parte de ella; se han descrito recombinaciones A/E, A/ C, B/F, etc.). Pero también parecen existir diferencias biológicas, tanto in vivo como in vitro, e incluso se ha sugerido que ciertos subtipos pueden presentar un mecanismo predominante de transmisión. Distribución regional de los subtipos del VIH-1 Los subtipos del VIH-1 están distribuidos de un modo diferente por todo el mundo, si bien es cierto que uno de los subtipos suele ser el preponderante en un área determinada. En Africa, donde se piensa que la infección VIH es más antigua, coexisten prácticamente todos los subtipos con predominio del A y del C, mientras que los subtipos D, E, F, G, H y O tienen un predominio moderado-bajo. En Europa y América predomina el subtipo B; sin embargo, mientras que el predominio de los subtipos A, CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 ESPERANZA ARMENDÁRIZ El impacto de la variabilidad El predominio regional de los subtipos del VIH-1 no se ha podido explicar, de momento, de un modo satisfactorio, pero se debe tener presente para evaluar en todo su sentido la epidemiología cambiante de la infección VIH a nivel mundial y las repercusiones que pueden tener sobre otros aspectos. Se postula que es el resultado inevitable de la movilidad de la población. CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004 La sugerencia de que ciertos subtipos pueden asociarse de un modo mejor con ciertas formas de transmisión no se ha demostrado aunque se apoya sobre todo en la evidencia de las diferencias de transmisibilidad entre el VIH-1 y el VIH-2. Se ha dicho que los subtipos E y C se asocian mejor con la transmisión heterosexual del VIH, mientras que el subtipo B se asociaría mejor con la transmisión homosexual y sanguínea (especialmente con el uso de drogas parenterales). Estudios de laboratorio han demostrado que los subtipos C y E infectan mejor que el subtipo B ciertas células presentes en vagina, cuello de útero o prepucio mientras que son poco efectivos infectando las que existen en el recto (se relacionarían mejor con la transmisión heterosexual); sin embargo, in vivo, existen otros muchos factores ajenos a las condiciones de laboratorio que pueden modificar las condiciones de transmisión. Otros estudios han indicado que el subtipo E se transmite con más facilidad que el subtipo B, con base en la proporción de que ambos integrantes de la pareja estuviesen infectados (parejas concordantes o discordantes) o en el mayor número de clientes infectados a partir de prostitutas que estaban infectadas por este subtipo (se estimó que el riesgo de transmisión mujer a hom- bre era de 1 en 30-50 contactos para el subtipo E, mientras que para el B este riesgo era de 1 en 500-1.000 contactos). Estos, junto a otros datos, han llevado a considerar al subtipo E como un potencial peligro de extensión rápida de la epidemia; sin embargo, desde el punto de vista preventivo, todas las medidas aconsejadas son eficaces, sea cual sea el subtipo del VIH, y por lo tanto no se deben alterar (aunque cada vez resulta más conveniente reforzarlas y no olvidar que los más de 150 casos de SIDA por millón de habitantes en España nos acerca más a África que a Europa). La variabilidad genética también se ha implicado en la existencia de diferencias biológicas entre los aislados de VIH, fundamentalmente en lo referente a la virulencia de algu- Foto: Efraín Aldama Villa C, D, E y O es muy bajo en América del Norte, o el subtipo F en América del Sur, en la Europa Occidental tienen un predominio moderado y sólo el subtipo O es muy bajo. En el sudeste de Asia el subtipo predominante es el E; mientras que en el sur de este continente existe preponderancia del subtipo C, la presencia del B sólo es moderada. Se han descrito subtipos F en Brasil y Rumania, G y H en Rusia y Africa Central, I en Chipre u O en Camerún que son muy poco prevalentes. A finales de los 80 se consideró que el subtipo E ocasionó la explosión de casos que se registraron en Tailandia, y es también el subtipo predominante en Vietnam y, junto al B, en Indonesia. Por otro lado, se cree que los casos heterosexuales que se están registrando en la India y China son ocasionados por el subtipo C. 235 HUMANA: VIH-1 Y VIH-2 Foto: Efraín Aldama Villa EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA nas cepas y la resistencia a los antivirales, especialmente la planteada por la rápida variación mutacional del VIH en el empleo de los tratamientos prolongados. También puede plantear problemas a la hora del diseño más eficaz de las pruebas diagnósticas; aunque la mayoría de los EIA actuales, empleados en cribados rutinarios, son ya capaces de detectar el VIH-1 O, hasta hace unos tres años no era así; actualmente, algunas de las técnicas de carga viral sólo detectan con seguridad el subtipo B, especialmente RT-PCR, y se han observado problemas cuando se enfrentan a otros subtipos. Sin lugar a dudas, uno de los campos donde más poderosamente puede influir es en el desarrollo de vacunas, aunque se debe tener presente que la varia- 236 bilidad no es exclusiva del VIH y este problema se ha solucionado frente a otros virus con el empleo de vacunas polivalentes y vacunas que se adaptan a la variabilidad del virus (por ejemplo en la gripe). Aunque in vitro se ha demostrado con certeza un comportamiento diferente de los subtipos de VIH-1, in vivo no existe ninguna evidencia concluyente. La OMS ha establecido una red mundial para supervisar la presentación de los subtipos y la emergencia de otros nuevos con el fin de juntar datos que permitan mejorar el conocimiento de la dinámica de su distribución y así apoyar el desarrollo de las investigaciones, nuevas o en marcha. Por otro lado, la epidemiología molecular de la infección VIH proporciona una nueva herramienta para el conocimiento más preciso de la infección. Ejemplo de esta contribución fue la identificación de los subtipos que causaron la explosión del SIDA en Tailandia y que permitió reconocer el subtipo B como causa de la misma en ADPV y el subtipo E en los casos relacionados con la transmisión heterosexual a partir de un grupo central de prostitutas y sus clientes, documentándose de este modo la introducción independiente y simultánea de dos subtipos en el país; de igual modo ha permitido el conocimiento de casos índice en zonas en las que un determinado subtipo tiene un predominio muy bajo e incluso se han llegado a conocer las fuentes de infecciones nosocomiales de VIH. CIENCIA UANL / VOL. VII, No. 2, ABRIL-JUNIO 2004