183-2009 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las ocho horas con cuarenta y un minutos del día diecinueve de marzo de dos mil diez. A sus antecedentes el escrito firmado por el abogado Marvin de Jesús Colorado Torres, en carácter de apoderado de la señora Ana María Maravilla Martínez, por medio del cual intenta cumplir la prevención formulada a folios veinticinco de este expediente judicial. Antes de emitir el pronunciamiento que corresponda, esta Sala estima pertinente efectuar las siguientes consideraciones: I. Por resolución del 10-VIII-2009, se previno al abogado de la parte actora que especificara si recibió la indemnización por la supresión de su plaza y los motivos por los cuales estimaba que el Concejo Municipal de San Salvador había vulnerado el derecho a la estabilidad laboral de aquella, pues se constató que la Ley de la Carrera Administrativa Municipal ha previsto esa situación y ha establecido la indemnización como una manera de remediar el daño causado al trabajador municipal por la supresión de su plaza. II. A fin de cumplir con la prevención de mérito, el apoderado de la impetrante expone que esta “… no ha recibido por parte del [Concejo] Municipal de San Salvador, por medio del Tesorero Municipal indemnización alguna, ya que si bien es cierto existe documentación en donde se da autorización para el pago de dicha indemnización hasta la fecha no ha dado cumplimiento a tal autorización…”. Por otra parte, con relación al derecho a la estabilidad laboral argüido, afirma que la autoridad demandada “… [simuló] un despido justo suprimiendo la plaza, con el único fin de despedir a [su] representada, y así pasar por alto el derecho a la estabilidad laboral de la que gozaba…”. III. Tomando en consideración el argumento esgrimido por el demandante y a fin de resolver adecuadamente el caso planteado, conviene reseñar el fundamento jurídico de la decisión que se proveerá. En el amparo las afirmaciones del actor deben en esencia justificar que su queja posee trascendencia constitucional, esto es, deben evidenciar la probable violación de derechos fundamentales reconocidos por la normativa constitucional; pues si, por el contrario, aquellas se reducen al planteamiento de asuntos puramente judiciales o administrativos, ello permite afirmar que la cuestión traída al conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que se traduce en un vicio de la pretensión que impide examinar el fondo de la misma. En relación con lo anteriormente expresado, esta Sala, de acuerdo con el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, ha establecido en su jurisprudencia – 1 verbigracia en la improcedencia dictada en el proceso de amparo número 205-2009, del 3IX-2009–, que si el reclamo planteado evidencia una simple inconformidad con lo actuado u omitido por la autoridad que se demanda, aquél debe ser rechazado por haber imposibilidad absoluta de juzgar el caso desde la perspectiva constitucional; ya que ello obligaría a este Tribunal a revisar de acuerdo a tal criterio las actuaciones de los funcionarios o autoridades que realizan dentro de sus respectivas atribuciones, situación que no le corresponde juzgar en razón de su competencia material. IV. 1. Trasladando las anteriores nociones al caso en estudio, se advierte que el apoderado de la demandante, prácticamente, pretende que se controle la constitucionalidad del acuerdo tomado por el Concejo Municipal de San Salvador, el 4-I-2008, por medio del cual resolvió suprimir la plaza ocupada por su representada y ordenó el pago de una indemnización a su favor, pues estima que con dicha actuación se han vulnerado los derechos de audiencia y estabilidad laboral de aquella. 2. Con base en tal pretensión, es necesario aclarar que la Ley de la Carrera Administrativa Municipal, en el artículo 53, ha previsto el supuesto de supresión de plaza, como una facultad concedida a la autoridad municipal competente en razón de su autonomía administrativa, sin que sea necesario comunicar previamente al trabajador dicha decisión, es decir, sin que la autoridad tenga que promover algún trámite administrativo o un proceso judicial para justificar su determinación de dar por finalizada la relación laboral con el trabajador, ya que en todo caso, el mismo legislador ha dispuesto algunas medidas compensatorias, a efecto de reparar el daño ocasionado por esa cesación, siendo estas: la posibilidad de ser incorporado a un empleo similar o de mayor jerarquía, o de recibir la respectiva indemnización. En el presente caso, se advierte que la autoridad demandada acordó suprimir la plaza ocupada por la señora Maravilla Martínez, autorizando para tal efecto el pago de cierta cantidad de dinero en concepto de indemnización, sin embargo, según lo expuesto por el apoderado de aquella, dicha compensación no ha sido efectiva aún. En ese sentido, esta Sala constata que el pretendido objeto de control en este amparo es tanto el acuerdo del Concejo Municipal de San Salvador de suprimir la plaza de la demandante, como el incumplimiento del pago de la indemnización a la que esta tiene derecho por la referida supresión, por lo que, ante tales circunstancias, es imperioso aclarar, por una parte, que la potestad del Concejo Municipal de suprimir plazas deviene directamente de la Constitución, en tanto que es una manifestación de la autonomía del municipio, la cual se concretiza, como ya se acotó, en el artículo 53 de la Ley de la Carrera Administrativa Municipal, por lo que, no se requiere la anuencia de la persona que la sufrirá ni que esta deba ser oída antes de que se ejecute esa resolución. Por otro lado, en cuanto al pretendido control del incumplimiento del pago de la indemnización a la que la pretensora tiene derecho por la referida supresión, es necesario 2 aclarar que dentro de la esfera de competencias atribuidas constitucional y legalmente a esta Sala no existe la posibilidad de controlar la constitucionalidad del incumplimiento de una obligación pecuniaria por parte de una autoridad administrativa, pues ello es un asunto carente de trascendencia constitucional y aún cuando el no pago de la aludida indemnización pudiera estar afectando los intereses de la pretensora, esa situación debe ser expuesta ante aquellas autoridades con competencia para exigir al obligado el cumplimiento del pago en cuestión. 3. Por todo lo anterior, se advierte que el apoderado de la actora más que plantear un asunto con basamento constitucional, expone, por una parte, una inconformidad con la decisión de la autoridad demandada de suprimir la plaza ocupada por la impetrante y, por otra, interpone una denuncia por el incumplimiento del pago de la indemnización a la que aquella tiene derecho, como consecuencia de la referida supresión, situaciones que, en definitiva, no pueden ser sometidas al presente control por escapar rotundamente de la esfera de competencias otorgadas constitucional y legalmente a esta Sala. En consecuencia, dado que la queja planteada se centra en un presunto agravio de carácter infraconstitucional por la falta de pago de la indemnización reconocida a favor de la impetrante, se advierte un defecto en la pretensión que motiva el rechazo liminar de la demanda incoada, a través de la figura de la improcedencia. V. Finalmente, resulta ineludible explicar que la emisión del presente pronunciamiento no debe entenderse, en ninguna medida, como una validación de la actuación de aquella autoridad municipal que se encuentra obligada a cumplir con el pago de la indemnización a la que la señora Maravilla Martínez tiene derecho por la supresión de su plaza, pues el artículo 53 de la Ley de la Carrera Administrativa Municipal concede esa prerrogativa como una medida compensatoria del daño ocasionado por tal circunstancia, sino, por el contrario, la decisión que se provee obedece a la falta de trascendencia constitucional del reclamo expuesto, ya que para enjuiciar la constitucionalidad de una acción u omisión, es necesario que el agravio sufrido por la actora sea de naturaleza constitucional y no una cuestión que puede ser planteada ante las autoridades judiciales o administrativas con facultades para resolver ese tipo de peticiones. Por tanto, de conformidad con el artículo 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE: 1. Declárese improcedente la demanda firmada por el abogado Marvin de Jesús Colorado Torres, en carácter de apoderado de la señora Ana María Maravilla Martínez, en virtud de las razones expuestas en el considerando IV de este proveído, es decir, por tratarse de un asunto de mera legalidad. 2. Notifíquese ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--- PRO- 3 Amparo No. 183-2009 NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS. 4