Servicio Litúrgico Dominical Domingo 2º de Pascua(Ciclo B ) Edita: musicaliturgica.com 1 5 D E A B R I L 2 0 1 2 FE AUDAZ Y VALIENTE TESTIMONIO Y CORAJE: La fe es el mayor don recibido por el creyente. Es, por tanto, lo mejor que puede aportar a sus hermanos. Pero ha de hacerlo sin petulancia, sin atropellar y con valentía, sin amilanarse por las dificultades o dormirse en las facilidades. Los discípulos de Jesús no creyeron fácilmente en la resurrección; pero, disipados su temores y confirmados en la fe, dieron testimonio con valor, viviendo como hermanos y anunciando el evangelio a todas las gentes. De una u otra forma, todos los cristianos debemos ser testigos de la resurrección del Señor en un mundo hostil. Por eso necesitamos coraje para no replegarnos al equívoco y estrecho marco de la vida privada. Hace falta mucho valor para no convertir la fe en rutina en un medio cristiano, y hace falta valor para anunciar el evangelio en un medio indiferente, que necesita que demos razón de nuestra esperanza. LITURGIA DEL DOMINGO 2º de Pascua (CICLO B) PRIMERA LECTURA Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35 En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. SALMO 117, 2-4. 16ab-18. 22-24 (W: 1) R/ Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia./ Diga la casa de Aarón: eterna en su misericordia. / Digan los fieles del Señor: / eterna es su misericordia. R La diestra del Señor es poderosa, / la diestra del Señor es excelsa. / No he de morir, viviré / para contar las hazañas del Señor. / Me castigó, me castigó el Señor, / pero no me entregó a la muerte. R La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular. / Es el Señor quien lo ha hecho, / ha sido un milagro patente./ Éste es el día en que actuó el Señor: / sea nuestra alegría y nuestro gozo. R SEGUNDA LECTURA Carta primera de S. Juan 5, 1-6 Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. CANTOS PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA (Todos estas canciones se pueden descargar en WWW.MUSICALITURGICA.COM) Entrada: Cristo resucitó, Aleluya (Apéndice); Alegre la mañana: Liturgia de las Horas Nº 65 ; Jesús nuestra pascua CLN 216; Resurrección CLN 210. En Latin. Introito: Quasi modo Aspersión: Vida Aquam. CLN . A82 Canto Gregoriano Misa de pascua: Lux et origo. O Gloria: De Palazón. Salmo y Aleluya. Dad gracia al Señor porque es bueno..(Propio). Ofertorio: O filii et filiae. CLN. 232 o bien Música instrumental Santo: CLN-1 9 Paz: Danos la paz CLN-N 52 de Elizalde Comunión: El Señor resucitó, CLN 204; Cantad al Señor CLN 757; Nuestra Pascua inmolada CLN 203; Final: Regina coeli. CLN. 303; La liturgia pascual insiste machaconamente en la gratuidad de la fe. La resurrección es el objeto primordial de la fe. Ahora bien, en la resurrección solamente se puede creer. Aún más, los que sin haber visto han creído son declarados bienaventurados. Hay crisis de fe porque se la racionaliza demasiado. No entramos en comunión con un mero recuerdo, sino con aquel «que estaba muerto y vive por los siglos». Esta fe tiene que impulsar a la comunidad cristiana a hacer «muchos signos y prodigios en medio del pueblo». De lo contrario, ¿cómo va a crecer el numero de los creyentes que se adhieran al Señor? EVANGELIO San Juan 20, 19-31 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:«Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó:«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:«Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás:«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás:«¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo:«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre RESUCITÓ «Porque Cristo resucitó y es el hijo, creemos en el Padre y en los hermanos. Porque Cristo resucitó y es la vida, Creemos en la vida y no en la muerte. Porque Cristo resucitó y es el camino, Creemos en el futuro y no en el miedo. Porque Cristo resucitó y está en los pobres, Creemos en la justicia y no en la opresión. Porque Cristo resucitó y nos da su Espíritu Creemos que somos hijos amados para siempre.» La primavera hace renacer de nuevo la vida, tras el frío sueño del invierno! Y en nuestra vida es primavera? Celebramos el tiempo pascual: Cristo ha resucitado. La muerte ha sido vencida por aquel que es la Vida. ¡Cristo resucita y nos resucita! Resucita en cada corazón que ama y espera: La novedad de la gracia pascual se ofrece a nosotros cada año y nos invita a renacer -de corazón y de espíritu. Nos orienta hacia la vicia nueva que Cristo nos ofrece con su muerte y resurrección. Y nos invita a vivir como personas resucitadas. Cristo vive, y nos da Vida. Y nos llama a transmitir esa Vida, y a vivir en la alegría y Si tuviera mil vidas, las daría por Cristo S i ser católico es delito; acepto gustosamente ser delincuente, ya que la mayor felicidad del hombre es dar la "vida por Cristo, y si tuviera mil vidas, sin dudar, las daría por Él. Así confesó Francesc Castelló ante el tribunal que lo condenó a muerte, tras invitarle a apostatar de su fe si quería salvar la vida. Antes, había confortado a sus compañeros de martirio, cantando el Credo. CRISTO GLORIOSO . Hay cristianos que toman reacciones histéricas, como si el mundo hubiese escapado de las manos de Dios. Por esto actúan violentamente, como si lo arriesgasen todo. Pero creemos en la historia. El mundo no es un azar que va hacia el caos. No tememos nada nuevo, porque todo lo nuevo ha empezado ya a suceder, cuando Cristo ha resucitado... Jesucristo, nos alegramos de tu triunfo definitivo. De que la historia no sea más que un devenir hacia tu triunfo total. Con nuestros cuerpos aún en la brecha, y con el alma rota, te gritamos un primer “hurra”, hasta que se desencadene la eternidad. Tu dolor ya pasó. Tus enemigos han fracasado antes de nacer. Tú eres el Rey de la sonrisa definitiva. ¡Qué nos importa la espera! Aceptamos con ilusión la lucha y la muerte, Porque Tú, nuestro Amor, no mueres. Marchamos detrás de Ti, por una calzada de eternidad. Tú estás con nosotros y eres nuestra inmortalidad. Señor triunfador de los siglos, quita todo rictus de tristeza de nuestros rostros. No estamos embarcados en un azar: la última palabra ya es tuya. Más allá del crujir de nuestros huesos, ya ha empezado el “Aleluya” eterno. Que las mil gargantas de nuestras heridas se sumen ya a tu salmodia triunfal. Y enséñanos a vocear tu optimismo por todo el mundo. Porque Tú enjugarás las lágrimas de los ojos de todos, y para siempre,